Pasando el ecuador donde imaginariamente se divide el mundo en dos mitades, el norte y el sur, sobre el meridiano 20 donde la temperatura empieza a cambiar el calor del trópico por el frio del polo sur debido a los grandes icebergs flotantes que se desprenden de la Antártida, se observa como un ínfimo punto gris en medio de la inmensidad del mar azul un barco pesquero….
El estruendo de su motor al mover su gran tamaño retumba en las profundidades del mar como una incontenible marea de burbujas, olas submarinas y rechinidos metálicos que ensordecen todo a su paso agravándose más cuando un silbido grueso y potente se escapa de sus chimeneas con el característico despliegue de humo cada cierto tiempo que el navío debe de cambiar su dirección para no chocar contra ninguna de esas rocas de hielo flotantes que vagan sin ningún orden en su rededor y que a medida que se acerca más al sur del Océano Atlántico, se van haciendo más frecuentes y grandes.
Entonces, toda la atención se centra en una bandera que se alza orgullosa y se sacude de un lado a otro presumiendo su origen en la parte más alta del barco -したがって、この (¡Ahí están!) – dice el vigía entusiasmado dando la voz de alerta a toda la tripulación mientras el escudo redondo de color rojo de su bandera completamente blanca se agita detrás de él respaldando la gran tradición pesquera del pueblo japonés -彼らは、銛を準備するために、巨人や大群であり、(¡Son gigantes y vienen en una gran manda!) - desde la cabina de mando y usando unos potentes binoculares el capitán Hakory kay del barco ballenero Nasaki da una orden firme y seguro con el don de mando que lo ha llevado a comandar más de una vez expediciones hacia ese punto exacto del mundo donde convergen año tras año las Ballenas Francas Australes, el animal más grande que habita debajo del agua, ejemplares perfectos para la comercialización industrial gracias a la incontable masa de aceite y grasa que genera en su cuerpo. 大群で準備す (preparen los arpones). De esta manera exactamente frente al barco se escucha la forma en que las ballenas salpican con sus zambullidas el mar y los chorros de agua que escupen por sus lomos sin percatarse del peligro inminente que los asecha, luego, guiado por la mira de su cañón arponero, uno de los marinos capta perfectamente la salida a la superficie de uno de los mamíferos el cual inmediatamente se zambulle y tras unos minutos vuelve a salir repitiendo estas maniobras a lo largo de su recorrido frente al buque pesquero y frente a la cruz que se forma dentro del circulo de la mira del arpón –正確な場所にある (Esta en el punto exacto jejejeje) – dice con una mueca de goce y maldad muy marcada mientras corta el cartucho que prepara el arpón haciéndolo sonar macabramente y dando paso a que su dedo índice se coloque en el gatillo -正確な (¡Dispara ahora!) – vocifera autoritario el capitán y de forma inmediata una explosión retumba en el lugar creando una nuvadera en la boca del caño de la cual sale un arpón metálico grande y puntiagudo muy afilado y brillante con una velocidad sorprendente recorriendo la distancia del barco a la bestia marina en fracción de segundo hasta sumergirse en el mar al mismo tiempo que el mamífero sin que ninguno de los dos salga a la superficie, así, con unos segundos de suspenso, en los ojos rasgados del asesino empieza a reflejarse una mancha de sangre que va emergiendo de las aguas - 私は海の最高のハンターですが失敗でした ( jaja, estúpido animal, no podía fallar, ¡soy el mejor arponero de Japón!)- pero el orgullo del marino rápidamente se ve desboronado cuando la cuerda del arpón se afloja y la ballena llega a la superficie con un rasguño en su lomo -動物、それが失敗し、この時間はクソ (maldita ballena, ¡esta vez no fallaré!) – y recargando lo más rápido posible su arma vuelve a apuntar a la bestia con toda la intención de esta vez dar en el blanco, más cuando sus manos afianzan perfectamente las agarraderas del cañón el sonido de una flauta empieza a escucharse proveniente de todos y de ningún lado a la vez sembrando la confusión en toda la tripulación –最高のハンタし、この (esa música, ¿de dónde viene?- pero a pesar de la sorpresa la experiencia y el temple del capitán lo llevan a reorganizar todo y vuelve a dar la orden para un nuevo ataque a su subordinado –動物、それが (jejeje ahora si morirás) – pero hasta ese momento, el cazador se percata de la imposibilidad de mover sus dedos y oprimir el gatillo –失敗でしたーで (¿qué diablos pasa, porque no disparas? – Pregunta el líder de la nave mientras los ojos horrorizados del marino parecen no creer lo que le pasa a su cuerpo – それが失敗し (¡no sé, no puedo moverme!) – luego, cuando la música empieza a sonar con claros agudos largos pero llenos de sentimiento una presión en la atmósfera se deja sentir cambiando todo el escenario en un oscuro infinito que acompaña las notas de la flauta en un marco que parece volver todo lleno de intensidad –銛を準備するために、巨人や大群であり(¡miren, las ballenas se escapan, hagan algo!) – dice unos de los tripulantes que busca ocupar el lugar del marino inmóvil, pero para su infortunio no puede dar más de tres pasos cuando miles de luces delgadas de forma ilusoria parecen penetrar por su cabeza paralizándolo inmediatamente al igual que a todos los navegantes de ese buque ballenero –巨人や大群であり (¡capitán mire, mireeee!) – y donde estaban las ballenas, justo en medio de aquel caos que parece un universo infinito se deja ver el medio cuerpo de una sirena tan colosal que si se compara con la embarcación está no es mayor que un barco pequeños e insignificante, dicha aparición tiene la piel pálida y un rostro malévolo, casi enloquecido que muestra frente a los marinos sus dientes afilados y las uñas de sus manos como garras bien abiertas, acto seguido una voz seria, elegante, refina acapara la