Celebremos con alegría el
nacimiento de la Santísima Virgen María, de quien nació el sol de justicia,
Cristo, nuestro Dios.
Se dice Gloria a Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, concede a tus servidores
el don de la gracia celestial, para que esta solemne fiesta del nacimiento
de la Virgen María acreciente nuestra paz, ya que su maternidad fue para
nosotros el comienzo de la salvación. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Miq 5, 1-4
Lectura de la profecía de
Miqueas.
Así habla el Señor: “Y tú,
Belén de Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el
que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo
inmemorial. Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a
luz la que debe ser madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto
a los israelitas. Él se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del
Señor, con la majestad del nombre del Señor, su Dios. Ellos habitarán
tranquilos, porque él será grande hasta los confines de la tierra. ¡Y él
mismo será la paz!”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Este breve relato evoca la antigua profecía sobre la descendencia
davídica, en que se insiste en el origen humilde del Mesías esperado y del
reinado de paz en que vivirá su pueblo al que Dios coloca en el centro de
su obra de salvación.
O bien: Rom 8,
28-30
Lectura de la
carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Sabemos que Dios
dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él
llamó según su designio. En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los
predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el
primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los
llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó,
también los glorificó.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El acento de este relato está en el protagonismo de Dios en la
salvación del hombre donde nada es casual, sino todo sucede por pura
iniciativa suya. A los que eligió los llamó, y a los que llamó los hizo
justos y santos, todos partícipes en un proceso de salvación que consiste
en reproducir la imagen de Jesucristo.
SALMO Sal 12, 6
R. Yo desbordo de alegría en el
Señor.
Yo confío en tu misericordia: que
mi corazón se alegre porque me salvaste.
R. Yo desbordo de alegría en el
Señor.
¡Cantaré al Señor porque me ha
favorecido!
R. Yo desbordo de alegría en el
Señor.
ALELUYA
Aleluya. Eres feliz, santa virgen
María, y digna de toda alabanza; de ti nació el sol de justicia, Cristo,
nuestro Dios. Aleluya.
EVANGELIO Mt 1, 1-16. 18-23
Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Genealogía de Jesucristo, hijo de
David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob;
Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará,
y la madre de éstos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón padre de
Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de
Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue
padre de Obed, y la madre de éste fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé,
padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de éste fue la
que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboam; Roboam, padre
de Abías; Abías, padre de Asá; Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de
Joram; Joram, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de
Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue
padre de Amón; Amón, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus
hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en
Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel;
Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor.
Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud;
Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob.
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es
llamado Cristo. Jesucristo fue engendrado así: María, su madre, estaba
comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió
un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre
justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en
secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en
sueños y le dijo: “José, hijo de David, no temas recibir a María, tu
esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu
Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque
él salvará a su pueblo de todos sus pecados”. Todo esto sucedió para
que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el profeta: “La
Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de
Emanuel”, que traducido significa: “Dios con nosotros”.
Tú eres justo, Señor, y son
rectos tus juicios; trátame conforme a tu bondad.
ORACIÓN COLECTA
Señor, de quien nos viene la
redención y por quien se nos da la gracia de la adopción, mira con bondad a
los hijos de tu amor, y puesto que han creído en Cristo, concédeles la
verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
O bien: de la memoria
Dios nuestro, que llamaste a
san Pedro Claver al servicio de los esclavos y, para asistirlos, lo
fortaleciste con admirable caridad y paciencia, concédenos por su
intercesión que, buscando agradar a Cristo, amemos a nuestros hermanos con
obras y de verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Col 3,1-11
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Hermanos: Ya que ustedes han
resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está
sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas
celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su
vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifieste
Cristo, que es la esperanza de ustedes, entonces ustedes también aparecerán
con él, llenos de gloria. Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo
loquees terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos
deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. Estas cosas
provocan la ira de Dios sobre los desobedientes. Ustedes mismos se
comportaban así en otro tiempo, viviendo desordenadamente. Pero ahora es
necesario que acaben con la ira, el rencor, la maldad, las injurias y las
conversaciones groseras. Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque
ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras y se revistieron del
hombre nuevo, aquél que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose
constantemente según la imagen de su Creador. Por eso, ya no hay pagano ni
judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre
libre, sino sólo Cristo, que es todo y está en todos.
