Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
ORACIÓN COLECTA
Oremos: Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
PRIMERA LECTURA
El Señor hacía surgir jueces, pero ni a los jueces hacían caso
Lectura del libro de los Jueces 2, 11-19
En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba, dieron culto a los ídolos; abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los habÍa sacado de Egipto, y se fueron tras los otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron, irritando al Señor. Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal. y a Astarté. El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores que los saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían resistirles. En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como él les habla dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada. Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor. No hacían como ellos. Cuando el Señor hacia surgir jueces, el Señor estaba con el juez; y, mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores. Pero, en cuanto moría el juez, recalan y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 105, 34-35. 36-37. 39-40. 43-44
R. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.
No exterminaron a los pueblos que el Señor les había mandado; emparentaron con los gentiles, imitaron sus costumbres. R.
Adoraron sus ídolos y cayeron en sus lazos; inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas. R.
Se mancharon con sus acciones y se prostituyeron con sus maldades. La ira del Señor se encendió contra su pueblo, y aborreció su heredad. R.
Cuántas veces los libró; mas ellos, obstinados en su actitud, perecían por sus culpas; pero él miró su angustia, y escuchó sus gritos. R.
EVANGELIO
Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, así tendrás un tesoro en el cielo
Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 16-22
En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: -Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?- Jesús le contestó: -¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.- Él le preguntó: -¿Cuáles?- Jesús le contestó: -No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.- El muchacho le dijo: -Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?- Jesús le contestó: -Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo- y luego vente conmigo. Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico.
Palabra del Señor
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
PREFACIO COMÚN V
Proclamación del misterio de Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Los ojos de todos los hombres te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su alimento.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Oremos: Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.
Vengan, benditos de mi Padre -
dice el Señor - porque estuve enfermo y ustedes me visitaron. En verdad les
digo que cuanto hicieron con el más pequeño de mis hermanos, conmigo lo han
hecho.
ORACIÓN COLECTA
Dios y Padre nuestro, en la
persona de san Alberto Hurtado, tu servidor, nos diste un signo admirable
de tu amor; por su intercesión, concédenos perseverar unidos en el
Evangelio, acompañando con el amor de Cristo a nuestros hermanos,
especialmente los abandonados y los pobres, y promover así el reino de
justicia, de amor y de paz.
Por nuestro
Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Gedeón, salva a
Israel. Yo te envío
Lectura del
libro de los Jueces 6, 11-24a
En aquellos días, el ángel del
Señor vino y se sentó bajo la encima, de Ofrá, propiedad de Joás de
Abiezer, mientras su hijo Gedeón estaba trillando a látigo en el lagar,
para esconderse de los madianitas. El ángel del Señor se le apareció y le
dijo: -El Señor está contigo, valiente.- Gedeón respondió: -Perdón, si el
Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha venid, encima todo esto? ¿Dónde
han quedado aquellos prodigios que nos contaban nuestros padres: "De
Egipto nos sacó el Señor"9 La verdad es que ahora el Señor nos ha
desamparado y nos ha entregado a los madianitas.- El Señor se volvió a él y
le dijo: -Vete, y con tus propias fuerzas salva a Israel de los madianitas.
Yo te envío.- Gedeón replicó: -Perdón, ¿cómo puedo yo librar a Israel?
Precisamente mí familia es la menor de Manasés, y yo soy el más pequeño en
la casa de mi padre. - El Señor contestó: -Yo estaré contigo, y derrotarás
a los madianitas como a un solo hombre.- Gedeón insistió: - Si he alcanzado
tu favor, dame una señal de que eres tú quien habla conmigo. No te vayas de
aquí hasta que yo vuelva con una ofrenda y te la presente.- El Señor dijo:
-Aquí me quedaré hasta que vuelvas.- Gedeón marchó a preparar un cabrito y
unos panes ázimos con medía fanega de harina; colocó luego la carne en la
cesta y echó el caldo en el puchero; se lo llevó al Señor y se lo ofreció
bajo la encina. El ángel del Señor le dijo: -Coge la carne y los panes
ázimos, colócalos sobre esta roca y derrama el caldo.- Así lo hizo. Entonces
el ángel del Señor alargó la punta del cayado que llevaba, tocó la carne y
los panes, y se levantó de la roca una llamarada que los consumió. Y el
ángel del Señor desapareció. Cuando Gedeón vio que se trataba del ángel del
Señor, exclamó: -¡ Ay Dios mío, que he visto al ángel del Señor cara a
cara! - Pero el Señor le dijo: -¡Paz, no temas, no morirás!- Entonces
Gedeón levantó allí un altar al Señor y le puso el nombre de “Señor
de la Paz”.
Palabra de Dios.
O bien: LECTURA Sant 2, 14-18
SALMO RESPONSORIAL SAL 84, 9. 11-12. 13-14
R. El Señor anuncia la paz a su
pueblo.
Voy a escuchar lo que dice el
Señor: Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos y a los que se
convierten de corazón. R.
