* Es el sepulcral silencio que recibe al guerrero de Athena el mismo que se rompe ante sus palabras, este el territorio del emperador de los océanos es ahora también el sitio de descanso de su alma tras una de las innumerables batallas que han sido emprendidas entre Athena y el dios de los océanos, en respuesta a la voz del santo ateniense un sonido mas es audible en el profundo océano, el ruido de un coral ceder ante un brusco movimiento, señal irrefutable de presencia en aquel sitio,  el espacio que divide a aquel coral del guerrero dorado de apenas cinco metros es surcado por velocidad por una especie de ancla que corta el húmedo aire en busca no solo de impactar al intruso si no también de ser posible capturarlo al envolverlo con la cadena que le sujeta, del otro extremo de aquella cadena un corpulento hombre de vestiduras típicas de los guerreros del océano sostiene con fuerza dicha arma mientras dos mas se mantienen a sus costados de un tamaño menor pero de igual forma y como soldados leales al emperador de los mares y encargados del resguardo de su sitio de descanso están dispuestos a enfrentarse a cualquier intruso –Alto!!- dicta en forma de orden el gigante que dirige el ataque, -Este es el territorio de Poseidón y nosotros somos sus guardianes- exclama con convicción mostrando valor y determinación propias de un soldado de Poseidón, - no tienes mas opción que rendirte y quizá te dejemos volver por donde haz venido- anuncia triunfal en espera de que su ataque de resultado, mientras los otros dos soldados se aprestan para el ataque.*

 

Bian de Caballo Marino.

*Un grito ahogado se produce en los soldados del mar que inmóviles parecen ante el poder del santo de oro, sus cuerpos impactados por aquella ponderosa muestra del cosmos del Ateniense provoca que su figures retrocedan algunos metros estrellándose en el coral que se rompe recibiendo de esta forma a los fieles guardias del emperador de los océanos cuyos cuerpos quedan tendidos en el suelo del océano a forma de descanso eterno en el mismo sitio que su emperador. Digno final es el que presencia para sus tropas desde espaldas del caballero dorado una figura que se revela al dar un leve paso al frente manteniendo una confiada y orgullosa imagen, debajo de un casco que muestra detalles relativos al animal insignia del emperador de los mares el caballo su rostro se muestra sereno observando con atención los movimientos de un intruso, un combatiente de una guerra de la cual Poseidón no debería ser mas que un mero espectador, - ¿Qué hace aquí un caballero de Athena y por que profana este sitio con este acto tan impuro de un ser llamado Santo?- cuestiona firmemente en tono demandante, - Esperábamos fuera Hades el primero en adentrarse en estas tierras buscando el poder de su Hermano, pero que Athena, la llamada diosa de la guerra justa se atreva a venir aquí es solo señal de que en efecto no es mas que una patética traidora- menta confiado, sabiéndose conocedor de lo que acontece en la superficie. Un paso mas es dado por el orgulloso guerrero cuyas escamas que lo distinguen como guerrero del océano muestran destellos oro y cobre que contrastan con las dorada s de su oponente, - un Caballero dorado, el rango mas alto entre los llamados santos- menta terminando con una leve risa, - No importa que hagas aquí, Athena y Poseidón han sido oponentes desde las épocas del mito y es por ello que tu no tienes mas opción que perecer aquí como muestra de lo que pasara con cualquiera bajo el mando de tu diosa, y también bajo el mando de Hades- termina al momento que su cuerpo es envuelto por una aura de un tono turquesa que señala que su cosmoenergia comienza a acumularse de forma rápida cual un caballo desbocado preparándose para atacar, -ten por seguro que te arrepentirás de haber eliminado a mis soldados- *

*Los azules ojos del caballo del mar observan con desprecio al intruso proveniente del santuario griego, una advertencia habría sido lanzada por parte de sus soldados ahora ya cuerpos inertes sobre los corales y rocas destruidos misma advertencia que ya habría sido rechazado por parte de este, sin dar más dudas o prorrogas a su actuar su cosmos continua fluyendo de forma tal que su blanca capa comienza a mecerse de forma más violenta al igual que alguno mechones de su cabello castaño continúan con aquel movimiento, sus manos se extienden al frente al notar cómo es que aquella esfera comienza a ser creada por su oponente, - entonces no hay nada más que decir- menciona sereno. La seria faz del general de los mares se inclina un poco hacia arriba mostrando una orgullosa pose erguida y una mirada de desprecio dignas del primero de los guerreros del océano, sus brazos se cruzan dando un paso atrás al notar aquella esfera lanzada en contra de su rival, para que esta se estrelle en el suelo marino levantando polvo y coral mismos que son removidos en un solo acto al escucharse el caer de los pies de Baian sobre el suelo marino nuevamente para tomar una postura erguida, extendiendo sus manos y palmas delante de si para crear ondas de presión que viajan a gran velocidad en busca de impactar al santo de oro y de lograrlo rodearlo para ejercer presión sobre su cuerpo con la fuerza para provocar que su cuerpo se contraiga y además de lograr hacerlo posiblemente llegar a entorpecer de alguna forma sus movimientos, el rostro del guardián del pacifico del norte baja un poco mostrando aquellos detalles del color de su cosmo encendido en su yelmo que simulan los ojos del principal caballo que arrastra el carruaje de Poseidón que observan al igual que los del general el resultado de su contraataque con la decisión de eliminar al intruso y sin duda en aquella encomienda.*