Palabra de Dios.
SALMO Sal 144, 2-3. 10-13
R. ¡El Señor es bueno con
todos! Señor, día tras día te bendeciré, y alabaré tu nombre sin cesar.
¡Grande es el Señor y muy digno de alabanza: su grandeza es insondable! R.
Que todas tus obras te den
gracias, Señor, y tus fieles te bendigan; que anuncien la gloria de tu
reino y proclamen tu poder. R.
Así manifestarán a los hombres
tu fuerza y el glorioso esplendor de tu reino: tu reino es un reino eterno,
y tu dominio permanece para siempre. R.
ALELUYA Lc 6,23
Aleluya. “Alégrense y llénense de gozo, porque la recompensa de
ustedes será grande en el cielo!”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Lc 6,
20-26
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús, fijando la mirada en sus
discípulos, dijo: “Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les
pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen
hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran,
porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los
excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerándolos
infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese
día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo! ¡De la misma
manera los padres de ellos trataban a los profetas! Pero ¡ay de ustedes los
ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están
satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen,
porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos
los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos
profetas!”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Proclamadas
por Jesús, las bienaventuranzas anuncian la llegada del Reino previsto por
Isaías, quien veía en los pobres, los hambrientos y los oprimidos, los
destinatarios de la salvación. El Reino de Dios ya está presente entre los
que son excluidos del sistema social imperante. El Reino actúa en el mundo
y son los pobres quienes lo descubren. Ellos están dependiendo de Dios, no
esperan falsas seguridades, ni mienten por mantener privilegios o
situaciones de poder. Su vida está hoy muy marcada por una felicidad
extraña que habrán de descubrirla en sus mismas lágrimas de dolor. El
proyecto de Jesús enfrenta al hombre con sus verdaderos conflictos y
encrucijadas. Y las bienaventuranzas deben abrirnos los ojos para evaluar
qué tipo de felicidad nos ofrece el mundo actual.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, autor de la verdadera
devoción y de la paz, concédenos que por este sacrificio rindamos a tu
grandeza el debido homenaje y que por la participación de este misterio
vivamos unidos en un solo corazón.
Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN JN 8, 12
Dice el Señor: Yo soy la luz
del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz
de la Vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos alimentas y
vivificas con tu palabra y el sacramento celestial, concédenos aprovechar
de tal modo el don tan admirable de tu Hijo amado, que podamos participar
siempre de su Vida divina.
Tú eres justo, Señor, y son
rectos tus juicios; trátame conforme a tu bondad.
ORACIÓN COLECTA
Señor, de quien nos viene la
redención y por quien se nos da la gracia de la adopción, mira con bondad a
los hijos de tu amor, y puesto que han creído en Cristo, concédeles la
verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro
Señor Jesucristo.
LECTURA Col 3, 12-17
Lectura de la
carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.
Hermanos: Como elegidos de Dios,
sus santos y amados, revístanse de sentimientos de profunda compasión.
Practiquen la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia.
Sopórtense los unos a los otros, y perdónense mutuamente siempre que
alguien tenga motivo de queja contra otro. El Señor los ha perdonado: hagan
ustedes lo mismo. Sobre todo, revístanse del amor, que es el vínculo de la
perfección. Que la paz de Cristo reine en sus corazones: esa paz a la que
han sido llamados, porque formamos un solo Cuerpo. Y vivan en la acción de
gracias. Que la Palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza.
Instrúyanse en la verdadera sabiduría, corrigiéndose los unos a los otros.
Canten a Dios con gratitud y de todo corazón salmos, himnos y cantos
inspirados. Todo lo que puedan decir o realizar, háganlo siempre en Nombre
del Señor Jesús, dando gracias por él a Dios Padre. Palabra de Dios.
COMENTARIO
Revestirse de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia,
y ceñirse del amor que lo hace todo perfecto, es lo propio de los elegidos
de Dios y la nueva condición de quien se ha revestido de Cristo. Para Pablo
todo esto es el efecto de quien acoge la Palabra de Cristo y se sumerge en
su riqueza.
SALMO Sal 150, 1-6
R. ¡Que todos los vivientes
alaben al Señor!
O bien: Aleluya.
