Presentación
**La noche comienza a recorrer el cielo con su oscuro manto sobre la tierra de Palas, al tiempo que la pálida luna en esta especial noche se ausenta, siendo reemplazada por la visión de una enrojecida luna que brilla radiantemente entre rojizas tonalidades, una luna ensangrentada que solamente se hace presente con el regreso del Dios de las ánimas a la tierra, en busca y reclamo de lo que le pertenece por derecho divino y le fuese arrebatado por el capricho…La desolación en el ambiente se hace presente, un pútrido olor a muerte recorre con el viento aquella escena donde las sombras gobiernan en las afueras del Santuario, una de ellas de particular tamaño, aún más se extiende para abrir paso a una peculiar silueta de largos cabellos oscuros que recaen hermosamente a sus espaldas, siendo mecidos por aquella brisa que lleva en su esencia la misma fragancia de la muerte “Solo observe Aiacos-sama, le brindaré un espectáculo digno de sus ojos” son los pensamientos de aquel esbirro, mismo que al salir a la luz se logra percibir el brillo purpúreo de su protección, así como el foco de centra sobre el hombro izquierdo de la ahora visible dama en el que se muestra el bestial cráneo de su bestia regente, el behemoth**
Ataque
**Es pues que aquella purpúrea aura se muestra incandescente delineando la figura de aquella joven guerrera quien fijamente observa a su víctima -Te mostraré lo que es la verdadera fuerza !El poder del Behemoth!..- menciona a viva voz al tiempo que su cuerpo se extiende sacando levemente su pecho para extender sus brazos e impactar sus puños uno contra el otro justamente a la altura de su pecho, creando un estruendo ante la potencia con la que sus nudillos se encuentran -…¡Te aplastare, como la cucaracha que eres!...- sentencia con poderío al tiempo que su cuerpo hace gala de todas aquellas cicatrices que tan orgullosamente porta, alzando lentamente su diestra extremidad inferior concentrando todo su peso y energía cósmica en la misma al tiempo que el ambiente se vuelve cada vez más tenso y pesado, así como aquel peculiar aroma pareciera ser prioritario en la escena, abriéndole paso al silencio que solamente es roto por el llamado a aquella desmesurada fuerza que se acumula en ella -…¡VERDADERA BRUTALIDAD!- expone cual grito de guerra para después dejar caer sin reparo la planta de su pie contra el suelo, con toda aquella concentración que causa el desquebrajo irreparable del suelo, haciendo que la tierra tiemble por su causa, buscando con esto que aquel frente a ella pierda su equilibrio y de tener suerte, caiga en una de las fisuras que abren la tierra, despojando de un firme sostén para su cuerpo**