Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

*:·.★*Gaviotas volando en Amor y Libertad*★*:·.
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ....... 
 Un cordial saludo de bienvenida a todos nuestros amigos. 
 GRACIAS POR TU VISITA 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜMensajes 
 ♥ ஜBuzones NAVIDAD 2012 
  
 ི♥ྀ´¯`♥•.¸¸.ི♥ྀ´¯`•♥•´¯` ི♥ྀ.¸¸.•♥ 
 *♥ ஜReglas Conducta 
 ♥ ஜARTE DE GAVIOTA FONDOS 
 ♥ ஜBienvenidos 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜ MIRELA JUSTICIERA 
 ♥ ஜ Reconocimientos 
 ♥ ஜCumples 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜReflexiones 
 ♥ ஜ*Poesia 
 ♥ ஜCapilla Virtual 
 ♥ ஜReligion 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜSuperacion 
 ♥ ஜNene Interior 
 ♥ ஜCoelho y Hays 
 ♥ ஜ Pps Alex&Odris 
 ♥ ஜ*Mugrosos 
 ♥ ஜ۩۞۩ஜComus hermanas 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜMetafisica 
 ♥ ஜKabalah 
 ♥ ஜSabiduria 
 ..... 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜMusica 
 ♥ ஜVideos 
 ♥ ஜNuestro Mundo 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜFantasia 
 ♥ ஜ Gastronomia 
 ♥ ஜBelleza Salud 
 ♥ ஜAdorna tu Nick 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜBuzones Firmas 
 ♥ ஜFirmas Gaviota Libertad 
 ♥ ஜFirmas 
 ♥ ஜ Firmas Valenciano 
 ♥ ஜFirmas Fondos I S H A 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ....... 
 ♥ ஜGAVIOTAS Presentacion 
  
 
 
  Herramientas
 
*★*:·Santoral: ?*Septiembre 21?*:·.
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★*  (Mensaje original) Enviado: 03/09/2009 07:22


Primer  Anterior  2 a 10 de 10  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 03/09/2009 07:23

21 de septiembre

SAN MATEO,   Apóstol y Evangelista

Jesús vio a un hombre sentado en el banco de los
impuestos, llamado Mateo, y le dijo: Sígueme; y él,
levantándose, lo siguió.
(Mateo, 9, 9).

   San Mateo, "Leví, el publicano", dejó, al llamarlo Jesucristo, sus bienes reunidos percibiendo impuestos. Después de la Ascensión, escribió primero su Evangelio a pedido de los hebreos convertidos, fuese después a predicar a Egipto y de allí pasó a Etiopía, donde resucitó a la hija del rey. La hija mayor del rey, Ifigenia, oyó del Apóstol el elogio de la virginidad y se obligó con voto de perpetua castidad ella y otras doscientas jóvenes. Hirtaco, usurpador del reino, quiso casarse con ella, pero San Mateo la animó a perseverar en su voto. El bárbaro rey envió soldados que masacraron al santo Apóstol al pie del altar.

MEDITACIÓN
SOBRE SAN MATEO

   I. Nuestro Señor, viendo a San Mateo sentado en el banco de los impuestos, lo llamó para hacerlo su discípulo. De inmediato se levantó San Mateo y lo siguió. Jesucristo pasa, nos mira y nos llama: rindámonos a la invitación de la gracia, cuando Jesús se haya alejado, quien sabe si aun lo podamos encontrar... Levantémonos prontamente, renunciemos al pecado con una voluntad firme de no volver a caer en él. Desde tanto tiempo nos llama Jesucristo, y siempre estamos en el mismo estado, siempre tibios en su servicio, siempre apegados a nuestros placeres.

   II. San Mateo es uno de los cuatro Evangelistas; mas no se contentó con escribir el admirable Evangelio que tenemos en nuestras manos, quiso predicar a los etíopes lo que había escrito. Tú no puedes escribir ni anunciar el Evangelio como hizo él, pero puedes y debes obedecer al Evangelio tanto como él. Tienes fe: que tus actos estén de acuerdo
con tu creencia. Hay que acordar nuestra vida con el Evangelio. (San Crisólogo)

   III. San Mateo fue mártir, se puede decir, de la hermosa virtud de la castidad. Tu vida debe ser un martirio continuo. Es preciso que te prives de tus placeres más dulces, que mueras incesantemente a ti mismo por la mortificación de tus sentidos, de tus pasiones y de tu voluntad propia. Esto es duro, lo confieso, pero el paraíso bien merece la pena de que se sufra algo. Es duro, sí, pero mucho más duro será para los réprobos oír esta sentencia: ¡Id, malditos, al fuego eterno!

