Un día en el Castillo, mientras el Príncipe estaba en el balcón; pasó un hada con forma de mariposa.

El Príncipe la puso entre sus manos y sintió como sus alitas lo acariciaban con suavidad. Se dio cuenta que la tenía que dejar ir, para que siguiera volando y posándose sobre las flores.

Por la noche cuando dormía después que esto sucedió, varias veces soñó con ese momento, tan especial y mágico para él. Pasaron los días y se dio cuenta, que se había enamorado de ella. ¿Cómo iba a hacer si ella era una mariposa?.zrmzwrm

Pensó y pensó. Al mismo tiempo, le llegó por una de las hadas protectoras, el comentario de lo que había sucedido días atrás, al Hada Madre.

Ella se puso frente al espejo y lo vio en el balcón. Como suspiraba viendo al horizonte. Por otro lado, también quería saber lo que sentía la hadita, sobre el Príncipe .zwrmzwrm

Se tomó su tiempo y la mandó a llamar, para charlar con ella sobre lo sucedido.

Al día siguiente, apareció el hadita mariposa, muy sonriente.

El Hada Madre, le preguntó: “¡Dime has estado con el Príncipe en el balcón del Castillo?”.

La hadita le contestó: “Si así fue y él me puso entre sus manos, muy suavemente. Sentí su calor y su Amor que aún brotan de mis alas”.

Una de las hadas estaba celosa de lo sucedido, dado que también estaba enamorada del Príncipe. Fue hasta el Castillo y con su barita mágica lo transformó en un gato, pensando que no iban a estar juntos.

Se equivocó. El gato fue corriendo donde estaba la hadita y le hizo saber lo sucedido. El Hada Madre con su barita tocó al gato en su cabeza, para que todas las personas lo vieran como hombre y no como gato.

El Amor pudo más y el hadita se quedó con quien le enseño a amar, el gato que con sus mimos tanto la quería.