Presentación;
*Los cálidos rayos del sol descienden sobre el santuario
griego donde una de las batallas más crueles que la humanidad soporta se abre
paso. Lento como el fluir del sol el descender de blancas plumas señal de paz
se hace presente junto con un destello que parece igualar al sol formándose la
silueta de dos alas abiertas proyectadas como sombra por la luz solar y poco a
poco el descender lento de una imagen a espaldas del enemigo y dando la espalda
también se mantiene. Su cálida presencia y elegante silueta permanecen inmóviles,
mostrándose sobre su cuerpo la sagrada armadura del noveno signo zodiacal cuyas
alas permanecen abiertas plegándose lentamente al tiempo que su imagen serena
gira su rostro dedicando una mirada llena de paz a su enemigo. –Espectros, ¿Se
atreven a manchar este sitio sagrado con su presencia?- Cuestiona el recién llegado
guerrero envuelto por una cálida y decidida aura dorada. –No dejare siquiera
que te acerques a Lady Athena- menta seguro mostrando una firme sonrisa de
confianza al tiempo que su imagen espera el instante perfecto para cumplir su
deber como un guardián de la diosa de la sabiduría*
Ataque;
*firme como su carácter noble y decida convicción la silueta
del caballero de sagitario se mantiene de pie delante de su rival extendiendo
su diestra mano con fuerza para que un as de luz fe forma vertical se forme en
sus manos cual dorado arco que se mantiene tenso al igual que su brazo. Sus
ojos firmes en su enemigo no muestra duda alguna en su intención tensando su mano izquierda desde
el arco hasta la altura de su hombro generando una línea de luz que se
convierte en una dorada flecha que apunta sin temblar siquiera en dirección de su
oponente. –Por Athena yo soy- dicta al instante que su cálida aura dorada se
extiende desde su cuerpo hasta aquella flecha provocando un destello similar al
sol en la punta de su arma. –Su escudo y la flecha que atraviesa el mal que
amenaza a este mundo- Su voz se escucha decidida al momento que libera aquella ráfaga
dorada que emprende su camino en busca del pecho de su rival con la intención
de fulminarlo. Serena la imagen del arquero dorado permanece inmutable
cumpliendo los designios de aquella persona que juro proteger al igual que
manteniendo su deber de proteger a la humanidad en nombre de ella.*