La misericordia y la fidelidad se
encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R.
El Señor nos dará la lluvia, y
nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación
seguirá sus pasos. R.
O bien: SALMO Sal 111, 1-6, 9
ALELUYA Jn 13, 34
Les doy un mandamiento nuevo: que
se amen unos a otros como yo los he amado, dice el Señor
EVANGELIO
Más fácil le es a un camello
pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el reino de Dios.
Lectura del
santo evangelio según san Mateo 19, 23-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus
discípulos: -Os aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los
cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una
aguja que a un rico entrar en el reino de Dios. Al oírlo, los discípulos
dijeron espantados: -Entonces, ¿quién puede salvarse?- -Jesús se les quedó
mirando y les dijo: -Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede
todo.- Entonces le dijo Pedro: -Pues nosotros lo hemos dejado todo y te
hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?- Jesús les dijo: -Os aseguro: cuando
llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su
gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce
tronos para regir a las doce tribus de Israel. El que por mi deja casa,
hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien
veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y
muchos últimos serán primeros.-
Palabra del
Señor
O bien: EVANGELIO Mt 25, 31-40
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones de tu
pueblo y concédenos que, al recordar las maravillas que el amor de tu hijo
realizó con nosotros, nos reafirmemos, a ejemplo de san Alberto, en el amor
a ti y al prójimo. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén
PREFACIO
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el
Señor.
V/. Demos gracias al Señor,
nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario
bendecir tu nombre, Padre Santo, siempre y en todo lugar. Porque tú nos
concedes la alegría de celebrar el recuerdo de san Alberto Hurtado, fiel
apóstol de Jesucristo, quien, siempre atento a los signos de los tiempos,
fue admirable por la claridad de su enseñanza y por la abnegación de su
amor, especialmente con los más desamparados. Por eso, con los ángeles y
los santos, y con cuantos te buscan con sincero corazón, te cantamos sin
cesar el himno de alabanza: Santo, santo, santo...
ANTÍFONA DE COMUNION Jn 15, 13
Nadie tiene amor más grande que el
que da la vida por sus amigos.
O bien: Jn 13, 35
En esto
reconocerán todos que son mis discípulos, dice el Señor: en que se aman
unos a otros.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con estos sagrados
misterios, te pedimos, Señor, nos ayudes a seguir los ejemplos de san
Alberto, que te rindió culto con devoción constante, y se entregó a tu
pueblo en un continuo servicio de amor.
Señor, protector nuestro, mira
y considera el rostro de tu Ungido; vale más un día en tus atrios que mil
días lejos de ellos.
ORACIÓN COLECTA
Dios, que has preparado bienes
invisibles para los que te aman, infunde el fervor de tu amor en nuestros
corazones, para que amándote en todas y sobre todas las cosas, podamos
alcanzar tus promesas que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien, de la memoria: Señor, que admirablemente elegiste al presbítero san
Juan Eudes para anunciar las insondables riquezas
de Cristo; concédenos que, siguiendo sus ejemplos y enseñanzas, te
conozcamos cada vez más y vivamos con fidelidad según la luz del Evangelio.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Jc 9,
6-15
Lectura del libro de los Jueces.
Se reunieron todos los señores
de Siquém y todo BetMiló, y fueron a proclamar rey a Abimélec,
junto a la encina de la piedra conmemorativa que está en Siquém. Cuando le llevaron la noticia a Jotám, este se puso en la cima del monte Garizím, y gritó con voz potente: “Escúchenme, señores
de Siquém, y que Dios los escuche a ustedes: Los árboles
se pusieron en camino para ungir a un rey que los gobernara. Entonces dijeron
al olivo: ‘Sé tú nuestro rey’.
Pero el olivo les respondió:‘‘¿Voy a renunciar a mi aceite con el que se honra a
los dioses y a los hombres, para ir a mecerme por encima de los árboles?’. Los
árboles dijeron a la higuera: ‘Ven tú a reinar sobre nosotros’. Pero la
higuera les respondió: ‘¿Voy a renunciar a mi dulzura y a mi sabroso fruto,
para ir a mecerme por encima de los árboles?’. Los árboles dijeron a la
vid: ‘Ven tú a reinar sobre nosotros’. Pero la vid les respondió: ‘¿Voy a
renunciar a mi mosto que alegra a los dioses y a los hombres, para ir a
mecerme por encima de los árboles?’. Entonces, todos los árboles dijeron a
la zarza: ‘Ven tú a reinar sobre nosotros’. Pero la zarza respondió a los
árboles: ‘Si de veras quieren ungirme para que reine sobre ustedes, vengan
a cobijarse bajo mi sombra; de lo contrario, saldrá fuego de la zarza y consumirá
los cedros del Líbano’.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El
pueblo se olvida con facilidad de los compromisos de la Alianza para correr
tras dioses ajenos, hechura de manos humanas, manejables a su antojo. La
misma conducta observaba con los profetas: la masa sigue igual al que grita
por los derechos mientras maldice a quien habla de obligaciones. Para
aceptar el reinado de gentes tan ingobernables como los habitantes de Siquem era necesario verdaderamente ser un personaje
ambicioso, que tiene el egoísmo por motivación de sus decisiones. En esa
línea va la enseñanza de esta fábula. Si ella encontró un lugar en los
libros sagrados fue probablemente porque los primeros profetas la usaron
para combatir a la realeza y a sus funcionarios pretenciosos y corruptos.
