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SALÓN DE LOS REGENTES
La sala real del trono donde los Regentes de Asgard gobiernan, Hilda de Polaris la sacerdotiza de Odín encargada de elevar plegarias a Odín para mantener los polos congelados y la guardiana de Dioses Guerreros con los robes divinos cuyas zafiros invocan la Espada Balmung.
Derbal de Heimdall, sumo sacerdote y enviado de Odín, el hombre más poderoso sobre Asgard, dotado con los poderes de Odín para proteger las tierras de Dios y la cabeza de los guerreros divinos del panteón Nórdico.
Escenario anterior:
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Fortaleza del Valhala
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Jardines del Valhala
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**Sentada en el trono de los regentes la representante del
Señor Odín en las tierras de Asgard puede sentir como uno de los cosmos de su
aliado se apaga súbitamente, una furia tremenda se apodera de ella, -Una de las
estrellas de Polaris se ha apagado- dice con un tono de rabia y nerviosismo,
apretando ambas manos la valquiria se incorpora frunciendo el seño, -Ya no
puedo depender mas de Phenril- dice al tiempo que camina por los alrededores
del Salón Principal, la maleza de la princesa nórdica se nota por doquier cual
hechizo sofocante que la mantiene cautiva, -Sigfried- ahora dirigiéndose a su súbdito,
-No puedo creer que hayamos perdido dos de los siete dioses guerreros- ahora la
dama cambia su mirar de rabia por el de complacencia y astucia, reflejándose en
sus ojos el brillo del anillo que la tiene hechizada, -Pero espera- dice con un
aire de seguridad y confianza, -El tiempo es implacable Sigfried y no se detendrá,
así que por mas que lo intenten, no podrán obtener todos los zafiros de Odín a
tiempo- termina de decir ya tranquila la valquiria vuelve a sentarse en su
lugar, con un visaje de maldad y confianza**
[La Representante Del Señor Odin En La
Tierra de Asgard]
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**El vikingo siente el cosmos de su compañero Phenril apagarse al
mismo tiempo que el de un intruso –mato a
alguien este Alioth…hizo un gran esfuerzo al enfrentarse a dos santos al mismo
tiempo y matar a uno dejar al otro mal herido digo de un Dios guerrero…--
dice aquel joven contestado las palabras de su dama al momento que se vuelve a
arrodillar –le ruego señorita que me
permita ir a recibir a estos santos traidores ninguno de ellos pasara por este
castillo nuevamente, ¿me lo permitirá?—dice seguro de si mismo aquel gran
guerrero mientras una aura de tonalidad blanca lo rodea manifestando una
tremenda fuerza a su alrededor –vengare la
muerte de mis dos compañeros, Hagen y Phenril..—dice el legendario dragón nórdico
viendo a Hilda aguardando así la respuesta**
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**La valquiria nórdica sentada en el trono real, segura y protegida escucha atentamente las palabras de uno de sus dioses guerreros a lo cual responde: -Phenril fue muy valiente- sus ojos llenos de maldad se reflejan entonces en el mirar de su dios guerrero, por lo cual menta, “Si dejo ir a Sigfried me hallaré desprotegida, pero si no lo dejo ir, tendrán el camino libre”, dejando el incógnita al dios guerrero la valquiria se pone de pie apoyada en su báculo sagrado, avanza unos pasos con un semblante frio y marcado por el mal, dando la espalda a su dios guerrero la princesa nórdica al fin responde, -Esta bien Sigfried, dado el caso de la situación, te permitiré partir- avanza unos cuantos pasos mas y prosigue, -Pero debes volver rápido Sigfried, ¿No permitirás que nada me pase verdad?- termina de decir en un tono de confianza al par de una sonrisa malévola que se dibuja en su rostro en el cual en sus bellos ojos se refleja el brillo de la maldita sortija nibelunga**
[La Representante Del Señor Odin En La Tierra de Asgard]
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**Escuchando
una respuesta afirmativa el Dios guerrero se arrodilla nuevamente ante su sacerdotisa
–muchas gracias señorita Hilda, no
tardare mucho en derrotar a la otra rata que se ha colado en nuestro castillo—y
con ello se levanta y observa hacia Delbar y Midgardo –la señorita Hilda y el maestro Delbar está bajo tu cuidado por ahora si algo le
llega pasar a ella tu—dice Siegfried apuntando hacia Midgard --probaras
la furia del dragón del norte…estas advertido—impera amenazadoramente el muchacho
de cabellera rubia pálida y con ello se dala vuelta y sale del salón de los
regentes en camino hacia su oponente**
