Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

*:·.★*Gaviotas volando en Amor y Libertad*★*:·.
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ....... 
 Un cordial saludo de bienvenida a todos nuestros amigos. 
 GRACIAS POR TU VISITA 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜMensajes 
 ♥ ஜBuzones NAVIDAD 2012 
  
 ི♥ྀ´¯`♥•.¸¸.ི♥ྀ´¯`•♥•´¯` ི♥ྀ.¸¸.•♥ 
 *♥ ஜReglas Conducta 
 ♥ ஜARTE DE GAVIOTA FONDOS 
 ♥ ஜBienvenidos 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜ MIRELA JUSTICIERA 
 ♥ ஜ Reconocimientos 
 ♥ ஜCumples 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜReflexiones 
 ♥ ஜ*Poesia 
 ♥ ஜCapilla Virtual 
 ♥ ஜReligion 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜSuperacion 
 ♥ ஜNene Interior 
 ♥ ஜCoelho y Hays 
 ♥ ஜ Pps Alex&Odris 
 ♥ ஜ*Mugrosos 
 ♥ ஜ۩۞۩ஜComus hermanas 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜMetafisica 
 ♥ ஜKabalah 
 ♥ ஜSabiduria 
 ..... 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜMusica 
 ♥ ஜVideos 
 ♥ ஜNuestro Mundo 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜFantasia 
 ♥ ஜ Gastronomia 
 ♥ ஜBelleza Salud 
 ♥ ஜAdorna tu Nick 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ♥ ஜBuzones Firmas 
 ♥ ஜFirmas Gaviota Libertad 
 ♥ ஜFirmas 
 ♥ ஜ Firmas Valenciano 
 ♥ ஜFirmas Fondos I S H A 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`*•✿•*¨`​*•✿•*¨`*•✿ 
 ....... 
 ♥ ஜGAVIOTAS Presentacion 
  
 
 
  Herramientas
 
*★*:·Santoral: ?*Septiembre 26?*:·.
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 9 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★*  (Mensaje original) Enviado: 05/09/2009 05:18


Primer  Anterior  2 a 9 de 9  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 9 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 05/09/2009 05:19

25 de septiembre
SAN JUSTINO,
Mártir
(63 o 64 d.C.)

.

.

   San Justino era un ciudadano romano de 17 o 18 años de aristocrática familia, que fue decapitado en Roma en tiempos del emperador Nerón, en el año 62 o en el 64.

   Fue sepultado en una catacumba romana y en 1680 trasladaron los restos  a Castelfranco Veneto. Primero lo depositaron en la capilla de la Piedad de la iglesia románica, máas tarde, en 1757, fue colocado bajo el altar de la Asunción del nuevo Duomo.


Respuesta  Mensaje 3 de 9 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 05/09/2009 05:20

25 de septiembre
SAN CLEOFÁS,
Discípulo de Nuestro Señor
(Siglo I)

.

.

   Dos veces aparece este nombre en los Evangelios. Una en San Lucas cuando habla de los dos discípulos que marchaban a Emaús y la otra en San Juan cuando habla de una “María, la mujer de Cleofás” que estaba presente en el Calvario, acompañando a la Virgen, la tarde en que fue crucificado y moría Jesús. Sin que pueda establecerse con certeza que estos dos personajes fueran marido y mujer, ya que varones llamados Cleofás debía haber bastantes en Jerusalén, sí parece que el esposo de esa María del Calvario debía ser un cristiano bastante conocido entre los discípulos, cuando San Juan escribe su evangelio y también que ambos estuvieron muy cerca de los acontecimientos que hoy narramos.

   Es la alborada del domingo. Las santas mujeres quieren envolver en lienzos el cuerpo y poner perfumes preciosos, a la usanza judía, en el cadáver que no pudo prepararse con finura el viernes por la tarde cuando lo pusieron en el sepulcro. En aquel momento hubo tanto... tanto dolor y tan poco tiempo que la noche se echaba encima y solo pudieron improvisar. Hoy, pensaban, con la luminosidad del día, podremos demostrar con obras el amor que le tuvimos sin miedo a que sea un obstáculo el tiempo; sí, hoy será distinto.

   El sepulcro está vacío, no tiene cuerpo dentro. Unos ángeles avisan que está vivo el muerto. Las mujeres, locas de alegría, nerviosas, corren y transmiten la nueva a los discípulos. Pedro y los demás no pueden creer ese inusitado acaecimiento.

   La distancia de Jerusalén a Emaús es de algo más de diez kilómetros. Hacia Emaús caminan ese mismo día dos discípulos del Maestro. Uno de ellos responde al nombre de Cleofás. Van comentando entre ellos los acontecimientos del fracaso de Jesús en los días pasados. Como los hombres también lloran, aún mantienen sus ojos la hinchazón y rojez de abundantes lágrimas derramadas a moco tendido no hace mucho tiempo, quizá cuando se despidieron de sus compañeros. Las pisadas son pesadas porque llevan la amargura en el pecho.

   Se les unió un caminante como compañero de camino. Ellos temían “ofuscada la mirada”. Al preguntar qué les pasa, Cleofás con tono enojado casi le regañó por no estar al día de lo que ha pasado en la Ciudad Santa. Cuando resumen los hechos tan trágicos e impresionantes, el viajero les recordó que ya estaba previsto por los profetas.

