Yo soy la salvación de mi
pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me
llamen y seré siempre su Dios.
ORACIÓN COLECTA
Oremos: Dios nuestro, que en el
amor a ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley, concédenos
descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida
eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
LECTURA 1 Tim 2, 1-8
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Querido hijo: Ante todo, te
recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de
gracias por todos los hombres, por los soberanos y por todas las
autoridades, para que podamos disfrutar de paz y de tranquilidad, y llevar
una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro salvador,
porque él quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad. Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres:
Jesucristo, hombre él también, que se entregó a sí mismo para rescatar a
todos. Éste es el testimonio que él dio a su debido tiempo, y del cual fui
constituido heraldo y apóstol para enseñar a los paganos la verdadera fe.
Digo la verdad, y no miento. Por lo tanto, quiero que los hombres oren
constantemente, levantando las manos al cielo con recta intención, sin arrebatos
ni discusiones.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La
oración es un punto de unidad y encuentro para la comunidad, según el
apóstol Pablo, por eso les da a conocer una metodología, en la carta a
Timoteo, que los ayude a no descuidar nada ni nadie al momento de elevar
las súplicas, peticiones, intercesiones y acciones de gracias al Padre.
SALMO Sal 27, 2. 7-9
R. ¡Oye la voz de mi plegaria, Señor!
Oye la voz de mi plegaria,
cuando clamo hacia ti, cuando elevo mis manos hacia tu santuario.
R. ¡Oye la voz de mi plegaria,
Señor!
El Señor es mi fuerza y mi
escudo, mi corazón confía en él. Mi corazón se alegra porque recibí su
ayuda: por eso le daré gracias con mi canto.
R. ¡Oye la voz de mi plegaria,
Señor!
El Señor es la fuerza de su
pueblo, el baluarte de salvación para su ungido. Salva a tu pueblo y
bendice a tu herencia; apaciéntalos y sé su guía para siempre.
R. ¡Oye la voz de mi plegaria,
Señor!
ALELUYA Jn 3, 16
Aleluya. Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único;
todo el que cree en él tiene vida eterna. Aleluya.
EVANGELIO Lc 7,
1-10
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús entró en Cafarnaún. Había allí un centurión que tenía un
sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho. Como había oído
hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a
sanar a su servidor. Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con
insistencia, diciéndole: “Él merece que le hagas este favor, porque ama a
nuestra nación y nos ha construido la sinagoga”. Jesús fue con ellos, y
cuando ya estaba cerca de la casa, el centurión le mandó decir por unos
amigos: “Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi
casa; por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que
digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque yo – que no soy más que
un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes – cuando digo a
uno: “Ve”, él va; y a otro: “Ven”, él viene; y cuando digo a mi sirviente: “¡Tienes
que hacer esto!”, él lo hace”. Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él
y, volviéndose a la multitud que lo seguía, dijo: “Yo les aseguro que ni
siquiera en Israel he encontrado tanta fe”. Cuando los enviados regresaron
a la casa, encontraron al sirviente completamente sano.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
“Señor,
no soy digno que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para
sanarme” es la expresión del centurión del relato evangélico y que hacemos propia en cada eucaristía, reconociendo así que todos
somos llamados a construir una fe humilde y sincera en Jesús y su Palabra.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, atiende con bondad
nuestras súplicas y recibe con amor estas ofrendas de tus servidores, a fin
de que los dones presentados por cada uno en honor de tu nombre, aprovechen
a todos para su salvación.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 35, 8
Tú promulgas, Señor, tus
preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste
siempre, al cumplimiento de tu voluntad.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Oremos: Concede siempre tu
ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la
gracia recibida en este sacramento, transforme continuamente nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te rogamos que el efecto
de este don celestial penetre nuestra alma y nuestro cuerpo, para que no
nos dejemos llevar por criterios humanos, sino por el constante influjo de
este sacramento. Por Jesucristo
nuestro Señor.
Simeón dijo a María: Este niño
será causa de caída y de salvación para muchos en Israel; será signo de
contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que quisiste que la
Virgen Madre estuviera junto a tu Hijo levantado en la cruz, para que participara
de su Pasión; concede que tu Iglesia unida a ella en la Pasión de Cristo,
merezca participar de su Resurrección.
