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Retos y Batallas: Reto a un Dorado
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| De: Seth-Sphinx (Mensaje original) |
Enviado: 28/04/2011 17:35 |
Sin alusiones personales busco desafiarte en batalla y me enseñes como usar este complejo personaje. Te desafio caballero de Oro, Camus de Acuario.
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Pues no tengo problemas en pelear, ahora que no tengo obligaciones mas que el Santuario de Athenas, acepto el reto... En mi caso, no me importa perder o ganar. Sino pulir las faltas que también me han marcado en mi combate, asi que no hay problemas.
En cuanto un juez atienda el combate iniciamos. Saludos!
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Pense que lo habian borrado. Porfa ponganle las condiciones y no lo manden tan abajo xD
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De: Hiei |
Enviado: 11/05/2011 03:37 |
Lugar: Pilar Atlantico Sur
Condiciones: ------
Contexto: A crear.
Inicia: Camus de Acuario
...:::ROLL ON:::...
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**Un nuevo día inicia en la tierra, sin emabargo no es un día como cualquier otro, pues la tierra estaba cubierta por una intensa lluvia, los maremotos cada vez se hacían mas intensos y la tensión en el Santuario era tal que era completamente insostenible - "Lo Lamento Mu, pero tengo que ayudar a los Santos de Bronce, no puedo permanecer mas tiempo cruzado de brazos..." - Piensa un joven al tiempo que se desplaza por los rincones del reino submarino, su mirada se encuentra atenta a todo lo que pudiese suceder, sus sentidos estan armonizados con el cosmo, fuerza principal en los atenienses al servicio de su diosa.
Es entonces que poco a poco sus pasos se van deteniendo al ver frente de su ser un gran pilar, el cual se erguía en tonos azules intensos, hacia la superficie del agua, la cual funge como cielo. No hay penumbra alguna por lo que su cuerpo queda a la luz, está cubierto por una armadura dorada de singulares hombreras, las cuales destacan del resto de la misma. Su capa se detiene tras mecerse por el movimiento al mismo instante que piensa -"Éste debe ser el Atlántico Sur" - Por lo que con calma camina hacia el pilar, sin embargo no da nada por sabido.**
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**Lo que representa una mitológica guerra entre el soberano de los mares y la regente de la tierra, toman vida nuevamente en estos tiempos modernos. Los siete pilares que son custodiados por los generales marina en la Atlántida son profanados por la presencia de aquellos guerreros de Atenea siendo el Atlántico Sur el encargado de defenderse de esta amenaza. Entre las sombras que otorga el enorme monumento, el custodio del lugar observa al recién llegado "Así que el debe de ser un caballero de oro. Los más fuertes en Atenas" sereno y paciente, el general se muestra. Dando ligeros pasos el sonar mismo se escucha y su persona se luce ante el llegado, quedando parado justo al costado del enorme monumento de las aguas del sur del atlántico. -- Alto allí ajeno a los dominios del señor de los mares. Estas en el Atlántico Sur.-- de peculiar armadura representante de las escamas marinas del emperador de los mares, uno de los siete generales se presenta. Protegido con tan resistente vestidura que contiene un arma peculiar, una flauta que es sostenida por la mano derecha de aquel músico --Mi nombre es Sorrento de Siren. General Marino de Poseidón. – desposeído de sus emociones, el custodio aguarda la oportunidad de eliminar a su objetivo.**
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**Los pasos de aquel regente de Athena se detienen al instante que oye los metálicos provenientes desde el pilar. Su mirada se agudiza quedando a centímetros de las escaleras, ante las palabras del Marino, sin embargo no podía perder mucho tiempo, Athena agonizaba en el Sustento Principal, mas no estaba en el caballero faltar el respeto - Soy Camus de Acuario, Santo de Oro al Servicio de Athena - Musita de manera audible con su armónica voz, pero gélida como los glaciares de Siberia.
De pronto a su alrededor apenas unos cristales fríos comienzan a circular, pues tiene sabido que los generales de Poseidón tiene prácticamente igual poder que los Caballeros dorados, por lo que no se confía - Lo siento... Sorrento pero debo destruir el pilar y salvar a Athena... Y por lo que veo no me dejarás pasar así que te venceré - Exclama conjunto a sus actos por lo que simplemente, la mirada de aquel joven se torna un tanto desafiante, tomando una ligera pero relajada postura de combate, mientras a su alrededor se logra ver un tenue resplandor dorado blancuzco.**
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**"Se siente un cosmos frio. Ya entiendo" sonríe al presentir lo que en un futuro puede suceder, el músico agrega entonces --No existe ser alguno que haya podido destruir los pilares del reino de Poseidón. Asi me derrotes, nunca podrás destruir esta edificación caballero de oro-- sin mostrar temor alguno el cosmos del marina general aparece, tomando un claro resplandor que rodea como una bendición la fisonomía del guerrero apoderándose y generando un espacio cósmico a su antojo. Sin mostrar postura alguna de batalla ni mucho menos inicios de batallar físicamente, Sorrento solo sostiene su flauta y demarca su poder en su entorno naciente. --Si has venido a pelear...Inicia-- una fina sonrisa como una elegante mirada culminan su acción.**
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**Ante las palabras del General de Marina, el Santo del onceavo templo observa cada una de las acciones de aquel ser, quien se muestra relajado y atento, pero así no tiene la guardia baja, aquella aurea que le rodea lo indican - Así sea entonces... - Musita aquel quien maneja los hielos, sinceramente no tenía mucho tiempo que perder la vida de Athena dependía de sus movimientos.
Es entonces que toma otra vez impulso contra aquel general, avanzando para acortar las distancias persibiéndose el resonar de sus metálicas botas, mas al estar a cierta distancia con una fina capa aurea a su alrededor, aquel ser da un salto para caer por sobre el General de Marina - Kolisso! - Emite con un tono de voz sereno y neutro, es entonces que de su dedo derecho salen 3 aros congelantes los cuales comienzan a cae por sobre el General, los mismos van cerrándose a su entorno con el fin de aprisionarle en el aura congelante de dichos aros, para de éste modo buscar imovilizar su cuerpo.**
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De: Br3nd0K |
Enviado: 16/07/2011 16:51 |
No existe mucho por evaluar en esta batalla salvo dos turnos por parte de cada uno. Una ausencia prolongada por parte de Camus otorga automaticamente la victoria a su rival.
Dando cerrada esta batalla, el ganador es Sorrento de Siren
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