   Al acercarse a la aldea, el caminante hace intención de proseguir. Cleofás y su amigo le insistieron: “Quédate con nosotros, que el día ya declina”. El caminante accedió, entró con ellos en la casa, se sentó a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió en trozos, y se lo dio. En este instante le reconocieron.


Respuesta  Mensaje 4 de 9 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 05/09/2009 05:21

25 de septiembre
SAN GERMÁN EL PARALÍTICO,(*)
Monje
(1054 d. C.)

.

   Es necesario dar una breve noticia sobre este Germán, tan bien conocido, puesto, que generalmente se le llama beato y su fiesta se celebra en algunos monasterios benedictinos, con autorización de la Santa Sede.

   Nació en Suabia, en el seno de una familia de la casa de Altshausen, en el año de 1013 y desde que nació fue incapaz de moverse, no porque fuese paralítico, sino porque sus miembros estaban deformados de tal manera y todo su cuerpo tan contrahecho, que habría de serle imposible todo movimiento normal. Era un niño apenas cuando sus padres lo dejaron al cuidado de los monjes de la abadía de Reichenau, en una isla del Lago Constanza, donde pasó los cuarenta años de su vida. A la edad de veinte hizo su profesión religiosa. Como sucede con frecuencia con los que sufren alguna invalidez física, la viva y despejada mente de Germán era un instrumento tan útil como era inútil el de su cuerpo y, por obra de su voluntad, puso toda su inteligencia al servicio del estudio y de Dios. Entre sus escritos figura una de las primeras crónicas de los sucesos mundiales que se escribieron durante la Edad Media, un largo poema inconcluso sobre el pecado mortal y un tratado matemático-astronómico que se abre con estas palabras: "Germán, la hez de los mínimos hijos de Cristo, a la zaga de los aprendices de filosofía, con la lentitud de un asno o de un caracol... "Pero lo más precioso que se conserva de aquel infortunado monje tullido, es un par de inolvidables himnos a Nuestra Señora: el "Alma Redemptoris mater" y, casi ciertamente la "Salve Regina". No nos debe extrañar que el buen Germán fuese también un diestro fabricante de instrumentos astronómicos y músicos.

   Aquel santo monje, a quien se admiró en su época como a la "maravilla de los tiempos", murió en el año de 1054.

   Ver el Die Kultur der Abtei Reichenau (2 vols., 1925). El mejor texto de la crónica se encuentra en MGH., vol. V y ha sido traducido al alemán. F. A. Yeldham contribuyó con un artículo sobre los escritos de Germán, al Speculum, vol. III (1928), pp. 250 y ss. Hay un breve ensayo sobre el monje Germán en What are Saints? de Fr. C. C. Martindale. En cuanto al supuesto autor de la "Salve Regina", ver Familiar Prayers (1953), pp. 119-125, de H. Thurston.


Respuesta  Mensaje 5 de 9 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 05/09/2009 05:21

25 de septiembre
SAN SERGIO de RADONEZH,(*)
Abad
(1392 d. C.)

.

   Entre santos rusos, el más conocido e importante es sin lugar a dudas, el monje San Sergio de Radonezh. En los primeros tiempos, los grandes centros del monasticismo ruso se encontraban en las ciudades o cerca de ellas, pero las invasiones de los tártaros en el siglo trece, que acabaron con la civilización urbana en la región sur del país, desquiciaron también, naturalmente, a los monasterios y su funcionamiento. Muchos de ellos se mantuvieron en existencia, pero su actividad se debilitó y degeneró, y los monjes que verdaderamente buscaban una vida más perfecta, comenzaron a emigrar de los monasterios a la campiña, sobre todo a las vastas soledades de los bosques del norte. A aquellos ermitaños rurales se les llamó pustiniky, es decir, hombres de los bosques. A San Sergio de Radonezh se le considera como el iniciador de aquel movimiento. En realidad, la emigración de los monjes del sur, no fue más que la primera etapa de un movimiento general que se realizó simultáneamente en varios lugares y dio origen a gran número de nuevos centros de vida monástica. Pero como quiera que haya sido, San Sergio descolló como el personaje más distinguido de aquel período, y muchos le consideran como la figura más brillante en el santoral ruso. Y no sólo fue un buen monje, sino también un magnífico civilizador. La imposición de la soberanía de los tártaros y las continuas oleadas de invasiones, matanzas y saqueos (que se prolongaron durante un siglo, a partir de 1237) hundieron al pueblo ruso en las profundidades de la miseria y la desmoralización. En aquel caos, un solo hombre, San Sergio, con las únicas armas de su influencia y su ejemplo, logró algo magnífico: unificar al pueblo ante el opresor, restablecer su respeto propio y su confianza en Dios. El historiador Kluchevsky admite decididamente que los rusos deben su liberación a la educación moral y a la influencia espiritual de Sergio de Radonezh.

   Alrededor del año de 1315 vino al mundo este santo en el seno de una noble familia que residía cerca de Rostov, y en la pila bautismal recibió el nombre de Bartolomé. Entre los tres hijos varones del matrimonio, Bartolomé parecía el menos inteligente y continuamente se le echaba en cara su lentitud para aprender, lo cual le hacía sufrir mucho de manera que, cierto día en que paseaba por el campo y se encontró con un monje que mantuvo una larga charla con él, le propuso que le enseñara a leer y escribir, con el propósito especial de estudiar la Biblia. Según nos dicen los cronistas y los biógrafos, el monje le dio al niño a comer un trozo de pan con sabor dulzón y, desde aquel momento, Bartolomé pudo leer y escribir como una persona adulta y mucho mejor que sus hermanos.

