Luego de varias jornadas sabáticas en las sinagogas, con la participación de muchos asistentes donde lo que expone Jesús como verdad causa ira e irrita a los escribanos y fariseos, quienes están con una ofuscación tenaz y persistente que les impide ver la realidad o razonar sobre ella, Jesús sube a orar a a montaña. Dos mil años mas tarde, aún hay quien se irrita por el mensaje evangélico, les atormenta su conciencia.
En este fragmento, Lucas nos destaca algo muy importante, antes de la trascendental elección de sus apóstoles, Jesús sube a orar a la montaña. Además nos dice que Jesús paso la noche orando. El silencio de la montaña, especialmente de la noche, es un lugar muy apropiado para el encuentro con Dios, así también lo hizo Moisés, así lo hace Jesús, para reflexionar con su Padre, por eso va una montaña para orar, y pasa toda la noche en oración con Dios.
Nos enseña Jesús, lo bueno que es entrar en contacto con quien nos ama antes de tomar decisiones, queriendo el Padre lo mejor para nosotros, no podemos esperar nada mejor que su buen consejo. Teresa de Jesús define orar como: A mi parecer no es otra cosa oración sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama".
2.LLAMÓ A SUS DISCÍPULOS Y ELIGIÓ A DOCE DE ELLOS
Luego, cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles. Este nombre significa el que recibe una misión determinada. La misión que les confía es triple: que le acompañen, pues Jesús desea formarlos bien; para enviarlos a predicar la doctrina del reino, sobre todo después de la gran iluminación de Pentecostés; y para confiarles el poder de expulsar demonios: con ello se demostrará la llegada del Mesías, una de cuyas características sería ésta, y, por tanto, ellos quedarían bien acreditados como “apóstoles” del Mesías para la expansión de su reino.
Jesús, al elegir a estos doce amigos íntimos como sus discípulos, establece los cimientos del nuevo Israel o pueblo de Dios. Ahora estos discípulos, acompañaran y aprenderán el modo de vida de su maestro, y le darán su apoyo, le tendrán fe, le entregarán su adhesión total, para luego ser los apóstoles, que como enviados han de continuar la misión entregada por Jesús.
3.EL SIMPLE ACERCAMIENTO FÍSICO A JESÚS, LES DABA PAZ Y ALIVIO
Pero luego, estos doce no serán los únicos discípulos, ya que al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse sanar de sus enfermedades. El nuevo pueblo de Dios no estará formado ya por sólo judíos; también los paganos formarán parte de él.
Este fragmento del evangelio nos relata además que los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban sanos; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
El simple acercamiento físico a Jesús, les daba paz y alivio para sus dolencias, sean esta físicas o espirituales, y Jesús los hacia con todos y con todo tipo de personas, a ninguno le preguntaba si era judío, de otra región o lo que hacía, solo si tenían fe. Jesús, es un loco de amor por los hombres y por nosotros lo da todo.
4.¡FELICES USTEDES, LOS POBRES, PORQUE EL REINO DE DIOS LES PERTENECE!
Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: ¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados!
Jesús al proclamar las bienaventuranzas, nos esta proponiendo una forma de vida distinta como condición para salvarnos, nos invita a un camino solidario con los pobres, nos estimula a una vida mas austera, nos anima a no vivir atados a los bienes materiales, de esta forma nos podemos dedicar más a Dios. El se preocupa intensamente por nosotros, ¿y nosotros que?
A todos los pobres nos promete el Reino de los Cielos, donde reina la paz, donde todo lo abunda, donde no existe le dolor ni las lagrimas, dono se vive en alegría y felicidad para siempre.
5.¡FELICES USTEDES, LOS QUE AHORA LLORAN, PORQUE REIRÁN!
Que no nos suene extraña esta frase, porque lloraremos nuestros pecados y miserias, nos arrepentiremos de haber sido distinto a como Dios le agrada que sean sus hijos y, Jesús nos perdonará y nos consolará. Pero también nos entristecemos por la desesperanza, pero es así como son bienaventurados los que lloramos amargamente nuestras penas, pero que hemos permanecidos con paciencia y resignación por amor a Dios, buscando el consuelo de Dios y ofreciéndole a El nuestras lágrimas. Sin embargo, es cierto que es triste sufrir, pero mas triste es no saber porque y para que se sufre, entonces busquemos el sentido del dolor, descubriéndolo como nos enseña Jesús. En efecto el dolor no invita a ser más desprendido y nos desprende de lo malo de la vida, porque indudablemente los golpes de la vida nos van enseñando el valor de las cosas buenas. Confiemos que en sufrir por Dios, nos traerá la verdadera alegría.
6.¡FELICES USTEDES, CUANDO LOS HOMBRES LOS ODIEN, LOS EXCLUYAN, LOS INSULTEN
¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y proscriban el nombre de ustedes, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre!
Jesús llama bienaventurados no a los que odian, sino a los que son odiados, especialmente a los que son odiados a causa de El, por seguirlo a El y vivir según sus enseñanzas, por proclamar su Evangelio y pedir que se viva conforme a El, sin acomodarlo a nuestro modo para que sea mas fácil, porque vivir el Evangelio nos hace dichoso. Entonces, no es el hecho de ser odiado por cualquier cosa, sino el de ser odiados por Cristo, por ser sus discípulos, por ser sus apóstoles, por aprender de El y seguir sus enseñanzas, por esta adheridos a El y ser fiel a su mensaje. Por esto nos sentimos felices de ser odiados por Jesucristo, especialmente si no damos motivos para que nos odien. En efecto, debemos cuidarnos de no dar motivos personales para ser odiados, porque en ese caso no nos odiaran por Jesús, sino que por nuestra causa, y lo que nos produce alegría es la causa de Jesucristo. Ahora vivir conforme a las enseñanzas de Jesús y los Evangelios, es siempre con la búsqueda de la bondad, la comprensión, y bueno es que los que nos vean, no reaccionen con odio, sino que con admiración por nuestra forma de vida.
7.¡ALÉGRENSE Y LLÉNENSE DE GOZO EN ESE DÍA, PORQUE LA RECOMPENSA DE USTEDES SERÁ GRANDE EN EL CIELO!
Este es el premio, esta es la forma como Dios nos recompensará, nosotros le entregaremos todo nuestro tiempo a Dios, los momentos de angustias y sufrimientos, nuestro corazón libre de ataduras de bienes terrenales, y Dios a cambio nos saciará en abundancia, con riquezas de gran valor, de dones y gracia, con la alegría de su Reino, la recompensa grande estará en el cielo. No nos aislemos de Dios, el es nuestro Padre, y un hijo, debe estar íntimamente cercano a su Padre amado y que nos ama, recemos, pidamos, invoquemos, llenémoslo de gozo y alegría.
8.¡DE LA MISMA MANERA LOS PADRES DE ELLOS TRATABAN A LOS PROFETAS!
Porque ellos y sus antepasados han sido pobres, han puesto su esperanza en Dios. Si la sociedad les ha fallado, negándoles lo que en justicia necesitaban para vivir, algún día Dios se los dará. Han esperado y no se han equivocado. Hoy son testigos de que Dios cumple su promesa.
Pero también no advierte: ¡Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! ¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!
9.ALEGREMOS EL CORAZÓN, MOSTREMOS EL ESPÍRITU CONTENTO
En cambio, los que por tener mucho no esperaban nada, quedaron con las manos vacías. Han pasado los siglos y el hombre sigue igual. El pobre o el que tiene alma de tal, mira hacia Dios y todo lo espera de el. Le deja un lugar en su vida y con fe y confianza, busca dejarse guiar por él. No así el rico o el que tiene alma de tal. Acostumbrado a comprarlo todo, cree no necesitar de nada ni de nadie. Dominado por la soberbia, ni siquiera cree necesitar de Dios. Es esa actitud de autosuficiencia, la que lo va marginando del Reino y la que en definitiva, puede dejarlo fuera de él. En labios de Jesús, pobreza o riqueza no son términos abstractos, ligados solo a la economía, sino, apuntan y nos invitan a una actitud de vida.
Por todas estas bienaventuranzas que nos regala el Señor, alegremos el corazón, mostremos el espíritu contento, porque será grande la recompensa, y esta es la vida por siempre en el cielo.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
SANTORAL
SANTOS CIRILO Y METODIO 827-869 Y 815-885
Metodio y su hermano Constantino eran hijos de un alto funcionario de Bizancio destacado en Tesalónica. Aquí fue donde nacieron, hacia 825. Después de haber estudiado en Constantinopla tienen ante sí un brillante porvenir.
Cirilo (entonces llamado Constantino) enseña en la universidad de Constantinopla y recibe el sobrenombre de «el filósofo», y Metodio es gobernador de una provincia del imperio bizantino.
Son el saber y el poder, la cultura y el mando, las dos columnas de la civilización.
Pero no se conforman con las ambiciones de este mundo, se ordenan de sacerdotes, pronto comienzan sus misiones. En la primera, va sólo Cirilo por el Quersoneso, al sur de Crimea, hasta los jázaros, con gran fruto.
En la segunda, por el Danubio, hasta Moravia; donde ya se misionaba, con grandes dificultades, en latín, desde Alemania. Cirilo y Metodio, que conocían el eslavo, deciden hacer una lengua escrita con alfabeto propio, para aquel enjambre de dialectos eslavos.
Su adaptación, presentando en eslavo la liturgia y la Sagrada Escritura, alcanza pronto máxima eficacia.
Se les manda a Crimea en una misión mitad religiosa, mitad destinada a asegurar la paz en las fronteras del Imperio; el mismo carácter, aunque en mayor escala, tendrá hacia el año 863 la empresa de evangelizar la Moravia, a donde fueron enviados por el patriarca Focio, lograron un gran éxito apostólico, gracias a conocer la lengua eslava, que se habla también en Salónica, propagan con rapidez el cristianismo, Cirilo inventa una escritura para el eslavo (aunque el llamado alfabeto cirílico es obra de un discípulo suyo posterior), vierten los Evangelios a esta lengua y la utilizan también en la liturgia.
Pero fueron denunciados al papa Nicolás I por los misioneros latinos y hubieron de regresar a Roma para presentar sus disculpas (868),allí muere Cirilo, el 14 de febrero del año 869, cuando iba a ser ordenado obispo misionero y el papa Adriano II consagra obispo a Metodio, quien tendrá que seguir bregando con los prelados alemanes, sufrir cautiverio y ver que se prohíbe la liturgia eslava, finalmente autorizada por Juan VIII.
Checos, croatas, servios y búlgaros reconocen en Cirilo y Metodio no sólo a sus padres en la fe, sino también en la lengua y la cultura, y estos dos griegos cultos, civilizadísimos y apostólicos, tan bien adaptados en tierras bárbaras son un símbolo doble de fidelidad a Roma y de arriesgada innovación en los medios evangelizadores, apoyándose en la razón de Estado para misionar independientemente extendiendo la razón de Dios.
Al morir Metodio en Vellehrad (Checoslovaquia), el 6 de abril del 885, sus funerales se celebraron en latín, griego y eslavo.
Antes de su muerte había suplicado San Cirilo al Señor que hiciera de su pueblo «un pueblo unido por la confesión y la defensa de la verdadera fe». Esa misma es la petición que dirigimos nosotros también a Dios en favor de todos los pueblos eslavos en la festividad de sus dos apóstoles.
En1981 Juan Pablo II los proclamó copatronos de Europa con San Benito de Nursia.
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo
“El, exhalando un profundo suspiro, dijo: ¿Por qué esta generación pide una señal?”
Mc 8:10-13
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Este episodio es una insidia farisaica. Unos fariseos salieron de la ciudad para abordar a Cristo en el lugar de su desembarco o a la región contigua, para “probarle,” tentarle. Le piden una “señal” que acreditase su mesianismo de modo irrefutable. En el contexto se ve que se trata de una insidia. Los otros milagros se los atribuían a Beelcebul. Un “signo” de este tipo, “del cielo” esperan que no pueda hacerlo, y así proclamarán su fracaso y descrédito.
Este fragmento del Evangelio nos destaca la amargura íntima de Cristo, el “exhalar un profundo suspiro”, ante la actitud irreductiblemente hostil de los fariseos ante sus obras.
En efecto, Judíos escribas y fariseos, con una engañosa disposición a creer, piden como condición ser testigos de un signo, o señal, esta es condición indispensable para creer. Al parecer todo lo que había realizado Jesús les parecía poco, además que esta era una nueva maniobra de fariseísmo que acostumbraba a atacar a Jesús.
Los fariseos, pedían ver algo extraordinario, un milagro fuera de lo común, una manifestación asombrosa y sensacional.
¿No les bastaría, no serian suficientemente convincente las señales que había dado Jesús?
Hoy, aún los hombres parecen insatisfechos con todo lo que se da, y tiene un gran gusto por pedir, incluso, piden cosas desmedidas y en un mundo con una problemática donde la irreverencia es dominante, donde el que puede le falta el respeto a nuestra fe, y la “crisis de la fe”, esta muy presente.
Los cristianos del mundo de hoy, tenemos que considerar un minucioso análisis de lo que esta sucediendo, y no pensemos en milagros asombrosos para demostrar nuestra fe. Dispongámonos a vivir comprometidamente con nuestra fe, dando testimonio con nuestra actitud de vida, para que sirva de ejemplo a ese tipo de personas de hoy y que en aquel tiempo Jesús respondió: En verdad os digo que no se le dará ninguna; Esta respuesta va a los jefes del pueblo, escribas y fariseos de ese entonces, ¿a quien se la dirigimos hoy? ¿a los cerrados de mente?
Así es, a Cristo no se le puede aceptar en la mente o en el pensamiento, si primero no se nos abre el corazón, porque la fe no un asunto de conocimiento, es entrega, con generosidad y aceptación.
Hay muchos aún que se niegan a aceptar a Cristo, le entran las palabras por el oído y las encuentran muy bonitas, pero no creen en ella y gran culpa tenemos de esto. Tenemos que ser capaces de reconocer que si este mundo nuevo hay ateos por doquier y rechazan al Señor, es como consecuencia de un rechazo de la falsa imagen que de él nosotros mismos como cristianos estamos entregando, porque le presentamos una imagen de vida que no es convincente.
Dice el Evangelio: “El, exhalando un profundo suspiro”, ¿acaso no estará dando el Señor el mismo suspiro hoy?, preguntémonos, ¿somos verdaderos signos de Cristo?, ¿mis hermanos pueden ver en mí un verdadero cristiano?, ¿soy capaz de transparentar a Cristo?.
Hermanas y Hermanos, los judíos en su época pedían un signo, hoy los hombres nos piden lo mismo, entonces estamos todos los cristianos obligados a dar testimonio con nuestra forma de vida que somos un verdadero signo consagrado a Cristo, estos va para todos, los laicos, los consagrados, los religiosos y los sacerdotes. Si mostramos ser un verdadero signo sacramental, de Jesucristo, muchos crearan más en El, entonces en el mundo habrá mas cristianos, y si hay mas seguidores del Señor, viviremos en un mundo de mas amor.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
SANTORAL
SAN CLAUDIO DE LA COLOMBIERE +1683
La "llamada" a la vida religiosa es un misterio. El Señor se sirve de miles de caminos para conseguir lo que quiere. El pequeño Claudio había recibido una muy esmerada educación cristiana de aquella familia que en los Anales de la Visitación se llama "familia de santos", especialmente de parte de su buena madre que con visión profética le dijo en el lecho de muerte: -"Hijo mío, tú tienes que ser un santo religioso".
A pesar de ello, como después él mismo escribirá en sus apuntes espirituales, no era este el género de vida por el que sentía inclinación Claudio, más bien todo lo contrario. Escribió: «Cuando me hice religioso tenía una grandísima aversión a la vida que iba a abrazar. Los planes que se trazan para servir a Dios, nunca se realizan sino a costa de grandes sacrificios. He ingresado en la Compañía de Jesús por el aprecio que siempre he tenido de sus Reglas; y por haber visto que los Superiores saben exigir de tal manera su observancia, que estoy persuadido ser cosa fácil santificarse uno mismo y ayudar con la palabra y el ejemplo a la santificación de los demás ».
A sus dieciocho años, el 1658, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en la ciudad de los Papas, Aviñón. El Maestro de novicios dio al P. Provincial este informe del joven novicio Claudio: "Es un joven con una prudencia superior a lo que corresponde a su edad. De juicio sólido, de rara piedad y las más altas virtudes no le parecen excesivas a su fervor". Durante el año de la tercera Probación hizo el voto de guardar con exactitud todas las Reglas y Constituciones de la Compañía, y añadió: "Hago el propósito firme de cumplir cuanto me sea posible con toda fidelidad todos los deberes de mi estado y ser fiel al Señor aun en las cosas más mínimas; romper de un golpe y para siempre las cadenas del amor propio, quitándole toda la esperanza de ser alguna vez tenido en consideración; adquirir en poco tiempo los méritos de una vida larga; reparar las irregularidades pasadas; dar a Dios una prueba de gratitud por las infinitas gracias recibidas, y hacer de mi parte cuanto pueda para ser de Dios sin reserva alguna"...
Mientras su alma se transforma, otra alma gemela, la futura Santa Margarita María de Alacoque recibe durante una visión este aviso que tanta alegría proporciona a su alma: "No temas, muy pronto te enviaré a mi amigo y siervo fiel para que guíe tus pasos y te ayude en la misión que te voy a encomendar".
Hechos los votos solemnes el 2 de febrero de 1675, fue enviado como superior a la Casa de la Compañía en Paray-le-Monial. Allí, en el convento de la Visitación estaba de religiosa Margarita María de Alacoque que ya había recibido especiales luces de lo alto... pero se sentía temerosa si aquello era o no de Dios... Pronto fue a visitarles el nuevo superior jesuita y al verlo oyó como una voz interior que le decía a Margarita: "Ese es mi amigo fiel que te traigo para que te ayude en la misión que te tengo encomendada"... Poco después le abría "su alma totalmente, tanto lo bueno como lo malo..." Escribió después la Santa: "El padre tuvo que sufrir mucho por mi causa. Decíase que yo pretendía engañarle con mis ilusiones, pero él no se preocupaba de las habladurías y no dejó de ayudarme mientras estuvo en la ciudad y no ha dejado nunca de ayudarme"...
Lo mismo en Avignon que en París y Lyón, se esfuerza por "ser fiel al Señor aún en las cosas más pequeñas, adquirir en poco tiempo los méritos de una vida larga... y ser de Dios sin reserva alguna".
Como Superior de Paray-le-Monial, impulsa el año 1675 la consagración de la vida y de los hombres a Cristo todo Corazón, con un amor pleno y reparación máxima de las faltas a ese amor; como corresponde a un "siervo fiel y amigo perfecto"; y con los mismos ideales de Santa Margarita María de Alacoque.
Esta devoción al Corazón de Jesús tiene ocasión de difundiría en Inglaterra, hasta que su apostolado se trunca violentamente, al ser detenido y torturado en la Torre de Londres.
Por la intervención del Rey de Francia le es conmutada la pena de muerte por el destierro; pero sólo para morir con 43 años en Paray-le-Monial, tras aquellos sufrimientos; a su juicio "una de las mayores misericordias que Dios le había concedido".
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo
“Cuídense de la
levadura” de los fariseos y de
Herodes”
Mc 8:14-21
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1.ESTÉN ATENTOS, CUÍDENSE DE LA LEVADURA DE LOS
FARISEOS Y DE LA LEVADURA DE HERODES.
Con esta
enseñanza, Cristo quiere poner en guardia a sus apóstoles contra la
actitud
que frente a El tomaron los fariseos y Herodes Antipas. La “levadura”
hace
fermentar la masa, lo que es “corromperla” san Pablo nos dice: No está
bien
vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura hace fermentar
toda la
masa? Alejad la vieja levadura, para ser masa nueva, como sois ázimos,
porque
nuestra Pascua, Cristo, ya ha sido inmolada. Así, pues, festejémosla,
no con
la vieja levadura, no con la levadura de la malicia y la maldad, sino
con los
ázimos de la pureza y la verdad. (1 Cor
5:6-8).
