*El cuerpo del Ángel se levanta recuperando la postura firme sobre el suelo y alzando la vista a donde el cosmos de su rival se manifiesta. Sus piernas se flexionan en aquel instante que sus ojos observan el ataque de su rival emprendiendo un salto frontal de gran altura y haciendo un despliegue de su impresionante velocidad para salir del rango de los ataques del guerrero del norte, corrigiendo finalmente su trayectoria dando un giro en el cielo para caer a espaldas del dragón del norte girando su cuerpo y extendiendo su zurda mano para liberar finalmente una lanza de dorado color buscando la espalda de su rival tratando de aquella manera alcanzar la parte posterior a su pecho en busca de comprobar la teoría surgida de su ataque anterior, notándose un gesto de esfuerzo en su rostro así como marcas en su armadura y la máscara que muestran que pese a su velocidad y agilidad parte de si habría sido alcanzada por algunos de los ataques emprendidos por su rival más su determinación y lealtad unidos a la protección de su manto servirían para soportar al menos algunos de los ataques de su rival*

*La figura del guerrero de Artemisa su cuerpo se mantiene erguido y sus músculos se tensan retrocediendo apenas un poco tras su ataque, no existe sentimiento expresado en su rostro más sin embargo su voz rompe nuevamente el silencio, -Al parecer aun tienes un punto débil- ,menciona al ver comprobada su teoría por la forma en la que aquel legendario guerrero protege su pecho y es en ese momento que su figura es envuelta por energía eléctrica que recorre desde sus pies hasta su cabello cubriéndole por completo extendiendo su zurda al lado y abriendo la palma para que una delgada línea dorada surque esta y al cerrar sus dedos una lanza mas toma forma en esa extremidad. –La inmortalidad es un regalo propio de los dioses, y tú no eres un dios- sentencia firmemente al instante que la energía de su cosmos comienza a llenar su arma recorriéndole por energía estática de tonalidades violáceas*

**La energía alrededor del Dios Guerrero crece muy rápidamente. Como si una llama blanca lo envolviera, Sigfried hace sentir su valor y su fuerza por el lugar. Al escuchar las palabras del ángel,  la parte del yelmo que cubre su mentón y su boca se abre, revelando una sonrisa sarcástica dibujada en los labios del vikingo. -¡Aunque conozcas mi debilidad jamás lograrás vencerme!- exclama burlón el dragón del norte- ¡Mi poder es un regalo de Odín, y no responderé ante ningún otro Dios!- Entonces extiende su mano derecha y con el dedo índice señala a su enemigo. -…Haré todo por proteger Asgard de ti…-. Mientras el casco se cierra nuevamente, todo el poder del divino de Alpha comienza a arremolinarse en la punta de su dedo. En un instante, un delgado rayo de energía blanquecina, tan preciso y afilado como una espada, sale disparado y casi al instante impacta bajo los pies del ángel. La fría roca se hace trizas, y Siegfrid aún en control de aquel fino despliegue de cosmos, traza una circunferencia alrededor del enemigo. -¡Espada de Odín!- exclama con orgullo el valiente Dios Guerrero, mientras de las grietas en forma de círculo alrededor de Ikaro una luz azulada comienza a brotar. Pronto, todo el suelo alrededor del enemigo estallaría de manera brutal intentando elevarlo por los aires, y cientos de afiladas rocas saldrían disparadas buscando desgarrar al ángel. ¿Logrará la espada de Odín poner fin a las mezquinas ambiciones de los Dioses del Olímpo?**

[[Sigfried de Dubhe Alpha]]

xx

...Me convertiré en estrella y te cuidaré por siempre...

*Firme postura mantiene el hábil guerrero al instante que su cuerpo se tensa escuchando las palabras del guerrero, inexpresivo como hasta ahora mantiene la visión en aquel ser con cierto desconcierto por la entrega demostrada mas a sabiendas de que el haría lo mismo para proteger a la diosa a quien debe su vida. –Entonces que sea tu vida la que se tome- responde apoyando su pierna derecha frente a él intentando emprender un salto al notar como el suelo a sus pies se desquebraja. Sin mucho éxito pese a su velocidad su cuerpo salta tratando de esquivar la terrible técnica del nativo del norte, saliendo en parte de la trayectoria más aun así siendo elevado algunos metros e impactado en parte por la ráfaga de poder y las rocas y corrigiendo su caída en un violento giro que le sitúa delante de este, su máscara muestra algunos daños cayendo fragmentos de esta, al igual que su armadura y es en la extremidad que sostiene la lanza donde gotas de sangre caen al suelo, su figura permanece inmóvil apoyada en su rodilla izquierda y solo esa mano se extiende aprovechando el momento para liberar el proyectil que como jabalina cruza el espacio tratando de alcanzar el pecho del nórdico, el rostro de Touma muestra dolor físico a causa del combate y su mano baja apoyando su figura inmóvil que espera resultado del contraataque lanzado contra su rival* 

