* Al interior del palacio Valhalla, específicamente en el salón principal se encuentra un esbelto joven de cabellos rubios quien mantiene su rodilla derecha en la elegante alfombra roja que cubre el suelo del lugar denotándose en él una pose de respeto y reverencia ante la representante de Odín que se encuentra sentada en el trono nórdico, propio del representante del Dios Odín en la tierra, quien tiene la misión de cuidar a su querido pueblo Asgard ubicado en el extremo norte de Europa... - Yo protegeré tu vida, aunque mi existencia se extinguirá de este mundo y si es preciso te seguiría al mismo infierno, princesa mía... - expresa devotamente Siegfried Dubhe de Alfa, quien es reconocido por sus camaradas como el Dios Guerrero más poderoso y a su vez el más fiel y cercano a Hilda de Polaris. Es en ese instante, que levanta paulatinamente su cabeza, la cual mantenía inclinada hacia abajo para así visualizar al Heraldo nórdico reflejándose en las celestes pupilas del Dios Guerrero de Asgard la humanidad de aquella dama a la cual le está realizando su juramento eterno... - Y prometo proteger a nuestro amado pueblo que sufre día a día la pobreza y penurias que nos impone nuestro amado padre, pruebas que superaremos con nuestro esfuerzo junto a mis queridos hermanos que han prometido acompañarte en esta difícil labor amada mía... ¡Lo juro por mi honor de Dios Guerrero que mi espíritu siempre estará para cumplir esta promesa! - declara con convicción desde lo más profundo de su corazón, para acto seguido, volver a depositar su mirada hacia la alfombra, instante en que cierra sus párpados... "En nuestro cuerpo han despertado el alma de los legendarios Dioses Guerreros, lo que significa que nuestros amados seres queridos estarán involucrados en guerras y conflicto, pero... ¡Con mis propios puños impediré el sufrimiento de mi querido país! " son los profundos pensamientos que surcan en su mente, mientras el ambiente se vuelve cada vez más tenso por los sentimientos transmitidos por Siegfried, especialmente aquellos que siente por su amada, Hilda de Polaris... *

 

 

*Ante la persistencia del espectro, el Comandante nórdico mantiene su semblante serio y tranquilo fijando su carismática mirada en la humanidad de su adversario, en tanto, su propio cuerpo comienza ser envuelto sublimemente por un manto cósmico albino de tonalidades albinas presentando partículas eléctricas de los mismos matices, las cuales se intensifican rápidamente junto a su cosmo energía demostrando así el verdadero poder de aquél sujeto que es conocido como el "héroe de la leyenda", quien señala desafiantemente con su dedo índice a su antagonista que intenta de asesinar a los habitantes de la humilde nación nórdica... - Nunca permitirá que un ser maligno como tú asesine a un habitante de mi querido país... ¡Juro por mi honor de Dios Guerrero que pagarás! - sentencia energéticamente, mientras su cosmo-energía se ha apoderado completamente de la escena, la que produce potentes remolinos nevados alrededor de su propio anatomía que van aumentando su intensidad junto con su poderosa aura que se eleva cada vez más como si la furia del guardián nórdico le permitiera alcanzar la esencia del cosmo para así proteger a su amados hermanos y a sus seres queridos, en especial, a la sacerdotisa que representa a su padre Odín en este mundo cuyo nombre es Hilda de Polaris... "Mi amada princesa, aquél día juré fidelidad ante tí y ante mi querido pueblo que ha sufrido a lo largo de la historia, pero que ha mantenido su humildad pese a todo, por esta razón... ¡Nunca permitiré que la maldad invada a nuestra amada Asgard! " son los nobles pensamientos que rondan en la mente de Siegfried, al tiempo que la figura ilusoria de la imponente estatua del Dios Odín, que rige la tierras del extremo norte del mundo aparece detrás de la humanidad del valiente joven que intenta de proteger a su gente ante las invasiones malignas del Emperador del mundo de la muerte, el Rey Hades... - Es por ello que te atacaré con el poder que me fue confiado por mi querido padre, quien nos resguarda día a día pese a la adversidad que hemos sufrido... - son las sinceras palabras de Siegfried Dubhe de Alfa, quien denota en la punta de su dedo índice un intenso resplandor albino que se manifiesta en el lugar como si éste fuera el preludio de uno de sus ataques más poderosos destinado a cumplir su promesa y juramento que realizó ante su ser más amado que se encuentra rezando por todos los habitantes de su pueblo para superar la oscuridad que ha llegado a estas tierras pacíficas... *

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                                                                                                                            "He prometido protegerte, princesa mía... ¡Lo juré por mi honor!"