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Respuesta  Mensaje 1 de 36 en el tema 
De: LUNASOL  (Mensaje original) Enviado: 01/12/2009 21:48
 

Enviado: 28/06/2009 21:20

 

El encuentro con la palabra de Dios nos lleva a reflexionar

sobre nuestra mision , comportamiento y fe,  aqui dejare unas reflexiones

sobre  ella, el estar cerca de el, el hacerlo dueno de nuestra alma

el que haya dejado a su hijo derramar su sangre , por nosotros

nos hace perdonar nuestras faltas

Espero , la conversion real autentica en la gracia de Dios

gracias mis gaviotas

 

 



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Respuesta  Mensaje 22 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 21/12/2009 00:02

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

“Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor

Lc 1, 39-45

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1.      ESCENA DONDE SE PLASMA LA HUMANIDAD ENTERA QUE ESPERA A CRISTO

Isabel, pariente de María, es una mujer anciana y además estéril, con todo, ella ve las maravillas de Dios, el cual ampara las angustias y deseos de la humanidad.

El relato evangélico de Lucas, nos invita a mirar una escena donde plasma la humanidad entera que espera a Cristo y saluda su llegada porque, hallándolo, intuye que era él al que esperaba sin saberlo. El Hijo de Dios que se hace carne es la fuente de la alegría porque dice la verdad a la que todo humano está llamado: ser hijo como él.

El evangelista, nos relata que Isabel vivía en la región montañosa de Judá, no cita el pueblo, pero por la tradición, sabemos que es cercano a Jerusalén, en el actual Kain Karim, a siete kilómetros al oeste, auque esto no es muy seguro. En todo caso, para llegar hasta allí desde Galilea, se empleaban de tres a cuatro días.

2.      MARÍA PARTIÓ Y FUE SIN DEMORA A UN PUEBLO DE LA MONTAÑA DE JUDÁ.

Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Poco después de los días de la encarnación, como ya sabemos por el sexto mes de Isabel, se puso en camino sin demora a la casa de su prima. No eran motivos de curiosidad lo que lleva a María a visitar a su pariente, lo hace por amor y por atender a su familiar, que es más anciana. Pero, sobre todo, era por el entusiasmo de felicitarla y la alegría de verla.

El fragmento del Evangelio, nos muestra que a la llegada de María a casa de Isabel, la saludó primero. Podemos imaginar que por el parentesco debían saludarse muy cordialmente, esto es con muestras de afecto y de mutuo cariño. Por el modo como hace el relato san Lucas, nos hacemos la idea de cómo es María, por eso podemos decir que con un gesto de delicadeza, ella se daría por enterada del hecho de su gozosa maternidad. Es en este bello ambiente, con una agradable y dulce exquisitez espiritual, como se suceden las escenas de la visitación.

3.      BENDITA Y DICHOSA

María recibe el saludo de Isabel que la proclama “bendita” y el elogio que la declara “dichosa” por haber creído en la promesa de Dios. Mientras da a la humanidad al Hijo de Dios, María nos enseña también a responder con fe a la oferta divina.

Fe y humildad: “Ha mirado la humillación de su esclava” (v. 48). En María se ejecuta el programa de Dios (anunciado por Miqueas) que comienza por los últimos.

Al oír Isabel el saludo de María, Apenas esta oyó el saludo de María, suceden dos bellísimos hechos, el niño, (Bautista), saltó en su seno de gozo, y ella fue llena del Espíritu Santo, y bendice a María y al Niño que guardaba en su seno.

4.      FELIZ DE TI POR HABER CREÍDO QUE SE CUMPLIRÁ LO QUE TE FUE ANUNCIADO DE PARTE DEL SEÑOR.

En efecto, Isabel, elogia a María, que creyó, por lo que se realizarán en ella los misterios anunciados de parte de Dios. Con ello se exalta la fe de María.

Porque María creyó, ésta fue su grandeza, este es el fundamento de toda su alegría y felicidad, su fe, es decir María, es la Maestra de la fe. María, sin poder explicarse el modo como se iba a realizar el Plan de Dios, lo acepta cuando se le anuncia. María con su fe, hizo que la obra de Dios fuera una realidad.

María es La que ha creído y el acto de fe en el ángel, la constituye en María, Madre de todos los creyentes en Jesús, nuestro Salvador. Esto no fue oculto a Isabel, por eso llama a María, Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? En otras palabras, reconoce a María como la Madre Dios.

Bella enseñanza la de María, ella es feliz, es dichosa, porque ha creído, porque ha aceptado la Palabra de Dios que llegó a su corazón.

5.      ISABEL, ILUMINADA POR EL ESPÍRITU SANTO

Isabel, iluminada por el Espíritu Santo, se convierte en profetisa al descubrir el misterio de María y conocer que en su seno estaba el que era esperado a través de toda la historia del pueblo de Israel; El esperado por los Patriarcas y vaticinado por los Profetas.

Lucas, nos hace comprender que la bendición a María la hace con emoción y con una fuerte voz y la proclama bendita entre las mujeres, en otras palabras, quiere decir que es la más bendita de todas. Isabel, por revelación del Espíritu Santo, sabe que se halla ante la madre de mi Señor. Es la proclamación de hallarse ante el Mesías.

El Bautista saltó de gozo en el seno de Isabel Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre, como indicando el privilegio de hallarse el Precursor ante el Mesías. Algunos teólogos han pensado que en este momento fue la santificación del Bautista, y se plantearon problemas sutiles y gratuitos relativos a su libertad y conocimiento por razón del gozo.

Isabel esta inspirada por el Espíritu Santo, ella ve en María el instrumento providencial de la salvación que vendrá a través del Fruto de su vientre, el Salvador y Redentor de Israel, al que no se puede aclamar menos que bendito.

6.      LA FE DE MARÍA

La dicha de la fe, cuando María fue a visitar a su prima Isabel, esta le dijo: “Feliz de ti por haber creído”. En efecto, Isabel, elogia a María, que creyó, por lo que se realizarán en ella los misterios anunciados de parte de Dios. Con ello se exalta la fe de María.

Porque María creyó, ésta fue su grandeza, este es el fundamento de toda su alegría y felicidad, su fe, es decir María, es la Maestra de la fe. María, sin poder explicarse el modo como se iba a realizar el Plan de Dios, lo acepta cuando se le anuncia. María con su fe, hizo que la obra de Dios fuera una realidad.

María es La que ha creído y el acto de fe en el ángel, la constituye en María, Madre de todos los creyentes en Jesús, nuestro Salvador. Esto no fue oculto a Isabel, por eso llama a María, Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? En otras palabras, reconoce a María como la Madre Dios.

Bella enseñanza la de María, ella es feliz, es dichosa, porque ha creído, porque ha aceptado la Palabra de Dios que llegó a su corazón.

7.      MARÍA, COMO ARCA SANTA, LLEVA EN SU SENO AL SEÑOR.

Ojala, la palabra de Dios, lleguen en estas fechas tan entrañables, a los corazones de todos los hombres y sea aceptada con amor, y así poder recibir las bendiciones del Señor... Uno de los temas principales de la página de Lucas sobre la visitación es la alegría del encuentro entre las dos madres y la del Bautista al oír la voz de la “madre del Señor” que lleva en su seno al Hijo. En la alegría del Bautista se percibe una alusión a la alegría de David bailando por la llegada del arca de la alianza, signo de la presencia de Dios (cf. 2 Sm 6). El Bautista goza -incluso “da saltos (v. 41)- porque María, como arca santa, lleva en su seno al Señor.

8.      “AQUÍ ESTOY, YO VENGO PARA HACER TU VOLUNTAD” (HEB 10,7).

El elogio dirigido por Isabel a María nos lleva a reflexionar en este tiempo de espera, María se identifica por su fidelidad a la promesa de Dios, ella está totalmente convencida de lo que Dios quiere y ella sabe ser fiel a la palabra dada. El misterio de Dios se oculta en aquel niño que, como todos los niños, se va formando en el seno de su madre. Creyendo, ha comenzado a constatar cómo Dios es fiel en realizar su promesa. También esto es cierto para nosotros: si no creemos, no experimentaremos nunca cómo el don de Dios, misteriosamente, puede ir formándose en nosotros.

La disposición de María nos estimula a fijarnos en los “pobres del Señor”, esto es de en las personas humildes y sencillas que confían en Dios sabiendo reconocer su obra. María Santísima, nos invita a vivir en una actitud de disponibilidad al plan de Dios que nos invita a proclamar con entereza: “Aquí estoy, yo vengo para hacer tu voluntad” (Heb 10,7).

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 
 

SANTORAL

 

 

DOMINGO DE SILOS 1000-1073

Natural de Cañas, un pequeño lugar de la Rioja, cerca de Nájera, Domingo Manso fue pastor en su niñez, y luego se retiró a hacer vida solitaria hasta pedir su admisión como monje benedictino en el monasterio de San Millán de la Cogolla:

"Descendió de los yermos el confesor honrado, vino a San Millán, hogar bien ordenado, demandó la monjía, diéronsela de grado", nos cuenta Berceo, su poeta, quien refiere cómo más tarde fue elegido prior con gran contento de todos los monjes, porque «beneita la grey que ha tal pastorciello».

Domingo será el valiente defensor de los tesoros de San Millán amenazados por la codicia del rey don García de Navarra, su actitud le vale el destierro, y en la Castilla de Fernando I, hacia el 1041, encuentra su nuevo y definitivo hogar, el monasterio burgalés de San Sebastián de Silos, que ahora lleva el nombre de su restaurador, de la misma manera que Domingo ha pasado a la historia como el santo silense.

«Abad de santa vida, de bondad acabado», así le describe Berceo, convertirá Silos en un gran foco de piedad, arte y cultura, y todavía hoy el monasterio está lleno de recuerdos de su gran obra. Como abundan también los testimonios de su taumaturgia, librando milagrosamente a los cautivos de los moros.

Sus reliquias fueron muy veneradas, y ante ellas oró mucho Juana de Aza, quien prometió dar el nombre del santo al hijo que iba a tener y que ofrecía a Dios; éste sería santo Domingo de Guzmán, cuya fama ha eclipsado a la de su Patrón, llamado el Antiguo desde entonces.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 

 

Respuesta  Mensaje 23 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 22/12/2009 19:39

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

Reflexión bíblica

“¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!”

Lc 1, 39-45

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Durante su embarazo, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá, esto sucede poco después de los días de la encarnación y como ya sabemos por el “sexto mes” de Isabel. No eran motivos de curiosidad lo que lleva a María a visitar a su pariente, lo hace por amor y por atender a su familiar, que es más anciana. Pero, sobre todo, era por el entusiasmo de felicitarla y por la alegría de verla.

El evangelista, nos relata que Isabel vivía en la región montañosa de Judá, no cita el pueblo, pero por la tradición, sabemos que es cercano a Jerusalén, en el actual Kain Karim, a siete kilómetros al oeste, auque esto no es muy seguro. En todo caso, para llegar hasta allí desde Galilea, se empleaban de tres a cuatro días.

El fragmento del Evangelio, nos muestra que a la llegada de María a casa de Isabel, la saludó primero. Podemos imaginar que por el parentesco debían saludarse muy cordialmente, esto es con muestras de afecto y de mutuo cariño. Por el modo como hace el relato san Lucas, nos hacemos la idea de cómo es María, por eso podemos decir que con un gesto de delicadeza, ella se daría por enterada del hecho de su gozosa maternidad. Es en este bello ambiente, con una agradable y dulce exquisitez espiritual, como se suceden las escenas de la visitación.

Al oír Isabel el saludo de María, suceden dos bellísimos hechos, el niño, (Bautista), “saltó en su seno” de gozo, y ella “fue llena del Espíritu Santo,” y bendice a María y al Niño que guardaba en su seno.

Isabel, iluminada por el Espíritu Santo, se convierte en profetisa al descubrir el misterio de María y conocer que en su seno estaba el que era esperado a través de toda la historia del pueblo de Israel; El esperado por los Patriarcas y vaticinado por los Profetas.

Lucas, nos hace comprender que la bendición a María la hace con emoción y con una fuerte voz y la proclama “bendita entre las mujeres,” en otras palabras, quiere decir que es la más bendita de todas. Isabel, por revelación del Espíritu Santo, sabe que se halla ante la madre de “mi Señor.” Es la proclamación de hallarse ante el Mesías.

El Bautista “saltó de gozo” en el seno de Isabel “Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre”, como indicando el privilegio de hallarse el Precursor ante el Mesías. Algunos teólogos han pensado que en este momento fue la santificación del Bautista, y se plantearon problemas sutiles y gratuitos relativos a su libertad y conocimiento por razón del gozo.

Isabel esta inspirada por el Espíritu Santo, ella ve en María el instrumento providencial de la salvación que vendrá a través del “Fruto de su vientre”, el Salvador y Redentor de Israel, al que no se puede aclamar menos que bendito.

“Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”. Nuevamente beatifica Isabel a María. En efecto, Isabel, elogia a María, “que creyó,” por lo que se realizarán en ella los misterios anunciados de parte de Dios. Con ello se exalta la fe de María.

Porque María creyó, ésta fue su grandeza, este es el fundamento de toda su alegría y felicidad, su fe, es decir María, es la Maestra de la fe. María, sin poder explicarse el modo como se iba a realizar el Plan de Dios, lo acepta cuando se le anuncia. María con su fe, hizo que la obra de Dios fuera una realidad.

María es “La que ha creído” y el acto de fe en el ángel, la constituye en María, Madre de todos los creyentes en Jesús, nuestro Salvador. Esto no fue oculto a Isabel, por eso llama a María, “Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme?. En otras palabras, reconoce a María como la Madre Dios.

Bella enseñanza la de María, ella es feliz, es dichosa, porque ha creído, porque ha aceptado la Palabra de Dios que llegó a su corazón.

Ojala, la palabra de Dios, lleguen en estas fechas tan entrañables, a los corazones de todos los hombres y sea aceptada con amor, y así poder recibir las bendiciones del Señor.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTORAL

 

SAN PEDRO CANISIO 1521-1597

Pedro Kanijs, cuyo nombre al latinizarse se convirtió en Canisio nació en Nimega, Holanda, en 1521, aun cuando había de transcurrir la mayor parte de su vida en Alemania. En 1543 entró en la Compañía de Jesús en Colonia y, poco más tarde, daba comienzo a sus trabajos de erudieión. Pronto esta actividad se diversificaría. Canisio fue, en efecto, profesor, predicador, controversista, misionero, encargado de negocios del papa ante los príncipes, superior de varias casas de su Orden, provincial de la Compañía en Alemania y la Alta Germania y fundador de colegios y seminarios. Fue, asimismo, escritor, no sólo por la vasta correspondencia que requería semejante actividad, sino porque compuso obras que obtuvieron enorme difusión, en especial su Suma de la doctrina Cristiana (1555) y, más aún, su Catecismo breve (1556). La múltiple actividad de Canisio se desarrolló con un único objetivo: servir a la Iglesia católica luchando contra las doctrinas de Lutero y contra la implantación del luteranismo en Alemania. Es indudable que, si una parte notable de Alemania siguió siendo católica durante el siglo XVI, se debió a San Pedro Canisio. Por lo que se refiere a su vida, había de pasar sus últimos años en Friburgo (Suiza), en las más humildes tareas del apostolado y la caridad. Murió en 1597.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 

 

Respuesta  Mensaje 24 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 22/12/2009 19:40

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

“Mi alma canta la grandeza del Señor”

Lc 1, 46-55”

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

El fragmento del evangelio, nos presenta el cántico de María, “El Magníficat”, responde a una explosión de júbilo en Dios, incubada desde que se había realizado en ella el misterio de la encarnación. “El himno de María no es ni una respuesta a Isabel ni propiamente una plegaria a Dios; es una elevación y un éxtasis” y una profecía.

María dijo entonces; “Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador”, este canto es la una expresión elevadísima del alma de María, donde las lágrimas de alegría, gozo y esperanzas, se encierran en el Corazón de la Virgen María.

Podemos observar, en este cántico, la alabanza de María a Dios por la elección que hizo de ella, el reconocimiento de la providencia de Dios en el mundo y como con esta obra se cumplen las promesas hechas.

“Porque él miró con bondad la pequeñez de su servidora”. La humildad de la Virgen María, es la causa de su grandeza, como ella, se humilla hasta en lo más ínfimo y Dios la eleva a lo más alto de la dignidad.

La alabanza que hace María a Dios por la elección que hizo en ella, engrandeciendo a Dios, ella esta profundamente agradecida, así es como le bendice y le celebra.

Este gozo de María es en Dios “mi Salvador.” Nunca como aquí cobra esta expresión el sentido mesiánico más profundo. Ese Dios Salvador es el Dios que ella lleva en su vientre, y que se llamará Jesús, Yehoshúa, es decir, Yahvé salva. Y ella se goza y alaba a Dios, su Salvador.

María atribuye esta obra a la pura bondad de Dios, que miró la “humanidad” de su “esclava.” Fue pura elección de Dios, que se fijó en una mujer de condición social desapercibida, aunque de la casa de David. Pero por esa mirada de elección de Dios, “desde ahora” es decir, en adelante, la van a llamar “bienaventurada todas las generaciones.”

“En adelante todas las generaciones me llamarán feliz”, por esa dignidad tan grande a la cual María fue elevada. Como vemos hoy, todas las generaciones cristianas de todos los siglos, han cantado las glorias de esta Virgen humilde y amorosa, que fue hecha la Madre de Dios.

Es la eterna bendición a la Madre del Mesías. Profecía cumplida ya por veinte siglos. Y todo es debido a eso: a que hizo en ella “maravillas”, cosas grandes — la maternidad mesiánica y divina en ella —, el único que puede hacerlas, Dios.

“Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas”. Esta obra sólo podía ser obra de la omnipotencia de Dios. Y “cuyo nombre es Santo.” Es, pues, obra de la santidad de Dios. ¡Su Nombre es santo!, Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquellos que lo temen. El pensamiento progresa, haciendo ver que todo este poder es ejercido por efecto de su misericordia. Esta es una de las “constantes” de Dios en el Antiguo Testamento. Ya al descubrir su nombre a Moisés se revela como el Misericordioso (Ex 34:6).

Y ninguna obra era de mayor misericordia que la obra de la redención. Pero se añade que esta obra de misericordia de Dios, que se extiende de generación en generación, es precisamente “sobre los que le temen.” Era el temor reverencial a Dios. Así, en el A.T., cuando el pueblo pecaba, Dios lo castigaba; pero, vuelto a él, Dios lo perdonaba.

“Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón.”, Con esta metáfora, se expresa el poder de Dios, que aplasta a los soberbios y exalta a los humildes.

“Derribó a los poderosos de sus tronos, y elevó a los humildes.”, como enseñándonos a todos, que si queremos ser grande a los ojos de Dios y ser amados por El, debemos ser humildes ante los hombres, reconociendo nuestra pequeñez y miseria. Esta imagen celebra cómo Dios quita a los “poderosos” de sus tronos y “ensalza” a los que no son socialmente poderosos.

María: a una virgen, la hace madre milagrosamente; y a una “esclava,” madre del Mesías.

“Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.” Así María, se coloca en la línea de todos los que son pequeños y humildes, los hambrientos de Israel, los que están vacíos de si mismos, pero llenos de Dios.

“Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y de su descendencia para siempre.”

A María la elige para enriquecerla “mesiánicamente.” Es lo mismo que canta luego: los bienes prometidos a Abraham, que eran las promesas mesiánicas. Al fin, todo el Antiguo Testamento giraba en torno a estas promesas. Con esta Obra cumple Dios las Promesas, hechas a los Padres.

Con este hermoso himno, María, alaba a Dios por la elección que hizo en ella, reconoce la Providencia de Dios en el gobierno del mundo y nos recuerda como Dios cumplió las promesas hechas a los Patriarcas.

Nada será mas agradable a Dios, que lo alabemos como lo hizo María, con las hermosas palabra que el Espíritu divino la inspiró.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 
 

SANTORAL

 

 

SAN DEMETRIO Y SANTA FRANCISCA JAVIERA CABRINI

Desde el cristianismo de las persecuciones, alcanza un nombre señalado, en compañía de San Honorato y San Floro, con su martirio en el puerto ostiense de Roma, a la desembocadura del Tíber.

Pero, desde Italia también, no alcanza nombre menor, a comienzos del siglo XX, la religiosa italiana Santa Francisca Javiera Cabrini, nacida en Lodi, de Lombardía, y fundadora de las Hermanas Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús; al encargar a su Congregación el Papa León XIII la asistencia a los emigrantes en América, cruza veinticinco veces el Atlántico y muere en Chicago el año 1917, después de haber recorrido casi toda América; para entonces su Instituto, dedicado a los enfermos y a la educación, contaba tres mil religiosas y setenta casas en Italia, Francia, Inglaterra, España y América del Norte y del Sur; es la patrona de los emigrantes.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


Respuesta  Mensaje 25 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 28/12/2009 17:58

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

“Su nombre es Juan”

Lc 1, 57-66

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo….

Observamos en este fragmento del Evangelio según san Lucas, una narración muy sencilla y sobria, resumida en una sola frase; Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Este nacimiento fue un acontecimiento, por esa razón los amigos y familiares de Isabel y Zacarías, se alegraban. Las congratulaciones eran por la bendición que recibió Isabel, quien de ser estéril, paso a ser madre.

A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño. Al octavo día, como era tradicional se hacia la circuncisión, rito por que un judío se incorporaba a Israel. Además, en esta reunión familiar, se le pondría nombre al recién nacido. La costumbre era poner el nombre de los abuelos, no era muy habitual ponerle el nombre del padre. Sin embargo, como Zacarías era de edad avanzada, le querían poner su nombre.

Isabel, propone que el niño se llame Juan, sin embargo a los familiares y amigos, les parece extraño, ya que nadie en la familia se llama así. Zacarías, se encontraba mudo y sordo, y le preguntaron por señas que nombre quería para su hijo, luego de escribir en una pizarra Zacarías recupero el habla. Este suceso, causo un gran impacto, entonces por toda la región de Judea se comentaba sobre los destinos providenciales de este niño. Juan Bautista había sido concebido en una vejez estéril y acompaño su nacimiento con prodigios.

Una vez escrito esto, Zacarías rompió el silencio, con razón se activo en seguida su lengua, era absurdo que siguiera así después, no era el quien le ponía el nombre, sino que ya lo había recibido de Dios. Sus labios estaban cerrados por la incredulidad, ahora debía ser abierto por la fe.

La sordera y la mudez espiritual, en muchas ocasiones van de la mano, esto es, cuando estamos incapacitados de oír a Dios, también nos incapacitamos para hablar con El.

Ahora, la dormida lengua de Zacarías, se despierta y se activa, y abre sus labios para bendecir al Señor por el hijo que le dio. El nacimiento de Juan, fue para ellos una gran bendición de Dios.

Nosotros, tenemos también muchos motivos para bendecir al Señor, el nos bendice con su gracia en todo instante, con gran cariño y mucha bondad. La mano de Dios, es nuestra protección, allí estuvo con Zacarías, Isabel y Juan, hoy esta con nosotros.

Dios, continuamente nos esta hablando y, esta esperando nuestra respuesta, nuestra fe en EL. Es importante oírlo y responderle. Oímos la Palabra de Dios y respondemos con la oración.

Este fragmento del Evangelio de San Lucas, nos invita a no perder las esperanzas, nos estimula a tener fe también, y nos enseña que nuestros labios no se deben enmudecer ante la incredulidad, tal como lo hizo Zacarías, para bendecir a Dios, tenemos motivos suficientes para alabar al Señor, la mano de El, nos bendice con su gracia, abramos los labios para cantar alabanzas y dar gracias al Señor.

San Lucas nos dice en este fragmento; Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: ¿Qué llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él.

Juan Bautista, es El Precursor del Mesías. — Zacarías, dirigiendo el pensamiento a su hijo, le anuncia lo que va a ser, conforme el ángel le dijo en el templo. Será llamado, con lo que se indicaba lo que se es y el reconocimiento en que todos le tendrán, profeta del Altísimo. El Bautista tan profeta fue del Altísimo, nombre con que los gentiles conocían al Dios de Israel, que lo presentará a Israel. Por eso, irás delante del Señor. Esto hace ver que el evangelista presenta a Cristo como Dios.

La misión del Bautista era preparar la venida del Mesías, logrando un pueblo dispuesto a recibirle. Esto es lo que dirá en su predicación en el desierto: convertíos. Por eso, su misión es enseñar la ciencia de la salud a su pueblo, para la remisión de sus pecados. Es la preparación espiritual del pueblo para recibir al Mesías en su mesianismo espiritual.

Todo ello es obra de la misericordia de Dios. Del cielo nos visitará: Oriens ex alto es el Mesías en la literatura rabínica. El viene del cielo, como san Lucas narró antes, en la encarnación. Su misión es iluminar con la luz de la verdad a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte (Is 9:2). A su luz se podrá caminar verdaderamente por el camino de la paz.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTORAL

 

 

SAN JUAN DE KETY 1390-1473

Juan Wacienga nació en Kety, cerca de Cracovia, en 1390. En 1413, se inscribió en la universidad de esta última ciudad, fundada poco antes, pero ya famosa. Allí discurría su vida entera. Después de ser estudiante, pasó a actuar como profesor de letras decano de la facultad de filosofía (1432) y, más tarde, profesor de teología (1443). Entre tanto, fue párroco de Olkus, parroquia próxima a Cracovia, que dependía del capítulo colegial de San Florián, al que se había asociado Juan. Como profesor, resplandeció por su saber, pero más aún por su amor hacia los pobres y por su espíritu de penitencia. Eran tiempos difíciles, por la guerra hussita que asolaba Polonia. Juan supo compadecerse en todo momento de la miseria y defender la fe respetando al contrario. Consciente del valor redentor que poseen las peregrinaciones, hizo mendigando el camino hasta Jerusalén para venerar el sepulcro de Cristo, y acudió por cuatro veces a Roma a las tumbas de Pedro y Pablo. Murió a los sesenta y tres años, la víspera de Navidad de 1473.  

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 

 

Respuesta  Mensaje 26 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 28/12/2009 17:58

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

Lc 2, 1-14:

"Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes El se complace"

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1) INVESTIGACIÓN SOBRE LAS FECHAS DEL CENSO

El nacimiento de Jesús en Belén, ocurre cuando Cesar Augusto, emperador de Roma, promulga un edicto para que el mundo se empadronase.

Consultando diversos intercambios y enfrentamiento de ideas o de argumentos sobre la fecha de los censos de aquella época se sostiene lo siguiente:

De Augusto se conocen varios censos parciales y tres totales. Uno de éstos fue el 746 de Roma, que corresponde a unos ocho años antes de la fecha actual del nacimiento de Jesús.

Cuando leemos el Evangelio, interpretamos que este empadronamiento fue el primero de Quirino, siendo él gobernador de Siria. Flavio Josefo, historiador judío Fariseo, descendiente de familia de sacerdotes, entre el año 38 y 94, dice que este personaje fue gobernador de Siria del año 6 al 12 después de Cristo, siendo el año 6 cuando hizo el censo en Judea. Por otra parte, cuando nace Jesús, reinaba el rey Herodes el Grande, y no hay constancia de que Quirino fuese además prefecto de Siria reinando Herodes.

Una de las principales figuras del siglo III para el cristianismo, Tertuliano, hijo de gentiles de Cartago, que tras una juventud disipada y licenciosa según su propio testimonio se convirtió al cristianismo en la ciudad de Roma, hacia el año 195 d.C. siendo después, según Jerónimo, presbítero de la iglesia de Cartago, parece excluirlo, pues dice, tomando los datos de los archivos de la Iglesia romana, que este censo se hizo siendo prefecto de Siria Sentio Saturnino

Entonces ahora nos encontramos que debemos intentar solucionar esta duda de fechas, reconociendo que no es el hecho más importante, pero no deja de ser interesante.

2) QUIÉN ERA QUIRINO?

Miembro del senado de Roma y cónsul. Tras la destitución de Arquelao, hijo de Herodes I el Grande, Cirino llegó a Siria, enviado por César Augusto para hacer el censo de los bienes con vistas a establecer el impuesto. Con él fue enviado Coponio, para gobernar a los judíos. Como Judea había sido anexionada a Siria, Quirino la incluyó en el censo.

El censo tuvo lugar 37 años después de que Octavio derrotó a Antonio en la batalla naval de Actium, el 2 de septiembre (Flavio Josefo), lo que correspondería al año 6 de nuestra era

Según Flavio Josefo (Ant. XVIII 1), este censo supuso una revuelta armada, dirigida por Sadoc y Judas el Galileo, natural de Gamala.

Algunos autores dudan de si podría haber estado ya antes en Siria, hacia el año 6 AC , gobernando conjuntamente con Saturnino o con Quintilio Varo.

3) CUAL ES LA FECHA VERDADERA DEL CENSO?

Un documento de estudio de la Biblia, (1) dice que Quirino, sobre el año 9, dio principio al empadronamiento que llevó a cabo Sentio Saturnino ( 9 a 6 a . C.)

Pero no consta positivamente de otra prefectura de Quirino, y habría además que adelantar acaso demasiado la fecha del nacimiento de Cristo.

También dice que se sabe que se en ocasiones se efectuaban en forma simultanea los legados imperiales en la misma región. Existe una prueba de esto en año 73 d. C. había en África un legado al frente de las tropas y otro tenía la misión de hacer el censo. Cabría suponer una simple legación de Quirino simultaneada con la de Saturnino.

Otro dato de la época dice que siendo Quirino prefecto de Siria, Aemilius Secundus, hizo por mandato de Cirino el censo de Apamea y combatió a los itureos del monte Líbano.del 10 al 6 a .

A mí me parece que este tema debe interpretarse de la forma siguiente:

El Evangelio de Lucas relata; Este fue el primer censo, siendo Cirino gobernador de Siria, también estas traducido como fue este empadronamiento primero que el del gobernador de Siria, Quirino, entonces parece que lo lógico es interpretar la palabra primero, lo mismo que antes, algo muy común de decir, es decir, fue este empadronamiento antes que el del gobernador de Siria, Cirino. De esta forma solucionamos el debate sobre las fechas, con el sentido de que este empadronamiento, bajo el que nace Jesús, es anterior al que hizo el año 6 d.C. Quirino, siendo gobernador de Siria.

Como también se sabe, este censo fue sumamente famoso por las revueltas que hubo en Judea con su motivo. Y de él, por lo mismo, se hacen eco los Hechos de los Apóstoles (5:37) Sería preciso diferenciar bien estos censos, y hacer ver en qué relación estaba éste, bajo el que nace Jesús, con el otro, tan famoso en Judea.

4) EL EMPADRONAMIENTO O EL CENSO

El empadronamiento se hizo como era la costumbre de los judíos, era costumbre de Roma respetar las formas locales. Así es, como las personas se fueron a censar a sus lugares de orígenes. Este es el motivo de porque José, que era de la casa de David, viaja hasta a Belén, ubicada a unos 145 km . de Nazaret, trayecto que se hacía entre 3 y 5 días.

Dice el evangelio: José también, que estaba en Galilea, en la ciudad de Nazaret, subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, porque era descendiente de David

Algunos textos dicen por ser de la casa y familia de David. La frase puede ser una figura retórica consistente en emplear en la oración palabras innecesarias para su exacta y completa comprensión, pero que aportan gracia y fuerza expresivas, es decir un redundancia para indicar que José era verdaderamente de esta estirpe, Es decir, algunos entienden casa como equivalente a tribu, y por familia el ser de la misma estirpe davídica.

Dice también el evangelio: subió a Judea. Esta frase se dice siempre para ir de cualquier lugar de Palestina a Jerusalén o cercanías de ésta, ya que por la conformación topográfica, siempre se viaja de subida.

Sigue el evangelio: Allí se inscribió con María, su esposa, que estaba embarazada.

Pero va a empadronarse con María, su esposa. Podemos deducir que José sube con su esposa para que también se empadrone, porque se sabe que las mujeres casadas también se censaban en sus lugares de origen y Maria era de la casa de David. Para todos los efectos, esta frase ratifica que María estaba casada con José, caso contrario de acuerdo a las leyes judías, no hubieran podido viajar juntos.

5) NACE JESÚS

Dice Lucas: Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto. Belén, es un lugar fértil, el significado de Bethlehem es casa de pan. Allí sucede el mayor acontecimiento de la historia, el nacimiento de Jesús. Es notable la sobriedad con la cual se nos describe este hecho. Y dio a luz a su hijo primogénito. Pero también Jesús, es unigénito. Lo de primogénito, es un término más bien legal, no significa que luego habrá más hijos.

También en forma sencilla dice Lucas: Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre. Si imaginamos como debe haber sido este pesebre, debe haber sido una pequeña cama de piedras apiladas, con paja o forraje de animales, tales como terneros. Allí fue acostado el Hijo de Dios.

Este parto debe haber sido indoloro, milagro de un parto virginal, así es como se presiente cuando leemos Lo envolvió en pañales, es decir, lo hizo ella misma.

También nos dice Lucas: Pues no había lugar para ellos en la sala principal de la casa. Me sorprende algo, siempre se ha sostenido que en Oriente, la hospitalidad es algo muy usual, aún más, es sagrada. Lo extraño es, que quienes le dieron hospitalidad, no se hubiesen fijado en la maternidad de María. Otro aspecto, era que si todos los de la estirpe de David tenían que concurrir a Belén, no hubiese casas de las familias atendiendo a los de su misma tribu. Recordemos, que el nacimiento de un niño es un acontecimiento. Por otra parte, se sabe que la convivencia entre parientes en el pueblo judío era atenta, como se desprende por ejemplo cuando Maria visita a su prima Isabel.

Entonces, este es un misterio que guarda su hermosura, por una parte la pobreza de los esposos José y María, no le permitía conseguir un buen alojamiento, dice el evangelio no había lugar para ellos, si a lo mejor para otros con mejores recursos económicos. Pero hay razones más puras, bellas y exquisitas, era necesario que María evitara la asistencia de otras mujeres en el parto, este era muy especial, era virginal, y estaba reservado a la asistencia divina.

Así es, como en un humilde lugar, ocurre el Mayor acontecimiento de la historia, nace Jesús.

6) UNA CIUDAD LLAMADA BELÉN

Belén se llamaba antes Efrata, la fértil, y Bethlehem, casa de pan, por sus cereales. La pequeña ciudad es un oasis en aquella región desértica.

7) LOS PASTORES DE BELÉN

Había allí unos pastores acampados, que guardaban sus ganados de ladrones y animales de rapiña. El texto dice que estaban velando las vigilias de la noche sobre sus rebaños. Al modo militar, los judíos dividían la noche en cuatro vigilias.

Estos pastores no eran de Belén, sino nómadas, ya que los ganados de las gentes de los pueblos los volvían a la noche a sus establos, mientras que los de los nómadas suelen estar allí hasta las primeras lluvias, que pueden venir de mediados de noviembre a mediados de enero.