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**La valquiria tras responder a su dios guerrero, y dejarlo partir, amenaza con su mirar por doquier, ya que la desconfianza se apodero de ella, "Regresa pronto Sigfried" menta, no porque estuviera preocupada por aquel, sino más bien por su propia seguridad, el hechizo del anillo produjo varios cambios en ella, es por eso que actua unas veces bien, otras veces mal, cambios que ni ella misma se puede acostumbrar, esta ves su mirar cambia a uno de ligera alegria malsana, avanza unos pasos acercándose de nuevo a su trono, -Acaba con ellos Sigfried- dice mientras deja reflejar el anillo en sus hermosos orbes, llena de confianza espera el regreso y la victoria de aquel**
[La Representante Del Señor Odin En La Tierra de Asgard]
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**Las frías orbes relucientes de la valquiria se encienden en furor cuando siente como otra de las vidas de sus dioses guerreros se extingue, su cabello se mueve al par de su mirar frívolo y hechizado, -¿Ahora Toll?- pronuncia molesta empuñando ambas manos y su mirar de descontento y enojo por la incompetencia de sus guardianes, levantando la mano siniestra hacia sus ojos malvados refleja el brillo y la maldad que la posee, levantándose abruptamente por la furia que le llena recorre el lugar un tanto nerviosa mientras contempla el lugar sumamente molesta y atraída por el odio, -Otra de las estrellas de Polaris se ha apagado- emite al tiempo que se le dibuja en el rostro una sonrisa maléfica contrastando la rabia de hace unos momentos, cambios incomprensibles que ni siquiera puede entenderlo ella misma, -No podrán llegar por más que lo intenten- una mueca de agrado por las muertes por parte de los aliados de Hades se dibuja en ella al tiempo que empieza a reír desquiciadamente, -No podrán, no podrán, jajajaja-**
[La Representante Del Señor Odin En La Tierra de Asgard]
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**El gran regente de Asgard permanece en las habitaciones de oraciones donde una pequeña estatua de Odin luce flanqueada por antorchas de un fuego azul, su meditación le hace sentir a sus guerreros y ve que el tiempo pasa rápidamente, los Dioses Guerreros han hecho un buen trabajo deteniendo a los invasores, pero ya han logrado entrar al palacio, aunque esa presencia invasora ya fue eliminada, pero a las afueras otros están peleando, Sigfried y Syd. "Una de las presencias más poderosas está peleando contra Syd, sus poderes difieren a los de los demás caballeros, jmjmjm. Syd tendrá una batalla dificil, sin duda su zafiro está en peligro, los demás ya están movilizados excepto Midgard... El debe pertenecer en la Fortaleza, yo tengo otro trabajo" El sumo sacerdote, el gran Derbal se pone de pié y sale del salón de oraciones encaminándose al interior del palacio, moviéndose entre sombras para buscar no ser visto entre los múltiples pasillos del palacio.**
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**El lugar indicado para la sacerdotisa de Asgard, el salón de los regentes es donde la misma se encuentra, antes deleitándose en la sangre que corre de parte de los enemigos y emitiendo una risa malévola se detiene, -Puedo sentir como Zid está sufriendo- dice mientras aprieta ambos dientes entre si y frunce el seño en señal de rabia, sus manos empuñadas al punto de salir sus nudillos demuestran su furor, “Zid, ¿Acaso te dejaras vencer por un torpe que solo te ha dado golpes suaves” menta tratando de comunicarse con el guerrero divino, “Pero espera” su pose de inseguridad y enojo cambia radicalmente cuando una idea le asalta la cabeza, otra vez tranquila la joven medita “No hay de qué preocuparse” tramando su ideal, nuevamente vuelve a tomar asiento en su trono, -Guerrero divino de Alcor que entre las sombras te encuentras protegido, yo te invoco- ordena al tiempo que extiende la mano en la cual posee el anillo, el brillo del objeto inunda por unos segundos el lugar opacando cualquier vista humana, mentalmente ordena meditando: “Bud, debes ir en auxilio de Zid, y por nada del mundo debes mostrarte” cierra su concentración al tiempo de elevarse alrededor de ella una luz blanquecina que irradia por su energía, -Ahora está hecho- pronuncia astutamente dibujando en su rostro marcado por la maldad una grande sonrisa maligna**
[La Representante Del Señor Odin En La Tierra de Asgard]
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**Siegfried entra al salón de los regentes observando a la señorita Hilda y al maestro Dolbar al igual que al guerrero divino de Midgard, “aún sigue aquí…algo no esta bien…” y con fuertes y firmes pasos va hacia donde su sacerdotisa y arrodillándose ante ella baja la cabeza y dice con una voz firme y segura –Señorita Hilda he acabado con el invasor de la entrada este, siento el cosmos de Alberich, Mime y Syd batiéndose en combate ¿cuáles son sus siguientes órdenes para mí?—y con ello alza la vista hacia donde su protegida aguardando así los mandatos de aquella mujer divina**
