La desaparición del gran Aspros marca una extraña sensación en la mente de Wimber, un reflejo que se describe como una línea de luz purpura que atraviesa la cabeza del espectro
- Señor Aspros... no puede ser, su energía se ha esfumado -
Mientras tanto, un vampiro de ojos amarillos cubierto por las sombras sale de la habitación patriarcal hacia el pueblo de Rodorio, donde se encuentra Wimber.
- De modo que uno entro detrás del otro... ¡ah, es por eso que el gran señor Aspros ha desaparecido -
Dice en un tono inquietante, sabedor de un secreto que usará para su propio beneficio.
- Señor Aspros, tendrá una pronta venganza -
Adjunta dirigiendo sus pasos al santuario de Grecia para cumplir con la última misión que le diera el conquistador del inframundo.