   Por aquel entonces, comenzaba a formarse y crecer el principado de Moscú. Una de las primeras consecuencias de aquel crecimiento fue la destrucción del poder y la influencia de Rostov; entre las víctimas de esa política estuvieron los padres de Bartolomé, Cirilo y María. Aún no salía de la infancia, cuando el resto de la familia tuvo que huir hasta encontrar refugio en la pequeña aldea de Radonezh, ciento ochenta kilómetros al noroeste de Moscú, donde los arruinados aristócratas de Rostov, tuvieron que vivir de su trabajo, como campesinos. Así entró Bartolomé en su juventud y, al ver que sus obligaciones se limitaban a cuidar de sí mismo, puesto que sus hermanos se bastaban solos y ya no tenía padres, decidió realizar el proyecto, largamente acariciado, de vivir en la soledad. En 1335, abandonó su casa en compañía de su hermano Esteban, que acababa de quedar viudo.

   El lugar que eligieron para construir sus ermitas, era un prado llamado Makovka, en un claro del bosque, a varios kilómetros de distancia de cualquier sitio habitado. Ahí edificaron una cabaña y una capilla con troncos de árboles y, a solicitud de los hermanos, el metropolitano de Kiev envió un sacerdote para que bendijera la pequeña iglesia y la dedicara a la Santísima Trinidad, una advocación que era muy rara en la Rusia de aquel entonces. Poco tiempo después, Esteban se fue a vivir en un monasterio de Moscú y, durante años, el solitario Bartolomé desapareció de la vista de los hombres.

   Sus biógrafos se refieren a aquel período desconocido y nos hablan de terribles asaltos del demonio victoriosamente rechazados, de ataques de fieras salvajes y hambrientas que fueron domesticadas con un signo, de privaciones sin cuento y trabajo agotador, de noches enteras de plegaria y de un constante progreso en el camino de la santidad. Todo lo que se cuenta de aquella época, recuerda demasiado las experiencias de los primeros padres del desierto. Sólo que hay una diferencia muy importante: nosotros, en el occidente, asociamos las penurias de la vida eremítica con San Antonio y otros santos de Egipto y Siria y, pensamos en seguida en las extensiones de arena, en las rocas desnudas, el calor sofocante y la falta de agua. Para Bartolomé o Sergio, como le llamaremos de ahora en adelante, ya que cierto abad que le visitó en su ermita, le impuso la tonsura y ese nombre, las penalidades eran de un tipo muy distinto: el hielo, la nieve, las tempestades, las lluvias torrenciales y las manadas de lobos hambrientos. La actitud de todos estos ermitaños ante la naturaleza salvaje se ha vinculado con la de San Francisco de Asís. Así como Pablo de Obnorsk se hizo amigo de las aves, Sergio domesticó a los osos y llamaba "hermanos" al fuego y a la luz. Pero en lo físico, había una enorme diferencia entre la figura de San Francisco y la de San Sergio que, según se advierte en sus representaciones más antiguas, era un hombrazo alto y fornido, de luenga barba y gesto rudo, como cualquier campesino ruso.

   Como ha sucedido con muchos otros personajes similares, llegó el momento en que la reputación de santidad del ermitaño de Makovka se extendió por todas partes y comenzaron a reunirse los discípulos en torno suyo. Cada uno construyó su propia choza, y así nació el monasterio de la Santísima Trinidad. Cuando fueron doce, y tras muchos ruegos, incluso los del obispo de la ciudad más próxima, Sergio accedió a ser el abad que gobernase a aquella comunidad. Recibió las órdenes sacerdotales en Pereyaslav Zalesky y ahí mismo ofició su primera misa. "Hermanos," dijo durante su sermón, resumiendo un capítulo entero de las reglas de San Benito, "orad por mí. Soy un hombre ignorante y, si he recibido de lo alto el talento para ser sacerdote y abad, debo rendir cuenta cabal de él y del rebaño que me ha sido confiado."

   El monasterio floreció rápidamente, no tanto en bienes temporales como en los espirituales. Entre sus primeros reclutas figuró el archimandrita de un monasterio de Smolensk. El claro del bosque fue ampliado; en torno a las cabañas y la iglesia se construyeron otras casas; surgió una aldea y, no obstante las protestas de Sergio, se abrió un camino real por donde comenzaron a llegar los visitantes. En el curso de todas aquellas tareas, el abad tenía siempre presente que él era el primero entre sus iguales y, en todo momento, ya fuera en el trabajo o en la iglesia, imponía el ejemplo de su asiduidad.