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**La elegante sacerdotisa del Reino de Asgard se encuentra sentada en su trono real reluciendo en su mano siniestra el anillo nibelungo, una sonrisa maléfica expresada en su rostro a pesar de los últimos acontecimientos que están pasando afuera y dentro del palacio, confiada pareciendo que no le importara mas que su propia seguridad, sus oídos se deleitan al escuchar que uno mas de las huestes aliadas del enemigo ha caído y su dios guerrero volvió por vencer sin ningún problema, -Bien hecho Sgifried- pronuncia contenta sin desdibujar aquella sonrisa maligna que irradia su rostro, -Has de quedarte conmigo- ordena al tiempo de mentar, “Zid tiene a Bud, ¿Qué mas puede preocuparme?” sus pensamientos se cortan entonces, -Pero- pronuncia al tiempo de ponerse de pie, -Pero si vienen mas esbirros de Hades no dudes en asesinarlos, ya tienen tres de los zafiros de Odín, no debemos permitir que consigan mas- la furia de la joven se manifiesta incesantemente**
[La Representante Del Señor Odin En La Tierra de Asgard] |
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*Solo un tenue y silencioso movimiento se alcanza a percibir cerca de la entrada de aquel salón, el silencio propio del guerrero fiel al maestro de Asgard es la única señal de su presencia acompañada de un helado cosmos y un frío viento que recorre los pasillos cumpliendo las ordenes que fueron dadas para él, sin embargo estos movimientos delatan la impaciencia el guerrero de los hielos que se pierde nuevamente en los alrededores del gran salón aun y cuando su cosmos es helado su sangre hierve con el deseo de entrar en batalla y con el fervor de su lealtad ciega para su maestro*
Midgard.
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**La malvada mirada de la sacerdotiza de Asgard se clava nuevamente en los pasillos que conducen hasta su estancia, un nerviosismo exagerado que la dama ya no trata de ocultar pronuncia entonces muy molesta, -Zid ¿Qué pasa contigo?- ahora dirije su mirar y sus palabras a su dios guerrero que aun no le ha contestado, -Sigfried, Zid no esta en condiciones para continuar, su cosmos se ha debilitado demasiado- "Y en alguna parte de esta tierra se encuentra sin protección el zafiro de Thor" menta, el brillo del anillo ilumina sus ojos hechizados al par de una sonrisa llena de maldad dibujada en sus labios, -Esos malditos no tardarán en llegar, ¡preparate!- emite avanzando unos pasos tratando de buscar con la mirada al sacerdote Dolbar, "Sus guerreros tambien tienen que hacer algo, estoy perdiendo a mis dioses, no lo puedo permitir" menta al tiempo de llamarlo, -¡Dolbar!- emite extasiada por los acontecimientos presentes, ahora espera que el mismo le conteste y ponga en movimiento también a sus guerreros**
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**El paladín nórdico escucha las palabras de su princesa, extrañándose
de cómo lo dice “ella nunca nos ha
empujado más haya de nuestros límites… ¿Qué sucede?” Menta
mientras camina hacia la dama cerca de el –Dígame
¿cuáles son sus órdenes señorita?—dice firmemente este Siegfried viendo con
aquellos ojos azulados emanando una preocupación de los mismos “¿Quién es aquel que está dando tantos
problemas a Zyd…cómo es posible eso?”**
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**La representante del Señor Odin continua su caminar sumamente nerviosa, "Esos malditos se quieren pasar de listos, no puedo permitirles tomar ventaja" menta es cuando hacia ella se dirige aquel dios guerrero, con las manos empuñadas y molesta pronuncia casi en tono de orden, -Debes ir a ayudar a Zid, ¿No lo sentiste Sigfried? Su cosmos, se ha debilitado demasiado, ahora cualquiera podrá tomar su zafiro, asi que ve y si no se puede hacer mas por el toma el zafiro y traelo ante mis manos- avanza unos pasos alejandose de aquel, -No estoy dispuesta a perder otro dios con su zafiro- emite al tiempo que se muerde los dientes aun molesta, -¿Qué estas esperando? Apresurate Sigfried- y con esas palabras la sacerdotiza espera que el mismo acate sus órdenes y que tambien se presente Dolbar ante ella, pues las cosas se han complicado**
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**El dios guerrero escucha los mandatos y las crueles
palabras de la sacerdotisa “Ella no es
Hilda, Algo está mal en este lugar…pero…” piensa el joven mientras hace una reverencia –Enseguida iré para haya señorita Hilda
eliminare a los invasores y ayudaré a Zyd—dice Siegfried levantándose nuevamente
dando media vuelta, no sin antes ver a Dolbar y a Midgard “ellos no han hecho nada…algo traen entre manos…” menta el muchacho saliendo del recinto real**
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