* No hay duda alguna en el guerrero del océano respecto al rango y jerarquía de aquel guerrero de violenta y rebelde actitud, una sonrisa es clara en el rostro de Baian debido a que su orgullo es lo que esta siendo puesto a prueba su misión es el proteger este sitio pero sus deseos de pelear en contra de aquel oponente parecieran por momentos ser mucho mayores a lo que se considera su deber, ante el un ágil y rápido guerrero demuestra sus aptitudes de combate siendo seguido si con algo de dificultad por la vista de un general marino que al igual que el dorado representa lo mas poderoso de su orden, la estela turquesa que rodea su cuerpo se acrecienta y su postura casi inmóvil que no es otra cosa que un preludio para sus movimientos se rompe de forma agitada al percibir el ataque de su rival, casi a centímetros de que su cuerpo sea impactado por los ataques de su rival sus manos se mueven delante del guardián del pacifico sur creando un vacío que le sirve como escudo invisible en base a ondas que gracias a la humedad del océano sobre ambos es mucho mas fuerte que lo que seria en la superficie es así como pese a la cercanía solo un gran estallido se escucha al elevarse delante del caballo marino a una nube de polvo producto de aquel campo de fuerza invisible que le rodea de pies a cabeza y de igual forma costados y parte superior así como su espalda un vacío total le envuelve así como polvo y corales destrozados, pese aquella defensa casi impenetrable el cuerpo del guardián del océano retrocede algunos centímetros producto de aquella explosión dejando  rastros de su recorrido sobre el coral y situándose a una distancia mucho menor de su oponente, su cosos que seguiría acumulándose se concentra en sus extremidades las cuales abren sus manos generando un Kent en cada una de ellas al momento que apoya su talón izquierdo dando un leve impulso al frente que culmina con el giro de su parte superior del cuerpo que le permite dar media vuelta, escuchándose el choque de su escama marina en el destrozado coral que indica que ha puesto nuevamente en firme suelo su cuerpo de pie ahora observando a su rival, - Eres fuerte, si- dicta en un tono de voz que pese a la serenidad denota algo de agitación manteniendo también los kents creados en sus extremidades las cuales cierra liberando esta energía en ondas no de vacío pero si de cosmos que buscan impactar de lleno el cuerpo de su rival y de ser posible su impacto no solo adormecer sus cuerpo si no dañarlo de forma mas severa, -pero tu arrogancia y tu misión son un insulto para mi y para Poseidón- termina aquella frase en espera del resultado de su ataque.*

