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Kagaho de Bennu Vs Dhoko de Libra
Lugar: Catedral Oscura
Hora: Tres de la tarde
Inicia: Dhoko
Trama: Kagaho sabe que debe de destruir al guerrero que logro lastimar a su señor Hades, por lo que sin esperar consentimiento sale de guidecca dispuesto a terminar su cometido, asi que toma la salida del inframundo que parte por la catedral oscura, por otro lado han mandado a Dhoko a que investigue mas sobre las huestes inframundanas, asi que parte directamente hacia la catedral de la colina sabiendo que en ella puede encontrar mas informacion, sin embargo, parece ser que el destino les permitira terminar su batalla al fin ....
Juez: Pily y Kyo
.: Roll On :.
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** Los ecos resuenan en aquellas baldosas pétreas casi labradas a mano en aquel ascenso perpendicular, que culmina con aquella orientación de la escalera tipo caracol que asciende desde lo mas profundo de la tierra, teniendo sus inicios desde el sustrato inframundano, donde el señor de los muertos tiene su reino; poco a poco aquellos escalones van siendo subidos por aquellos botines de tonalidades oscuras y purpuras, aquella vestimenta se encuentra complementada por las grebas oscuras que cubren todo el cuerpo del sujeto que va ascendiendo con cierto mutismo y tranquilidad que no es otra cosa que la calma que antecede a la tormenta, remata su tocado heráldico un par de alas hermosas, extensas que cuidan su espalda y que recogidas conforman cierto tocado de grandeza sobre aquel personaje, que observa con sinuosa mirada el ascenso que poco a poco termina, introduciéndose en aquella estructura de oscuras tonalidades, siniestra, casi como su armadura, los ojos de tonalidades rubí, observan la diáfana claridad que se cuela por algunas ventanas y calcula mentalmente, [ -- Las tres de la tarde, buen tiempo -- ], piensa al momento que sus manos apoyasen en el picaporte para abrir la gran puerta de oscuro ébano, que chirría al mover sus goznes oxidados, dándole un toque mas espeluznante al lugar, sus pasos resuenan en una cacofonía que se riega por todo el lugar, rebotando en los recovecos que se allanan en el mausoleo, [ -- Tengo que ir, nadie puede dañar a mi señor Hades y queda sin castigo -- ], al cruzar este pensamiento en su cabeza, sus ojos se encienden con una chispa de venganza, camina ahora por el pasillo central, dirigiéndose hacia la salida o puerta de entrada de toda aquella construcción de cortes barrocos, su pauso aunque fuerte no es acelerado, poco a poco se acerca ....**
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*El silencio del bosque pareciera emerger y reflejarse en todas partes, a medida que los pasos del joven se escuchan a medida que asciende algunas escalinatas, hasta llegar a la puerta misma de dicha catedral. Ese silencio remarca el entorno misterioso y lúgubre, como si toda forma de vida hubiese sido excluida de ese lugar. De repente se rompe el silencio cuando la puerta es sujetada y se abre, dejando que por un instante el frío sol y sus rayos se filtran al interior del recinto, a medida que los ojos marrones se adaptan a la luz de candiles y aquella que se filtra desde un alto vitral. Con calma, cierra la puerta para que acto seguido se abra en su horizonte visual el interior de esa catedral. Una seguidilla de arcos, además de las diferentes columnas le dan cierto aire de un enorme mausoleo. De nuevo reinicia sus pasos y avanza con calma, observando con cuidado y detalle cada nicho. "Seguramente por ese lugar llegaré hasta las habitaciones y en ese lugar podré encontrar a alguien..." Con tal pensamiento, su rostro se demuestra atento y el mismo es sorprendido cuando al otro lado del salón se abre una puerta y un sujeto aparece. Los pasos se detienen de inmediato y cada poro, cada nervio, cada pensamiento se orienta en la figura de quien se cruza en el camino del joven. Los fríos haces rocían al mencionado caminante, dejando ver su Armadura Dorada y en ella y en varios lugares, algunos aditamentos especiales, entre los cuales resalta un enorme Escudo en el antebrazo izquierdo, cuya pareja se ubica en el hombro derecho, y casi enmarcando su rostro, el extremo acerado de dos armas letales se hacen ver. - Tu... - Sólo eso pronuncia, y sin embargo esa palabra está cargada de reconocimiento, incluso de familiaridad y esa voz se acopla con su expresión casi anhelante y combativa.*
Dohko de Libra - Santo Dorado de Atenea |
