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Respuesta  Mensaje 1 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD  (Mensaje original) Enviado: 03/09/2009 03:54


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Respuesta  Mensaje 2 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 03:55

6 de septiembre
SAN ELEUTERIO,
Abad

Si quieres entrar en la vida,
guarda los mandamientos
(Mateo, 19, 17).

   San Eleuterio imitó fielmente las admirables virtudes de San Gregorio Magno, su amigo. El demonio, expulsado por sus oraciones del cuerpo de un niño, volvió a él porque San Eleuterio se jactó de este milagro en presencia de sus religiosos. Púsose el Santo en oración con toda su comunidad y ayunó hasta que el demonio dejó al niño por segunda vez.

MEDITACIÓN SOBRE
LOS MANDAMIENTOS DE DIOS

   I. Debemos observar todos los mandamientos de Dios, de otro modo hay que renunciar al paraíso. Dios es nuestro soberano Señor, tiene derecho a mandarnos; nosotros, sus servidores, debemos obedecerle. Los súbditos deben a sus príncipes respeto, fidelidad y obediencia; los hombres tienen que cumplir respecto de Dios los mismos deberes. Si cumples estos tres deberes, observas sus mandamientos. ¿Qué haces tú? Acuérdate bien de que no puedes servir a dos señores a la vez: a Dios y al mundo.

   II. Nada hay imposible, ni siquiera algo que no sea fácil, en todo lo que Dios nos ordena. Dios es el soberano de todas las creaturas; así, sus mandamientos obligan a todos los hombres. Dios es sapientísimo, nada manda que sea imposible; Dios es buenísimo, lo que manda es fácil. Tantas personas de toda edad, de ambos sexos y de toda condición guardan los mandamientos; ¿por qué no podrías imitarlas con la ayuda de Dios?

   III. Observa, pues, todos los mandamientos; quien infringe así sea uno solo será condenado como si los hubiese transgredido a todos. Obsérvalos desde ahora, no sea que la muerte te sorprenda. Obedece gozosamente, sirves a un gran Rey y a un buen Maestro. Obedece valientemente, porque: Hay que soportar todos los males antes que cometer un solo pecado. (San Agustín) .

La observancia de los mandamientos - Orad
por los que están en pecado mortal.

ORACIÓN

   Haced, os lo suplicamos, Señor, que la intercesión del abad San Eleuterio nos haga agradables a vuestra Majestad a fin de que obtengamos por sus oraciones lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S. Amén.

    


Respuesta  Mensaje 3 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 03:56

6 de septiembre
SANTA EVA DE DREUX,

Virgen y Mártir

A
   Santa Eva de Dreux Desde tiempo inmemorial se conserva en Dreux, Francia, una ”Cruz de Santa Eva”, según se dice, en el mismo lugar donde sufrió el martirio en los primeros tiempos del cristianismo. En la iglesia de San Pedro de esa ciudad se conservan las reliquias de Santa Eva, virgen y mártir, patrona de Dreux.

Respuesta  Mensaje 4 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 03:56

6 de septiembre
SANTA BEGA O BEE,

Virgen

   De acuerdo a la tradición, Santa Bega era una princesa irlandesa a quien quería desposar un príncipe noruego. Pero ella ya había hecho voto de virginidad y un ángel le había dado un brazalete marcada con una cruz, como señal de sus desposorios celestiales. La víspera de la boda, mientras su padre y su novio estaban celebrando, Bega escapó con la ayuda del brazalete. Sentada en una nube, fue llevada a través del mar, a la costa de Cumberland.

   Allí vivió como anacoreta. Tras ser atacada por malhechores,  el Rey San Osvaldo de Northumbria le aconsejó entrar en un convento. Recibió el velo de manos de San Aidano y estableció un monasterio en San Bees (Copeland near Carlisle), que más tarde se convirtió en la base de la abadía benedictina de Santa María en York.

   pese a que los detalles pueden ser leyenda, Santa Bega fue venerada en  Northumbria. El promontorio en donde vivía es llamado Cabeza de Santa Bee, y es Patrona del lugar. En su ermita de Santa Bees (Cumbria) se guarda lo que se presume es el brazalete milagroso, que tiene el viejo nombre inglés beag, tan parecido al suyo, que puede haber dado origen al culto. La gente del lugar atesora las historias de cómo Santa Bega durante su vida en la tierra fue devota de los pobres y oprimidos y cocinaba, lavaba y remendaba para los obreros que edificaron sumonasterio. También hay un lugar en Escocia llamado Kilbees, en homenaje a esta Santa.