Por el mismo nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Heb 5,7-9
Lectura de la carta a los hebreos.
Cristo dirigió, durante su
vida terrena, súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas a aquel
que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión.
Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos
qué significa obedecer. De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a
ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El clamor entre lágrimas y sacrificios es lo
propio de la oración ferviente de los hijos de Dios oprimidos, que gritan
tan fuerte al Señor que Él los escucha. De esta manera también Jesús en su
pasión, identificó su propio dolor con el de quienes sufren, haciendo así
posible el encuentro obediente de los seres humanos con Dios.
SALMO Sal 30, 2-6. 15-16. 20
R. Sálvame, Señor, por tu misericordia.
Yo me refugio en ti, Señor,
¡que nunca me vea defraudado! Líbrame, por tu justicia; inclina tu oído
hacia mí y ven pronto a socorrerme. R.
Sé para mí una roca
protectora, un baluarte donde me encuentre a salvo, porque tú eres mi roca
y mi baluarte: por tu nombre, guíame y condúceme. R.
Sácame de la red que me han
tendido, porque tú eres mi refugio. Yo pongo mi vida en tus manos: tú me
rescatarás, Señor, Dios fiel. R.
Pero yo confío en ti, Señor, y
te digo: “Tú eres mi Dios, mi destino está en tus manos”. Líbrame del poder
de mis enemigos y de aquellos que me persiguen. R.
¡Qué grande es tu bondad,
Señor! Tú la reservas para tus fieles, y la brindas en presencia de todos a
los que se refugian en ti. R.
ALELUYA
Aleluya. Dichosa es santa María Virgen, porque sin morir
mereció la palma del martirio junto a la cruz del Señor. Aleluya.
EVANGELIO Jn 19,
25-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Junto a la cruz de Jesús,
estaba su madre, con su hermana María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.
Al ver a su madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le
dijo: “Mujer, aquí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Aquí tienes
a tu madre”. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
En medio de su pasión y muerte, Jesús anuncia el
nacimiento de una nueva familia, así sus discípulos tendrán el mismo Padre
y la misma madre que Él, siendo plenamente hermanos entre sí. El discípulo
que acoge a María en su casa, es imagen de todo cristiano que está llamado
a acoger a María como madre en su corazón.
O bien: Lc 2, 33-35
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El padre y la madre de Jesús
estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de
bendecirlos, dijo a María, la madre: “Este niño será causa de caída y de
elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma
una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los
pensamientos íntimos de muchos”.
Palabra del Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios misericordioso, acepta
las oraciones y ofrendas que te presentamos, para alabanza de tu nombre, en
la conmemoración de la santísima Virgen María, a quien, en tu bondad, nos
entregaste como madre amorosa, cuando estaba al pie de la cruz de Jesús.
Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
María íntimamente asociada a
la redención
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia
el Señor.
V/. Demos gracias al Señor,
nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
Realmente es justo y
necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo
lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Para restaurar al
género humano, misericordiosamente y con sabia determinación, tú asociaste
a la Virgen María a tu Hijo único, y ella, que por la acción fecundante del
Espíritu Santo, se convirtió en la Madre de Cristo, por un nuevo don de tu
bondad, llegó a ser su colaboradora en la redención, y la que no conoció
sufrimientos al dar a luz a tu Hijo, para hacernos renacer en ti padeció
gravísimos dolores. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los
tronos y las dominaciones, cantamos un himno a tu gloria, diciendo sin
cesar: Santo, santo, santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1 Ped
4, 13
Alégrense de compartir los
sufrimientos de Cristo. Así, cuando se manifieste su gloria, también
ustedes desbordarán de gozo y de alegría.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, después de recibir el
sacramento de la redención eterna, te suplicamos humildemente que, al
recordar los dolores de la Virgen María, completemos en nosotros, para bien
de la Iglesia, lo que falta a los padecimientos de Cristo. Que vive y reina
por los siglos de los siglos.
En la tierra, los mártires
derramaron su sangre por amor a Cristo, por eso alcanzaron la recompensa
eterna.
ORACIÓN COLECTA
Dios, que diste a tu pueblo
como pastores solícitos y mártires invictos a los santos Cornelio y
Cipriano; por su intercesión fortalece nuestra fe y constancia, y
concédenos trabajar empeñosamente por la unidad de la Iglesia. Por nuestro
Señor Jesucristo.
LECTURA 1Tim 3, 14-16
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Querido hijo: Aunque espero ir
a verte pronto, te escribo estas cosas por si me atraso. Así sabrás cómo
comportarte en la casa de Dios, es decir, en la Iglesia del Dios viviente,
columna y fundamento de la verdad. En efecto, es realmente grande el
misterio de la fe: El se manifestó en la carne, fue justificado en el
Espíritu, contemplado por los ángeles, proclamado a los paganos, creído en
el mundo y elevado a la gloria.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Pablo, evangelizador y pastor sin fronteras,
escribe a Timoteo para fortalecer la fe de su bautismo y a este intento le
recuerda una antigua formulación de esa fe. Es la misma fe que anima a la
Iglesia, formulada a lo largo de siglos en el nuevo y cambiante lenguaje de
pueblos y culturas. La Iglesia es la casa de Dios en cuanto hogar y espacio
para las relaciones fraternales. Cada miembro de la Iglesia recibe de ella
su fe y debe a su vez apoyar esa fe eclesial con la fuerza de la oración y
el testimonio de su vida.
SALMO Sal 110,1-6
R. ¡Grandes son las obras del Señor!
Doy gracias al Señor de todo
corazón, en la reunión yen la asamblea de los justos. Grandes son las obras
del Señor: los que las aman desean comprenderlas. R.
Su obra es esplendor y
majestad, su justicia permanece para siempre. El hizo portentos memorables,
el Señor es bondadoso y compasivo. R.
Proveyó de alimento a sus
fieles y se acuerda eternamente de su alianza. Manifestó a su pueblo el
poder de sus obras, dándole la herencia de las naciones. R.
ALELUYA Cfr. Jn 6, 63. 68
Aleluya. Tus palabras, Señor,
son Espíritu y Vida; tú tienes palabras de Vida eterna. Aleluya.
EVANGELIO Lc 7,
31-35
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Dijo el Señor: ¿Con quién puedo
comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen
a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos:
¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres,
y no lloraron! Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino,
y ustedes dicen: “Tiene un demonio!”. Llegó el
Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: “¡Es un glotón y un borracho,
amigo de publicanos y pecadores!”. Pero la Sabiduría ha sido reconocida
como justa por todos sus hijos.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El Maestro describe la irracionalidad de los
eternos insatisfechos que reaccionan violentamente en función del buen o
mal humor. El no sintonizar con sus gustos hace a uno sencillamente
inaceptable. Los hombres de aquella generación rechazaron la predicación
del Bautista. Detrás de él vino Jesús con una ascética y un humanismo
diferente y también lo rechazaron. Los publicanos y pecadores, por el
contrario, aceptaron primero la predicación del Bautista y luego las
enseñanzas de Jesús. Son dos conductas opuestas y dos distintos juicios de
valor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, acepta los dones que tu pueblo
te presenta en honor del martirio de tus santos, y así como fortalecieron
en la persecución a los santos Cornelio y Cipriano, también nos alcancen a
nosotros la constancia en medio de las adversidades.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA Cf r. Rom 8, 38-39
Ni la muerte ni la vida, ni
ninguna criatura podrá separarnos jamás del amor
de Cristo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, por estos misterios
recibidos, te suplicamos humildemente que, confirmados con tu espíritu de
fortaleza, a ejemplo de los santos mártires Cornelio y Cipriano, podamos
dar testimonio del evangelio de la verdad.
Señor, concede la paz a los que
esperan en ti, para que se compruebe la veracidad de tus profetas. Escucha
la oración de tu servidor y la de tu pueblo Israel.
ORACIÓN COLECTA
Dios Creador y Señor del
universo, míranos con bondad, y para que podamos experimentar el efecto de
tu amor, concédenos la gracia de servirte de todo corazón. Por nuestro
Señor
Jesucristo.
O bien: de la memoria
Señor, que para defender la fe
de tu Iglesia adornaste al obispo san Roberto con ciencia y santidad
admirables; concede por su intercesión que tu pueblo se alegre siempre por
la integridad de la misma fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
LECTURA 1Tim 4, 12-16
Lectura de la primera carta del
apóstol san Pablo a Timoteo.
Querido hijo: Que nadie
menosprecie tu juventud: por el contrario, trata de ser un modelo para los
que creen, en la conversación, en la conducta, en el amor, en la fe, en la
pureza de vida. Hasta que yo llegue, dedícate a la proclamación de las
Escrituras, a la exhortación y a la enseñanza. No malogres el carisma que
hay en ti y que te fue conferido mediante una intervención profética, por
la imposición de las manos del presbiterio. Reflexiona sobre estas cosas y
dedícate enteramente a ellas, para que todos vean tus progresos. Vigila tu
conducta y tu doctrina, y persevera en esta actitud. Si obras así, te
salvarás a ti mismo y salvarás a los que te escuchen.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Fortaleza
aconseja Pablo a su discípulo y obispo Timoteo para enfrentar las
seducciones paganas y permanecer fieles en la práctica de las virtudes
cristianas inspiradas en la fe. Esa seducción pagana se pasea por nuestras
calles y ciudades y penetra con audacia en nuestras casas, particularmente
a través de las comunicaciones audiovisuales. Por tanto, la vigilancia y el
discernimiento, al estilo de san Pablo, para no vivir con mentalidad
mundana, son tan necesarios y urgentes hoy, como en tiempos del Apóstol. Y
es tarea tanto de los pastores como de los fieles cristianos laicos. Nadie
puede dispensarse de su responsabilidad.
SALMO Sal 110, 7-10
R. ¡Grandes son las obras del
Señor!.
Las obras de sus manos son
verdad y justicia; todos sus preceptos son indefectibles: están afianzados
para siempre y establecidos con lealtad y rectitud. R.
Él envió la redención a su
pueblo, promulgó su alianza para siempre: su Nombre es santo y temible. R.
El temor del Señor es el
comienzo de la sabiduría: son prudentes los que lo practican. ¡El Señor es
digno de alabanza eternamente! R.
ALELUYA Mt 11,28
Aleluya. “Vengan a mí todos los
que están afligidos y agobiados, y Yo los aliviaré”, dice el Señor.
Aleluya.
EVANGELIO Lc 7,
36-50
Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo según san Lucas.
Un fariseo invitó a Jesús a
comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. Entonces una
mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba
comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. Y
colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos
con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los
ungía con perfume. Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: “Si
este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que
ella es: ¡una pecadora!”. Pero Jesús le dijo: “Simón, tengo algo que
decirte”. “Di, Maestro”, respondió él. “Un prestamista tenía dos deudores:
uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con qué
pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más?” Simón
contestó: “Pienso que aquél a quien perdonó más”. Jesús le dijo: “Has
juzgado bien”. Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: “,Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste
agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó
con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entró, no
cesó de besar mis pies. Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre
mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han
sido perdonados. Por eso demuestra mucho amor. Pero aquél a quien se le
perdona poco demuestra poco amor”. Después dijo a la mujer: “Tus pecados te
son perdonados”. Los invitados pensaron: “,Quién
es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?”. Pero Jesús dijo a
la mujer: “Tu fe te ha salvado, vete en paz”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El
Maestro ha sido invitado a un banquete y dos personas muy distintas vienen
a ofrecerle sus dones: un fariseo y una pecadora pública. Y ha sido mal
recibido, porque el anfitrión ya se ha formado una idea sobre el Maestro y
no siente necesidad de conocerlo mejor. Además su actitud resulta
escandalosa, porque no respeta la Ley. Lo mismo la actitud de la mujer: lo
que hace con el Maestro resulta tan afectuoso como escandaloso. Pero, para
estar en condiciones de encontrar al otro, quienquiera que sea, urge estar
totalmente abierto y dispuesto a la iniciativa de Dios.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, atiende con bondad
nuestras súplicas y recibe con amor estas ofrendas de tus servidores, a fin
de que los dones presentados por cada uno en honor de tu nombre, aprovechen
a todos para su salvación. Por Jesu- cristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr.
1 Cor 10,16
El cáliz de bendición que
bendecimos es la comunión con la Sangre de Cristo; y el pan que partimos es
la comunión con el Cuerpo de Cristo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te rogamos que el efecto
de este don celestial penetre nuestra alma y nuestro cuerpo, para que no
nos dejemos llevar por criterios humanos, sino por el constante influjo de
este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Señor, concede la paz a los que
esperan en ti, para que se compruebe la veracidad de tus profetas. Escucha
la oración de tu servidor y la de tu pueblo Israel.
ORACIÓN COLECTA
Dios Creador y Señor del
universo, míranos con bondad, y para que podamos experimentar el efecto de
tu amor, concédenos la gracia de servirte de todo corazón. Por nuestro
Señor Jesucristo.
LECTURA 1Tim 6, 3-12
Lectura de la
primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Querido hijo: Si alguien enseña
otra cosa y no se atiene a los preceptos saludables de nuestro Señor Jesucristo,
ni a la doctrina que es conforme a la piedad, es un ignorante y un
orgulloso, ávido de discusiones y de vanas polémicas. De allí nacen la
envidia, la discordia, los insultos, las sospechas malignas y los
conflictos interminables, propios de hombres mentalmente corrompidos y
apartados de la verdad, que pretenden hacer de la piedad una fuente de
ganancias. Sí, es verdad que la piedad reporta grandes ganancias, pero
solamente si va unida al desinterés. Porque nada trajimos cuando vinimos al
mundo, y al irnos, nada podremos llevar. Contentémonos con el alimento y el
abrigo. Los que desean ser ricos se exponen a la tentación, caen en la
trampa de innumerables ambiciones, y cometen desatinos funestos que los
precipitan a la ruina y a la perdición. Porque la avaricia es la raíz de
todos los males, y al dejarse llevar por ella, algunos perdieron la fe y se
ocasionaron innumerables sufrimientos. En lo que a ti concierne, hombre de
Dios, huye de todo esto. Practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la
constancia, la bondad. Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida
eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una
magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El verdadero maestro es desinteresado. Por el contrario, el falso
maestro se reconoce frecuentemente por su amoral dinero: él trata de sacar
provecho de la religión. Ahora bien, el amor al dinero es la fuente de
todos los males. De las limitaciones en el saber humano arrancan caminos
falsos en todas las direcciones. Jesús es el Camino y la Verdad. No se
identifican interés y verdad ni la palabra de Dios coincide siempre con las
presuntuosas ocurrencias de quienes la anuncian.
SALMO
Sal 48, 6-10. 17-20
R. ¡Felices los
que tienen alma de pobres!
¿Por qué voy a temer en los
momentos de peligro, cuando me rodea la maldad de mis opresores, de esos
que confían en sus riquezas y se jactan de su gran fortuna? R.
No, nadie puede rescatarse así
mismo ni pagar a Dios el precio de su liberación, para poder seguir
viviendo eternamente sin llegar ayer el sepulcro: el precio de su rescate
es demasiado caro, y todos desaparecerán para siempre. R.
No te preocupes cuando un hombre
se enriquece o aumenta el esplendor de su casa: cuando muera, no podrá
llevarse nada, su esplendor no bajará con él. R.
Aunque en vida se felicitaba,
diciendo: “Te alabarán porque lo pasas bien”, igual irá a
reunirse con sus antepasados, con esos que nunca verán la luz. R.
ALELUYA Cfr. Mt 11,25
Aleluya. Te alabo, Padre, Señor
del cielo y de la tierra, porque revelaste los misterios del Reino a los
pequeños. Aleluya.
EVANGELIO Lc 8, 1-3
Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús recorría las ciudades y los
pueblos, predicando y anunciando la buena noticia del reino de Dios. Lo
acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido sanadas de
malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían
salido siete demonios; Juana, esposa de Cusa, intendente de Herodes, Susana
y muchas otras, que los ayudaban con sus bienes.
Palabra del
Señor.
COMENTARIO
Lucas presta mucha atención a la presencia femenina en el entorno
de Jesús e insiste en que muchas de ellas habían sido liberadas del
demonio. Con Jesús, las esclavitudes son superadas y la mujer adquiere
plenamente su dignidad de persona libre. Son las mujeres las primeras
depositarias del mensaje de la resurrección, si bien nunca se dice que
fueran enviadas a predicar ni que se les comunicaran poderes sobre
enfermedades y espíritus malos como a los apóstoles. Lucas es el que más
habla del rol de las mujeres en el seguimiento de Jesús y en la fundación
de la Iglesia primitiva. Pablo escribe: “Ya no hay más judío ni
pagano, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer” (Gál 3, 28).
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, atiende con bondad
nuestras súplicas y recibe con amor estas ofrendas de tus servidores, a fin
de que los dones presentados por cada uno en honor de tu nombre, aprovechen
a todos para su salvación.
Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 35, 8
¡Qué inapreciable es tu
misericordia, Señor! Los hombres se refugian a la sombra de tus alas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te rogamos que el efecto
de este don celestial penetre nuestra alma y nuestro cuerpo, para que no nos
dejemos llevar por criterios humanos, sino por el constante influjo de este
sacramento.
Señor, concede la
paz a los que esperan en ti, para que se compruebe la veracidad de tus
profetas. Escucha la oración de tu servidor y la de tu pueblo Israel.
ORACIÓN COLECTA
Dios Creador y Señor del
universo, míranos con bondad, y para que podamos experimentar el efecto de
tu amor, concédenos la gracia de servirte de todo corazón. Por nuestro
Señor Jesucristo.
O bien: de la memoria
Dios, que nos permites celebrar
la conmemoración del mártir san Jenaro; concédenos gozar de su compañía en
la felicidad eterna.
Por nuestro Señor
Jesucristo.
LECTURA 1Tim 6, 13-16
Lectura de la
primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo.
Querido hijo: Yo te ordeno
delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús,
que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: observa lo que está prescrito,
manteniéndote sin mancha e irreprensible hasta la manifestación de nuestro
Señor Jesucristo, manifestación que hará aparecer a su debido tiempo el
bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y Señor de los
señores, el único que posee la inmortalidad y habita en una luz
inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. ¡A él sea el honor y
el poder para siempre! Amén.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Lo que Pablo espera de un responsable de comunidad es que lleve
hasta el final el combate de la fe. La fe es un combate porque hay que
traducirla en todas las dimensiones de la vida. El día de su bautismo todo
cristiano proclama su “profesión de fe”, pero ésta sólo
adquiere su sentido con la condición de “cumplir los mandamientos”.
Para descubrir que el Señor se encuentra en el camino del hombre se
necesita que uno mismo haya vivido esa experiencia. El maestro Jesús nos da
el justo testimonio. Exigencia capital para quien está encargado de enseñar
a los otros.
SALMO Sal 99, 1-5
R. ¡Lleguemos
hasta el Señor cantando himnos de gozo!
Aclame al Señor toda la tierra,
sirvan al Señor con alegría, lleguen hasta él con cantos jubilosos. R.
Reconozcan que el Señor es Dios:
Él nos hizo y a él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño. R.
Entren por sus puertas dando
gracias, entren en sus atrios con himnos de alabanza, alaben al Señor y
bendigan su Nombre. R.
¡Qué bueno es el Señor! Su
misericordia permanece para siempre, y su fidelidad por todas las
generaciones. R.
ALELUYA Cfr. Lc8, 15
Aleluya. Felices
los que retienen la Palabra de Dios con un corazón bien dispuesto y dan
fruto gracias a su constancia. Aleluya.
EVANGELIO Lc 8, 4-15
Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Como se reunía una gran multitud
y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo, valiéndose de
una parábola: “El sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrar,
una parte de la semilla cayó al borde del camino, donde fue pisoteada y se
la comieron los pájaros del cielo. Otra parte cayó sobre las piedras y, al
brotar, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre las espinas, y éstas,
brotando al mismo tiempo, la ahogaron. Otra parte cayó en tierra fértil,
brotó y produjo fruto al ciento por uno”. Y una vez que dijo esto,
exclamó: “¡El que tenga oídos para oír, que oiga!”. Sus
discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola, y Jesús les dijo: “A
ustedes se les ha concedido conocerlos misterios del Reino de Dios; a los
demás, en cambio, se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan
sin comprender. La parábola quiere decir esto: La semilla es la Palabra de
Dios. Los que están al borde del camino son los que escuchan, pero luego
viene el diablo y arrebata la Palabra de sus corazones, para que no crean y
se salven. Los que están sobre las piedras son los que reciben la Palabra
con alegría, apenas la oyen; pero no tienen raíces: creen por un tiempo, y
en el momento de la tentación se vuelven atrás. Lo que cayó entre espinas
son los que escuchan, pero con las preocupaciones, las riquezas y los
placeres de la vida, se van dejando ahogar poco a poco, y no llegan a
madurar. Lo que cayó en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con
un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a su constancia”.
Palabra del
Señor.
COMENTARIO
El Reino de Dios es una semilla que germina a pesar de las
dificultades. Lucas escribió esta parábola para insuflar aliento en las
primeras comunidades ante sus precarios resultados apostólicos, frente a
crecientes dificultades que como un viento impetuoso remecen la vida de la
comunidad. Muchas semillas se pierden. Otras dan fruto aunque no todas por
igual. Para recibir la palabra se necesita un corazón bien dispuesto que
deje arraigar la semilla. Algunos «oyendo no entienden», porque las palabras
del Maestro se aceptan sin más. Son palabras que nos interrogan y «piden
lugar» para crecer con solidez. Se requiere tener paciencia hasta que la
semilla lentamente crezca y dé fruto en abundancia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, atiende con bondad nuestras
súplicas y recibe con amor estas ofrendas de tus servidores, a fin de que
los dones presentados por cada uno en honor de tu nombre, aprovechen a
todos para su salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. 1Cor 10,16
El cáliz de bendición que
bendecimos es la comunión con la Sangre de Cristo; y el pan que partimos es
la comunión con el Cuerpo de Cristo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te rogamos que el efecto
de este don celestial penetre nuestra alma y nuestro cuerpo, para que no
nos dejemos llevar por criterios humanos, sino por el constante influjo de
este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Dice el Señor: Yo soy el
Salvador de mi pueblo. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré
su Señor para siempre.
ACTO PENITENCIAL
·Tú conociste el abandono, la ingratitud y la
traición. Señor, ten piedad.
·Tú nos diste ejemplo de humildad y servicio.
Cristo, ten piedad.
·Tú entregaste tu vida por la salvación de
todos. Señor, ten piedad.
SE DICE GLORIA A DIOS
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra
paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor
Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que resumiste todos los
mandamientos de la sagrada ley en el amor a ti y al prójimo, concédenos que
observando tus preceptos podamos alcanzar la Vida eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Sab
2, 12. 17-20
El libro de la Sabiduría hace un retrato de
las dificultades que suelen acompañar a los buenos hijos de Dios.
Lectura del libro de la Sabiduría.
Dicen los impíos: Tendamos
trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar;
nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas
contra la enseñanza recibida. Veamos si sus palabras son verdaderas y
comprobemos lo que le pasará al final. Porque si el justo es hijo de Dios,
él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos. Pongámoslo a
prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su
paciencia. Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo
visitará.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El hombre justo es la acusación serena y más
intolerable de la injusticia del mundo. Denuncia con ser y estar. El sabio
se inspira en la imagen del siervo paciente para hacer el retrato del justo
desde el punto de vista de los impíos. Estos lo ponen a prueba para ver si
se mantiene; y ponen a prueba a Dios para ver si se ocupa de él.
SALMO Sal 53, 3-6. 8
Ante esta realidad, el salmo suplica la
protección de Dios y confía en su ayuda. Participamos de esta oración,
aclamando: El Señor es mi apoyo verdadero.
R. El Señor es mi apoyo verdadero.
Dios mío, sálvame por tu
Nombre, defiéndeme con tu poder. Dios mío, escucha mi súplica, presta
atención a las palabras de mi boca. R.
Dios mío, sálvame por tu
Nombre, porque gente soberbia se ha alzado contra mí, hombres violentos
atentan contra mi vida, sin tener presente a Dios. R.
Pero Dios es mi ayuda, el Señor
es mi apoyo verdadero: Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a
tu Nombre, porque es bueno. R.
SEGUNDA LECTURA Sant 3, 16 - 4,3
Santiago nos previene sobre la rivalidad,
la discordia y el dejarnos llevar por las pasiones.
Lectura de la carta de Santiago.
Hermanos: Donde hay rivalidad y
discordia, hay también desorden y toda clase de maldad. En cambio, la
sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica,
benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el
bien; es imparcial y sincera. Un fruto de justicia se siembra pacíficamente
para los que trabajan por la paz. ¿De dónde provienen las luchas y las
querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que
combaten en sus mismos miembros? Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo
que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y
se hacen la guerra. Ustedes no tienen, porque no piden. O bien, piden y no
reciben, porque piden mal, con el único fin de satisfacer sus pasiones.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Santiago nos exhorta a no absolutizar el legítimo
deseo de progreso humano. Para él, el criterio de la verdadera sabiduría es
la “buena conducta”, o sea, una conducta que ponga en práctica el
mandamiento del amor. La sabiduría recibida de lo alto no es, en efecto,
ninguna otra cosa que anudaren torno a sí una red
larga y variada de relaciones fraternales. Cuando esta sabiduría se
desvanece, el orgullo del hombre se desata y trae consigo el desorden, los
conflictos y las guerras. Las tensiones y las luchas compatibles con la
búsqueda sincera de la paz, degeneran entonces en oposiciones destructoras.
ALELUYA Cfr. 2Tes
2, 14
Aleluya. Dios nos llamó, por medio del Evangelio, para que
poseamos la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Aleluya.
EVANGELIO Mc 9,
30-37
Jesús anuncia su máximo acto de servicio:
su propia entrega, y nos estimula a ser “el último y servidor de todos”.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús atravesaba la Galilea
junto con sus discípulos y no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba
y les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los
hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará”. Pero los
discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. Llegaron a Cafarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les
preguntó:“,De qué hablaban en el camino?”. Ellos
callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: “El que quiere ser el
primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”. Después,
tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: “El
que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí y el que me
recibe, no es a mí al que recibe, sino a Aquél que me ha enviado”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El servidor es como el niño: él acepta depender de
otro, está disponible frente al futuro y no se halla encadenado por
sistemas y teorías. En la sociedad judía es también un despreciado. Y es
necesario aceptar incluso el desprecio para poder seguir al Maestro en su
subida a Jerusalén. Esta es la segunda vez que el Maestro anuncia a sus
discípulos su muy próxima pasión y muerte y se dedica casi exclusivamente,
en adelante, a su última formación. Pero los Doce apenas comprenden mejor
que la multitud las condiciones para entrar en el Reino. Para penetrar en
él, el Señor Jesús deberá pasar por el sufrimiento y los suyos han de
hacerse servidores de todos.
SE DICE EL CREDO
Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador
del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor;
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de
entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios
Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los
muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa
Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la
resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención, pedimos: Ayúdanos, Señor, a ser humildes
servidores.
·Para que la Iglesia en los países de misión
continúe imitando la entrega humilde y servicial de Cristo. Oremos.
·Para que los que ejercen la autoridad, en
todos los niveles, lo hagan con humildad y espíritu de servicio. Oremos.
·Para que las personas necesitadas de nuestra
comunidad descubran, en nuestra ayuda, a Cristo servidor de todos. Oremos.
·Para que nuestra Iglesia diocesana y
parroquial no se desanime por las dificultades que implica imitar a Cristo
crucificado y servidor. Oremos.
III. LITURGIA EUCARISTICA
Presentación
de las ofrendas: La bondad del Señor, Dios del universo, nos colma de
bienes. Por eso, junto al pan y el vino, presentemos la colecta símbolo del
amor hacia nuestros hermanos necesitados.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, recibe con bondad los
dones de tu pueblo y concédele alcanzar en el sacramento eucarístico lo que
proclama en la piedad de su fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DOMINICAL DURANTE EL AÑO
Prefacio:
Jesús nos invita a seguirlo con humildad y espíritu de sacrificio. Por eso,
junto al celebrante, elevemos el corazón y demos gracias al Señor, nuestro
Dios, porque la fuerza inefable de la cruz manifestó el poder de Cristo
crucificado.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 118, 4-5
Tú promulgaste, Señor, tus
mandamientos, para que se cumplieran íntegramente. ¡Ojalá
mis pasos se mantengan firmes en la observancia de tus preceptos!
O bien: Jn 10, 14
Dice el Señor: Yo soy el Buen
Pastor, conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí.
Comunión:
En la eucaristía, Jesús comparte su Cuerpo entregado y su Sangre, derramada
por nosotros. Con alegría, vayamos a recibir el Pan de Vida.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, concede benigno tu ayuda
a quienes alimentas con tus sacramentos, para que por la celebración de
estos misterios y por la práctica de la vida cristiana alcancemos el fruto
de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
IV. RITO DE CONCLUSIÓN
Bendición final
Canto
final: Volvemos a la vida diaria a experimentar la alegría del servicio
humilde y desinteresado. Nos retiramos cantando.