Alaben a Dios en su Santuario,
alábenlo en su poderoso firmamento; alábenlo por sus grandes proezas,
alábenlo por su inmensa grandeza.
R. ¡Que todos los vivientes
alaben al Señor!
Alábenlo con toques de trompeta,
alábenlo con el arpa y la cítara; alábenlo con tambores y danzas, alábenlo
con laúdes y flautas.
R. ¡Que todos los vivientes
alaben al Señor!
Alábenlo con platillos sonoros,
alábenlo con platillos vibrantes. ¡Que todos los seres vivientes alaben al
Señor!
R. ¡Que todos los vivientes
alaben al Señor!
ALELUYA 1 Jn 4, 12
Aleluya.
Si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de
Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. Aleluya.
EVANGELIO Lc 6, 27-36
Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos: Yo
les digo a ustedes que me escuchan: Amen a sus enemigos, hagan el bien a
los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los
difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que
te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y
al que tome lo tuyo no se lo reclames. Hagan por los demás lo que quieren
que los hombres hagan por ustedes. Si aman a aquéllos que los aman, ¿qué
mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquéllos que los aman. Si
hacen el bien a aquéllos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso
lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquéllos de quienes esperan
recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores,
para recibir de ellos lo mismo. Amen a sus enemigos, hagan el bien y
presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será
grande, y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los
desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes
es misericordioso.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La propuesta de Jesús a sus seguidores es la misma en todos los
tiempos, como cristianos estamos obligados a ser constructores de una
sociedad sustentada en las relaciones fraternas, fortalecida por el amor,
el perdón y el compartir generoso; todo un desafío para quien pone a Jesús
como centro de su vida.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, autor de la verdadera devoción
y de la paz, concédenos que por este sacrificio rindamos a tu grandeza
debido homenaje y que por la participación de este misterio vivamos unidos
en un solo corazón. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 41, 2-3
Como la cierva sedienta busca las
corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. Mi alma tiene sed
de Dios, del Dios viviente.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos alimentas y
vivificas con tu palabra y el sacramento celestial, concédenos aprovechar
de tal modo el don tan admirable de tu Hijo amado, que podamos participar
siempre de su Vida divina.
Debemos gloriamos en la cruz
de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, nuestra vida y
nuestra resurrección; por él hemos sido salvados y liberados.
ORACIÓN COLECTA
Señor, de quien nos viene la
redención y por quien se nos da la gracia de la adopción, mira con bondad a
los hijos de tu amor, y puesto que han creído en Cristo, concédeles la
verdadera libertad y la herencia eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo.
1ª LECTURA Tim 1, 1-2. 12-14
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo.
Pablo, Apóstol de Cristo Jesús
por mandato de Dios, nuestro Salvador, y de Cristo Jesús, nuestra
esperanza, saluda a Timoteo, su verdadero hijo en la fe. Te deseo la
gracia, la misericordia y la paz que proceden de Dios Padre y de Cristo
Jesús, nuestro Señor. Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque me ha
fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su
servicio a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores.
Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así
por ignorancia. Y sobreabundó en mí la gracia de nuestro Señor, junto con
la fe y el amor de Cristo Jesús.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Dios nuestro Salvador y Jesucristo nuestra
esperanza, son títulos no elegidos al azar por el apóstol, sino los que
avalan su trabajo y presencia en las comunidades, en las cuales también ha
“engendrado hijos en la fe” como Timoteo a quien se dirige en esta carta.
SALMO Sal 15, 1-2a. 5. 7-8.11
R. ¡Tú eres la parte de mi herencia, Señor!
Protégeme, Dios mío, porque me
refugio en ti. Yo digo al Señor: “Señor, Tú eres mi bien”. El Señor es la
parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi suerte!
R. ¡Tú eres la parte de mi
herencia, Señor!
Bendeciré al Señor que me
aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente
al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré.
R. ¡Tú eres la parte de mi
herencia, Señor!
Me harás conocer el camino de
la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu
derecha.
R. ¡Tú eres la parte de mi
herencia, Señor!
ALELUYA Cf. Jn 17, 17ba
Aleluia. Tu palabra, Señor, es verdad; conságranos en la verdad. Aleluia.