Respuesta  Mensaje 5 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 03:57

6 de septiembre
SAN DONACIANO,

LETO y OTROS,
Obispos y Mártires

¡Cuántas veces venimos a la Iglesia sin saber
lo que hemos de hacer o pedir! Y, sin embargo,
cuando vamos a casa de cualquier persona,
sabemos parece como si le dijeran al buen Dios:
"Sólo dos palabras, para deshacerme de ti..." Muchas
veces pienso que cuando venimos a adorar al Señor,
obtendríamos todo lo que le pedimos si se lo pidiéramos
con una fe muy viva y un corazón muy puro.
(San Juan María Vianney)

   En el siglo V, Donaciano, Leto y otros estuvieron entre los más prominentes católicos expulsados de África del Norte por el Rey Huno de los Vándalos. Víctor de Utica los menciona en su historia de la persecución. Se dice que cinco mil católicos fueron exilados en sólo un año. 


Respuesta  Mensaje 6 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 03:58

6 de septiembre
SAN MAGNO,

Monje

Cuanto más tentado te veas, sábete que eres más
amado. nadie debe reputarse siervo de Dios hasta
pasar por las tentaciones y arideces
(San Francisco de Asís)

   San Magno (siglo VII), fundó en Füsen, Alemania, sobre el río Lech, un pequeño monasterio donde eran recibidos los peregrinos que se dirigían o regresaban de la Ciudad Santa y que necesitaban descansar antes o después de subir las cimas de los Alpes. Existen muchas leyendas sobre los milagros de San Magno, y debe su popularidad a su cayado, pues se decía que paseaba por los campos matando toda clase de gusanos, ratones, pulgones y otros animalillos enemigos de las cosechas solamente con acercarles el bastón.


Respuesta  Mensaje 7 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 03:59

6 de septiembre
SAN ONESIFORO,

Mártir

Enséñanos, buen Señor, a servirte como mereces:
a dar sin contar el costo, a luchar sin contar las heridas,
a trabajar y a no buscar descanso, a laborar sin pedir
recompensa excepto saber que hacemos tu voluntad
(San Ignacio de Antioquia).

   San Onesíforo, mártir, discípulo de los apóstoles, de quien hace mención San Pablo escribiendo a Timoteo: "El Señor haga merced a la casa de Onesíforo, porque muchas veces me consoló y no tuvo vergüenza de mi cadena... Dile al Señor que halle misericordia delante de su presencia en aquel día. Cuánto servicio me hizo en Efeso, mejor lo sabes tú."

Respuesta  Mensaje 8 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 04:00

6 de septiembre
BEATO BERTRÁN DE GARRIGA

O GARRIGUES,(*)
Abad

A
   Tiempos de crisis y de profunda transformación social. El refinamiento y la frivolidad de costumbres penetraron en Occidente con el botín y las novedades importadas por los cruzados. Por otra parte, se apreció una sensible disminución del espíritu de sumisión y obediencia al Pontífice, como consecuencia natural de los ataques de los emperadores. Estas contiendas y, sobre todo, las Cruzadas agotaron los recursos de la Iglesia, que, sin embargo, sentía las necesidades de una Europa a oscuras, impotente para soportar la avalancha de las diversas invasiones de los pueblos bárbaros y paganos.

   El espectáculo era realmente desolador. Pero la reacción no se hizo esperar. La vida monástica cobró una vitalidad espléndida, insospechada. Aparte de las dos reformas benedictinas -cistercienses y cartujos-, surgieron otras nuevas Ordenes y Congregaciones. Francisco de Asís ha escuchado la llamada divina apremiante y, desposándose con la pobreza, se ha lanzado por aldeas y ciudades predicando penitencia. La misma llamada oyeron el obispo de Osma, Diego de Acevedo, y Domingo de Guzmán al llegar en embajada de paz a Tolosa. Dice el Beato Jordán de Sajonia, refiriéndose a Domingo de Guzmán, que en cuanto advirtió que los habitantes de aquel país habían caído en la herejía, llenóse de compasión su pecho misericordioso, considerando las innumerables almas que vivían engañadas". Fue entonces cuando, inflamados de caridad, marcharon a Roma y expusieron a Inocencio III un amplio plan de evangelización en tierra de cumanos, al que hubieron de renunciar por indicación del Pontífice, que ordenó al santo obispo el regreso a su diócesis para proseguir allí su gobierno y la reforma del cabildo.

   Obedientes y dóciles a los deseos del Papa, Diego de Acevedo y Domingo de Guzmán emprendieron su viaje de retorno a España sin sospechar la gran sorpresa que la Providencia les reservaba en Montpellier y que transformaría su retirada en marcha victoriosa.

   Cuando llegaron a esta ciudad, en la primavera de 1206, coincidieron con una asamblea de obispos y abades cistercienses de la región, presidida por un legado pontificio. Se hallaban reunidos para estudiar la grave situación e iniciar una campaña definitiva contra la herejía. Solicitaron el consejo del santo y prudente obispo de Osma y las palabras de éste fueron una invitación a abrazar la pobreza evangélica, comenzando por renunciar a toda ostentación y aparato. Esta sería el arma más eficaz para combatir y acabar con las críticas propagadas por las sectas. Y dando ejemplo el santo obispo, puso por obra sus recomendaciones, despidiendo a todo su séquito, quedándose en el Lanquedoc con Domingo de Guzmán y un grupo de clérigos. Los abades repitieron la escena y se reservaron tan sólo los libros imprescindibles para el rezo y la controversia. La empresa había comenzado. Apiñados alrededor del buen obispo de Osma, aquella primera expedición de animosos apóstoles inició su ruta, saliendo de Montpellier hacia la capital de la herejía. A pie, sin dinero, en voluntaria pobreza, van predicando la fe católica. A su paso, los herejes se inquietan y arrecian sus ataques. Pero la marcha hasta Tolosa fue triunfal, ya que su presencia, sus discursos y muchas veces sus milagros despertaron la conciencia de muchas pobres gentes.

   Embarcado en esta colosal obra de predicación y apostolado permaneció el santo obispo de Osma hasta mediado el año 1207. Pero comprendiendo que la ausencia de su diócesis se había prolongado demasiado y temeroso de ser juzgado negligente de su gobierno, decidió regresar a España, dejando al frente de aquélla empresa de evangelización a su querido subprior e inseparable compañero Domingo de Guzmán. Los propósitos del obispo eran visitar la diócesis y volver para dedicarse plenamente a esta gran obra, soñando "ordenar en aquélla región, con asentimiento del Papa, algunos varones idóneos que se dedicasen a refutar errores y a estar prontos para defender la verdad de la fe". Pero la muerte puso fin a todos sus planes. La Providencia había reservado la realización de aquellos ambiciosos proyectos a Domingo de Guzmán y sus frailes, los hermanos predicadores...

   La noticia de la muerte del santo obispo se difundió rápidamente y, al conocerla los que con él habían quedado en aquellas tierras de Tolosa, se volvieron a sus casas. "Fray Domingo quedó solo allí en la brega de la predicación. Algunos le siguieron algún tiempo. Pero inaccesible al desaliento, prosiguió incansable su actividad apostólica.

   Fue en esta época verdaderamente heroica de Domingo de Guzmán cuando se asoció Bertrán de Garriga, apellidado así por el lugar de su nacimiento, en la diócesis de Nimes. Corazón generoso y alma noble, no pudo menos de vibrar y sentirse contagiado por la santidad y elocuencia de fray Domingo. Según afirma uno de sus biógrafos, "fue escogido por la Providencia para llenar en el corazón del bienaventurado Domingo el vacío que don Diego de Acevedo había dejado". Desde entonces le vemos con frecuencia al lado de fray Domingo, gozando de su más pura amistad y apareciendo en las crónicas como compañero inseparable en muchos de sus viajes, haciéndole partícipe en numerosos milagros. Imitador de la santidad de fray Domingo, llegó a ser -en frase de Bernardo Guidón- verdadera imagen de Domingo de Guzmán".

   La corrupción, las guerras y el desorden seguían estragando las costumbres y minando la autoridad de la Iglesia. Los legados pontificios presentaron a Inocencio III un informe de la situación, ante el cual, viendo el Papa que los medios pacíficos de persuasión eran insuficientes, expidió la Bula de Cruzada contra los herejes del Lanquedoc, confiando así poder acabar con tales males. En un principio el llamamiento del Pontífice no halló eco entre los nobles, pero el asesinato de Pedro de Castelnau, legado pontificio, perpetrado por los herejes, levantó una fuerte indignación y movió a los condes de Tolosa a tomar las armas y emprender la Cruzada, poniendo al frente a Simón de Montfort. Unidos se batían en aquel territorio los dos caudillos de la causa de la Iglesia: Domingo de Guzmán y sus compañeros con la palabra y Simón de Montfort y sus huestes con la espada.

   Por aquella época fue propuesto fray Domingo para ocupar diversas sedes, pero siempre se resistió a aceptar estas dignidades alegando: "Tengo que ocuparme de mi nueva plantación de predicadores y de las monjas de Prulla, que me pertenecen". Precisamente entonces se habían unido algunos discípulos más y se arregló el problema del alojamiento gracias a la donación de dos grandes casas que entregó a fray Domingo un caballero de Tolosa llamado Pedro de Seila, que más tarde sería prior de Limoges. Desde aquel momento fijaron su residencia en Tolosa, viviendo en aquellas casas juntos, acostumbrándose a una vida más humilde y conforme con las costumbres de los religiosos. Fue aquélla la cuna de la futura Orden de Hermanos Predicadores. Y no habían transcurrido tres meses allí instalados fray Domingo y sus diez compañeros, cuando el obispo Fulco les nombra predicadores contra la herejía en su diócesis.

   En agosto de 1215 salió el obispo Fulco hacia Roma para asistir al IV Concilio de Letrán, y le acompañó fray Domingo, esperando poder exponer juntos al Papa su proyecto de fundación de una Orden que se llamase y fuese de Predicadores. Pero antes de partir para Roma, fray Domingo escogió a Bertrán de Garriga para superior de aquéla incipiente comunidad, que había de constituir el núcleo básico de la nueva Orden. En este período el grupo de predicadores alternaba su apostolado con la asistencia a las lecciones de Teología de un insigne maestro que había traído el obispo Fulco para regentar estas enseñanzas en la catedral de Tolosa. Era deseo expreso de fray Domingo que sus discípulos adquiriesen una sólida preparación científica para luego poder discutir con los herejes.

   Mientras fray Domingo se encontró ausente, Bertrán de Garriga recibió algunos compañeros más en la comunidad, pues según las crónicas, al regresar Domingo de Roma, la pequeña familia religiosa había aumentado, eran ya dieciséis... En el mes de febrero de 1216 estaba fray Domingo de vuelta en Tolosa con su comunidad. La Cuaresma la consagraron a la predicación y después, durante las fiestas de Pascua -seguramente en el convento de Prulla-, se dedicaron a tratar los problemas de la fundación y las sugerencias hechas a fray Domingo por el Papa y el cardenal Hugolino. En primer lugar eligieron por Regla la de San Agustín. Una vez escogida la Regla y redactadas las Constituciones, urgía la erección del primer convento sobre el que recaería directamente la aprobación del Pontífice. El obispo Fulco, con asentimiento del cabildo, otorgó a fray Domingo y sus frailes la capilla de San Román, junto a la cual levantaron el convento. Pero, estando ocupados en la fundación, llegó la noticia de la muerte de Inocencio III y la designación de Honorio III como sucesor en el Pontificado. No demoró más fray Domingo su viaje a Roma, presentando al nuevo Papa la causa de su Orden. La acogida no pudo ser mejor. Honorio III confirmó la Orden de los Hermanos Predicadores y la tomó bajo su especial protección.

   Cuando en la primavera de 1217 regresó a Tolosa con las dos encomiásticas bulas de confirmación de la Orden, su pequeña comunidad debió saltar de gozo. Pero una visión profética que tuvo fray Domingo le hizo comprender los peligros que se cernían sobre la ciudad. En la visión II se le mostró -cuenta el Beato Jordán- un árbol de grandes proporciones y agradable aspecto, en cuyas ramas se cobijaban muchas aves. Resquebrajóse el árbol y los pájaros que en él anidaban huyeron". Entendió aquel hombre, lleno del espíritu de Dios, a través de la visión, que el conde de Montfort, príncipe y tutor de muchos desvalidos, iba a morir en breve. Domingo y sus frailes, que se amparaban bajo la singular protección del conde, tomaron el partido de las aves. Pese a lo reducido de su número, había llegado la hora de la dispersión. Así fue como a los pocos días de la visión salieron los dieciséis de Tolosa para refugiarse en el monasterio de Prulla, auténtica cuna de la Orden. Notificó Domingo a los obispos y al mismo conde de Montfort de su propósito decidido de dispersar sus frailes por el mundo. Invocado el Espíritu Santo, una vez reunidos los frailes, les manifestó su resolución y, aunque todos se admirasen de tan prematura dispersión, conocían bien la santidad de fray Domingo y en él habían depositado su fe y esperanza.

   Domingo reunió a sus hijos en el monasterio de Prulla, para que Nuestra Señora, que había alcanzado del Señor la fundación de la Orden, bendijera la dispersión de los frailes por el mundo. Tuvo lugar precisamente aquel "Pentecostés dominicano" en la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen del año 1217. Después de la más tierna y patética de las despedidas, marcharon cuatro frailes hacia España y siete a París. Mateo de Francia iba como superior de la nueva comunidad de París y con él salió fray Bertrán de Garriga, a quien el beato Jordán presenta en este momento como "varón de gran santidad y de un rigor inexorable para consigo, acérrimo mortificador de su carne, que había copiado en muchas cosas la vida ejemplar de su maestro Santo Domingo". Con ellos iban otros dos frailes para estudiar en la universidad. Uno de ellos, fray Lorenzo de Inglaterra, antes de entrar en París, tuvo una visión, revelándole el Señor muchas noticias acerca de la fundación, lugar del convento y prosperidad de la comunidad, que pronto se vería favorecida con selectas vocaciones. Los otros tres compañeros designados a París, entre los que se encontraba fray Manés, hermano de Santo Domingo, habían llegado antes. Todos ellos marchaban con el mismo fin; "para estudiar, predicar y fundar un convento".

   Una vez instalados los frailes en París, fray Bertrán de Garriga regresó a Tolosa. La situación se agravaba por días en la capital del Languedoc, hervía la insurrección, que, al fin, estalló, y en el asalto a las murallas de Tolosa murió Simón de Montfort. Pero el convento de San Román, custodiado por fray Bertrán y la pequeña comunidad, se salvó.

   Por aquellos días fray Domingo abandona Roma para cursar visita a las distintas fundaciones, Estamos ya avanzado el otoño de 1218. Pudo comprobar al pasar por Prulla, Tolosa y cruzar la región del Lanquedoc que, pese a los acontecimientos, la "Santa Predicación" se había extendido y enraizado. Continuó su viaje a España, donde consolidó la fundación de Madrid y fundó en Segovia, recorriendo muchas ciudades. Regresó a Francia y de nuevo pasó por Prulla y Tolosa, donde tomó por compañero a fray Bertrán de Garriga para reanudar la ruta hacia París.

   En las Vidas de los Frailes Predicadores, de Gerardo de Frachet, se recoge aquí el milagro que tuvo lugar durante este viaje. Caminando fray Bertrán con el santo fundador hacia París, después de hacer noche en el santuario de Nuestra Señora de Rocamador, se les unieron al paso unos peregrinos alemanes que, oyéndoles cantar salmos y la letanía de la Virgen, no pudieron menos de sentirse edificados. Al llegar a una aldea les invitaron a quedarse y les obsequiaron espléndidamente, y así cuatro días seguidos. Al quinto día el bienaventurado Domingo manifestó a fray Bertrán, enternecido: "Fray Bertrán, tengo por cierto que cosecharemos cosas carnales de estos peregrinos, si no sembramos en ellos bienes espirituales. Por tanto, si te parece, arrodillémonos y pidamos al Señor nos otorgue entender y hablar su idioma para que podamos predicarles a Jesucristo". Así lo hicieron y, con gran asombro de los peregrinos, comenzaron a hablar alemán, caminando juntos aún otros cuatro días, hablándoles de Jesucristo, hasta llegar a Orleáns, donde los alemanes, que deseaban ir a Chartres, se despidieron de ellos, encomendándose a sus oraciones.

   Al día siguiente dijo el bienaventurado Domingo a fray Bertrán: "Hermano, he aquí que estamos ya para entrar en París, y si supieran los frailes el milagro que el Señor ha realizado con nosotros, nos tendrían por santos, siendo, en verdad, pecadores..., así es que por obediencia te prohíbo que digas algo mientras yo viva. Y así lo hizo fray Bertrán. Pero después de la muerte del bienaventurado Domingo contó estas cosas a los frailes".

   También el Beato Jordán relata otro milagro que le contó fray Bertrán. En cierta ocasión, viajando con el bienaventurado Domingo, estalló una gran tormenta y la lluvia inundaba los caminos. Entonces el maestro Domingo hizo la señal de la cruz y pudieron proseguir la marcha sin que el agua les tocase, formándose una especie de cortina protectora a tres codos de distancia según andaban. Este hecho tuvo lugar entre Montreal y Carcasona. La devoción popular para perpetuar este suceso levantó una ermita, que la Revolución Francesa destruyó, erigiendo el pasado siglo un monumento con la siguiente inscripción: "Aquí, en el siglo XIII fueron milagrosamente preservados de la lluvia torrencial el glorioso Santo Domingo y su compañero San Bertrán de Garriga. Santo Domingo y San Bertrán, rogad por nosotros y libradnos de las tormentas".

   Los últimos años de Santo Domingo fueron de una fecundidad sorprendente. Viajes, fundaciones, visitas a monasterios, negociaciones con el Papa, con los prelados y con los príncipes, envíos de misioneros a las regiones más remotas y un celo infatigable en la predicación, que se traducía en nuevas y escogidas vocaciones. Preocupado por la organización de la Orden, aún pudo celebrar los dos primeros Capítulos Generales. En el segundo, el año 1221, celebrado también en Bolonia, se dividió la Orden en ocho provincias, siendo nombrado fray Bertrán de Garriga prior provincial de la región meridional francesa, llamada Provenza. Uno de sus principales cuidados, sobre todo al morir el santo fundador, fue el sostenimiento y aliento de las monjas de Prulla, procurando conservar el espíritu que Santo Domingo les había infundido. Y fiel discípulo suyo, recorrió a pie el Languedoc predicando y atrayendo a las gentes con su ejemplo, levantando muchos conventos...

   Su fundación predilecta era Montpellier. Allí tuvo lugar un notable episodio que nos cuenta Gerardo de Frachet en la Vida de los Frailes: "...casi todos los días celebraba la misa por sus pecados. Y advirtiendo esto fray Benito, varón bueno y prudente, le preguntó por que tan pocas veces ofrecía la misa por los difuntos y, en cambio, con tanta frecuencia por sus pecados. A lo cual respondió fray Bertrán: "Porque los difuntos, por quienes ora la lglesia, ya están seguros y es cierto que llegarán a la gloria. Mas nosotros pecadores nos vemos en muchos peligros y azares". Díjole fray Benito: "Decidme, carísimo prior, si aquí hubiera dos mendigos igualmente pobres, pero uno de ellos tuviera los miembros sanos, ¿a quién auxiliarías primero?". "A aquel que se pudiera valer menos", respondió fray Bertrán. Entonces añadió fray Benito: "Así son los difuntos, los cuales no tienen boca para confesar, ni oídos para oír, ni ojos para llorar, ni manos para trabajar, ni pies para caminar, sino que sólo esperan y desean nuestra ayuda; mas los pecadores, además de sufragios, se pueden valer de los demás miembros". Mas como ni por esas razones se convenciese fray Bertrán, se le apareció la noche siguiente un difunto terrible, que le golpeó duramente con un féretro de madera, el cual le despertó, espantó y atormentó más de diez veces aquella noche. En cuanto amaneció, fray Bertrán se levantó, llamó a fray Benito y, acercándose devotamente llorando al altar, ofreció desde entonces la misa por los difuntos".

   El año 1230, siendo todavía provincial, difundida su fama de santidad por la región, estando predicando a las monjas cistercienses de Botichet, una rápida enfermedad le condujo a la muerte. Su cuerpo, que recibió sepultura en el cementerio de las monjas, fue hallado incorrupto después de veintitrés años. Durante el Cisma de Occidente los dominicos le trasladaron al convento de Orange, donde recibió culto público por privilegio de Martín V. Pero en el siglo XVI, asaltada y saqueada la iglesia, pereció en el incendio llevado a cabo por los herejes.

   León XIII ratificó sus méritos y confirmó su culto, fijando la fecha del 6 de septiembre para conmemorar su fiesta. Los cronistas e historiadores de su época son unánimes en los elogios de sus singulares virtudes, resaltando su humildad, espíritu de penitencia y oración.

 ANTONIO DEL MAZO ZUAZAGOITIA, O. P.


Respuesta  Mensaje 9 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 04:01

6 de septiembre
BEATO CONTARDO FERRINI,

Terciario Franciscano

A
   Beato Contardo Ferrini ( 1849-1902) Nació en Milán, Italia y heredó de sus padres grandes cualidades para las matemáticas y los idiomas. Era terco y caprichoso y necesitó los castigos de su padre para disminuir esos defectos de su carácter.   

   En sus años de estudiante los compañeros se admiraban que no viviera como ellos, enamorando muchachas, y él les decía que ya tenía otras dos novias. Al fin alguien vino a saber el nombre de ellas: eran, la ciencia y la santidad. 

   Desde muy joven hizo el voto de castidad, o juramento de permanecer siempre puro. Pero no contó a nadie este secreto. Por eso cuando iba a los bailes se colocaba siempre entre los músicos, tocando alguno de los instrumentos, y así no tenía que bailar. Las muchachas decían de él: "Muy educado pero demasiado serio, como para entablar noviazgo con él" Y no lograban enredarlo en sentimentalismos.

   Contardo tenía una memoria privilegiada para aprender idiomas. Además del italiano, latín y alemán, se propuso aprender los idiomas en los cuales fue escrita la S. Biblia: el hebreo y el griego. Y llegó a hablarlos y entenderlos de manera admirable. A quien le preguntaba como había conseguido tal hazaña le respondía: "El Espíritu Santo ha premiado los esfuerzos que hice por aprender esos idiomas".
   Desde el día de su Primera Comunión, Contardo experimentó un cambio muy notable. Ya fue dejando sus caprichos y malos genios y comenzó a ser mucho más obediente. Y desde que en el colegio leyó la Imitación de Cristo, su modo de pensar tuvo un giro de 180 grados. En adelante ya lo que le interesaba no era agradar a la gente y ser famoso y rico, sino tener contento siempre a Dios.
   Desde años de colegial y por toda su vida, el deporte favorito de Contardo Ferrini fue el alpinismo. Entre sus compañeros del alpinismo tuvo a Aquiles Ratti, que después fue Sumo Pontífice con el nombre de Pío XI, y que fue quien promovió después su causa de beatificación. Contardo repetía: "Preséntenme un joven con terribles inclinaciones hacia los vicios, que yo por medio de este deporte fuerte y vigorizante le formaré una voluntad tan vigorosa, que logrará dejar sus malas costumbres".
En el colegio y en la Universidad de Pavía, siempre consiguió los primeros puestos, y presentaba trabajos científicos tan supremamente bien hechos,  que los profesores se quedaban admirados. Uno de sus exámenes finales lo presentó  hablando todo el tiempo en griego, con admiración de todos. Sus compañeros le  consultaban muy frecuentemente.
   Los otros alumnos al notar que no participaba de sus juergas ni se reía de sus chistes torpes, empezaron a burlarse de él llamándolo "el San Luis del colegio". Al principio lo decían por burla, y después con verdadera admiración.

   A los 21 años obtuvo su doctorado con las mejores notas de la Universidad, y luego consiguió una beca para ir a especializarse a Berlín. En la Universidad dejó bien organizada una asociación mariana de jóvenes, para hacer apostolado entre los compañeros. A varios los había logrado entusiasmar por las buenas lecturas. Los empleados del hotel donde residía se quedaban admirados de que ayunaba muchos días y de que pasaba noches enteras en oración.

   Lo primero que hizo en Berlín fue buscar un templo católico, y adherirse a las conferencias de San Vicente de Paúl, una asociación de católicos dedicados a ayudar a los pobres. Se quedó aterrado al constatar los fríos que son los protestantes para la religión (Berlín era de mayoría protestante) y escribió: "Aquí encuentro gente muy seria, pero he llegado a la conclusión de que el protestantismo lleva a ser simplemente bueno, a aquel que el catolicismo llevaría a ser un santo".

   Escribiendo a un amigo le decía: "Estoy asqueado de la corrupción de esta ciudad. Como para el protestante basta la fe para salvarse, y no tienen casi sacramentos ni le dan importancia a la necesidad de hacer obras buenas, ni creen en que hay que ir al purgatorio a pagar nuestras faltas, se dedican a todos los vicios".

   Terminada su especialización en Alemania volvió a Italia y fue nombrado profesor de la Universidad de Pavia,teniendo solamente 23 años. Antes de tomar posesión del cargo, fue a Roma y tuvo la dicha de recibir la comunión de manos del Santo Padre León XIII. Las ganancias que conseguía como profesor las repartía entre los pobres. Sus padres le aconsejaron que buscara esposa y él les respondió: "Yo ya me casé con mi antigua novia, que ha sido siempre la ciencia" (Habría podido añadir que se había casado también con la santidad, pero era muy humilde para decirlo).
 
   En Italia había leyes muy anticatólicas. Contardo se dio cuenta de que los católicos debían tener representantes en las corporaciones y empezó una campaña a favor de las ideas católicas siendo elegido concejal de Milán, entonces promovió fuertes iniciativas a favor del catolicismo. Con varios otros líderes católicos promovió y apoyó la fundación de la Universidad Católica del Sagrado Corazón en Milán, que ha sido un gran apoyo para la religión.
 
   Las publicaciones de Ferrini fueron numerosas. Publicó más de 200 monografías (o escritos sobre un tema determinado, cada uno) que ocupan cinco gruesos volúmenes. Redactó también varios libros de texto.
 
   A sus alumnos les insistía en que un gran modo de hacer bien a los demás es darles buen ejemplo. Y él lo daba siempre. Un día un sabio extranjero al verlo actuar, exclamó "¿Qué tiene ese profesor, cuya actuación impresiona tan positivamente en los demás?". Los estudiantes exclamaban: "Este es uno de los poco profesores de la Universidad que se atreven a hablar de Dios en sus clases".
 
I   En 1902 en pleno verano se fue a practicar su deporte favorito que era subir a las montañas. Y en el viaje sintió mucha sed. Vio una fuente de agua y creyó que eran aguas puras y bebió. Pero resultó que aquella fuente estaba contaminada y adquirió el tifo. En pocos días se agravó. Mandó llamar al sacerdote y después de recibir los santos sacramentos murió plácidamente el 16 de octubre de 1902, con la satisfacción de haber cumplido siempre muy bien su deber, y de haber hecho toda clase de sacrificios con tal de no ofender a Dios ni manchar su alma con el pecado. El Santo padre Pío XII lo beatificó en 1947.

Respuesta  Mensaje 10 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 04:01

6 de septiembre
BEATO LIBERATO DE LORO,

Monje

   Los escasas  datos sobre la vida de Liberato de Loro Piceno, nos los da fray Mariano de Florencia, autor  de: "Fasciculus Chronicarum Ordinis Fratrum Minorum", manuscrito compilado a fines del siglo XV. Por la pluma del autor florentino, solamente sabemos que Liberato fue señor de Loro, pero que, renunciando al título, a las riquezas y a la nobleza terrena, entró en los frailes menores, destacándose  tanto por sus virtudes como por sus milagros .

   El ingreso de Liberato a la orden, probablemente tuvo lugar durante el cuarto viaje de San Francisco en Marche. Por Celano y por Wadding se sabe que " il poverello", después de haber predicado en Bevagna, atravesó  los Apeninos, pasó por la ciudad de Macerata y llegó a Ascoli donde, predicando en la plaza, convirtió y recibió en órdenes alrededor de treinta personas entre laicos y clérigos. En el camino de regreso, directo a Camerino, Francisco se detuvo en Sarnano, en donde predicó en Roccabruna y recibió para las órdenes a un rico y noble caballero (Fioretti: cap. 37) se cree que se trata de  Liberato de Loro; de todas formas, el silencio guardado al respecto por  fray Ugolino de Montegiorgio, autor de: "Actus b. Francisci et sociorum eius", no nos permite afirmarlo con certeza. A los escasos  datos sobre la vida de Liberato de Loro se contrapone una excepcional fama de santidad: se lo señala como modelo de perfecta observancia de la regla y del testamento de San Francisco.

   Murió probablemente en 1234, en Soffiano, después de haber sido confortadoen su lecho de muerte, por Nuestra Señora y tres vírgenes cirdundadas por ángles. 

   El culto a San Liberato de Loro, fue prohibido en 1730, restaurado en 1731, y aprobado en 1868. Es dificil establecer las causas por las cuales se llegó a prohibir su culto.


Respuesta  Mensaje 11 de 11 en el tema 
De: GAVIOTA LIBERTAD Enviado: 03/09/2009 04:02

6 de septiembre
BEATO MATEO DE AGRIGENTO,

Obispo

El amor de Jesucristo me quita el gusto para todo, las
criaturas no tienen atractivo alguno para mi,
ni los
 ángeles ni los arcángeles pueden colmar las ansias de mi
corazón, los rayos del sol, cuando contemplo el  resplandeciente
rostro de mi Amado, me parecen densas tinieblas
(San Francisco de Asís).

   Beato Mateo de Agrigento, discípulo de San Bernardino de Sena; pidióle el rey don Alfonso V de Aragón para fundar un convento franciscano en Valencia e implantó la reforma en Santa María de Jesús de dicha ciudad, y fundó otros en Alicante, Zaragoza y Barcelona. En 1417 le nombró el mismo rey obispo de Agrigento (Sicilia), cuya sede gobernó hacia 1420.



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