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** La voz es tan familiar como las grebas y porte que se presentan ante el, los nefastos ojos rojizos brillan, con espeluznante familiaridad y su mutismo es roto con una frase hosca -- Pero que diantres haces TU aquí ?? -- generando en aquel pronombre el odio, el asombro y la incredulidad que genera aquel ser en la presencia del consorte de la muerte, sigue caminando poco a poco, ahora en su cuerpo arde una animosidad tan férrea como poderosa, el sino de los dioses le daban la oportunidad tan pronto sin salir totalmente de los terrenos del señorío de los muertos, poco a poco la distancia se acorta quedando a una prudente distancia, observándolo, reconociéndolo, -- Vaya, veo que vienes a tu muerte y me evitas el asunto de buscarte -- indica con total franqueza, la fuerza de su corazón arde prontamente, feliz de entrar en batalla, la violencia generada a su alrededor se representa por aquellas llamas de fuego oscuro que envuelven todo su ser, la presencia de aquella mítica ave que puede resurgir del mismo fuego infernal sin temor de morir, una sonrisa franca se abre en su rostro, y plantado en aquel lugar su aura comienza a conformarse entre tonalidades naranjas, purpuras, oscuras, negras, tan fuerte presencialmente que pareciera cambiar el interior del lugar **
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*El rostro del oriental permanece con la misma avidez, la misma sensación de una gran oportunidad para resolver algo inconcluso. - La misma violencia... Kagaho, debo reconocer tu fuerza y conjugado con tu ánimo asesino, entonces debo decirte que no te dejaré salir de esta Catedral. - Cual si fuese una sentencia firme, una resolución invencible, el arco de las piernas se abre, los brazos se levantan un tanto y el centro de gravedad baja a la par que la diestra se adelanta, de forma que la postura de combate ha sido adquirida, sin que el núcleo de su atención se aparte de la figura del Espectro. "Ardes como una chispa... Pero debes saber que un Dragón puede ser más feroz que el fuego más mortífero". Los puños se cierran y de inmediato un aura esmeralda recorre su cuerpo, inicialmente en la forma de corpúsculos esmeraldas que se extinguen apenas surgen, sin embargo a medida que los instantes pasan, dichos corpúsculos se chocan y parecen fusionarse, hasta que una delgada de capa de brillo se hace ver en el contorno del perfil del Dorado, mientras que desde algunos puntos el aura parece emanciparse aún mas, como si fuera dotada de una vida propia, y entre tal vaivén una semi transparente esfera se posiciona en la mano derecha, y mientras que el brazo se tensa y la mirada se enfoca más, convirtiendo a la mencionada esfera en una carga energética considerable, la cual gira en eje perpendicular a su mano, expidiendo luz y haces en todas direcciones. La pierna derecha avanza un paso y con ello, todo el torso se adelanta, mientras que toda la musculatura se acopla a dicho movimiento y cual bamboleo, el brazo se adapta a toda la intención, despidiendo con tal ferocidad la esfera que parece destrozar hasta el mismo aire en su camino, avanzando sin trémulos hacia su oponente, iluminando el interior de la Catedral.*
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** Ambos contendientes saben que no existe mañana para ellos, los ojos de los dos guerreros chocan entre si, acerando la mirada, demostrando la férrea voluntad que los motiva, la voz de Kagaho se escucha atronadora -- Has dicho bien, he de reconocer tu valía como oponente, sin embargo este lugar sera tu tumba -- indica con sorna y poderío al tiempo que su cosmo energía avasalla todo el lugar para entonces darse cuenta de aquella luminosidad que genera su oponente, "" Hoy tu destino esta sellado santo dorado"", son las palabras que cruzan su mente para después agregar -- Juguemos entonces!!! -- indica al momento que ve venir hacia su cuerpo aquella esfera tan poderosa y rauda que ilumina el interior de aquella catedral, mas acusando a aquella habilidad que lo hace tan especial, y que ha causado sendos problemas incluso a los mismos santos de oro que se creen los mas veloces, superándolos inclusive, se mueve en un instante, fracción de segundo evitando con movimiento de cadera, que hace que sus piernas se flexionen y le den un impulso horizontal desplegando las alas, pasando por debajo de aquella esfera, planeando dentro de la catedral, sobrevolando lo que queda de la estantería para los feligreses que en alguna ocasión hubo, dirigiéndose directamente hacia su enemigo, dejando solo un manchon de fuego fatuo, oscuro como la mas negra noche, enarbolando el puño diestro envuelto en aquellas llamas danzantes, buscando la quijada de su oponente, tratando de asestar el primer golpe de muchos que se ocasionaran entre estos dos guerreros de fuerza y poder descomunal -- Tomaaaaaaaa!!!! -- grito de guerra que demuestra la poca paciencia que tiene aquel guerrero oscuro **
