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De: Corona-Solar (Mensaje original) |
Enviado: 23/04/2012 04:32 |
* En el extremo norte de Europa, aquellas reconocidas desde la épocas míticas por sus valerosos guerreros vikingos que enfrentan las penurias que les ha impuesto su propio destino sufriendo día a día las gélidas condiciones climáticas que soportan con dignidad y humildad sus habitantes, específicamente los nórdicos de una pequeña nación llamada Asgard, en la cual se aprecia de manera inexpugnable la estatua que representa ni más, ni menos que al Dios que protege a sus hijos de la maldad y de la oscuridad para que éstos puedan sobreponerse a los desafíos con la característica valentía de los hombres de sangre guerrera que habitan aquél país, esta Deidad es conocida desde tiempo inmemoriales como el Dios de Dioses en las leyendas del septentrional del mundo: Odín. Es en este contexto, que una esbelta figura mantiene en el piso nevado su rodilla diestra y su cabeza inclinada, adoptando una postura de reverencia y respeto, mientras pequeños copos nevados comienzan a caer... - Querido padre, numerosas batallas se han iniciado a lo largo del planeta y pronto nuestro pueblo sufrirá las consecuencias de ellas... – pronuncia el joven de cabellos castaños, al instante que eleva su rostro en dirección a la escultura de la divinidad vikinga, en tanto refleja en su carismática mirada un sentimiento de nostalgia indescriptible... - Permíteme proteger con tu infinito poder a mis queridos hermanos que se preparan para enfrentar a nuestros enemigos que intentarán de amenazar a nuestra amada tierra... - pronuncia con respeto Siegfried, para acto seguido denotar en sus claras pupilas una determinación única propia del líder de los Dioses Guerreros de Asgard, de aquél hombre quien se dice que es descendiente del héroe más grande de las historias de las leyendas nórdicas cuyo nombre era Sigfrido, personaje mitológico que derrotó al malvado dragón Fafnir, para así bañarse con la sangre de la bestia logrando volverse inmortal para proteger a su gente... - Al igual que mi antepasado. Yo, Siegfried de Dubhe Alfa... ¡Protegeré a mi pueblo aún arriesgando mi propia vida! - expresa con gran devoción, al instante que denota en su humanidad ropajes típicos de los bárbaros germánicos... - Y aunque pierda la vida en la batalla, siempre cuidaré de mi gente... ¡Lo juro por mi honor! - al exclamar tales palabras que transmiten las emociones de su espíritu... "Mi princesa Hilda, este es mi juramento para protegerte por siempre" son los pensamientos que surcan en su mente, para así dejar caer sus pupilas ocultando su mirada quedando en el centro de la escena, mientras las brisas gélidas agitan su indumentaria transportando la nieve en pequeños torbellinos hacia el palacio Valhalla, como si estos transportaran los profundos sentimientos del joven que se ocultan en lo más profundo de su corazón... *
"Nuestro amado padre me ha otorgado su sagrada espada para... ¡Defender nuestro amado pueblo!" |
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**En las nevadas tierras del norte de Europa, donde la luz del efebo no alcanzan a tocar los nublados cielos, las noches son largas y el frio impera por sobre todas las cosas, los pobladores supervivientes ante las adversidades del clima se mantienen fervientes ante el deseo y anhelo de un futuro prometedor bajo el resguardo de su Dios Odín el padre de todo, quien les provee de la protección y la paz que han vivido hasta ahora… A los pies de un imponente obelisco, metal forjado en representación del Dios de Asgard, se dan cita aquellos guerreros elegidos desde tiempos inmemoriales para proteger la sagrada tierra de los peligros que intenten amenazarla, tradición y honor que ha pasado de generación en generación, es pues que los pasos suaves de un joven de rosados cabellos que solamente dejan a la vista uno de sus ojos verdes cual esmeralda y pálida tez se aproxima a los pies de la estatua portando una de las gemas protectoras del reino la representante al rey enano nibelungo de un azul brillante que resplandece como si de una verdadera piedra preciosa se tratase resaltando la propia naturaleza tanto de su runa mitológica; justo unos pasos detrás del líder guerrero su reverencia encuentra forma, su siniestra rodilla encuentra el suelo al tiempo que su diestro brazo se cruza en su pecho como si tocara su corazón, inclinando entonces su cuerpo de modo que su ojo visible se oculta bajo su parpado, rindiendo así sus respetos y servicios al padre de todo -Y al igual que mis antepasados que generación tras generación han protegido estas tierras y sus sabios secretos, yo Alberich de Megrez Delta mantendré la promesa que pactaron mis ancestros ante el gran Dios Odín ¡Lo juro por mi honor y el de mis ancestros!- expone aquel Dios guerrero sin modificar su postura, manteniendo su cabeza inclinada hacia el obelisco que resguarda las tierras de Asgard desde la era del mito**
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*Así mismo, una serie de pasos se hacen audibles sobre el suelo nevado, denotando poco a poco la llegada de un nuevo personaje, aproximándose cada vez más hacia donde se encuentran quienes han proclamado ya solemnemente sus votos de honor. Su mirada grave y determinada se posa sobre la inexpugnable estatua del Padre de Todo, Odín – Yo, Hagen… estoy aquí con un solo propósito- comenta con destacable sinceridad, mostrando un elegante vaivén de hombros en cada paso, a medida que una sublime aura cósmica de tonalidades albinas va delineando su humanidad – Pedirte humildemente que me brindes tu bendición, ¡Oh Gran Odín… ¡- agrega, ubicándose, en una profunda reverencia, en medio de Siegfried y Alberich – Ya que es mi deseo proteger nuestra amada tierra Asgard… Tú legado hacia nosotros, Tus Hijos- agrega, hincando sus rodillas, levantando su rostro lleno de devoción – Y también… a la Doncella de Polaris y su familia, quienes representan tu palabra y tus designios…- continúa diciendo, reflejando en sus ojos ese deseo ferviente y de lealtad que guarda para con la Valkiria y su familia, a quienes, en una edad temprana, juró proteger – Aún si eso significara entregar mi propia vida – finaliza mientras la briza golpea fríamente sus ropajes de entrenamiento…*
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*El llamado a hecho eco en cada uno de los guerreros divinos al servicio de aquel pueblo que desde tiempos mitológicos ha hecho labor de sacrificio por el bienestar del mundo, llamado que no tarda en ser atendido por un joven de estoico porte y altiva imagen, quien con la misma serenidad que recorre el tiempo aquellas tierras se hace presente al par de sus otros compañeros justo en aquel sacro recinto sobresaliendo de la oscuridad para dirigirse a la nívea planicie -heme aquí Padre Odín...- ante ello el reflejo de la escaza luz que despide el día revela con orgullo el resplandor de la armadura divina color rojo que cierne el cuerpo de aquel joven, brillo que hace un contraste relevante con la gema que yace en su cinturón otorgándole el grado de custodio de aquellas tierras -Como hijo del legendario guerrero Folken me hago presente al servicio de nuestro pueblo...- sentencia con firmeza para luego inclinarse al igual que sus compañeros frente a la magnánima imagen del amo y señor de aquellas tierras, imagen que observa por un momento para luego inclinar el rostro en señal de respeto dejando que la tristeza, furia y confusión sean colapsados por el brillo que genera la estrella de Eta, su ahora guardiana*
*No tengo firma u_u* |
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