EVANGELIO Lc 6,
37-42
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a sus discípulos:
“No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados;
perdonen y serán perdonados. Den y se les dará. Les volcarán sobre el
regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida
con que ustedes midan también se usará para ustedes”. Les hizo también esta
comparación: “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un
pozo? El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a
ser perfecto, será como su maestro. ¿Por qué miras la paja que hay en el
ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir
a tu hermano: “Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo”, tú, que no
ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu
ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
A la discriminación de las mujeres en tiempos de
Jesús, se suma el que no puedan adquirir conocimientos religiosos y menos
aún participar del culto con los hombres. De ahí que algunas mujeres
interpretaron las actitudes y palabras de Jesús como un llamado a la
libertad y se acercaban a Él para formar parte de sus discípulos como María
Magdalena, Juana, Susana y otras.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, autor de la verdadera
devoción y de la paz, concédenos que por este sacrificio rindamos a tu grandeza
el debido homenaje y que por la participación de este misterio vivamos
unidos en un solo corazón.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Jn
12, 32
Dice el Señor: “Cuando yo sea
elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí”.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que nos alimentas y
vivificas con tu palabra y el sacramento celestial, concédenos aprovechar
de tal modo el don tan admirable de tu Hijo amado, que podamos participar
siempre de su Vida divina.
El Señor, el Dios altísimo, te
ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra.
El ha ensalzado tanto tu nombre, que los hombres no dejarán de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso,
que la bienaventurada Virgen María nos obtenga ti misericordia a quienes
celebramos su glorioso nombre. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 1Tim 1, 15-17
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a Timoteo.
Querido hijo: Es doctrina
cierta y digna de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los
pecadores, y yo soy el peor de ellos. Si encontré misericordia, fue para
que Jesucristo demostrara en mí toda su paciencia, poniéndome como ejemplo
de los que van a creer en él para alcanzar la vida eterna. ¡Al rey eterno y
universal, al Dios incorruptible, invisible y único, honor y gloria por los
siglos de los siglos! Amén.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
¿Derribó
el Señor a Pablo por la fuerza? La violencia provoca reflejos de
autodefensa. Pablo no se defendió. ¿Por qué los hombres nos defendemos
tanto contra las llamadas apremiantes de Dios? ¿Por qué unos edifican sobre
roca y otros sobre la arena? Son los innumerables
porqués del misterio humano y cada persona es un misterio. Pablo gusta en
recordar el modo cómo Dios actúa en relación con los hombres; sin ese modo,
su propia vocación sería inexplicable. Pablo no se avergüenza en confesar
haber sido gran pecador. El reconocimiento de la gracia del perdón
inagotable de Dios, lo comprometen al esfuerzo del apostolado. A la
abundancia de gracia debe corresponder una generosa entrega, ya que «donde
abundó el pecado, sobreabundó la gracia» (Rom 5,
20).
SALMO
SaI
112,1-5.6-7
R. ¡Bendito sea el nombre del
Señor! Alaben, servidores del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito
sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre. R.
Desde la salida del sol hasta
su ocaso, sea alabado el nombre del Señor. El Señor está sobre todas las
naciones, su gloria se eleva sobre el cielo. R.
¿Quién es como el Señor,
nuestro Dios, que se inclina para contemplar el cielo y la tierra? El
levanta del polvo al desvalido, alza al pobre de su miseria. R.
ALELUYA Jn 14, 23
Aleluya. “El que me ama será
fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará e iremos a él”, dice el Señor.
Aleluya.