SALMO Sal 20, 2-7
R. ¡El rey se regocija por tu fuerza, Señor!
Señor, el rey se regocija por
tu fuerza, ¡y cuánto se alegra por tu victoria! Tú has colmado los deseos
de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. R.
Porque te anticipas a
bendecirlo con el éxito y pones en su cabeza una corona de oro puro. Te
pidió larga vida y se la diste: días que se prolongan para siempre. R.
Su gloria se acrecentó por tu
triunfo, tú lo revistes de esplendor y majestad; le concedes incesantes
bendiciones, lo colmas de alegría en tu presencia. R.
ALELUYA Heb 4, 12
Aleluya. La Palabra de Dios es vivaeficaz; discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón. Aleluya.
EVANGELIO Mt 19,
30—20, 16
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: “Muchos
de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los
primeros. Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que
salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató
con ellos un denario por día y los envío a su
viña. Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la
plaza, les dijo: ‘Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea
justo’. Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo
lo mismo. Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros,
les dijo: ‘¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?’. Ellos
les respondieron: ‘Nadie nos ha contratado’. Entonces les dijo: ‘Vayan
también ustedes a mi viña’. Al terminar el día, el propietario llamó a su
mayordomo y le dijo: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por
los últimos y terminando por los primeros’. Fueron entonces los que habían llegado
al caer la tarde y recibieron cada uno un denario. Llegaron después los primeros,
creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario.
Y al recibirlo, protestaban contra el propietario, diciendo: ‘Estos últimos
trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que
hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada’. El
propietario respondió a uno de ellos: ‘Amigo, no soy injusto contigo,
¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete.
Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿O no tengo derecho a
disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea
bueno?’. Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los
últimos”
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Hoy
leemos una parábola desconcertante. Debemos alegrarnos de que el evangelio nos
desconcierte de vez en cuando. Del nivel de la relación entre contrato y
salario el Maestro sube a un nivel superior: el de la relación
don-gratuidad. El Padre distribuye sus dones y se da a sí mismo sin que
nadie pueda alegar títulos de justicia. Llegada la hora de pagar el sueldo
el Padre no niega a nadie lo suyo y da de sus bienes más allá de lo que sus
colaboradores merecen. Desborda los límites de la
justicia y se mueve en las inmensidades del amor. Añadiendo la conclusión “los
últimos serán los primeros” Mateo aplica la parábola a la situación que tiene
delante: concretamente las otras naciones han ocupado el lugar de Israel;
los últimos en llegar son ahora objeto de la atención divina. En la viña
del Padre hay trabajo y sueldo para todos. Se excluye la rivalidad
encendida por la envidia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, acepta nuestros dones
por los que se realiza un admirable intercambio, para que al ofrecerte lo
que nos diste podamos recibirte a ti mismo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 129, 7
En el Señor, se encuentra la
misericordia y la redención en abundancia.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, unidos a Cristo por este
sacramento, imploramos humildemente tu misericordia para que, configurados
con él en la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo.
La boca del
justo expresa sabiduría y su lengua dice lo que es recto, la ley de Dios
está en su corazón.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que al abad san
Bernardo, inflamado por el celo de tu casa, lo hiciste una antorcha que
brillaba y ardía en tu Iglesia; concédenos por su intercesión que, animados
por ese mismo espíritu, vivamos siempre como hijos de la luz.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA
Jc 11,29-39
Lectura del libro de los
Jueces.