   No tardó en presentarse el problema de elegir entre las dos formas de vida monástica que se observaban en el oriente, para seguirlo en la Santísima Trinidad. Hasta entonces, los monjes habían observado una norma individual de "ermitaños en comunidad," donde cada uno tenía su propia cabaña y labraba su propia porción de tierra. Sin embargo, San Sergio estaba en favor de la vida en común cenobítica y, en 1354, impuso la deseada reforma, debido en parte a una recomendación en este sentido, por parte de Fileteas, el patriarca ecuménico de Constantinopla. Por desgracia, aquella reforma ocasionó trastornos. Algunos de los monjes descontentos con el cambio, manifestaron sus protestas y, en su movimiento de rebelión, encontraron un jefe en la persona de Esteban, el hermano de San Sergio, quien había dejado su monasterio de Moscú para ingresar al de la Santísima Trinidad. El asunto llegó a mayores: hubo incidentes penosos y discusiones desagradables hasta que, cierto sábado después de las vísperas, para evitar mayores pendencias con su hermano, San Sergio partió calladamente de su monasterio, con la intención de no volver nunca, y fue a instalarse como ermitaño en las riberas del Kerzhach, no lejos del monasterio de Makrish. No tardaron en seguirle numerosos monjes de la Trinidad y, así la casa original comenzó a degenerar hasta el extremo de que el metropolitano Alexis de Moscú, envió a dos archimandritas con apremiantes mensajes a San Sergio para que retornara a hacerse cargo de su puesto de abad. Al cabo de muchos ruegos, Sergio accedió y, luego de nombrar un abad para su nuevo establecimiento de Kerzhach, reanudó sus funciones. Su ausencia había durado cuatro años, y los monjes salieron a recibirle y le tributaron toda suerte de homenajes, "con tan sincero regocijo, que todos le besaron las manos, muchos se postraron en tierra para besarle los pies y otros besaron sus vestiduras."

   Como había ocurrido con San Bernardo de Claraval dos siglos antes y con muchos otros santos monjes de oriente y de occidente, antes y después, acudieron a consultar a San Sergio los más encumbrados personajes de la Iglesia y del Estado. Con frecuencia se le confiaron misiones para gestionar la paz o para que fungiera como árbitro y, en más de una ocasión, se hicieron vanos intentos a fin de convencerle a que aceptara el cargo de primado de la Iglesia de Rusia. Fue por aquel entonces, entre los años 1367 y 1380, cuando se produjo el gran rompimiento entre Dimitri Donskoi, príncipe de Moscú, y el khan Mamaí, jefe absoluto de los tártaros. Dimitri se vio obligado a lanzar un desafío que, si fracasaba, habría de acarrear a Rusia mayores catástrofes de cuantas había conocido a lo largo de su historia. Antes de tomar cualquier decisión, el príncipe fue a pedir consejo a San Sergio. Este bendijo a Dimitri y le advirtió: "Es vuestro deber, señor, cuidar del rebaño que Dios ha confiado en vuestras manos. ¡Adelante entonces contra los herejes y conquistadlos en nombre del poder divino! ¡Dios permita que tornéis con bien para dar a El toda la gloria de vuestra hazaña!"

   De manera que el príncipe Dimitri partió a la guerra y se llevó consigo a dos monjes de la Santísima Trinidad que habían sido soldados. Cuando se enteró del enorme poder de su enemigo, volvió a titubear y se hallaba a punto de devolverse y abandonar la empresa, cuando llegó un mensaje de San Sergio con estas palabras: "No temáis, señor. Marchad armado de confianza en vencer la ferocidad del adversario. Dios estará a vuestro lado." Así, el 8 de septiembre de 1380, se libró la batalla de Kulikovo que, para Rusia, tuvo el mismo significado que tuvieron para Europa occidental, las batallas de Tours o de Poitiers. Los tártaros fueron vencidos y huyeron en desorden. "Y en aquel preciso instante," dicen las biografías, el bendito Sergio, al frente de sus hermanos, oraba a Dios para pedirle la victoria. Y, una hora después de que los herejes habían sido expulsados del suelo de Rusia, a muchas leguas de distancia, el abad anunció a los monjes la derrota del enemigo, porque San Sergio era vidente."

   De esta manera, San Sergio de Radonezh desempeñó un papel decisivo al iniciarse el derrumbe del poder de los tártaros en Rusia. Desde entonces, no se le dejó permanecer en paz en su monasterio y continuamente se requerían sus servicios para misiones políticas o eclesiásticas; las primeras, sobre todo para restablecer la paz y la concordia en las rivalidades entre los príncipes rusos; las segundas, particularmente en relación con la fundación de nuevos monasterios. Se afirma que sus frecuentes viajes a través de enormes distancias los realizaba a pie.

   Uno de los biógrafos habla en términos generales de los "muchos milagros incomprensibles" que obró Sergio y sólo se detiene en algunas de las maravillas, no sin advertir que el propio santo recomendaba que se guardase silencio respecto a sus poderes sobrenaturales. Sin embargo, hace un relato muy detallado, claro y convincente sobre una visión de la Madre de Dios (una de las primeras apariciones de la Santísima Virgen de las que se registran en la hagiografía rusa) que se presentó ante Sergio y otro monje, acompañada por los apóstoles Pedro y Juan, para asegurarle que su monasterio florecería extraordinariamente en un futuro no muy lejano. La objetividad de aquella visión, es característica de la hagiografía de Rusia, donde rara vez ocurren los raptos o los éxtasis, pero en cambio, el Espíritu Santo desciende sobre los elegidos y les permite ver auténticas apariciones, terrenales o celestiales, ocultas a los ojos de los menos santos.