EVANGELIO Lc 6,
43-49
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús decía a sus discípulos: “No
hay árbol bueno que dé frutos malos, ni árbol malo que dé frutos buenos:
cada árbol se reconoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos ni
se cosechan uvas de las zarzas. El hombre bueno saca el bien del tesoro de
bondad que tiene en su corazón. El malo saca el mal de su maldad, porque de
la abundancia del corazón habla su boca. ¿Por qué ustedes me llaman:
“Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo? Yo les diré a quién se parece
todo aquél que viene a mí, escucha mis palabras y las practica. Se parece a
un hombre que, queriendo construir una casa, cayó profundamente y puso los
cimientos sobre la roca. Cuando vino la inundación, las aguas se
precipitaron con fuerza contra esa casa, pero no pudieron derribarla, porque
estaba bien construida. En cambio, el que escucha la Palabra y no la pone
en práctica se parece a un hombre que construyó su casa sobre tierra, sin
cimientos. Cuando las aguas se precipitaron contra ella, en seguida se
derrumbó, y el desastre que sobrevino a esa casa fue grande”
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La
invitación de hoy es a conducirnos en forma coherente. En palabras del
Maestro, la incoherencia recibe una descalificación; se llama necedad y es
comparada a una edificación construida sobre arena. Por tanto, la oración
carece de sentido si no va transformando en mejor la manera de pensar y
actuar. Si llamamos a Jesús Señor y lo reconocemos como tal, nuestras obras
deben demostrarlo. Si creemos en su palabra, debemos fundamentaren ella
nuestra vida. De lo contrario, cualquier contra tiempo nos derrumba todo el
edificio. Por eso, no sirven una fe simplemente interior y un culto
eclesial separado de la vida. Cristo Jesús se ha hecho presente entre los
hombres a través de su Evangelio. Y sólo quien lo vive se apoya sobre roca.
O bien: Del Santísimo Nombre de María
LECTURA Gál 4,
4-7
Lectura de la carta del
apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia.
Hermanos: Cuando se cumplió el
tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la
Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos
adoptivos. Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en
nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que dama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, esdecir, ¡Padre! Así,
ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia
de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO Lc 1,46-55
R. El Todopoderoso ha hecho en
mí grandes cosas. Su nombre es santo.
O bien: Eres feliz, Virgen
María, tú que llevaste en tu seno al Hijo del Padre eterno.
Mi alma canta la grandeza del
Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador. Porque miró
con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante, todas las generaciones
me llamarán feliz R.
Porque el Todopoderoso ha
hecho en mí grandes cosas. Su nombre es santo. Su misericordia se extiende
de generación en generación sobre los que le temen .R.
Desplegó la fuerza de su
brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó del trono a los
poderosos y elevó a los humildes, colmó de bienes a los hambrientos y
despidió a los ricos con las manos vacías. R.
Socorrió a Israel, su
servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a
nuestros padres, a favor de Abraham y de su descendencia para siempre. R.
ALELUYA Cfr. Lc 1,28
Aleluya. Alégrate, María,
llena de gracia; el Señor está contigo, bendita tú eres entre las mujeres.
Aleluya.
EVANGELIO Lc
1,39-47
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Durante su embarazo, María
partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa
de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño
saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: “¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de
tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz tú por
haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se
estremece de gozo en Dios, mi Salvador”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que la
intercesión de la siempre Virgen María acompañe nuestras ofrendas, y que la
veneración de su santísimo nombre nos haga agradables a ti. Por Cristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr.
Lc 1, 48
Me llamarán feliz todas las
generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su esclava.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre, alcanzar la
gracia de tu bendición por medio de María, la Madre de Dios, para que
cuantos celebramos su nombre, recibamos su auxilio en todas las
necesidades.
Con el domingo vigésimo cuarto
(8,27-35) llegamos al final de la primera parte del evangelio de Marcos.
Una vez reconocido como Mesías por Pedro, Jesús precisa de qué tipo de
Mesías se trata: es el Siervo de Yahvé que se entrega en obediencia a los
planes del Padre confiando totalmente en su protección (1ª lectura: Is 50,5-10). El discípulo no sólo debe confesar
rectamente su fe a un Mesías crucificado y humillado, sino que debe
seguirle fielmente por su mismo camino de donación, de entrega y de
renuncia. Todo lo que sea salirse de la lógica de la cruz es deslizarse por
los senderos de la lógica satánica.
Una vez desvelado el destino de
sufrimiento y muerte que le corresponde como Hijo del Hombre, Jesús
emprende su camino hacia Jerusalén, lugar donde han de verificarse los
hechos por Él mismo profetizados. A lo largo de este camino Jesús va
manifestando más abierta y detalladamente su destino doloroso y el estilo
que deben vivir sus seguidores. Los evangelios de los domingos 25º-30º se
sitúan en este contexto.
Toma tu cruz
Ante el misterio de la cruz,
Jesús no se echa atrás. Al contrario, se ofrece libre y voluntariamente, se
adelanta ofrece la espalda a los que le golpean. En el evangelio de hoy
aparece el primero de los tres anuncios de la pasión: Jesús sabe
perfectamente a qué ha venido y no se resiste. ¿Acepto yo de buena gana la
cruz que aparece en mi vida? ¿O me rebelo frente a ella?