Los pastores no gozaban de buena fama, pues se los tenía por ladrones. Un fariseo temería comprarles lana o leche por temor a que proviniesen del robo. Pero, si éste era el concepto, real o ficticio, debía de haber también entre ellos almas sencillas, como las de estos pastores.

8) APARECE EL ÁNGEL

Inesperadamente, se les apareció un ángel del Señor. Se sobreentiende que el ángel quedó cercano a ellos, pero suspendido en el aire.

Al mismo tiempo, el evangelista dice que la gloria del Señor los rodeó iluminándolos. Es una teofanía. Alude a la presencia de Dios en el tabernáculo, sensibilizada en forma de una nube (Ex 16:10-20; Núm 14:10) o de fuego (Ex 24:17). Por eso aparece aquí, en la noche, luminosa (Mt 17:5). Al rodearlos de su luz, es por lo que temieron grandemente. Era el temor ante la presencia de Dios, que así acreditaba al ángel y su anuncio: el hallarse encarnado en Belén.

El anuncio del ángel es el Evangelio: la Buena Nueva. Es la palabra que se usa para comunicar dichas, y, sobre todo, la Buena Nueva mesiánica. Les anuncia a ellos esta nueva, pero es para todo el pueblo. El pueblo que aquí se considera es directamente Israel. Es el vocabulario del A.T., y el pueblo a quien se había prometido que en él nacería el Mesías.

Hoy os ha nacido en la ciudad de David, Belén, donde según Miqueas (5:2), había de nacer el Mesías, un niño, que lo va a describir con los siguientes rasgos; es: Un Salvador. Aunque va sin artículo, está referido a Cristo. Es el Salvador, pues, por excelencia. Es la traducción conceptual griega de Jesús: Yahvé salva. Este título sólo es usado por Lc para aplicarlo a Cristo.

El Salvador es uno de los temas principales de Lc. Es el único de los sinópticos que emplea este título. Utiliza el verbo salvar treinta veces en el evangelio y Actos: más que Mt y Mc juntos. En el A.T. generalmente se aplica sólo a Dios, sobre todo en los Salmos y Profetas, aunque puede aplicarse en algún sentido a aquellos a quienes Dios confía una misión liberadora (Jue 3:9-15). Pero ya dentro del judaísmo, en la literatura mesiánica, es título que se reserva a Dios. En los Hechos de los Apóstoles tiene también sentido divino (3:15). San Pablo también lo usa en este sentido (Ef 5:23; Flp 3:20), como se ve en los contextos. Después que Lc relata la anunciación, en la que dice que el Mesías se llamará Jesús — Salvador — y expresando en aquel pasaje su divinidad (v.35b; cf. v.17), esta expresión está evocando también la divinidad. Y para precisar bien quién sea, se lo identifica:

Es el Cristo, es decir, el Ungido, el Mesías. Y este Cristo es el Señor.

9) HA LLEGADO EL MESÍAS

Los pastores comprendieron que el Mesías había llegado. Los pobres son evangelizados. Y se les dio una señal para encontrarlo. Era necesidad, pero era garantía. Es la descripción que antes hizo: un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre. Posiblemente hubo otras indicaciones para señalarles el lugar donde se hallaba. Pero ya esto era suficiente. El Mesías no había nacido en un palacio, ni con el esplendor humano y pompa esperados. Y el hecho de estar reclinado en un pesebre les indicaba que no había que buscarlo entre gentes de Belén, ya que allí habría nacido en su casa. Acaso supieron de esta familia llegada hacía poco, y ella con los signos de la maternidad, a la que acaso habían visto y sabían que se guardaban en una gruta; allí podían encaminarse.

Terminado el anuncio del ángel, se juntó con él, allí en el campo de los pastores, una multitud del ejército celestial, es decir, de ángeles. Ya en el libro de Daniel (7:10) se habla de una multitud casi infinita de ellos, lo mismo que aparecen en la Escritura alabando a Dios (Sal 148:2; Job 38:7). Todo este coro entona allí una alabanza a Dios, diciendo:

10) “GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES EN QUIENES ÉL SE COMPLACE”

Gloria a Dios en las alturas, en la tierra paz, a los hombres, hermosísimo mensaje de parte de Dios, y es la buena voluntad que Dios motiva en los hombres

Podemos suponer muchas cosas de Dios en la expresión “Y en la tierra Paz a los hombres” esta Paz es de Dios a todos nosotros y es armonía, concordia, amistad, y alianza. El sentido del cántico es la glorificación que tiene Dios, que se lo supone viviendo en el cielo, al comenzar la obra redentora con el Mesías en la tierra, y por lo cual se sigue la paz. Esta paz que para el judío era la suma de todos los bienes, y aquí es la suma de todos los bienes mesiánicos, que se van a dispensar a los hombres de buena voluntad en quienes Dios se complace.

Los pastores fueron con presteza. A media hora de camino estaba Belén. El signo se cumple al encontrar lo que los ángeles les anunciaron. Los pastores, aquellos días fuertemente impresionados, lo divulgaron, y la gente se maravilló. En otro tiempo se mandaba a los ángeles para castigar, como cuando fueron enviados a los israelitas, a David, a los sodomitas y al valle de los que lloran (Jud 2) Pero ahora por el contrario cantan en la tierra dando gracias al Señor, “porque se ha dignado manifestar su venida a los hombres”. (San Crisóstomo)

También alaban al Señor porque ponen las voces de su canto en armonía con nuestra redención. “Nos ven recibidos en su gracia y se congratulan que se llene su número”. (San Gregorio Magno, Moralia 28, 4.)

Desean también la paz en la tierra para los hombres, añadiendo: "Y paz en la tierra a los hombres" porque, habiendo nacido el Salvador según la carne, respetan como compañeros ahora a los que despreciaron antes como enfermos y abatidos. (Beda.)

Esta paz, pues, fue hecha por Jesucristo: El mismo nos reconcilió con Dios y con el Padre, perdonando nuestros pecados y pacificando a los dos pueblos en un solo hombre, y componiendo un solo redil de los habitantes del cielo y de la tierra. (San Cirilo Catena aurea ES 9213)

Paz a los hombres de buena voluntad, en EL (Dios) se complace, paz para aquellos que reciben bien el nacimiento del hijo de Dios, El Señor, El Mesías, El Salvador.

Quizás no haya paz para los incrédulos (Is 57), pero sí la hay abundante para los que aman el nombre de Dios.

“GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS Y EN LA TIERRA PAZ A LOS HOMBRES EN QUIENES ÉL SE COMPLACE”

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 
 

Respuesta  Mensaje 27 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 28/12/2009 18:00

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”

Jn. 1, 1-18

Comentario-estudio de la lectura del santo Evangelio según Juan (1)

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1 Al principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. 2 El estaba al principio en Dios.

San Juan comienza a describir al Verbo con relación “al principio”. Porque no pensar que el evangelista recuerda el pasaje de la creación en el Génesis. Toda la obra creadora que se describe en el Génesis, fue hecha por palabra creadora de Dios; es precisamente lo que aquí se va a decir del Verbo. Este “principio” es, pues, punto de referencia con relación al existir del Verbo. Es una valoración absoluta. En el lenguaje bíblico, antes de la creación de las cosas no hay más que la eternidad de Dios. Por tanto, si en el “principio,” en la creación de las cosas, pues todas van a ser creadas por el Verbo, éste existía ya, es que no sólo es anterior a ellas, sino que es eterno. A esta misma conclusión se llega, lógicamente, por la conexión con el final de este mismo versículo, donde se dice explícitamente que este Verbo era Dios. Luego eterno, “principio” absoluto (cf. Jn 17:5-24).

Por eso el evangelista utiliza la forma imperfecta de “existía”. No limita su duración ni a un tiempo pasado, como decir fue, o como un tiempo presente y decir existe, sino que lo acusa en su duración indefinida.

Juan en esta primera parte del versículo expresa la eternidad de este Verbo.

En la segunda mitad del verso, va a expresar la distinción entre este Verbo y el Padre. Pues el Verbo “estaba en Dios”. Es una proximidad interna, íntima, de persona a persona (Jn 10:30; 14:20; 17:20.23). Esta expresión que se utiliza parecería a primera vista muy sugerente, ¿Acaso está puesto con una intención muy marcada por el evangelista, para indicar que ese estar el Verbo con el Padre no era estático, sino dinámico: en íntima vitalidad con él

La conclusión es que el Verbo estaba “en Dios.” La forma, con artículo, significa al Padre, en contraposición a la misma palabra sin artículo, que sólo expresa la divinidad. Esta distinción, revelación de personas en el seno de la Trinidad es tema del evangelio de Juan (Jn 10:30; cf. 2 Cor 13:13).

En esta misma segunda mitad del verso, a la eternidad del Verbo, enseñada antes, añade ahora Juan una distinción en el seno de la divinidad. Lo que se ve incluso por lingüística: que el Verbo estaba con “el Padre.” Dios tiene, pues, un Hijo eterno.

En la tercera mitad del verso, se proclama explícitamente la divinidad del Verbo: “y el Verbo era Dios.”

Sintéticamente resume el evangelista todo su pensamiento en una expresión final: este Verbo así descrito estaba eternamente con el Padre.

3 Todas las cosas fueron hechas por EL, y sin El no se hizo nada de cuanto ha sido hecho.

Juan expone esta enseñanza con un paralelismo encontrado. Todas las cosas, que, sin artículo, no indican las cosas globalmente, sino que señalan a cada una en particular, fueron hechas por El y sin El no fue hecho nada; y acusándose enfáticamente (Is 39:4; Jer 42:4) que “ni una sola cosa” existe que no haya sido hecha por El.

Si el Verbo es Dios, ¿qué causalidad o qué mediación tiene el Verbo en la obra de la creación? El pensamiento de Juan sobre esta causalidad ha de valorárselo en su ambiente bíblico. En efecto, en la Escritura aparece un doble grupo de textos relativos a la obra creadora o eficiente de Dios. En unos se acusa la acción eficiente o causadora de Dios. Tales son los que hablan del “soplo de Dios,” del “Espíritu de Dios,” de la “palabra” de Dios, mediante lo cual los seres son creados. Otro grupo es el que presenta a Dios mirando, teniendo en cuenta, para su obrar, a la “Sabiduría” (Prov. 8:27-30; Job 28:24-28). Dios obra por “su palabra.” Pero no se excluye, conceptualmente, su entronque bíblico, pues para Juan, siendo el Verbo Dios, la causalidad que tiene es tan profunda como ha de ser la que le corresponde a Dios en la obra creadora.

4 En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5 La luz luce en las tinieblas, pero las tinieblas no la abrazaron.

Lo que fue hecho en El, era la vida. El pensamiento es manifiestamente que las cosas que fueron hechas por el Verbo tienen vida en El. ¿En qué sentido? No se trata de la vida de Dios — del Verbo — en sí mismo, pues no dice que “el Verbo era la vida,” sino de la vida divina en cuanto va a ser ampliamente participada. Pues esa “vida” va a ser “luz” de los seres humanos.

En los pasajes bíblicos sapienciales, los conceptos de la Ley, la Sabiduría y la Palabra tienen un paralelismo o identificación con el concepto de “luz.” Así como la luz ilumina al hombre en su caminar diario, y bajo ella no tropieza o cae, como en la noche (Jn 9:9-10), así el ser humano, caminando moralmente a la “luz” de la Ley, de la Sabiduría o de la Palabra divina, no tropieza ni cae en su marcha moral hacia Dios: Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. (Sal 119:105)

Estos dos conceptos de “vida” y de “luz” andan parejos en el A.T. Si no son sinónimos, están íntimamente entrelazados. La “luz” conduce a la “vida.” Con esta “luz” se “vive” la vida verdadera. Es la misma forma de expresarse Juan en su primera epístola (1 Jn 1:5-11; 2:8-11). Así, el pensamiento del evangelista en el “prólogo” es el siguiente: Esta misma “vida” es “luz” para los seres humanos. ¿Cómo? Toda la obra de la creación era, de suyo, “luz” para que los seres humanos pudiesen venir en conocimiento de Dios y de la vida moral (Rom 1:19-22). Pero no sólo era “luz” para conocerle teóricamente, sino para conocerle y encuadrarse en esta “luz,” lo que era “vivirla”: vivir la vida religiosa-moral. Por eso, esa “luz” que les viene y conduce al Verbo, era ya en el mismo, en el sentido bíblico expuesto, “vida” para los seres humanos

“La noción de “vida,” lo mismo que la de “luz,” en el evangelio de Juan entra en la esfera de lo divino.”

La expresión “La luz luce en las tinieblas” se explica bien teniendo en cuenta la acción permanente de la irradiación de la luz del Verbo: es un sol permanente. Pero, frente a él, “las tinieblas” tomaron una posición hostil a esta luz. ¿Quienes son estas “tinieblas”? Instintivamente se piensa en que estas “tinieblas” sean los hombres malos, hostiles a la luz, pero las “tinieblas” no pueden ser los hombres. En otros pasajes del mismo evangelio se dice que los “hombres” caminan en las “tinieblas” (Jn 8:12; 12:35; 1 Jn 2:11), o que ellos permanecen en las “tinieblas” (Jn 12:46; 1 Jn 2:9-11), o que las “tinieblas” amenazan sorprender a los hombres (Jn 12:35); pero jamás se dice que los hombres sean las “tinieblas.” En los manuscritos de Qumrán hay un largo fragmento que se titula “Guerra de los hijos de la luz y de los hijos de las tinieblas,” y en él se lee: “En manos del Príncipe de la luz está el gobierno de los hijos de la justicia, que caminarán por los senderos de la luz; en manos del ángel de las tinieblas está el gobierno de los hijos de la iniquidad, que caminarán por los senderos de las tinieblas.” Por el término de tinieblas no hay que pensar en los hombres incrédulos, sino en el mundo satánico, opuesto a Dios.

A esta misma conclusión llevan otras razones. Juan está imbuido en los “sapienciales.” Y en ellos se dice que a la “Sabiduría no la vence la maldad” (Sab 7:30). El mismo pensamiento se lee en las Odas de Salomón, en donde se dice que “la luz no sea vencida por las tinieblas” (18:6).

El pensamiento del evangelista es que esa “luz” del Verbo que luce en el mundo no pudo ser “vencida” ni aplastada por los poderes del mal — demoníacos y gobernadores del mal en los hombres — que influyen en el mundo en su lucha contra la verdad y el misterio del Mesías. San Pablo dirá que nuestra lucha es “contra dominadores de este mundo tenebroso” (Ef. 6:12).

6 Hubo un hombre enviado de Dios, de nombre Juan. 7 Vino éste a dar testimonio de la luz, para testificar de ella y que todos creyeran por él.

El Verbo hasta ahora no había ofrecido a los hombres más que una cierta participación de su luz; ahora va a darla con el gran esplendor de su encarnación. Para esto aparece introducida la figura del Bautista, y aparece situado en un momento histórico ya pasado, en contraposición al Verbo, que siempre existe. Juan no viene por su propio impulso; “es enviado por Dios.” Trae una misión oficial. Viene a “testificar”, que en su sentido original indica preferentemente un testigo presencial Viene a testificar a la Luz, que se va a encarnar, para que todos puedan creer por medio de él. El prestigio del Bautista era excepcional en Israel (Jn 1:19-28), hasta ser recogido este ambiente de expectación y prestigio por el mismo Flavio Josefo. El tema del “testimonio” es uno de los ejes en el evangelio de Juan, que se repartirá multitud de veces y por variados testigos.

8 No era él la luz, sino que vino a dar testimonio de la luz.

Se insiste en algo evidente: que Juan no era la Luz, sino que venía a testificar a la Luz, puesto que el bautista sólo testifica al verbo “encarnado,” en los pasajes.

9 Era la luz verdadera, (luz) que viniendo a este mundo ilumina a todo hombre. 10 Estaba en el mundo y por El fue hecho el mundo, pero el mundo no le conoció. 11 vino a los suyos, pero los suyos no le conocieron.

El Verbo es la luz verdadera. Así como de Dios se dice que es “verdadero” en oposición a los ídolos (Jn 17:3; 1 Jn 5:20), o lo mismo que Cristo es el pan “verdadero” en oposición al maná (Jn 6:32), así el Verbo es llamado luz “verdadera” porque en él se incluyen todas y plenamente las cualidades, metafóricamente, de la luz, pero elevadas al orden religioso-moral (Jn 7:28:17:3; cf. Rom 3:4). Es el ordenamiento divino, en contraposición a los planes del hombre falaz, pecador.

Esta luz del Verbo ilumina a todo ser humano. “Luz verdadera que ilumina a todo hombre (luz) que está viniendo a este mundo.” Así dirá Juan en otros pasajes que “vino la luz al mundo” (Jn 3:19; 9:39; 12:46). Por eso, esa “luz” así descrita “estaba en el mundo,” y lo estaba precisamente porque el “mundo fue hecho por el Verbo.” Pero el “mundo” no “conoció” a esta Luz: a Dios Verbo. Los seres humanos debieron conocerlo. Las obras les llevaban a su conocimiento y servicio (Sab 13:1-9; Rom 1:19-23). Pero este “conocimiento” no es un simple conocimiento intelectual; hay que valorarlo en el sentido semita: un conocimiento que entraña una vida y una actitud moral y servicio a Dios. Así se lee en Jeremías: “Hacía justicia al pobre y al desvalido. Esto es conocerme, dice Yahvé” (Jer 22:16; cf. Os 4:1-6). Los hombres, teniendo motivos para conocer y servir a Dios, no lo hicieron: “el mundo no le conoció.”