   Seis meses antes de su muerte, San Sergio supo que el fin se acercaba. Renunció a su cargo, nombró a un sucesor y, enfermo por primera vez en su vida, permaneció recluido en su celda. "Cuando su alma estaba a punto de abandonar el cuerpo, recibió el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sostenido en el lecho por los brazos de sus discípulos. Alzó sus manos al cielo, se movieron sus labios para musitar una plegaria y entregó su espíritu puro y santo en manos de su Señor, el 25 de septiembre de 1392, posiblemente a la edad de setenta y ocho años."

   De acuerdo con lo que dice el Dr. Zernov, es difícil definir exactamente la razón por la cual se agrupó la gente en torno a San Sergio. No era un predicador elocuente ni un hombre de gran saber y, a pesar de que se registraron varias ocasiones en que algunas personas quedaron curadas por las oraciones del santo, no se le puede describir como un curandero popular. Era, en primer lugar, su personalidad lo que atraía a la gente. Era el calor de su afectuosa atención, lo que le hacía indispensable para los demás. Poseía esos dones que tan rara vez se encuentran en las personas: una confianza ilimitada en Dios y en la bondad de los hombres, a quienes nunca dejó de consolar y alentar." Lo mismo que otros muchos monjes, San Sergio consideraba como parte de su vocación monástica el servicio activo y directo para bien del prójimo. Por eso, el prójimo, tanto el noble como el plebeyo, lo consideró siempre como un maravilloso y poderoso médico del alma y del cuerpo, como un amigo de los que sufren, como el que da de comer al hambriento, defiende al desamparado y da buen consejo al que lo ha menester. Una de las características de aquellos monjes del norte, era su amor por la pobreza personal y común y por la soledad, en cuanto lo permitieran sus deberes comunales y sus atenciones a los necesitados. Sergio instaba a sus hermanos a "tener siempre presente el luminoso ejemplo de aquellos grandes monjes de la antigüedad, verdaderos portadores de la antorcha del cristianismo, que vivieron en este mundo como ángeles: Antonio, Eutimio, Sabas... Los monarcas y las gentes del pueblo acudían a ellos; curaban las enfermedades y ayudaban al necesitado; alimentaban al hambriento y eran como el arcón de las viudas y los huérfanos."

   El cuerpo de San Sergio fue sepultado en la iglesia mayor de su monasterio, donde permaneció hasta la revolución de 1917. Los bolcheviques clausuraron el monasterio, y las reliquias del santo fueron exhibidas en el "museo antirreligioso" que se estableció ahí. En 1945 se autorizó a los jefes de la Iglesia ortodoxa rusa a reabrir el monasterio, y los restos de San Sergio volvieron a su sepultura. Los rusos mencionan a San Sergio de Radonezh en los preparativos para la consagración, en la liturgia eucarística.