La fidelidad a la vocación
Orad por la propagación de la fe.

ORACIÓN

    Asistidnos, Señor, por los méritos de San Mateo, vuestro Apóstol y Evangelista, a fin de que su intercesión nos procure los dones que no podemos obtener por nosotros mismos. Por J. C. N. S. Amén.


Respuesta  Mensaje 3 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 03/09/2009 07:23

21 de septiembre
  SANTA MAURA DE TROYES, 
(*)
 Virgen 
(850 d.C.)

   Nació en Troyes, la ciudad de la Champagne, en el año de 827, y gracias a sus fervientes plegarias, Dios le concedió la conversión de su padre, que hasta entonces había llevado una vida mundana y desordenada. Poco después de su arrepentimiento murió el padre de Maura, y ésta continuó su vida de siempre, sujeta por la obediencia más estricta a su madre, Sedulia. La devoción, la humildad y la paciencia de la joven fueron el ejemplo de toda la familia y el medio de santificación para su hermano Eutropio, quien llegó a ser el venerable obispo de Troyes. La doncella consagraba todo su tiempo a la oración, la práctica de la obediencia en las atenciones a su madre, de la caridad en el servicio a los pobres, o bien a su trabajo, que consistía en servir a los necesitados y a la Iglesia. Si establecer orden en lo que hacemos conduce el alma a Dios, de acuerdo con la observación de San Agustín, hay que señalar que Maura reglamentaba la distribución de su tiempo en todas sus acciones. Se pasaba prácticamente la mañana entera en la iglesia, en actos de adoración a Dios, de oración al divino Redentor y de meditación en su Pasión y su muerte. Ayunaba cada miércoles y cada viernes, sin probar otro alimento que el pan y el agua; a veces, en aquellos días de penitencia, caminaba descalza hasta el monasterio de Montenay, a dos leguas de la ciudad, para entregar los secretos de su alma al santo abad del lugar. Es difícil explicar el respeto profundo, casi doloroso, que le penetraba al espíritu cuando oía la palabra del Señor, y era tan grande la sensibilidad de su alma ante la devoción que, aún no se había arrodillado a orar, cuando las lágrimas manaban en abundancia de sus ojos. Dios obró maravillas en favor suyo, pero ella se impuso el deber de ocultar Sus beneficios, porque temía el aplauso y la admiración del mundo. En los últimos momentos de su vida, murmuró el Padre Nuestro y murió al pronunciar las palabras: "Venga a nos tu reino", cuando acababa de cumplir los veintitrés años de edad.

   El Acta Sanctorum, sept. vol. VI, reproduce una breve biografía de la que fue autor San Prudencio de Troyes, quien murió en 861. Ver también a E. Socard en Sainte Maure de Troyes (1867).


Respuesta  Mensaje 4 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 03/09/2009 07:24

21 de septiembre
SAN EUSEBIO 
Mártir
(Fecha desconocida)

   Según el Martirologio Romano, Eusebio se presentó espontáneamente al presidente de Fenicia "illum arguens quod Christi gregem persequeretur". Fue azotado, sobre las heridas abiertas le derramaron sal y le fueron infligidos otros numerosos tormentos para hacerle flaquear la voluntad, Pero todo fue en vano. El mártir murió sin claudicar. El Martirologio pone su fiesta el 21 de septiembre.

   Según el Sinasario de Costantinopla, que lo conmemora el 23 de mismo mes, Eusebio no se haabría presentado espontaneamente, sino que habría sido arrestado y conducido delante del presidente. Las dos narraciones, come observa el bolandista, pueden conciliarse admitiendo que  Eusebio "potuit enim, ultro accedens, capi".


Respuesta  Mensaje 5 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 03/09/2009 07:24

21 de septiembre
BEATOS MÁRTIRES DE COREA(*)

A
   París, rue du Bac. La calle está hoy compartida. Una de sus aceras la ocupan casi íntegramente los inmensos almacenes "Au bon marché". La otra acera conserva todavía un cierto aire del primitivo París. Una puerta humilde, que da a un estrecho callejón, conduce a una iglesia objeto de la veneración de todos los católicos del mundo: la capilla de las apariciones de la Virgen Milagrosa. Siguiendo por la misma acera encontramos otro edificio, también humilde en apariencia, pero de enorme significación en la historia de la Iglesia: el seminario de misiones extranjeras. Allí se forjó un nuevo estilo en la manera de concebir la tarea misional y allí, por vez primera, en forma orgánica, el clero secular forjó sus armas para salir a luchar las rudas batallas contra el paganismo.

