**Sobre el aparente y desolado lugar una secuensia de pasos marcan la llegada de aquella presencia ajena a los grecos dominios. El cielo luce oscuro y el tenue brillo de la luna invoca el naciente despertar de aquellos enviados del Inframundo, las estrellas del mal han vuelto en vida y una de ellas, osada y arriesgada decide abordar lo que son los dominios de aquella diosa del saber. La abrupta tierra se rinde ante cada pisada que el majestuoso espectro emplea, cada paso lo acerca mas a su destino. La oscura armadura que porta en su cuerpo luce grotesca pero insigne, grandes alas cuelgan a su espalda y un robusto yelmo cual cadena cuelga de su parte posterior llegando con la punta en flecha a menear justo ante cada paso. Las orbes del emblemático espectro ahora fijan su destino, aquel recinto zodiacal que es mejor conocido como la casa de Aries "Veo que es aquí el punto de partida a donde Atenea se encuentra" siniestra sonrisa acompaña al rubio guerrero que con una característica y confiada sonrisa se prepara para abordar aquella misión encomendada.**