Pero no sólo el “mundo,” sino “que vino a los suyos. “y no le recibieron.” ¿Quiénes?, siempre se interpreta esta expresión a Israel, pueblo especialmente elegido de Dios.

Vino la Luz a Israel con su Ley, con sus profetas, con sus enseñanzas; le anunciaron un Mesías., y fueron rebeldes — ¡tantas veces! — a esta Luz de Dios, del Verbo. Y vino el Verbo encarnado a ellos, a su pueblo, al pueblo que le esperaba, y cuando llegó a ellos., Israel no le conoció, no lo recibió., y ¡crucificó! al Mesías.

12 Mas a cuantos le recibieron dioles poder de venir a ser hijos de Dios, a aquellos que creen en su nombre; 13 que no de la sangre, ni de la voluntad carnal, ni de la voluntad de varón, sino de Dios son nacidos.

Frente a este panorama del paganismo y de Israel, que no recibe la Luz del Verbo, tono trágico con que el evangelista expone esta actitud del mundo frente a la Luz, va a describir, por contraste, la ventaja incomparable que se sigue a los seres humanos de dejarse iluminar por esta Luz de Dios.

San Juan ha afirmado que no recibieron, no “aceptaron” esta Luz ni los paganos ni los judíos. El modo semita de hablar gusta de hacer afirmaciones rotundas, de fórmulas absolutas, sin matizar ni acusar las excepciones (Jn 3:31-32). Por eso podría ser que el evangelista pensase sólo en grupos — incluso mayoritarios — judíos y paganos que no recibieron esta Luz. Y hasta no sería improbable que influyese sobre él, para esto, o los hechos — grupo de creyentes —, o la promesa de existencia de un “resto” santo en el Israel fiel. Por eso hubo un sector que “le recibieron.” ¿Cómo? “Creyendo en su nombre” (12; cf. Jn 3:11-12; 12:46-50; 5:43-44). Esta expresión es característica de Juan. Treinta y cuatro veces la usa en su evangelio y tres en su primera epístola, mientras que en el resto de todo el Nuevo Testamento sólo sale nueve veces. Nombre, según el modo semita, está por persona. “El que cree a alguien, recibe su testimonio; pero el que cree en alguien se entrega totalmente a él.” En el vocabulario de Juan, “creer en El” es entregársele plenamente.

A estos que así “creen,” que así se entregan al Verbo, en esta perspectiva de Juan, les confiere el mismo Verbo, sujeto de todo el desarrollo oracional, un gran don: el poder ser hijos de Dios. La gracia de este don del Verbo es ser “hijos de Dios.”

14 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria como de Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

En esta sección se proclama la encarnación del Verbo (v.14ª), y se lo garantiza luego con un doble grupo de testimonios: uno sus discípulos (v.14b), El evangelista, que no explícito desde el v.3 al Verbo, lo vuelve a tomar por sujeto explícito, como si quisiese precisar bien que el Verbo del que habló, estando en el seno de la divinidad, es el mismo sujeto que se va a encarnar. El Verbo, que se lo describía en su existencia eterna: “era,” “existía,” actuó en un momento histórico: “fue,” “se hizo.” A la duración eterna sucede una actuación temporal. Se hizo “carne”. No dice, como en otras ocasiones, que se mudó (Jn 2:9), sino que se hizo, que tomó “carne,” sin dejar de ser Verbo. No sólo todo el evangelio de Juan estaría contra esto, sino que explícitamente lo dice el v.18b-e.

¿Por qué Juan dice que se hizo “carne” y no que tomó cuerpo ο que se hizo hombre? No dice “cuerpo,” probablemente porque no implica vida; ni “hombre,” para indicar mejor el contraste que se propuso expresar entre la grandeza del Verbo y el nuevo estado que va a tomar. “Carne,” en el lenguaje bíblico, no es carne sin vida, sino que es el ser humano todo entero, pero acusando el aspecto de su debilidad, de su humildad inherente a su condición de criatura (Sal 56:5; Is 40:6; Mt 24:22; Jn 3:6; 17:2).

Juan afirma el hecho de la encarnación del Verbo, pero no indica el momento histórico en que esto se realizó. Lc es el que lo precisa en el relato de la “anunciación.” Y, aunque Juan tampoco dice como haya de representarse la encarnación del Verbo, evidentemente no se trata de una transformación de la divinidad en la humanidad que asume; estaría contra ello todo el evangelio del hombre-Dios. Es una unión estable e indesunible.

Una vez proclamada explícitamente la encarnación del Verbo, el evangelista hace ver que fue un hecho real, pero no desconocido, sino que presenta un doble testimonio de este hecho histórico. El primero es el de un grupo — “nosotros” —, que son ciertamente los apóstoles, y probablemente un grupo mayor: discípulos y aquellos que en Palestina fueron testigos. El autor del evangelio se incluye, por tanto, en el grupo de estos testigos. Este mismo testimonio lo traerá en la primera epístola (1:1-3ª). Alega este testimonio porque el Verbo encarnado “habitó entre nosotros.” Por eso ellos son un testimonio irrebatible.

Por eso, al morar “entre nosotros,” dice el evangelista enfáticamente, “nosotros vimos su gloria.” Este “ver” que dice el evangelista es una visión sensible. Este verbo nunca significa en el Ν. Τ. una visión intelectual, sino sensible. Estos testigos han “visto con sus ojos” lo que garantizan; pero no se excluye con esta expresión un sentido más amplio de percepción, aunque sensible (1 Jn 1:1-3), v. gr., oír, tocar, etc.

Lo que el evangelista “vio,” lo que este grupo testifica, es que “vieron (con sus ojos) su gloria.” Aludiéndose a la presencia de la divinidad en el tabernáculo con el verbo citado, esta “gloria” de Cristo responde también a la gloria de Yahvé, que llenaba el tabernáculo

Esta “gloria” no era otra cosa, como dice el evangelista, que la que le correspondía al que era “Unigénito del Padre.” La conjunción “como” no indica una comparación de semejanza, como si el Verbo encarnado disminuyese en su esencia, sino que tiene valor, como en tantos otros casos, de una afirmación e identidad. Así, se lee en Mc: Cristo “les enseñaba como quien tiene autoridad” (Mc 1:22), es decir, teniendo verdaderamente esta autoridad (Mt 7:29; Lc 6:22; Rom 6:13; 2 Cor 2:17, etc.). Lo contrario iría contra toda la doctrina del “prólogo” y del evangelio mismo de Juan.

Esta “gloria” que tenía, le mostraba también “estar lleno de gracia y de verdad.” Considerada la forma “lleno” como forma indeclinable, da una lectura excelente junto con la más lógica posibilidad gramatical, por proximidad, al concordarlo con “Unigénito.” Es el Verbo encarnado, el Unigénito del Padre, al que testifican estos discípulos, al que vieron lleno de “gracia y de verdad.” Los que traducen el pensamiento de Juan interpretando las palabras “gracia” y “verdad” en su exclusivo sentido etimológico, lo interpretan así: “Gracia dice abundancia de dones espirituales, tanto para sí mismo (Col 2:9) como para otros (cf. v.16); y verdad, en el estilo yoanneo, significa el verdadero conocimiento de Dios, “que procede de Dios y lleva a Dios (cf. 8:46ss; 18:37), la verdadera estimación de las cosas espirituales, la genuina noticia de las cosas celestes y, en consecuencia, el concepto idóneo de las terrestres.” Es a esta interpretación donde llevaría el v.16.

 

NAVIDAD

En la vida moderna Navidad es la fiesta de los buenos sentimientos, de la exaltación de las fibras más sensibles del alma, de las húmedas ternuras hogareñas. La Natividad quiere decir el nacimiento del Señor, pero la mesa bien abastecida, el muérdago, el champán, los regalos de Papá Noel y el árbol con luces nos quieren convencer de que es Navidad gracias a Dickens y a los grandes almacenes.

La fecha es convencional, en los primeros tiempos de la Iglesia se celebró en otros días y sólo hacia el siglo IV se fue fijando en este 25 de Diciembre para recubrir y santificar una celebración pagana, la del solsticio de invierno Poco importa no tener datos fiables de registro civil para el nacimiento de Cristo, porque éste es un lugar en la Historia que vive por la fe y que sin ella no es nada.

Ahora, se nos ha vaciado de sentido acogiéndose al folclore y al pretexto para el consumo, con una petición poco comprometedora de que, al menos hoy, seamos buenos. ¿Quién no quiere ser bueno? Sobre todo cuando la exigencia es tan modesta, veinticuatro horas o, todo lo más, lo que suele llamarse con barata emotividad, esos días entrañables.

El mundo actual no destruye, caricaturiza: en vez del amor de Dios que se hizo hombre para salvarnos, los buenos sentimientos a plazo fijo, y junto al belén, que habla del Creador que se nos iguala en humildad y pobreza, el alborozo comprado con nuestro dinero. La Virgen, san José y el Niño, en sus figurillas de barro, son el alegre corazón del universo, que a pesar de todo es esperanza.

Los hombres vivirán para siempre gracias al día de Navidad, canta un villancico, resumiendo así ingenua y profundamente la teología al alcance de todos. En medio de tanta mascarada, Dios sonríe por encima del tiempo, y su sonrisa es la gran fiesta que celebramos.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 

Respuesta  Mensaje 28 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 28/12/2009 18:01

NAVIDAD

En la vida moderna Navidad es la fiesta de los buenos sentimientos, de la exaltación de las fibras más sensibles del alma, de las húmedas ternuras hogareñas. La Natividad quiere decir el nacimiento del Señor, pero la mesa bien abastecida, el muérdago, el champán, los regalos de Papá Noel y el árbol con luces nos quieren convencer de que es Navidad gracias a Dickens y a los grandes almacenes.

La fecha es convencional, en los primeros tiempos de la Iglesia se celebró en otros días y sólo hacia el siglo IV se fue fijando en este 25 de Diciembre para recubrir y santificar una celebración pagana, la del solsticio de invierno Poco importa no tener datos fiables de registro civil para el nacimiento de Cristo, porque éste es un lugar en la Historia que vive por la fe y que sin ella no es nada.

Ahora, se nos ha vaciado de sentido acogiéndose al folclore y al pretexto para el consumo, con una petición poco comprometedora de que, al menos hoy, seamos buenos. ¿Quién no quiere ser bueno? Sobre todo cuando la exigencia es tan modesta, veinticuatro horas o, todo lo más, lo que suele llamarse con barata emotividad, esos días entrañables.

El mundo actual no destruye, caricaturiza: en vez del amor de Dios que se hizo hombre para salvarnos, los buenos sentimientos a plazo fijo, y junto al belén, que habla del Creador que se nos iguala en humildad y pobreza, el alborozo comprado con nuestro dinero. La Virgen, san José y el Niño, en sus figurillas de barro, son el alegre corazón del universo, que a pesar de todo es esperanza.

Los hombres vivirán para siempre gracias al día de Navidad, canta un villancico, resumiendo así ingenua y profundamente la teología al alcance de todos. En medio de tanta mascarada, Dios sonríe por encima del tiempo, y su sonrisa es la gran fiesta que celebramos.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo


Respuesta  Mensaje 29 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 28/12/2009 18:02

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

No serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre

Mt. 10, 17-22

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

En el versículo anterior, (16), Jesús le había dicho a sus discípulos: Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: San Jerónimo pensaba que estos lobos eran los escribas y fariseos, debido a la lucha del fariseísmo contra Jesús. Pero el contexto de Mateo tiene otra perspectiva, pues también les habla de persecuciones por parte de los tribunales gentiles. Por eso se puede extender a ambos enemigos. El lobo en el Nuevo Testamento suele significar los falsos profetas (Mt 7:15; Act 20:29), o también un peligro no fácilmente identificable (Jn 10:12).

Por ser este medio al que los envía difícil, les dice: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas, su sentido es de hábiles, astutos, prudentes; gentes hábiles para conducirse en la práctica. La simplicidad la imitarán de las palomas. Tendrán esa perfección de la paloma que es la simplicidad.

Si, en ese medio de apostolado al que los envía, los enemigos se van a portar como lobos, los apóstoles les deberán oponer la simplicidad de la verdad sin doblez, pero no la ingenuidad sin precaución, sino con la sabia conducta que dicte la prudencia. El apostolado no es ímpetu incontrolado, sino verdad con prudencia. Por eso dice; Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. No es que se condene el sufrir por él ni el martirio, que abiertamente se enseña, pero no deberán ponerse imprudentemente en manos de los lobos. Pues si el apostolado requiere dolor, también exige predicación; es esencia del apostolado (Rom 10:14-20).

En esta obra de apostolado tendrán un triple enemigo: los tribunales judíos, los paganos y el seno mismo de la familia. Serán perseguidos por su amor y llevados para dar testimonio de él:

Sin embargo, dice Jesús, Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Con cuyo término se expresa hasta el fin de la vida de cada uno, ante las persecuciones que surjan, ya que es una perspectiva universal. El término perseverar aquí usado, y que sólo sale aquí en el Evangelio de san Mateo, pertenece al vocabulario cristiano primitivo de martirio. Luego dice también; Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre. Los evangelios no transmiten este tipo de persecuciones ni huidas en la primera misión ni en ella hay relación especial con esa venida del Hijo del hombre. Simplemente quiere decir que no deben exponerse temerariamente a la muerte, sino, si es caritativamente posible, que huyan a otra ciudad como lugar de refugio. Este mismo sentido de prudencia tiene la expresión no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel, en su retirarse de unas ciudades a otras en orden a esto. San Agustín ha tratado este punto sobre la declinación del martirio.

Y les anuncia, por último, que antes que recorran las ciudades de Israel vendrá el Hijo del hombre. Esta venida no es la parusía, sino la destrucción del año 70, no es una venida física y personal de Jesús, sino moral y en sus efectos. Y en cuanto a referirse a los apóstoles, no se puede olvidar la salida de éstos antes de la destrucción de Jerusalén, a Pella, en Transjordania y que pasajes de este discurso están fuera de su contexto histórico. Se tiene presente la profecía ante las dificultades de la Iglesia de entonces.

En el contexto de hoy día, no es difícil distinguir ciertos lobos de hoy, están presentes en nuestra sociedad, son ciertos elementos de poder, o elementos de presión, se observan en la política, en la ambición del dinero, la cultura de la vanidad y la soberbia, el aborto, la muerte, el egoísmo, la xenofobia, en todos aquellos lugares, organizaciones o personas a las cuales el mensaje de Cristo le provoca molestia, precisamente porque no pueden soportar que se de a conocer un mundo distinto, donde reine el amor, la paz, la fe, la fraternidad y la solidaridad, el respeto a la vida y a la dignidad del hombre, porque todo esto es contrario a sus intereses.

Pero no por eso, debemos dejar de ser eficaces en la tarea encomendada. Los continuadores de esa tarea encomendada a los apóstoles, somos justamente nosotros, hemos sido elegidos, debemos continuar esa obra y con las mismas recomendaciones, ya que habremos de encontrar las mismas dificultades, esas a la cuales Cristo le llama lobos.

Jesús al enviarnos como sus discípulos, nos da consejos precisos sobre lo que tenemos que hacer y decir, y nos advierte de las dificultades que sufriremos, es así como nos dice seamos prudentes y sencillos, pero además cautos para no dejarnos engañar por el mal, para que sepamos reconocer a los lobos disfrazados de corderos, para que podamos distinguir a los falsos de los verdaderos profetas.

Tenemos que actuar tal como Jesús nos propone, prudentes y sencillos, la sencillez que nos pide Jesús es una condición indispensable para que nuestro trabajo de apostolado de frutos. En efecto, la sencillez es indispensable para inspirar confianza y necesario que a quienes tratamos de enseñarles los caminos del Señor, les inspiremos confianza. Pero además no olvidemos la prudencia, mostrándonos como personas que hemos construido nuestra forma de vida basada en la conciencia recta y de la moral justa, especialmente los que tienen una vida pública, porque si sus palabras y su conducta son nítidas, transparentes y claras, su labor será efectiva y exenta de contradicciones.

Pero también tengamos fuerza en nuestra tarea y conciente que la prudencia no significa tibieza en nuestra fe, Cristo nos apoyara en las dificultades que encontraremos, el nos dará ese vigor necesario para enfrentar el odio y el desprecio que produce la predicación de Evangelio en aquellos contrarios a la enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo.

La lectura diaria del Evangelio, compenetrase en el, la permanente oración y la ayuda de la gracia de Dios, son nuestra fuerza para ir a cumplir nuestra tarea, tendremos dificultades y oposiciones, pero debemos mantenernos perseverantes y firmes en la fe y en el amor, en la justicia, y en el camino de la santidad.

Y si somos perseguidos u odiados, talvez menospreciados, quizás injuriados o molestados, nuestro gran consuelo es que lo hacemos por el amor a Nuestro Señor, y por el lo damos todo.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTORAL


 

SAN ESTEBAN
Protomártir
Jesús Marti Ballester

ERAN LAS BODAS DE PLATA

Hacía veinticinco años que Cristo había muerto en la cumbre del Calvario. Día tras día, sus discípulos se iban aumentando en la Ciudad Santa, venidos unos de las sinagogas de Palestina, otros de entre los judíos de la Diáspora. Los primeros, celosos conservadores de la lengua y costumbres hebreas en toda su integridad, despreciaban a los segundos, que en su continuo ir y venir a través del Imperio habían perdido la rigidez farisaica en su concepto de la vida. Sin embargo, un amor mutuo unía a los convertidos de uno y otro bando, y, como dicen los Actos de los Apóstoles, en aquella multitud sólo había un alma y un corazón, como no había más que una bolsa común.