atención sin que la sonata deje de escucharse, por el contrario, las notas de la flautas acompañan perfectamente con sus tonos graves y agudos llenos de emotividad las palabras que se escuchan por todos lados – Ustedes, humanos de un mundo perdido a los ojos del Dios Poseidón, en estas aguas del Océano Atlántico Sur serán castigados sin ninguna piedad por sus obras de saboteo, derroche y maldad que contamina y corrompe la tierra entera y ahora los mismos dominios del señor de los mares – luego un destellos naranja de los ojos de la sirena se agranda e impide ver todo con claridad por su luz, al poco tiempo, el brillo se apaga y sobre la punta de la proa, donde se une el barandal que protege todo el barco aparece un de pie joven de cabellos purpura claro, elegantemente vestido con un conjunto negro de tipo clásico, como el que se usaba en la antigua Europa, pechera de holanes blancos y mancuernas del mismo color – ¿Acaso no se han percatado del pecado que cometen al azotar de forma indiscriminada a los seres vivos del mar con sus armas y sus redes, con su contaminación y su sobre población? – tan fina persona es está que les habla y toca la flauta al mismo tiempo que sin ningún problema puede dirigirse a ellos en su propio idioma, haciendo gala del nivel de vida que una vez ha llevado – Este será el día que termine la mortandad de la vida del mar, como lo ha pedido Poseidón – las notas musicales ahora cambian, se hacen melancólicas pero clásicas, una ópera sentimental inquietante y atrayente, como si sus acordes ascendentes y descendentes, graves y cortos, agudos y largos fueran un embrujo que impide que los marinos lo dejen de escuchar por lo que el capitán del barco pregunta – Durante años hemos venido hasta estas aguas para cazar la cantidad de ballenas necesarias que nos permitan comerciar, comer y vivir, ninguna más aparte de eso nos llevamos, incluso, las más viejas y enfermas son las que no atraen más, las madres y los ballenatos nunca han sido tocados, entonces ¿Por qué Poseidón desata su furia contra nosotros y quien eres tú que te atreves a hablar en su nombre? – Entonces, la música se corta, y todo vuelve a la normalidad restableciéndose el claro oscuro del día y el azul del mar – mi nombre es Sorrento, vengo del reino del Dios Poseidón en el fondo del mar, pertenezco a las fuerzas marinas que resguardan la legendaria Atlántida y como sirviente de Poseidón, he sido testigo de la devastación que el hombre comete contra los mares y sus seres vivos, ahora ¿tú me preguntas porque Poseidón desata su furia? Es muy simple, la matanza de animales, viejos o enfermos, jóvenes o madres siempre será una matanza que desencadena la muerte de más y más animales, otras especies se alimentan de los especímenes que ustedes creen enfermos o viejos y con esto rompen el equilibrio tan delicado de un mundo ya organizado desde antes de la existencia humana, la cadena alimentaria no puede cumplirse y sucumben miles de animales por su inconsciencia – a cada palabra, varios sentimientos cruzan por el capitán de la nave, desde la vergüenza hasta la rabia, la cual, gana terreno y se sostiene en su semblante – al diablo con tus palabras y Poseidón, nosotros dominamos la tierra y todo lo que en ella vive, inconscientes o no, somos la especie domínate y decidimos que hacer o que no hacer ¡y ya que eres un mensajero, lleva estas palabras a tu maldito pueblo que se hundió y está desaparecido! – entonces de un gran salto desde su puesto de mando, cae junto al cañón y con un empujón se hace del control de esté girándolo todo lo necesario hasta apuntarlo hacia Sorrento –vine por una presa y no me iré sin una – dice centrando en su mira el cuerpo del enviado del mar – insolentes… incrédulos ante la divina potestad de Poseidón sobre los seres vivos del mar – y tras decir esto, la flauta vuelve a colocarse en sus labios y cada uno de sus dedos en las clavijas del instrumento por lo que un silbido muy chillante y fuerte brota dEscuchare improvisto y el capitán parece ser bombardeado de forma ilusoria por miles de agujas doradas directo a la cabeza que le impactan en el sistema nervioso y bloqueando sus movimientos – ahhhhg que pasa, porque no puedo moverme – pero en lugar de dar una respuesta, la flauta vuelve a mutar su tonalidad y el acorde que ahora toca es más grave pero imponente durante un tiempo corto pero manteniendo la tonalidad, luego, lo hace más agudo y acrecenta la duración de este ocasionando que los ojos del marino se tornen blanco y el dolor que la música provoca se acentúa – El castigo del reino del mar es un sentencia que no puede cancelarse y en ti y en tu tripulación caerá con toda su fuerza como un escarmiento para todos los hombres – nuevamente sopla la flauta y hace aun más largo y mas chillón el sonido y el oído y el habla del capitán se apagan haciéndolo caer en una debilidad y un desmayo que lo tira en el suelo inconsciente -¡Capitán, ¿Qué le ha hecho!? – entonces la música vuelve a parar y la flauta se despega del guardián marino – sus sentidos se han perdido y ahora es un zombi pero su vida continua latiendo… llévenlo con ustedes y hablen al mundo sobre lo que han visto y el miedo y respeto que deben de tener al dios del mar, Poseidón... pues esto, es solo el principio… - de forma inmediata el segundo al mando da la orden y todos los marinos empiezan a calentar las calderas girando 180 grados la embarcación – lo haremos, lo haremos – dice volteando a ver el trabajo de sus subordinados para luego regresar sus ojos a la posición de Sorrento percatándose de algo extraño pues de la misma manera en que apareció sin ser visto, de esa manera desaparece de la escena el atlante, como si solo hubiera sido una ilusión….