**Una sonrisa de satisfacción de dibuja en el rostro del vikingo al ver como su ataque daña, en parte, al ángel. Pero pronto aquel proyectil o sorprende por su increíble poder y velocidad. El divino de Alpha apenas alcanza a girar su cuerpo y salir de la trayectoria de aquella lanza, que pasa de largo al dragón del norte. °°¿Cómo es posible que aún tenga tanta fuerza, a pesar de estar en ese estado tan lamentable?°° se cuestiona con una ligera preocupación Sigfried, al ver desde las alturas al enemigo de los cielos. El viento congelado ruge en Asgard, y Sigfrid se mantiene inmóvil en aquella torre. No despega sus claros ojos del enemigo, y su poder cósmico vuelve a rodearlo como una llama. Su aura, tan blanca como la nieve de la tierra que ama, se ilumina con fulgor; y hace sentir su fuerza en todo el lugar.  Es sorprendente la resistencia de aquel guerrero, y el valiente vikingo sabe que la batalla aún no acaba.**

[[Sigfried de Dubhe Alpha]]

xx

...Me convertiré en estrella y te cuidaré por siempre...

*Las manos del guerrero divino se apoyan en el suelo y su cuerpo tambaleante se levanta poco a poco para adquirir una postura erguida, el dolor y las heridas son pasadas por alto por el leal guerrero dispuesto a renunciar a su humanidad por designios divinos. –Alguien que posee la inmortalidad de los dioses- menciona al alzar su vista sin sentimiento alguno clavándose en la figura del nórdico dragón, -Y sin embargo, eres tan frágil como los hombres, no eres un rival para los dioses, ellos trascienden a limitaciones humanas como esa-, exclama alzando su diestra que se muestra firme al igual que él, si índice se extiende señalando el pecho del guerrero de Asgard. Es en ese punto que el explosivo cosmos del joven pelirrojo se enciende de manera violenta subiendo como energía eléctrica de tonos violeta que alzan desde sus pies hasta sus cabellos que ondean violentamente. – Los dioses trascienden su voluntad y es por eso que los humanos como tu están sujetos a ella, y deben cumplirla…- clama dando un paso apenas, mostrando su fuerza y determinación. –Si he de convertirme en uno, derrotare primero al humano que tiene más similitud a ellos, Sigfried…-*

**El dragón del norte mantiene su postura erguida, y su cosmos latente. En su rostro, una mueca de valor se dibuja y mira con un poco más de respeto al ángel. °°Qué fuerza de voluntad… Qué valor…°° piensa al ver como Ikaro aún exalta su cosmos. Una batalla digna de ser luchada. El cosmos de SIgfried sigue creciendo incalculablemente. No solo el suelo se resquebraja ante su poder; sino que algunos truenos aparecen en el cielo, rugiendo del brazo de Thor. Cada músculo en el cuerpo del valiente nórdico se tensa, y siente como el poder cósmico recorre cada átomo de su ser. La luz blanca que rodea su adónico cuerpo brilla con el fulgor de una estrella, e incluso el vikingo suelta un rugido de batalla mientras el poder lo llena. ¿Qué tiene pensado hacer el Dios Guerrero de Alpha?**

[[Sigfried de Dubhe Alpha]]

xx

...Me convertiré en estrella y te cuiudaré por siempre...

*De forma brusca y acelerada el movimiento del Ángel de artemisa se hace notar, un solo movimiento le permite situarse frente al imponente guerrero del norte. En los ojos del enviado de la diosa Artemisa no se muestra duda y pese al esfuerzo y el dolor físico el silencio es su lenguaje preferido. Su diestra se extiende a su lado y una de las lanzas revestida por una capa de electricidad proveniente del cosmos del guerrero se forma en su mano al momento que su cuerpo se apoya al frente empujando con su pierna y lanzándose junto a su arma la cual se pone al frente buscando atravesar el pecho del nórdico con su arma. De igual manera su zurda mano genera un punto dorado para crear una lanza más que sostiene firmemente sin perder la atención de su blanco, el movimiento del ángel se detiene en un punto donde su arma tendría el alcance suficiente para conseguir su objetivo de alcanzar a impactar y su brazo se tensa inclinándose aun al frente en busca de imprimir más fuerza en ese movimiento*

