*-Jajaja, eres ingenuo al pensar que puedes derrotar a un Dios Guerrero, mostraste valentía al oponerte a mi anterior ataque, pero no será igual-. Se jacta con orgullo el dios guerrero apretando con fuerza sus puños que sostienen las empuñaduras de sus enormes armas de filo, su cosmos gigantesco genera una tremenda pesadez y tensión en el ambiente, los árboles lo sienten y sus susurros que silban al viento se callan, las hojas dejan de caer y las restantes vuelan lejos del guerrero. Thor de Phecda Gamma alza sus enormes brazos con sus hachas al aire y dobla ligeramente los codos hacia atrás.

-¡Mjollnir Hammer!-. Exclama con su gruesa voz tirando sus brazos hacia el frente también como su cuerpo, soltando y lanzando de sus manos las hachas gigantes, las cuales salen volando como sierras que giran a una velocidad impresionante, tanto que expulsan fuertes ráfagas de viento que hacen que los gruesos troncos de los árboles parezcan doblarse. Ambas magistrales armas vuelan hacia los flancos a una velocidad cercana a la de la luz, con toda la intención de esta vez aniquilar al santo, esperando que siga confiado de su fuerza al creer que los martillos mágicos del Dios Thor pueden ser detenidos por alguien que no sea un dios.*

*Los martillos de Thor cumplen su objetivo más no de la forma deseada, la corpulencia y tamaño del oponente sin duda le han ayudado a sobrevivir al poder de los mágicos martillos los cuales siguen su camino girando y dando vuelta, evadiendo los árboles y dirigiéndose de nuevo a las manos del gigante de Asgard quien toma en el aire ambas hachas con sus enormes manos. Baja los brazos sosteniendo por la empuñadura las hachas magistrales mientras sonríe.

-Vaya, sin duda debo aplaudir tu resistencia, eres el primero en sobrevivir a los Martillos de Thor, debes saber que no existe manera de parar su trayectoria, es imposible para un mortal hacerlo, pero tu resistencia me impresiona. Pero es cuestión de tiempo que los daños te acaben y te desangres por seguras heridas externas y tal vez internas-. Thor ignora el pasar del resto de los santos de plata manteniéndose dijo a su oponente en turno en un tramo extenso donde los escombros de árboles partidos yacen en el suelo. -Mejor guarda tus energías para morir sin dolor... Tus amigos no están muy lejos, será fácil alcanzarles-. Thor de Phecda Gamma acumula su cosmo-energía y aunque el brillo blanquecino que adorna el gigante cuerpo del asgariano se va apagando sus energías son solamente guardadas más no suspendidas.

El Dios Guerrero coloca ambas de sus armas en el cinturón al lado de la hebilla donde lleva el zafiro de Odín que ahora brilla como la única estrella en el suelo. Serio e imponente el Dios Guerrero de la estrella Gamma da la espalda a su oponente comenzando a caminar con suma tranquilidad hacia el camino elevado donde los caballeros de plata toman su camino hacia el Valhala, de no ser detenido les daría alcance sin problemas.*

*Escuchando que su oponente no se daría por vencido Thor se detiene aun dando la espalda, solo mueve un poco su cabeza para ver de reojo y por en cima de su hombro al caballero herido, su determinación es admirable para ser un traidor al servicio de Hades, Thor no deja de lado esto pues entonces con sus dos manos retoma la posesión de sus armas dejándolas caer de sus grandes brazos.

-Te admiro caballero, menos podía esperar. Pero debiste dejarte morir sin dolor, acepto que te subestime pero tu tampoco subestimes el poder de los Dioses Guerreros por que aun no has conocido mi poder, si quieres el zafiro será tuyo si me vences-. De nuevo el monumental cosmos de Thor renace de su corpulencia, el cielo ya nocturno se agita como una tormenta de relámpagos que truena a lo lejos, efecto de la elevación cósmica la luz de los rayos entra por entre la espesa foresta bañando el escenario de luces púrpuras. -Esta vez te derribaré y no podrás levantarte, si lo que quieres es un golpe contundente lo tendrás-. Thor da media vuelta y alza sus enormes hachas por en cima de la cabeza, una vez más el gigante de Asgard deja caer sus brazos lanzando aquellas prodigiosas armas que en el aire toman la forma de sierras veloces buscando al oponente.

Pero la intención de Thor es algo muy diferente, pues tras de los martillos un relámpago cae desde el cielo tras de la ventisca que las armas giratorias propulsan. Ambas hachas a primera intención parecen buscar la aniquilación del oponente, pero Thor de Phecda Gamma no es ingenuo, a sabiendas que un truco repetido muchas veces podría ser ya conocido planea un truco, pues las enormes sierras giratorias en medio del aironaso se abren en su trayectoria pasando de largo a los flancos del santo dejando entrever tras de su levantamiento de hierva, tierra y nieve un fulgor que se desplaza a la velocidad de la luz en forma de una serpiente gigante de luz púrpura, junto con ella el eco de la gruesa voz del guerrero que dice: -HERCULES TITÁNICO-. Pues las mismas hachas solo ocultan la intención de Thor al lanzar un ataque de embestida contra el santo de plata, un ken de contundencia y fuerza brutal en busca de acabar con el enemigo de una vez por todas.*

*Se acaba, la brutalidad del mejor ken de Thor fulmina al santo fornido que ha mostrado gran resistencia retrasando al mismo Dios Guerrero. El gigante de Asgard se mantiene parado a un lado del cuerpo moribundo del santo resucitado, escuchando sus palabras, solo teniendo una mueca de sospecha en su rostro.

-Entonces buscan despertar la Espada Balmung y para eso necesitan nuestros zafiros... Lástima caballero, conseguirlos no les será nada fácil, como yo los otros Dioses Guerreros poseen habilidades y poderes capaces de hacer polvo a los caballeros dorados y si nuestra vida es necesaria para borrar a Hades de estas tierras, entonces las daremos con gusto-. Thor de Phacda Gamma se separa caminando hacia los árboles contiguos donde sus dos enormes hachas yacen incrustadas en los gruesos troncos y utiliza sus manos para sustraerlas colocándolas en su cinturón, alza el rostro mientras apaga su energía cósmica descansandola.

"Hay otros caballeros que han entrado al bosque, no puedo dejar que avancen más" El Dios Guerrero de Phecda Gamma inicia su avance adentrándose al bosque, en la oscuridad de la noche la silueta del gigante de Asgard se pierde entre las siluetas de los grandes árboles para continuar su camino hacia los demás invasores flanqueando sus ubicaciones usando atajos que conoce como la palma de su mano.***