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Entrenamientos: Volviendo a mis raíces... (Con petición para la Atlantida)
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| De: quiron 4 (Mensaje original) |
Enviado: 12/05/2012 14:05 |
| Bien, pues la intención de todo esto es lanzar un reto, pero antes de hacerlo pido permiso a la Atlantida y al actual participante que tiene prestada la escama de Hipocamo para hacer uso de ella en un combate de entrenamiento.
Bien en caso de contar con la aprobación, ahora si reto a cualquier persona a un combate de entrenamiento en el cual yo usare al General marino del Pacifico Norte.
Saludos
Sisifo de Sagitario. |
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El solsticio que anuncia el renacimiento del Dios Jaguar se encuentra amenazado por la voluntadl del Rey de los Mares... Yo Huexda, Guerrero Nahual , acepto tu reto, General...
Huexda, Sacerdote del Sol
Taiyo no Shinkan Uesuda
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Lugar: Cabo Sunión
Condiciones: Tarde - Nublado - Ventisca
Contexto: Huexeda busca el poder dormido de Poseidón para hacerse con él, sin embargo no contaba con que uno de los poderosos Generales Marinos estaba activo ya, y hará todo lo posible por evitar que el Dios mexica se robe el poder del Emperador de los Mares.
Inicia: Huexeda
..:: Roll On::..
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*El funesto resople de los vientos arrastra consigo las aguas impotentes que azotan con inclemencia sobre las rocas de un precipicio colosal, sobre la cúspide de aquellas formaciones megalíticas se alzan pilares dóricos, estriados y agrietados por igual pues en aquel firmamento figura uno de los Templos Sacros evocados al Dios y Rey de los Mares. Es sobre sus dominios, al pie del cañón, donde una celda presume sus rígidos barrotes de metal y su húmeda oscuridad interna -Cabo Sunión...- Murmura un hombre de presencia sombría y abismal que se muestra arribando con seguridad al lugar de escapadas piedras acuíferas, caminando entre ellas mientras la brisa imponente hace ondear su extraño penacho de plumífera extensión, así como las pieles negras que le envisten y se adornan con la corona formada por las fauces bestiales de un Felino Jaguar. Es aquella la estoica y orgullosa silueta de un soberano proveniente de tierras benditas y lejanas...*
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*Y es en el rugir del viento y las olas en los sonidos que se escuda el metálico andar de una orgullosa figura recorriendo la escalinata que desciende hasta la prisión posándose a espaldas del intruso, su cuerpo es revestido por completo por los tonos cobre y oro de su armadura que sin embargo no pertenecen a ningún metal que los humanos normales fueran capaces de manejar, su yelmo perfectamente colocado sobre su cabeza muestra dos hermosos detalles que simulan los ojos del mas bravío de los corceles que tiran del carruaje de Poseidón, y la figura del guerrero detiene su andar meciéndose su blanca capa al ritmo agitado de la tempestad que sirve como marco. –Un insecto- pronuncia una altiva voz al abrirse los labios del fiel general de los mares con la intención de llamar la atención del intruso. –No sé quién eres, ni tampoco que pretendes pero puedo afirmarte el hecho de que así como los mares son territorio del emperador, esta tierra que pisas esta por serlo también- clama soberbio el guerrero cuya imagen espera alguna reacción por parte de quien considera ya un enemigo por atreverse a llegar tan cerca del océano mismo*
Baian de Hipocampo
General marino protector del Pacifico Norte. |
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*Tétrico y lento, al filo del oleaje del bravo mar, el rostro de aquel llegado vuelca su frente hacia un costado de sí, por encima de su hombrera derecha donde también se ve pendiente un rostro de Jaguar -¿El Emperador del Mar?- Susurra en forma de cuestión mientras todo su cuerpo va dando frente a quien esgrime con el habla y resopla como vendaval -Y tú, noble y bravo guerrero, ¿Eres su guardián?- Cuestiona con una voz más firme e indagadora, alzando la mirada hacia aquel jovial rostro, regalando igual una expresión de total serenidad e inmutable sobriedad; destellando efímeramente sus ojos cuyas pupilas se presumen alargadas, como emulando a la felina mirada de las panteras sagradas. Vertiéndose en la escena el apogeo del misterio y la pesada tensión entre ambos personajes*
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*Es un rostro sereno y altivo el que se encuentra debajo del yelmo del caballo del mar, cabellos castaños y largos caen a espaldas de este y su postura erguida es la respuesta única además del silencio a las palabras sorprendidas del extraño personaje que se atreve a cruzarse por lo que el general de los mares considera “parte del reino” del dios de los mares. –El emperador de los mares, el Poseidón- clama con ferviente lealtad aquel nombre al instante que de forma intempestiva como su naturaleza un aura azul comienza a recubrir el contorno del marino, esta es la escancia misma de su cosmos en aumento que provoca que los vientos se arremolinen a sus espaldas y el parezca agitarse al tiempo que los azules ojos del joven guerrero se clavan en la figura del extraño sacerdote sin que una palabra más sea emitida por sus labios, para el aquellas cuestiones que el intruso hace son bastante obvias y que las repita es solo señal de su inferioridad respecto a los guerreros del mar*
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