*El rugir de los vientos del norte se ve interrumpido por un as luminoso que centellea al chocar dos de aquellas enormes nubes que cubren el cielo de Asgard, es en ese momento que el rugir de un trueno se escucha con furia llenando la mítica explanada  y provocando un estruendo general. –Odín, guardián del norte- se escucha como susurro una sola voz perteneciente a un varón, sin embargo en ella no existe sentimiento alguno ni emoción expresada al referirse a la deidad que es alabada por uno de sus guerreros. Firme y serena, inmutable como la estatua sobre la cual permanece posada, la imagen de un joven guerrero cuyos rojizos cabellos danzan al ritmo de las heladas ventiscas que azotan constantemente aquellas tierras. Su figura permanece inmóvil, sin ser capaz de expresar otra palabra que las ya emitidas y sus puños apretados con seguridad. Su cuerpo cubierto con un singular tipo de armadura de siendo lo más notorio un singular antifaz que cobre en parte su rostro mas no así la mirada fría que se clava en la imagen del guerrero de Alpha. “Ese es el mejor guerrero de Odín…” Mantiene en frío pensamiento al instante que la fría expresión de sus labios se torna en una confiada sonrisa señal de que ha encontrado aquello que buscaba en estas tierras de hielos eternos*

**Al escuchar la voz del extranjero, Sigfried rápidamente se pone de pie y voltea su rostro a donde recién aparece el enemigo. Una mirada de desconcierto se apodera de su rostro, mientras cierra sus puños con fuerza. -¡¿Quién eres tú?!- cuestiona autoritario el valeroso guerrero -¡¿Qué buscas en Asgard?!-. Entonces el silencio, solo roto por el poderoso rugir del viento, se apodera de la explanada. Sigfried clava sus ojos cual dagas sobre el enemigo, mientras lentamente coloca su yelmo sobre su cabeza; dándole un imponente aspecto. ¿Qué buscará un enviado del cielo en las tierras del norte?**

[[Sigfried de Dubhe Alpha]]

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...Me convertiré en estrella y te cuidaré por siempre...

*Solo el silencio y la fría mirada del guerrero enviado por la diosa de la luna se obtiene como respuesta ante los cuestionamientos del legendario guerrero del norte. La silueta del enmascarado guerrero se inclina al frente haciéndose notar la tensión en sus piernas y brazos así como su mirada fija en el protector del norte, basta apenas un instante para que su figura se pierda a causa de la velocidad que posee para colocarse al frente de su rival manteniendo ambos brazos contraídos a la altura de sus costados y finalmente inclinándose al frente para extender su mano izquierda con puño cerrado buscando impactar con fuerza el mentón del nórdico. Es la misma mirada inexpresiva y silencio arrogante únicas acciones y avisos emprendidos para su ataque, manteniendo ya firmes las piernas en el suelo y tenso su cuerpo listo para la batalla como el arma de la justicia divina que realmente representa, siempre observando atento el resultado de sus ataques en busca de precisión y perfección que le diferencien de un simple humano*

**En el rostro de Siegried una mueca de desagrado se dibuja, al ver como el enemigo se abalanza contra él. °°Es rápido…°° piensa para sí, pero no se mueve ni un centímetro de su posición. Cuando el golpe está a punto de conectar; una fuerza invisible se interpone entre el agresor y el Dios Guerrero; protegiéndolo de cualquier daño. Cuenta la leyenda que el héroe del mito se bañó con la sangre del dragón Fafnir en tiempos ancestrales; y que ningún golpe puede dañarlo. Al tener al enemigo tan cerca, el divino de Alpha eleva con velocidad su puño; y lo deja caer un instante después. El veloz y poderoso golpe de Sigfried busca golpear el rostro del ignoto ser, aprovechando la corta distancia entre ellos. ¿Dará resultado su ofensiva?**

[[Sigfried de Dubhe Alpha]]

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...Me convertiré en estrella y te cuidaré por siempre...

*La velocidad empleada en su movimiento deja una leve carga estática alrededor del guerrero de la diosa Artemis cuyo puño trata de hundirse un poco más en aquella impenetrable barrera que protege el cuerpo del guerrero mítico, sintiendo sin embargo como aquel extraño poder evita que su golpe le alcance y con su cuerpo tenso a causa del movimiento. Su vista, tan veloz como su cuerpo observa el ataque emprendido por el nórdico y es su mano libre la que se eleva extendida delante del puño de su contrincante a manera de detener el golpe, creándose al choque de ambas extremidades una leve carga eléctrica de colores violáceos. Las piernas del pelirrojo guerrero se apoyan con firmeza en el suelo del norte inclinando su figura hacia atrás para dar un salto usando el impulso del golpe de su oponente para dar un giro apoyando sus manos en el suelo y finalmente caer de pie algunos metros atrás cerrando sus puños y observándole inmóvil al momento que como electricidad estática de inicio su cosmos comienza a manifestarse cubriendo tenuemente su silueta mostrando una imponente fuerza propia de un guerrero al servicio de los dioses del Olimpo*

*Serena es la postura del enviado de artemisa cuya presencia en aquel sitio es simplemente muestra de la voluntad de la diosa a la que sirve fervientemente. Sus piernas se abren denotando un tenue compas al momento que su figura se mantiene erguida completamente liberando una cosmoenergía mayor al momento que sus manos se encuentran delante de su pecho. Lentamente se separan generando una estela de energía erétrica entre ellas que da forma a una delgada lanza envuelta por destellantes relámpagos de tonos purpura que finalmente sostiene en su diestra. Su figura se apoya finalmente al frente dando un paso e impulsándose para acortar la distancia a la mitad extendiendo en ese momento su mano diestra para lanzar aquel ataque directo al pecho del guerrero de Alpha buscando su corazón en un veloz movimiento propio de aquel guerrero cuyo nombre humano quedara perdido y ahora respondiera al de Ícaro siendo uno más de los soldados encargados de cumplir los designios de los dioses y buscando ser él quien castigue a uno más de esos humanos, uno en especial que parece bendecido con un regalo divino digno de ser cuestionado sobre si es realmente merecedor a él*

**Sigfried contempla como aquella lanza eléctrica sale disparada en busca de su corazón. En su rostro, la confusión se dibuja. °°¿Cómo lo sabe?°° piensa para sí el galante héroe del norte, pues pocos son los que conocen la leyenda y su único punto vulnerable. Un instante después, algunas gotas de sangre tibia caen sobre el helado suelo de Asgard. Sin embargo, no provienen del corazón de Sigfried. Con un veloz movimiento de su diestra mano, el divino de Alpha logró atrapar la lanza antes de que atravesase su pecho, y su inusual filo había herido la primera capa de su piel. Ahora es su mano la que gotea sangre, sin embargo es solo una herida superficial. Con desdén, el vikingo tira aquella arma al suelo, aún manchada con su roja sangre y cierra sus puños con fiereza. En un santiamén, Sigfried emprende una veloz carrera en dirección del enemigo. Tan grande es su velocidad, que parece dejar de ser un hombre y se convierte en una saeta de luz que avanza imparable en contra del ángel. Al momento de estar muy cerca de su adversario,  el guerrero de Dubhe lanza su puño cerrado en busca del rostro del enemigo con una tremenda fuerza. Y, por si esto fuese poco, abre su mano izquierda un instante después y suelta una tremenda ráfaga de poder  cósmico muy cerca del abdomen del Ikaro. El valeroso vikingo no puede andarse con juegos más tiempo, y tiene que vencer al invasor lo más pronto que pueda.**

[[Sigfried de Dubhe Alpha]]

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...Me convertiré en estrella y te cuidaré por siempre...

*Una mueca de sorpresa y sospecha se forma en el rostro del joven enviado de la diosa de la luna y la caza al notar el movimiento con el cual su rival logra evadir el movimiento de su arma, -Así que protegiéndote- dice en un leve susurro puesto que el ataque enviado habría sido al corazón por el simple hecho de ser un punto vulnerable para cualquier ser vivo y por lo tanto uno de los puntos dignos de ser atacados. –Quizá entonces si tienes un punto débil- menta seguro manteniendo la postura firme y retrocediendo en el momento en que la imagen de su oponente es observada ya frente a él manteniendo por segundos un rostro de sorpresa. Ante el primer movimiento del nativo de Asgard es la mano izquierda del guerrero que revestida por una tenue estática vuelve a anteponerse al impacto con la intención de detenerlo y sin embargo sus pupilas se dilatan en el instante que su cuerpo se dobla retrocediendo a gran velocidad y dejando a sus pies marcas en el suelo al momento que fragmentos del suelo se elevan dejando su trayecto marcado en el suelo de la explanada hasta el borde de esta donde la imagen de Ícaro se detiene tambaleante para alzar su rostro a donde su rival. Su sagrada armadura muestra señales de daño en forma de leves cuarteaduras y la diestra del ángel cruza frente a sus labios limpiando gotas de sangre que son expulsadas de su boca observando fijamente a su rival*

**Sin perder ni un instante, y aprovechando el golpe que acaba de recibir el enemigo; Sigfried comienza a concentrar todo el poder cósmico de su cuerpo. La brillante luz blanca vuelva a envolver su cuerpo, y su poder se hace sentir en todo Asgard. De golpe, el valiente vikingo extiende ambos brazos, con la palma de las manos abiertas. Rápidamente, su fuerza se comienza a concentrar en la palma de sus manos, y se materializa en forma de dos esferas de luz blanca, cargadas de poder. -¡¡Muere!!- exclama con furia el Dios Guerrero mientras lanza aquel par de esferas de poder a una increíble velocidad.  Y no solo son aquel par de ofensivas, sino que el divino de Alpha se esmera en lanzar una ráfaga de al menos una docena de kens similares. Busca impactar en todo el  cuerpo a su enemigo. Los doce golpes son ahora saetas de luz viajando a una increíble velocidad en el aire, en dirección de Ikaro. ¿Logrará el héroe más valiente de Asgard vencer al enemigo?**

[[Sigfried de Dubhe Alpha]]

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