SE DUDA DE LA ADMINISTRACION

Pero el poder de la gracia no llegó a destruir todas las prevenciones. Creían que no había una buena administración de los bienes y esto fue motivo de quejas y murmuraciones. Los Doce se dieron cuenta de ello, y resolvieron apaciguar los ánimos con un acto de desinterés. «No conviene — dijeron a los creyentes — que, abandonando la predicación, sirvamos nosotros a las mesas. Escoged, pues, entre vosotros siete hombres de probidad reconocida, llenos del Espíritu Santo y eximios por su sabiduría, para que les encomendemos este ministerio.» Inmediatamente la asamblea escogió esos siete hombres y se los presentó a los Apóstoles para que les impusiesen las manos.

LOS PRIMEROS DIACONOS

Eran los primeros diáconos, los ministros temporales de aquel régimen comunista que adoptaron los primeros discípulos de Jesús. Todos ellos llevaban nombres griegos, lo cual parece ser un indicio de que procedían de entre el grupo de la Dispersión. Al frente de ellos se hallaba Esteban, «hombre lleno de fe».

Ellos debían administrar los bienes de la Iglesia, distribuir las limosnas entre los pobres y administrar la Eucaristía a los fieles, y aun ayudar a los Apóstoles en la predicación. El grupo de los discípulos del Crucificado gozaba de paz y de respeto. Uno de los más grandes doctores, Gamaliel, les miraba con simpatía; varios de entre los sacerdotes y los levitas se habían agregado a él, y en cuanto a los jefes de la sinagoga, la familia de Anas, SE preocupaban más de política que de religión. Nada al exterior distinguía a la fervorosa comunidad gobernada por Pedro del resto del judaísmo. Observaba la ley mosaica, acudía al templo tres veces al día y parecía acatar las viejas tradiciones. Sus miembros eran, a los ojos del pueblo, fariseos más perfectos que los demás, verdaderos celadores del mosaísmo. Pronto, sin embargo, nació la sospecha de que los discípulos de Cristo querían separarse de la sinagoga. Se les espió, se les odió, y el odio se convirtió en una persecución sangrienta.

LA PRIMERA PERSECUCION “SI A MI ME HAN PERSEGUIDO TAMBIÉN A VOSOTROS OS PERSEGUIRAN”.

Era natural que la primera manifestación de aquella tendencia separatista viniese de los helenizantes, ajenos ya a muchas prescripciones del espíritu farisaico y deseos de vivir las enseñanzas del Maestro que hablaba del culto en espíritu y en verdad, de la destrucción del templo, del remiendo que se echa a un vestido usado, del vino nuevo en odres viejos. Esteban fue el primero en predicar este aspecto de la buena nueva, y su intervención levantó las más furiosas contradicciones. Pedro y los demás Apóstoles callaban todavía, y esta actitud hace más singular la audacia del diácono Esteban. Nada sabemos de su origen,  pero probablemente pertenecía al grupo de los helenizados, y es casi seguro que había visto a Jesús, puesto que le reconoció, antes de morir viéndole a la diestra del Padre. Su historia comienza con la elección de los diáconos. El empieza a distinguirse por su intrepidez. «Estaba lleno de fe y del Espíritu Santo.» Como los Apóstoles, «empezó a obrar grandes prodigios y maravillas en el pueblo.» Hombre impetuoso, buscaba la controversia; instruido en la cultura griega, buscaba a los doctores más ilustres de la Diáspora, y discutía en todas las sinagogas: la de los libertos de Roma, la de los alejandrinos, la de los cirenenses, la de los asiáticos y la de los de Cilicia, en la cual disputó acaso con el joven fariseo Saulo de Tarso.

BUEN ORADOR ARDOROSO

El magnánimo diácono no se contentaba con exponer su doctrina, como los Apóstoles; la defendía acaloradamente, la presentaba con toda su claridad, deshacía argumentos de los adversarios, y siempre llegaba a la misma conclusión: poniendo a Cristo por encima de Moisés, declaraba su doctrina independiente de las prescripciones levíticas, llegando a decir que el templo dejaría de ser el único lugar donde Yahvé debía ser adorado. «Los jefes de las sinagogas de extranjeros se levantaban contra él, pero nadie podía resistir a la sabiduría y al Espíritu que en él hablaban.» A falta de argumentos, tenían un buen medio de ahogar la verdad: el que habían usado unos años antes contra el Maestro. Los sucesos políticos les ofrecieron un momento propicio para ello.

Desde su isla de Caprea, un viejo «alto y encorvado, de miembros frágiles, de frente calva, de faz roída por las úlceras y cubierta de emplastos», enviaba a Roma edictos de proscripción y de muerte. A pesar de todo, tenían que agradecer la política moderada de Tiberio. Poncio Pilato acababa de ser removido de Palestina por sus crueldades con los samaritanos, y Jerusalén estaba sin procurador. En este momento llega la noticia de la muerte de Tiberio, y los sanedritas se aprovechan de todas estas circunstancias para recuperar los derechos de vida y muerte que Roma les había retirado. El fanatismo se aumenta, y los doctores, humillados por la elocuencia del diácono, creen llegado el momento de ejecutar su venganza. Como en el proceso de Jesús, se empezó a utilizar el agitpro para alborotar a la muchedumbre.

SE ARROJARON SOBRE ESTEBAN

En medio de la agitación, los helenistas se arrojaron sobre Esteban y le arrastraron a la amplia sala del Gazith, contigua al Sancta Santorum, donde el Sanedrín tenía sus sesiones. Los testigos entraron uno a uno, hicieron su juramento y formularon su acusación. Era la misma que se había presentado contra Jesús, pero ahora los testimonios estaban más conformes. «Este hombre—decían todos ellos—no cesa de hablar contra el lugar santo y la ley, porque le hemos oído decir que Jesús de Nazareth destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que Moisés nos ha dejado.»

RESPONDE AL SUMO SACERDOTE

Esteban escuchaba sereno las acusaciones. Cuando el Sumo Sacerdote le preguntó: «¿Es verdad todo esto?», no quiso responder explícitamente, porque se proponía predicar por última vez su doctrina, como lo había hecho en las sinagogas. Aún conservamos sus palabras, el discurso, recogido por los notarios del Sanedrín, y transmitido a San Lucas, probablemente porSaulo de Tarso, que fue uno de los jueces. El diácono internándose en una selva de recuerdos históricos y de digresiones que parecen no tener relación ninguna con su causa. Pero es el Oriente quien habla con su estilo, y esa manera refleja un gusto plenamente oriental. «Hermanos y padres míos, escuchad.» Así empezó Esteban. Después continuó: «El Dios de gloria apareció a nuestro Padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, y le dijo: Sal de tu país y de tu parentela y ve a la tierra que Yo te mostraré. Entonces, saliendo de la tierra de los caldeos, habitó en Canaán. Y después que murió su padre. Dios le hizo pasar a esta tierra que ahora habitáis... E hizo con él la alianza de la circuncisión, y más tarde, Abraham, habiendo engendrado a Isaac, le circuncidó al octavo día. Isaac circuncidó a Jacob; Jacob, a los doce patriarcas.»

Gran sorpresa en la concurrencia: un hombre sobre el cual pesa la pena capital, que no se defiende, ni se digna siquiera mirar a sus acusadores. Pero a pesar de esto, se le escucha, y se le escucha con complacencia. Todos miran su cara «como la cara de un ángel». Es joven y hermoso; el Espíritu obra en él, inflamando su corazón, su rostro y su mirada. Tal vez no han llegado a comprender la intención de esta primera parte del discurso: antes del pacto de la circuncisión, Dios puso sus ojos en Abraham sin mirar otra cosa que su fe. Es el pensamiento que más tarde desarrollará uno de aquellos oyentes, que ahora asaetea al diácono con miradas de odio. Habló luego de José, insinuando a los jueces que habían rechazado un Salvador más grande que el hijo de Jacob. Tampoco le comprendieron. Exalta la figura de Moisés, cuya ley se le acusaba de destruir; pero aduce textos mosaicos que hablan del final de la ley y del templo. Había tocado el fondo de la cuestión, y los sanedritas seguían escuchándole entre aburridos y desdeñosos; hasta que el reo, después de recordar los últimos tiempos de la historia de Israel, inflamado por una visión de infidelidades, matanzas y apostasías, exclamó sin poderse contener: «¡Cabezas duras, incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros habéis resistido siempre al Espíritu Santo, lo mismo que vuestros padres. ¿A qué profeta no persiguieron? Mataron a los que anunciaban la venida del Justo, a quien vosotros habéis entregado y crucificado, vosotros que habéis recibido la ley por ministerio de los ángeles y no la guardáis.»

NO QUISIERON SEGUIR ESCUCHANDO

No pudo decir más. Un salvaje clamoreo se levantó del grupo venerable de los sanedritas. Parecían una manada de lobos que aullaban en uno de esos accesos de furia que sólo el Oriente conoce. Seguro de que iba a morir, levantó los ojos al Cielo, y, en un éxtasis inefable, exclamó: «Estoy viendo los Cielos abiertos y al Hijo del Hombre en pie a la diestra de Dios.» Estas palabras les parecieron una nueva blasfemia. Gritando frenéticamente y tapándose los oídos, se arrojaron sobre Esteban y le sacaron de la ciudad para apedrearlo. Atravesaron la Puerta Dorada, y al llegar al valle del Cedrón, enfrente de Gethsemaní, los testigos, «colocando sus mantos a los pies de un adolescente que se llamaba Saulo», arrojaron las primeras piedras. El protomártir, acordándose del ejemplo del Maestro, poniéndose de rodillas, clamó en voz alta: «Señor, no les imputes esto a pecado.» Luego volvió a caer y se durmió en el Señor.    

Jesús Marti Ballester


Respuesta  Mensaje 30 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 28/12/2009 18:03

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“¿Por qué me buscaban?

Lc 2, 41-51

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      LOS PADRES DE JESÚS IBAN TODOS LOS AÑOS A JERUSALÉN EN LA FIESTA DE LA PASCUA.

Este fragmento del Evangelio según San Lucas, invita a fijarse en varios puntos, donde se habla de las costumbres de las familias judías en tiempos de Jesús, reflejadas en la vida del matrimonio de San José y María Santísima, pero también invita a reflexionar sobre como Jesús, hace ver que su prioridad es su Padre celestial frente a la más que legítima angustia con que María y José anduvieron tres días buscándolo a él, extraviado y hallado finalmente en el templo.

En los primeros versículos, detalle muy importante a considerar, dice: Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Es decir, José y María tenían por costumbre subir a estas fiestas de la Pascua, con este detalle, se puede afirmar aún más la virginidad de María, como es lógico pensar, si hubiese estado embarazada y con más hijos pequeños, no hubiese podido subir cada año a Jerusalén, ya que habría tenido que cuidarse y su pequeños no le hubiesen permitido hacerlo.

2.      CUANDO EL NIÑO CUMPLIÓ DOCE AÑOS, SUBIERON COMO DE COSTUMBRE

Este relato nos dice que cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre. No dice que el motivo de subir fue porque cumplió doce años, y es posible que era costumbre llevarlo antes.

Luego, acabada la fiesta, María y José regresaron. Al parecer, no era indispensable quedarse toda la semana pascual, si era obligatoria la estancia allí los dos primeros días. Así entonces, ellos se vuelven a Nazaret.

El Evangelio de Lucas, siempre relatas los sucesos en episodios históricos. En este caso, este es una historia de proclamación. Sabemos que los varones judíos tenían obligación de subir a Jerusalén en las tres fiestas de peregrinación, estas son Pascua, Pentecostés y Tabernáculos (Ex 23:14-17; 24:23; Dt 16:16). También sabemos, que en la práctica, viviendo lejos de Jerusalén, sólo solían asistir a una. Otro dato es que las mujeres no estaban obligadas a ir y ni tampoco los niños hasta los trece años, aunque a los doce se los solía hacer cumplir las prácticas de la Ley, para acostumbrarlos.

3.      MARÍA Y JOSÉ REGRESARON, PERO JESÚS PERMANECIÓ EN JERUSALÉN

El relato continua diciéndonos que José y María regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que Jesús estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Un niño de doce años en Oriente tiene gran libertad de movimientos. Era natural que fuese entre alguno de los grupos, un poco desordenados y distanciados de la caravana. La aglomeración en Jerusalén era grande. El historiador judío Josefo da una cifra fantástica, 2.700.000 personas, para hacer ver la aglomeración que se reunía y lo nutrido de las caravanas. Talvez por eso supusieron que estaría en la caravana. Sin embargo al darse cuenta de su ausencia, después de haber caminado un día, se devuelve a Jerusalén a buscarlo, preguntando, sin duda, por todas partes. Al cabo de tres días, probablemente contados a partir del comienzo de su retorno, le encontraron en el templo. Estaba en medio de los doctores, sentado, y estaba oyéndoles y preguntándoles.

4.      Y TODOS LOS QUE LO OÍAN ESTABAN ASOMBRADOS DE SU INTELIGENCIA Y SUS RESPUESTAS.

Como sería esto de estar en medio de los doctores? Los doctores solían enseñar en alguna cámara que daba a los atrios o en los atrios mismos. A veces había reunión de varios doctores, para discutir puntos de la ley, se admitían a ellas discípulos u oyentes, y se permitía el interrogarles. Enseñaban sentados en un estrado, y los discípulos también estaban sentados en torno suyo (Act 22:3). El que estuviese en el medio indica sólo entre ellos. Conforme, a las costumbres, no sólo se oía las explicaciones, sino que también era posible preguntar. El evangelista destaca que los que le oían se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas.

Cuando los Padres de Jesús le encontraron, se maravillaron del hecho de estarse entre los doctores, y acaso escucharon alguna de aquellas respuestas maravillosas que daba a las preguntas de un rabí.

5.      “HIJO MÍO, ¿POR QUÉ NOS HAS HECHO ESTO?

Al encontrarse María con Jesús, le dice: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto?: Ella, llevada por el impulso afectivo de madre, le manifestó a Jesús la pena que tenían por ver su ausencia e ignorar su paradero. Pero la respuesta de Jesús, es de un estudio clásico para muchos teólogos,

¿Por qué me buscaban?. Algunos sobrentienden que la pregunta va a ¿Por qué me buscaban por las casas de los parientes y amigos? (en la ciudad), sin embargo otros exponen que quiso decir que no era ahí donde iba a estar, sino que en la casa de mi Padre (El Templo), ya que Jesús estaba en el templo, que es donde lo encontraron. Entonces es allí es donde debían, sin más, haberle buscado

6.      ¿NO SABÍAN QUE YO DEBO OCUPARME?

Luego Jesús les dice a sus Padres: ¿No sabían que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre? La interrogación negativa supone en ellos respuesta afirmativa. Ellos, pues, sabían que El, aunque aún niño, debía ocuparse. ¿En qué? Jesus dice: ¿yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?”, por tanto El está ocupado en las cosas de su Padre, que es Dios.

Jesús, se presenta llamando a Dios su Padre, - mi Padre - con una propiedad y una exclusividad única. Recordemos que María le dijo: “Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados” y EL responde que ellos deben saber, saben, que su obligación es estar ocupado en las cosas y misión de mi Padre. Por eso estaba en el Templo, porque allí moraba Dios, su Padre. Es un pasaje sinóptico que enlaza con las enseñanzas del Evangelio de Juan, en donde Cristo se muestra como el Hijo de Dios. Por lo que los judíos querían matarle, porque decía a Dios su Padre, haciéndose igual a Dios (Jn 5:18).

El evangelista resalta que ellos (sus padres) no entendieron lo que les decía. Pero Jesús les dice, aunque en forma interrogativa, que sabían que tenía que ocuparse -era su misión - en las cosas –templo- de su Padre. Después del relato de la anunciación, de Lucas, esto sería incomprensible. Esta ignorancia se refiere al desarrollo de la obra mesiánica: al plan concreto cómo Dios lo iba realizando, y que ellos ignoraban, por eso Jesús les pregunta: ¿No sabían que…?

7.      EL ES EL “HIJO DE DIOS”.

Pero, sabiendo ellos, como se ve en Lucas, que su hijo era el Hijo de Dios, esta respuesta de Jesús, llamando en forma tan excepcional a Dios su Padre, es la proclamación que Jesús, hace a sus padres, con un motivo circunstancial y concreto, que El es el “Hijo de Dios”.

Un teólogo recalca que este Evangelio es preciso en la respuesta de Jesús, las otras seis veces que sale esta expresión en el Evangelio de Lucas (13:33; 24:26; 24:44, etc.) está siempre en relación con la Pasión, como complemento de profecías. Y traduciendo la frase con mi Padre, indicaría Cristo el retorno al mismo, a través de su pasión y resurrección. Así se ve una confirmación en lo que encuentran después de tres días (Lc 24:7), con su alusión parcial. Y cómo, perdido, lo encuentran (a los tres días), que sería como un aparecérseles de nuevo. A esto se une el pasaje de Jn, cuando anunciando a los apóstoles su ida al Padre, les dice: Y sabéis a donde voy. Tomás le dice: No sabemos a dónde vas (Jn 14:4.5). En Lucas el Niño dice: ¿No sabían? (el supone respuesta afirmativa) que me debo de ocupar en la casa (cosas) de mi Padre? Y en Juan se dice que va a la casa de su Padre (Jn 14:2). Esto sería, precisamente, lo que sus padres no entendieron.

8.      ÉL REGRESÓ CON SUS PADRES A NAZARET Y VIVÍA SUJETO A ELLOS.

Vueltos a Nazaret, el Niño, que había manifestado su conciencia divina, les estará sujeto. Era el plan de su Padre hasta su aparición pública.

María, madre de Jesús, servidora sublime y excelsa de Dios, se da cuenta en este minuto, que ya ha cambiado su relación con Jesús, el ha dado ya una temprana señal de emancipación al quedarse sin avisarles en el templo de Jerusalén, aunque luego él regreso junto a sus Padres a Nazaret y sumiso a ellos. En la edad adulta, toda la predicación que Jesús hace, obedece por sobre todo, a lo que su Padre le envió.

Otra vez Lucas hace saber que María guardaba todo esto en su corazón, confrontándolo, meditándolo, viviéndolo. A la luz de la teología mariana se comprende bien toda esta actitud de María (Lc 2:19). ¿Fue María la fuente directa de todos estos conocimientos a Lucas? Probablemente no. Si por razón de coincidencias cronológicas sería posible.

9.      JESÚS IBA CRECIENDO EN SABIDURÍA, EN ESTATURA Y EN GRACIA DELANTE DE DIOS Y DE LOS HOMBRES.

Más delante de este relato, Lucas termina con una frase que prepara la hora de la presentación de Cristo a Israel.

Su madre conservaba estas cosas en su corazón. Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres.

Crecía en sabiduría (ciencia experimental y en la manifestación de su misma sabiduría sobrenatural proporcional a su edad), en edad o estatura, ya que ambas cosas significa la palabra griega usada ο mejor aún, todo lo que implicaba su desarrollo físico (Lc 1:80), y gracia, todo favor divino, ante Dios y ante los hombres. Todo esto se manifestaba externamente, y proporcionalmente, para con Dios y para con los seres humanos. Esta descripción evoca la niñez de Samuel (1 Sam 2:26), y el tema de la Sabiduría en los libros sapienciales.

El SS Padre Juan Pablo II, en el mensaje para la cuaresma 2004, concluye: cuando a la edad de doce años se quedó en el templo de Jerusalén, mientras sus padres le buscaban angustiados, les dijo: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?” (Lc 2,49). Ciertamente, toda su existencia estuvo marcada por una fiel y filial sumisión al Padre celestial. “Mi comida –decía– es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra” (Jn 4,34).

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

SANTORAL


 

SAN JUAN APÓSTOL

San Juan se encuentra en una relación peculiar con cada uno de los diversos aspectos del Misterio de Cristo. Al Apóstol «que durante la Cena reclinó su cabeza en el pecho del Señor», que recibió a María por Madre al pie de la Cruz y fue el primero de los discípulos en creer en la resurrección, se le puede considerar como el teólogo del Misterio pascual, por lo que con toda justicia leemos su Evangelio durante el tiempo de Pascua. Pero San Juan es, asimismo, el heraldo del Misterio de la Encarnación, el hombre que, bajo la inspiración del Espíritu, escribió: «La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros». Resulta oportuno celebrar su fiesta dentro de la octava de Navidad y comenzar hoy la lectura de la Carta en que nos relata «lo que ha contemplado con sus propios ojos».  Juan gozó de la intimidad de Cristo, a quien encontrara en la ribera del Jordán, fue junto con Pedro y Santiago testigo de su transfiguración y compañero de su agonía, así como el único de entre los Apóstoles que vio morir al Maestro y lo depositó en su sepulcro. Conservó de todo ello unos recuerdos que habían de iluminar su larga vida. Así descubrió con admiración que «Dios es amor» y que el mandamiento del Señor consiste en el amor.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo

 

La Pagina de la Misa Diaria, esta preparada y es enviada por Pedro S. A. Donoso Brant, desde Santiago de Chile, como un servicio de apostolado, amor por la Iglesia y a Nuestro Señor Jesucristo. Les ruego su oración, para que pueda mantenerse este servicio y subsidio, dando gracias a nuestro Dios que tanto nos ama.

Nota: Para la Liturgia de la Palabra, utilizo “Liturgia Cotidiana” de Ediciones San Pablo, para el estudio y comentario de la Palabra, utilizo los textos de la Biblia Nácar-Colunga, (SBNC) y/o Biblia de Jerusalén (SBJ), para la Lectio Divina, Lectio Divina para cada día del año, de Giorgio Zevini y Pier Giordano Cabra (Eds.) y/o, Intimidad Divina, Fr. Gabriel de Santa M. Magdalena ocd,

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Respuesta  Mensaje 31 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 28/12/2009 18:04

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

Reflexión Bíblica

“Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto” Mt. 2, 13-18

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      “LEVÁNTATE, TOMA AL NIÑO Y A SU MADRE”,

Según este relato que hace san Mateo, los magos ya se habían regresado, cuando en el descanso de José, padre de Jesús, en sueños recibe el mensaje del Angel del Señor, y le ordena que tome al Niño y a su esposa María y huyan a Egipto. Según como Mateo relata los sucesos, se desprende que estos nos muestran que las apariciones son en sueños.

De la Sagrada Familia, es decir, Jesús, María y su Esposo, José es el de menos dignidad, pero a su vez el de mayor autoridad, el representa la cabeza de la familia, por eso el Angel se le aparece a él, y él es que da la orden de partir al exilio y seguramente, San José se puso al frente de todo, especialmente al frente de su familia, por tanto al frente de la marcha.

Admiremos la humildad y la obediencia, característica de san José, quien sabe perfectamente quien es el Niño, el tiene mucha conciencia de quien es María, el sabe, porque el Ángel se lo ha revelado, tiene a su cargo el cuidado de Jesús y su Madre, responsabilidad que asume con gran amor. San José, es modelo de obediencia, “Levántate, toma al niño y a su madre”, le dice el Ángel, y él, no hace ningún cuestionamiento, no titubea y obedece de inmediato.

2.      EL VIAJE, DEBIÓ SER PENOSO, DURO, RIESGOSO Y PRECARIO

Así es, como José con prontitud, sin esperar que amanezca, prepara la huida a Egipto, sale entonces esa misma noche con su familia. No debe haber salido provisto de muchos recursos para enfrentar el largo viaje. Suponemos como posible el camino, por ser el más fácil vía de la costa, hasta llegar al Waddi el-Arish, que era el límite de Egipto. Pasaba por Ascalón y Gaza y seguía por Raphía hasta Casium y Pelusa, esto es algo más de 15 días. El otro, por el desierto, que me parece en lo personal improbable, considerando un tiempo de viaje de 20 días y con un niño de poca edad, viaje donde se necesitan los alimentos básicos y agua, además los del alimento del animal que los transporta. No se dice además si viajo con uno o dos animales, y si estos eran asnos o camellos, aunque nosotros ya tenemos siempre en mente que era un asno.

El viaje, debió ser penoso, duro, riesgoso y precario, sin embargo el tiene fe en la orden de Dios, hace los preparativos de inmediato y pone su confianza en Dios. Bello ejemplo nos da san José, que guía su vida por la Palabra de Dios, el se acoge a la voluntad del Padre Bueno.

3.      “DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO”

Lo que sabemos, es que Egipto era el país clásico de refugio político por ser provincia romana. Había allí muchos judíos, colonias florecientes y barrios habitados por ellos y prestaban socorro a sus conciudadanos. Se enumeran en algunos antecedentes, una larga lista de ciudades egipcias en las que moraban colonias judías.

No hay antecedentes que precisen donde se establecieron, sin embargo se señalan diversos lugares, como El Cairo, Koshám y hasta Hermópolis, en el, alto Egipto. En algunos de esos lugares, permanecieron hasta el nuevo aviso del ángel. Cuando éste llegó, Mateo dirá que se cumplía lo que el Señor había pronunciado por su profeta: “De Egipto llamé a mi hijo” (Os 11:1). Aunque el profeta lo refiere a Israel, “mi hijo,” esto mismo lo podía decir Dios de su verdadero Hijo. Hay además en todo el episodio un trasfondo del Éxodo.

4.      EL CRUEL HERODES

Herodes, debió haber estado furioso, seguramente se considero burlado por los Magos, “se enfureció y mandó matar” y, temiendo una conjura solapada de tipo mesiánico, dio la orden brutal de que se “matase en Belén y sus término a todos los niños de dos años para abajo, según el tiempo que con diligencia había inquirido de los Magos.”

No es de extrañarse que esta reacción, fuera normal en Herodes. Según cuenta Flaviano Josefo, historiador judío Fariseo, descendiente de familia de sacerdotes, entre el año 38 y 94, Herodes mandó matar a su yerno José, a Salomé, al sumo sacerdote Hircano II, a su mujer Mariamne, al hermano de ella Aristóbulo, a la madre de éstos, Alejandra; a los mismos hijos de él: Alejandro, Aristóbulo y Antípater; a Kostobaro, noble idumeo; y hasta hizo que se encerrasen en el anfiteatro de Jericó a todos los nobles judíos y dio la orden de que, a su muerte, se los matara a flechazos, aunque la orden no se cumplió . Con estos antecedentes de crueldad, nada, pues, significaba para este malvado tirano el matar a un grupo de pequeños aldeanos de Belén y sus suburbios.

5.      ES RAQUEL QUE LLORA A SUS HIJOS Y REHÚSA SER CONSOLADA, PORQUE NO EXISTEN.

No se sabe hasta ahora cuantos niños fueron asesinados, pero podemos hacer una estimación, basada en la estadística. El propósito de calcular cuantos niños fueron muertos, es solo no llevar las cuentas al extremo, ya que algunos relatos literarios que hemos oídos, intentan hacernos imaginar cifras muy altas. Si Tomamos por base un Belén de mil personas y teniendo en cuenta todos los datos demográficos, índice de natalidad y mortalidad, etc., se pueden calcular en unos veinte niños menores de dos años por cada mil habitantes. Belén fue un pueblo pequeño.

La Iglesia venera a los niños muertos como santos y como mártires, ya que, como dice bellamente San Agustín, “con razón pueden llamarse primicias de los mártires los que, como tiernos brotes, se helaron al primer soplo de la persecución, ya que no sólo por Cristo, sino en vez de Cristo, perdieron su vida.” Así se cumplió lo que dice Jeremías (Jer 31:15), añade Mateo: “Una voz se oyó en Rama, lamentación y gemido grande: es Raquel que llora a sus hijos y rehúsa ser consolada, porque no existen.”

Aunque esta cita se refiere a las concentraciones de judíos que Nabucodonosor hizo en Rama, a unos nueve kilómetros al norte de Jerusalén, para ser deportados a Babilonia (Jer 40:1), y que Raquel llora al partir, Mateo la evoca aquí de nuevo. Raquel, gran antepasado de Israel, podría llorar a estos hijos suyos inocentes, pues su sepulcro se encontraba en “el camino de Efrata, que es Belén” (Gen 35:19). En esta evocación se quiere personificar el duelo nacional ante aquel crimen. En todo caso he de destacar que personas que conocen bien las Escrituras, sostienen que, el conjunto del texto presenta dificultades histórico-exegéticas muy serias.

Los santos inocentes murieron por Jesús, por eso son venerados como mártires. Muchos han muertos por la fe, y aún siguen muriendo por la fe y el amor a Jesús. Quizás nosotros no estemos llamado a morir trágicamente por la fe, pero si es cierto que estamos llamados a vivir por ella y por el amor a Jesús.

6.      EL CARPINTERO DE GALILEA HIZO UNA VIDA DE UN HOMBRE EJEMPLAR Y DE AMOR ABNEGADO

San José, nos muestra que hizo muy bien la tarea que le encomendó el Señor, el carpintero de Galilea hizo una vida de un hombre ejemplar y de amor abnegado, y encabezó una familia en la que el Mesías crecía en edad, en sabiduría y en gracia ante Dios y los hombres (lc 2,52). Dijo Santa Teresa del Niño Jesús; "Dios no necesita nuestras obras, sino nuestro amor". Aunque los Evangelios no lo dicen, San José fue un eslabón fundamental en la historia de la salvación de la humanidad. Solo Dios sabe porque, para que y con quien puede contar en la realización del plan divino de salvación, y no deja de hacerlo con hombres sencillos como el humilde carpintero de Nazaret. San José demostró ante Dios fe y amor, así labró su vida, con sus ocupaciones normales y corrientes. Dios no nos preguntará si hicimos grandes obras, sino si hicimos bien y con amor la tarea que debíamos hacer, San José la hizo ofreciendo amparo y sustento a sus dos amores: Jesús y María.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTORAL


 

LOS SANTOS INOCENTES.

Jesús Marti Ballester

                        Hoy celebramos la fiesta de los Niños Inocentes que mandó matar el cruel Herodes.

LOS MAGOS

Leemos en el evangelio de San Mateo que unos Magos llegaron a Jerusalén preguntando dónde había nacido el futuro rey de Israel, pues habían visto aparecer su estrella en el oriente, y recordaban la profecía del Antiguo Testamento que decía: "Cuando aparezca una nueva estrella en Israel, es que ha nacido un nuevo rey que reinará sobre todas las naciones" (Núm 24, 17) y por eso se habían venido de sus lejanas tierras a adorar al recién nacido.

PASMO DE HERODES

Herodes se asustó mucho con esta noticia y la ciudad de Jerusalén se conmovió ante el anuncio tan importante de que ahora sí había nacido el rey que iba a gobernar el mundo entero. Herodes era tan terriblemente celoso contra cualquiera que quisiera reemplazarlo como rey. Había asesinado a dos de sus esposas y asesinó a varios de sus hijos, porque tenía temor de que pudieran usurparle el poder. Llevaba muchos años gobernando de la manera más cruel y feroz, y estaba resuelto a mandar matar a todo el que pretendiera ser rey de Israel. Por eso la noticia de que acababa de nacer un niñito que iba a ser rey poderosísimo, lo llenó de temor y dispuso tomar medidas para precaverse.

ESCUDRIÑAN LAS ESCRITURAS

Herodes mandó llamar a los especialistas en las Escritura (a los Sumos Sacerdotes y a los escribas) y les preguntó en qué sitio exacto tenía que nacer el rey de Israel que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: "Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel" (Miq. 5, 1).

EL TRAIDOR HIPOCRITA

Herodes se propuso averiguar dónde estaba el niño, para matarlo. Y fingiendo todo lo contrario, les dijo a los Magos: - "Id e indagad cuidadosamente sobre ese niño, y cuando lo encontréis, comunicádmelo, para ir yo también a adorarlo" Mt 2,8. Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; y postrándose le adoraron y abriendo luego sus cofres le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.Y “avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino”, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo.

LA SOBERBIA NO SE DETIENE ANTE EL CRIMEN

Entonces rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y mandó a sus soldados a que mataran a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y sus alrededores. Ya podemos imaginar la terribilísima angustia para los papás de los niños al ver que a sus casas llegaban los herodianos y ante sus ojos asesinaban a su hijo tan querido. Con razón el emperador César Augusto decía con burla que ante Herodes era más peligroso ser Hijo (Huios) que cerdo (Hus), porque a los hijos los mataba sin compasión, en cambio a los cerdos no, porque entre los judíos esta prohibido comer carne de ese animal. San Mateo dice que se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jer. 31, 15).

SOLO SE SALVO AL QUE INTENTABAN MATAR

Como el hombre propone y Dios dispone, sucedió que un ángel vino la noche anterior y avisó a José para que saliera huyendo hacia Egipto, y así cuando llegaron los asesinos, ya no pudieron encontrar al niño que buscaban para matar. Y aquellos niños inocentes, volaron al cielo a recibir el premio de las almas que no tienen mancha y a orar por sus afligidos padres y pedir para ellos bendiciones. Y que rueguen también por nosotros, pobres y manchados que no somos nada inocentes sino muy necesitados del perdón de Dios.

EN EL DIA LUCTUOSO DE LA LEY DEL ABORTO LIBRE EN ESPAÑA

El Parlamento Español queda convertido en el Herodes del 17 de diciembre de 2009. Los hombres de buena voluntad debemos seguir orando y luchando para que le ley no sea cumplida, a pesar de las cadenas con que la han blindado. Y tengan todos presente que Dios, a quien matan en esos inocentes, que no duerme ni reposa el guardián de Israel, está escuchando el clamor de su sangre, tan elocuente como la de Abel, y las madres que buscaban huir de un problema verán que han complicado su vida con otros mil.

Respuesta  Mensaje 32 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 01/01/2010 12:43

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Todo varón primogénito será consagrado al señor”

Lc 2, 22-35

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      TRANSCURRIDO EL TIEMPO DE LA PURIFICACIÓN DE MARÍA

Este evangelio, nos habla de la purificación de la Santísima Virgen, y la presentación de Jesús en el templo. Ellos no estaban obligados a hacerlo, es decir obligado a estas leyes, entonces San Bernardo nos da una explicación de que lo hicieron no por necesidad de ser purificados, o el ser circuncidado, lo hicieron para darnos un ejemplo a nosotros, que somos pecadores y penitentes.

A fin de comprender mejor este fragmento del evangelio, comento lo siguiente: dice al comienzo, “Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación”. En Levíticos, 12, 1-8, están fijadas la obligaciones a las que se refieren, que cuando una mujer concibe y da a luz a un hijo Varón, es considerada impura por un período siete días, al octavo debe circundar al hijo, y luego debe permanecer treinta y tres días mas impura, no debe tocar nada santo ni puede concurrir al santuario. Si da a luz una hija, el tiempo aumenta a ochenta días. Luego continúa "Cuando se cumplan los Días de su Purificación, por un hijo o por una hija, Llevará al sacerdote un cordero de un año para el holocausto, y un Pichón de paloma o una Tórtola para el sacrificio por el pecado. Pero si no tiene lo suficiente para un cordero, traerá dos Tórtolas o dos pichones de paloma, el uno para el holocausto y el otro para el sacrificio por el pecado. El sacerdote hará expiación por ella, y quedará purificada."

Este es el caso de María, que además era pobre. Estas ofrendas, una era sacrificada en holocausto de adoración, y la otra por el “pecado”. Pero no se refiere a un “pecado mortal”, sino a algo legal, por el hecho del alumbramiento, en donde se habla de estos sacrificios de expiación por haber transgredido algo prohibido “legalmente”, como por ejemplo tocar un cadáver o un reptil prohibido, y si lo hiciese incluso sin darse cuenta, debe confesar su pecado.

2.      LLEVARON AL NIÑO A JERUSALÉN PARA PRESENTARLO AL SEÑOR

Sigue el evangelio: “Llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: “Todo varón primogénito será consagrado al Señor”. “Conságrame todo primogénito” (Ex 13,2) Al principio los “primogénitos” estaban destinados al culto, pero luego se sustituyó este sacerdocio por la tribu de Leví y quedó establecido un simbólico “rescate” de estos primogénitos. María aprovechó para llevar consigo al Niño y hacer que José, seguramente, pagase allí el “rescate” por el mismo, consistente en cinco siclos. Aunque se dice que sus “padres” le llevaron a Jerusalén, los que están en situación son el Niño, al que hay que “rescatar,” y su madre, que va a obtener la declaración “legal” de su purificación. El término usado para “presentarlo al Señor” es término usado para llevarlo al altar.

3.      “VIVÍA ENTONCES EN JERUSALÉN UN HOMBRE LLAMADO SIMEÓN”.

Sigue el evangelio, “Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón”. El evangelio presenta en escena un hombre santo: “justo”, que cumplía los preceptos de Dios, y “piadoso”, hombre de fe viva, religioso. Estos adjetivos acusan esmero por cumplir los deberes morales. Vivía en Jerusalén, y se llamaba Simeón, nombre usual judío. Era un hombre que debía de pertenecer a los “círculos” religiosos y que animaban su esperanza con la próxima venida del Mesías, tan acentuada por entonces en aquel medio ambiente. El Espíritu Santo estaba “sobre él”; gozaba de carismas sobrenaturales. Debía de ser de edad avanzada. Y tenía la promesa del Espíritu Santo, de que no moriría sin haber visto al Cristo del Señor, al Mesías, es decir, la “consolación” de Israel, que él esperaba.

El Espíritu Santo, comenzó en el anciano Simeón, su acción espiritual para que conociera a Jesús y lo recibieran como el Mesías prometido. Impulsado por el Espíritu, vino al templo cuando los padres traían al Niño. Era un hombre santo, que gozaba de carismas. Y tomándolo en sus brazos, “bendijo” a Dios. Los rabinos tomaban a los niños en brazos para bendecirlos. Conforme a la revelación tenida, Simeón ha visto al Mesías. Su vida sólo aspiró a esto: a gozar de su venida y visión, que era el ansia máxima para un israelita. Por eso lo puede dejar ya ir “en paz,” es decir, con el gozo del mesianismo, en el que estaban todos los bienes cifrados. El Mesías es “tu salvación”, la que Dios envía: Jesús (Is 40:5).

4.      UN SALVADOR UNIVERSAL: “PARA TODOS LOS PUEBLOS”

Pero este Mesías tiene dos características: es un Salvador universal: “para todos los pueblos”; es el mesianismo profético y abrahámico; y es un mesianismo espiritual, no de conquistas políticas, sino “luz” para “iluminar a las gentes” en su verdad. Pero siempre quedaba un legítimo orgullo nacional: el Mesías sería siempre “gloria de tu pueblo, Israel,” de donde ha salido. También San Pablo, en Romanos, mantendrá este privilegio de Israel.

Dice san Lucas; “Su padre y su madre estaban admirados”, ante esto. Era la admiración ante el modo como Dios iba revelando el misterio del Niño, y la obra que venía a realizar. De nadie sino del Espíritu le podía venir este conocimiento profético.

5.      “ESTE NIÑO SERÁ CAUSA DE CAÍDA Y DE ELEVACIÓN PARA MUCHOS EN ISRAEL”

Simeón los “bendijo.” Con alguna fórmula, invocó la bendición de Dios sobre ellos. No es extraño este sentido de “bendición” en un anciano y un profeta. Pero, dirigiéndose especialmente a su madre, le dijo proféticamente: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción” Va a ser “signo” (Is 8:18) de contradicción. La vida de Cristo ha sido esto: desde tenerlo por endemoniado hasta confesarlo por Mesías. Como dirá San Pablo, su doctrina fue “escándalo” para los judíos (1 Cor 1:23) 38. Jesús será la señal de contradicción. En Efecto, unos lo amarán, otros lo odiarán; unos estarán dispuestos a morir por El, mientras otros no cesarán en su esfuerzo por hacerlo desaparecer de la historia y de la faz de la tierra.

6.      “Y A TI MISMA UNA ESPADA TE ATRAVESARÁ EL CORAZÓN”

Sigue luego: “Y a ti misma una espada te atravesará el corazón” Esto es algo trágico, “Una espada de dolor atravesará tu alma.” No será sólo para ella el dolor de una madre por la persecución, calumnia y muerte de su hijo. Observo que en el texto no se dirige a San José, que, sin duda, está allí presente, pues “Simeón los bendijo”. Esta profecía, dirigida personal y exclusivamente a ella, debe de tener un mayor contenido. Se diría que se ve a la Madre especialmente unida al Hijo en esta obra. María es “Hija de Sión,” entonces lleva dentro de sí el destino espiritual de su pueblo, destacándose aquí el dolor de sus entrañas por lo que significaba Cristo, signo de contradicción.

La Santísima Virgen esta asociada a la obra redentora de Cristo. No hay redención sin dolor, y el alma de la Santísima Virgen, será traspasada por la espada del dolor, por todo lo que ella luego sufrió en su corazón por la pasión de su Hijo Jesús.

7.      “ASÍ SE MANIFESTARÁN CLARAMENTE LOS PENSAMIENTOS ÍNTIMOS DE MUCHOS”.

Finalmente el evangelio dice; “Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos”. Este término, se entronca con la finalidad que va a seguirse de esa “contradicción” de Cristo: que “se descubran los pensamientos de muchos corazones.” Habrá de tomarse partido por El o contra El: hay que abrir el alma ante la misión de Cristo.

Jesús, venció al mundo y nos advirtió sabiamente, “En el mundo habrá tribulación, pero ánimo, Yo he vencido al mundo”

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 


Respuesta  Mensaje 33 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 01/01/2010 12:44

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

 

“-Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a dios.-”

Lc 2, 22-36-40

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      SE LLAMABA ANA. SU VIDA ESTABA TOTALMENTE DEDICADA A DIOS

Lucas cita en este relato a una “profetisa,” es decir, mujer inspirada por el Espíritu Santo (Ex 15:20; Jue 4; 2 Re 22:14). Se llamaba Ana. Su vida estaba totalmente dedicada a Dios: no se apartaba del templo, sirviendo a Dios con oración y ayuno.

Ana, “la profetisa”, es sin duda una mujer muy especial, por esa razón aparece como una figura destacada en este fragmento del evangelio. Ella es una “profetisa,” es decir una mujer consagrada a Dios, con un específico carisma, dada a la piedad y a la animación de estos días donde se realizan estas especiales doctrinas. San Lucas, hace una descripción detallada de la biografía de ella y sus actividades. Su viudez parece un “celibato consagrado”. Su obra no fue al menos exclusivamente, en el templo, pues ella “hablaba” a todos los que esperaban la “liberación” por obra mesiánica. Debió de recibir un fuerte impacto en aquel episodio del templo.

2.      SE LLAMABA ANA. SU VIDA ESTABA TOTALMENTE DEDICADA A DIOS

Ana, es como las figura de los laicos comprometidos, que con el testimonio de su palabra, anuncia proféticamente la evangelización en su ambiente, aportando además con un testimonio de vida, con caminos hacia la santidad, con practicas de constantes oraciones y penitencias.

Ana da un testimonio sobre el Niños Jesús, en un instante de inspiración y dirigida por el Espíritu de Dios. Su actuación, consagrada a la oración, al sacrificio, observando las obligaciones que se deben cumplir, la convierte en una destacada mujer.

3.      EL NIÑO IBA CRECIENDO Y SE FORTALECÍA, LLENO DE SABIDURÍA

El Niño en el templo, es una escena que nos atrae y nos invita a percibir en el relato diversos motivos a este propósito. En este relato, es la primera palabra que aparece de Cristo en los evangelios. Además, en forma sutil, nos habla de la inteligencia de Cristo, porque dice crece en “sabiduría.” Produce esta escena admiración, porque luego veremos como en los evangelios de “discusión” de Cristo con fariseos y doctores los hace callar. Aquí tiene su preludio y “justificación” al estar demostrando su saber bíblico ante los doctores de la Ley en sus mismas escuelas del templo. Ellos le rinden allí, imparcialmente y aún sin prejuicios, homenaje a su saber.

4.      Y LA GRACIA DE DIOS ESTABA CON ÉL.

El relato termina diciendo que, cumplidas estas obligaciones, la Sagrada Familia se fue de Jerusalén a Nazaret, en Galilea. Se omite el tiempo que están en Belén, se calcula unos dos años, y también se prescinde la estancia en Egipto que nos relata Mateo, esta omisión, puede ser porque a la fuente de Lucas faltaba el relato de Mateo, o a que en su esquema le interesa unir este relato con la estancia en Nazaret.

Preparando el relato siguiente, sólo dice, como con una frase especial, que: “El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.” La gracia porque a Jesús, hombre, le fue concedida la gran gracia de que desde que empezó a ser hombre fuese perfecto y fuese Dios. Todavía siendo niño, tenía la gracia de Dios, para que, como todas las cosas en El eran admirables, lo fuese también su niñez, y se cumpliese así la sabiduría de Dios. Por eso el Hijo de Dios, al hacerse hombre, quiso progresar "en sabiduría, en estatura y en gracia"

Tengamos también nosotros, como aquellos justos antiguos, deseos de recibir a Jesús, el Salvador, y de poseerlo.

La Familia sagrada vuelve después a Nazaret, y allá vive Jesús en la humildad y en el silencio durante treinta años. ¡Qué fecundidad la de los años de Nazaret! ¡Qué misterio tan impenetrable la vida de los tres allí! ¡Cómo quisiéramos conocer algo de sus coloquios, de sus oraciones, de su intimidad!

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 
 

Respuesta  Mensaje 34 de 36 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 01/01/2010 12:44

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”

Jn 1, 1-18

Comentario-estudio de la lectura del santo Evangelio según Juan (1)

(Este comentario es solo a efectos pedagógicos)

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      AL PRINCIPIO ERA EL VERBO, Y EL VERBO ESTABA EN DIOS, Y EL VERBO ERA DIOS.  EL ESTABA AL PRINCIPIO EN DIOS.

San Juan comienza a describir al Verbo con relación “al principio”. Porque no pensar que el evangelista recuerda el pasaje de la creación en el Génesis. Toda la obra creadora que se describe en el Génesis, fue hecha por palabra creadora de Dios; es precisamente lo que aquí se va a decir del Verbo. Este “principio” es, pues, punto de referencia con relación al existir del Verbo. Es una valoración absoluta. En el lenguaje bíblico, antes de la creación de las cosas no hay más que la eternidad de Dios. Por tanto, si en el “principio,” en la creación de las cosas, pues todas van a ser creadas por el Verbo, éste existía ya, es que no sólo es anterior a ellas, sino que es eterno. A esta misma conclusión se llega, lógicamente, por la conexión con el final de este mismo versículo, donde se dice explícitamente que este Verbo era Dios. Luego eterno, “principio” absoluto (cf. Jn 17:5-24).

Por eso el evangelista utiliza la forma imperfecta de “existía”. No limita su duración ni a un tiempo pasado, como decir fue, o como un tiempo presente y decir existe, sino que lo acusa en su duración indefinida.

Juan en esta primera parte del versículo expresa la eternidad de este Verbo.

En la segunda mitad del verso, va a expresar la distinción entre este Verbo y el Padre. Pues el Verbo “estaba en Dios”. Es una proximidad interna, íntima, de persona a persona (Jn 10:30; 14:20; 17:20.23). Esta expresión que se utiliza parecería a primera vista muy sugerente, ¿Acaso está puesto con una intención muy marcada por el evangelista, para indicar que ese estar el Verbo con el Padre no era estático, sino dinámico: en íntima vitalidad con él

La conclusión es que el Verbo estaba “en Dios.” La forma, con artículo, significa al Padre, en contraposición a la misma palabra sin artículo, que sólo expresa la divinidad. Esta distinción, revelación de personas en el seno de la Trinidad es tema del evangelio de Jn (Jn 10:30; cf. 2 Cor 13:13).

En esta misma segunda mitad del verso, a la eternidad del Verbo, enseñada antes, añade ahora Jn una distinción en el seno de la divinidad. Lo que se ve incluso por lingüística: que el Verbo estaba con “el Padre.” Dios tiene, pues, un Hijo eterno.

En la tercera mitad del verso, se proclama explícitamente la divinidad del Verbo: “y el Verbo era Dios.”

Sintéticamente resume el evangelista todo su pensamiento en una expresión final: este Verbo así descrito estaba eternamente con el Padre.

2.      TODAS LAS COSAS FUERON HECHAS POR EL, Y SIN EL NO SE HIZO NADA DE CUANTO HA SIDO HECHO.

Juan expone esta enseñanza con un paralelismo encontrado. Todas las cosas, que, sin artículo, no indican las cosas globalmente, sino que señalan a cada una en particular, fueron hechas por El y sin El no fue hecho nada; y acusándose enfáticamente (Is 39:4; Jer 42:4) que “ni una sola cosa” existe que no haya sido hecha por El.

Si el Verbo es Dios, ¿qué causalidad o qué mediación tiene el Verbo en la obra de la creación? El pensamiento de Jn sobre esta causalidad ha de valorárselo en su ambiente bíblico. En efecto, en la Escritura aparece un doble grupo de textos relativos a la obra creadora o eficiente de Dios. En unos se acusa la acción eficiente o causadora de Dios. Tales son los que hablan del “soplo de Dios,” del “Espíritu de Dios,” de la “palabra” de Dios, mediante lo cual los seres son creados. Otro grupo es el que presenta a Dios mirando, teniendo en cuenta, para su obrar, a la “Sabiduría” (Prov. 8:27-30; Job 28:24-28). Dios obra por “su palabra.” Pero no se excluye, conceptualmente, su entronque bíblico, pues para Jn, siendo el Verbo Dios, la causalidad que tiene es tan profunda como ha de ser la que le corresponde a Dios en la obra creadora.

3.      EN EL ESTABA LA VIDA, Y LA VIDA ERA LA LUZ DE LOS HOMBRES. LA LUZ LUCE EN LAS TINIEBLAS, PERO LAS TINIEBLAS NO LA ABRAZARON.

Lo que fue hecho en El, era la vida. El pensamiento es manifiestamente que las cosas que fueron hechas por el Verbo tienen vida en El. ¿En qué sentido? No se trata de la vida de Dios — del Verbo — en sí mismo, pues no dice que “el Verbo era la vida,” sino de la vida divina en cuanto va a ser ampliamente participada. Pues esa “vida” va a ser “luz” de los seres humanos.

En los pasajes bíblicos sapienciales, los conceptos de la Ley, la Sabiduría y la Palabra tienen un paralelismo o identificación con el concepto de “luz.” Así como la luz ilumina al hombre en su caminar diario, y bajo ella no tropieza o cae, como en la noche (Jn 9:9-10), así el ser humano, caminando moralmente a la “luz” de la Ley, de la Sabiduría o de la Palabra divina, no tropieza ni cae en su marcha moral hacia Dios: Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. (Sal 119:105)

Estos dos conceptos de “vida” y de “luz” andan parejos en el A.T. Si no son sinónimos, están íntimamente entrelazados. La “luz” conduce a la “vida.” Con esta “luz” se “vive” la vida verdadera. Es la misma forma de expresarse Jn en su primera epístola (1 Jn 1:5-11; 2:8-11). Así, el pensamiento del evangelista en el “prólogo” es el siguiente: Esta misma “vida” es “luz” para los seres humanos. ¿Cómo? Toda la obra de la creación era, de suyo, “luz” para que los seres humanos pudiesen venir en conocimiento de Dios y de la vida moral (Rom 1:19-22). Pero no sólo era “luz” para conocerle teóricamente, sino para conocerle y encuadrarse en esta “luz,” lo que era “vivirla”: vivir la vida religiosa-moral. Por eso, esa “luz” que les viene y conduce al Verbo, era ya en el mismo, en el sentido bíblico expuesto, “vida” para los seres humanos

“La noción de “vida,” lo mismo que la de “luz,” en el evangelio de Jn entra en la esfera de lo divino.”

La expresión “La luz luce en las tinieblas” se explica bien teniendo en cuenta la acción permanente de la irradiación de la luz del Verbo: es un sol permanente. Pero, frente a él, “las tinieblas” tomaron una posición hostil a esta luz. ¿Quienes son estas “tinieblas”? Instintivamente se piensa en que estas “tinieblas” sean los hombres malos, hostiles a la luz, pero las “tinieblas” no pueden ser los hombres. En otros pasajes del mismo evangelio se dice que los “hombres” caminan en las “tinieblas” (Jn 8:12; 12:35; 1 Jn 2:11), o que ellos permanecen en las “tinieblas” (Jn 12:46; 1 Jn 2:9-11), o que las “tinieblas” amenazan sorprender a los hombres (Jn 12:35); pero jamás se dice que los hombres sean las “tinieblas.” En los manuscritos de Qumrán hay un largo fragmento que se titula “Guerra de los hijos de la luz y de los hijos de las tinieblas,” y en él se lee: “En manos del Príncipe de la luz está el gobierno de los hijos de la justicia, que caminarán por los senderos de la luz; en manos del ángel de las tinieblas está el gobierno de los hijos de la iniquidad, que caminarán por los senderos de las tinieblas.” Por el término de tinieblas no hay que pensar en los hombres incrédulos, sino en el mundo satánico, opuesto a Dios.