   Hay abundantísima literatura manuscrita sobre la vida de los santos rusos. Los santos de la edad Media pertenecieron a tres escuelas distintas: los de Kiev y Ucrania fueron los más antiguos y son, en su mayoría, "santos príncipes" y "santos monjes." El monasterio de las Cuevas, en Kiev, pertenece a este período, y fue ahí donde se produjo el primer paterik, o sea la colección de vidas de santos en el distrito o la región que comprendía el monasterio. Sin embargo, existen dos biografías sobre santos anteriores a la época de los mongoles y que son de fecha mucho más antigua: la vida de San Teodoro y la de San Abraham de Smolensk. Después de la conquista de los tártaros, surgió una nueva "escuela" hagiográfica en el norte, con su centro en Novgorod. Sus relatos se distinguen por su brevedad y severidad de estilo. A menudo, no contienen más de lo que se dice en el "himno" del oficio. A esta "escuela" se la conoce como la del Norte. La tercera escuela es la Central,que surgió en la comarca de Moscú, cuando la gran ciudad tuvo poder y, con un estilo tan común en el occidente de la Edad Media, reviste con fantasías algunos hechos concretos e inventa rasgos y anécdotas para edificación del lector. En esta forma fueron coleccionadas las biografías en el siglo dieciséis, en lo que se llamaCety Miney ("Menología para leerse"). A pesar de que esos relatos fueron escritos a menudo por contemporáneos y amigos de los personajes que tratan, los datos son, en general convencionales y carentes de verdadera información personal e histórica (la hagiografía rusa se ha comparado, con toda razón, a la iconografía de Rusia). La mayoría de estos antiguos documentos fueron cuidadosamente estudiados, impresos y editados durante el siglo diecinueve, pero como el trabajo fue hecho en lengua rusa, es virtualmente desconocido fuera de las regiones donde se hablan idiomas eslavos. Debe tenerse en cuenta que las contribuciones de occidente a la hagiología rusa han sido mínimas. Es lamentable que los padres bolandistas no hayan ampliado sus trabajos en la hagiografía bizantina, un poco más al noreste. Las noticias sobre los santos rusos en su Acta Sanctorum, vol. XI de octubre, su Annus Ecclesiasticus greco-slavicus, fueron obra de un sacerdote ruso, llamado Iván Martynov (muerto en 1894), y esos mismos han sido sujetos a críticas desfavorables. Se tiene por mejor trabajo el del anciano sacerdote L. Gotz, en su obra tituladaDas kiewer Hohlenkloster ais Kulturcentrum des vormongolischen Russlands (1904). Hasta ahora, en lo que a Sergio de Radonezh se refiere, tenemos su biografía, escrita con detalles y sobriamente, aunque con cierto convencionalismo, por uno de sus propios monjes, llamado Epifanio el Sabio. El escrito fue abreviado en el siglo quince por un monje serbio, Pacomio, cuya versión circula todavía. En inglés está escrita la obra de un autor ortodoxo, el Dr. Nicholas Zernov, Saint Sergius, Builder of Russia (1939). En ese libro se encuentra la traducción al inglés de la biografía de Pacomio hecha por la señorita Adeline Delafeld. Todavía hay otra versión más abreviada la de Helen Iswolsky, en Treasury of Russian Spirituality de G. P. Fedotov. Sobre los santos rusos en general, hay una serie de excelentes artículos de la señora E. Behr-Siegel en Irenikon,vol. XII, números 3 y 6, vol. XIII, números 1 y 3, vol. XIV, número 4 y vol. XV, número 6 (1935 a 1938). Las notas de este libro fueron tomadas de esos artículos. Además, fueron publicados en un volumen de las Ediciones du Cerf en 1950, con el título de Priere et Sainteté dans l´Église ruse. Ver también los artículos de Arseniev en Der Christliche Oslen (1939), los de Danzas en Rusie et Chrétienité, número 3 de 1937 y el Menologium der Ortodox-Katholischen Kirche des Morgenlandes (1900), de Alexis Maltsev. En La Russie et Uempire des Tsars, vol. III de Leroy-Beaulieu, se encuentran algunos datos superficiales y confusos. Ver Aux, Sources de la Píete Ruse, colección Irenikon, vol. I, no. 2, 1927, para datos sobre los santos de Kiev. La llamada Crónica de Néstor, a la que se refiere a menudo la antigua historia eclesiástica rusa y que ahora se conoce como Antigua Crónica Rusa (editada por H. Cross en 1930) contiene el paterik de Kiev. En 1942 se publicó El Espíritu Religioso Ruso de G. P. Fedotov, al mismo tiempo que su otra obra El Cristianismo en Kiev. Estas obras sirven para consultas sobre San Abraham de Smolensk, Antonio y Teodosio Pechersky, Boris y Gleb, Cirilo de Turov y Vladimiro; para los santos de la época anterior a los mongoles, se pueden consultar las mismas obras. Al conocer los pormenores de hombres tan espirituales y virtuosos como San Sergio y San Teodosio, se piensa en las delicias que hubiese podido encontrar ahí Alban Butler, tan afecto a la "única cosa necesaria: el amor;" pero evidentemente, Butler no había oído siquiera los nombres de ninguno de ellos. A los únicos santos rusos a que se refiere, son Santos Romano y David (Boris y Gleb), el 24 de julio. En sus escritos sobre ellos menciona a Santa Olga, San Vl a dimir, San Antonio Pechersky, San Sergio y el venerado príncipe Alejandro Nevsky; pero naturalmente las informaciones de Butler sobre los santos rusos eran muy escasas. En 1953, se publicaron Essai sur la Sainteté en Russie de Fr. Iván Kologrilov y Russische Heiligen-legenden, de E. Benz.


Respuesta  Mensaje 6 de 9 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 05/09/2009 05:22

24 de septiembre
SAN AUNARIO,(*)
Obispo de Auxerre
(605 d. C.)

.

   Aunario vino al mundo en el seno de una familia perteneciente a la casa de Orleáns que se distinguió tanto por su nobleza como por su virtud. Una hermana suya, Santa Austregilda, fue la madre de San Lupo de Sens. Aunario pasó su juventud en una corte real, pero renunció a las pompas del mundo y se puso bajo la dirección espiritual de San Siagrio obispo de Autun. Este fue quien lo ordenó sacerdote y, en 561, fue elegido para presidir la sede de Auxerre. San Aunario fue uno de los obispos más influyentes y respetados de su tiempo en Francia, tanto en los círculos civiles como en los religiosos, pero su máxima actividad la desarrolló en el terreno de la disciplina eclesiástica. Estuvo presente en el sínodo de París que presidió San Germán en el año de 573, así como en las dos asambleas de Magon, en 583 y 585, de donde surgió el decreto que prohibía a los clérigos citarse entre sí para comparecer ante los tribunales civiles y otra legislación que estableció el derecho de los obispos para intervenir en favor de las viudas, los huérfanos y los esclavos liberados. En aquellos sínodos se reforzaron los decretos para la observancia del domingo y el pago de los diezmos.

   Celoso en el establecimiento de la disciplina en su propia diócesis, infatigable en la vigilancia sobre la moral pública y ansioso por instruir a su pueblo en todo lo concerniente a su vida cristiana, Aunario convocó particularmente a dos sínodos en Auxerre para aplicar las mencionadas legislaciones en su propia iglesia. En la primera de aquellas asambleas fueron decretados cuarenta y cinco cánones, muchos de los cuales abordaban de manera interesante y nueva, los hábitos y costumbres del lugar y la época, cuando los vestigios de las supersticiones del paganismo y los abusos en las prácticas del cristianismo, no habían alcanzado todavía la inofensiva respetabilidad de los "vestigios folklóricos." Por ejemplo, se prohibió a las gentes utilizar los recintos de las iglesias para la danza y el canto de trovas y romancillos profanos o cualquier otro entretenimiento ajeno a las prácticas de la religión; asimismo se les prohibió disfrazarse con pieles de ciervo o de becerro el día del Año Nuevo, intercambiar "regalos malignos", hacer votos o juramentos ante hierbajos, árboles, pozos o fuentes "sagrados", practicar las artes de la magia o reunirse en casas particulares para celebrar las vigilias de las fiestas solemnes. Para edificación y aliento de los fieles, San Aunario mandó escribir las biografías de sus dos distinguidos predecesores en la sede de Auxerre, San Amado y San Germán y, con el fin de llevar con más orden y concierto los servicios de su iglesia, aumentó considerablemente los ingresos de su sede. Los miembros del clero secular y los monjes fueron obligados a asistir a los oficios divinos diariamente y, cada iglesia y monasterio, por turno, debía entonar con toda solemnidad las letanías e intercesiones, durante un día cada mes. San Aunario murió el 25 de septiembre del año 605.