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*La pelea arranca y la Catedral ya es testigo de dicho embate al iluminarse por la esfera del oriental y luego sacudirse tras su explosión, dejando un orificio en alguna de sus paredes. Sin embargo dicho suceso es desatendido prontamente, en la medida que su objetivo ha salido ileso. - Tsk - Se oye de boca del Dorado al notar el avance veloz de su contraparte. "Había olvidado tu velocidad... Pero eso no será suficiente, debes derrotar el espíritu de un Ateniense primero!" Con esa exclamación mental, las piernas retoman su postura mientras se fijan con fuerza sobre el sustrato, inclinándose ligeramente hacia adelante, a la par que su brazo diestro descansa sobre su respectivo hemisferio. Los ojos siguen con atención a su oponente, notando cada rasgo de habilidad en su despliegue. De repente el pie derecho se hace hacia atrás con agilidad, a la par que inicia todo un juego muscular, aumentando la velocidad de dicho medio giro, y de inmediato, el brazo izquierdo se levanta, adelantando el antebrazo con gran presteza, calculando el momento preciso en que con tal movimiento circular, el puño de su oponente impacte en el poderoso Escudo de Libra. El estruendo es enorme y la postura del Dorado pierde un tanto de estabilidad, sin embargo el pie derecho vuelve a reafirmarse, mientras que el rostro queda oculto tras esta imbatible defensa.*
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** El encontronazo es estruendoso, el metal chocando contra metal, generando una onda de colisión que desestabiliza a ambos guerreros, el puño hiriente no puede sobrepasar aquel escudo, de los cuales se dice, es uno de los mas poderosos sobre la tierra -- tsk -- indica al tiempo que su golpe es rechazado, el empuje cesa y con un pequeño rechazo queda a unos pasos de aquel sujeto dorado que ha logrado rechazar el primer embate, mientras soba un poco su puño, aflojando sus dedos mientras sonríe -- Buen escudo ese que tienes, espero que soporte todo el tiempo que resta ..... -- ríe con ligera sorna mientras aquella sonrisa asienta su perfil siniestro, aquel guerrero es de los pocos espectros que conserva en su faz las emociones humanas, se dice que cuando una sapuri posee a su portador, este toma la forma de aquella sapuri, perdiendo poco a poco su perfil humano, sin embargo en este caso, al parecer Kagaho ha hecho que la sapuri se adapte a el, de tal forma que su carisma, presencia, gentileza y demás emociones humanas siguen presentes en su totalidad en aquel guerrero oscuro, la violencia se siente fuerte en su presencia, y aquellas llamas a su alrededor pronto forman un aquelarre de lenguas de fuego fatuo que danzan de un lado a otro, observa con cierto divertimento a su oponente, -- Sabes, no eres tan mal oponente después de todo, sera un placer, y quizás hasta un honor el acabar contigo.... -- se truena los dedos mientras recoge sus alas, para esperar las acciones de su contraparte **
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*El retumbante sonido cesa eventualmente, mientras que las ondas producto del impacto se entrechocan a lo largo de tantos recovecos de dicha Catedral. Aprovechando tal encontronazo el Dorado se lanza en la dirección de su Escudo como del puño de su contraparte, deslizándose hacia la derecha hasta aterrizar en una columna, la cual es punto de apoyo para lanzarse en dirección contraria hasta encontrarse con otra columna y así poco a poco avanza en movimientos zigzagueantes, trazando las diferentes líneas con la energía esmeralda que genera su cuerpo. Las columnas se van desmoronando a cada contacto, mientras que el Dorado sigue avanzando. - Tienes razón Kagaho! El Escudo de Libra es la defensa por excelencia, tu puño no será suficiente! - Diciendo ésto se lanza contra una columna al costado izquierdo del Espectro, observándolo con mucha atención centrando cada nerviio y músculo en la figura de su oponente. "Sé que eres muy veloz, y tal vez esa sea tu mejor herramienta, sin embargo sé que tu fuerza es equiparable a tu velocidad, eres un adversario poderoso y especial Kagaho...". Las piernas se estiran con vehemencia, impulsando la columna en sentido contrario, mientras parece volar cual si fuese un cometa, con una fuerza y una potencia acumulada de cada salto. El brillo de su energía rasga el espacio, dotándole de mayor presencia a su embate. Todo el cuerpo firme y unido cual si fuese un sólo músculo, se adelanta con fragor, mientras que se perfila un tanto adelantando el hombro diestro en un bravío tacleo, en dirección del hombro izquierdo de su oponente.*