La raíz de esta actitud de
firmeza y seguridad de Jesús es su plena y absoluta confianza en el Padre.
“Mi Señor me ayudaba, por eso no quedaba confundido”. Si tenemos que
reconocer que todavía la cruz nos echa para atrás es porque no hemos
descubierto en ella la sabiduría y el amor del Padre. Jesús veía en ella la
mano del Padre y por eso puede exclamar: “Sé que no quedaré avergonzado”. Y
esta confianza le lleva a clamar y a invocar al Padre en su auxilio.
Al fin y al cabo, nuestra cruz
es más fácil: se trata de seguir la senda de Jesús, el camino que Él ya ha
recorrido antes que nosotros y que ahora recorre con nosotros. Pero es
necesario cargarla con firmeza. La cruz de Jesús supuso humillación y
desprestigio público, y es imposible ser cristiano sin estar dispuesto a
aceptar el desprecio de los hombres por causa de Cristo, por el hecho de
ser cristiano. “El que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la
pierda por el evangelio, la salvará”
Feliz día del Señor
I.RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Eclo 36, 18
Concede la paz, Señor a los que esperan
en ti para que se cumpla lo que anunciaron tus profetas. Escucha la oración
de tu servidor y de tu Pueblo Israel.
ACTO PENITENCIAL
- Tú, entregaste tu cuerpo a quienes te
golpeaban. Señor, ten piedad.
- Tú, quieres que nuestra fe se demuestre
en obras, Cristo, ten piedad.
- Tú, eres el Mesías, el Ungido de Dios.
Señor, ten piedad.
ORACIÓN COLECTA
Dios Creador y Señor del universo, mira
con bondad a tu Pueblo, y para que sintamos el efecto de tu amor,
concédenos la gracia de servirte de todo corazón. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra
paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Is 50, 5-9a
Sólo la confianza puesta en Dios permite
afrontar el desprecio y el ataque que recibe el servidor de Yahvé. No hay
condena para este servidor, porque quienes lo atacan no perdurarán; en
cambio, el servidor vivirá con Dios.
Lectura
del libro de Isaías.
El Señor abrió mi oído y yo no me
resistí ni me volví atrás. Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis
mejillas, a los que me arrancaban la barba; no
retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían. Pero el Señor viene en mi
ayuda: por eso, no quedé confundido; por eso, endurecí mi rostro como el
pedernal, y sé muy bien que no seré defraudado. Está cerca el que me hace
justicia: ¿quién me va a procesar? ¡Comparezcamos todos juntos! ¿Quién será
mi adversario en el juicio? ¡Que se acerque hasta mí! Sí, el Señor viene en
mi ayuda: ¿quién me va a condenar?
Palabra
de Dios.
SALMO Sal 114, 1-6. 8-9
En medio del dolor, viene la ayuda del
Señor, por eso el salmo canta la gratitud de quien se siente socorrido por
Dios, entonces aclámanos: R. Caminaré en la presencia del Señor.
R.
Caminaré en la presencia del Señor.
Amo al Señor, porque él escucha el
clamor de mi súplica, porque inclina su oído hacia mí, cuando yo lo invoco.
R. Caminaré en la presencia del Señor.
Los lazos de la muerte me envolvieron,
me alcanzaron las redes del Abismo, caí en la angustia y la tristeza;
entonces invoqué al Señor: "¡Por favor, sálvame la vida!"
R. Caminaré en la presencia del Señor.
El Señor es justo y bondadoso, nuestro
Dios es compasivo; el Señor protege a los sencillos: yo estaba en la
miseria y me salvó.
R. Caminaré en la presencia del Señor.
Él libró mi vida de la muerte, mis ojos
de las lágrimas y mis pies de la caída.
R. Caminaré en la presencia del Señor.
Yo caminaré en la presencia del Señor,
en la tierra de los vivientes.
R. Caminaré en la presencia del Señor.
SEGUNDA LECTURA Sant 2, 14-18
La fe no es una excusa
para desentenderse de las necesidades de los hermanos y de las hermanas.