* Tenue es la diferencia entre la vida y la muerte en una batalla de iguales, si bien los santos dorados son conocidos por su capacidad de hacer milagros por la voluntad de su diosa, los generales del mar por su parte son conocidos como los guerreros invencibles y es en su marina escama que dista un poco de las armaduras de los griegos terrestres una de las mayores claves de su supervivencia, es sin duda el tan preciado material que ha traído a un enviado de la diosa de la sabiduría a este lugar el mismo del que están compuestas las escamas de los marinos y la del general de Caballo del mar no es una excepción, su ataque dio en el blanco y los daños que logro son visibles para él y es claro que su oponente ha sentido un poco ya del poder de los guardianes del océano, a cambio de dicha muestra encuentra una respuesta de quien ahora es su rival, el caballero dorado enviado para pisotear el templo de Poseidón, el general del mar observa y sienta aquel cosmos crecer tensando su cuerpo en respuesta a aquel acto, solo una fugaz muestra de velocidad es percibida en forma de ataque por su oponente y sin más dudas en si apoyado por su instinto de batalla  sus brazos anteriormente extendidos se contraen delante de él dibujando algunos círculos y cruzándose finalmente, -Es inútil, no lograras pasar mi defensa – dicta en un tono confiado seguro de que su muro detiene de lleno el ataque de su oponente, mas sin embargo solo un instante es necesario para que la sorpresa le llene sintiendo como es que esta cede y cual cristal se desquebraja, su barreria habria servido solamente  interponiéndose un poco ante dicha técnica mas no logrando detenerla del todo, sintiendo como de igual manera un dolor solo equiparable con el de estar dentro de un hirviente fuego le recorre la sangre ante el impacto  cerca de su hombro diestro del cual una delgada línea de sangre brota de violenta forma manchando el suelo oceánico, -Aghhh- se escucha apenas audible en una forma de ahogar y silenciar un dolor tremendo que se manifiesta en su cuerpo tenso, mientras su mirada de odio se eleva a su oponente, por fracciones de segundo su equilibrio se pierde y los sonidos comienzan a abandonar un poco su mente, “¿este es el poder de los santos dorados?” cuestiona mientras su mente y cosmos comienzan a estabilizarse mostrando el temple de los soldados del Emperador del mar, el turquesa de su cosmos se comienza a mostrar de forma violenta al tiempo que su cuerpo recupera la postura erguida y sus tensos brazos se extienden nuevamente en una postura más calmas solo apretando los puños señal de la contención del dolor que realiza al tiempo que su cosmos continua en una fluctuación más violenta que pareciera agitar el viento a su alrededor, -Brillante- clama aun sin poder escuchar su voz más que en su mente, -pero mi deber es proteger al Emperador aun si eso cuesta mi vida… pero no será así, te mostrare el poder del Caballo Marino- menciona con cierta dificultad a causa de la lucha de su mente con el ardor que aun provoca en si el piquete del escorpión mostrando la fuerza de los que alguna vez habrían sido llamados invencibles generales del mar*

*Solo basta un instante para que el cuerpo del marino recupere la compostura, ante el un rival que poco tiempo pierde en alardear esta vez, solo por su rostro el guerrero del mar logra descifrar que la actitud de este es la de ataque, sus piernas firmemente posicionadas sobre el suelo marino le permiten optar por una postura defensiva en inicio al momento que la fluctuación de su cosmos aumenta de forma mas notoria provocando que a sus costados dos olas de viento y humedad tomen forma casi cerrando el paso para ambos guerreros, -Sabes, después de todo encontré algo bueno en tu ataque- dicta escuchando solo en su mente aquellas palabras pronunciadas por si mismo al igual que dejando que su vista le guíe sobre el veloz ataque que aquel guerrero a emprendido en su contra, sin mas y sin dar siquiera tiempo a duda sus pasos le elevan sobre el suelo en un hábil salto acompañado de un solo movimiento el de sus manos frente a el ahora enviando una onda de presión con la intención de frenar un poco aquel violento ataque mas sabiendo que esto solo le permitiría ganar valiosas fracciones de segundo y que aquellos proyectiles lanzados en su contra seguirían su curso hacia el, el tiempo adquirido es aprovechado por el general del mar para realizar un salto que describe una parábola hacia el frente con la intención de evadir de esta forma los proyectiles lanzados en su contra los cuales continúan su trayecto con la excepción de aquellos que habrían sido lanzados a la altura su brazo diestro y que debido a la táctica del marino termi9narian impactándose en dicha pierna, a su movimiento en el aire algunas gotas de sangre caen sobre el suelo del fondo del mar  hasta que su imagen se sitúa delante del dorado, cayendo inclinado apoyando su cuerpo  en su rodilla diestra y su pie izquierdo, su rostro se eleva al momento que su cosmos se manifiesta de forma agresiva y el viento se parte en dos muros de viento a su alrededor que simulan olas, - como decía tu ataque continua gustándome- haciéndose notorio en su rostro un intenso dolor que pareciera aturdir su cuerpo nuevamente –El dolor me hace desear matarte- menta cerrando sus puños y elevando su rostro hacia si rival –y además no tengo que escuchar nunca mas esa estúpida e irritante voz tuya- dice pausadamente reuniendo la fuerza física restante en su cuerpo, notando como el sabor a sangre que tendría a causa de las heridas desaparece al igual que aquel gusto salino del viento al respirar agitado por la boca, una leve sonrisa  se forma en su rostro al usar toda la fuerza física restante en un solo movimiento que le permite elevarse de forma drástica acumulando su cosmos creado alrededor de ambos que se cierra rápidamente en un solo punto, a los pies del dorado elevándose rápidamente como un poderoso tornado ascendente que mezcla no solo el viento si no también el cosmos y la humedad del lugar en un pilar de presión y energía que busca capturar a su rival aprovechando la cercanía y fuerza del cosmos de su creador, de lograrlo su cuerpo seria impulsado hacia arriba y sujeto a una mortal presión y fuerza tal que seria capaz de hacerlo superar la superficie oceánica desde el fondo, -¡Rising Billows!- clama el marino usando su fuerza física en aquel movimiento manteniéndose estático por aquel momento intentando olvidar o ignorar el dolor que oprime su cuerpo en espera de que la mas poderosas de sus técnicas pueda eliminar al intruso al reino del Emperador de los mares, “Porque no importa si es mi vida , no importa si es Hades o Athena quien se atreva a profanar este suelo sagrado…yo cumpliré mi debe…” mantiene en pensamiento contemplando la tempestad creada que produce un temible rugido de viento y agua que se unen desde el fondo hasta la bóveda oceánica mas siendo incapaz ya de escuchar aquel terrible estruendo y buscando compensar la falta de equilibrio causada por el dolor y la perdida de audición  con su fuerza física restante y el poder de su cosmos que manifiesta el poder real del caballo del mar.*