   El seminario llevaba ya muchos años funcionando cuando en 1831 se confiaba a sus alumnos un nuevo territorio de misión: la península de Corea. Territorio muy vasto, su extensión equivale prácticamente a la de Italia, y cuya evangelización habría de resultar muy penosa. Pese a estar a la misma latitud que España o Italia, el clima es duro, continental, extremado. Por otra parte, el país es pobre, y no podría resultar fácil la vida de los misioneros. En cambio iban a tener éstos una ventaja: les esperaban unas cristiandades que habían sufrido ya su bautismo de sangre y la terrible prueba de la persecución.

   En efecto, en 1784, un intelectual coreano, bautizado en Pekín, consiguió introducir el cristianismo en Corea. Pero aquella naciente cristiandad sufrió una dura persecución y estuvo a punto de ser aniquilada. Sin embargo, cuando en 1794 un sacerdote chino vino de Pekín encontró todavía cuatro mil cristianos, tan fervorosos que en poco tiempo su número se duplicó. En 1801 se produce una nueva represión, y el sacerdote fue ejecutado con unos trescientos cristianos, entre quienes destacaba la noble figura de Juan Niou y su mujer Lutgarda, que habían contraído matrimonio sin usar nunca del mismo.

   Treinta años después, la Sagrada Congregación de Propaganda erigía un vicariato apostólico en Corea y lo confiaba, según hemos dicho, al Seminario de Misiones Extranjeras, de París. Pese a que en 1815 y en 1827 había habido nuevas oleadas de persecución, el número de cristianos sobrepujaba ya los seis millares. Al frente del nuevo vicariato iba a ser colocado un fervoroso misionero de China: Lorenzo José Mario Imbert.

   Su nombre es el primero y el más destacado de la larga relación de mártires cuya fiesta se celebra hoy. Había nacido en la diócesis de Aix-en-Provence. Su familia residía en Calas, y era harto pobre. Es conmovedor saber cómo aprendió a leer: un día encontró un centimillo en la calle, con el compró un alfabeto y rogó a una vecina que le enseñara las letras. Así, a fuerza de perseverancia, consiguió la preparación suficiente para poder ingresar, en 1818, en el seminario de Misiones Extranjeras. Después de dos años de estudios se embarca en Burdeos y marcha a trabajar a China.

   En plena tarea apostólica le sorprende el nombramiento de vicario apostólico de Corea y su elevación al episcopado. En mayo de 1837 es consagrado en Seu-Tchouen, y al terminar el año llega a Corea.

   No era el primero en llegar. Le habían precedido ya otros dos misioneros, llamados a compartir el martirio con él. Los dos franceses: Pedro Filiberto Maubant, nacido en la diócesis de Bayeux, y Santiago Honorato Castán, nacido en la diócesis de Digne. El primero había venido directamente de Francia. El segundo había trabajado anteriormente en Siam.

   Inmediatamente pusieron manos a la obra. Ante todo fue necesario aprender la lengua coreana, tributaria del chino, pero con muchas analogías con los dialectos siberianos. Después pudieron ya ponerse de lleno al trabajo apostólico.

   Escuchemos a monseñor Imbert lo que era su vida: "No permanezco mas que dos días en cada casa que reúno los cristianos, y antes de que amanezca el tercer día paso a otra casa. Me toca sufrir mucha hambre, porque después de haberme levantado a las dos y media de la madrugada, esperar hasta el mediodía y recibir entonces una comida mala y floja, bajo un clima bajo y seco, no es cosa fácil. Después de comer reposo un poco, y a continuación doy clase de teología a mis seminaristas; después oigo confesiones hasta la noche. Me acuesto a las nueve sobre la tierra cubierta de una lona y un tapiz de lana de Tartaria, porque en Corea no hay ni camas ni mantas. He tenido, siempre un cuerpo débil y enfermizo, y a pesar de todo he llevado adelante una vida laboriosa y bien ocupada; pero aquí pienso haber llegado a lo superlativo y al nec plus ultra de trabajo. Ya os imaginaréis que con una vida tan penosa no tengamos miedo al golpe de sabio que debe terminarla."

   Todo esto había que hacerlo con el mayor secreto. Las quince o veinte personas a las que había atendido cada día: confesiones, bautismos, confirmaciones, matrimonios, etcétera, tenían que retirarse antes de la aurora. Aun así, aquella vida no pudo prolongarse mucho tiempo. Dos años después de su llegada, el 11 de agosto de 1839, monseñor Imbert era detenido por los perseguidores.