Por el contrario, la fe sólo se manifiesta en las obras concretas que
hacemos por aquellos que padecen alguna necesidad. Conocida y repetida por
nosotros es la expresión usada respecto a los pobres: "Los pobres no
pueden esperar", porque según la promesa de Jesús a Judas "los
tendremos siempre con nosotros".
Lectura
de la carta de Santiago.
¿De qué le sirve a uno, hermanos míos,
decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso esa fe puede salvarlo? ¿De
qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano o una hermana desnudos o
sin el alimento necesario, les dice: "Vayan en paz, caliéntense y
coman", y no les da lo que necesitan para su cuerpo? Lo mismo pasa con
la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta. Sin
embargo, alguien puede objetar: "Uno tiene la fe y otro, las
obras". A éste habría que responderle: "Muéstrame, si puedes, tu
fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi
fe".
Palabra
de Dios.
ALELUYA Gál 6, 14
Aleluya.
Yo sólo me gloriaré en
la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo está crucificado
para mí, como yo lo estoy para el mundo. Aleluya.
EVANGELIO Mc 8, 27-35
Jesús es reconocido
como Mesías. Él mismo nos muestra su verdadero mesianismo. No es el Mesías
autoritario, ni el Mesías del éxito aparente, sino el que como el servidor
de Yahvé, sufrirá el rechazo y la oposición. Él es fiel y coherente con su
misión, aunque esto traiga como consecuencia el ataque de los poderosos y
de los falsos Mesías. Como Pedro, también nosotros nos vemos tentados de
abandonar el camino del Reino, para no tener que sufrir el rechazo. Cuando
la cruz es la consecuencia de ser fieles al Reino, no es un fracaso, sino
que es camino para la vida.
Evangelio
de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús salió con sus discípulos hacia los
poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les
preguntó: "¿Quién dice la gente que soy yo?" Ellos le
respondieron: "Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías;
y otros, alguno de los profetas". "Y ustedes, ¿quién dicen que
soy yo?" Pedro respondió: "Tú eres el Mesías". Jesús les
ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de él. Y comenzó a
enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por
los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado
a muerte y resucitar después de tres días; y les hablaba de esto con toda
claridad. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús,
dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo:
"¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son
los de Dios, sino los de los hombres". Entonces Jesús, llamando a la
multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir
detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida
por mí y por la
Buena Noticia, la salvará".
Palabra
del Señor.
SE DICE EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador
del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de
entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios
Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa
Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Celebrante: Invoquemos a Dios que nos ha dado a Cristo su Hijo
como Redentor nuestro y digámosle:
Ten piedad y escúchanos.
·Por los cristianos del nuevo milenio: que
nunca nos avergoncemos de nuestra fe ni rebajemos nuestra radicalidad.
Oremos al Señor.
·Por el Papa: que en comunión con los obispos
acompañe al Pueblo de Dios con solicitud pastoral. Oremos al Señor.
·Por los que tienen poder para promover la
paz: que dejen de lado los intereses de las minorías privilegiadas y
promuevan la justicia y el bien común. Oremos al Señor.
·Por los que son atormentados, perseguidos o
calumniados: que Dios se les manifieste con su fuerza salvadora. Oremos al
Señor.
·Por los que sufren soledad, enfermedad o
falta de amor: que sean consolados y encuentren ayuda. Oremos al Señor.
·Por nosotros: que nuestra fe sea el
fundamento de nuestro compromiso real con los más pobres. Oremos al Señor.
Celebrante: Ten piedad de tu
pueblo, Señor, y escucha sus oraciones que surgen de un corazón que quiere
amarte y servirte. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
III. LITURGIA EUCARISTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escucha, Padre, nuestras súplicas y
recibe con bondad estas ofrendas de tu Pueblo, a fin de que los dones
presentados por cada uno en honor de tu Nombre aprovechen a todos para su
salvación.
Por
Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO DOMINICAL
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. 1Cor 10, 16
La copa de bendición que bendecimos, es
la comunión de la Sangre de Cristo; y el pan que partimos, es la comunión
del Cuerpo de Cristo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
La gracia de esta comunión, Padre, penetre nuestra alma y nuestro
cuerpo, para que no nos dejemos llevar por criterios puramente humanos sino
que vivamos bajo el constante influjo de este sacramento.