 

Baian de Caballo de Mar.

*Aquel torrente de viento y agua se eleva cual columna arrastrando a un rival que pareciera ser vencido,  los azules ojos del caballo de los mares se clavan en aquella escena manteniendo la confiada sonrisa que le habría dedicado a su rival desde el momento en que realizo su ataque liberando casi la totalidad de su cosmos, su postura erguida del marino guardián del Pacifico norte se tambalea a causa no solo del desgaste de su energía y de las heridas de su cuerpo las cuales sangra n aun tiñendo de rojo su sagrada escama marina y el suelo del templo en las profundidades del océano, sus parpados se cierran en el momento en que logra perder de su rango de vista la imagen de su rival bajando por aquel momento la guardia un tanto más confiado de que su fuerza habría sido suficiente para derrotar a su rival, -lo..logre- dice con dificultad notando como no es solo el sabor salino de la brisa oceánica la que se ha perdido si no también poco a poco su voz y habilidad del habla al perder ya un segundo sentido por causa del ataque de su rival, sus músculos tensos se mueven con dificultad bajando poco a poco y su mirada de igual forma observa atenta el suelo marino, “no importa quien sea, Hades o Athena, mi deber es custodiar el templo marino y proteger los tesoros de este imperio y al emperador mismo”  mantiene en aquella firme convicción en su mente al momento que aquella aura turquesa desciende lentamente a su alrededor, mas es en ese punto que su vista se dirige al cielo y sus ojos se abren demostrando una sorpresa casi inaudita, es aquella cualidad de los guerreros de Athena de ser capaces de realizar proezas tan grandes que son consideradas milagros la que ahora los ojos del Caballo del mar presencian, ante él un rival que ha enfrentado la fuerza del océano mismo ha vuelto con la disposición y lealtad hacia su diosa, “este es el poder de los guerreros de Athena” piensa para sí un tambaleante general de los mares cuyo cuerpo adquiere una postura de combate nuevamente mas no con la misma facilidad que anteriormente podría haberlo realizado, sus ojos ahora disminuidos por la batalla apenas logran dar seguimiento a aquella proeza realizada por su rival dando un forzado paso hacia atrás para dar distancia entre él y su rival y sus brazos suben cruzándose delante de él para extenderse después generando la barrera de vacío en la que utiliza el resto de su cosmos hasta que revienta apoyándose en este evento para lanzar dicha presión cual ondas que débilmente intentan dar un último impacto a su rival, un último intento de dañarle como muestra de su voluntad por cumplir su misión mismo ataque del cual no podrá observar el resultado, aquel ardiente dolor apenas y es percibido al sentir una y otra vez su escama, piel y carne perforados por las agujas del escorpión, cada herida brota algunas gotas de sangre de forma violenta provocando que el cuerpo del marino se doble cerrando sus ojos por causa del dolor, -aghhhhh- es el único sonido producido por este al recibir el ataque abriendo sus ojos finalmente al ser víctima de la decimo quinta aguja, es apenas una fracción de segundo la duración del más terrible dolor que un ser vivo pudiese experimentar, mas aun así aquella mueca de dolor cede a una sonrisa serena por parte del general del pacifico que dedica la última mirada de sus azules ojos a la imagen de su rival, “Sin importar quien gane esta ridícula guerra, Hade, Athena...” piensa apartando su mente del dolor al momento que su imagen cae hacia atrás estrellándose en el suelo y teniendo ante sí solo los océanos, “Este mundo pertenecerá solo al Emperador de los mares” es aquella idea final del guerrero que demuestra su lealtad y confianza en la deidad marina, dejando solo en este mundo su cuerpo inerte aun cubierto por la sagrada escama del océano y siendo los mares testigo de que entrego su último aliento cumpliendo la voluntad de su emperador*

Baian de Caballo Marino, General del Pacífico Norte.

EXCELENTE PELEA BAIAN, AHORA ESPEREMOS A UN JUEZ PARA EL VEREDICTO.