   Comprendió bien que había llegado el final de su vida. Y creyó un deber, para evitar apostasías a los fieles seguidores, invitar a sus dos compañeros a entregarse. La tarjeta enviada por el obispo, que era una invitación al martirio, llegó primero al padre Maubant, quien la transmitió a su compañero el padre Castán. Ambos obedecieron sin vacilar. Cada uno redactó una instrucción para uso de sus fieles y luego en común unas líneas dirigidas a toda la cristiandad coreana. Escribieron una breve memoria para el Cardenal Prefecto de Propaganda Fide y una carta a sus hermanos de las Misiones Extranjeras para encomendarles a sus neófitos. En esta carta es donde alegremente, como si quisieran aliviarles la pena, dicen que "el primer ministro Ni, actualmente gran perseguidor, ha hecho fabricar tres grandes sables para cortar cabezas".

   Todo esto llevaba la fecha del 6 de septiembre. Y una vez terminados los preparativos, los dos misioneros se unieron a su obispo. Los tres europeos comparecieron ante el prefecto y confesaron noblemente su fe: "Por salvar las almas de muchos, no hemos vacilado ante una distancia de diez millares de lys. Denunciar a nuestras gentes, y hacerles daño, olvidando los diez mandamientos, no lo haremos jamás, preferimos morir." Aquel mismo día 15 de septiembre recibieron la primera paliza, con bastones. Otra nueva les esperaba, después de un interrogatorio similar, el día 16. Por fin, el día 21 tuvo lugar el suplicio final.

   Les desnudaron hasta la cintura, y les asaetearon cruelmente, de arriba a abajo, a través de las orejas, les colmaron de heridas y, por fin, los rociaron de cal viva. Después de obligarles a dar por tres veces la vuelta a la plaza, mostrándose al público que se burlaba de ellos, se les hizo arrodillarse. Los soldados empezaron a correr en su derredor y al pasar les golpeaban con su sable. El padre Castán se puso instintivamente de pie al recibir el primer golpe. Después se arrodilló junto a sus dos compañeros, que estaban inmóviles. Al poco tiempo, los tres habían muerto.

   Pero no eran ellos solos. Antes y después iban a perecer en aquélla misma persecución otros muchos cristianos.

   El primer lugar, un sacerdote nativo: el padre Andrés Kim. De acuerdo con las mejores tradiciones del seminario de Misiones Extranjeras, los misioneros se habían preocupado de ir preparando, en lo posible, un clero nativo. Cuando ellos murieron, el padre Kim se esforzó por conseguir que vinieran nuevos misioneros. En estos afanes le sorprendieron los perseguidores. Después de larga estancia en la cárcel, fue decapitado en 1846.

   En la misma persecución murieron también diez catequistas y una muchedumbre de fieles. De entre ellos se escogieron unos cuantos, a quienes hoy veneramos en los altares: setenta y cinco héroes "nobles y plebeyos, jóvenes y viejos, mujeres ya maduras y jóvenes en la más florida edad, que prefirieron las cárceles, los tormentos, el fuego, el hierro, las cosas más extremas a trueque de no apartarse de la religión santísima. Para tentar su fe, los bárbaros verdugos recurrieron a los tormentos más refinados. Unos fueron ahorcados, a otros les rompieron las piernas, otros fueron azotados hasta la muerte, otros quemados con planchas ardientes, otros enterrados vivos en nichos para que murieran de hambre, y así todos cambiaron esta vida por otra inmortal y feliz. Tantos y tan crueles suplicios los sufrieron todos con invicta fortaleza". Tales son las palabras del Decreto de beatificación expedido por el Papa Pío XI. Porque, como ya anteriormente se había escrito en el Decreto de tuto, aquélla muchedumbre, en la que había incluso niños de quince y trece años, "mostró tanta constancia en profesar la fe, que en manera alguna pudo la rabia de los perseguidores llegar a vencerla. Ni las cárceles largas y horribles, ni los tormentos crudelísimos, ni el hambre y la sed, con la que ellos eran probados, ni otros horrendos suplicios, ni el terror y los halagos de los jueces impíos, ni la edad juvenil o provecta, ni el amor materno, ni la piedad filial, ni el dulce yugo del matrimonio, fueron capaces de superar la fortaleza y firmeza de aquellos mártires".

   No es extraño que muy pronto se extendiera por todo el mundo la fama de su admirable ejemplo. Por eso, el Papa Pío XI, superando las dificultades de tipo jurídico que se oponían a su beatificación, pues resultaba muy difícil recoger las pruebas exigidas con todo el rigor canónico, teniendo en cuenta que había certeza absoluta de la realidad del martirio, los beatificó solemnemente en 1925. Su sangre, como siempre ha ocurrido, fue semilla de nuevos cristianos, y hoy Corea, al menos en su parte Sur, libre del comunismo, es una de las cristiandades más florecientes y esperanzadoras de todo el Extremo Oriente.

