R1-B1: Aiacos de Garuda vs El Cid de Capricornio - Saint Seiya Victories

Lugar: Camino a Italia (Lugar donde se da el primer enfrentamiento entre el Cid de Capricornio vs los dioses del sueño)
Hora: Atardecer
Características: Constante aire fresco
Contexto: A crear
Comienza: El Cid de Capricornio
Juez: Alberich de Megrez Delta

...:::ROLL ON:::...

** Ya desatada la guerra santa contra el inframundo, en un atardecer soleado en que paresia que el sol estaba mas intenso que nunca pues el mismo brillaba con tanta intensidad pero pese a eso el aire era fresco y calmo, gacelas y venados brincaban cerca de los arboles de la zona. Del horizonte paresiese como si un hombre vendria caminando, màs asì era, un ser que se mueve entre los arboles con elegancia que se enaltese aún más con el movimiento singular de los hombros y de la capa blanca, siempre ondeante y creando hermosos destellos de la luz con el manto dorado que anuncia su rango y poder, siendo éste uno de los doce guardianes al servicio de Atenea, mas, lo que llama más la atención es el par de cuernos que sobresalen del casco y que no dan pasos a dudas, puesto que es ni más ni menos que el decimo representante, El Cid, quien únicamente continua con su caminar rumbo al castillo de Hades. **

*Los ecos de la guerra ya repicaban en la totalidad de la tierra, y más aún, en desemejantes sitios de esta última se desataban sangrientas contiendas en pos de aplicar la doctrina de alguno de los 2 grandes dioses en pugna, Hades y Athena. Un día magnifico se presenta sobre las planicies de Italia, más una sin fin de vegetación y fauna se exhibe a los ojos de un lóbrego personaje que guarda solemne mutismo. Desde una elevado risco, el garbo de uno de los más poderosos magistrados del infierno atiene con cierto interés la travesía del santo dorado – Sera lamentable exponerle a Hades Sama que su castillo está próximo a infectarse de ratas…- se permite un momento para enaltecer su mirada permitiendo que la luminosidad del día toquen aquellas demenciales facciones que yacen bajo un astado yelmo violáceo y con esto, un par de lúgubres orbes amarillentas se clavan en Elcid como 2 afilados puñales-… y sobre todo, una de las ratas más grandes que la pobre diabla de athena puede ofrecer jmjmjm – exhorta el gallardo hombre mientras poco a poco una dotación completa de esqueletos rodean y cortan el paso del santo dorado *

"No necesito de nadie para hacer notar la autoridad del cual me jacto. Las basuras como ustedes solo podrán distinguir desde el suelo a quienes gobernamos los cielos."

** El Cid entra a una pequeña zona rocosa en donde no hay vegetaciòn, un lugar al que no conoce y del que no sabe nada, los alrededores esta en sombras por el tipo lúgubre del atardecer, no se escucha ningún ruido ni se percibe ningún còsmo, por lo que el santo de oro alerta sus sentidos preparándose para cualquier sorpresa, entonces sus pasos lo llevan al centro del lugar y de las sombras, saliendo con gran agresividad se abalanzan sobre él unos cuantos espectros, por detrás, por enfrente y los lados. "Hasta que dieron la cara" menta Y es así como el momento se llena de tensión, el silencio no existe pues el constante andar de los espectros permanece vigente mientras las corrientes de viento cargadas de aquellas sombrías sensaciones son rasgadas al pasar frente el brazo derecho, de El Cid, aquel que contiene el legendario poder de la excalibur, la espada sagrada que todo lo corta... y es en ese momento que con gran firmeza y seguridad el còsmo de capricornio se apodera del lugar para luego y blandiendo una su mano, y con esto el poder de la excalibur que hace un solo movimiento circular que se mueve al compas de su cuerpo el cual actua dandole mayor poder a la poderosa tecnica realizada por el caprino mientras su mano dibuja con su transcurso una línea de corte del mismo tono que su còsmo energia, un brillo sin igual asimilable a los rayos del sol caracteriza a aquella línea de energía la cual es disparada a la velocidad característica de los santos dorados en dirección a los atacantes generando a su paso un agudo silbido generado por el rasgar del viento en dicho paraje, siendo esto testimonio de la velocidad alcanzada por aquel ataque que busca cortar fuertemente a sus contrarios. **

*...Casi sin refutar ni emitir designio alguno, aquel trayecto lumínico vuelve trizas los cuerpos de los esqueletos que hasta unos instantes permanecían manteniendo su posición y que al parecer, la escuálida mente del santo dorado lo tomo como un ataque a su persona. Ya sin vida y mostrando un escenario digno de la pesadilla más macabra engendrada por la mente humana, los trozos de los que fueron fieles perros del Garuda se dispersan por todo el terreno manchando estos últimos con un inconfundible tono carmesí -… Que patético eres, ¿crees que por matar un par de mis súbditos podrás contener lo que en tu futuro está marcado con sangre?- exhorta Garuda al bajar de su encumbrada perspectiva y así avanzar por sobre los restos de sus súbditos pisándoles sin remordimiento alguno, mientras que los esqueletos restantes conservan sus lugares y empuñando sus armas en pos de una eventual orden del magistrado -… Sera divertido jugar contigo… - cierra sus dichos marcando aún más aquella demencial mueca que circunscribe el foco de atención, al instante que un excelso y vil cosmos brota de su acorazada figura, preparándole para un inaplazable choque entre máximos exponentes de ambos ejércitos, más las actitudes de Garuda, demostrarían que a pesar de la situación, esto solo sería un leve calentamiento…*

"No necesito de nadie para hacer notar la autoridad del cual me jacto. Las basuras como ustedes solo podrán distinguir desde el suelo a quienes gobernamos los cielos."