*-… ¡Perfecto! al parecer tu conocimiento es nulo, eso te causará la más deshonrosa de las derrotas, así que déjame ilustrarte…- las palabras de Éaco se ven secundadas por un constante eh inusual sonido metálico que comienza a resonar desde los mutilados cuerpo de los esqueletos anteriormente finiquitados “… Con solo blandir su brazo fue capaz de pulverizar a estos inútiles, creo que esto se pondrá muy interesante “ conjetura para en ese mismo momento las partes de los organismos de las milicias empiezan a converger unos con otros formando nuevamente sus corporeidades integras como si nada hubiese pasado -… Pobre iluso, deberías sentirte honrado, pues serás aplastado por uno de los tres kyotos del infierno…- Ya repuestos y prestos para una nueva arremetida, - sucumbirás bajo la garra del gran Aiacos de Garuda!..- estas palabras son el detonante para que los resurgidos esbirros de Garuda se lanzasen interponiéndose entre su caudillo y el dorado para en esa nueva posición iniciar una rauda carrera atrayendo consigo todo el foco de atención al poderse notar la decisión en los ojos de aquellos súbditos que se impulsan con suma barbarie en pos de lograr algún perjuicio hacia el santo dorado mientras un velo de misterio cubre por el momento a aquel silencioso y confiado espectro capaz de manipular tan vilmente a los esqueletos tal si fuesen marionetas en su juego macabro...*

*...Todo marcharía según lo conjeturado por el omnipotente juez, los movimientos de capricornio solo demostrarían su nula sapiencia y sobre todo poco cuidado al enfrentarse a un rival de la calaña de la que es Aiacos. Al poder sortear con gran agilidad los embates de los esqueletos por parte del griego, la estampa del magistrado la cual fue obstaculizada por sus súbitos, desaparece por completo sin dejar rastro de algún indicio de la nueva posición de este. En completo mutismo y aguardando por el momento justo el cual la pobre rata dorada posara sus pies en el terreno, a espaldas de este y a una velocidad que notoriamente rivaliza con los de su estirpe, una gran X violaría aparece de la nada en pos de atacar a quemarropa y con una magnitud completamente desproporcionada a El cid abogando por el factor sorpresa y no malgastando un solo instante. Desde un sitial desconocido, la afilada  mirada de Éaco se postra con sumo interés en el desenlace de tan raudo contraataque que de ser provechoso, el insecto dorado no saldría muy bien parado...*

*-…Muy interesante la verdad, que un ataque de tal magnitud como lo fue mi X energética no te ocasione ni el más mínimo rasguño… al parecer ustedes los santos dorados son como dioses ¿O no?...- añade con gran burla mientras sin perder su garbo característico, Aiacos llega su diestra en dirección a su pecho para empaparla con la sangre que brota de su herida -… Jajajajajaja pobre idiota – exhorta mientras de su ensangrentada diestra, mas puntualmente de su índice, una vigorosa flama negra emerge con prontitud y fiereza. Procurando no perder demasiado tiempo, con gran cuidado aquella flama se torna más intensa mientras que el mismo Aiacos comienza a cauterizar su herida y así mermando poco a poco aquel sangrado hasta que aquella herida que pareciera ser mortal, ya formara parte del pasado - ¿Ya vez?... no eres más que un pobre diablo – cierra sus dichos al instante que una parte de la legión de espectros comienza a caer desfallecidos al unísono que el ambiente es tragado por una profunda oscuridad – No vale la pena tan siquiera perder mi tiempo con un ser que ni siquiera conoce sus propios límites…. Me das pena – en ese momento, la mirada de Aiacos se ve amparada por la oscuridad de su yelmo mientras que poco a poco una difusa imagen comienza a gestarse a sus espaldas. Un gran universo se presenta danzante y fatuo mientras que las energías del impetuoso juez alcanzan un nivel insospechado en cosa de instantes, pareciera que el solo hecho de ver su propia sangre*

* -...Al parecer tus habilidades cognitivas solo se limitan a una mueca estupida y a la torpeza de tu lengua...– exhorta atormentado por el punzante dolor en supecho, pero su orgullo y garbo le impiden mostrarse doblegado -… escúchame bien…santo dorado – añade al unísono que aquella oscuridad de paso a la formación de un trio de inmensos ojos verdosos que por el momento permanecen cerrados -…Tu casta me produce repugnancia, jactarse de poder generar o implantar justicia....justicia que no es más que una patética representación de sus miedos...miedos, que estaré gustoso de enseñarte a aceptar…- clara es la doctrina del magistrado que con sumo sosiego y imperturbabilidad, lleva ambas manos frente a su torso para generar una especie de "x" con ellas, es en ese momento como si el encontrar de sus garras estimulara una mística reacción, pues al ensamblar, una sobre la otra, aquella conformada "x" toma el protagonismo, iluminándose por el mismo purpureo poderío del Garuda, advirtiendo el preludio del fin para el caprino -...Prepárate para una muerte horrible...-...*

