Desde mi infancia
mi pasión ha sido siempre volar.
Era mi meta,
era mi destino.
A los mandos de mi avión
primero por la pista
acelerando, sentiría su rugido
al elevarse del suelo.
Sería como levitar
poco a poco ascendiendo
seríamos solo uno
él con su rabiosa fuerza
yo dirigiéndole
venciendo la gravedad
hacia arriba, más, más.
Llegaríamos a estar
entre las nubes.
Seríamos invencibles.
Derecha, izquierda
arriba, abajo.
Jugando como un pez
en un estanque.
Después de nuestra nueva aventura
volveríamos cansados
hacia abajo
con el sol en nuestros ojos
como despidiendo nuestro reto
volveriamos a mezclarnos
entre los mortales.
Dejaría mi avión abajo
en silencio y a oscuras
esperando que otro dia
nos volviéramos a encontrar
para regresar a ese aire nuestro
a vencer a todo y a todos.
Lamentablemente, la vida
no me ha permitido cumplir con mi sueño.
Pero vuelo con mucha frecuencia
de pasajera, cierro los ojos
y cuando despego siento
como si el avión en el que viajo
me guiñase un ojo
y me dijese, venga que te llevo
hacia el cielo, entre las nubes.
|