*Metálicas pisadas se escuchan en el borde que limita el mármol casi perfecto y blanco que cubre la superficie oceánica, y el suelo de coral que conduce como camino a aquel lugar donde se muestra de forma clara e imponente el pilar que sostiene sobre si la bóveda marina correspondiente al pacifico del norte, es ahí que con cada eco que se produce con un metálico y lento andar el viento se arremolina un poco llevando una brisa salada y calida hasta aquel punto donde finalmente aun cubierta por las sombras del borde del pilar una imagen erguida observa atenta la irrupción al lugar que le fuera asignado a proteger, - Aquel que se atreva a pisar este lugar…- se escucha una voz de forma despectiva para cualquier intruso y altiva como pocas,.- será presa de Caballo marino- termina su oración haciendo una leve pausa a forma de advertencia, dejando en claro que es su deber el proteger el pilar, - Claro que lo mas seguro es que eso es lo que suceda, tu no tienes oportunidad contra mi ni contra ninguno de los generales del emperador- la voz confiada se escucha nuevamente al igual que el repicar de sus pasos sobre el mármol avanzando fuera de las sombras y mostrando su altiva imagen frente al pilar como su protector, su capa ondea con el viento y sus azules ojos se clavan en el intruso observándolo con frialdad y completa arrogancia, sintiéndose de igual forma como es que su cosmos aumenta gradualmente envolviéndole de una tenue aura de partículas luminosas.*
*El humo se disipa en aquel lugar donde solo fragmentos de mármol y coral se distinguen, poco a poco el viento que furico e incesante parecía se detiene hasta convertirse en una tenue brisa, con dificultad la diestra del guerrero oceánico se eleva, mostrando en ella fragmentos de su escama la cual continua siendo destruida un poco, su figura casi inerte a la base del pilar que protege esfuerza por ponerse de pie apoyando sobre sus débiles y tambaleantes piernas su peso, y usando sus manos como apoyo, sus ojos llenos de un enfado total se clavan con fiereza en su rival – es un autentico milagro que pudieras llegar hasta aquí- dice con dificultad hasta que su cuerpo convulsiona un poco tosiendo algunas gotas de sangre sobre su diestra con la cual se cubre, - y es algo risible el que pudieras derrotarme- exclama aun manteniendo sus ultimas fuerzas y observando con una mayor ira a su rival, su cuerpo se desploma lentamente hacia atrás hasta finalmente caer inerte observando el océano mismo, -pero los milagros no existen ni duran para siempre- clama en un tono sereno al momento que una sonrisa se dibuja en sus labios- escúchame bien, podrás haberme vencido, pero pronto los generales del mar y el Emperador Poseidón te destruirán… disfruta tus ultimas horas- menciona torciendo nuevamente y emitiendo algunas gotas mas de sangre, - Larga vida a Poseidón y el imperio del mar- exclama con su ultimo aliento mostrando sus ojos que pierden su brillo y manteniéndose frente al pilar que juro proteger aun hasta su ultimo instante…*