   Hay dos breves biografías impresas en el Acta Sanctorum, sept. vol. VII, con los acostumbrados prolegómenos. Ver Les Saints d´Orléans de Cochard, pp. 435-437. Cf. R. Louis, en Antessiodorum Christianum (1952) y su Saint Germain d´Auxerre et son temps (1948), pp. 39 y ss.


Respuesta  Mensaje 7 de 9 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 05/09/2009 05:23

25 de septiembre

ALTAR DE CONMEMORACIÓN Y CULTO AL NIÑO ASESINADO EN LA GUARDIA, TOLEDO.LORENZANA SOLICITÓ A FRANCISCO DE BAYEU QUE, ADEMÁS, CONFECCIONARA LOS FRESCOS QUE HAY EN LA CATEDRAL DE TOLEDO CONMEMORANDO EL ASESINATO Y MARTIRIO DEL PEQUEÑO SAN CRISTÓBAL.

EL SANTO NIÑO
DE LA GUARDIA

   El Santo Niño de la Guardia, era un inocente chiquillo de tres a cuatro años, de nombre Cristóbal, hijo de Alonso de Pasamontes o Alonso Martín de Quintanar y de Juana la Guindera, quien, según algunos era ciega.

   Entre febrero y marzo de 1489, atrayéndolo con engaños, varios judíos lo raptaron y escondieron en la Hoz de La Guardia, dehesa próxima a la ribera del Algodor. Los raptores, como se acercaba la semana en que los cristianos conmemoraban la crucifixión de Jesús, pensaron que era buena ocasión para repetir en aquélla indefensa criatura la pasión de Cristo. Se trasladaron, en efecto, los verdugos a una de las cuevas que se abren en el accidentado terreno del término de La Guardia, en carreocaña o carrocaña (e. d. carrera o camino de Ocaña), amparados en el secreto de la noche del Viernes Santo de 1489, a la luz de una candela, y tapada la boca de la caverna con una manta o una capa, realizaron en el niño toda clase de perfidias. La sentencia inquisitorial condenatoria de uno de los cómplices, el mozo judío Yucé Franco, zapatero de Tembleque, nos describe que extendieron los brazos y piernas del niño en dos palos puestos a manera de cruz, le azotaron, escupieron y abofetearon, poniéndole una corona de hierbas espinosas en la cabeza, que también le colocaron las espaldas y plantas de los pies. Finalmente, le vaciaron toda la sangre del cuerpo, y, abriéndole el pecho, le sacaron el corazón guardándolo en salmuera. 

   Durante el crimen ritual, usaron una hostia consagrada, que, rescatada del equipaje de Yuce en el momento de su detención, se conserva  aún en el Convento de Santo Tomás, en España, dentro de un envase a modo de relicario.

   Todos los participantes confesaron por separado la misma historia, con los mismos detalles y la misma narración de los hechos. Si la historia de Yuce fuese falsa, esta sincronía "telepática" no hubiera podido conseguirse ni con la más larga y dolorosa jornada de tortura y dolor.

   Los relatos coincidía también con los registros que se tenían del estado del cuerpo del niño y la disposición de sus espantosas heridas.

   Este crimen dio pie al inicio de un espectacular juicio del Santo Oficio, cuyo jurado sería integrado por altísimos representantes de la cultura y la intelectualidad española, hombres nobles y de carácter intachable, todos ellos miembros de la Universidad de Salamanca. Ávila se convirtió en el epicentro de las crónicas de entonces. Las muchedumbres siguieron atentamente el desarrollo del caso y al saberse sus escalofriantes detalles, hubo varios intentos de revueltas antijudías  que, afortunadamente para ellos, lograron ser detenidas por dictados reales.

   El crimen, como bien lo señaló el sabio judío I. Loeb, no es uno de tantos crímenes rituales que durante la Edad Media se atribuyó a los judíos, a quienes se acusaba de muerte de niños cristianos. El caso del Santo Niño es muy distinto

   Su culto comenzó muy temprano, pues ya en las visitas eclesiásticas a partir de 1501 hallamos referencias a los santuarios constituidos en los lugares donde el tierno niño padeció o fue enterrado y La Guardia le tomó por Patrón, celebrando fiesta solemne así en el día de los Santos Inocentes como el 25 de marzo o en la semana de quasimodo (primera de Pascua); sólo desde 1580 se votó para que su fiesta se celebrase en adelante el 25 de septiembre de cada año. También las autoridades religiosas dieron reiteradas pruebas de devoción hacia el mártir; así el cardenal Siliceo, que en 1547 alegaba en abono de su Estatuto de limpieza la crucifixión de aquél, y el cabildo de la Iglesia primada, que en 1613 pedía a varios cardenales y a la Congregación de Ritos licencia para rezar al inocente mártir a lo menos en todo el arzobispado toledano. Al arzobispo Alonso de Fonseca se debe el encargo del antiguo retablo que se puso en la cueva de la crucifixión, así como a Lorenzana el haber mandado pintar, de la diestra mano de Bayéu, el martirio del niño en los claustros de la iglesia capitular. Consta asimismo de la admiración que le profesaron monarcas como Fernando V, Carlos I y Felipe II. 

   El Papa Pío VII canonizó al niño asesinado como San Cristofer, autorizando su culto en la Iglesia de Toledo. Existe un altar en su honor y el pueblo de La Guardia guarda su memoria hasta nuestros días. Su tragedia y su alma se recuerdan como la del "Santo Niño de La Guardia".

   Se le atribuyen muchísimos milagros, como la devolución de la vista a su madre ciega, las cuatro curaciones obradas con ciertas personas de Alcázar de Consuegra al comenzar el 1492; un tullido, una mujer con la boca torcida hacía más de dieciocho años, un sordo total y una pobre ciega, aparte de otros mil prodigios referentes a niños quebrados y enfermos de todas clases cuya curación detallan los rótulos que sobre cada caso penden del santuario de La Guardia.

   Hoy se conservan en la Ermita unos versos compuestos por Don Diego Gracian, secretario de Carlos V, en un viaje del emperador a la ermita; estos versos escritos en latín, traducidos dicen así:

"Pasado con el cuchillo el tierno pecho,
saliéndole la sangre apresurada,
dijo el Niño: si en tanto amor estrecho
buscas mi corazón, furia malvada,
búscale al otro lado, no al derecho".

   Dichos versos datan, de febrero de 1539, en que el "Emperador visitaba la Ermita".

   Tras la crucifixión y muerte, le arrancaron el corazón; y ello sucedió el 31 de marzo de 1491. Y Benito García de las Mesuras partió para Zamora donde se encontraba la Sinagoga más importante de Castilla, pero al pasar por Avila fue detenido.

   Son muchos los milagros del Santo Niño de la Guardia, y existen testimonios de los mismos, que han consolidado la fe de sus devotos.


Respuesta  Mensaje 8 de 9 en el tema 
De: ★*Gaviota Libertad *★* Enviado: 05/09/2009 05:23

25 de septiembre
SAN FERMÍN,   
Obispo y Mártir

Ya es hora de despertarnos.
(Romanos, 13, 11).

   San Fermín se asoció a los trabajos de San Honesto de Nimes, apóstol de Navarra. Una vez consagrado obispo, predicó el Evangelio en Albi, en Agen, después en Auvernia, en Anjou, en Beauvais, y por último en Amiens, donde estableció su sede. Mucho hubo de sufrir por la fe y, después de crueles torturas, fue decapitado, alrededor del año 287 aproximadamente, por orden del prefecto Rictio Varo. Uno de los sucesores de San Fermín, llamado el Confesor, hizo edificar una iglesia sobre su tumba en San Acheul.

MEDITACIÓN
LA VIDA DEL HOMBRE
ES UN SUEÑO

   I. Nuestro sueño no es a menudo sino una ilusión continua y si es imagen de la muerte, no lo es menos de nuestra vida. Durmiendo tememos lo que no hay que temer de modo alguno. Nos parece ver espectros, ladrones, naufragios, que carecen de realidad. Eso es lo que hacemos durante nuestra vida: tememos la pobreza, la deshonra, la enfermedad, los sufrimientos.¡Pobre durmíente! despierta, e iluminado por las luces de la gracia y de la fe. verás que el pecado es lo único que hay que temer. Todo lo que pasa nada es. (San Gregorio).

   II. Durante el sueño no tememos lo que hay que temer. Si un enemigo viene a degollarnos. no experimentamos ningún espanto. porque no lo vemos. Así le sucede al pecador: no teme ni a Dios, ni ala muerte, ni al pecado, ni al infierno, porque no los ve. Tranquilo respecto a lo por venir, no teme sino el mal que ve y que siente, no piensa sino en lo presente, lo por venir no le inspira ninguna inquietud.

   III. Los pecadores no se despiertan, en su mayoría. sino en la hora de su muerte; ven entonces que sus temores fueron infundados y sus placeres llenos de ilusiones; pero es demasiado tarde para abrir los ojos. Salgamos, pues, desde ahora de nuestro sopor; trabajemos a fin de que no se nos puedan aplicar aquellas palabras del rey profeta: Los dichosos del siglo han dormido su sueño y no han encontrado nada en sus manos.

El pensamiento de la muerte
Orad por los agonizantes.

ORACIÓN

    Dios omnipotente. mirad nuestra debilidad; ved cómo el peso de nuestros pecados nos abruma. y fortificadnos por la gloriosa intercesión de San Fermín, vuestro mártir y pontífice. Por J. C. N. S. Amén.

 


Respuesta  Mensaje 9 de 9 en el tema 
De: ♥♥♥♥LEONCITA♥♥♥♥ Enviado: 02/01/2010 04:16
foto super con amor
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
graciasportusbellosmensajes2.gif picture by misconcursos
 
 
 
 
 
 
 
 
Imagen5leoncita.jpg picture by SONADORADEAMOR


Primer  Anterior  2 a 9 de 9  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados