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**Particular suceso se comienza a manifestar en los dominios del Dios de los mares, ahí donde los mantos acuíferos imperan por sobre el resto se sostienen firmemente en su lugar los principales mares del mundo, siendo específicamente en el pilar del océano Índico donde sin previo aviso un dulce aroma a muerte se comienza a percibir, trayendo consigo aquella característica sensación de desdeñosa desesperanza y en suelo de marmolina base una sombra hace acto de presencia, misma que comienza a aumentar sus proporciones de peculiar forma, como si delineara una silueta humana sobre aquella superficie; el hedor se vuelve más profundo sello de aquellos provenientes del mundo de los muertos y que ahora se alzan sobre su territorio al reclamo de aquello que pertenece a su Dios desde tiempos inmemoriales, fallo tras fallo en contra de la supuesta justicia, la estrategia habría de ser diferente en esta ocasión… Corpórea aparición se abre paso por entre la silueta dibujada sobre el terreno de piedra caliza desprendiéndose de la misma, una imponente figura de larga cabellera hace acto de presencia, anatomía de la cual aquellos ropajes de purpúreo matiz es lo que sobresale a la vista, reconociéndola como una de los miembros del ejército del Dios de las ánimas, hermosa joya inframundal de la cual por entre todo lo demás, destaca con elegancia solemne porte por sobre su siniestro hombro, el bestial cráneo de la bestia terrestre reconocida entre  los hebreos: el Behemoth**

 

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**Y es con paso firme y estruendoso con el que aquella fémina se abre paso por el nuevo terreno, paseando sus violáceos ojos por el panorama que por primera vez admira desde tal perspectiva, la belleza y tranquilidad interna que puede llegar generar la perspectiva de los mares, el hábitat marino, deteniendo entonces sus pasos justo al frente de aquel soporte que sostiene sobre su estructura el océano Índico, separando sus piernas para brindarse a sí misma mejor soporte y equilibrio -Así que ¿no hay nadie?...- cuestiona al tiempo que en sus orbes un purpureo destello se hace presente, incandescencia violácea que le da particular brío a su mirada -…Entonces, supongo que soy libre de apartar de mi camino este obelisco- anexa en un tono provocador, buscando con esto que aquel guardián se aparezca sin más ante aquella amenaza**

 

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**Peculiar suceso se hace notar a trasfondo, aquella sombra de la que provenía no se disipa por el acuífero terreno, sino que simplemente se encuentra aún hilada con la que proyecta aquella espectro, mientras con cautela, la misma aumenta en su proporción lentamente al tiempo que su dueña pretende que la atención se enfoque en ella -Así que si hay alguien, eso es mucho mejor…- menciona mientras  su diestra se eleva hacia su testa, apartando su largo cabello hacia atrás en un movimiento que denota claramente el género de aquel miembro del ejercito de las ánimas, como si el reto del guardián tuviera nula importancia -… ¿Ah sí? Me sorprende tal amabilidad, ¿no debería ser tu prioridad ese soporte de piedra caliza? O ¿es acaso que tan confiado estas de la misma?...- cuestiona con altanería y arrogancia mientras en sus labios se dibuja una retorcida sonrisa, tras lo cual su pecho se alza levemente en conjunción con sus brazos, mismos que se lanzan hacia el interior uno contra el otro, con sus manos en puño, el choque de sus nudillos entre sí provoca un estruendo que resuena por todo lo largo y ancho de aquella escena -…y de ser lo último, entonces tu presencia aquí es simplemente un adorno, y yo en lo particular, no estoy en favor de la bisutería- anexa sin perder aquella arrogancia y seguridad**

 

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**En primera respuesta solamente aquella sonrisa se esboza aún más, al tiempo que sus orbes se esconden suavemente tras sus parpados -Bien, comencemos…- sentencia sin alteración alguna por el momento, siendo solamente entonces que el ambiente adopta aún mayo pesadez, aquel aroma a muerte se hace protagónico de nueva cuenta y una sensación de total desdicha comienza a emerger, completa desolación y desesperanza se trasmite desde su naturaleza y aquellas sombras que se fueron desplegando  al alrededor de la fémina toman la colosal e imponente figura de la bestia hebrea representante de la tierra: el behemoth; -¡Revestimiento de sombras!- expone al tiempo que sus violáceos ojos vuelven a la escena con aquella incandescencia purpura, siendo tras aquel llamado que la sombra con entera rapidez se dirige sin reparo hacia donde el guardián de aquel pilar se encuentra,  misma que se despliega en múltiples extremidades que pretenderán sujetarle por las mismas del general marina con ninguna otra intensión más que la de inmovilizarle entre la auditiva ilusión de distintos lamentos y llantos desconsolados; siendo entonces que mientras las sombras buscaran lograr su cometido que aquella fémina espectral igualmente se abre paso en  aquella dirección -..En realidad este pilar me importa en lo más mínimo, por lo menos de momento, así que tu cortesía sale sobrando-**