*...Bastante peculiar es el contingente resolución de esta contienda, un santo dorado que carece de estrategia en el campo de batalla y un juez que minuto a minuto pierde la paciencia. Todo parecía indicar que siendo un último esfuerzo para demostrar que no es un completo imbécil, el santo dorado dispara a lo tonto una serie de cortes al ambiente asfixiado por el gran poder de Garuda, en efecto, aquellos cortes dorados provocan el retroceder de la oscuridad mas no el desaparecer de esta ultima la cual que con gran prontitud comienza a reclamar el escenario que por momentos perdió -… ¿Qué?¿Eso es todo?…- exclama avivado al haber alcanzado el clímax de su magno y omnipotente cosmos. Sin perder demasiado tiempo en tan miserable y pobre combatiente, las manos en conjunto se alzan por sobre el yelmo astado al unísono que poco a poco los grandes orbes galácticos comienzan a abrirse despidiendo una cegadora luz -… Vuélvete un mísero cascaron, Sucumbe ante los grandes orbes galácticos… ¡Galactic…- exhorta lleno de vigor mientras que los parpados gigantescos se baten en retirada para liberar con fuerza aquella luminiscencia que irradia en cosa de segundos la generalidad del ambiente -… Death bling!…- cierra sus dichos para liberar todo el terror encerrado en aquel gran destello, desatando en la eventualidad del contacto con las retinas o ya sea con el solo hecho de ser bañado por este ineludible fulgor, el inmediato chamuscar del sistema nervioso central y finiquitar de la forma más horrible cualquier signo vital en todo ser capaz de contemplar la mirada del universo. Dictaminado el último juzgamiento del ave hindú de los infiernos, su estampa y la de todo sus comandados al igual que el campo de batalla se ve absorbido por el fragor de la batalla y la gran luz mortal que ahora, toma total protagonismo de la escena...*

*...El mortal destello galáctico ha sido invocado y ha desatado toda la ira de su mirada sobre los campos, exterminando y sumiendo en su terrorífico castigo a todos los seres vivos que allí se encontraban al momento de descubrirse tras sus parpados. En estado catatónico y con una mueca de horror impregnada en sus semblantes, tanto esqueletos como animales caen tal si fuesen cascarones vacíos a los suelos, más los cielos no aclaran, ya que en ellos, los grandes orbes del ave hindú permanecen omnipotentes y aun abiertos pero no despidiendo aquella luminosidad mortal de hace unos momentos, mas ahora, solo clavarían su atención en la suerte del santo dorado al igual que Aiacos quien lleva su diestra hacia el tajo en su pecho, resintiéndose un poco mas no exterioriza queja alguna -… En este momento debes estar sintiendo como cada nervio de tu sistema nervioso central se ha quemado por completo …- endosa una sonrisa diabólica -… No existe fuerza en este mundo que pueda sobrevivir a tan funesta técnica, pero déjame decirte una cosa…- En ese momento, sus manos las cuales permanecían sobre su yelmo formando una X, se desploman para acomodarse a los costados de sus caderas al momento que una vez más, sus súbditos los cuales yacen regados a su alrededor comienzan a levantarse una vez más – Si tan siquiera sobrevivieras, la repercusión de mi técnica acabara contigo…-*

*...Aun envuelto por la expectación y a la espera de poder contemplar aquella mirada llena de terror en el rostro del dorado como lo observa en aquellos súbditos que hace unos momentos lo seguían, y ahora expresan una inconfundible mueca de un terror que les arrastro hasta la muerte. Al parecer poco a poco aquel insecto dorado comenzaría a adoptar dicha expresión que el magistrado ansia observar, pero al parecer, los aires de divinidad por parte del griego parecieran aun mantenerlo de pie, dando un notorio suspiro y expresando un total desagrado es como la estampa del Juez voltea sobre su eje para darle sin más la espalda -… No mereces ni siquiera ultimarte…- expresa iniciando su avanzar hacia donde se levanta a lo lejos el castillo en la tierra del Hades. A pesar que la integridad del espectro no se encuentre aun en batalla, los grandes ojos galácticos desatan nuevamente aquel funesto fulgor lumínico para de esta manera dar un eventual golpe mortal y  buscar acabar de una vez esta inútil contienda sumiendo el ambiente nuevamente en un gran velo de misterio. Pero la diferencia de esta nueva visión galáctica, es que esta vez el fulgor se torna aún más cegador y punzante procurando con este último movimiento, finiquitar lo que a sus espaldas deja inconcluso…*