En la
antigüedad se consideraba la levadura, por la fermentación que
produce, como
un agente y un símbolo de corrupción y putrefacción. La actitud de los
fariseos ante El “corrompe” la masa del pueblo para la comprensión de
su fe
en El. El fariseísmo separa al pueblo de Cristo y le impide ir a El:
al
Mesías. Este es el aspecto negativo de la enseñanza. Que no los
imiten, no ya
en lo hostil, pero ni en la negligencia frente a El, lo que sería
desconocerle.
Pero pasa al
aspecto positivo de la enseñanza: que saquen y sigan las conclusiones
de los
dos milagros “mesiánicos” que les recuerda: las multiplicaciones de
los
“panes” y en el “desierto.” Que vean en ellas los “signos” milagrosos
con que
prueba su mesianismo (Jn 6:14-15). Era la evocación del segundo
Moisés.
2.CRISTO
SE REFIERE DOS LEVADURAS MUY PELIGROSAS
En este diálogo
tiene lugar en la barca (Mt 16:5). Mateo pone que se “guarden del
fermento de
los fariseos y saduceos.” Marcos lo cambia: que se “guarden,” del
fermento de
los fariseos y de Herodes. Cristo se refiere dos levaduras muy
peligrosas, la
farisaica, que es el desconocimiento de Cristo y el no reconocimiento
de su
misión mesiánica. Como ya sabemos, los fariseos siempre estaban
preocupados
de los aspectos legales, olvidando lo esencial.
En Lucas (Lc 12,1)
Cristo nos dice: “Cuídense de la levadura de los
fariseos que es la hipocresía.” La otra es Herodes Antipas. Su vida
licenciosa, ambiciosa, pagana y criminal, con su ejemplo e influjo,
era
también “fermento” dañoso en la masa de Israel. Además, astutamente,
quería
deshacerse de Cristo por el descrédito (Lc
13:31-33). En esto era punto de unión con el “fermento” de los
fariseos: en
corromper la masa de Israel, para que desconociesen al Mesías, aunque
en
Herodes Antipas por razón política.
3.CRISTO
NO PIDE QUE NOSOTROS NO NOS DEJEMOS CORROMPER.
Como discípulos
de él, debemos preservarnos de la hipocresía, no llama a no dejarnos
seducir
por la levadura de la maldad, del vicio, del pecado. Es un llamado en
serio y
no podemos hacernos los desentendidos. Jesucristo nos repite: ¿Aún no
entendéis ni caéis en la cuenta? ¿Tenéis vuestro corazón embotado?
¿Teniendo
ojos, no veis, y teniendo oídos, no oís?.
Cuantas
veces entendemos mal las palabras del Señor, en otras ocasiones parece
que
las acomodamos a nuestro entendimiento más favorable a nuestras
conductas.
Pero Cristo es muy claro, y nos invita a no dar un entendimiento
material a
sus enseñanzas sino que espiritual. El Señor les aclaro a sus
discípulos la
mala interpretación y les aclara que no les habla del pan material,
por eso
les dice: ¿Pues aún no caéis en la cuenta?, ¿acaso no había hecho dos
milagros multiplicando el pan para darle de comer a miles?.
Esta es una
invitación a reconocer al Jesucristo su misión divina, no siendo uno
nuevos
fariseos, reconociendo su mesianismo confirmado por sus milagros, y a
no
actuar con el corazón endurecido y porque no decirlo, duros y tardíos
de
entendimiento.
El señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
SANTORAL
SANTA JULIANA S. III
Otro
mártir, la doncella de Nicomedia (Asia Menor), cuyas reliquias dieron
origen
y nombre a la ciudad santanderina de Santillana del Mar, con un culto
muy
antiguo tanto en Oriente como en Occidente, y a la que sólo conocemos
por una
«pasión» no poco legendaria y muy tardía.
Como
en tantos otros casos, la verdad está enmascarada por un repertorio de
clisés
hagiográficos que se repiten hasta la más completa inverosimilitud:
cúmulo de
perfecciones, resistencia heroica a las asechanzas del mundo,
tormentos sin
fin que no hacen mella en su cuerpo y, tras la manifestación de la
evidente ayuda
sobrenatural que la asiste, muerte ejemplar a filo de espada.
Hija
de paganos, según se nos cuenta, querían casarla con el rico y
poderoso Eleusio, a quien ella, para ganar
tiempo, impuso la
condición de que alcanzase el cargo de prefecto; cuando fue prefecto,
le
pidió que abrazara el cristianismo, y aquí empieza la historia
martirial.
En
ella hay un notable episodio: cuando Juliana está en su mazmorra, se
le
aparece el Maligno en figura de ángel del Cielo y le aconseja que
acceda a
las pretensiones de Eleusio; la virgen
comprende
que allí hay engaño, y su oración encadena al Diablo, quien ahora es
visible
en toda la monstruosidad de su naturaleza.
Sofer, que así se llama el ministro de Satanás,
debidamente interrogado confiesa todos sus crímenes - él fue el
inductor de
Caín y de Judas -, y después de oírle, Juliana, diríase que satisfecha
ya su
natural curiosidad femenina, le lleva atado hasta el lugar del
suplicio,
mientras Sofer se lamenta del ridículo que
hace
ante las gentes y del descrédito que significa aquella humillación
para su
oficio diabólico. Antes de entregarse al verdugo la santa le echa a un
estercolero, y muere decapitada a los dieciocho años.
Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo
“Tu Padre, que ve en
lo secreto, te
recompensará.”
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1.JESÚS NO ENSEÑA CUALES SON LAS BUENAS ACTITUDES DE LOS
CRISTIANOS Y
CUALES SON PROPIAS DE LOS FARISEOS.
Jesús dijo a
sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de
los
hombres para ser vistos por ellos”: Estar atentos para evitar hacer
justicia
con ostentosidad, es decir no se ha de practicar las buenas obras para
ser
vistos por los hombres. La virtud se practica por amor a Dios. Sólo
así se
tendrá “premio,” “recompensa” Pues “el que quiere hacer ostentación de
su
virtud, no trabaja por la virtud, sino por la fama.” Por eso los que
así
obran “recibieron” ya su recompensa.
2.Y
CUANDO DES LIMOSNA, NO LO VAYAS PREGONANDO
“Y cuando des
limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los
hipócritas en
las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres.”
El cuidado de
los pobres era carga de la comunidad. En tiempo de Jesús, los sábados
se
recogían en todas las sinagogas a la salida de las mismas las
aportaciones
voluntarias. Este sistema era anónimo. Aparte de esta colecta semanal
se
admitían dones voluntarios. Los fariseos solían dar limosna con gran
ostentación a los pobres encontrados en los caminos o reunidos en
plazas con
motivo de alguna solemnidad. Y hasta parece que para excitar la
generosidad
se había introducido la costumbre de proclamar los nombres de los
donantes,
sea en las reuniones sinagogales, sea en
las calles
o plazas con ocasión de alguna solemnidad especial, ante las gentes
reunidas
(Eclo 31:11).
3.CUANDO TÚ DES LIMOSNA QUE TU MANO IZQUIERDA IGNORE LO QUE HACE
LA
DERECHA
“Cuando tú des limosna,
que tu mano
izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en
secreto;
y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.”
Rabí Eleazar
(c.270 d.C.), decía: “Quien da limosna en
lo oculto
es más grande que nuestro maestro Moisés.” No se trata de la “vida
interior”
frente a la exterior. Es el “espíritu” de la obra lo que se destaca.
El
espíritu cristiano de la enseñanza no exige naturalmente el
cumplimiento
material de lo que se expresa. No es tanto la materialidad de la
realización
lo que se censura, sino la intención con que se hace. En otro pasaje
que
recoge Mateos, Jesús hará ver que el mérito de la limosna no está
tanto en la
cantidad de ésta cuanto en el espíritu y amor a Dios que en ella se
ponga (Mt
12:41-43).
4.CUANDO USTEDES OREN, NO HAGAN COMO LOS HIPÓCRITAS
“Cuando ustedes
oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en
las
sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los
hombres.
Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando
ores,
retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está
en lo
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.”
Jesús, censura
y expone cuál ha de ser el espíritu cristiano de sus discípulos en la
oración. Todo judío piadoso varón había de orar tres veces al día,
sobre las
nueve de la mañana, mediodía y sobre las tres de la tarde;
Generalmente se
oraba de pie, pero también era frecuente orar de rodillas. Se solía
orar
tendidos los brazos al cielo, e incluso vueltas las palmas de las
manos, como
esperando el don que esperaba recibirse.
Mas para el
fariseo —“hipócrita” — también la oración era motivo para su vanidad.
Les
gustaba orar ostentosamente en las “sinagogas,” en el templo — también
estaba
permitida la oración en cualquier lugar puro — y en los ángulos de las
plazas, probablemente para no ser interrumpidos en su exhibicionista
oración
por los transeúntes y bestias de carga. Jesucristo los describe
diciendo el
modo que oran “estando de pie.”Lo que se censura no es la posición,
máxime
cuando generalmente se oraba de pie, sino el modo exhibicionista con
que
oraban, es decir en pose. Con ello ya recibieron su recompensa al ser
vistos
por los hombres, por quienes lo hicieron.
5.LA
ORACIÓN CRISTIANA EXIGE COMO CONDICIÓN LA SINCERIDAD Y SENCILLEZ
Nuestra actitud
cristiana de orar, en contraste con el estilo de los fariseos, la
hacemos
dentro de la “habitación y, cerrada la puerta, oramos al Padre,
íntimamente,
El ve en lo secreto, el siempre nos oirá. Lo que Jesús censura es la
oración
público-exhibicionista farisaica, y el contraste se presenta en el
retiro
privado del hogar. No se trata de censurar la oración pública — no es
éste su
objetivo —, que Jesús mismo recomendó en otras ocasiones. Se busca a
Dios,
que está en todas partes, no la exhibición.
También la
oración cristiana exige como condición la sinceridad y sencillez, sin
la
“charlatanería” en la oración, esto es diciendo cosas vanas o
inútiles, sea
pretendiendo recitar unas fórmulas largas o calculadas, como si ellas
tuviesen una eficacia mágica ante Dios. No es ésta la actitud
cristiana en la
oración, pues Dios conoce las cosas de las cuales tenemos necesidad
antes de
que se las pidamos.” Porque la oración no es locuacidad, sino el
corazón
volcado en Dios.
No pretende
Jesús con esta enseñanza condenar la oración larga. No es éste el
propósito
de su enseñanza. La censura va contra la mecanización formulista o
semimágica
de la oración. Ni va contra la extensión de la oración. El mismo, en Getsemani, dio ejemplo de oración larga, al
permanecer en
la misma “una hora” de oración (Mt 26:39.42.44, par.), lo mismo que al
pasarse, en ocasiones, la noche en oración.
"No poseo
el valor para buscar plegarias hermosas en los libros; al no saber
cuales
escoger, reacciono como los niños; le digo sencillamente al buen Dios
lo que
necesito, y Él siempre me comprende." (Santa Teresita de Lisieux)
6.SOBRE LA ORACIÓN
Santa Teresa de
Jesús nos dice “quien ha comenzado a hacer oración, no la deje, pues
la
oración es el remedio para tornarse a remediar y sin oración será
mucho más
difícil.” (V 8, 5).Y luego nos define que la oración como: tratar de
amistad
estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama (V 8,
5) y
Santa Teresita de Lisieux nos dice que: "Para mí, la Oración es un
impulso del corazón, una simple mirada dirigida al cielo, un grito de
agradecimiento y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio
de la
alegría. En una palabra es algo grande, algo sobrenatural que me
dilata el
alma y me une a Jesús."
"¡Qué
grande es el poder de la oración!. Se diría
que es
una reina que en todo momento tiene acceso directo al rey y puede
conseguir
todo lo que le pide." (Santa Teresita de Lisieux)
6.JESÚS NO HABLA DEL ESPÍRITU CRISTIANO A PROPÓSITO DEL AYUNO
Dice Jesús:
“Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los
hipócritas, que
desfiguran su rostro para que los hombres noten que ayunan. Les
aseguro que
con eso, ya han recibido su recompensa.”
Otro de los
casos en que Jesús no habla del espíritu cristiano es a propósito del
ayuno,
de tanta importancia en el judaísmo y cristianismo.
En aquel tiempo
los judíos tenían prescrito un ayuno obligatorio para todos en el día
de Kippur, día de la gran expiación (Lev
16:29), día del
ayuno por excelencia (Act 27:9). Pero
había también
otros ayunos supererogatorios, que vinieron a incorporarse a la
práctica
colectiva de la vida piadosa. Algunos fariseos ayunaban todo el año.
En los
días más severos estaba prohibido saludar, y por eso se caminaba con
la
cabeza baja y, a veces, velada. En otros ayunos secundarios se
prohibía
trabajar, tomar baños, ungirse con perfumes y llevar calzado. En este
ambiente, todavía había quienes, deseosos de ser vistos por los
hombres y
cobrar fama de virtuosos por sus ayunos, querían acusar esto en la
cara,
ensombreciendo ésta y presentándose “entristecidos.” Este ayuno era
total
hasta la puesta del sol.
Nuevamente ante
este cuadro exhibicionista de los fariseos, Jesús nos presenta el
espíritu
del ayuno cristiano. Y lo presenta con las hipérboles orientales de
contraste, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que
tu
ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en
lo
secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará. Hecho sólo
por
Dios, El lo verá y “premiará.”
7.NUESTRA BUENAS OBRAS LA HACEMOS POR AMOR A DIOS
Jesús nos ha
enseñado a través de este evangelio, un principio importante, no
debemos
buscar la recompensa en la opinión de los hombres, El lo repite
insistentemente, por tanto, nuestra buenas obras la hacemos por amor a
Dios,
sin preocuparnos si los demás la aprueban o no. Obramos por Dios, por
amor y
por fidelidad a EL, si lo hacemos así en conciencia, podremos esperar
la
recompensa del Padre por nuestro buen actuar.
Nuestro Buen
Padre, esta presente en toda nuestra vida, el sabe lo que hacemos y
por que
lo hacemos.
La liturgia de
la Palabra de hoy nos lleva de la mano por el camino de la verdadera
alegría,
viniendo a buscarnos en los callejones sin salida donde nos metemos y
donde
no podemos avanzar. Penitencia y arrepentimiento no son sinónimos de
abatimiento, tristeza o frustración; por el contrario, constituyen una
modalidad de apertura a la luz que puede disipar las oscuridades
interiores,
hacernos conscientes de nosotros mismos en la verdad y hacernos gustar
la
experiencia de la misericordia de Dios. El siempre ve y conoce
nuestras
mezquindades y suciedades interiores y, sin embargo, ¡qué diferente es
su
juicio del nuestro!
"En tu luz
veremos la luz" (Sal 35,10b): admirados notamos que desde el momento
en
que nos ponemos en camino, él nos envuelve con un amor más grande, nos
despoja de nuestro mal y nos reviste de una inocencia nueva.
El Señor había
asignado al profeta la misión de convocar al pueblo para suscitar
nueva
esperanza a través de un camino penitencial; a los apóstoles les
confía el
ministerio de la reconciliación; a la Iglesia hoy, le encarga
proclamar que
¡ahora es tiempo favorable, ahora es el día de la salvación! Volvamos
al
camino del Señor con todo su pueblo, dejémonos reconciliar con Dios
permitiendo a Cristo que asuma nuestro pecado: sólo él puede conocerlo
y
expiarlo plenamente. Renovados por el amor aprenderemos a vivir bajo
la
mirada del Padre, contentos de poder cumplir humildemente lo que le
agrada y
ayuda a nuestros hermanos. Su presencia en el secreto de nuestro
corazón será
la verdadera alegría, la única recompensa esperada y ya desde ahora
pregustada.
ORACIÓN
Padre mío, tú
que ves en lo escondido, sabes cómo rehúyo de lo escondido del corazón
y cómo
busco la admiración de los hombres, pobre recompensa al orgullo de mi
"yo" que recita su papel en la comedia de la piedad humana.
Muy distinto,
mucho más desconcertante, es el misterio de tu piedad, pero cómo lo
ignoro
todavía, vagando lejos... Hazme volver, te suplico, a la hondura de mi ser donde tú moras: en la luz nueva del
arrepentimiento
exultaré de gozo en tu presencia.
Padre nuestro,
que estás en los cielos, tú conoces el mal del mundo y cómo yo lo
aumento
cada día. Ayúdame hoy a acoger el día de salvación; concédeme ahora el
mirar
a tu Hijo, tratado como pecador por nosotros, crucificado por
nosotros, por
mí. Reconciliado por el Amor infinito, viviré en el humilde amor que
no busca
otra recompensa fuera de ti.
SANTORAL
LOS SIETE SANTOS FUNDADORES DE LOS SERVITAS S. XIII
La
amistad ha sido siempre cantada en la Sagrada Escritura. "El mejor
tesoro es un buen amigo". Hoy más que nunca se habla y escribe de
fraternidad
y solidaridad. Buen reclamo, pues, estos siete Santos Fundadores, con
su
mensaje para este mundo que tanta necesidad tiene de verdadera amistad
y de
generosa entrega.
Estamos
en el siglo XIII y en la rica y artística
ciudad de
Florencia. Es este un caso insólito en la vida de la Iglesia, que ella
celebre en su liturgia a tan elevado número de Santos, sin preocuparse
de sus
nombres ni de sus vidas, siendo que no murieron mártires como en
tantos casos
través de los siglos de la Iglesia. Mártires si que los hay en grupo y
sin
saber sus nombres. Entre los demás, no.
El
siglo XIII estuvo dominado por un gran
movimiento
evangélico, en el que se destacan los nombres de Santo Domingo y San
Francisco, pero que tuvo no pocas ramificaciones más. Dentro de esta
floración de grupos evangélicos es donde hay que situar la iniciativa
tomada
por los Siete Hermanos hacia el año 1233. Estos seglares florentinos,
comerciantes en lanas, renunciaron al mundo para retirarse al Monte
Senario -
a 18
kilómetros de Florencia - a fin de vivir en
pobreza
individual y penitencia, bajo la Regla de San Agustín, y entregarse
allí misrno a la contemplación.
Un
racimo de santos que la propia Virgen convocó para su servicio en el
seno de
una ciudad turbulenta y dividida por discordias civiles; en la
Florencia de
la primera mitad del siglo Xlll, guelfos y gibelinos se hacían implacablemente la
guerra,
y de esta lucha fratricida iba a salir una orden religiosa cuyos fines
eran
la plegaria, la humildad y la devoción a la Reina de la Paz.
Siete
jóvenes mercaderes se reunían a la caída de la tarde en una asociación
mariana de alabadores de la Santísima Virgen, y el día de la fiesta de
la
Asunción, el 15 de agosto de 1233, se les apareció Nuestra Señora «con
gesto
de dolor, vestida de luto y velada de negro la cabeza, como una Madre
dolorosa, porque el Amor no era amado y la caridad estaba herida» (P. Bargellini).
Los
siete se retiraron a hacer penitencia como ermitaños en Monte Senario,
no
lejos de la ciudad, para acabar convirtiéndose en una orden
mendicante, la de
los Siervos de la Bienaventurada Virgen María o servitas,
que no tardaría en dar un gran santo a la Iglesia, san Felipe Benicio.
Pero
no se puede vivir según el evangelio sin sentir la preocupación por
los
demás. Por eso, los «Siervos de María» trabajaron por la
reconciliación de
sus conciudadanos divididos con excesiva frecuencia. Semejante ideal
no dejó
de suscitar vocaciones y, desde mediados de siglo, se ve cobrar auge
en la
Toscana a la Orden de los Servitas.
De
estos fundadores, canonizados colectivamente en 1888, recordamos
especialmente al primer superior de la comunidad, BonfiglioMonaldi, quien tras regir la orden durante
dieciséis años, dimitió de su cargo para dedicarse a la vida retirada y
a la
oración; y al más joven de todos,Alessio Falconieri (1200-1310), que
moriría
superados los cien años en 1310, el 17 de febrero según la tradición y
que
rehusó por humildad ser sacerdote y fue tan sólo hermano lego que
recogía
limosnas y se ocupaba de las tareas más oscuras. Pero tal vez sea
injusto
hacer distinciones entre quienes no quisieron otra que la de ser
espejos de
la paz de las almas a imitación de María.
Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo
1.LA
MISIÓN DE LOS ESCOGIDOS POR EL SEÑOR
PARA EL MINISTERIO DEL APOSTOLADO.
Jesús le prohibió a los apóstoles
que dijesen a alguien que El era el Cristo, hasta que, consumado el
sacrificio de la Cruz, ellos lo predicasen por todas partes. Esta era
la
misión de los escogidos por el Señor para el ministerio del
apostolado.
"Hay un tiempo para cada cosa" (Eclo 6),
es así como convenía que la cruz y la resurrección se cumpliesen y
luego
siguiese la predicación de los apóstoles. Por eso, Jesús le hace ver a
sus
íntimos amigos que conviene que el Hijo del Hombre padezca muchas
cosas.
Acaso porque sabía el Señor que el misterio de la pasión y de la
resurrección
era difícil de creer, aún para sus discípulos, quiso El mismo ser el
anunciador
de su pasión y resurrección.
2.NEGARSE
A UN MUNDO DE EXIGENCIAS
PERSONALES Y CÓMODAS.
Luego que Jesús había predicho a
sus discípulos lo conveniente que era el que El sufriese las calumnias
de los
judíos, que fuese muerto y que resucitase al tercer día, no hace ver a
todos
de que forma podemos participar de su gloria.
La doctrina del Reino, nos exige
negarse a un mundo de exigencias personales y cómodas. Es una vida
moral
nueva, que lleva consigo un sacrificio frente a las cosas mundanas,
pero que al
final tiene su ganancia eterna. El discípulo de Jesús ha de estar
dispuesto a
toda persecución y muerte. El Reino le puede exigir esto. Pero al que
ante el
Reino tomase una actitud de vergüenza por seguirlo, le aguarda el Hijo
del
hombre, presentado como Juez del mundo, en su parusía, con la condena
de
avergonzarse de él.
3.EL,
NO QUISO TENER NINGUNO QUE LO SIRVIESE
COMO OBLIGADO
Sin embargo, Jesús, bueno y
piadoso, algo natural en El, no quiso tener ninguno que lo sirviese
como
obligado, por el contrario, hace que lo sirviesen espontáneamente y le
agradeciesen el poderlo servir. No obligando ni imponiéndose a nadie,
sino
persuadiendo y haciendo el bien, esa es la forma como atrae a todos
los que
quieren venir, diciendo: "El que quiera venir detrás de mí, que
renuncie
a sí mismo”.
Cuando Jesús dice: "Venir
detrás de mí" propone -a los que quieren seguirlo- su propia vida como
modelo de una vida perfecta, con una imitación fiel de su vida, según
la
medida de nuestras fuerzas. Si alguno no renuncia a sí mismo, no se
acerca al
que está sobre El. La renuncia a sí mismo, quiere decir el olvido
absoluto de
lo pasado y la renuncia de la propia voluntad. Se niega a sí mismo uno
cuando
la vida pasada en el mal se convierte en una vida buena y de nuevas
costumbres, especialmente en una vida de oración. Porque el que ha
vivido la
vida del pecado deshonesto se niega a sí mismo cuando se vuelve a una
vida
sana. Del mismo modo, se llama negarse a sí mismo abstenerse de
cualquier
clase de pecado.
4.“QUE
CARGUE CON SU CRUZ CADA DÍA Y ME
SIGA”
Y agrega Jesús “Que cargue con su
cruz cada día y me siga” es el deseo de sufrir la muerte por Cristo,
mortificándose por El mientras se vive de paso en la tierra, es el
estar
dispuesto a enfrentar cualquier peligro por dedicarse al Señor y no
aficionarse a las cosas mundanas de esta vida, es lo que se llama
tomar su
cruz. El que quiera seguir a Cristo no debe huir el padecer por El. La
cruz
puede llevarse de diversos modos, con ayuno, abstinencia y penitencia,
es
decir cuando sentimos pena por pecar, pero también se lleva la cruz,
cuando
el alma se empapa de la compasión por los demás.
5.PORQUE
EL QUE QUIERA SALVAR SU VIDA, LA
PERDERÁ
Nos dice Jesús: “Porque el que
quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la
salvará.”
Esto es, el que quiere vivir según esta el mundo y continuar gozando
de las
cosas temporales que la vida terrenal ofrece, éste la perderá, porque
no la
conduce a los términos expresado por el Señor en la bienaventuranza. Y
por el
contrario, añade: “el que pierda su vida por mí, la salvará”. Es
decir, el
que menosprecia las cosas terrenas y temporales, prefiriendo la
verdad, la
vida recta, el trabajo solidario por sus semejantes, la incasable
tarea por
los derechos del hombre entregados por Dios, la búsqueda de la paz, la
vida
según los evangelios, aún exponiéndose a la muerte, en otras palabras
pierde
su alma por las enseñanzas de Cristo, más bien la salvará.
6.¿DE
QUÉ LE SERVIRÁ AL HOMBRE GANAR EL
MUNDO ENTERO?
Finalmente Jesús nos dice “¿De
qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se
arruina a
sí mismo?". Como si dijese: cuando alguno, considerando los placeres y
los bienes presentes, rehúsa sufrir y elige vivir de una manera cómoda
y
espléndida, si es rico, ¿de qué le aprovechará todo esto, si pierde su
alma?
Pasan las grandezas de esta vida y sus delicias como pasa una sombra.
Constantemente el Señor, a la vez
que nos invita a merecer la vida eterna, la felicidad por siempre, nos
enseña
a menospreciar las cosas de la tierra. Por ello robustece la humana
debilidad, ofreciendo un premio seguro y verdadero, por los
sufrimientos y
penalidades de la vida presente.
7.“EL
QUE QUIERA VENIR DETRÁS DE MÍ”
Nos es fácil tomar la cruz y
seguir a Cristo, es un camino duro, arduo, hay que estar dispuesto a
cumplir
con todo lo que el Señor nos enseño, hay que tener dispuesta la vida
contra
los sufrimientos, contra los peligros y ofrecerse hasta la muerte. Así
como
lo han hecho muchos, dejar lo conocido por lo desconocido, abandonar
las
cosas del presente, por las futuras y del Reino prometido. Pero El
buen
Maestro, para que ninguno se deje abatir por la desesperación o el
tedio, nos
promete a continuación a los fieles que lo veremos, pero el nos ha
advertido,
"Os digo, en verdad: hay algunos aquí que no morirán sin ver el reino
de
Dios". Esta en nosotros, el encontrarnos con el Señor, por eso dijo
“El
que quiera venir detrás de mí”.Jesús, bueno y piadoso, algo natural en
El, no
quiso tener ninguno que lo sirviese como obligado, por el contrario,
hace que
lo sirviesen espontáneamente y le agradeciesen el poderlo servir.
El Señor pone
ante nosotros la vida y la muerte, pidiéndonos tomar una decisión y
ratificarla día tras día. Se trata de una opción que no es evidente,
ya que
Jesús lo indica con una paradoja: a la vida según Dios, a la vida que
es
Dios, se llega negándonos a nosotros mismos, llevando nuestra cruz
cada día
tras el Maestro, aceptando perder por él la vida presente. El
cristianismo es
una disposición radical a seguir a Cristo hasta el final, no un
esfuerzo
moral por mejorar el propio carácter o las propias costumbres.
No es fácil
responder: "Sí, yo" a la invitación, que no deja lugar a ilusiones:
"El que quiera seguirme... ". Sin embargo, si aparece clara la
perspectiva de sufrimiento incluida en el seguimiento, no aparece
menos clara
la meta final: la resurrección, salvar la vida, una vida en plenitud,
sin
parangón con ganar el mundo entero. Optamos, pues, por la vida amando
al
Señor, obedeciendo su voz y manteniéndonos unidos a él: si con él
logramos
atravesar la muerte a nosotros mismos cada día, con él
experimentaremos desde
ahora el inefable gozo de la resurrección, de la vida con él.
ORACION
Jesús, tú eres
el Camino, el único que conduce al Padre: tu camino no es de gloria, oh Varón de dolores, que sabes bien lo que es
padecer; me
invitas a seguirte, a optar en todo momento en dar mis pasos
vacilantes
siguiendo tus huellas seguras...
Jesús, tú eres
la Verdad, la única que lleva a conocer el rostro de Dios: no infunde
mucho
entusiasmo verlo en el tuyo, oh Siervo
doliente;
está tan desfigurado que no parece rostro humano. Pero me invitas a
creerlo;
el que te ve a ti, ve al Padre; éste es el gozo perenne...
Jesús, tú eres
la Vida, la eterna, que comienza ahora y desemboca en el seno de Dios.
No es
fácil aceptar perderla-aquí y ahora, negando lo que satisface
inmediatamente
porque sacia mis deseos orgullosos y egoístas, pero tú me repites:
"Quien pierda su vida por mí, la salvará".
Señor, tú eres
el único que puedes darme fuerza, la gracia de dar un paso adelante,
un
pasito cala vez; de abrazar mi cruz diciendo: "Sí, quiero" a tu
invitación, y seguirte caminando contigo hasta la meta, sin
retroceder, por
el camino de la vida en plenitud.
SANTORAL
SANTA BERNARDITA SOUBIROUS
+ 1879
"No
ha hecho más que llorar. Será mala". Así dijo alguien después de haber
recibido el bautismo la primogénita de nueve hijos del matrimonio
formado por
Francisco y Luisa. Sus padres eran muy buenas personas y fieles
cristianos,
luego no tenía visos de cumplimiento aquella mala profecía hecha a
causa de
los lloros de la pequeña Bernardita.
Bernardita
no llamó nunca la atención ni de niña ni de mayor. Crecía un tanto
debilucha.
Apenas pudo frecuentar la escuela porque debía cuidar de sus
hermanitos más
pequeños, pues su madre debía atender a otras necesidades de aquel
pobre
hogar. Vivían en una pobre covacha en la calle Petits-Fossés que los vecinos conocían como "La
Mazmorra".
Sus
conocimientos eran pocos y pobres. El día 2 de junio del año de las
apariciones la examinó el P. Pomián, su
confesor y
capellán del hospicio: "Bernardita ¿qué sabes? - El Padre nuestro, Ave
María y el Credo. - "Es bastante para rezar el Rosario". Y a fe que
sí lo era, la Virgen ya se le había aparecido y seguiría haciéndolo
hasta
dieciocho veces mientras las dos juntas rezaban esta corona de Ave
Marías...
La
Virgen tenía sus planes. Hacía cuatro años que el Papa Pío IX había declarado el dogma de la Inmaculada
Concepción
de María y como si quisiera el cielo aprobar lo hecho en la tierra la
envió a
visitarla. Y tomó como instrumento a esta niña aldeana. Era el frío
día 11 de
febrero de 1858. La despejada niña Juana, de doce añitos, compañera de
clases
de Toneta, hermana de Bernardita, propuso a
la mamá
de ésta si les dejaba ir a las tres a recoger un poco de leña para
calentarse
en aquellos días tan fríos. La buena de Luisa les dio su permiso pero
advirtiendo antes a Bernardita que por nada del mundo se mojara los
pies,
pues ya sabía que enseguida se constipaba...- "Así lo haré, madre,
pierda cuidado".
Cómo
sucedieron las Apariciones ya lo hemos recordado en el día 11 de este
mismo
mes que fue el día de la primera de las dieciocho. La pequeña
Bernardita
creía ver un fantasma... Reveló el secreto a su hermana y amiguita con
la
condición de que a nadie lo dijeran, pero ¡cosa de niñas! en cuanto
llegaron
a casa lo descubrieron. Allí empezó el calvario para la pobre
Bernardita:
Prohibiciones, castigos, interrogatorios, palizas... burlas de ellas, etc... todo lo soportó
con paz y
hasta con alegría por la fuerza que recibía de parte de aquella Visión
que en
la decimosexta aparición se le reveló como lo que era: "Yo soy - dijo -
la Inmaculada Concepción". En otras ocasiones le manifestó lo que
deseaba de los sacerdotes y de todos los cristianos: Un templo y mucha
reparación con la oración y penitencia. Ella no se hizo el sordo a
estos
deseos de la Madre del cielo y toda su vida puede decirse que no fue
otra
cosa que esto: Oración y Penitencia.
Quiso
ser religiosa carmelita de clausura y por su poca salud no la
admitieron.
Abrazó después el Instituto de Nevers en el que fue tratada "como una
escoba". "No sirve para nada. ¿Qué vamos a hacer de ella?"...
Se cumplían así a la perfección las palabras que en una aparición le
había
hecho la Virgen: "No te haré feliz en este mundo, sino en el otro".
Desempeñó
algunos cargos en la Congregación, sobre todo el de enfermera y
enferma.
Ambos los llevó con una entrega y servicio maravillosos. Todos
admiraban su
mucha virtud, y, sobre todo, su gran humildad ya que nunca hablaba de
sus
apariciones y se sentía la última de todas. Bernardita no llamaba la
atención
por sus cualidades de ningún tipo, por ello alguna superiora llegó a
decir:
"No entiendo cómo la Virgen se ha fijado en Bernardita cuando las hay
más agraciadas que ella en todos los aspectos"... Por fin, repitiendo
estas palabras: "Ruega por mí, pobre pecadora, ahora y en la hora de
la
muerte", expiró. Era el 16 de abril de 1879. El 8 de diciembre de 1933
era canonizada.
“Llegará el momento en que el esposo
les será quitado, y entonces
ayunarán”
Mt 9, 14-15
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant
1.“¿POR
QUÉ TUS DISCÍPULOS NO AYUNAN, COMO
LO HACEN LOS DISCÍPULOS DE JUAN?
Los escribas y fariseos, se han
hechos ellos mismo su mala fama y como siempre acostumbran a dirigir
palabras
en las que se expresa el deseo de que alguien sufra algún daño, es así
como
atacan ahora a Jesús directamente diciendo: “¿Por qué tus discípulos
no
ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los
fariseos?”. El ayuno es un elemento esencial de la vida piadosa de los
judíos; éstos practican no sólo el ayuno, sino también la oración (Lc 11,1), como les había enseñado Juan Bautista (Lc 11,1). Con esta crítica ellos quieren
presentar a los
amigos de Jesús como discípulos permisivos, amigos dados a comer,
beber y a
banquetear.
Jesús responde a este juicio
sobre sus discípulos, recordándoles que, cuando se está de boda, los
rabinos
no sólo eximían del ayuno a los amigos del novio, sino que éstos
estaban
obligados a interrumpirlo. Es así como les pregunta y les contesta:
"¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo
está con ellos? Es decir ¿pueden ayunar cuando el esposo está con
ellos? Es
natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo. Llegará el
momento
en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán."
El evangelista compara a Jesús
con un novio, el tiempo presente con una fiesta de bodas, y los
discípulos
con los invitados a la fiesta. En estas circunstancias el ayuno queda
prohibido y no hay lugar para la tristeza.
2.¿ACASO
LOS AMIGOS DEL ESPOSO PUEDEN ESTAR
TRISTES MIENTRAS EL ESPOSO ESTÁ CON ELLOS?
Jesús, se refiere a la costumbre
de las bodas de aquel tiempo, donde un grupo especial de amigos más
íntimos
tenían por misión mantener la alegría en aquellos actos de bodas,
estos eran
sólo dos. Eran los más íntimos amigos del esposo; servían de
intermediarios
de los cónyuges antes de la boda y atendían a todo en la fiesta. Jesús
toma
la imagen de un festín de bodas. Los “hijos del esposo,” sus
invitados,
preferentemente sus íntimos, no pueden entristecerse. Es la hora de la
fiesta. El Talmud recomienda a los invitados en un banquete de bodas,
como un
deber, el saber comportarse allí, tener una alegre expansión festiva, y
les
dispensa incluso a este propósito de diversas obligaciones “legales”.
Por
eso, mientras los discípulos están en esta fiesta — y la boda es
símbolo
bíblico del establecimiento del reino y de la salvación (Ap
19:7.9, etc.) —, estos invitados predilectos a la misma no pueden
“entristecerse” (Mt), es decir, “ayunar” (Mc-Lc),
puesto que el ayuno es señal de penitencia y de luto.
3.“LLEGARÁ
EL MOMENTO EN QUE EL ESPOSO LES
SERÁ QUITADO, Y ENTONCES AYUNARÁN”
Pero vendrán días en que el
“Esposo” será “quitado”. El Esposo, Cristo, toma ahora un carácter no
sólo de
comparación, sino de identificación. Anuncia su muerte. Es la profecía
de su
muerte mesiánica. Cuando termine la fiesta de estos desposorios
mesiánicos
temporales, que será breve, como lo sugiere su comparación con un
banquete de
bodas, entonces será la hora de sus ayunos y tristezas.
En el Evangelio, Jesús con
suficiente claridad nos hace ver que las leyes del Antiguo Testamento,
caducan con su venida para iniciar algo nuevo, un Nuevo Testamento,
una nueva
Ley, una nueva vida. Todo esto requiere un nuevo espíritu, un cambio
de
mentalidad, caen entonces las antiguas prescripciones y surge la
nueva, le
ley de amor.
4.“GOCÉMONOS,
ALEGRÉMONOS Y DÉMOSLE GLORIA,
PORQUE HAN LLEGADO LAS BODAS DEL CORDERO” (Ap
19;7)
Con motivo de los ayunos
supererogatorios que practicaban los discípulos del Bautista y de los
fariseos, acaso para acelerar la venida del Reino, practicados por la
legislación farisea dos veces en la
semana, Cristo
expone una importante doctrina. Sus discípulos no pueden ayunar,
porque se
está en el período de las “bodas” mesiánicas. Es hora, pues, de
alegría. La
“boda,” en lenguaje simbólico oriental, es imagen de salvación.
“Gocémonos,
alegrémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del
Cordero, y su
novia se ha preparado”. (Ap 19:7).
Jesús, no condena las prácticas
de los ayunos que se alegan. Pero sí el espíritu farisaico de los
mismos. La
Nueva Ley tiene un nuevo espíritu. Sus discípulos, imbuidos en él, no
están
sometidos ni han de copiar lo viejo. Que los dejen gozar del nuevo
espíritu.
Y si los fariseos ayunaban también para acelerar la hora mesiánica,
los
discípulos de Cristo no han de ayunar, sino gozarse con su presencia.
Ayunarán luego, cuando el mesianismo, que no era como el esperado por
los
fariseos, les quite la presencia sensible del Mesías y vengan a su
reino
horas de dolor.
5.JESÚS
HA VENIDO A TRAERNOS UNA VIDA NUEVA
Con Jesús se pone fin a un largo
período de la historia del pueblo judío, representado por los fariseos
que se
aferran a las viejas formas de una tradición basada en ayunos
múltiples, y se
oponen a las nuevas formas del tiempo presente de la salvación, tiempo
de
alegría, de amor y de fecundidad, representado por la imagen de una
fiesta de
bodas.
Jesús ha venido a traernos una
vida nueva, vida de la gracia, y esa vida nos requiere como hombres
nuevos,
con una nueva mentalidad, con nuevos criterios, con una nueva escala
de
valores, ahora debemos ver las cosas de una manera distinta, y hacer
un
juicio renovado de los acontecimientos. En efecto Jesús, ha venido a
terminar
con todo lo viejo y nos trae un hombre con un nuevo sentido de la
vida, con
esperanzas nuevas.
6.UN
CAMBIO
PROFUNDO Y UN NUEVO SISTEMA DE VIDA
El hombre nuevo que se forma en
Cristo, esto es un cambio profundo y un nuevo sistema de vida. Pablo
nos
dice; “Así como Jesucristo resucito en la gloria del Padre, así
también
nosotros vivamos una vida nueva” (Rom
6,4), o
también como nos aclara cuando nos dice: “El que vive en Cristo es una
nueva
criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho
presente” (2 Cor 5, 17).