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** Los ojos del argento oscuro, observan con denuedo todos y cada uno de los movimientos de aquel santo dorado, aquellos rubíes violentos, despiden chispas luminiscentes que se observan como pequeños corpúsculos de fuego en su humor vítreo, espera las acciones pausadamente, mientras una sonrisa no puede desaparecer de su cara, comenta al sentirse emocionado por aquel combate que se esta llevando a cabo dentro de aquellas instalaciones que alguna vez albergaron el credo de otras tierras, -- Ese es el error mas común de ustedes los santos dorados, piensan que son los únicos que poseen tales o cuales habilidades, y no tratan de seguir puliendo esas mismas, por ello están destinados a desaparecer --; es entonces que sus piernas se aligeran, preparadas para recibir el embate de su rival, sus manos se aceran y se tensan cuando observan la acometida de aquel sujeto, el movimiento de cintura y cadera es único, y cuando siente la proximidad de aquel tacle, su punto de gravedad baja, flexionando las rodillas, bien afianzadas sus plantas de los pies en el piso que lo soporta, baja el hombro, baja la testa, y como si fuera a recibir la embestida de un toro, se agacha de manera que el hombro aludido quede por debajo del centro vertical del atacante, y cuando recibe el impacto, el guerrero oscuro que tampoco desconoce la lucha cuerpo a cuerpo, hace un muelleo sobre sus piernas, buscando con esta acción catapultar al dorado sobre si mismo, e impactarlo en algún lugar ubicado detrás de el; la velocidad de acción y reacción es tan sorprendente que solo algunos ojos entrenados podrían observar aquellas acciones **
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| Que ondas Dohkito donde andas??
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*Un ligero brillo de alegría recorre la mirada marrón del Dorado. El impulso potente hace mella sobre el lozado el cual parece levantarse un tanto a cada paso a la vez que el aire se aligera y recorre con violencia el interior de la mencionada catedral. - Kagaho! hablas muy pronto! - Cada acción de su oponente es detallada, especialmente al notar cómo el Espectro se agazapa. "Confías demasiado en tu velocidad, pero no has notado que si sigues enfocando tu furia de forma tan ciega, entonces caerás por tu propia arrogancia." Con tal pensamiento en su mente el Dorado afianza su fortaleza en su pierna derecha, en tanto que recoge su otra pierna. Cada instante es precioso, prácticamente impactan uno con otro, al momento que su mirada se fija en el rostro de su oponente, su postura baja, sus rodillas inclinadas que reducen cualquier tiempo de respuesta, y los brazos abiertos del Espectro. - Ahhhhhhhhh!! - Fuerte y potente, así como presto, el Dorado aprovecha ese instante de confianza, aprovechando su propia velocidad así como la reacción de su oponente, en tanto que extiende con una ferocidad tremenda su rodilla izquierda en dirección del rostro expuesto de su oponente. La fuerza y la presión sobre el entorno se intensifica a medida que mayores rastros de luz esmeralda se filtran por el lugar, iluminando con belleza el interior de la Catedral.*
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| [ Perdona la tardanza hermano, pero excesos de trabajo ]
** -- Tsk -- se escucha surgir de aquella incolumne boca el esfuerzo presto a desencadenar una lucha rauda y veloz, -- No tan rápido Dorado, no tan rápido -- aprovechando la cercanía, desarrollando aquella habilidad que posee, y acusando el encontronazo que se escucha en toda la lejanía, una estridencia total que causaría el temor de quienes la pudieran escuchar, la mano siniestra sube rápidamente hacia donde la rodilla se dirige, y la diestra busca tomar la pantorrilla de la misma pierna de manera que hace una palanca a la pierna de su oponente, inversamente en la dirección de ataque, el oscuro se yergue en total altura, de manera que busca generar una catapulta ahora para enterrarlo en el piso de forma inmediata sobre el dintel posterior a su cuerpo, en una presa de su pierna, de lograrlo el cuerpo del dorado describiría un arco por encima de la efigie del oscuro, para terminar su viaje en las baldosas que cubren el sustrato que enmarca aquel combate; lucha puramente de estilos griegos la que desarrollan aquellos adalides -- no eres el único que sabe luchar cuerpo a cuerpo, arggghhhh -- son las palabras y sonidos al ejercer aquel esfuerzo físico en aras de demostrar la sapiencia que posee el de las alas oscuras ** |
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*Los ojos marrones del Guerrero Oriental se abren, expresando sorpresa ante la respuesta de su contraparte. - Ugggh - Se escucha de boca del Athenense, no a causa de dolor, sino a causa de esa misma sorpresa, mientras que la mirada de éste se torna algo diferente, ligeramente entre cerrada, como si algo le causara dudas. "No logro entenderte Kagaho, te entregas a esta pelea sin dudar, estás entregándote por completo, prefieres seguir adelante a esquivar un golpe, incluso prefieres arriesgar tu brazo!...". El impacto se oye por todo el lugar, mientras que la pierna es empleada como punto de torque y poco a poco el eje vertical del Atheniense cambia, hasta que todo su cuerpo parece dirigirse por encima del Espectro hacia el suelo. Previendo el impacto y teniendo las manos libres, el Oriental busca con gran apuro extenderlas por delante, procurando amortiguar la caída con sus brazos, y de esa manera cada palma se posiciona con firmeza en el suelo y una onda de fuerza se transmite con gran intensidad por sus brazos, con el objetivo de que éstos a su vez absorban parte de la velocidad. Durante una parte infinitesimal de tiempo, y en esa posición, el de Armadura Dorada, observa a su contrincante, y entonces al siguiente instante, la mano derecha se mueve adelante sobre el suelo, con lo cual se genera una pérdida de balance, la cual es aprovechada con gran habilidad, en la forma en que su pierna derecha con gran fuerza y potencia, no sólo avanza con su propia fuerza, sino con la velocidad de caída y el peso de su cuerpo, en dirección de la región central de su espalda, en medio de los omóplatos de su enemigo. La fuerza es impresionante y la velocidad suprema, mientras que la atención del Dorado no se aparta de su objetivo.*
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** Todo se sucede en una cadena de eventos tan rápidos y sucesivos que es casi imposible determinar donde empieza uno y termina el otro, ahora es la armadura del argento oscuro que le protege de aquel golpe tan cruento y traicionero que el guerrero dorado intenta acomodar sobre su homologo oscuro, las alas se cierran sobre la espalda de aquel guerrero protegiendo toda la espalda y evitando completamente el ataque, soportando estoicamente el golpe, el oscuro es aventado hacia adelante, cayendo de bruces, sin mas rasguños que el polvo que se levanta al caer, poniendo las manos en el suelo para evitar dar con el cuerpo sobre el piso, trastabillea y se yergue al final de todo aquel movimiento de grandes velocidades, se sacude las manos al tiempo que los sonidos del estruendo se van apagando dentro de aquella estructura que alberga a aquellos dos adalides y que amenaza con quebrantarse si estos siguen su batalla dentro de ella -- Eres demasiado avezado, realmente un digno oponente, y por eso mismo, acabas de entrar en mi lista de los guerreros a los que debo de derrotar -- indica mientras cierra el puño diestro de donde unas hermosas flamas negras comienzan a nacer reforzando aquella oración, mientras su cosmo energía oscura comienza a arder **
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*El giro acrobático termina y se resuelve en una situación insospechada para el Dorado, quien con gracilidad deja de soportar su peso, para dejarse caer ágilmente, en la forma de un rollo sobre el suelo, hasta quedar de nuevo apoyado sobre sus plantas mirando momentáneamente hacia el otro lado de la Catedral. "Vaya, no creí que sus alas pudieran ser usadas como escudo...Deberé tenerlo en cuenta..." con esto en mente, el oriental gira suavemente, hasta ubicar en el centro de su horizonte visual al Espectro. - Kagaho, debo decir lo mismo, eres un Guerrero especial, pero no permitiré que salgas de esta Catedral a causar más daño, le quitaré a Hades uno de sus guardianes! - Con firmeza y seguridad en su voz, el Dorado expresa dicho convencimiento con cierta complacencia en su rostro que se dibuja como una sutil sonrisa, reflejo de su ánimo juvenil. "Eres un guerrero único, pero no puedo dejar que otros puedan caer por tus puños,eres un enemigo demasiado fuerte y es mi deber que no ocurran más desastres por tu fuego." Los puños del Dorado se cierran, mientras adopta postura de combate, y casi al mismo tiempo su cuerpo recrea una vez más ese juego alquímico, en que la energía del cosmos parece nacer desde cada parte de su anatomía y reflejarse en la forma de haces esmeraldas que recubren delicadamente su cuerpo, como si fuese una capa semi transparente de energía. - Es tiempo de que conozcas la furia del Dragón de Rozán!! El mismo que logró alcanzar a tu señor Hades! - *
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