 LAMBERTO DE ECHEVERRÍA


Respuesta  Mensaje 6 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 03/09/2009 07:24

21 de septiembre
BEATO ANDRÉS KIM TAE-GON
Mártir de Corea
(1846 d.C.)

A

   Andrés Kim Tae-Gon nació el 21 de agosto de 1821 en la provincia de Chung-Chong. Su bisabuelo Pius Kim Chin-Hu había muerto en la cárcel por la fe católica en 1814. Su padre también fue martirizado en septiembre de 1839.

   En 1836 el padre misionero Maubant pasó por el pueblo donde vivía Andrés y lo eligió como seminarista. Más tarde fue enviado a Macao, donde llegó en Julio de 1837, después de 8 meses de viaje. Allí estudiaron teología, latín, geografía, historia, francés y otras materias. Dos veces tuvo que escapar a Manila, escapando de la Guerra del Opio. Intentó regresar a su país por la frontera norte que limita con China pero no tuvo éxito. En 1844 fue ordenado diácono en China. Finalmente llegó a Seúl en 1845. Por razones de seguridad se reunió solamente con algunos catequistas. Ni siquiera fue a ver a su madre que debía pedir dinero en la calle para su comida. Luego viajó a Shanghai, donde fue ordenado sacerdote en Agosto de 1845, convirtiéndose en el primer sacerdote coreano. Luego volvió a Corea.

   En junio de 1846 fue arrestado y enviado a la cárcel central de Seúl. En la cárcel escribió varias cartas, una de ellas en coreano, que dice entre otras cosas: "En este difícil tiempo, para ser victorioso se debe permanecer firme usando toda nuestra fuerza y habilidades como valientes soldados completamente armados en el campo de batalla. Debéis amaros los unos a los otros, y esperar con esperanza el tiempo en que nuestro Señor en su misericordia os aliviará vuestros sufrimientos. Cualquier cosa que suceda, comportaos de modo tal que Dios sea glorificado. Veinte de nosotros están aquí en prisión. Estamos bien, gracias a Dios. Después que muramos, cuidad nuestras familias. Hay muchas cosas más que decir pero no se puede decir todo, entonces debo cerrar esta carta. Permaneced firmes, nos vemos en el cielo... Les envío mi beso de amor... Pronto Dios les enviará un pastor mejor que yo" (Kim Andrés, Vicario General)

   Después de tres meses en la cárcel el padre Kim fue decapitado, el 16 de septiembre de 1846. Tenía 26 años de edad, y fue el primer sacerdote coreano martirizado.


Respuesta  Mensaje 7 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 03/09/2009 07:25

21 de septiembre
BEATO LORENZO JOSÉ MARIO IMBERT(*)
Obispo Mártir en Corea
(1846 d.C.)

A

   En 1784, un intelectual coreano, bautizado en Pekín, consiguió introducir el cristianismo en Corea. Pero aquella naciente cristiandad sufrió una dura persecución y estuvo a punto de ser aniquilada. Sin embargo, cuando en 1794 un sacerdote chino vino de Pekín encontró todavía cuatro mil cristianos, tan fervorosos que en poco tiempo su número se duplicó. En 1801 se produce una nueva represión, y el sacerdote fue ejecutado con unos trescientos cristianos, entre quienes destacaba la noble figura de Juan Niou y su mujer Lutgarda, que habían contraído matrimonio sin usar nunca del mismo.

   Treinta años después, la Sagrada Congregación de Propaganda erigía un vicariato apostólico en Corea y lo confiaba al Seminario de Misiones Extranjeras, de París. Pese a que en 1815 y en 1827 había habido nuevas oleadas de persecución, el número de cristianos sobrepujaba ya los seis millares. Al frente del nuevo vicariato iba a ser colocado un fervoroso misionero de China: Lorenzo José Mario Imbert.

   Su nombre es el primero y el más destacado de la larga relación de mártires cuya fiesta se celebra hoy. Había nacido en la diócesis de Aix-en-Provence. Su familia residía en Calas, y era harto pobre. Es conmovedor saber cómo aprendió a leer: un día encontró un centimillo en la calle, con el compró un alfabeto y rogó a una vecina que le enseñara las letras. Así, a fuerza de perseverancia, consiguió la preparación suficiente para poder ingresar, en 1818, en el seminario de Misiones Extranjeras. Después de dos años de estudios se embarca en Burdeos y marcha a trabajar a China.

