**La armadura que porta el emblemático caballero de plata, guardián los caminos del santuario, hace que el sol del mediodía se refleje en todo su cuerpo produciendo un brillo único en su tipo, un halo plateado que deja detrás de su figura en movimiento, que con agilidad insólita, imprime en el suelo raso, como incansable corredor, desafía los peñascos de las afueras del recinto sagrado en busca de los traidores, muchachos ignorantes que han de morir en sus manos por dejarse amedrentar por el miedo y demostrar debilidad al escapar de su mortal entrenamiento. -agrrr resultaron ser unos mocosos inútiles, en ese caso- logra avistar lo que parece ser tres moscas volando a ras del suelo, no es otra cosa en realidad que los niños que desde un alto peñasco los devisa corriendo como si no hubiera mañana. -van a morir- así les corta el paso mostrando la seriedad fría del verdugo, la indiferencia y el peso de sus agallas, vertido en un solo movimiento, cortarles el paso, saltando desde lo alto de su posición resultando cara a cara con los infames traidores. -jaah jaah saben muy bien que todo caballero debe castigar a cualquiera que intente abandonar el santuario- de esa forma inicia los preparativos de un sádico castigo, encuentro con la muerte en un dia pleno y soleado. Argol de Perseo, verdugo y guardián no vacilara en hacer valer la autoridad de su rango.**