**Bajo el sol invernal de la tierra de Asgard, el cual ilumina aquellos parajes forestales de tonalidad blanca cubierto por la nevisca que depura el firmamento, se puede ver corriendo a un joven a través de aquel sitio, dicho joven de cabellera café  porta la armadura sagrada de la constelación de Pegaso, a la par de que comienza a mentalizar en su trayecto, con cierto aire de preocupación en su pensar, ya que la Diosas de la tierra se encuentra en peligro, “Saori…Athena…aguarda un poco más, te salvaremos…”. Y de tal manera dicho muchacho nipón continua su acelerada marcha con destino al colosal palacio de Valhalla, donde se rumora que tienen cautiva a Minerva, llevándolo a un escenario un tanto lúgubre en medio de un bosque con frondosos árboles, donde apenas y podía atravesar el gran astro rey con sus rayos. El chico analiza en su pasar aquella arboleda, moviendo sus orbes, de la misma tonalidad de su cabello,  de un lado al otro en el proscenio, manteniéndose atento y alerta como si aguardara algo. “Este sitio…alberga algo…tengo que estar atento…” decía mientras disminuía la velocidad de su andar caminando con cautela en aquel bizarro espacio.**