*El cuerpo del ángel detiene su avance observando fríamente al guerrero de asgard sin comprender del todo la fuerza que consigue que este simple humano pueda detener sus movimientos. Sus piernas se tensan y su cuerpo se flexiona al frente buscando imprimir más fuerza a su lanza la cual se escucha crujir en el instante que la luz del ataque del guerrero del norte comienza a acercarse. –Esta es la fuerza de un simple humano, quizá…- dice para sí. Es en ese punto que su mano izquierda que aun sostiene una dorada arma se extiende lanzando desde otro ángulo la jabalina dorada a corta distancia en contra del pecho del Asgardiano, retrocediendo en este punto la figura del joven pelirrojo cuyo cuerpo es envestido por el potente ataque del dragón del norte, su figura sale despedida varios metros atrás y la lanza que aun sostiene se transforma en fragmentos de luz que se pierden hasta que su figura cae violentamente en el suelo observando el resultado de su arremetida, así como el daño causado al suelo por la trayectoria de su cuerpo, -Esa es la voluntad de los humanos- dice dibujándose una media sonrisa de admiración para su oponente*

*La respiración del joven ángel se nota agitada en aquel instante que sus ojos pierden de vista el movimiento de su enemigo. El cansancio y el daño de la batalla se notan ya en el enviado de la diosa Artemisa y su cuerpo se pone de pie lentamente para en ese instante sentirse rodeado por los brazos del guerrero del norte, un gesto  de sorpresa se hace notar en Ícaro al momento que sus brazos luchan para tratar de liberarse, su cosmos se enciende levemente haciéndose notar en el también los efectos de la batalla mas buscando con desesperación el liberarse de aquel movimiento tensando sus brazos y sosteniendo los de su rival con las manos para tratar de liberarse, -¿Qué intentas hacer?- cuestiona para afianzar sus piernas sobre el suelo y aumentar su cosmos que genera leves descargas eléctricas a su alrededor tratando de liberarse*

**La última estrategia del vikingo da resultado, y ahora tiene apresado a Íkaro. A pesar de las descargas eléctricas en su cuerpo, Sigfried no suelta al ángel e incluso aprieta su atadura con más fuerza.  -¡Te llevaré conmigo al otro mundo, maldito!- dice al enmascarado y aprieta con más fuerza sus brazos. La luz blanquecina comienza a arremolinarse alrededor de ellos, y todo el poder del dragón del norte se hace presente en aquel instante. En el cielo, la constelación de la Osa Mayor comienza a brillar con fuerza; en especial su estrella Alpha. En un instante un rayo de luz azulada cae del cielo, iluminando a ambos guerreros con su fulgor y trazando sobre la bóveda celeste el último vuelo del dragón.  -Adios, Asgard… - dice con un suspiro de melancolía el vikingo, mientras con violencia su cuerpo empieza a ser elevado e intenta llevarse al apresado ángel consigo.  –Dioses Guerreros, cuiden a Hilda por favor.  ¡Volveré al cielo, donde los valientes me esperan!- La técnica de Sigfried, su último recurso, es una técnica suicida. El vuelo continua, y la fricción del cielo parece despedazar poco a poco la armadura divina de Alpha. –Me convertiré en estrella, y te protegeré por siempre…- dice, pensando en su amada Hilda; aquella mujer que logró domar con su ternura y bondad el corazón fiero de Sigfried; justo antes de desaparecer en el cielo. Tal vez Sigfried moriría junto con Ikaro, pero su leyenda vivirá por siempre. Esa noche, la estrella de Alpha brilló con un hermoso fulgor; y todo Asgard se vistió de luto en nombre de Sigfried de Dubhe Alpha; el más grande héroe vikingo.**

[[Sigfried de Dubhe Alpha]]

xx

...Me convertiré en estrella y te cuidaré por siempre...

*La presión comienza a hacerse más notoria, los músculos del guerrero se tensan igual y su cosmos aumenta tratando de liberarse sin mayor éxito, observando cómo su cuerpo comienza a subir junto al de su rival y la presión provoca que los golpes que su armadura sufrió se escuchen crujir rompiéndose poco a poco, -Esta es tu última voluntad guerrero- menciona tratando de jalar los brazos de este para liberarse sin mucho éxito, sus ojos se cierran y sus pensamientos se dirigen a la diosa de la luna pidiendo al menos en estos últimos instantes una leve disculpa para ella. La voluntad de los humanos es fuerte pero es la voluntad de los seres eternos sigue siendo la que prevalecerá al final. Sus ojos se dirigen arriba y su cosmos lucha con toda su fuerza emitiendo violentas descargas contra ambos, su voluntad es la ultima fuerza que trata de salvar su vida aun y cuando su fuerza no alcanza mas, perdiéndose en el firmamento junto con su digno rival*