La expresión la bodas, son para
decir El Reino de Dios, y en el se ofrece un banquete con un majar, es
el
mismo Cristo, por eso gozando del amor de Cristo, no podemos estar
tristes,
no hay porque vivir apesadumbrados, porque el amor de Cristo es
alegría, el
amor de El, es felicidad.
Gocémonos, amado, y vámonos a ver en tu hermosura
al monte o al
collado do mana el agua pura; entremos más
adentro
en la espesura. (San Juan de la Cruz)
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
SANTORAL
SAN ÁLVARO DE CÓRDOBA + 861
Hoy
se conmemoran dos Álvaros de Córdoba,
distanciados
entre sí unos cinco siglos. Del primero, a quien San Eulogio, mártir
de
Córdoba, le llama "doctor egregio y en nuestro tiempo una fuente
fluida
y abundante de sabiduría"... apenas sí sabemos unas pocas noticias.
Álvaro
es el complemento de la gran estrella de la santidad entre los
mozárabes,
Eulogio, a quien ya hemos encontrado en el pasado mes; su condiscípulo
en el
magisterio del abad Esperaindeo, su amigo
del alma
- y habría que hacer hincapié en esta frase hecha - , su biógrafo, el
testimonio de su vida en este Córdoba de los Omeyas cada vez más
hostil para
los cristianos.
Pero
no es un apéndice de Eulogio ni mucho menos, le sobra personalidad, y
también
aquí habría que tomarse al pie de la letra el cliché: vehemente hasta
la
exageración, inflamado de retórica, durísimo en la controversia,
dividido
entre la dulzura de las letras humanas, en las que era maestro, y la
fe
exigente, radical, de los tiempos difíciles, que parecían reclamar el
sacrificio de todo lo demás.
Era
de familia noble y muy rica, de origen godo con entronques judíos, y
al
parecer de larga tradición intelectual; también él será un humanista,
hombre
de estudio, vocado a la teología,
intérprete de las
Escrituras, y muy hábil en el manejo del latín, ese latín que defiende
con
pasión frente al deslumbramiento cultural de lo arábigo.
Sabemos
de sus afanes íntimos - por una Confessio
que suele
compararse a la de san Agustín -, de sus luchas apologéticas, de su
versificación rebuscada y ornamentadísima, de su vida de seglar (casó
con una
sevillana) y de la admirable amistad que
le unió a
Eulogio, de quien fue incansable cantor. No parece que muriera mártir,
pero
sí pobre por su generosidad con los cristianos y la política rapaz de
los
infieles en el poder.
La
suya es una voz humanísima y patética,
inconfundible,
menos pura que la de Eulogio, pero más vibrante, más cargada de
pasiones - se
acusa a sí mismo de soberbia y dureza - con las que batalla
manifestando una
y otra vez su «sed de descanso en los Cielos». «Ruégote ahora», pide a
Eulogio después del martirio de éste, «recuerdes el nombre del amigo a
quien
te unió la más dulce intimidad. Acuérdate de Álvaro, que, lleno de
culpas,
camina aún por las ásperas sendas de este mundo».
Jesús a su paso vio un
“publicano” estos eran gentes despreciadas, por cooperar con la
autoridad
gentil al cobro de los impuestos al pueblo de Dios. A lo que se unía
su abuso
en lograr las máximas ventajas económicas. Está en su “telonio,” su
puesto de
recaudaciones. Al tener éste cerca del mar, hace pensar que su función
principal, al servicio de Antipas o de Roma, fuese el de cobrar los
impuestos
más directamente relacionados con las cosas del mar.
El nombre es, Leví.
En Mt se llama a sí mismo Mateo. Las escenas son las mismas, y el uso
de dos
nombres no era nada raro. Es ordinariamente admitido que ambas
personas se
identifican. Al llamarle Cristo, el “dejó todo” y le siguió.
Para los Judíos de aquel
entonces, era más bien despreciable el trabajo de Leví
(Mateo) como recaudador de impuestos, sin embargo Jesús se detiene
ante la
mesa de cobrador de Impuestos, y le mira con afecto, el “sígueme” de
Jesús,
no solo le llega a los oídos a Leví
(Mateo), le
llega justamente a donde van las palabras de Cristo, al corazón.
Igual que a nosotros, Jesús se
detiene a mirarnos con afecto, y también nos habla a nuestro corazón,
su
suave voz es además una insistencia permanente en nuestra conciencia,
voz que
nos invita a seguirlo, aceptarlo y a la cual debemos guardar
fidelidad.
Leví
(Mateo) se levanto y lo siguió, pero dejándolo todo, condición
indispensable
para seguir a Jesús, lo sigue además con sinceridad, es así, como el
Señor
elige los sentimientos interiores del hombre, no por lo exterior o lo
que se
aparenta.
2.LA
“VOCACIÓN” DE LEVÍ (MATEO).
Su conversión debió de ser
bastante ruidosa, por efecto de ser “publicano.” “Publícanos se llama a
los
que cobran los tributos públicos”. Eso lo hacia despreciable, y por
ser
hombre enriquecido por este procedimiento, fácilmente abusivo. En la
literatura
talmúdica se tenía por difícil o desesperada la conversión de los
publícanos.
La sentencia de Cristo sobre
quiénes tienen necesidad de “médico” es una pequeña parábola con la
que
responde, como tantas veces, con grandes parábolas, a las críticas
farisaicas
sobre la admisión de “pecadores” en el reino. En el fondo parece
percibirse
una fina ironía contra los “justos” fariseos.
Dios ha tenido misericordia de
todo el género humano y ha llamado a hombres y mujeres sin distinción,
para
que le ayudemos en la obra misericordiosa de la implantación del Reino
del
Dios-misericordia.
3.DIOS
MUESTRA SU MISERICORDIA Y LO INVITA A QUE LO SIGA.
Así es, como Jesús ha llamado a
su seguimiento a Leví, Dios muestra su
misericordia
a este hombre y lo invita a que lo siga. Seguir a Jesús y aceptar su
proyecto, es aceptar la invitación que el Padre nos hace a través de
su Hijo,
el amado. El Padre en su plan amoroso continúa mostrando su amor
misericordioso por todos los hombres y mujeres de la tierra.
El banquete de Jesús con los
pecadores nos hace comprender que Dios viene al encuentro del ser
humano
hundido en el pecado y en su propia miseria. Comer juntos constituía
en aquel
tiempo el signo más evidente y más valioso de amistad y comunión, no
sólo en
un nivel sencillamente humano, sino en el mismo plano religioso. Por
eso, los
judíos evitaban el contacto en la comida con los miembros pecadores de
su
pueblo.
4.“¿POR
QUÉ COME CON PUBLICANOS Y PECADORES?.”
Sin embargo lo anterior, Jesús se
comporta de una forma diferente, no sólo llama a Leví,
el publicano, no sólo le ofrece el perdón a él y a los que entonces
eran
pecadores, sino que comparte con ellos su amistad y su comida. Por muy
humana
que parezca su actitud, por misericordioso que su gesto pueda
presentarse,
constituía ante los ojos de Israel causa de escándalo, por eso se
preguntan;
“¿Por qué come con publicanos y pecadores?.”
Jesús
se ha colocado en el lugar de Dios, llevando el signo de su gracia y
comunión
a los pecadores, a los perdidos y culpables.
Este banquete con los pecadores
es un signo y anticipación de la fiesta del banquete pleno, el Reino
de los
Cielos, en ellas se ha hecho visible la nota peculiar del mensaje de
Jesús,
es decir, el ofrecimiento del perdón y la instauración de un nuevo
tipo de
relaciones con Dios y con el prójimo, por eso Jesús, les dijo: "No son
los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo
no he
venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se conviertan".
5.JESÚS
NO HA VENIDO POR LOS SANOS; HA VENIDO POR LOS ENFERMOS.
Él invita a todos aquellos que de
una u otra manera desconfían en el plan misericordioso del Padre. Así
es como
Jesús le propone a Leví que se deje amar
por Dios,
del mismo modo nos propone a nosotros lo mismo, que nos dejemos que el
Padre
bueno nos muestre su amor y su voluntad. Pero es necesario que frente
al
derramamiento del amor en él, le demos muestras de cambio, de
arrepentimiento, de conversión, para empezar a vivir una nueva vida.
6.JESÚS
NOS HA ENSEÑADO QUE NADIE ESTA EXCLUIDO PARA EL.
Jesús no tuvo inconveniente en
comer y alternar con publicanos y pecadores, nosotros no somos mejores
que
otros, no debemos juzgar a los demás peor que nosotros, eso esta
reservado
para Dios. Así como Jesús, no excluyamos a nadie en el camino de la
salvación,
El quiere que nos salvemos todos.
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
Santoral 20
febrero
SAN EUQUERIO +
738
A
este joven de Orleáns la
lectura de san Pablo le cambió la vida: «La sabiduría del mundo es
necedad
ante Dios», hay que invertir, pues, el orden de valores, lo que todos
aprecian no vale nada, y lo que se desdeña como vil, renunciar a las
cosas
por el amor más alto que no se ve, es el camino de la eternidad. Por
eso Euquerio se hizo monje en la abadía normanda
de Jumieges.
«Fue
tan grande la luz de su
santa vida y la opinión que todos tenían de él», dice un hagiógrafo,
que a la
muerte de su tío Suavarico, obispo de
Orleáns, el
pueblo le eligió para sucederle, y ante su resistencia tuvo que
intervenir
Carlos Martel, cuya autoridad le obligó a aceptar, aunque no sin
desconsuelo,
pues es tradición que lloraba copiosamente al ser consagrado.
Fue
un buen obispo, y por serlo
se opuso a las pretensiones de Carlos Martel, quien expoliaba a la
Iglesia
para atender las necesidades de sus campañas; el choque de ambos acabó
con el
destierro de Euquerio, primero en Colonia y
luego
en Lieja, siempre rodeado de una inmensa veneración, y acabó en un
monasterio
benedictino.
La
leyenda de que tuvo una visión
en la que pudo ver a Carlos Martel en el Infierno no merece siquiera
el
esfuerzo de ser refutada, ya que el abuelo de Carlomagno sobrevivió a
nuestro
obispo, y no es más que una piadosa superchería para infundir
saludable temor
a los que se apoderaban de bienes eclesiásticos.
San
Euquerio
obró numerosos milagros después de morir - curaciones inexplicables,
lámparas
que ardían sin consumir aceite -, pero su vida es ejemplar sobre todo
por esa
extraña carambola de la Providencia que le arranca del claustro -
llorando -
para hacerle pastor de una gran diócesis, y que le devuelve al
claustro a
viva fuerza por el simple cumplimiento de sus deberes. La sabiduría de
este
mundo, que es mucho más mecánica y torpe, nunca hubiese podido prever
una
combinación tan inesperada, divinamente maquiavélica y feliz.
Santoral preparado por la Parroquia
de la
Sagrada Familia de Vigo
“Fue
conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el
demonio
durante cuarenta días.”
Lc
4, 1-13
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso
Brant
1.EL
TRIUNFO SOBRE SATANÁS
Ciertamente, este relato es uno
de los más enigmáticos de toda la tradición evangélica. El relato que
nospresenta el Evangelio de Lucas, es
igual que el de Mateo, sólo que Lucas invierte el orden de las dos
últimas
tentaciones que relata Mateo.
Nuestro Señor Jesucristo, en
Jerusalén triunfa por primera vez sobre Satán, y en Jerusalén, en el
Calvario, triunfará definitivamente sobre él. Termina su relación
diciendo
que el diablo se retiró de él hasta el “momento oportuno”; pero,
aunque falta
el artículo, quiere señalar directamente la pasión, ya que, terminadas
las
tentaciones, Cristo comienza su vida pública.
Si en las “tentaciones” se lo
presenta como el Mesías auténtico, profético, el triunfo triple sobre
Satán
lo presenta también como el Mesías vencedor contra Satán, en su lucha
contra
el reino. Pues “si arrojo a los demonios con el Espíritu de Dios es
que ha
llegado a vosotros el reino de Dios” (cf. Mt 12:28).
El diablo, el demonio, Satanás, significa,
conforme a su etimología, “arrojador,” en sentido de acusador,
calumniador o
tentador. Su oficio es triple en la literatura rabínica: solicitar al
hombre
al pecado (cf. Zac 3:1; Job 2:6ss), acusarlo luego ante el tribunal de
Dios y
aplicar la muerte en castigo al pecado; de ahí llamarle “el ángel de
la
muerte.”
2.CONDUCIDO
POR EL
ESPÍRITU AL DESIERTO
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó
de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto,
donde
fue tentado por el demonio durante cuarenta días.
Jesús, sometido en todo a la
acción del Espíritu Santo, va “al desierto.” El Espíritu “lo lleva”,
“fue
conducido”. Se entiende que es el desierto de Judea. Va al desierto
para ser
“tentado” por el demonio. También podemos entender “tentado” ser
sometido a
prueba.
El desierto aparece en la
literatura judía y oriental como lugar donde moraba: los malos
espíritus, y
en especial los demonios (Mt 12:43; Lc 11:24; cf. Is 13:21; Tob 8:3;
Bar
4:35). Pero tiene también otro sentido mesiánico, además de lugar de
penitencia y aislamiento. Las comunidades de esenios y Qumrán son un
claro
ejemplo de ello.
3.“SI
TÚ ERES HIJO DE DIOS, MANDA A ESTA
PIEDRA QUE SE CONVIERTA EN PAN”.
El tiempo que establecen los
evangelistas para esta tentación es de cuarenta días y cuarenta
noches, cifra
de ambiente bíblico. Así, el diluvio (Gen 7:12); la estancia de Moisés
en el
Sinaí (Ex 24:18); los años de Israel en el desierto (Núm 14:33-34);
años de
una generación.
Fue durante este período de
cuarenta días cuando se dice que Jesús experimentó tentaciones. La
primera
está perfectamente situada. Jesús ayunó cuarenta días y sintió hambre.
“Si
eres Hijo de Dios,” le dice el tentador, con cuya respuesta esperaba
saber si
era el Mesías o no, que transforme estas piedras en pan. Sugerencia
bajo capa
de piedad: que no sufra un privilegiado hijo de Dios.
Jesús le contesta con un
argumento de la Escritura: “Está escrito.” La palabra de Dios cierra
toda
discusión. “El hombre no vive sólo de pan, sino de toda palabra que
sale de
boca de Dios” (Dt 8:3). Cristo alude aquí al sentido espiritual de
confianza
en la omnipotencia de Dios, en función de otra vida superior, a la que
hay
que atender con preferencia. Que es lo que Jesús recordará más tarde
junto al
pozo de Siquem: “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me
envió” (Jn
4:34). Por eso dijo a sus discípulos: “Yo tengo una comida que
vosotros no
sabéis” (Jn 4:32).
Jesucristo pudo hacer el milagro.
Pero éste no debe hacerse inútilmente. El abandono al Espíritu y a la
Providencia fue el medio para rechazar la tentación. La Escritura, con
todos
los procedimientos y sentidos rabínicos, cerraba toda discusión.
4.TE DARÉ TODO ESTE PODER Y EL ESPLENDOR DE ESTOS
REINOS
Luego el demonio lo llevó a un lugar más
alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le
dijo: “Te
daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han
sido
entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de
mí, todo
eso te pertenecerá”
En la segunda tentación, (tercera
en Mateo) el demonio interviene para que Jesús vea los reinos del
mundo y su
atracción. Se trata de un hecho análogo al que se lee en Ez 40:2;y que se realizó “en visión”: “Mc
condujeron y me pusieron sobre un monte muy alto.” Es una visión
imaginativa
y fantasmagórica, ya que naturalmente es imposible; aparte que Lucas
lo
insinúa al decir que fue “en un instante” “Todo el poder y el
esplendor de
estos reinos te daré si me adoras,” le dijo el tentador. Los judíos
contemporáneos de Jesús esperaban un Mesías político y nacional, que
aparecería con pompa dominación y prodigios. Así se presentaron una
serie de
pseudomesías, como se ve en los evangelios (Mc 10:35ss; Lc 24:21; Jn
6:15).
No es que el diablo tenga dominio sobre el mundo. Únicamente en el
sentido de
que influye en sembrar el mal, Jesús le llamó “príncipe de este mundo”
(Jn
12:31), y San Pablo le llega a llamar “Dios de este mundo” (2 Cor
4:4). Por
eso Jesús, citando de nuevo la Escritura (Dt 6:13), desenmascara la
falta de
sus poderes y le ordena que se aparte: “Está escrito:
Adorarás al Señor, tu Dios, y a El
solo rendirás culto”. Sólo a
Dios se puede adorar y temer como fuente y dador de todo poder.
“Una vez agotadas todas las formas de
tentación, el demonio se alejó de El, hasta el momento oportuno”. No
directamente, pero sí indirectamente, tentó luego a Jesús a través de
los
fariseos y saduceos, queriendo intimidarle en el desarrollo de su
mesianismo;
de las turbas, que querían hacerle rey temporal; de los que
intervinieron en
la pasión. Todos colaboraron a aquel momento, del que Jesús dijo:
“Viene el
príncipe de este mundo contra mí” (Jn 12:31).
5.“SI TÚ ERES HIJO DE DIOS, TÍRATE DE AQUÍ ABAJO
Después el demonio lo condujo a Jerusalén,
lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: “Si tú eres Hijo de
Dios,
tírate de aquí abajo, porque está escrito: El dará órdenes a sus
ángeles para
que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para
que tu
pie no tropiece con ninguna piedra”. Pero Jesús le respondió: “Está
escrito:
No tentarás al Señor, tu Dios”.
La tercera (segunda en Mateo) es
de tipo espiritual. Aunque las expresiones “el demonio condujo a
Jesús” de
Lucas, el verbo “conducir o llevar” de puede también indicar incitar a
algo.
Desde allí, el diablo interviene
para que Jesús esté en la “Ciudad Santa,” Jerusalén, y sea “puesto”
sobre el
pináculo del Templo, la parte más alta, probablemente era la techumbre
de uno
de los pórticos dentados del recinto general del Templo, donde se
lograría
mejor la espectacularidad de la propuesta.
Según Josefo, (Historiador Judío)
la vista del Cedrón desde el “pórtico real” causaba vértigo: más de 180 metros.
Desde el
“pináculo” despeñaron a Santiago el Menor el año 62, y éste debe de
ser un
punto de la muralla oriental.
En una de las concepciones rabínicas
se contaba precisamente que el Mesías se revelaría estando de pie,
sobre el
techo del Templo, para anunciar a Israel que su redención había
llegado. En
aquel ambiente, y a la hora de los sacrificios, hubiese sido un
prodigio tal
que acusaría ser él el Mesías.
De nuevo Jesús rechaza la
tentación con la Escritura: “No tentarás al Señor tu Dios,” que se
refiere al
Dt 6:16, y se alude con él al pasaje del Éxodo cuando, faltos de agua
en el
desierto, exigían los israelitas a Moisés un milagro. “¿Por qué
tentáis a
Yahvé?” les dijo Moisés (Ex 17:2). Nuevamente Jesús, confiando en la
providencia de Dios, rechazó la tentación. No era “confiar” en Dios
arrojarse
temerariamente, exponiendo su vida, y esperar que Dios milagrosamente
lo
salvase. Los ángeles protegen al “justo” (Sal 91:11ss), pero no al
temerario
suicida. Y esto suponiendo que no le propusiese tirarse, por lo
descabellado,
desde 180 metros.
6.TENTACIONES
MESIÁNICAS
¿Qué intención tienen los
evangelistas al describir estas “tentaciones”? Algunos, en la
antigüedad,
pensaron en una victoria ejemplar y eficiente de Cristo sobre las
tentaciones
y pecados genéricos de los hombres: gula, vanagloria, soberbia, que
cita San
Juan (1 Jn 2:16). Así se podía Cristo compadecer de nosotros y
animarnos en
la lucha: “Confiad, yo he vencido al mundo” (Jn 16:33). Para otros
significan
la absoluta impecabilidad de Cristo: “¿Quién de vosotros me argüirá de
pecado?” (Jn 8:46). Otros querían ver que en el desierto donde Israel
fue
tentado y pecó, Cristo supera aquella conducta. Y hasta se pensó que,
contra
el pecado del paraíso, él era el nuevo Adán.