 

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**Y es en ese momento que ante su ataque, el general marina pretende contrarrestar su arremeter con aquella lanza que engalana la escama que porta, más en dicha pretensión de contra ataque, los destellos que la misma generan  causan a su vez que las sombras se proyecten gracias a dicha luz, multiplicando su cantidad, que aún con aquella filosa arma que corta el mismo aire simplemente traspasa la penumbra sin problema alguno, misma que mantiene su cometido ahora en mayor proporción pues aquellos condenados emergen de su naturaleza a manera de sombras, manteniendo las características de las mismas…Un fiero golpe pareciera logar su objetivo, traspasar hasta donde el cuerpo de la espectro se encontrase, pero, tomando como ventaja aquella  luz que al emitirse hacia el frente del general marina, a las espaldas del mismo se proyecta su propia sombra, misma que ante aquel ataque se ve conectada con las que maneja la representante del inframundo; la fémina anatomía se funde entre aquella negrura, desapareciendo del frente, aquel punto en el que la imponente lanza ejerce sus cortes y re aparecer sin problema alguno entre la sombra de aquél, emergiendo por completo a las espaldas del mismo alzando su diestra con la mera intención de asestar un golpe a la cabeza de Crysaor, haciendo gala de aquella fuerza sobre humana que le caracteriza de entre las ciento y ocho estrellas malignas a la orden del Dios de las ánimas**

 

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**Siendo entonces que su cuerpo se ladea hacia la izquierda imprimiendo su propio peso en aquel golpe que lanza fuertemente hacia la cabeza de Crysaor, siendo esta acción la que tome la prioritaria atención de la espectro; un crujir se hace presente, sorprendiendo a aquella fémina junto a una cálida sensación que comienza a recorrer su abdomen justo donde termina la caja torácica  “Pero ¿Qué…?” cuestiona fugazmente en sus adentros para llevar entonces su diestra a donde la sensación de calidez la invade, alzando nuevamente aquella extremidad para poder vislumbrar su propio liquido vital recorrer entre la misma, dándose tras esto  el tiempo de mirar aquella zona de su cuerpo que pareciera estar ahora afectada por aquella lanza, pudiendo observar como parte de su coraza por una de las cuchillas laterales de aquel marina había manifestado un quiebre, causándole así un corte en la zona lateral derecha de su abdomen -Demuestras pues que no eres un simple adorno…- expone sin titubeo alguno en su voz ante la escena o el dolor que aquel corte pudiera causarle -…Pero eso !no será suficiente!- vocifera al tiempo que ahora lanza un poderoso golpe con la planta de su siniestro botín, el cual causaría un sismo de medianas proporciones que causaría un fuerte sacudir de la tierra, más sin mayores consecuencias;  ofensiva con lo que pretende meramente romper el equilibrio del general marina y causar que éste caiga de lleno sobre el suelo, justo ahí donde aún las prisioneras tinieblas se mantienen esperando poder aprisionarle por fin ante la conjunción de ambas acciones realizadas por la fémina**

 

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**Es entonces que el general marina se encuentra ahora de rodillas sobre el suelo, aprovechando la situación al observar que éste busca reincorporarse, con presteza la siniestra extremidad de aquella joven se alza de nueva cuenta inclinando levemente su cuerpo hacia la derecha, buscando el perfecto balance y equilibrio para  de esta forma lanzar  una fiera patada horizontal hacia la parte superior del cuerpo Crysaor  buscando así impactar una vez más en su cabeza, ahora al costado opuesto; mientras tanto, las almas penitentes manifestadas en sombras sobre el campo de batalla se van fusionando sin reparo alguno con aquella que la misma fémina proyecta sobre la piedra caliza que recubre el suelo donde reside el pilar del océano Índico**

 

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