*El despertar de los Dioses Guerreros ha traído consigo la admiración del pueblo hacia aquellos quienes eran no más que bandoleros en Asgard, Odín eligió como su hijo a un honorable peleador cuyo corazón y amor por la gente así como a la misma Hilda le llevarían a entregarlo todo por su causa, Thor de Phecda Gamma, es ahora un Dios protector de sus tierras blancas.*

*En medio de la soledad del bosque donde las aves no cantan los invasores ya han puesto sus pies sobre el césped que trabajosamente nace en las condiciones heladas de Asgard, aunque el bosque luce tranquilo esta a punto de convertirse en las tumbas de los que desean sumir a Asgard en sombras. Y con la noche cayendo, el sol rojizo al horizonte apenas baña de luz las copas de los árboles pero en el interior de la foresta ya domina la noche.

Un extraño y aplastante poder emerge de repente de los más profundo de los árboles, dos brillos a lo lejos van y vienen cruzándose entre los troncos acercándose en zig zag a una velocidad abrumadora, de un parpadeo a otro dos enormes sierras voladoras aparecen de las sombras vadeando los gruesos troncos con toda la intención de acercarse a los intrusos y partirles, conforme el peligro les asecha las gigantescas sierras voladoras pareciera ya no importarles si se les atraviesa un árbol, rasguñan los troncos con solo pasar a un lado, todo sea por la eliminación de los intrusos.*

*Tras del foco de la escena entre la arboleda oscura un resplandor tintinea en la negrura del bosque, una silueta de un hombre enorme vigila desde la lejanía pues sus armas atacan a los invasores de Hades, mientras ve las acciones ingenuas de aquel que posee la mayor altura y masa muscular simplemente emite un gesto de expresión silencioso dentro de su boca.

-Un guerrero de gran fuerza sin duda, creo que será interesante medir nuestros poderes ya que no vale la pena pelear con tus compañeros, pequeños y frágiles como insectos-. De las sombra de la noche bajo la foresta sale la figura de un hombre gigantesco de más de 3 y medio metros de altura, vistiendo una armadura de metal desconocido en forma de escamas y con un casco que aparenta una serpiente, en sus dos grandes brazos lleva sostenidas en las manos las hachas arrojadizas que hubo utilizado y en la hebilla el zafiro de su estrella -Soy Thor de Phecda Gamma, uno de los Dioses Guerreros de Asgard... Dime tu nombre pues el de tus acompañantes es tan insignificante como ellos mismos... ¡Váyanse ahora pequeños espectros! no temo dejarles avanzar por que adelante morirán-. El hombre de gran talla solo mira al musculoso espectro dejando fluir de su corpulencia un aplastante cosmos de tono albino que empuja un sutil viento frío en la escena.*