El espíritu del Señor descendió
sobre Jefté, y este recorrió Galaad
y Manasés, pasó por Mispá
de Galaad y desde allí avanzó hasta el país de
los amonitas. Entonces hizo al Señor el siguiente voto:
«Si entregas a los amonitas en
mis manos, el primero que salga de la puerta de mi casa a recibirme, cuando
yo vuelva victorioso, pertenecerá al Señor y lo ofreceré en holocausto». Luego atacó a los
amonitas, y el Señor los entregó en sus manos. Jefté
los derrotó, desde Aroer hasta cerca de Minit -eran en total veinte ciudades- y hasta Abel Queramím. Les infligió una gran derrota, y así los
amonitas quedaron sometidos a los israelitas. Cuando Jefté
regresó a su casa, en Mispá, le salió al
encuentro su hija, bailando al son de panderetas. Era su única hija; fuera
de ella, Jefté no tenía hijos ni hijas. Al verla,
rasgó sus vestiduras y exclamó: «Hija mía, me has destrozado! ¿Tenías que ser tú la causa de mi desgracia? Yo hice
una promesa al Señor, y ahora no puedo retractarme». Ella le respondió:
«Padre, si has prometido algo al Señor, tienes que hacer conmigo lo que
prometiste, ya que el Señor te ha permitido vengarte de tus enemigos, los
amonitas». Después añadió: «Sólo te pido un favor: dame un plazo de dos
meses para ir por las montañas a llorar con mis amigas por no haber tenido
hijos». Su padre le respondió: «Puedes hacerlo». Ella se fue a las montañas
con sus amigas, y se lamentó por haber quedado virgen. Al cabo de los dos
meses regresó, y su padre cumplió con ella el voto que había hecho.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
«Si
venzo a mis enemigos sacrificaré a la primera persona que salga a recibirme
a la puerta de mi casa». Jefté ha pronunciado una
promesa insensata que le lleva a ofrecer en holocausto a su propia hija.
Para el redactor todo está claro: una promesa, cualquiera que sea, debe ser
cumplida. Hay opciones precipitadas cuyo error sólo se valora cuando se nos
pasa la cuenta. Los sacrificios humanos se usaron en diferentes culturas
basándose en falsas representaciones de Dios. Dios pidió a Abraham el
sacrificio de Isaac para probar su fe, pero no permitió que se consumara el
sacrificio. La fe reconocerá felizmente que ninguna realidad es sagrada
sino sólo Dios. De ahí que se ve lo inhumano de una religión que sacraliza
las promesas hasta el punto de menospreciar a las personas, robándoles su
dignidad.
SALMO
Sal 39,5.7-10
R. ¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!
¡Feliz el que pone en el Señor
toda su confianza, y no se vuelve hacia los rebeldes que se extravían tras
la mentira! R.
Tú no quisiste víctima ni
oblación; pero me diste un oído atento; no pediste holocaustos ni
sacrificios, entonces dije: “Aquí estoy”. R.
“En el libro de la ley está
escrito lo que tengo que hacer: yo amo, Dios mío, tu voluntad, y tu ley
está en mi corazón”. R.
Proclamé gozosamente tu justicia
en la gran asamblea; no, no mantuve cerrados mis labios, tú lo sabes,
Señor. R.
ALELUYA
Cfr. Sal 94, 7. 8
Aleluya. Si escuchan la voz del Señor, no endurezcan el corazón. Aleluya.
EVANGELIO
Mt 22, 1-14
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús se dirigió a los sumos sacerdotes y fariseos, diciendo esta
parábola:
“El Reino de los Cielos se parece
a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces a sus
servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. De
nuevo envió a otros servidores con el encargo de decir a los invitados: ‘Mi
banquete está preparado; ya han sido matados mis terneros y mis mejores
animales, y todo está a punto: Vengan a las bodas’. Pero ellos no tuvieron
en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su negocio; y
los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron.
Al enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con
aquellos homicidas e incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores:
‘El banquete nupcial está preparado, pero los invitados no eran dignos de
él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que
encuentren’. Los servidores salieron a los caminos y reunieron a todos los
que encontraron, buenos y malos, y la sala nupcial se llenó de convidados.
Cuando el rey entró para ver a los comensales, encontró a un hombre que no
tenía el traje de fiesta. ‘Amigo —le dijo—, ¿cómo has entrado aquí sin el
traje de fiesta?. El otro permaneció en silencio.
Entonces el rey dijo a los guardias: ‘Atenlo de pies y manos, y arrójenlo
afuera, a las tinieblas. Allí habrá llanto y rechinar de dientes’. Porque
muchos son llamados, pero pocos son elegidos”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, te ofrecemos el
sacramento de la unidad y de la paz en la conmemoración del abad san
Bernardo, que insigne por sus palabras y sus obras, procuró tenazmente la
concordia y el orden de tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc
12, 42
El administrador fiel y
previsor a quien el Señor ha puesto al frente de su personal para
distribuirle la ración de trigo en el momento oportuno.
El Señor hizo con él una
alianza de paz y lo constituyó jefe, confiriéndole para siempre la dignidad
sacerdotal.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que para defender la fe
católica y restaurar todas las cosas en Cristo colmaste de sabiduría divina
y de fortaleza apostólica al papa san Pío X, concédenos que, siguiendo sus
enseñanzas y ejemplos, alcancemos la recompensa eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Rut 1,1-8. 14-16.22
Lectura del libro de Rut.
Durante el tiempo de los Jueces
hubo una gran sequía en el país, y un hombre de Belén de Judá emigró a los
campos de Moab, con su mujer y sus dos hijos. El hombre se llamaba Elimélec; su esposa, Noemí; y sus dos hijos, Majlón y Quilión. Al morir Elimélec, el esposo de Noemí, ella se quedó con sus
hijos. Estos se casaron con mujeres moabitas -una se llamaba Orpá y la otra Rut- y así vivieron unos diez años. Pero
también murieron Majlón y Quilión,
y Noemí se quedó sola,
sin
hijos y sin esposo. Entonces se decidió a volver junto con sus nueras, abandonando los
campos de Moab, porque se enteró de que el Señor había visitado a su pueblo
y le había proporcionado alimento. Mientras regresaban al país de Judá,
Noemí dijo a sus nueras: “Váyanse, vuelvan cada una a la casa de su madre.
¡Qué el Señor tenga misericordia de ustedes, como ustedes la tuvieron con
mis hijos muertos y conmigo!” Orpá despidió a su
suegra con un beso, mientras que Rut se quedó a su lado. Noemí le dijo:
“Mira, tu cuñada regresa a su pueblo y a sus dioses; regresa tú también con
ella”. Pero Rut le respondió:
“No insistas en que te abandone
y me vuelva, porque yo iré adonde tú vayas y viviré donde tú vivas. Tu
pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios». Así regresó Noemí con su
nuera, la moabita Rut, la que había venido de los campos de Moab. Cuando
llegaron a Belén, comenzaba la cosecha de la cebada.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Desde
el Concilio Vaticano II se insiste en proteger la libertad religiosa y el
respeto a los que profesan otras religiones. Reafirmando esto el papa Juan
Pablo II se ha reunido y comunicado con los líderes de todas las religiones
de la tierra, promoviendo el diálogo interreligioso, a partir del primer
encuentro con éstos en Asís, tierra donde nació san Francisco. Noemí y su
nuera Rut son pioneras en esta libertad. Noemí regresa a su patria,
acompañada por Rut, oriunda de Moab. Es el amor entre ambas mujeres el que
iguala las creencias: “Tu pueblo será mi pueblo, tu Dios es mi Dios”,
decide Rut. El amor a la suegra es más fuerte que el amor al clan y adopta
la fe de aquélla. Lo que no sospecha Rut es que con su decisión por el Dios
de Israel se injerta en el árbol genealógico de Jesús
SALMO Sal 145, 5-10
R. ¡Alaba, alma mía, al Señor!
Feliz el que se apoya en el
Dios de Jacob y pone su esperanza en el Señor, su Dios: él hizo el cielo y
la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos. R.
Él mantiene su fidelidad para
siempre. Hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor
libera a los cautivos. R.
Abre los ojos de los ciegos y
endereza a los que están encorvados, el Señor ama a los justos y protege a
los extranjeros. R. Sustenta al huérfano y a la viuda; y entorpece el
camino de los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a
lo largo de las generaciones. R.
ALELUYA Sal 24, 4.5
Aleluya. Señor, enséñame tus
senderos, guíame por el camino de tu fidelidad. Aleluya.
EVANGELIO Mt 22,
34-40
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Cuando los fariseos se
enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con
él, y uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a
prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?”. Jesús le
respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma
y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El
segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De
estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Muchas
veces hemos escuchado que el árbol impide ver el bosque. Pero también es
cierto que los detalles de la Ley pueden ocultar el amor que la inspiran.
Es la esencia lo que ante todo debemos ver y observar, aunque para ello
fuera necesario pasar por alto algunos detalles. Tal cual sucede cuando el
Maestro, respecto al descanso sabático, rompe algunas prescripciones,
quebrantando la ley cuando se trata de sanar a un enfermo o dar de comer a
una multitud hambrienta y cansada. Se pregunta sobre cuál es el mandamiento
más importante. El Maestro responde que consiste en aceptar la voluntad del
Padre en la propia vida por amor y el modo de hacerlo es servir al prójimo
por amor. Quien cumple ha puesto en práctica toda la Ley y la enseñanza de
los profetas.
ORACION SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, recibidas con bondad
nuestras ofrendas, concédenos que, siguiendo las enseñanzas de san Pío X,
celebremos con dignidad estos divinos misterios y participemos de ellos con
espíritu de fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr.
Jn 21,17
Señor, tú lo sabes todo; sabes
que te amo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, al
celebrar la memoria de san Pío X, te pedimos que por la fuerza de esta
comunión, seamos constantes en la fe y vivamos unidos en tu amor.
Una hija de reyes está de pie a
tu derecha: es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que constituiste a la
Madre de tu Hijo como Madre y Reina nuestra; concede en tu bondad que,
sostenidos por su intercesión, alcancemos en el reino celestial la gloria
de los hijos de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 1s9,1-6
Lectura del libro de Isaías.
El pueblo que caminaba en las
tinieblas ha visto una gran luz; sobre los que habitaban en el país de la
oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la alegría, has
acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en la
cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el
yugo que pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su
carcelero, todo eso lo has destrozado como en el día de Madián.
Porque las botas usadas en la refriega y las túnicas manchadas de sangre,
serán presa de las llamas, pasto del fuego. Porque un niño nos ha nacido,
un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus hombros y se le da
por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para siempre,
Príncipe de la paz». Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para
el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el
derecho y la justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los
ejércitos hará todo esto.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Del
Rey, como ungido de Dios, se esperaba que ejerciera su señorío trayendo la
paz y la alegría al pueblo. Cristo es ese rey que vendría a ejercer el
señorío no para aplastar y anular al pueblo, sino para implantarla justicia
y la paz. A todos los que creemos en él nos transmite este carácter de ser,
ungidos en él, reyes y reinas, cuidando todo lo creado.
SALMO Sal 112, 1-8
R. Bendito sea e/nombre del
Señor para siempre.
Alaben, servidores del Señor,
alaben el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y
para siempre. R.
Desde la salida del sol hasta
su ocaso, sea alabado el nombre del Señor. El Señor está sobre todas las
naciones, su gloria se eleva sobre el cielo. R.
¿Quién es como el Señor, nuestro
Dios, que tiene su morada en las alturas, y se inclina para contemplar el
cielo y la tierra? R.
Él levanta del polvo al
desvalido, alza al pobre de su miseria, para hacerlo sentar entre los
nobles, entre los nobles de su pueblo. R.
ALELUYA Cfr. Lc 1,28
Aleluya. Alégrate, María, llena
de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres. Aleluya.
EVANGELIO Lc,
26-38
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El ángel Gabriel fue enviado
por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret a una virgen que estaba
comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado
José. El nombre de la virgen era María. El ángel entró en su casa y la
saludó, diciendo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!». Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se
preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el ángel le dijo:
«No temas, María, porque Dios
te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
Jesús; él será grande y se le llamará Hijo del Altísimo. El Señor Dios le
dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para
siempre y su reino no tendrá fin». María dijo al ángel: «,Cómo
puede ser eso, si yo no convivo con ningún hombre?». El ángel le respondió:
«El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra. Por eso el niño será santo y se le llamará Hijo de Dios.
También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que
era considerada estéril ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada
imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor,
que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el ángel se alejó.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Y
la Virgen María, ¿qué clase de Reina es? Es una Reina que se hace servidora
de la vida en abundancia. Si algún poder ejerce esta Reina, es el poder de
vivir y encarnar la Palabra de Dios, poniéndose al servicio como la
«esclava del Señor».
O bien, de la
feria:
LECTURA Rut 2, 1-3. 8-11;4, 13-17
Lectura del libro de Rut.
Noemí tenía, por parte de su
esposo, un pariente muy rico llamado Booz, de la
familia de Elimélec. Rut, la moabita, dijo una
vez a Noemí: «Déjame ir a recoger espigas al campo, detrás de alguien que
me haga ese favor». «Puedes r, hija mía», le respondió ella. Entonces Rut
se puso a recoger espigas en el campo, detrás de los que cosechaban, y tuvo
la suerte de hacerlo en una parcela perteneciente a Booz,
el de la familia de Elimélec. Entonces Booz dijo a Rut: «Oyeme bien,
hija mía! No vayas a recoger espigas a otro campo
ni te alejes para nada de aquí; quédate junto a mis servidores. Fíjate en
qué terreno cosechan y ve detrás de ellos. Ya di orden a mis servidores
para que no te molesten. Si tienes sed, ve a beber en los cántaros el agua
que ellos saquen». Rut se postró con el rostro en tierra y exclamó: « ¿Por
qué te he caído en gracia para que te fijes en mí, si no soy más que una
extranjera?». Booz le respondió: « Me han contado
muy bien todo lo que hiciste por tu suegra después que murió tu marido, y cómo
has dejado a tu padre, a tu madre y tu tierra natal, para venir a un pueblo
desconocido». Booz se casó con Rut y se unió a
ella. El Señor hizo que ella concibiera y diera a luz un hijo. Entonces las
mujeres dijeron a Noemí: «jBendito sea el Señor,
que hoy note deja faltar quien responda por ti! Su
nombre será proclamado en Israel. El te reconfortará y será tu apoyo en la
vejez, porque te lo ha engendrado tu nuera que te quiere tanto y que vale
para ti más que siete hijos». Noemí tomó al niño, lo puso sobre su regazo y
se encargó de criarlo. Las vecinas le dieron un nombre, diciendo: «Le ha
nacido un hijo a Noemí», y lo llamaron Obed. Este
fue el padre de Jesé, el padre de David.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
¡Qué
distintos son los caminos del Señor para cada uno! Booz
se enamora de Rut y ésta llega a casarse con Booz,
en cumplimiento de la ley del levirato. Del matrimonio nace Obed, que será el abuelo del rey David. Hasta ahora se
han leído pasajes donde Yahvé interviene con su poder a favor del pueblo.
Aquí interviene en la vida privada de Rut, la moabita, convertida a la fe
de Israel a impulsos de un gran corazón. Se convertirá en la abuela del rey
David y es una puerta abierta a la llamada de todos los pueblos a entrar en
el Pueblo de Dios.