   En plena tarea apostólica le sorprende el nombramiento de vicario apostólico de Corea y su elevación al episcopado. En mayo de 1837 es consagrado en Seu-Tchouen, y al terminar el año llega a Corea.

   No era el primero en llegar. Le habían precedido ya otros dos misioneros, llamados a compartir el martirio con él. Los dos franceses: Pedro Filiberto Maubant, nacido en la diócesis de Bayeux, y Santiago Honorato Chastán, nacido en la diócesis de Digne. El primero había venido directamente de Francia. El segundo había trabajado anteriormente en Siam.

   Inmediatamente pusieron manos a la obra. Ante todo fue necesario aprender la lengua coreana, tributaria del chino, pero con muchas analogías con los dialectos siberianos. Después pudieron ya ponerse de lleno al trabajo apostólico.

   Escuchemos a monseñor Imbert lo que era su vida: "No permanezco mas que dos días en cada casa que reúno los cristianos, y antes de que amanezca el tercer día paso a otra casa. Me toca sufrir mucha hambre, porque después de haberme levantado a las dos y media de la madrugada, esperar hasta el mediodía y recibir entonces una comida mala y floja, bajo un clima bajo y seco, no es cosa fácil. Después de comer reposo un poco, y a continuación doy clase de teología a mis seminaristas; después oigo confesiones hasta la noche. Me acuesto a las nueve sobre la tierra cubierta de una lona y un tapiz de lana de Tartaria, porque en Corea no hay ni camas ni mantas. He tenido, siempre un cuerpo débil y enfermizo, y a pesar de todo he llevado adelante una vida laboriosa y bien ocupada; pero aquí pienso haber llegado a lo superlativo y al nec plus ultra de trabajo. Ya os imaginaréis que con una vida tan penosa no tengamos miedo al golpe de sabio que debe terminarla."

   Todo esto había que hacerlo con el mayor secreto. Las quince o veinte personas a las que había atendido cada día: confesiones, bautismos, confirmaciones, matrimonios, etcétera, tenían que retirarse antes de la aurora. Aun así, aquella vida no pudo prolongarse mucho tiempo. Dos años después de su llegada, el 11 de agosto de 1839, monseñor Imbert era detenido por los perseguidores.

   Comprendió bien que había llegado el final de su vida. Y creyó un deber, para evitar apostasías a los fieles seguidores, invitar a sus dos compañeros a entregarse. La tarjeta enviada por el obispo, que era una invitación al martirio, llegó primero al padre Maubant, quien la transmitió a su compañero el padre Castán. Ambos obedecieron sin vacilar. Cada uno redactó una instrucción para uso de sus fieles y luego en común unas líneas dirigidas a toda la cristiandad coreana. Escribieron una breve memoria para el Cardenal Prefecto de Propaganda Fide y una carta a sus hermanos de las Misiones Extranjeras para encomendarles a sus neófitos. En esta carta es donde alegremente, como si quisieran aliviarles la pena, dicen que "el primer ministro Ni, actualmente gran perseguidor, ha hecho fabricar tres grandes sables para cortar cabezas".

   Todo esto llevaba la fecha del 6 de septiembre. Y una vez terminados los preparativos, los dos misioneros se unieron a su obispo. Los tres europeos comparecieron ante el prefecto y confesaron noblemente su fe: "Por salvar las almas de muchos, no hemos vacilado ante una distancia de diez millares de lys. Denunciar a nuestras gentes, y hacerles daño, olvidando los diez mandamientos, no lo haremos jamás, preferimos morir." Aquel mismo día 15 de septiembre recibieron la primera paliza, con bastones. Otra nueva les esperaba, después de un interrogatorio similar, el día 16. Por fin, el día 21 tuvo lugar el suplicio final.

   Les desnudaron hasta la cintura, y les asaetearon cruelmente, de arriba a abajo, a través de las orejas, les colmaron de heridas y, por fin, los rociaron de cal viva. Después de obligarles a dar por tres veces la vuelta a la plaza, mostrándose al público que se burlaba de ellos, se les hizo arrodillarse. Los soldados empezaron a correr en su derredor y al pasar les golpeaban con su sable. El padre Castán se puso instintivamente de pie al recibir el primer golpe. Después se arrodilló junto a sus dos compañeros, que estaban inmóviles. Al poco tiempo, los tres habían muerto.

   Pero no eran ellos solos. Antes y después iban a perecer en aquélla misma persecución otros muchos cristianos.