La interpretación general, sin
embargo, es que tienen un valor mesiánico. Jesucristo es tentado en
cuanto
Mesías, pues el diablo le dice: “Si eres Hijo de Dios,” palabras que
se refieren
directamente al Mesías, aunque en esta redacción literaria, van a
tener el
sentido del Mesías-Dios.
Se producen, además, en el
desierto, símbolo y escenario de la edad mesiánica. “Ya en tiempos de
los
profetas existía la tradición según la cual el tiempo de la
restauración de
Israel, los tiempos mesiánicos, se verán precedidos de un período más o
menos
largo en el que se repitan las experiencias del pueblo de Dios en su
peregrinación por el desierto antes de entrar en la tierra prometida.
Pero,
sobre todo, esta corriente de ideas penetraba íntimamente la
conciencia del
judaísmo contemporáneo de Jesús. Estaban convencidos de que el Mesías
había
de venir del desierto y que inauguraría la era mesiánica repitiendo la
fenomenología del desierto”.
En este marco ideal del desierto
es donde se comprende bien todo el sentido profundo del mesianismo que
en
esta escena se contiene. Todos los elementos concurren a ello: la
cifra de
cuarenta días, las citas del Deuteronomio, el “maná,” la condena de la
idolatría recordando la escena del “becerro de oro,” son sucesos todos
del
pueblo de Israel en el desierto. Todo ello hace ver que el sentido de
estas
tentaciones fue mesiánico.
7.UN
RELATO ENIGMÁTICO, UN MISTERIO QUE
DIOS TRAZA
Se comprende bien que Cristo,
después del bautismo y antes de su vida pública de Mesías, se hubiese
retirado algún tiempo a la oración, como hacía en otras ocasiones,
máxime en
momentos trascendentales, y que fuese este lugar una región desértica.
Sin embargo, ciertamente, este relato es uno
de los más enigmáticos de toda la tradición evangélica.
Primero, ¿por qué el Mesías va al
desierto a “ayunar” y a ser “tentado por el demonio,” y para ello,
además, es
“conducido” o “llevado” por el Espíritu Santo? Es ya un misterio, pero
que
Dios traza. Son los planes de Dios.
Y en estas “tentaciones” A
prueba,” en la primera — ¿y por qué el Mesías tiene “hambre”? — no se
resuelve por el expediente fácil del milagro, sino por el abandono a
la
Providencia de Dios. Si se hubiese hecho conforme a la proposición
diabólica,
el Mesías no seguiría el mesianismo profético, espiritual y de dolor
(Isaías), que Dios trazó.
La segunda “tentación” era
exponer que Jesucristo no recibe el poder de Satanás — como los
fariseos
decían de los milagros de Jesús —, sino de Dios. No era por recursos
políticos — piénsese en tantos tronos de entonces logrados por sangre,
en el
fondo, por Satán —. Es verdad que en el salmo 2:6.8 se prometen al
Mesías los
reinos de la tierra. Pero éstos no le vienen por donación de Satán,
que no
tiene, sino de Yahvé. Lo llamaron en vida “endemoniado” y que
realizaba
prodigios en virtud del diablo. Es aquí la proclamación de los poderes
mesiánicos, y del mesianismo universal, que Dios le dio.
La tercera “tentación,” la
espectacular, de bajar en la hora esplendente del Templo en manos de
ángeles
— ¿la gente vería los ángeles? —, era provocar el mesianismo por
aclamación
de triunfalismo espectacular. Lo que no era el Mesías profético, que
triunfaría, finalmente en la cruz.
8.MIENTRAS
ESTEMOS CIMENTADOS EN CRISTO,
PARTICIPAREMOS DE SU SEGURIDAD
"A sus ángeles ha dado
órdenes para que te guarden en tus caminos" (Sal 90,11). El diablo
conoce bien esta promesa porque la supo utilizar en la hora más álgida
de la
tentación; sabe bien cuál es nuestra fuerza y nuestra debilidad. Pero
no
tenemos nada que temer si permanecemos a la sombra del trono del
Altísimo.
Mientras estemos cimentados en
Cristo, participaremos de su seguridad; él ha hecho añicos el poder de
Satanás [...] y de ahora en adelante los espíritus malignos, en vez de
tener
poder sobre nosotros, tiemblan y se espantan a la vista de un
verdadero
cristiano. Pues saben que poseen lo que les hace vencedores; que
pueden, si
quieren, mofarse de ellos y ponerlos en fuga. Los espíritus malignos
lo saben
bien y lo tienen muy presente en todos sus asaltos; sólo el pecado les
da
poder sobre ellos, y su gran empeño consiste en hacerles pecar, en
sorprenderles en el pecado, sabiendo que no hay otro modo de
vencerlos. Por
eso, hermanos míos, no seamos ignorantes de sus planes, sino,
conociéndolos
bien, vigilemos, oremos, ayunemos, permanezcamos bajo las alas de
Altísimo,
que es nuestro escudo y auxilio (J. H. Newman, Sermón liturgici,
Fossano,
s.f., 144).
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
SAN PEDRO DAMIANO
1007-1072
La
santidad de Francisco de
Sales es sonriente, no así la de Pedro Damiano.
Si
nos dejáramos guiar a veces
por las apariencias nuestros errores serían enormes. La Divina
Providencia
sabe guiar nuestros pasos aunque en tantas ocasiones no lo sepamos
apreciar.
Así pensaría en el oscuro porvenir este niño, nacido en Ravena
en 1007, que lo abandonan sus padres, que lleva vida de animalillo de
muy
pequeño, que cuando ya es mayorcillo un hermano suyo lo trata con
inusitada
crueldad y para que pueda comer lo envía a guardar sus cerdos...
Pero
el Señor le dio un corazón
de oro y unas cualidades nada comunes que después alguien sabrá
apreciar. Va
un día de camino y se encuentra una moneda de oro. Nunca había visto
cosa tan
preciosa. En lugar de comprarse algo útil o superfluo, entra en una
Iglesia y
con aquella moneda encarga que celebren una Misa por sus ya difuntos
padres.
Un
hermano suyo, que era
arcipreste de Rávena, se encuentra con él y
lo toma
bajo su cuidado. Le hace que estudie y pronto descubre en él
cualidades tan
extraordinarias que muy pronto llega a escalar todos los más difíciles
puestos, tanto en la cátedra como en la Iglesia. No pensarían los que
le
vieron llevar vida infrahumana y cuidando puercos que un día llegaría
el papa
Alejandro II a presentarlo al Episcopado de Francia como su Legado y
les
escribiría: "Os enviamos al que después de Nos tiene la mayor
autoridad
en la Iglesia Romana, a Pedro Damián, Cardenal Obispo de Ostia, que es
como
la pupila de nuestros ojos y el más firme baluarte de la Sede
Apostólica...".
Sobresale
tanto que a los 25
años es ya profesor en Parma y luego en Ravena.
A
los 28 años se hace religioso
en Fonteavellana; y por su prudencia y amor a la observancia es
elegido
prior. Con tal prestigio, que pronto el Papa Esteban IX le insiste a
aceptar
el cargo de cardenal y obispo del puerto de Roma; para que desde ese
puesto colabore
en la extirpación de las dos grandes calamidades del siglo XI: la
simonía e
intromisiones extrañas en los nombramientos eclesiásticos y la
relajación de
la disciplina en un sector del clero.
Vivió
en un siglo que precisaba
ante todo de personalidades enérgicas y de profetas vigorosos para
arrancar a
la Iglesia del engranaje feudal en que se había dejado prender:
venalidad de
los cargos eclesiásticos y decadencia en las costumbres del clero.
Le
vemos como un fruto
apasionado y terrible, apocalíptico casi, del año mil, penitente
profeta en
medio de los siglos oscuros; es un santo que visto de lejos asusta por
su
rigor y su ira, como un símbolo de intransigencia que reprocha con
tremendos
clamores los pecados del mundo, empezando por los de la Iglesia, roída
por la
simonía y el concubinato.
Como
siempre, de cerca su figura
se humaniza. Este modelo de austeridad que en su Libro de Gomorra
traza un
cuadro durísimo de la moral de sus contemporáneos, es también autor de
conmovidos himnos, de páginas que a través del rudo latín del siglo Xl
todavía transmiten un temblor de ternura. Y es su propia vida la que
le
muestra sometido por obediencia a deberes que estaban muy lejos de su
ideal.
Que
era la soledad de un
monasterio, como el camaldulense de Fonte Avellana, por una de cuyas
celdas
renunció a la reputación de famoso profesor en Parma. Pero su saber y
sus
virtudes le fueron empujando a muchas actividades, fue prior, reformó
la
orden, hizo nuevas fundaciones, y aquel hombre con vocación eremítica
se vio
convertido por orden del papa en cardenal-obispo de Ostia y en legado
pontificio.
Instrumento
reformador de
diversos papas - con quienes las relaciones no siempre fueron
apacibles-,
tuvo que intervenir en problemas de alta política eclesiástica, viajar
mucho,
predicar, ser consejero de reyes, escribir sobre una multitud de temas
de
teología y moral (León XII le declaró doctor de la Iglesia).
¡Pobre
Pedro Damiano, que sólo
suspiraba por volver a su celda! «¿Qué me
importan
los reyes y los concilios?» Adivinamos que estaba a punto de añadir
irrespetuosamente: Y los papas.
Encargado
de múltiples
legaciones, tanto en Francia como en Alemania e Italia, trabajó hasta
el
agotamiento de sus fuerzas en la preparación de la renovación
espiritual de
la Iglesia.
Años
después aún tuvo que ir a
Alemania por el divorcio de un rey y reconciliar a su Rávena natal con
el
Pontífice. Murió en el camino de vuelta, refugiándose en el monasterio
de
Santa María de los Ángeles, en Faenza (1072), un año antes de que su
amigo el
monje Hildebrando se convirtiera en el papa Gregorio VII (él, tan
mariano,
que extendió la práctica de la consagración de los sábados a la
Virgen),
abrazando por fin una paz inasequible por la dureza del servicio que
se le
pedía.
Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo
1. “¿QUIÉN DICE LA GENTE QUE ES EL HIJO DEL
HOMBRE?”
Al llegar a la región de
Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Qué dice la gente
sobre
el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?
Es en este lugar de Cesárea de
Filipo, es el momento cuando Jesús, dirigiéndose a los discípulos, les
hace
abiertamente esta pregunta: ¿Quién dice la gente que soy yo? Jesús no
lo
ignoraba por su conocimiento sobrenatural, pero también lo que pensaba
la
gente de El lo sabía, como los apóstoles, por el rumor popular. ¿Por
qué les
pregunta primeramente a ellos lo que piensan de El las gentes?
2. JESÚS, PARA UNOS, ERA JUAN BAUTISTA
El contacto de los apóstoles
con las muchedumbres a causa de la predicación y milagros de Jesús les
había
hecho recibir toda clase de impresiones en torno a esto. Las que
recogieron
eran éstas: Jesús, para unos, era Juan Bautista, sin duda resucitado,
como
sostenía el mismo Antipas. Pues esta opinión había cobrado cuerpo
entre el
pueblo, ya que Lc mismo dice que Antipas
estaba
preocupado con la presencia de Jesús, puesto que algunos decían que
era Juan,
que había resucitado de entre los muertos (Lc
9:7).
3. OTROS, QUE ELÍAS; OTROS, QUE JEREMÍAS
Para otros, Jesús era Elías. Lc
recoge en otro lugar esta creencia popular. Jesús era,
para diversos grupos, Elías, que había aparecido (Lc
9:8). Según la estimación popular, Elías no había muerto, y debía
venir para
manifestar y ungir al Mesías 12.
Otros piensan que fuese
Jeremías (Mt). El profeta Jeremías era
considerado
como uno de los grandes protectores del pueblo judío, sobre todo por
influjo
del libro II de los Macabeos (2:1-12). Pero no pasaba por un precursor
del
Mesías. Mateo ya hizo referencia a él (2:17). Acaso se lo cita por el
simple
prestigio que tenía en el judaísmo, y del que se podrían esperar cosas
extraordinarias.
Por último, sin saber a ciencia
cierta quién sea, para muchos era algún profeta de los antiguos, que
ha
resucitado (Lc). Era el poder milagroso de
Jesús el
que los hacía creer en la resurrección de un muerto (Mt
14:2; Mc 6:14).
4. ¿QUIÉN DICEN QUE SOY?
No deja de extrañar el que los
apóstoles no citen, tomado de la opinión de las gentes, el que El
fuese o
pudiese ser el Mesías.
Así fue como ellos le
respondieron: Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y
otros,
Jeremías o alguno de los profetas. Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?
Por eso, después de oír lo que
las gentes pensaban de El, se dirige a los apóstoles para preguntarles
abiertamente qué es lo que, a estas alturas de su vida y de su
contacto de
dos años con El, han captado a través de su doctrina, de su conducta,
de sus
milagros. Era un momento sumamente trascendental. Si no fuera que
Jesús tenía
un conocimiento de todo por su ciencia sobrenatural, se diría que
esperaba
impaciente la respuesta de sus apóstoles.
5. TÚ ERES EL MESÍAS, EL HIJO DE DIOS VIVO
Los tres sinópticos no dicen la
respuesta que hayan podido tener éstos. Sólo recogen la respuesta que
le
dirigió Pedro. Todos los detalles se acumulan en la narración de Mateo
para
indicar no sólo la precisión que interesa destacar, sino con ella
acusar la
solemnidad del momento y la trascendencia del acto.
Mientras Mc-Lc
presentan sin más a Pedro, Mateo lo precisa ya de
antemano como Simón Pedro. En efecto, Pedro tenía por nombre Simón
(Mateo
4:18 y par.). En Juan se lee que Jesús, al ver por vez primera a
Simón, le
anunció que será llamado Pedro (Jn 1:42).
Ya desde
un principio, Jesús puso en Simón la elección para Pedro, para ser
piedra El
conservar aquí los dos nombres es sumamente oportuno.
La confesión de Simón Pedro es
expresada así: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Aquí se
confiesa por
Pedro la mesianidad y la divinidad de
Jesús. Al
decir que es el Mesías, indica su relación supereminente de autoridad
con
Dios — el Padre — que lo envía.
6. FELIZ DE TI, SIMÓN, HIJO DE JUAN
Pedro, desde su primer
encuentro con Jesús, deja al descubierto, por una parte, la amistad no
disimulada del Maestro, y por otra, la entrega sin reservas a su
servicio o
compañía, es así como Pedro sabe quien es Jesús, el Mesías, el Hijo de
Dios.
Y Jesús le dijo: Feliz de ti,
Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni
la
sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
La respuesta de Jesús tiene dos
partes bien marcadas: la primera es una felicitación a Pedro por la
revelación tenida. La felicitación de Jesús a Simón es porque esta
confesión
no se la reveló ni la carne ni la sangre, con la que se expresa el ser
humano. Tal era la grandeza de este misterio, que su revelación se la
hizo su
Padre celestial. Se trata, pues, de un misterio desconocido a Pedro, y
un
misterio que no podía, sin revelación, ser alcanzado por la carne y
sangre —
el hombre — Entonces, este conocimiento no es por su capacidad humana,
es un
don de Dios. En efecto, Pedro alcanzó este conocimiento por la fe.
7. TÚ ERES PEDRO, Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARÉ MI
IGLESIA
Jesús, volviéndose a Simón, le
dice: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Y Jesús
lo
eligió como la roca para construir sobre ella su Iglesia y le confirió
los
poderes para llevar a la salvación a todos los hombres. Pedro es la
roca, en
el sentido de que la fe y los creyentes no pueden tener otra fe que la
de los
apóstoles y profetas, que son los que enseñan esa verdad, que está
construida
sobre la piedra angular de Jesús, y así es, como luego dice; y el
poder de la
Muerte no prevalecerá contra ella. Es decir, no podrá vencer a la
Iglesia,
pues ésta está firme y estable, porque está construida sobre la roca
firme,
que es Jesús.
8. YO TE DARÉ LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS
Dice Jesús: Yo te daré las
llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará
atado
en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en
el
cielo. La promesa es que ese atar y desatar sobre la tierra tendrá su
automática ratificación en el cielo. Todo lo relacionado con esta
misión —
cuanto permita o prohíba en el reino, todo eso será también ratificado
en el
cielo. Y eso garantizado por Jesús.
Así, Pedro como Mayordomo de la
Casa de Dios, ha recibido el poder para admitir o excluir, según el
Evangelio
y de administrar la comunidad, en Pedro recaerán las responsabilidades
de la
doctrina y de la moral, el podrá decidir lo que es bueno y licito para
su
Iglesia y sus miembros, sentencia que será ratificada Por Dios en lo
alto de
los cielos.
Así, como Pedro en épocas de la
Iglesia naciente, hoy el Papa, su sucesor, es el encargado de animar
la fe en
nuestra comunidad creyente, el es en nombre de Jesucristo Pastor y
guía de la
Iglesia.
9. ACOGER AL SUCESOR DE PEDRO
Como Pedro en los orígenes y
ahora le ha correspondido a Benedicto XVI,
fundamento visible de la unidad y de la caridad de la Iglesia.
A través del Evangelio, podemos
comprender como Jesucristo, nos invita a acoger al sucesor de Pedro, y
a
mirarlo con los ojos de la fe.
Este es un día especial, para
rezar por el Papa y es una buena ocasión para apoyar su inmensa obra a
favor
de la comunidad cristiana y de toda la humanidad. Dios le Bendiga
La Paz de Cristo
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
LA CÁTEDRA DEL
APÓSTOL SAN PEDRO
El 22 de febrero estaba
consagrado en la antigua Roma al recuerdo de los difuntos de la
familia. La
fiesta de la Cátedra
de San Pedro enlaza, por tanto, con el culto que los cristianos
tributaban en
el presente día a sus padres en la fe junto a las tumbas de Pedro en
el
Vaticano y de Pablo en la carretera de Ostia. Mas, al convertirse el
29 de
junio - tras la paz de Constantino (313) - en la gran festividad anual
de los
dos Apóstoles, se quiso honrar el 22 de febrero en la Cátedra de Pedro
la promoción del Pescador de Galilea al cargo de Pastor supremo de la Iglesia.
Por consiguiente, hoy es la
fiesta del "Tu es Petrus", la memoria de
la misión que Cristo confió a Pedro de ser el apoyo de sus hermanos.
De ahí
que la propia liturgia exalte la fe de Pedro como la roca sobre la que
se
asienta la
Iglesia. Mas,
si bien el servicio de Pedro consiste en asegurar a la Iglesia por medio
de su
doctrina "la integridad de la fe", también debe procurar la unidad
de los cristianos, "presidir en caridad" (Ignacio de Antioquía), conducir a todos los bautizados a la
participación del mismo pan y a beber del mismo cáliz..
Por eso le suplicamos al Señor que haga que el Padre sea para el
pueblo
cristiano "el principio y fundamento visible de su unidad en una misma
fe y en una misma comunión".
Este supremo y universal
Primado de Pedro, perpetuo como la
Iglesia misma, fue fijado establemente por Pedro en
Roma,
la ciudad de su episcopado particular y universal, en la que derramará
su
sangre por Cristo.
Una realidad maravillosa, que
tanto ponderará San Cipriano, pocos decenios después: "Se da a Pedro
el
Primado, para que se muestre que es una la Iglesia de Cristo y una la
cátedra... Dios es
uno, uno el Cristo, una la
Iglesia, y una la cátedra fundada sobre Pedro"...
"el lugar del Papa Fabián es el lugar de Pedro"...
Por eso el colegio episcopal
permanece unido al Obispado de Roma y sucesor de Pedro, al enseñar
gobernar y
juzgar. Y así repite en Oriente el año 451 el Concilio ecuménico de
Calcedonia:
"Pedro nos ha hablado por la voz de León".
Preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia
deVigo
1.CUANDO
OREN, NO
HABLEN MUCHO, COMO HACEN LOS PAGANOS
Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren,
no hablen mucho, como hacen los paganos: Jesús expuso una censura y
una forma
correcta al orar y de orar, a través de esta enseñanza nos expuso cual
debe
ser el espíritu cristiano en la oración.
La oración cristiana exige como una condición
la sinceridad y sencillez, dejando que hable el corazón, con actitud
humilde,
no como el practicado por los gentiles, que piensan que por mucho
hablar
serán escuchados. Lo que estamos aprendiendo, que al orar no hay que
utilizar
vanas palabras, no se debe farfullar, es decir hablar muy deprisa y de
manera
atropellada o confusa y tampoco decir muchas cosas inútiles. En otra
palabras, no pretender la charlatanería en la oración, sea diciendo
cosas
vanas o inútiles, sea pretendiendo recitar unas fórmulas largas o
calculadas,
como si ellas tuviesen una eficacia mágica ante Dios.
Es así como Jesús dijo: No hagan como
ellos. En el judaísmo, en general, gustaba de prolijas oraciones y, en
especial, acumular en ellas títulos a los nombres divinos. Pero Jesús
no enseña
que no es ésta la actitud cristiana en la oración, porque el Padre que
está
en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo
pidan.
Pero no se excluye la minuciosidad, porque no se estima como requisito
semimágico, cuando viene de la sinceridad del corazón. La oración no
es
locuacidad, sino el corazón volcado en Dios.
No pretende Jesús con esta enseñanza
condenar la oración larga. No es éste el propósito de su enseñanza. La
censura va contra la mecanización formulista o semimágica de la
oración.
Tampoco Jesús va contra la extensión de la oración. El mismo, cuando
estuvo
en Getsemani, dio ejemplo de oración
larga, al
permanecer en la misma una hora de oración (Mt
26:39.42.44, par.), lo mismo que pasarse, en ocasiones, la noche en
oración.
2.PADRE
NUESTRO
Hermosa oración nos enseñó Jesús, El Padre
Nuestro, es irremplazable, es una oración perfecta, en ella esta toda
una
enseñaza; que orar, como orar y como dirigirse a Dios como Padre.
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre. Comienza esta oración dirigiéndose a Dios
con una
alabanza que nos hace grato el orar. Es encantador saber el verdadero
sentido
de paternidad y filiación divina que tenemos al ser hijos de Dios, al
decir
Padre Nuestro, además nos involucramos todos como hermanos, Dios es
Nuestro
Padre, uno solo y nuestro, de todos nosotros.
Decir Padre nuestro es la mejor ocasión
para entrar el alma dentro de sí, y hacer el giro hacia la
contemplación
perfecta. Apenas se encuentra santa Teresa con la palabra “Padre
nuestro”
entre las manos, estalla en un “oh” de
asombro
contemplativo. Que Cristo se humille tanto para tratar con nosotros,
que nos
dé al Padre: “¡Cómo dais tanto junto a la primera palabra! Tan amigo
de dar,
que no se os pone cosa delante” (C 27,2).
Y cuando nos dirigimos al Padre en
oración, levantamos los ojos a El, nuestro corazón se inflama y se
apasiona
porque nos dirigimos a quien más nos ama, y decimos tiernamente
“Padre”,
porque somos sus hijos, el nos ha creado, somos de su patrimonio, y
con gran
convicción, decimos Padre Nuestro, en plural, de este modo nos
involucramos
todos porque para El somos hermanos, y deseamos.
3.QUE
ESTÁS EN EL
CIELO
Levantamos los ojos y rezamos “Que estas
en los cielos”, porque “los cielos publican la gloria de Dios"; (Sal
18,2), el cielo es donde ya no hay culpa y donde no hay ningún temor a
la
muerte, entonces nos elevamos a El y lo separamos de las cosas
terrenas. San
Agustín decía: Dios, habita en le corazón de los hombres justos,
complementado con la idea del cielo, es entonces el cielo una idea mas
allá
de todo lo que el hombre puede imaginar.
4.SANTIFICADO
SEA
TU NOMBRE
Luego rezamos “Santificado sea tu nombre”;
Porque Dios es santidad pura, incorruptible, principio de todo lo
bueno, y
pedimos que sea santificado en nosotros su nombre, como auxilio para
abstenernos de toda maldad y para que la santificación pueda venir en
nosotros. Por tanto, esta es una expresión que nos compromete a buscar
la
santidad, para que Dios tenga hijos dignos recordando al salmista que
dice:
“Sea conocida tu santidad en todo el mundo, y te alaba dignamente,
porque
alabarte es de justos (Sal 32,1)
5.QUE
VENGA TU
REINO
Y es hora de pedir y rogamos: “que venga
tu reino”; Para que el poder y la seducción y el reino de este mundo
pasajero
sean desterrados, sobre todo, el pecado, que reina en nuestra vida
terrenal.
De este modo también pedimos a Dios que nos libre de la corrupción y
nos
preserve de la muerte. También queremos decir venga el Espíritu Santo
sobre
nosotros para que nos purifique. El Reino de Dios viene cuando
alcanzamos
gracia; porque El mismo dice (Lc 17,21):
"El
reino de Dios está dentro de vosotros". Para que Dios reine en
nuestras
vidas, así entonces en todos nuestros pensamientos, palabras y
acciones.
6.QUE
SE HAGA TU
VOLUNTAD
Y sin entristecernos por el Plan de Dios
en nosotros, le pedimos al Padre que se hágase su voluntad aquí en la
tierra
como en el cielo; Es una súplica para que nos permita imitar la vida
del
cielo, y porque nosotros deseamos aceptar lo que El quiere. Le pedimos
de
este modo, que nuestra vida humana sea buena y semejante a la que
tendremos
después de la resurrección, por tanto ya queremos disponernos a llevar
un
modo de vida en este mundo, que esté conforme con la que esperamos en
el
otro.
7.DANOS
HOY NUESTRO
PAN DE CADA DÍA.
Suplicamos a continuación “Danos hoy
nuestro pan cada día”: Jesucristo es el Pan de Vida Eterna. El pan de
nuestras almas es la virtud divina, que trae sobre ellas la vida
eterna del
mismo modo que el pan que nace de la tierra conserva la vida temporal.
El pan
divino que ha venido y el que ha de venir, le rogamos nos conceda hoy,
con
todo su sabor. También concédenos esto haciendo que el Espíritu Santo
habite
en nosotros, produciendo una virtud que aventaja a toda virtud humana,
como
la humildad, la bondad y el amor.
8.PERDONA
NUESTRAS
OFENSAS
Y reconociendo nuestras falta, solicitamos
que perdones nuestros pecados, perdona nuestras ofensas: “Misericordia
Señor,
nos comprometemos a no faltarle, sin embargo caemos, pero El, bueno al
extremo, nos perdona y luego volvemos a caer, entonces le suplicamos
que
suspenda el castigo que merecemos, y El tan bueno, lo hace. Pero en
cuanto
vemos que por su confianza en nosotros El mira para otro hermano,
volvemos a
caer nuevamente”. Jesús nos enseño a tener confianza por nuestras
buenas
obras, y nos enseñó a implorar el perdón de nuestros pecados, porque,
no
existiendo nadie sin pecados, no nos privemos de la participación de
los
beneficios divinos por los pecados humanos. Así pues, al ofrecer, como
debemos,
a Cristo, quien hace que el Espíritu Santo habite en nosotros, la
santidad
perfecta, habremos de reprendernos si no hemos conservado la pureza de
su
templo. Este defecto se enmienda por la bondad de Dios, perdonando a
la
humana debilidad el castigo de sus pecados.
9.PORQUE
TAMBIÉN
NOSOTROS PERDONAMOS A AQUÉLLOS QUE NOS OFENDEN.
Y decimos lo enseñado por Jesús, “porque
también nosotros perdonamos a aquéllos que nos ofenden”; Así es Dios,
lleno
de piedad por los pecadores, si lo es El con nosotros, tenemos que
serlo del
mismo modo con los demás y, si no es así, somos unos hipócritas. Esto
los
hacemos con toda justicia por el Dios justo. Cuando nosotros
perdonamos a
nuestros deudores; esto es, a los que nos han ofendido y confiesan su
ofensa.
Conociendo nosotros esto, debemos dar gracias a nuestros deudores;
porque son
para nosotros la oportunidad y la causa de nuestro mayor perdón.
Además dando
poco alcanzamos mucho; porque nosotros debemos muchas y grandes deudas
a Dios
y estaríamos perdidos si nos pidiésemos una pequeña parte de ellas.
10.NOS
DEJES CAER
EN LA TENTACIÓN.
También nos enseñó el Señor, pedir para
que El no nos dejes caer en la tentación: Pedimos a Dios que no nos
deje caer
en el pecado, esto es fuerza, amor, decisión, voluntad para enfrentar
este diarios
combate "entre la carne y el espíritu", capacidad para evitar las
ocasiones de pecar. Si queremos que Dios permanezca en nuestro
corazón,
tenemos que protegerlo de la tentación.
En efecto, es imposible no dejarnos
tentar, los santos fueron tentados, muchos sufrieron esta prueba, por
eso le
pedimos a Dios que no nos deje caer en la tentación, esto es, que no
permita
que suframos la prueba de las tentaciones inclinada a los placeres de
los
sentidos. Jesucristo conociendo nuestra debilidad, mandó que orásemos
para
que no cayésemos en la tentación; pero cuando alguno se ve en ella,
conviene
que pida a Dios la virtud de resistirla, para que se cumpla en
nosotros lo
que dice San Mateo (10,22): "El que persevera hasta el fin, se
salvará".
11.LIBRANOS DEL MAL
Por este motivo, rogamos que nos libre del
mal, del “maléfico”, y sus sinónimos, la mentira, el crimen, el robo,
la
xenofobia, la discriminación, la desidia, la irreverencia, el egoísmo,
la
envidia, la pereza, la maldad, la dureza de corazón, la incomprensión,
irresponsabilidad, y tantas más que son el deleite de Satanás.
San Agustín nos dice que cada uno pide ser
librado del mal (esto es, del demonio y del pecado); pero el que
confía en
Dios, no teme al pecado. Si Dios está con nosotros, ¿quién estará
contra
nosotros? (Rom 8,31).
En
la persona del obispo
Policarpo tenemos al postrer testigo de la edad apostólica que, el 23
de
febrero del año 155, subía a la hoguera en medio del teatro de
Esmirna, en
presencia de todo el pueblo. Policarpo había sido discípulo de Juan.
Había
visto con sus propios ojos y oído con sus propios oídos a aquel cuyas
manos
tocaron el Verbo de vida, y había escuchado del discípulo que Jesús
sentía
predilección por el mandamiento nuevo del amor fraterno.
Quizá
fue el mismo San Juan
quien nombró Obispo de Esmirna, esta bella ciudad asiática, asentada a
la
ladera del monte Pagus y bañada por el mar
Egeo, a
Policarpo. Desde su Sede dirigía, con gran amor y sabiduría, a su grey
por
los caminos del verdadero Evangelio y les alentaba para que no se
dejaran
nunca inficcionar por la herejía y para
que fueran
valientes para defender a Jesucristo contra los paganos si llegaba la
hora de
probar su fe.
Si
quisiéramos resumir la vida
de este hombre, de este gran obispo, habría que hacerlo en una sola
palabra:
Amor. Amó y supo enseñar el amor único y verdadero. Todo lo demás
debía,
decía él, ser colocado al servicio de este Amor... Dentro de este
pentagrama
deben colocarse todas las notas - léase toda la vida - del verdadero
cristiano. De cuando en cuando decía a sus ovejas: "Todo el que no
confesare que Jesucristo ha venido en carne, es un anticristo, y el
que no
confesare el testimonio de la cruz, procede del diablo, y el que
torciere las
sentencias del Señor en interés de sus propias concupiscencias, ése
tal es
primogénito de Satanás"...
Todos
sabían de la gran bondad y
tierno corazón de Policarpo. Él es duro consigo mismo, pero muy suave y
dulce
para con los demás, menos con los que intentan sembrar el error entre
sus
ovejuelas. De sus labios brotan palabras de amor y cariño y no sólo
palabras
sino hechos maravillosos a favor de los pobres y enfermos. A todos
atiende
con caridad sin igual y como si del mismo Maestro se tratara.
A
veces hasta los niños quedaban
extasiados escuchando sus ardorosas palabras. Uno de estos niños, que
no
pierde ni palabra de cuanto oye a este ya anciano venerable, se llama
Ireneo
que llegará a ser obispo de Lyón y gran Padre de la Iglesia. En su
cuadernillo
de notas, este discípulo aprovechado escribió y nos transmitió hasta
nosotros
estas hermosas frases de su maestro y padre en la fe: "Cristo es el
que
levantó sobre la cruz nuestros pecados". "Cristo es nuestra
esperanza y prenda de nuestra salvación". "Cristo es el que soportó
todo por nosotros"... Eran palabras hermosas que poco después las confirmará tratando de dar testimonio de ellas con
su
sangre.
Por
eso, en el relato que los
cristianos de Esmirna legaron sobre la muerte de su obispo, volvemos a
hallar
algo de la serenidad y ternura propias de los escritos de Juan.
Comoquiera
que el procónsul le
presionase a Policarpo para que renegase de Cristo, le respondió:
«Hace
ochenta y seis años que le sirvo y jamás me ha hecho ningún mal. ¿Por
qué,
pues, he de blasfemar de mi Rey y Salvador?» Atado al poste del
patíbulo,
oraba del siguiente modo: «Dios de todas las criaturas, te bendigo
porque me
has juzgado digno de este día y de esta hora, digno de ser contado en
el
número de los mártires y de participar en el cáliz de tu Cristo, para
resucitar a la vida eterna en alma y cuerpo en la incorruptibilidad
del
Espíritu Santo».
Era
un anciano lleno de virtud,
saber y experiencia envuelto en una particular veneración por haber
sido
discípulo del propio san Juan Evangelista; en pleno siglo II había,
pues,
conocido a uno de los apóstoles del Señor, nadie podía dejar de
recordarlo, y
se le llamaba «padre de los cristianos» incluso entre los que no lo
eran. San
Jerónimo, más enfáticamente, le nombra como «príncipe del Asia».
Fue
un gran obispo de Esmirna, y
su nombre griego, que en castellano puede traducirse por «fruto
abundante»,
parecía en él más adecuado que en cualquier otro por sus obras de
caridad.
En
carta a los cristianos de
Filipos, les recomienda la obediencia.
Ya
octogenario emprendió un
viaje a Roma para hablar con el papa Aniceto y consultarle cuestiones
de
liturgia, en el año 155, especialmente del día de la Pascua. Y el Papa
le
hace presidir una celebración eucarística y a su regreso tuvo que
enfrentarse
con la persecución.
Según
san Eusebio, tres días
antes de que le prendieran tuvo una visión en la que su almohada era
consumida por el fuego, y entonces anunció a los que estaban con él:
«Me
quemarán vivo» (siglos más tarde en recuerdo de esta almohada san
Policarpo
era invocado contra el dolor de oídos).
Descubierto
en su escondite, no
lejos de la ciudad, fue conducido a Esmirna, y allí las autoridades le
pidieron que blasfemara, que maldijera a Cristo (¡qué moderna parece
la
petición!). Ante su negativa, se le ató a un palo entre leña en medio
de un
estadio al que había acudido la multitud para ver cómo moría un obispo
de
aquella secta.
Al
encenderse la hoguera, las
llamas, sin tocarle, le rodearon «como una vela de navío hinchada por
el
viento», y hubo que darle muerte con una espada. Dicen que de su
cuerpo brotó
tanta sangre que apagó el fuego, y que el cadáver, sin la menor
quemadura,
tenía el mismo color que el pan cocido y desprendía un perfume a
incienso y
mirra.
Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo
1.EN
AQUEL TIEMPO, LA GENTE SE APIÑABA
ALREDEDOR DE JESÚS
Relata este fragmento del Evangelio, que
en aquel tiempo, la multitud se apiñaba alrededor de Jesús, mostrando
de esta
forma que el Señor cautivaba a las gentes, y seguidamente nos dice que
éste
comenzó a decirles: “La gente de este tiempo es una gente perversa”.
Perverso, es aquel que tiene mucha maldad, lo mismo que es perverso el
que
hace daño intencionadamente. Jesús continua diciendo que: “Piden una
señal,
pero no se le dará otra señal que la de Jonás”
2.CRISTO
VA DESCUBRIENDO QUIÉN ES EL
A la predicación de Jonás, Nínive (capital
de Asiria) se convirtió. Y ante la sabiduría de Salomón, vino a oírle
la
reina del Mediodía, la reina de Saba (1 Re 10:1). Ellos condenarán “en
el
juicio” probablemente aludiendo, con este término casi técnico, al
juicio" postrero, a esta generación, porque aquí, es decir, en él, hay
cosa mayor que la sabiduría de Salomón y el profetismo de Jonás. Es
parte del
Punto más alto o culminación de un proceso con que Cristo va
descubriendo
quién es EL; y que es mayor que reyes y profetas.
La cita de Jonás evoca su predicación en
Nínive, con la conversión del pueblo, y, por contraste, la escasa
atención que
Israel prestó a su predicación.
3.PIDEN
COMO CONDICIÓN SER TESTIGOS DE UN
SIGNO
Judíos escribas y fariseos, con una
engañosa disposición a creer, piden como condición ser testigos de un
signo,
o señal, esta es condición indispensable para creer, al parecer todo
lo que
había realizado Jesús les parecía poco, además que esta era una nueva
maniobra de fariseísmo que acostumbraba a atacar a Jesús. En el fondo
buscan
probar si es verdad que es el Mesías. Jesús no da el milagro que
piden, ni
para cuando lo piden.
Los fariseos, pedían ver algo
extraordinario, un milagro fuera de lo común, una manifestación
asombrosa y
sensacional.
4.¿NO
LES BASTARÍA, NO SERIAN
SUFICIENTEMENTE CONVINCENTE LAS SEÑALES QUE HABÍA DADO JESÚS?
Hoy, aún los hombres parecen insatisfechos
con todo lo que el Señor les da, y tienen un gran gusto por pedir,
incluso,
piden cosas desmedidas y en un mundo con una problemática donde la
irreverencia es dominante, donde el que puede le falta el respeto a
nuestra
fe, y la “crisis de la fe”, esta muy presente.
Los cristianos del mundo de hoy, tenemos
que considerar un minucioso análisis de lo que esta sucediendo. No
pensemos
en milagros asombrosos para demostrar nuestra fe. Dispongámonos a
vivir
comprometidamente con nuestra fe, dando testimonio con nuestra actitud
de
vida, para que sirva de ejemplo a ese tipo de personas de hoy, las
cuales no
tienen muchas diferencias a las que en aquel tiempo Jesús responde: "
Ésta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro
que el
de Jonás” Esta respuesta de Jesús, va a los jefes del pueblo, escribas
y
fariseos de ese entonces, ¿a quien se la dirigimos hoy?
5.ENTONCES,
EN EL MUNDO DE HOY, ¿LE
PEDIMOS A JESÚS OTRA PRUEBA?
El "signo de Jonás" que propone
Jesús a sus adversarios no puede limitarse al hecho de haber
permanecido como
muerto en el vientre del pez durante tres días y tres noches, sino al
haber
salido con vida. Jesús no les quiso dar otra prueba, es decir su
propia
resurrección, que sería la prueba divina, algo que nadie podría
falsear o
imitar.
Es triste ver hoy, como muchos no tienen
interés en oír el mensaje de Jesús, como también es triste saber como
algunos
se dicen cristianos y desafían con su soberbia a Dios. También los hay
de los
que se jactan al decir que no hay pruebas de la existencia de Dios.
Entonces,
el mundo de hoy, ¿pide aún más pruebas?
6.JESÚS
NOS HA COMPROMETIDO PERSONALMENTE
Jesucristo resucitó, y en consecuencia
ahora vive en nosotros como cristianos. Y por tanto nos corresponde
que le
demostremos al mundo no creyente pruebas de que el ha resucitado y que
vive
en nosotros, para nosotros y por nosotros.
Pero tenemos que salir al mundo con
ejemplos y testimonios de vida cristiana, como hombres solidarios,
como
personas que aman a su prójimo, afables, contrarios a la violencia en
todas
sus formas, respetuosos de la vida, con inclinación a hacer el bien, a
fin de
que aquellos que rechazan a Jesús, acepten a quien nos da razón de ser
y se
entusiasmen en oír sus enseñanzas.
Los fariseos no tenían excusas y nosotros
tampoco, hemos recibido muchas bondades del Señor y tenemos los medios
que
nos da la gracia, hemos sido llamados, tenemos el bautismo, Jesús nos
ha
comprometido personalmente, y nuestra conversión será el milagro que
esperan
de nosotros para que ellos tomen el camino de Jesucristo Nuestro
Señor.
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
MODESTO
Obispo
Su apelativo bien pronunciado indica al
poseedor de una virtud altamente costosa de conseguir y dice mucho con
relación a la templanza que ayuda al perfecto dominio de sí. Buen
servicio
hizo esta virtud al santo que la llevó en su nombre.
El pastor de Tréveris
trabaja y se desvive por los fieles de Jesucristo, allá por el siglo
V. Lo
presentan los escritos narradores de su vida adornado con todas las
virtudes
que debe llevar consigo un obispo.
Al leer el relato, uno va comprobando que,
con modalidades diversas, el hombre continúa siendo el mismo a lo
largo de la
historia. No cambia en su esencia, no son distintos sus vicios y ni
siquiera
se puede decir que no sea un indigente de los mismos remedios ayer que
hoy. Precisamente
en el orden de la sobrenatural, las necesidades corren parejas por el
mismo
sendero, las virtudes a adquirir son siempre las mismas y los medios
disponibles son idénticos. Fueron inventados hace mucho tiempo y el
hombre ha
cambiado poco y siempre por fuera.
Modesto es un buen obispo que se encuentra
con un pueblo invadido y su población asolada por los reyes francos Merboco y Quildeberto.
A su
gente le pasa lo que suele suceder como consecuencia del desastre de
las
guerras. Soportan todas las consecuencias del desorden, del
desaliento, del
dolor de los muertos y de la indigencia. Están descaminados los usos y
costumbres de los cristianos; abunda el vicio, el desarreglo y
libertinaje.
Para colmo de males, si la comunidad cristiana está deshecha, el
estado en
que se encuentra el clero es aún más deplorable. En su mayor parte,
están
desviados, sumidos en el error y algunos nadan en la corrupción.
El obispo está al borde del desaliento;
lleno de dolor y con el alma encogida por lo que ve y oye. Es muy
difícil
poner de nuevo en tal desierto la semilla del Evangelio. Humanamente
la tarea
se presenta con dificultades que parecen insuperables.
Reacciona haciendo cada día más suyo el
camino que bien sabía habían tomado con éxito los santos. Se refugia
en la oración;
allí gime en la presencia de Dios, pidiendo y suplicando que aplaque
su ira.
Apoya el ruego con generosa penitencia; llora los pecados de su pueblo
y
ayuna. Sí, son muchas las horas pasadas con el Señor como confidente y
recordándole que, al fin y al cabo, las almas son suyas.
No deja otros medios que están a su
alcance y que forman parte del ministerio. También predica. Va poco a
poco en
una labor lenta; comienza a visitar las casas y a conocer en directo a
su
gente. Sobre todo, los pobres se benefician primeramente de su
generosidad.
En esas conversaciones de hogar instruye, anima, da ejemplo y empuja
en el
caminar.
Lo que parecía imposible se realiza. Hay
un cambio entre los fieles que supo ganar con paciencia y amabilidad.
Ahora
es el pueblo quien busca a su obispo porque quiere gustar más de los
misterios de la fe. Ya estuvieron sobrado tiempo siendo rudos,
ignorantes y
groseros.
Murió -y la gente decía que era un santo
el que se iba- el 24 de febrero del año 486.
El relato reafirma juntamente la pequeñez
del hombre -el de ayer y el de hoy- y su grandeza.
“todo
el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le
abrirá ”
Mt
7, 7-12
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.PIDAN
Y SE LES
DARÁ
Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se
les dará. Lo que nos propone es la necesidad de orar para obtener
favores del
cielo, y a esta oración se garantiza su eficacia.
Jesús, utiliza algunos elementos
comparativos con una cierta exageración, ¿Quién de ustedes, cuando su
hijo le
pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente?
no hay
relación alguna entre la petición y lo que no se le dará: son simples
hipérboles orientales de contraste. La conclusión de base es que
ningún padre
dará a sus hijos, cuando le piden cosas buenas y necesarias, cosas
malas. En
el orden espiritual se concluye igualmente que Dios no dará sino cosas
“buenas” al que se las pida. Dios es Padre, y, como tal, es sumamente
bondadoso con sus hijos. No es un Dios enigmático ni caprichoso, como
otros
dioses. Por eso Jesús dice; Si ustedes, que son malos, saben dar cosas
buenas
a sus hijos, ¡cuánto más el Padre de ustedes que está en el Cielo dará
cosas
buenas a aquellos que se las pidan!
2.MATEO,
EXPONE LA
NECESIDAD Y LA EFICACIA DE LA ORACIÓN.
Expuesto en forma “sapiencial,” no se
trata de por qué en ocasiones no se recibe lo que se pide. Se supone,
además,
en esta perspectiva religiosa, que no se pedirán cosas que impidan la
“incorporación” al Reino, objeto de la gracia y del mensaje de Cristo.
Dice Jesús; Todo lo que deseen que los
demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y
los
Profetas. El tema de este pasaje es llamado “regla de oro” de la
caridad
desde el siglo XVII. La sentencia que
prácticamente
hará ver a los hombres cómo deben amarlos, es hacer a los demás lo que
quisiéramos que los otros nos hicieran a nosotros. No consiste
solamente en
no hacer mal al prójimo, sino en “amar al prójimo como a ti mismo” (Mc 12:31); y como norma práctica está esta
sentencia. Es
un toque en lo vivo de la psicología humana. Con esta norma, ¡qué
autenticidad en el amor, qué de recursos para ejercitarla y qué
perspectiva
de extensión se abre a la caridad cristiana!
Jesús, a petición de los apóstoles, no
enseñó como orar, ahora nos quiere dejar en claro que no hay que ser
pusilánime, esto es falto de ánimo o de valor para soportar las penas,
y no
se debe ser negligente y descuidado con la oraciones y que si no somos
oídos
a la primera o la segunda, no dejemos de orar. En otras palabras, es
bueno
tener paciencia en las oraciones.
3.“EL
QUE BUSCA
ENCUENTRA”.
¿Cuánto debemos orar?, ¿a que hora debemos
orar?, ¿por quien debemos orar?, en cuanto caemos en el error o cuanto
mas
pecamos, es cuanto mas necesitamos de la oración. Levantaos y orad
para que
no caigáis en tentación.(Lucas 22,
46). Así es como Jesús, nos exhorta y nos estimula en extremo a orar, a
buscar, a pedir y a llamar, hasta que recibamos lo que pedimos. Jesús
insiste
pidan y se les dará, esto tiene fuerza de cumplimiento, porque todo lo
que
viene de Dios se hace. Luego haciéndonos ver la pequeñez inexcusable
de
nuestra fe, nos añade; “el que busca encuentra”. Las cosas que se
buscan
exigen mucho cuidado, principalmente lo que está en Dios, porque son
muchas las
cosas que dificultan nuestros sentidos. Con el mismo entusiasmo que
ponemos
al buscar cosas perdidas así debemos buscar a Dios, es decir con ganas
de
encontrarlo.
4.“AL
QUE LLAMA SE
LE ABRIRÁ”
Manifestemos también que aunque no se abra
la puerta inmediatamente, debemos esperar, por esto añade: “al que
llama se
le abrirá”. Porque si continuamos pidiendo, recibiremos sin duda. Por
esto
está cerrada la puerta, para obligarnos a que llamemos; por ello no
contesta
afirmativamente en seguida, para que pidamos encarecidamente. El Señor
no nos
invitaría tanto a que pidiésemos si no quisiera darnos, porque más
quiere dar
el Señor, que nosotros recibir.
Algunos se preguntarán ¿por qué muchos que
oran no son oídos? A ellos debemos contestarles que todo aquel que
llega a
pedir con recta intención, (seamos derecho en pedir), no omitiendo
nada de lo
que pueda contribuir a obtener lo que pide, recibirá sin duda lo que
ha
pedido en su ruego. Pero si alguno separa su intención del ruego
justo, esto
es, no pide como corresponde o debe y entonces puede decirse que no
pide.
Santiago escribe: “No tenéis porque no
pedís, y si pedís, no recibís porque pedís mal, para dar satisfacción a
vuestras pasiones” (Sant 4:3).
En todo caso si pedimos, y creemos que no
hemos recibido, todo lo que hemos ofrecido al Señor nunca estará
demás.
5.¿QUIÉN
DE
USTEDES, CUANDO SU HIJO LE PIDE PAN, LE DA UNA PIEDRA?
Dios sabe lo que necesitamos, y nos
concede lo que El sabe que es bueno para nosotros. Algunas veces
pedimos
cosas que son inalcanzables, o cosas extrañas movido por ilusiones que
se nos
ocurren, por ejemplo que nos ayude a ganar la lotería, cuando pedimos a
Dios
algo semejante, nunca lo alcanzaremos.
En otras palabras, cuando nuestro hijo nos
pide pan se lo concedemos con gusto, porque pide un alimento
conveniente;
pero cuando por falta de inteligencia nos pide una piedra para comer,
no
solamente no se la damos, sino que se lo prohibimos, porque es
perjudicial
hasta el deseo de ella. Este es el sentido del evangelio, porque si
entre
nosotros un hijo nos pide pan ¿le daríamos acaso una piedra? En el
mismo
sentido debemos entender lo de la serpiente y del pez, cuando dice:
¿Quién de
ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide
un pez,
le da una serpiente?”
Dios no solamente nos concederá lo que le
pidamos, va más allá, y se nos da así mismo, nos da su propio Don, que
es el
Don de su divino Espíritu.
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
SANTORAL
SAN VALERIO S. VII
La
persecución es herencia de
cuantos quieran seguir de cerca al Divino Maestro. El Papa Benedicto XV hasta llegó a decir, en animada charla con un
grupo de
cardenales, que la "persecución" es la quinta nota esencial de la
Iglesia.
San
Valerio fue sin duda alguna
uno de los santos que más duramente haya sido perseguido durante toda
su
vida. No fue el suyo un camino de rosas.
A
principios del siglo VII nació en la
Provincia de León, cerca de Astorga, y
por estas cercanías pasó casi toda su larga vida yendo de una a otra
parte y
encontrando dificultades de todo tipo para poder tomar una residencia
fija
para lo que él ansiaba: Servir a Dios en la oración y penitencia.
Recibida
una esmerada educación
cristiana, trató de vivir siempre de acuerdo con ella. Pronto se dio
cuenta
de que la juventud caminaba por las vías del abandono religioso y de
la
entrega a los placeres de la carne, y él huyendo se quiso retirar a un
Monasterio famoso en su tiempo y que había fundado unos años antes el
santo
Obispo de Braga San Fructuoso. A pesar de sus buenas intenciones y
excelentes
cualidades que le adornaban, no fue admitido en aquel monasterio,
porque
otros eran los planes que la Divina Providencia tenía sobre él. Debía
cargar
con la cruz de la persecución y de la penitencia, sobre todo, de la
que
conlleva la inseguridad y vida nómada a la que desde ahora se verá
forzado en
todas partes. Bien se le podía nombrar patrón de los hombres que van
de
camino, de los que se hallan faltos de seguridad...
Como
sentía un atractivo
irresistible hacia la vida de soledad y silencio, se retiró a una
ermita,
sita cerca del castillo de la Piedra, no lejana a la villa de Astorga.
Allí
se entregó a la oración, al ayuno y la maceración de su cuerpo. Pronto
corrió
la voz por aquellos contornos de la santidad de vida de aquel joven
ermitaño
y muchos acudían a visitarle, a pedirle sus oraciones y consejos para
su caminar
espiritual. Esta ermita estaba a cargo de un clérigo que se llamaba Flayno. Al ver las ricas limosnas que le
entregaban todos
los buenos visitantes para su sustento y para que pudiera hacer
limosnas a
los que siendo más pobres que él le visitaban... pronto se despertó en
el
corazón del avaro Flayno deseo de
apoderarse de
todo aquello y le exigía le entregase todo que le daban. Más aún, le
obligó a
marcharse de allí y los buenos cristianos acudían al nuevo paradero de
Valerio y allá iban a parar sus limosnas. Flayno
no
dudó de acudir allá y quería apoderarse también de estas limosnas que
ya nada
tenían que ver con su ermita. Llegó incluso a pegarle y burlarse de
él.
Sus
admiradores le adquirieron
una ermita en un pueblecillo llamado Ebronato
y
allí se sentía dichoso entregado a la oración y penitencia. Pronto el
amo de
aquella heredad, llamado Racimino, empezó a
tenerle
envidia de ver lo admirado y querido que era de todo el mundo y trató
de
echarlo de su finca con los mayores improperios. Puso al frente de
aquella
iglesia a un tal Justo, diácono, que no tenía de justo más que el
nombre y
también trató de hacer la vida imposible al pacífico ermitaño Valerio.
Lo
veían los fieles y trataban de ayudarle, pero no siempre podían
hacerlo.
Por
fin, después de más de
veinte años de duras pruebas y persecuciones de todo tipo, recibió la
inspiración del cielo de que se trasladase a la región del Bierzo, y
allí
edificase una Ermita que sería su cobijo hasta su muerte. Así lo hizo y
en
aquel lugar tan solitario, lejos del mundanal ruido, se entregó a la
más dura
penitencia y prolongada oración. El Señor le bendijo copiosamente y
obraba
muchos prodigios por su medio.
Hizo
el voto de no perder ni un
minuto de tiempo, y así, cuando terminaba su oración se entregaba a
trabajos
manuales o a escribir, ya que también, a pesar de su escasa formación
literaria, nos dejó preciosos tratados espirituales y varias vidas
ejemplares. Por fin un 25 de febrero, de finales del siglo VII, expiró en el Señor.
Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo
“yo
les digo que todo aquél que se irrita contra su hermano, merece ser condenado
por un tribunal”
Mt
5, 20-26
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.SI LA JUSTICIA
DE USTEDES NO ES SUPERIOR A LA DE LOS ESCRIBAS Y FARISEOS
En el evangelio de hoy, Jesús, se atribuye
una autoridad superior a la de Moisés, así es como lo dice explícitamente.
Jesús es superior a la misma Ley y tiene además autoridad para cambiarla.
Jesús, ahora no solo prohíbe el homicidio,
también veda la ira, los insultos, las injurias, es decir, se deben evitar
los pecados y faltas externas e internas, como las ofensas, la rabia,
agravios y ultrajes.
Jesús dijo a sus discípulos: Les aseguro
que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos,
no entrarán en el Reino de los Cielos. Se trata, pues, de fidelidad a la Ley,
pero de fidelidad al cumplimiento del espíritu de la Ley, pues en su
cumplimiento material, aquéllos eran maestros insuperables. Ya los profetas
habían urgido la necesidad de poner el espíritu y el corazón en los
sacrificios. El rito material no cuenta. Por el simple cumplimiento del rito
cultual, Dios no lo atiende ni retribuye. Esto es lo que Jesús censura, al
tiempo que enseña cómo ha de ser la práctica de la nueva Ley, de la justicia
mesiánica; no hipocresía de un rito sin vida. La justicia del reino mesiánico
es sencillamente la justicia de la autenticidad religiosa. Este versículo, es
un término completivo del tema sobre la relación de Jesús y la Ley vieja,
pero es, al mismo tiempo, un versículo puente para el tema del sermón de la
Montaña: el perfeccionamiento moral de la vieja Ley y el perfeccionamiento
del espíritu con que ha de ser practicada.
2.NO MATARÁS, Y EL
QUE MATA DEBE SER LLEVADO ANTE EL TRIBUNAL
Dice Jesús: Ustedes han oído que se dijo a
los antepasados: No matarás, y el que mata debe ser llevado ante el tribunal.
Jesús se esta refiriendo al quinto precepto del Decálogo (Diez Mandamientos):
No matarás. Refiriéndose al auditorio les dice: Ustedes han oído que se dijo
a los antepasados. Estos antepasados son las generaciones judías anteriores.
La cita se hace literalmente del Decálogo,
pero la segunda parte, No matarás, y el que mata debe ser llevado ante el
tribunal, no se encuentra citada así en la Ley, esta castiga el homicidio: El
que hiere mortalmente a otro será castigado con la muerte (Ex 21:12; Lev
24:17). Este juicio al que se alude puede ser el juicio jurídico del tribunal
(Dt 16:18; Dan 7:26 en los LXX)
que le juzgará y le condenará o puede ser la misma condena.
Esta legislación del Decálogo había sido
interpretada materialmente: realización física del homicidio. Pero Jesús, al
contraponer su enseñanza a la interpretación rabínica del mismo mandamiento,
está dando la interpretación del contenido primitivo.
3.TODO AQUEL QUE
SE ENOJA CONTRA SU HERMANO MERECE SER CONDENADO
Hay también en ello otro valor. Al
contrastar lo que se les había dicho por Moisés a los antiguos, sin embargo
al decir Jesús Pero yo les digo, está implícitamente declarándose superior a
Moisés. Jesús ira luego gradualmente declarándose superior a los reyes,
profetas, sábado y Templo (Mt 16:6). Aquí se
presenta ya como el supremo Legislador de Israel.
Pero yo les digo que todo aquel que se enoja
contra su hermano merece ser condenado por un tribunal. En este precepto no
solamente se condena el acto de homicidio real, sino la injuria al hermano.
Este, en la apreciación judía, era el equivalente al prójimo, y éste era sólo
el judío. Aquí también se condena el irritarse contra el hermano injustamente
(Mc 3:5) al llamarlo racá. Es palabra aramaica; se proponen varias etimologías, como
abominable, o loco, pero ésta significa además rebelde contra Dios, ateo.
4.Y TODO AQUÉL QUE
LO INSULTA MERECE SER CASTIGADO
Hay alguno ejemplos en la lectura
rabínica: el que llama a su prójimo siervo será castigado con anatema
(excomunión); el que lo llama espurio, (ilegitimo) con cuarenta azotes; el
que impío, ha de ser acusado de crimen capital.
El castigo correspondiente es también
gradual. Dice Jesús: Y todo aquél que lo insulta merece ser castigado por el
Tribunal que ha de haber en todos los pueblos (Dt
16:18); al racá, se es reo ante el sanedrín, es
decir, ante el gran sanedrín de Jerusalén, que es el que tenía competencia en
los crímenes mayores; al de impío, se le amenaza con la gehenna
de fuego, o sea el infierno --- Y el que lo maldice merece el infierno ---
Naturalmente, Jesús no pretende establecer
este triple y exclusivo código de penas y castigos. Toma los términos de la
jurisprudencia judía como medio de expresión de valoración moral. El tribunal
ante el que Jesús cita no es más que uno: el de Dios.
5.EL QUIERE QUE
VIVAMOS EN PAZ LOS UNOS CON LOS OTROS.
Tomando tres casos con un crescendo de
gravedad, expone representativamente todo otro tipo de culpas, sugerido por
este procedimiento semita de acumulación. En el quinto precepto del Decálogo
no sólo se condena el homicidio físico, sino todo deseo de injuria injusta.
El judaísmo en tiempo de Jesús era unánime
en rechazar la ira entre hermanos. Hasta en Qumrán
se dice: El que guarde rencor a su prójimo, injustamente, será castigado seis
meses (Regla. VII,8), también se lee en el Talmud bab. (Yoma 22b): Un aprendiz de
las Escrituras, que no se venga y no es rencoroso, no es un verdadero
aprendiz de las Escrituras.
Luego Jesús, expone en dos pequeñas
parábolas la necesidad de la reconciliación con el prójimo, El quiere que
vivamos en paz los unos con los otros.
6.DEJA TU OFRENDA
ANTE EL ALTAR, VE A RECONCILIARTE CON TU HERMANO, Y SÓLO ENTONCES VUELVE A
PRESENTAR TU OFRENDA
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda
en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja
tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces
vuelve a presentar tu ofrenda. Esta presenta con una semejanza tomada del
sacrificio y la presenta con la urgencia del que está ya a punto de
ofrecerle. Que la deje ante el altar y que vaya primero a reconciliarse con
su hermano, si tiene algo contra ti, por suponerse que el oyente hizo algo
injusto contra él. Con ello encarece la necesidad de la caridad al ponerlo en
comparación con el sacrificio. Ya que, siendo éste representación vicaria del
oferente, no es grata a Dios sin el amor al prójimo (Os 6:6).
Trata de llegar en seguida a un acuerdo
con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te
entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no
saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo. Esta segunda
comparación está tomada de la vida civil: más vale componerse los litigantes
de un pleito entre ellos que venir a la sentencia inapelable del juez, aparte
de pagar costas y tener incomodidades y pleito. Se pagará hasta el último
centavo. Es una pequeña parábola, de la que luego se alegorizan algunos
elementos, el tiempo que están en camino probablemente alegoriza el tiempo
que se está in vía; el juez y su sentencia son el tribunal de Dios; el
castigo en prisión, de la que no se saldrá hasta que se pague el último
centavo, es decir, hasta que se cumpla estrictamente la justicia, y porque el
tono de esta redacción parabólica sólo habla popular y sapiencialmente
del anuncio de un castigo que corresponde a una culpa contra la caridad, pero
sin más precisiones.
7.DIOS APRECIA DE
SOBREMANERA LA UNIDAD FRATERNAL
Jesús, nos pide siempre que vivamos en paz
y armonía con todos nuestros hermanos y, que tengamos una actitud constante
de reconciliación frente a las diferencia que a veces nos separan. Dios
aprecia de sobremanera la unidad fraternal, nos esta diciendo que: deja tu
ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces
vuelve a presentar tu ofrenda, es decir el sacrificio no será agradable a El,
sino en cuanto vivamos en amor y paz con nuestros hermanos.
El
Señor les Bendiga
Pedro
Sergio Antonio Donoso Brant
SAN ALEJANDRO DE ALEJANDRÍA+326
No es lo suficientemente
conocido este gran Patriarca de Alejandría, que será quien en primer lugar se
enfrente contra el heresiarca Arrio y el primero que descubra sus errores.
Nació hacia el año 250 y se distinguió pronto por las ricas cualidades que
adornaban su alma. Los historiadores de la época y posteriores nos lo pintan
como un hombre de carácter dulce y afable, lleno siempre de enorme caridad
para con todos los hermanos, especialmente para con los más pobres. Otra
cualidad, hermana gemela de ésta, notaban en él cuantos le trataban. Era
conciliador. Ante él no podía haber riñas y corazones encontrados...
Por otra parte parece que se
contradice con estos rasgos característicos suyos lo que durante toda su vida
se podrá apreciar ya que, como era profundo conocedor de la ortodoxia
cristiana y un enamorado de la fe y persona de Jesucristo y de su Iglesia,
cuando las veía atacadas se levantaba con fuerza contra todo lo que pudiera
empañar su blancura, la de su Señor y la de su Madre. Por ello en sus luchas
durísimas contra Arrio y sus secuaces será más bien duro, mordaz e incansable
luchador.
El año 313 moría Aquillas, el Patriarca de Alejandría y era elegido para
esta Sede nuestro protagonista. Parece que eran dos los candidatos para
ocuparla: Alejandro y Arrio. Los primeros años del patriarcado de Alejandro,
Arrio estuvo sumiso y reinaron buenas relaciones entre ambos. Parece que el
nuevo Patriarca se entregó de lleno a defender y propagar a las multitudes
que en aquel entonces se retiraban del mundo a la soledad para mejor servir
al Señor. Eran millares los que esto hacían. Alejandro conocía bien que esto
era un gran fuerza para la Iglesia ya que la oración
y penitencia serán siempre fundamentos, junto con la caridad, de toda la vida
cristiana.
San Alejandro será siempre
recordado también por la historia como el gran descubridor y profundo
formador del futuro Padre de la Iglesia San Atanasio. Supo descubrir la gran
obra a que este hombre singular estaba llamado por la Divina Providencia y no
escatimó sacrificios para formarle según el espíritu del Evangelio.
Pero la máxima gloria proviene a
San Alejandro--como ya indicamos arriba--por su lucha contra el hereje Arrio,
al que con ejemplar valentía le descubrió sus muchos errores contra la fe
cristiana. Arrio empezó a separar y distinguir tanto a las Tres Divinas
Personas que prácticamente para él tan sólo el Padre era verdadero Dios... El
Verbo y el Espíritu Santo eran de inferior categoría y estaba totalmente subordinados al Padre. Para sacarle de éste y otros
errores el Patriarca Alejandro tuvo varias conversaciones con él en privado y
al ver que nada progresaba... convocó el año 320 un sínodo en Alejandría al
que acudieron más de cien Obispos. Se presentó Arrio y expuso su doctrina
siendo condenado unánimemente por toda aquella Magna Asamblea de Padres.
Después de aquel anatema lanzado contra Arrio y su doctrina, éste, en vez de
someterse con humildad y reconocer sus errores, partió para diversos lugares
y se dedicó a extender su malévola doctrina. Los dos Eusebios--de
Cesarea y de Nicomedia--intercedían ante Alejandro
y ante el emperador Constantino para que Arrio pudiera volver a la Iglesia
católica y por lo tanto se le levantara la excomunión. Para ello el emperador
escribió cartas a Arrio y a Alejandro y encomendó la reconciliación al gran
obispo Osio de Córdoba. Pronto se dio cuenta este
sabio obispo que con Arrio no había nada que hacer. Había que convocar un
Concilio Universal y así se hizo el 325, el primero, celebrado en Nicea. San
Alejandro a pesar de su avanzada edad y muchos achaques por su dura lucha
contra la herejía, asistió y desempeñó un importantísimo influjo en la
condenación del arrianismo que hizo el Concilio. Murió el 26 de febrero del
326.
Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo
“Amen
a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores”
Mt 5, 43-48
Autor:
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.FOMENTAR EN
NUESTRO CORAZÓN EL AMOR A NUESTROS ENEMIGOS
En este capitulo 5 de san Mateo, hemos
leído como en distintos casos, Jesús ha perfeccionado la Ley, esa ley que
enseñaba odiarás a tus enemigos, lo que equivalía a no tienes porque amarlo,
entonces vamos hacer algunas referencia a la antigua Ley, para veamos el
ambiente en que se vivía en aquel tiempo cuando Jesús nos invita a fomentar
en nuestro corazón el amor a nuestros enemigos y pedir que seamos perfectos
como es perfecto el Padre que esta en los cielos.
2.AMARÁS A TU
PRÓJIMO Y ODIARÁS A TU ENEMIGO
Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes han
oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Nuevamente
Jesús cita lo que oyeron en las lecturas y explicaciones sinagogales.
La primera parte de esta sentencia se encuentra formulada así en la Ley, ----No
te Vengarás ni Guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Más bien, Amarás a
tu Prójimo como a ti mismo ---- (Lev 19:18).
En la Ley se preceptúa el amor al prójimo;
pero éste prójimo es sólo el judío. En algunos pasajes se recomienda y manda
amar también al peregrino pero el contexto hace ver que no es el transeúnte,
sino el advenedizo establecido habitualmente entre el pueblo judío e
incorporado a él. - Cuando un extranjero resida con vosotros en vuestra
tierra, no lo oprimiréis- (Lev 19:34),
3.AMAR A TODOS LOS
HIJOS DE LA LUZ
La Ley preceptuaba positivamente el
exterminio de diversos pueblos idólatras, amalecitas, ammonitas,
moabitas, madianitas, cananeos y hasta preceptuaba la prohibición de aceptar
compensación pecuniaria por el rescate de estas gentes - No aceptaréis
rescate por la vida del asesino que Está condenado a muerte; Morirá
irremisiblemente - (Núm 33:31). El salmista decía:
¿Cómo no odiar, ¡oh Yahvé! a los que te odian?
¿Cómo no aborrecer a los que se levantan contra ti? Los detesto con odio
implacable y los tengo por enemigos míos (Sal 139:21.22).
Como síntesis ambiental, en Qumrán, en el Manual de disciplina (1:4-9), se lee Amar a
todos los hijos de la luz, y aborrecer a todos los hijos de las tinieblas. Lo
mismo en los Salmos de Salomón
4.JESÚS DA SU
ENSEÑANZA PROPIA, “AMEN A SUS ENEMIGOS, RUEGUEN POR SUS PERSEGUIDORES”
Así es como del precepto positivo de amor
al prójimo, pero solo entre los judíos, sumado al silencio del amor universal
al prójimo, y que la ley respaldaba el exterminio de ciertas gentes que no
eran judías, se vino a concluir dentro del pueblo la ilógica, pero práctica
para ellos, la no obligación de amar a los no eran judíos.
Este era el ambiente que existía en tiempo
de Jesús, con una interpretación muchas veces exagerada de la Ley, sin
embargo Jesús da su enseñanza propia; Pero yo les digo: Amen a sus enemigos,
rueguen por sus perseguidores, es decir el amor al prójimo llega hasta amar a
nuestros enemigos, que, en contraposición al judío de aquel tiempo, son todos
los no judíos, todos los hombres. Y al mismo tiempo se extiende a perdonar
las ofensas personales con verdadera amplitud, pues manda; rueguen por sus
perseguidores, en otras palabras a orar por los mismos que los persiguen.
5.ASÍ SERÁN HIJOS
DEL PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO
Nunca el judaísmo llegó a esta moral. EL
motivo que Jesús cita para exigir este amor al enemigo es doble: así serán
hijos del Padre que está en el cielo. La bondad es esencial a Dios y se
desborda, benéfica y protectora sobre todos los hombres, buenos y malos -
porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre
justos e injustos - .No priva a éstos ni del beneficio del sol ni de la
lluvia, destacado este último por su valor incalculable en la seca tierra
oriental.
Por eso, cuando los seres humanos, en
lugar de odiar a sus enemigos, los aman por caridad, imitan y participan de
esta bondad indistinta y universal de Dios. Y esta imitación y participación
establece en ellos una nueva y especial relación con El. Lo que se expresa en
semita por el concepto de filiación: hijos de Dios, como se es, hijo de la
luz. Así son los hombres, hijos de vuestro Padre, que está en los cielos.
6.SI USTEDES AMAN
SOLAMENTE A QUIENES LOS AMAN, ¿QUÉ RECOMPENSA MERECEN?
Dice Jesús: Si ustedes aman solamente a
quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? El amor natural es practicado
espontáneamente por todos. Pero aquí se destacará la necesidad de una
conducta nueva de amor, que llega a los publícanos y gentiles, a quienes los
judíos abominaban. ¿No hacen lo mismo los publicanos? y si saludan solamente
a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?
El amor aquí a los hermanos se debe de referir a los miembros de la comunidad
eclesial a la que pertenecen. El motivo es este amor a Dios, a quien hay que
imitar en la anchura del mismo.
7.POR LO TANTO,
SEAN PERFECTOS COMO ES PERFECTO EL PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO
Jesús, luego añade la siguiente sentencia;
Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.
La perfección que se pide aquí es la benevolencia y el amor a los enemigos,
pero por sobre todo, la misericordia.
Esta es la gran lección que hoy nos enseña
Jesús, eso debe ser parte del cristiano, en su obrar, ha de imitar, en el
modo de conducirse, al Padre celestial, norma cristiana de toda perfección.
Ser grandes de corazón, supone el amor por los que consideramos enemigos,
manifestación clara de que somos hijos de Dios y por esa forma de ser,
reconocerán en nosotros la filiación divina. Dios es todo
bondad y ama a todos los hombres, al imitar en eso al Padre, participamos
todos de su bondad infinita.
El
Señor les Bendiga
SAN GABRIEL DE LA DOLOROSA 1838-1862
El primero de marzo de 1838
nacía en Asís el undécimo de los trece hijos que tendría la familia Possenti. El día de su bautismo le impondrían
el nombre de Francisco, que al vestir el hábito de religioso pasionista lo
cambiaría por el de Gabriel de la Dolorosa.
Cuando tenía cuatro años perdió
a su madre, y, su padre, que era un magnífico cristiano, supo suplir a su
esposa en la educación cristiana y cívica de sus hijos. Siempre Gabriel
recordará con gran afecto y gratitud las huellas de virtud y sólidos ejemplos
que le diera su padre, Francesco Possenti. Nació en
Asís, pero vivía en Spoleto, entonces ciudad de los
Estados Pontificios; su padre, el juez Possenti,
era un personaje en la localidad, y Francesco, al que describen como guapo,
elegante y presumido, un partido muy codiciado por las madres de familia con
hijas casaderas.
Estudió con los jesuitas y
estaba, según uno de sus biógrafos, «más preocupado por la literatura que por
la virtud». ¿Escribía versos a la moda romántica, quejumbrosos y fatales?. No lo sabemos, pero en cualquier caso se le destinaba
clarísimamente al matrimonio.
Una grave enfermedad le movió a
prometer que si sanaba se haría religioso, pero al recobrar la salud no tardó
en olvidar su promesa, hasta que una recaída en el mal y la muerte de su
hermana predilecta hicieron que se planteara seriamente su vocación. Que al
principio no fue vista con buenos ojos por el padre, quien debía juzgar a Francesco
demasiado mundano. No obstante el joven insiste, y en 1856 ingresa en los
pasionistas adoptando el nombre de Gabriel de la Dolorosa por su devoción a
la Virgen de los Dolores.
En una orden tan severa como
aquella la vida no le resultó fácil: le cuesta acostumbrarse a sus rigores,
su delicada complexión se resiente, sufre diversas enfermedades y cuando se
ordena de menores en 1861 está ya enfermo de tisis, y morirá un año después
antes de ser sacerdote.
San Gabriel - canonizado en 1926
- parece uno de esos derroches divinos que se dan a menudo en la santidad.
¿No podía Dios aprovecharlo mejor, hacer algo más práctico, más útil y
visible con él? Quizás en la entrega absoluta de un hombre no hay
proporciones ni lógica, todo es desmesurado y gratuito, ajeno a la estrechez
de nuestra noción de rendimiento.
Santoral preparado por la Parroquia de la
Sagrada Familia de Vigo
"Subió a la
montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto”
Lc 9, 28-36
Autor: Pedro Sergio
Antonio Donoso Brant
1.SUBIÓ A LA MONTAÑA PARA ORAR
Jesús tomó a Pedro,
Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. En otra ocasiones, el ha
subido al monte a orar solo, (Mt 14, 23) en esta
ocasión ha invitado a tres de sus apóstoles y, los ha escogido como testigos
para una gran acontecimiento. Ellos son los mismos apóstoles que luego serán
testigo de de su agonía en Getsemani. Se podría
pensar que ocupaban un lugar privilegiado de entre sus apóstoles. Ellos se
sentían muy bien el estar allí.
La primera
enseñanza importante es, que Jesús había subido orar, él siempre lo esta
haciendo, es un modelo que debemos hacerlo parte de nuestra vida diaria, orar
al Padre. En esta ocasión invita tres de sus amigos íntimos, entregándonos
una gran oportunidad para aprender de este ejemplo, cuando Jesús invita a
seguirlo, es porque nos esta dando la oportunidad de ser testigo de las
maravillas del Señor, como para darnos a conocer cada instante de su vida.
Prestemos atención a las invitaciones que nos hace Jesús, tengamos
disposición de atender sus palabras, y guardar silencio para oírlo.
2.LA TRANSFIGURACIÓN, ES UNA EXPERIENCIA PROFUNDA DE FE
Mientras Jesús
oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una
blancura deslumbrante.
La
transfiguración, es una experiencia profunda de fe tenida por Pedro, Juan y
Santiago, los amigos más íntimos de Jesús y para llegar a conocer los
momentos mas transcendentes de Jesús, necesitamos ser sus amigos íntimos, con
una comunicación profunda, como la que ellos tuvieron para percibir a Jesús
en su verdadera identidad.
Debe haber sido
un instante de éxtasis, vieron la realidad gloriosa de Jesús, aunque no se
les mostró en toda su magnitud, porque para llegar a entenderlo, tuvieron que
conocer a través de la vida, pasión y muerte y de sus propios sufrimientos y
muerte, que hay que pasar por esta última, la muerte, para llegar a la vida.
Jesús nos
transfigura nuestra vida, El nos ayuda a descubrir la presencia de Dios en
nosotros y nos llama a ser sus testigos ante un mundo de contradicciones.
3.Y DOS HOMBRES CONVERSABAN CON ÉL: ERAN MOISÉS Y ELÍAS
Pedro dijo a
Jesús: "Maestro, ¡qué bien estamos aquí! Hagamos tres carpas, una para
ti, otra para Moisés y otra para Elías". Muchas veces soñamos con
grandes templos, majestuoso, no preocupamos por construir bellas Iglesias o
templos muy bien ambientados para Dios, pero el lugar favorito de El no deja
de ser aquí entre nosotros, en el corazón de los hombres, en nuestra familia,
junto a los niños, a los trabajadores, a los religiosos, sacerdotes, laicos,
y con gran privilegio donde la calidez del amor esta presente.
4."ÉSTE ES MI HIJO, EL ELEGIDO, ESCÚCHENLO".
Desde una nube
se oyó entonces una voz que decía: "Éste es mi Hijo, el Elegido,
escúchenlo".
Esta es nuestra
gran instrucción de Dios, "escucharlo", eso nos debe caracterizar para
ser un servidor de verdad, oír siempre a Jesús, esta actitud receptiva es
para la palabra y la total aceptación de Cristo, es una invitación a
descubrir lo divino de sus enseñanzas y toda su obra.
La
transfiguración consiste esencialmente en la toma de conciencia, por parte de
los tres apóstoles, de que Jesús es verdaderamente el Mesías, también revela
que la persona de Jesús, es el Hijo muy amado del Padre y trascendente que
posee su misma gloria divina.
Estamos
llamados también a transfigurarnos cada vez más por la acción del Señor, la
sociedad, el mundo, y nosotros en él, se transformara cada vez que aceptamos
la voz del Padre en su Hijo, cuando escuchamos su Palabra y la llevamos a la
vida. Aceptar las palabras de Jesús, es una invitación a transfigurarnos, es
decir a transformarnos en hombres buenos, y salir al mundo a hacer el bien.
Natural de Cerdeña, era diácono y hombre
de confianza del papa san León, quien en el 449 le mandó a Éfeso como legado para asistir al concilio que el propio pontífice
debía llamar más tarde «latrocinio». Enlazamos aquí con la historia de san
Flaviano, evocada el día 18 de este mes y a cuyas vejaciones Hilario asistió
horrorizado e impotente.
Temiendo por su vida ante aquellos
energúmenos y llevando consigo la apelación que Flaviano dirigía al Papa,
Hilario se puso bajo la protección de san Juan evangelista, cuya tumba se
veneraba en las afueras de Éfeso, y allí hizo un
voto al discípulo amado del Señor, cuyo culto era entonces casi inexistente
en Roma.
Consiguió volver sano y salvo a Roma
(desde donde escribió a la emperatriz Pulqueria
informándole de lo sucedido), y a fines del 461 sucedió a san León en la
Silla de Pedro. Gobernó la Iglesia durante siete años, durante los cuales no
se produjo ningún hecho de gran relieve.
Vemos a san Hilario ocupándose de
cuestiones de disciplina (usurpación de episcopados, abusos en la
consagración de obispos sin el consentimiento de los metropolitanos,
consagraciones ilegales, etc.) y oponiéndose a que se propagaran herejías como
la del macedonio Filoteo.
¿Olvidó el voto de Éfeso?
No, hizo edificar dos oratorios en la basílica constantiniana
de Letrán--aunque muy transformados, aún subsisten - que dedicó a san Juan
Bautista y a san Juan Evangelista y así el nombre de Juan quedó vinculado
para siempre a Letrán. Dos inscripciones recuerdan su iniciativa.
Este agradecido papa recibió sepultura en
san Lorenzo extramuros.
Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada
Familia de Vigo