SALMO
SaI 127, 1-5
R. ¡Bendito el que teme al
Señor!
¡Feliz el que teme al Señor y
sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te
irá bien. R.
Tu esposa será como una vid
fecunda en el seno de tu hogar; tus hijos, como retoños de olivo alrededor
de tu mesa. R.
¡Así será bendecido el hombre
que teme al Señor! ¡Que el Señor te bendiga desde Sión todos los días de tu
vida: que contemples la paz de Jerusalén! R.
ALELUYA Mt 23,
9-10
Aleluya. No tienen sino un
padre: el Padre celestial; sólo tienen un doctor, que es el Mesías.
Aleluya.
EVANGELIO Mt 23,
1-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a la multitud y a
sus discípulos: «Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés;
ustedes hagan y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por
sus obras, porque no hacen lo que dicen. Atan pesadas cargas, difíciles de
llevar, y las ponen sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no
quieren moverlas ni siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan
las filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los
primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
ser saludados en las plazas y oírse llamar ‘mi maestro’ por la gente. En
cuanto a ustedes, no se hagan llamar ‘maestro’, porque no tienen más que un
maestro y todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen ‘padre’,
porque no tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco
‘doctores’, porque sólo tienen un doctor, que es el Mesías. El mayor entre
ustedes será el que los sirve, porque el que se eleva será humillado, y el
que se humilla será elevado».
Inclina tu oído, Señor,
respóndeme. Salva, Dios mío, a tu servidor que confía en ti; ten piedad de
mí, Señor, porque te invoco todo el dí
ACTO PENITENCIAL
·En ti
creemos.Tú eres el Santo, el Hijo
de Dios. Señor, ten piedad.
·A Ti acudimos,
Tú tienes palabras de Vida eterna. Cristo, ten piedad.
·Por ti
optamos. Tú sabes que te queremos. Señor, ten piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra
paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios, que unes los corazones de
tus fieles en una sola voluntad, concédenos amar tus mandamientos y anhelar
tus promesas, para que en medio de las vicisitudes de esta vida, nuestros
corazones permanezcan fijos donde se encuentran los gozos verdaderos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA: Josué 24,1-2.15-17.18
Nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!
COMENTARIO:
Nosotros serviremos al Señor, porque
Él es nuestro Dios. La alianza de salvación es siempre de iniciativa
divina, pero no elimina la responsabilidad humana. Hemos de corresponder
con gran amor al amor inmenso de Dios.
Lectura del libro de Josué 24,1-2a.15-17.18b
En aquellos días, Josué reunió
a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los
ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se
presentaron ante el Señor. Josué habló al pueblo: - «Si no os parece bien
servir al Señor, escoged hoy a quién queréis servir: a los dioses que
sirvieron vuestros antepasados al este del Éufrates
o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis; yo y mi casa
serviremos al Señor.» El pueblo respondió: - «¡Lejos
de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor
es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la
esclavitud de Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió
en el camino que recorrimos y entre todos los pueblos por donde cruzamos.
También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!»
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
R. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
COMENTARIO
El Salmo 33 nos ofrece elementos
para meditar la lectura anterior: «Gustad y ved qué bueno es el Señor». Por
eso lo bendecimos en todo momento y nuestra alma se gloría en el Señor, que
está cerca de los atribulados y salva a los abatidos.
Sal 33,2-3.16-17.18-19.20-21.22-23
R. Gustad y ved qué bueno es el
Señor.
Bendigo al Señor en todo
momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el
Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R. Los ojos del Señor
miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; pero el Señor se
enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. R.
Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra fe sus angustias; el Señor
está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. R. Aunque el justo
sufra muchos males, de todos lo libra el Señor; él cuida de todos sus
huesos, y ni uno solo se quebrará. R. La maldad da muerte al malvado, y los
que odian al justo serán castigados. El Señor redime a sus siervos, no será
castigado quien se acoge a él. R.
SEGUNDA LECTURA: Efesios 5,21-32:
Es éste un gran misterio: y yo
lo refiero a Cristo y a la Iglesia
COMENTARIO
Es éste un gran misterio y yo lo
refiero a Cristo y a la Iglesia. Nuestra aceptación de Cristo y nuestra
comunión de vida con Él tiene como marco de
garantía la comunión eclesial con su Esposa fiel, amada y purificada con su
sangre.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5,21-32
Hermanos: Sed sumisos unos a
otros con respeto cristiano. Las mujeres, que se sometan a sus maridos como
al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza
de la Iglesia; él, que es el salvador del cuerpo. Pues como la Iglesia se
somete a Cristo, así también las mujeres a sus maridos en todo. Maridos,
amad a vuestras mujeres corno Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí
mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la
palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni
arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. Así deben también los
maridos amar a sus mujeres, como cuerpos suyos que son. Amar a su mujer es
amarse a sí mismo. Pues nadie jamás ha odiado su propia carne, sino que le
da alimento y calor, como Cristo hace con la Iglesia, porque somos miembros
de su cuerpo «Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.» Es éste un gran misterio:
y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Palabra de Dios.
