Reto Amistoso - Saint Seiya Victories

Saludos:

Vengo a dejar un reto abierto a quien guste enfrentarse a mi, y pasar un buen rato. Espero respuesta. Gracias.

Atte.

[[ You say you wanna stand by my side? Darling, your head´s not right. ]]

El rugido del León ha despertado al Dragón del Norte...Acepto el reto Aioria de Leo, que gane el mejor.

Siegfried Dubhe Alpha
کک√ God Warrior

Qué así sea, Sigfried de Alpha. Ahora solo falta un juez que ponga las bases de nuestro combate. Gracias.

Atte.

[[ You say you wanna stand by my side? Darling, your head´s not right. ]]

**La guerra que el norte le había declarado a Athena y a sus santos parecía llegar a su fin. Legendarias batallas entre santos y dioses guerreros eran luchadas ya por todo Asgard, la tierra del hielo perpetuo. Batallas de las que se cantarían canciones por siglos, en ambas tierras. Legendarios nombres como Alberich, Mascara Mortal, Thor, Aldebarán, Camus y Haggen serían siempre recordados por el pueblo vikingo, orgullosos hijos de Odín. Sin embargo, aún no terminaba la cruel masacre. En el horizonte, un ensangrentado sol moría ocultandose tras el helado mal, alumbrando la tierra de los mortales con sus últimos rayos rojizos y abriendo paso a la penumbra de la noche. Poco a poco el cielo parecía teñirse de oscuras tonalidades, mientras que algunas centellantes estrellas aparecían tímidas sibre el firmamento. Cientos y cientos de grises jinetes cabalgaban sobre la boveda celeste, difuminando el cielo esos nubarrones grises preludio de tormenta. Inclusive, del cielo caian pekeños centellas blancas, arrastradas por el aire. tan blancas como las mismas nuves, y tan frias como el corazón de su pueblo. En definitiva, la legendaria nieve de Asgard. Y sobre la colina más alta de todo el lugar, un enorme castillo de blanca piedra se alzaba imponente. Era aquel el hogar de Hilda de Polaris, sacerdotiza de Odín que, con pecado había abandonado su tarea y habia desencadenado una guerra contra el santuario. Y pronto, subiendo la escalinata de aquel castillo, una figura se distinguió avanzando con fuerza. Su adónico y escultural cuerpo era recubierto por una legendaria armadura de oro finamente decorada. Uno de los 12 mantos entregados a los santos mas poderosos y fieles a la diosa Athena, que ahora arriesgaba su vida por la humanidad. A sus espaldas, una blanca capa de seda era ondeada con orgullo al compas de sus movimientos, mientras subia aquella interminable escalinata de piedra para encontrarse con la hija de Odín. Su piel era tostada por el sol, y su cabellera alborotada color miel era mecida por el frio soplido de eolo, mientras que una mierada encendida de verdes tonalidades divisaba en el horizonte el castillo del Valhala. No había duda. Aquel varonil guerrero vestido con un ropaje de oro era el guardián del quinto partenon del zodíaco. Aioria de Leo, campeón de oro. Pronto terminó el recorrido por aquella escalinata de piedra, y encontrose de frente con una enorme puerta de la mejor madera de Asgard. Por unos segundos se quedo contemplandola, pensando para sí °°Nosotros, los caballeros de Athena, debemos detener a Hilda de Polarias y a sus dioses guerreros. Por el bien de la humanidad. Ella se encuentra tras estas puertas... °° y entonces calló en su mente, mientras daba un par de pasos por la explanada de piedra, en dirección al enorme porton que separaba al caballero de la destrucción**

Atte.

[[ No me digas que hacer pues sabes que probablemente lo haga al reves. ]]

**Desde aquel lugar, se puede ver muy lejos y a lo alto la majestuosa estatua del dios nórdico Odín quien resguarda la seguridad de su amado pueblo con firme mirada y sostiene en diestra la legendaria espada de Balmung, así mismo también se puede apreciar toda la magnífica arquitectura realizada por los antiguos vikingos del norte quienes construyeron aquel hermoso palacio en nombre de su Dios destinado a salvaguardar la seguridad de su sacerdotisa. La voz en la tierra de Odín y quien hace cumplir su voluntad en esta época es la hermosa Hilda de Polaris cuya belleza es solo comparable con el gran poder reside en su interior, el estandarte que identifica a Polaris consta de dos cuervos a cada extremo, en el medio de las aves un escudo resalta hermosa silueta de la constelación guardiana de Asgard...La Osa Mayor y sobre de esta reside la imagen de la poderosa espada Balmung. Es este mismo escudo imperial que resalta bellamente en el pórtico del castillo, a lo alto de un arco flanqueado a ambos extremos por dos temibles y gigantescas estatuas que representan una criatura del mito mitad águila y mitad león las cuales hacen parecer insignificante la figura de aquel guerrero que se posó justo en medio de ellos terminando la marcha que lo condujo hacia la entrada, misma que reluce un puente levadizo formado por una firme construcción de metal que en un momento estremece la calma de la ventisca helada de Asgard dejando a lugar el tétrico sonido de la reja abriéndose, el sonar de los engranes que elevan aquella puerta se detiene unos segundos después cuando esta está completamente replegada hacia arriba y deja ver debajo de ella un nuevo individuo, cuyo caminar entre las sombras provoca un eco elegante en las fuertes murallas de aquella puerta. Poco a poco la luz de las estrellas ilumina su cuerpo fornido que sale hacia el exterior al encuentro del visitante indeseado, el manto estelar y su brillo que derraman sobre la tierra congelada hace visible el color purpura con algunas partes azules de aquella armadura, pero lo más notorio de aquel ropaje son la hombrera derecha del soldado que adopta la forma de un dragón y su yelmo con la misma forma de donde relucen unos ojos de reptil amarillos como el sol...Se trata del sagrado manto de la leyenda de Asgard Dubhe Alpha, una de las estrellas que se queman en el cielo y dan forma a la constelación guardiana. Es aquella una gran armadura sí, pero su portador no se queda nada atrás en lo legendario ya que se trata de uno de los héroes más grandes de todo el norte de Europa...Siegfried el inmortal, cuyo ancestro mitológico venció a un terrible dragón y baño su cuerpo con la sangre del mismo adoptando un habilidad sobrehumana, la inmortalidad. Y ahí en ese lugar donde ambas leyendas se unen formando un guerrero valeroso y honrado, un Dios Guerrero al servicio de su pueblo quien mira de frente al caballero de Athena y le dirige las siguientes palabras -Ya veo, tú eres uno de los caballeros de Athena...Pero el que hallas llegado hasta aquí no quiere decir que podrás ir más lejos, Yo Siegfried de Dubhe Alpha te detendré y terminaré con tu vida- Alega con gran porte mientras aguarda la respuesta del rival**