   El primer lugar, un sacerdote nativo: el padre Andrés Kim. De acuerdo con las mejores tradiciones del seminario de Misiones Extranjeras, los misioneros se habían preocupado de ir preparando, en lo posible, un clero nativo. Cuando ellos murieron, el padre Kim se esforzó por conseguir que vinieran nuevos misioneros. En estos afanes le sorprendieron los perseguidores. Después de larga estancia en la cárcel, fue decapitado en 1846.

   En la misma persecución murieron también diez catequistas y una muchedumbre de fieles. De entre ellos se escogieron unos cuantos, a quienes hoy veneramos en los altares: setenta y cinco héroes "nobles y plebeyos, jóvenes y viejos, mujeres ya maduras y jóvenes en la más florida edad, que prefirieron las cárceles, los tormentos, el fuego, el hierro, las cosas más extremas a trueque de no apartarse de la religión santísima. Para tentar su fe, los bárbaros verdugos recurrieron a los tormentos más refinados. Unos fueron ahorcados, a otros les rompieron las piernas, otros fueron azotados hasta la muerte, otros quemados con planchas ardientes, otros enterrados vivos en nichos para que murieran de hambre, y así todos cambiaron esta vida por otra inmortal y feliz. Tantos y tan crueles suplicios los sufrieron todos con invicta fortaleza". Tales son las palabras del Decreto de beatificación expedido por el Papa Pío XI. Porque, como ya anteriormente se había escrito en el Decreto de tuto, aquélla muchedumbre, en la que había incluso niños de quince y trece años, "mostró tanta constancia en profesar la fe, que en manera alguna pudo la rabia de los perseguidores llegar a vencerla. Ni las cárceles largas y horribles, ni los tormentos crudelísimos, ni el hambre y la sed, con la que ellos eran probados, ni otros horrendos suplicios, ni el terror y los halagos de los jueces impíos, ni la edad juvenil o provecta, ni el amor materno, ni la piedad filial, ni el dulce yugo del matrimonio, fueron capaces de superar la fortaleza y firmeza de aquellos mártires".

   No es extraño que muy pronto se extendiera por todo el mundo la fama de su admirable ejemplo. Por eso, el Papa Pío XI, superando las dificultades de tipo jurídico que se oponían a su beatificación, pues resultaba muy difícil recoger las pruebas exigidas con todo el rigor canónico, teniendo en cuenta que había certeza absoluta de la realidad del martirio, los beatificó solemnemente en 1925. Su sangre, como siempre ha ocurrido, fue semilla de nuevos cristianos, y hoy Corea, al menos en su parte Sur, libre del comunismo, es una de las cristiandades más florecientes y esperanzadoras de todo el Extremo Oriente.


Respuesta  Mensaje 8 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 03/09/2009 07:25

21 de septiembre
BEATO SANTIAGO HONORATO CHASTAN
Sacerdote Mártir en Corea
(1846 d.C.)

A

   Santiago Honorato Chastan nació en Marcoux (Basses-Alpes), el 7 de octubre de 1803. Comenzó sus estudios en Brusquet, los sigue en el seminario menor de Embrun y los finaliza en el seminario mayor de Digne. 

   Después de su ordenación sacerdotal, que tuvo lugar el 23 de diciembre de 1826, entra, el 13 de enero de 1827, al Seminario de las Misiones Extranjeras de París  El 2 de abril siguiente, lo envían a Macao, dejándole a Baroudel, el procurador de las Misiones Extranjeras de esa ciudad, la responsabilidad de el lugar de destino. Apenas desembarcado, pide ser enviado a Corea, pero su deseo no fue realizado inmediatamente. Nombrado profesor en el Colegio General en Pinang, además de cumplir allí esa función, trabaja en la parroquia de iPulo Tikus. Cuando Monseñor Bruguière parte para Corea, Santiago pide acompañarlo, a lo que el obispo accede. 

   En mayo de 1833, vuelve a Macao, desde donde se embarca para Fo-kienen en septiembre. A través de China y Manchuria, llega a la frontera coreana, pero no encontrando a nadie que lo guíe, se retira a Pekin.  A la espera de una ocasión favorable, acepta ejercer su ministerio en Chang-tong, y durante dos años administra un distrito de esa provincia. A fines de1836, vuelve a la frontera de Corea, y asiste a los cristianos de Pien-men. Los fieles tenían que ayudarlo a penetrar en la misión, cosa que estaba prohibida para todos bajo pena de muerte. Finalmente, el 31 de diciembre,  gracias a la oscuridad de la noche, puede burlar la vigilancia de los guardias y, el 15 de enero de 1837, llega a Seul. Allí estudia la lengua del lugar y después de la Pascua visita a algunos cristianos de las provincias vecinas. 