ALELUYA Cfr. Jn 6, 63. 68
Aleluya. Tus palabras, Señor,
son Espíritu y Vida; tú tienes palabras de Vida eterna. Aleluya.
EVANGELIO: Juan 6,61-70
¿A quién vamos a acudir? Tú
tienes palabras de vida eterna
COMENTARIO
Tú tienes palabras de vida eterna.
Ante la Eucaristía han de definirse la fe y las actitudes de los hombres.
San Agustín comenta:
«‘‘Si no coméis mi carne...’’. Y
¿quién sino la Vida pudiera decir esto de la Vida misma? Este lenguaje,
pues, será muerte, no vida, para quien juzgue mendaz la Vida, escandalizáronse los discípulos; no todos a la verdad,
sino muchos, diciendo entre sí: ¡Qué duras son estas palabras! ¿Quién puede
sufrirlas?... ¿Qué les respondió, pues? ¿Os escandaliza esto? Pues, ¿qué
será ver al Hijo del Hombre subir a donde primero estaba? Claro es; si
puedo subir íntegro, no puedo ser consumido.
«Así, pues, nos dio en su Cuerpo y
en su Sangre un saludable alimento y, a la vez, en dos palabras, resolvió
la cuestión de su integridad. Coman, por lo mismo, quienes lo comen y beban
quienes lo beben; tengan hambre y sed; coman la Vida, beban la Vida. Comer
esto es rehacerse; pero en tal modo te rehaces que no se deshace aquello
con que te rehaces. Y beber aquello, ¿qué otra cosa es sino vivir? Cómete la
Vida, bébete la Vida; tú tendrás vida sin mengua de la Vida. Entonces será
esto, el Cuerpo y la Sangre de Cristo será Vida para cada uno cuando lo que
en este sacramento se toma visiblemente, el pan y el vino, que son signos,
se come espiritualmente y espiritualmente se beba lo que significa. Porque
le hemos oído al Señor decir: El Espíritu es el que da vida, la carne no
aprovecha nada. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Pero hay en vosotros algunos que no creen (Ibid.
64-65). Eran los que decían: ¡Cuán duras palabras son estas!, ¿quién las
puede aguantar? (ib. 62). Duras, sí, para los duros; es decir son
increíbles, mas lo son para los incrédulos» (Sermón 131,1).
Lectura del santo evangelio según san Juan 6,60-69
En aquel tiempo, muchos
discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: -Este modo de hablar es duro,
¿quién puede hacerle caso?- Adivinando Jesús que sus discípulos lo
criticaban, les dijo: -¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del
hombre subir a donde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne
no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con
todo, algunos de vosotros no creen.- Pues Jesús sabía desde el principio
quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: - Por eso os he dicho
que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces,
muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.
Entonces Jesús les dijo a los Doce: - ¿También vosotros queréis marcharos?-
Simon Pedro le contestó: - -Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes
palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo
consagrado por Dios.-
Palabra del Señor.
SE DICE EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador
del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de
entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios
Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa
Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención pedimos: Ayúdanos a permanecer junto a ti, Señor.
·Por la Iglesia, que quiere servir únicamente
a Dios y al hombre. Oremos.
·Por todos los que, en la sociedad, tienen la
ardua misión de decidir el destino del país. Oremos.
·Por los que vacilan en su fe, por los que no
pueden creer, los esposos desunidos. Oremos.
·Por nuestra Iglesia diocesana y parroquial
que quiere dar testimonio de Jesús por el amor. Oremos.
III. LITURGIA EUCARISTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Presentación de las ofrendas: La bondad del
Señor, Dios del universo, nos coima de bienes. Por eso, junto al pan y el
vino presentémosle el don de colaborar en la construcción de un mundo más
humano.
Señor, que te adquiriste un
pueblo de adopción por el único sacrificio, concede en tu bondad, a tu
Iglesia los dones de la unidad y la paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Prefacio: Nosotros también hemos creído que
Cristo es el Santo de Dios. Por eso, con el canto del Santo rubriquemos la
alabanza que entona el celebrante porque el Señor nos invita a mantenernos
firmes en el seguimiento de su Hijo.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 103, 13-15
Señor, la tierra se sacia con
el fruto de tus obras: el pan que sale de la tierra y el vino que alegra el
corazón del hombre.
Comunión: Con la fe humilde de Pedro
acerquémonos a Jesús para recibir fuerza y coraje para permanecer junto a
él. Con alegría, vayamos a recibir el Pan de Vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, realiza plenamente en
nosotros la obra salvadora de tu misericordia, y ayúdanos en tu bondad, de
tal manera que podamos agradarte en todo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
IV.RITO DE CONCLUSIÓN
Canto final: Con la seguridad que nos dan
«las palabras de vida eterna» de Jesús, nos retiramos cantando.