A esta misma conclusión llevan otras razones. Jn está imbuido en los “sapienciales.” Y en ellos se dice que a la “Sabiduría no la vence la maldad” (Sab 7:30). El mismo pensamiento se lee en las Odas de Salomón, en donde se dice que “la luz no sea vencida por las tinieblas” (18:6).

El pensamiento del evangelista es que esa “luz” del Verbo que luce en el mundo no pudo ser “vencida” ni aplastada por los poderes del mal — demoníacos y gobernadores del mal en los hombres — que influyen en el mundo en su lucha contra la verdad y el misterio del Mesías. San Pablo dirá que nuestra lucha es “contra dominadores de este mundo tenebroso” (Ef. 6:12).

4.      HUBO UN HOMBRE ENVIADO DE DIOS, DE NOMBRE JUAN. VINO ÉSTE A DAR TESTIMONIO DE LA LUZ, PARA TESTIFICAR DE ELLA Y QUE TODOS CREYERAN POR ÉL.

El Verbo hasta ahora no había ofrecido a los hombres más que una cierta participación de su luz; ahora va a darla con el gran esplendor de su encarnación. Para esto aparece introducida la figura del Bautista, y aparece situado en un momento histórico ya pasado, en contraposición al Verbo, que siempre existe. Juan no viene por su propio impulso; “es enviado por Dios.” Trae una misión oficial. Viene a “testificar”, que en su sentido original indica preferentemente un testigo presencial Viene a testificar a la Luz, que se va a encarnar, para que todos puedan creer por medio de él. El prestigio del Bautista era excepcional en Israel (Jn 1:19-28), hasta ser recogido este ambiente de expectación y prestigio por el mismo Flavio Josefo. El tema del “testimonio” es uno de los ejes en el evangelio de Jn, que se repartirá multitud de veces y por variados testigos.

5.      NO ERA ÉL LA LUZ, SINO QUE VINO A DAR TESTIMONIO DE LA LUZ. ERA LA LUZ VERDADERA, (LUZ) QUE VINIENDO A ESTE MUNDO ILUMINA A TODO HOMBRE. ESTABA EN EL MUNDO Y POR EL FUE HECHO EL MUNDO, PERO EL MUNDO NO LE CONOCIÓ  VINO A LOS SUYOS, PERO LOS SUYOS NO LE CONOCIERON.

Se insiste en algo evidente: que Juan no era la Luz, sino que venía a testificar a la Luz, puesto que el bautista sólo testifica al verbo “encarnado,” en los pasajes.

El Verbo es la luz verdadera. Así como de Dios se dice que es “verdadero” en oposición a los ídolos (Jn 17:3; 1 Jn 5:20), o lo mismo que Cristo es el pan “verdadero” en oposición al maná (Jn 6:32), así el Verbo es llamado luz “verdadera” porque en él se incluyen todas y plenamente las cualidades, metafóricamente, de la luz, pero elevadas al orden religioso-moral (Jn 7:28:17:3; cf. Rom 3:4). Es el ordenamiento divino, en contraposición a los planes del hombre falaz, pecador.

Esta luz del Verbo ilumina a todo ser humano. “Luz verdadera que ilumina a todo hombre (luz) que está viniendo a este mundo.” Así dirá Jn en otros pasajes que “vino la luz al mundo” (Jn 3:19; 9:39; 12:46). Por eso, esa “luz” así descrita “estaba en el mundo,” y lo estaba precisamente porque el “mundo fue hecho por el Verbo.” Pero el “mundo” no “conoció” a esta Luz: a Dios Verbo. Los seres humanos debieron conocerlo. Las obras les llevaban a su conocimiento y servicio (Sab 13:1-9; Rom 1:19-23). Pero este “conocimiento” no es un simple conocimiento intelectual; hay que valorarlo en el sentido semita: un conocimiento que entraña una vida y una actitud moral y servicio a Dios. Así se lee en Jeremías: “Hacía justicia al pobre y al desvalido. Esto es conocerme, dice Yahvé” (Jer 22:16; cf. Os 4:1-6). Los hombres, teniendo motivos para conocer y servir a Dios, no lo hicieron: “el mundo no le conoció.”

Pero no sólo el “mundo,” sino “que vino a los suyos. “y no le recibieron.” ¿Quiénes?, siempre se interpreta esta expresión a Israel, pueblo especialmente elegido de Dios.

Vino la Luz a Israel con su Ley, con sus profetas, con sus enseñanzas; le anunciaron un Mesías., y fueron rebeldes — ¡tantas veces! — a esta Luz de Dios, del Verbo. Y vino el Verbo encarnado a ellos, a su pueblo, al pueblo que le esperaba, y cuando llegó a ellos., Israel no le conoció, no lo recibió., y ¡crucificó! al Mesías.

6.      MAS A CUANTOS LE RECIBIERON DIOLES PODER DE VENIR A SER HIJOS DE DIOS, A AQUELLOS QUE CREEN EN SU NOMBRE; QUE NO DE LA SANGRE, NI DE LA VOLUNTAD CARNAL, NI DE LA VOLUNTAD DE VARÓN, SINO DE DIOS SON NACIDOS.

Frente a este panorama del paganismo y de Israel, que no recibe la Luz del Verbo, tono trágico con que el evangelista expone esta actitud del mundo frente a la Luz, va a describir, por contraste, la ventaja incomparable que se sigue a los seres humanos de dejarse iluminar por esta Luz de Dios.

San Juan ha afirmado que no recibieron, no “aceptaron” esta Luz ni los paganos ni los judíos. El modo semita de hablar gusta de hacer afirmaciones rotundas, de fórmulas absolutas, sin matizar ni acusar las excepciones (Jn 3:31-32). Por eso podría ser que el evangelista pensase sólo en grupos — incluso mayoritarios — judíos y paganos que no recibieron esta Luz. Y hasta no sería improbable que influyese sobre él, para esto, o los hechos — grupo de creyentes —, o la promesa de existencia de un “resto” santo en el Israel fiel. Por eso hubo un sector que “le recibieron.” ¿Cómo? “Creyendo en su nombre” (12; cf. Jn 3:11-12; 12:46-50; 5:43-44). Esta expresión es característica de Juan. Treinta y cuatro veces la usa en su evangelio y tres en su primera epístola, mientras que en el resto de todo el Nuevo Testamento sólo sale nueve veces. Nombre, según el modo semita, está por persona. “El que cree a alguien, recibe su testimonio; pero el que cree en alguien se entrega totalmente a él.” En el vocabulario de Juan, “creer en El” es entregársele plenamente.

A estos que así “creen,” que así se entregan al Verbo, en esta perspectiva de Jn, les confiere el mismo Verbo, sujeto de todo el desarrollo oracional, un gran don: el poder ser hijos de Dios. La gracia de este don del Verbo es ser “hijos de Dios.”

7.      Y EL VERBO SE HIZO CARNE Y HABITÓ ENTRE NOSOTROS.

En esta sección se proclama la encarnación del Verbo (v.14ª), y se lo garantiza luego con un doble grupo de testimonios: uno sus discípulos (v.14b), El evangelista, que no explícito desde el v.3 al Verbo, lo vuelve a tomar por sujeto explícito, como si quisiese precisar bien que el Verbo del que habló, estando en el seno de la divinidad, es el mismo sujeto que se va a encarnar. El Verbo, que se lo describía en su existencia eterna: “era,” “existía,” actuó en un momento histórico: “fue,” “se hizo.” A la duración eterna sucede una actuación temporal. Se hizo “carne”. No dice, como en otras ocasiones, que se mudó (Jn 2:9), sino que se hizo, que tomó “carne,” sin dejar de ser Verbo. No sólo todo el evangelio de Jn estaría contra esto, sino que explícitamente lo dice el v.18b-e.

¿Por qué Juan dice que se hizo “carne” y no que tomó cuerpo ο que se hizo hombre? No dice “cuerpo,” probablemente porque no implica vida; ni “hombre,” para indicar mejor el contraste que se propuso expresar entre la grandeza del Verbo y el nuevo estado que va a tomar. “Carne,” en el lenguaje bíblico, no es carne sin vida, sino que es el ser humano todo entero, pero acusando el aspecto de su debilidad, de su humildad inherente a su condición de criatura (Sal 56:5; Is 40:6; Mt 24:22; Jn 3:6; 17:2).

Juan afirma el hecho de la encarnación del Verbo, pero no indica el momento histórico en que esto se realizó. Lucas es el que lo precisa en el relato de la “anunciación.” Y, aunque Juan tampoco dice como haya de representarse la encarnación del Verbo, evidentemente no se trata de una transformación de la divinidad en la humanidad que asume; estaría contra ello todo el evangelio del hombre-Dios. Es una unión estable e indesunible.

Una vez proclamada explícitamente la encarnación del Verbo, el evangelista hace ver que fue un hecho real, pero no desconocido, sino que presenta un doble testimonio de este hecho histórico. El primero es el de un grupo — “nosotros” —, que son ciertamente los apóstoles, y probablemente un grupo mayor: discípulos y aquellos que en Palestina fueron testigos. El autor del evangelio se incluye, por tanto, en el grupo de estos testigos. Este mismo testimonio lo traerá en la primera epístola (1:1-3ª). Alega este testimonio porque el Verbo encarnado “habitó entre nosotros.” Por eso ellos son un testimonio irrebatible.

8.      Y HEMOS VISTO SU GLORIA, GLORIA COMO DE UNIGÉNITO DEL PADRE, LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD

Por eso, al morar “entre nosotros,” dice el evangelista enfáticamente, “nosotros vimos su gloria.” Este “ver” que dice el evangelista es una visión sensible. Este verbo nunca significa en el Ν. Τ. una visión intelectual, sino sensible. Estos testigos han “visto con sus ojos” lo que garantizan; pero no se excluye con esta expresión un sentido más amplio de percepción, aunque sensible (1 Jn 1:1-3), v. gr., oír, tocar, etc.

Lo que el evangelista “vio,” lo que este grupo testifica, es que “vieron (con sus ojos) su gloria.” Aludiéndose a la presencia de la divinidad en el tabernáculo con el verbo citado, esta “gloria” de Cristo responde también a la gloria de Yahvé, que llenaba el tabernáculo

Esta “gloria” no era otra cosa, como dice el evangelista, que la que le correspondía al que era “Unigénito del Padre.” La conjunción “como” no indica una comparación de semejanza, como si el Verbo encarnado disminuyese en su esencia, sino que tiene valor, como en tantos otros casos, de una afirmación e identidad. Así, se lee en Marcos: Cristo “les enseñaba como quien tiene autoridad” (Mc 1:22), es decir, teniendo verdaderamente esta autoridad (Mt 7:29; Lc 6:22; Rom 6:13; 2 Cor 2:17, etc.). Lo contrario iría contra toda la doctrina del “prólogo” y del evangelio mismo de Juan.

Esta “gloria” que tenía, le mostraba también “estar lleno de gracia y de verdad.” Considerada la forma “lleno” como forma indeclinable, da una lectura excelente junto con la más lógica posibilidad gramatical, por proximidad, al concordarlo con “Unigénito.” Es el Verbo encarnado, el Unigénito del Padre, al que testifican estos discípulos, al que vieron lleno de “gracia y de verdad.” Los que traducen el pensamiento de Juan interpretando las palabras “gracia” y “verdad” en su exclusivo sentido etimológico, lo interpretan así: “Gracia dice abundancia de dones espirituales, tanto para sí mismo (Col 2:9) como para otros (cf. v.16); y verdad, en el estilo joanneo, significa el verdadero conocimiento de Dios, “que procede de Dios y lleva a Dios (cf. 8:46ss; 18:37), la verdadera estimación de las cosas espirituales, la genuina noticia de las cosas celestes y, en consecuencia, el concepto idóneo de las terrestres.” Es a esta interpretación donde llevaría el v.16.

9.      JUAN DA TESTIMONIO DE EL, CLAMANDO: ESTE ES DE QUIEN OS DIJE: EL QUE VIENE DETRÁS DE MÍ HA PASADO DELANTE DE MÍ, PORQUE ERA PRIMERO QUE YO.

Manifiestamente el v.15 rompe la consecuencia del cursus, siendo un paréntesis. Pues el v.14 se une, lógicamente, con el v.16. Debe de ser una interpolación, inspirada, y que guarda el puesto correspondiente de su “inclusión semítica” con los v.6-8 33.

El evangelista, discípulo del Bautista, evoca aquí el testimonio del Precursor, en correspondencia estructural con el v.6-8. El Bautista tenía la misión de testimoniar al Verbo encarnado. Acabando de afirmar la encarnación, al punto le brota la escena en que el Bautista testifica que Cristo es el Verbo encarnado. La escena es vivamente descrita. Está redactado al modo de los antiguos profetas. Usa el enigma, tan del uso oriental, para excitar más la atención de los oyentes. La expresión antes que yo, nunca se dice en el Ν. Τ. de prioridad temporal Es la confesión de la preexistencia de Cristo (Jn 3:30).

10.  PUES DE SU PLENITUD RECIBIMOS TODA GRACIA SOBRE GRACIA. PORQUE LA LEY FUE DADA POR MOISÉS; LA GRACIA Y LA VERDAD VINO POR JESUCRISTO.

Terminado este evocador paréntesis, estos versículos se unen conceptualmente al 14e, al que desarrollan. Allí se proclama al Verbo encarnado “lleno de gracia y de verdad.,” “por lo que de su plenitud recibimos todos gracia sobre gracia.” En la nueva obra recibimos todos una gracia torrencial, como participada y dispensada y proporcionada al Verbo encarnado, que la tiene en plenitud.

Esta obra maravillosa dispensada por el Verbo hecho carne evoca en el Evangelista la antigua economía, promulgada en el Sinaí (Ex c.33 y 34), contraponiendo ambas. Allí fue “dada” por Moisés. Moisés era ministro y servidor. Aparece su Ley como algo normativo y oneroso. Pero en contraposición de esto está la obra de Jesucristo. La oposición entre la Ley y la Gracia es un tema dominante “de la teología paulina: mostrar el contraste entre las obras humanas y el don de Dios. Juan, en cambio, declara abiertamente que el A.T. resulta superado y anulado por la Gracia y la Verdad que provienen de Cristo.” A la Ley se contrapone con superación la “gracia” y la “verdad.” Estas “fueron,” es decir, vinieron por Jesucristo. ¿En qué sentido? ¿En el sentido de que aparecieron en El? ¿O en el sentido de que son dispensadas por El?

Este segundo sentido es el que se impone: primero, por la contraposición con Moisés: éste le dio la Ley a Israel; Cristo da, dispensa, a los hombres la “gracia.”; en segundo lugar porque este versículo es continuación manifiesta de los 14-16, y especialmente de éste último, en el que se dice que de “su plenitud recibimos todos” la gracia correspondiente a la gracia, que se encuentra en plenitud en el Verbo encarnado.

11.  A DIOS NADIE LE VIO JAMÁS; DIOS UNIGÉNITO, QUE ESTÁ EN EL SENO DEL PADRE, ÉSE NOS LE HA DADO A CONOCER.

San Juan hace una reflexión final, va a explicitar al resolver una objeción que era una convicción en el A.T.: no se podía ver a Dios sin morir (Ex 33:20; Jue 13:21.22,). Así dice terminantemente Jn: que a Dios nadie le vio. No le vieron, pues, ni Moisés (Ex 32:22-23) ni Isaías (Is 6:1.5). Acaso Jn piensa también explícitamente en éstos. No vieron a Dios” facialmente”; sus manifestaciones fueron teofanías simbólicas. La naturaleza divina es inaccesible al ojo humano (1 Jn 3:2). Pero lo que no puede ver el ojo humano, lo puede descubrir a él el que es Dios.

La expresión “en el seno del Padre,” en lenguaje bíblico, expresa la idea de afección e identidad. Así, el niño reposa en el seno de su madre (1 Re 3:20; cf. Núm 11:12). La mujer reposa por afección sobre el seno de su marido (Dt 28:54-56). Noemí toma al hijo de su nuera y lo pone con afección sobre su seno (Rut 4:16). El discípulo “amado de Jesús” estaba “recostado sobre el pecho de Jesús” (Jn 13:23). Por eso, con la expresión “el Unigénito del Padre,” que está perennemente en el “seno del Padre,” se está acusando la constante intimidad y afección entre ambos, por lo que, estando en sus secretos, puede comunicarlos.

La paz del Señor viva en sus corazones

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

(1) Para este estudio y reflexión, se han utilizado dos textos Bíblicos, Biblia de Jerusalén versión estudio, de donde se han tomado las referencias y la Biblia de Nacar-Colunga, de esta última se han considerado algunas precisiones y  comentarios.

 


Respuesta  Mensaje 35 de 36 en el tema 
De: ♥♥♥♥LEONCITA♥♥♥♥ Enviado: 02/01/2010 04:08
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Respuesta  Mensaje 36 de 36 en el tema 
De: ♥♥♥♥LEONCITA♥♥♥♥ Enviado: 02/01/2010 04:09
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