   En 1838, administra las misiones del sur, y envía un catequista a las islas Lieou-kieou. Al año siguiente, se desencadena una violenta persecución y su obispo, ya encarcelado, le sugiere entregarse a las autoridades, para evitar así que los fieles sean torturados. El padre Santiago obedece de inmediato, y junto con otro misionero, el padre Maubant, se entregan el 6 septembre. Previamente había escrito una hermosa carta de adios a los miembros de la Sociedad de Misiones Extranjeras.

   Conducidos a la capital, fueron encarcelados junto con Monseñor Imbert siendo cruelmente golpeados y después condenados a muerte. El padre Santiago Chastan fue decapitado el 21 de septiembre de 1839, en Saï-nam-hte cerca de Seul. Sus restos et los de los otros dos mártires quedaron expuestos durante tres días. Luego fueron sumariamente inhumados en la arena del lugar de la ejecución. En  1843, transferidos a la montaña llamada Sam-syeng-san (de los tres santos). Desde mayo de 1903 reposan en la cripta de la catedral de Seul. 

   La causa de beatificación del mártir fue introducida por un decreto fechado el 24 de septiembre de 1857. En 1925, Pío XI, lo beatificó junto con otros 79 mártires que dieron su vida por la fe en Corea entre los años 1838 y 1846


Respuesta  Mensaje 9 de 10 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 03/09/2009 07:26

21 de septiembre

SAN MATEO,   Apóstol y Evangelista

Jesús vio a un hombre sentado en el banco de los
impuestos, llamado Mateo, y le dijo: Sígueme; y él,
levantándose, lo siguió.
(Mateo, 9, 9).

   San Mateo, "Leví, el publicano", dejó, al llamarlo Jesucristo, sus bienes reunidos percibiendo impuestos. Después de la Ascensión, escribió primero su Evangelio a pedido de los hebreos convertidos, fuese después a predicar a Egipto y de allí pasó a Etiopía, donde resucitó a la hija del rey. La hija mayor del rey, Ifigenia, oyó del Apóstol el elogio de la virginidad y se obligó con voto de perpetua castidad ella y otras doscientas jóvenes. Hirtaco, usurpador del reino, quiso casarse con ella, pero San Mateo la animó a perseverar en su voto. El bárbaro rey envió soldados que masacraron al santo Apóstol al pie del altar.

MEDITACIÓN
SOBRE SAN MATEO

   I. Nuestro Señor, viendo a San Mateo sentado en el banco de los impuestos, lo llamó para hacerlo su discípulo. De inmediato se levantó San Mateo y lo siguió. Jesucristo pasa, nos mira y nos llama: rindámonos a la invitación de la gracia, cuando Jesús se haya alejado, quien sabe si aun lo podamos encontrar... Levantémonos prontamente, renunciemos al pecado con una voluntad firme de no volver a caer en él. Desde tanto tiempo nos llama Jesucristo, y siempre estamos en el mismo estado, siempre tibios en su servicio, siempre apegados a nuestros placeres.

   II. San Mateo es uno de los cuatro Evangelistas; mas no se contentó con escribir el admirable Evangelio que tenemos en nuestras manos, quiso predicar a los etíopes lo que había escrito. Tú no puedes escribir ni anunciar el Evangelio como hizo él, pero puedes y debes obedecer al Evangelio tanto como él. Tienes fe: que tus actos estén de acuerdo
con tu creencia. Hay que acordar nuestra vida con el Evangelio. (San Crisólogo)

   III. San Mateo fue mártir, se puede decir, de la hermosa virtud de la castidad. Tu vida debe ser un martirio continuo. Es preciso que te prives de tus placeres más dulces, que mueras incesantemente a ti mismo por la mortificación de tus sentidos, de tus pasiones y de tu voluntad propia. Esto es duro, lo confieso, pero el paraíso bien merece la pena de que se sufra algo. Es duro, sí, pero mucho más duro será para los réprobos oír esta sentencia: ¡Id, malditos, al fuego eterno!

La fidelidad a la vocación
Orad por la propagación de la fe.

ORACIÓN

    Asistidnos, Señor, por los méritos de San Mateo, vuestro Apóstol y Evangelista, a fin de que su intercesión nos procure los dones que no podemos obtener por nosotros mismos. Por J. C. N. S. Amén.


Respuesta  Mensaje 10 de 10 en el tema 
De: ♥♥♥♥LEONCITA♥♥♥♥ Enviado: 02/01/2010 04:13
foto super con amor
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
graciasportusbellosmensajes2.gif picture by misconcursos
 
 
 
 
 
 
 
 
Imagen5leoncita.jpg picture by SONADORADEAMOR


Primer  Anterior  2 a 10 de 10  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados