Vendrá el Señor, y todos los
santos con él, y brillará en aquel día una
gran luz.
ORACIÓN
COLECTA
Señor y Dios nuestro, escucha
nuestras súplicas y concede tu bondadosa
ayuda a quienes te invocan en la aflicción
para que,
consolados por la presencia de tu Hijo que viene a nosotros, no
volvamos a
caer en la antigua servidumbre del pecado.
Por nuestro
Señor Jesucristo.
LECTURA
Is 11, 1-10
Lectura del
libro de Isaías.
Saldrá una rama del tronco de
Jesé y un retoño brotará de sus raíces.
Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y
de
temor del Señor –y lo inspirará el temor del Señor–. Él no juzgará
según las
apariencias ni decidirá por lo que oiga decir: juzgará con justicia a
los
débiles y decidirá con rectitud para los pobres del país; herirá al
violento
con la vara de su boca y con el soplo de sus labios hará morir al
malvado. La
justicia ceñirá su cintura y la fidelidad ceñirá sus caderas. El lobo
habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito;
el
ternero y el cachorro de león pacerán juntos, y un niño pequeño los
conducirá; la vaca y la osa vivirán en compañía, sus crías se
recostarán
juntas, y el león comerá paja lo mismo que el buey. El niño de pecho
jugará
sobre el agujero de la cobra, y en la cueva de la víbora meterá la
mano el
niño apenas destetado. No se hará daño ni estragos en toda mi Montaña
santa,
porque el conocimiento del Señor llenará la tierra como las aguas
cubren el
mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erigirá como estandarte para los
pueblos:
las naciones la buscarán y la gloria será su morada.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La
descendencia de David será la que juzgue al
pueblo, según lo proclama el profeta en este texto. Pero el juicio de
este
rey será justo, no como el juicio de los poderosos de la tierra.
Defenderá a
los pobres y socorrerá a los más desprotegidos. Jesús es el
descendiente que
juzga ahora a su pueblo, y su juicio tiene en cuenta el modo de obrar y
la
opción preferencial por los más débiles.
SALMO
Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17
R. ¡Que en sus
días florezca la justicia!
Concede, Señor, tu justicia al
rey y tu rectitud al descendiente de
reyes, para que gobierne a tu pueblo con justicia y a tus pobres con
rectitud. R.
Que en sus días florezca la
justicia y abunde la paz, mientras dure la
luna; que domine de un mar hasta el otro, y desde el Río hasta los
confines
de la tierra. R.
Porque él librará al pobre que
suplica y al humilde que está
desamparado. Tendrá compasión del débil y del pobre, y salvará la vida
de los
indigentes. R.
Que perdure su nombre para
siempre y su linaje permanezca como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos y todas las naciones lo
proclamen feliz. R.
ALELUYA
Aleluya. El Señor vendrá con
poder e iluminará los ojos de sus
servidores. Aleluya.
EVANGELIO
Lc 10, 21-24
Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Al regresar los setenta y dos
discípulos de su misión, Jesús se
estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: “Te alabo,
Padre,
Señor del cielo y de la tierra, porque, habiendo ocultado estas cosas a
los
sabios y a los prudentes, las has revelado a los pequeños. Sí, Padre,
porque
así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe
quién es
el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el
Hijo y
aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”. Después, volviéndose
hacia sus
discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: “¡Felices los ojos que ven
lo que
ustedes ven! Porque les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver
lo que
ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.
Palabra del
Señor.
COMENTARIO
La
sabiduría y el prestigio humano no son garantía
del conocimiento de Dios. Dios no es producto de la elucubración
intelectual,
ni de presupuestos dogmáticos o teológicos. La experiencia de Dios se
da en
el fondo del corazón humano, en el pobre y humilde que no puede
confiar ni
esperar en otra cosa que no sea Dios, porque todo lo demás lo ha
defraudado.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que te sean agradables
nuestras humildes oraciones y ofrendas, y
ya que carecemos de méritos propios, socórrenos con tu misericordia.
Por Jesucristo
nuestro Señor.
ANTÍFONA
DE COMUNIÓN 2Tim 4, 8
El justo Juez dará la corona de
justicia a todos los que hayan
aguardado con amor su venida.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, saciados con el alimento
espiritual, te rogamos que por la
participación de este misterio nos enseñes a valorar sabiamente las
cosas
terrenas y a adherirnos a las celestiales.
Ilumina mis ojos, para que no
caiga en el sueño de la muerte, para que mi enemigo no pueda decir:
“lo he
vencido”.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que proteges a tu Iglesia
con incansable solicitud; ya que sin ti sucumbe la humana fragilidad,
te
pedimos que tu ayuda nos libre siempre del mal y nos conduzca a la
salvación.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Is 1, 10.
16-20
Lectura del libro de Isaías.
¡Escuchen la palabra del Señor,
jefes de Sodoma! ¡Presten atención a la instrucción de nuestro Dios,
pueblo
de Gomorra! ¡Lávense, purifíquense, aparten de mi vista la maldad de
sus
acciones! ¡Cesen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien! ¡Busquen
el
derecho, socorran al oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan a
la
viuda! Vengan, y discutamos –dice el Señor–.
Aunque
sus pecados sean como la escarlata, se volverán blancos como la nieve;
aunque
sean rojos como la púrpura, serán como la lana. Si están dispuestos a
escuchar, comerán los bienes del país; pero si rehúsan hacerlo y se
rebelan,
serán devorados por la espada, porque ha hablado la boca del Señor.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El
profeta increpa al pueblo con dos nombres que simbolizan la
perversión:
Sodoma y Gomorra. Pero la acusación en forma de juicio de Dios, es
llamada
urgente a hacer justicia al oprimido y bien al indigente. El profeta
nos
recuerda la disposición inigualable de Dios para el perdón, con tal de
que
nosotros estemos dispuestos a obrar el bien y la justicia para con los
demás,
especialmente con los más débiles. Ése es el culto verdadero y
agradable a
Dios. Es el que mueve a Dios a perdonar y a bendecir.
SALMO Sal 49, 8-9.
16-17. 21. 23
R. El que sigue buen camino
gustará la salvación de Dios.
No te acuso por tus sacrificios:
¡tus holocaustos están siempre en mi presencia! Pero yo no necesito
los
novillos de tu casa ni los cabritos de tus corrales. R.
¿Cómo te atreves a pregonar mis
mandamientos y a mencionar mi alianza con tu boca, tú, que aborreces
toda
enseñanza y te despreocupas de mis palabras? R.
Haces esto, ¿y yo me voy a
callar? ¿Piensas acaso que soy como tú? Te acusaré y te argüiré cara a
cara.
El que ofrece sacrificios de alabanza, me honra de verdad. R.
VERSÍCULO Ez 18, 31
“Arrojen lejos de ustedes todas
las rebeldías y háganse un corazón nuevo y un espíritu nuevo”, dice el
Señor.
EVANGELIO Mt 23, 1-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Mateo.
Jesús dijo a la multitud y a sus
discípulos: Los escribas y fariseos ocupan la cátedra de Moisés;
ustedes hagan
y cumplan todo lo que ellos les digan, pero no se guíen por sus obras,
porque
no hacen lo que dicen. Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y
las ponen
sobre los hombros de los demás, mientras que ellos no quieren moverlas
ni
siquiera con el dedo. Todo lo hacen para que los vean: agrandan las
filacterias y alargan los flecos de sus mantos; les gusta ocupar los
primeros
puestos en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, ser
saludados en las plazas y oírse llamar “mi maestro” por la gente. En
cuanto a
ustedes, no se hagan llamar “maestro”, porque no tienen más que un
Maestro y
todos ustedes son hermanos. A nadie en el mundo llamen “padre”, porque
no
tienen sino uno, el Padre celestial. No se dejen llamar tampoco
“doctores”,
porque sólo tienen un Doctor, que es el Mesías. El mayor entre ustedes
será
el que los sirve, porque el que se eleva será humillado, y el que se
humilla
será elevado.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
“El
primero entre ustedes, será su servidor”. El Maestro denuncia aquí la
actitud
hipócrita de los escribas y fariseos. Arremete contra quienes no sólo
no
hacen lo que dicen, sino que son intransigentes con los demás en lo
que ellos
mismos no cumplen. La autoridad de todo servicio comunitario le viene
de
hecho de la coherencia entre lo que se predica y lo que se practica.
Cuando
no existe esta coherencia, las autoridades religiosas de todos los
tiempos se
ven obligadas a no pretender ser consideradas como depositarias de la
verdad
o como los únicos dueños del misterio divino. Ciertamente, que
tendremos
mucho que revisar y cambiar todos.
ORACIÓN SOBRE LAS
OFRENDAS
Señor, por estos misterios obra
en nosotros tu salvación, que nos purifique de los vicios terrenos y
nos
conduzca a los bienes del cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal
9, 2-3
Proclamaré todas tus maravillas.
Quiero alegrarme y regocijarme en ti, y cantar himnos a tu nombre,
Altísimo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Señor, que este sagrado alimento
nos ayude a vivir más santamente y nos alcance el amparo de tu
misericordia.
No me abandones, Señor y Dios
mío, no te quedes lejos de mí. Apresúrate a venir en mi ayuda, mi
Señor, mi
Salvador.
ORACIÓN COLECTA
Conserva, Señor, a tu pueblo en
el camino del bien que tú les has señalado, y ayúdalo en sus
necesidades
temporales para que, sin angustias, pueda buscar los bienes eternos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Jer 18,
18-20
Lectura del libro de Jeremías
Los hombres de Judá y los
habitantes de Jerusalén dijeron: “¡Vengan, tramemos un plan contra
Jeremías,
porque no le faltará la instrucción al sacerdote, ni el consejo al
sabio, ni
la palabra al profeta! Vengan, inventemos algún cargo contra él, y no
prestemos atención a sus palabras”. ¡Préstame atención, Señor, y oye
la voz
de los que me acusan! ¿Acaso se devuelve mal por bien para que me
hayan
cavado una fosa? Recuerda que yo me presenté delante de ti para hablar
en
favor de ellos, para apartar de ellos tu furor.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Jeremías
ha anunciado y exhortado al pueblo de parte de Dios. ¿Qué recompensa
humana
ha sacado de todo esto? Los dirigentes se han puesto en su contra, los
poderosos planeaban matarlo. A pesar de todo ello, del rechazo de
dirigentes,
gobernantes, sacerdotes y sabios, Jeremías llevó a cabo su misión con
convicción.
SALMO Sal 30, 5-6. 14.
16
R. ¡Sálvame, Señor, por tu misericordia!
Sácame de la red que me han
tendido, porque tú eres mi refugio. Yo pongo mi vida en tus manos: Tú
me
rescatarás, Señor, Dios fiel. R.
Oigo los rumores de la gente y
amenazas por todas partes, mientras se confabulan contra mí y traman
quitarme
la vida. R.
Pero yo confío en ti, Señor, y te
digo: “Tú eres mi Dios, mi destino está en tus manos”. Líbrame del
poder de
mis enemigos y de aquéllos que me persiguen. R.
VERSÍCULO Jn 8, 12
“Yo soy la luz del mundo; el que
me sigue tendrá la luz de la Vida”, dice el Señor.
EVANGELIO Mt 20,
17-28
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san
Mateo
Mientras Jesús subía a Jerusalén,
llevó consigo a los Doce, y en el camino les dijo: “Ahora subimos a
Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos
sacerdotes
y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los
paganos
para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen, pero al tercer
día
resucitará”. Entonces la madre de los hijos de Zebedeo
se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para
pedirle
algo. “¿Qué quieres?”, le preguntó Jesús. Ella le dijo: “Manda que mis
dos
hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu
izquierda”. “No
saben lo que piden”, respondió Jesús. “¿Pueden beber el cáliz que yo
beberé?”
“Podemos”, le respondieron.
“Está bien, les dijo Jesús,
ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi
izquierda,
no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se
los ha
destinado mi Padre”. Al oír esto, los otros diez se indignaron contra
los dos
hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo:
“Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los
poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder
así.
Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de
ustedes; y el
que quiera ser el primero, que se haga su esclavo: como el Hijo del
hombre,
que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en
rescate por
una multitud”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
La
Misión de Jesús, como la de los profetas antaño, no tiene que ver con
el
éxito ni el gratificante triunfo humano. Condición imprescindible para
sus
seguidores. Pretender cargos, honores y lugares de prestigio, es estar
fuera
del proyecto cristiano. Para quienes han decidido seguir a Jesús, él
tiene un
único camino: el camino del servicio que no tiene reconocimiento en el
aquí y
ahora.
ORACIÓN SOBRE LAS
OFRENDAS
Señor, mira con bondad el
sacrificio que te ofrecemos, y por este sagrado intercambio rompe las
ataduras de nuestros pecados.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt
20, 28
El Hijo del hombre no vino para
ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una
multitud.
ORACION DESPUÉS DE LA
COMUNIÓN
Señor, Dios nuestro, te pedimos
que este sacramento, anticipo de la inmortalidad, nos ayude para la
salvación
eterna.
Sondéame, Dios mío, y penetra mi
interior; observa si estoy en un camino falso y llévame por el camino eterno.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que restituyes y amas la
inocencia, vuelve a ti los corazones de tus servidores, para que encendidos
con el fuego de tu Espíritu, permanezcan firmes en la fe y activos en las
buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Jer 17,
5-10
Lectura del libro de Jeremías.
Así habla el Señor: ¡Maldito el
hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su
corazón se aparta del Señor! Él es como un matorral en la estepa que no ve
llegar la felicidad; habita en la aridez del desierto, en una tierra salobre
e inhóspita. ¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta
su confianza! Él es como un árbol plantado al borde de las aguas, que
extiende sus raíces hacia la corriente; no teme cuando llega el calor y su
follaje se mantiene frondoso; no se inquieta en un año de sequía y nunca deja
de dar fruto. Nada más tortuoso que el corazón humano y no tiene arreglo:
¿quién puede penetrarlo? Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino las
entrañas, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus
acciones.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
“Bendito
quien confía en el Señor”. Jeremías usa en este pasaje las máximas
sapienciales para comunicar su enseñanza. La contraposición entre el camino
del hombre y el del Señor es fácil de entender en vista de unos resultados
contradictorios y también fáciles de captar por unos destinatarios que
conocen el desierto. A las dos actitudes básicas del hombre corresponden dos
suertes: el fracaso o el éxito.
SALMO Sal 1, 1-4. 6
R. ¡Feliz el que pone su confianza en el Señor!
¡Feliz el hombre que no sigue el
consejo de los malvados, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se
sienta en la reunión de los impíos, sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche! R.
Él es como un árbol plantado al
borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca
se marchitan: todo lo que haga le saldrá bien. R.
No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento. Porque el Señor cuida el camino
de los justos, pero el camino de los malvados termina mal. R.
VERSÍCULO Cfr. Lc 8, 15
Felices los que retienen la
Palabra de Dios con un corazón bien dispuesto y dan fruto gracias a su
constancia.
EVANGELIO Lc 16,
19-31
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a los fariseos: Había
un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía
espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre
llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y
hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por
los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. En la
morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de
lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: “Padre Abraham, ten
piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y
refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan”.
“Hijo mío, respondió Abraham,
recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males;
ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes
y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de
aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta
aquí”. El rico contestó: “Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la
casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea
que ellos también caigan en este lugar de tormento”. Abraham respondió:
“Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen”. “No, padre Abraham,
insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se
arrepentirán”.
Pero Abraham respondió: “Si no
escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los
muertos, tampoco se convencerán”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Al
igual que en la primera lectura, el Evangelio, nos habla de vidas y suertes
contrarias: la del rico Epulón y del pobre Lázaro. Aquí el Maestro, en lugar
de hablarnos de dos caminos, nos habla de un abismo inmenso e infranqueable
que separa a una persona de la otra. No es necesario hacer sonar tanto bombo
y platillo para que los seres humanos capten verdades tan sencillas como la
iniquidad de las flagrantes injusticias y atropellos a la dignidad de la
persona. Ante tantos Lázaros de nuestros días, ante
tantas llagas de la humanidad, ante ese abismo inmenso que hemos abierto,
tendremos que hacer un profundo examen de conciencia y trabajar por un
sistema de vida muy diferente al actual.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, por este sacrificio
santifica nuestras penitencias, para que las prácticas externas de la
Cuaresma transformen eficazmente nuestro espíritu.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 118, 1
Felices los que van por un camino
intachable, los que siguen la ley del Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, te pedimos que este
sacrificio continúe su acción en nosotros y nos fortalezca con su eficacia.
Yo me refugio en ti, Señor, que
nunca me vea defraudado; sácame de la red que me han tendido, porque tú eres
mi refugio.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, concédenos,
que purificados por las sagradas prácticas de la penitencia, con un corazón
libre de pecado, lleguemos a las próximas fiestas pascuales.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Gn 37, 3-4.
12-13. 17-28
Lectura del libro del Génesis.
Israel amaba a José más que a
ningún otro de sus hijos, porque era el hijo de su vejez, y le mandó hacer
una túnica de mangas largas. Pero sus hermanos, al ver que lo amaba más que a
ellos, le tomaron tal odio que ni siquiera podían dirigirle el saludo. Un
día, sus hermanos habían ido hasta Siquém para
apacentar el rebaño de su padre. Entonces Israel dijo a José: “Tus hermanos
están con el rebaño en Siquém. Quiero que vayas a
verlos”. José fue entonces en busca de sus hermanos, y los encontró en Dotán. Ellos lo divisaron desde lejos, y antes que se
acercara, ya se habían confabulado para darle muerte. “Ahí viene ese
soñador”, se dijeron unos a otros.
“¿Por qué no lo matamos y lo
arrojamos en una de esas cisternas? Después diremos que lo devoró una fiera.
¡Veremos entonces en qué terminan sus sueños!”.
Pero Rubén, al oír esto, trató de
salvarlo diciendo: “No atentemos contra su vida”. Y agregó: “No derramen
sangre. Arrójenlo en esa cisterna que está allá afuera, en el desierto, pero
no pongan sus manos sobre él”. En realidad, su intención era librarlo de sus
manos y devolverlo a su padre sano y salvo.
Apenas José llegó al lugar donde
estaban sus hermanos, éstos lo despojaron de su túnica –la túnica de mangas
largas que llevaba puesta–, lo tomaron y lo
arrojaron a la cisterna, que estaba completamente vacía. Luego se sentaron a
comer. De pronto, alzaron la vista y divisaron una caravana de ismaelitas que
venían de Galaad, transportando en sus camellos una
carga de goma tragacanto, bálsamo y mirra, que llevaban a Egipto. Entonces
Judá dijo a sus hermanos: “¿Qué ganamos asesinando a nuestro hermano y
ocultando su sangre? En lugar de atentar contra su vida, vendámoslo a los
ismaelitas, porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne”. Y sus
hermanos estuvieron de acuerdo. Pero mientras tanto, unos negociantes
madianitas pasaron por allí y retiraron a José de la cisterna. Luego lo
vendieron a los ismaelitas por veinte monedas de plata, y José fue llevado a
Egipto.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Hay
sentido de historia de salvación en esos acontecimientos tan humanos: José
que es rechazado y vendido por sus hermanos, será quien más tarde los libre
del hambre y de la muerte. En José vemos la imagen de Jesús, el Predilecto
del Padre, vendido por uno de sus discípulos.
SALMO Sal 104, 16-21
R. ¡Recuerden las maravillas que hizo el Señor!
Él provocó una gran sequía en el
país y agotó todas las provisiones. Pero antes envió a un hombre, a José, que
fue vendido como esclavo. R.
Le ataron los pies con grillos y
el hierro oprimió su garganta, hasta que se cumplió lo que él predijo, y la
palabra del Señor lo acreditó. R.
El rey ordenó que lo soltaran, el
soberano de pueblos lo puso en libertad; lo nombró señor de su palacio y
administrador de todos sus bienes. R.
VERSÍCULO Jn 3, 16
Dios amó tanto al mundo, que
entregó a su Hijo único; para que todo el que crea en él tenga Vida eterna.
EVANGELIO Mt 21,
33-46
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
“Escuchen otra parábola: Un hombre poseía una tierra y allí plantó una viña,
la cercó, cavó un lagar y construyó una torre de vigilancia. Después la
arrendó a unos viñadores y se fue al extranjero. Cuando llegó el tiempo de la
vendimia, envió a sus servidores para percibir los frutos. Pero los viñadores
se apoderaron de ellos, y a uno lo golpearon, a otro lo mataron y al tercero
lo apedrearon. El propietario volvió a enviar a otros servidores, en mayor
número que los primeros, pero los trataron de la misma manera. Finalmente,
les envió a su propio hijo, pensando: “Respetarán a mi hijo”.
Pero, al verlo, los viñadores se
dijeron: “Éste es el heredero: vamos a matarlo para quedarnos con su
herencia”. Y apoderándose de él, lo arrojaron fuera de la viña y lo mataron.
Cuando vuelva el dueño, ¿qué les parece que hará con aquellos viñadores?”. Le
respondieron: “Acabará con esos miserables y arrendará la viña a otros, que
le entregarán el fruto a su debido tiempo”. Jesús agregó: “¿No han leído
nunca en las Escrituras: “La piedra que los constructores rechazaron ha
llegado a ser la piedra angular: ésta es la obra del Señor, admirable a
nuestros ojos?”. El que caiga sobre esta piedra quedará destrozado, y aquél
sobre quien ella caiga será aplastado. Por eso les digo que el Reino de Dios
les será quitado a ustedes, para ser entregado a un pueblo que le hará
producir sus frutos”. Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír estas
parábolas, comprendieron que se refería a ellos. Entonces buscaron el modo de
detenerlo, pero temían a la multitud, que lo consideraba un profeta.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
“Ahí
viene el heredero, lo mataremos y nos quedaremos con su propiedad”.La parábola de los viñadores homicidas
refleja dramáticamente la historia de Israel. Al mismo tiempo, la parábola es
una llamada de atención para que los que formamos parte de este nuevo pueblo,
que es la Iglesia, demos los frutos correspondientes.
El
Reino de Dios no se da en monopolio a ninguna cultura, a ningún pueblo, ni
siquiera a un grupo determinado.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que tu misericordia
prepare adecuadamente a tus servidores y los guíe por el camino de la
santidad a celebrar estos misterios.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1Jn 4, 10
Dios nos amó, y envió a su Hijo
como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, después de recibir el
anticipo de la salvación eterna, haz que tendamos a ella de manera que
podamos alcanzarla.
El Señor es bondadoso y
compasivo, lento para el enojo y de gran misericordia; el Señor es bueno con
todos y tiene compasión de todas sus criaturas.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que por medio de tus
sacramentos ya en la tierra nos haces partícipes de los bienes celestiales;
dirígenos en el camino de esta vida, de modo que nos lleves a la luz donde tú
habitas.
Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Miq 7,
14-15. 18-20
Lectura de la profecía de Miqueas.
Apacienta con tu cayado a tu
pueblo, al rebaño de tu herencia, al que vive solitario en un bosque, en
medio de un vergel.
¡Que sean apacentados en Basán y en Galaad, como en los
tiempos antiguos! Como en los días en que salías de Egipto, muéstranos tus
maravillas. ¿Qué dios es como tú, que perdonas la falta y pasas por alto la
rebeldía del resto de tu herencia? Él no mantiene su ira para siempre, porque
ama la fidelidad. Él volverá a compadecerse de nosotros y pisoteará nuestras
faltas. Tú arrojarás en lo más profundo del mar todos nuestros pecados.
Manifestarás tu lealtad a Jacob y tu fidelidad a Abraham, como lo juraste a
nuestros padres desde los tiempos remotos.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
“El
Señor perdona y se complace en la misericordia”. A menudo, centramos nuestra
atención, exclusivamente en los pecados. Ciertamente tienen su importancia
para arrepentirnos y convertirnos. Pero lo más importante es “confesar” lo
paciente y misericordioso que es el Señor, que tanto nos ama y nos perdona de
corazón, sin revanchas. Miqueas hoy, a través de esta confesión del pueblo
arrepentido, nos enseña cómo confesar nuestros pecados y a enmendar la tan
repetida expresión: “Padre, no sé cómo confesarme”.
SALMO Sal 102, 1-4. 9-12
R. El Señor es bondadoso y compasivo.
Bendice al Señor, alma mía, que
todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca
olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas y
sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y
de ternura. R.
No acusa de manera inapelable ni
guarda rencor eternamente; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga
conforme a nuestras culpas. R.
Cuanto se alza el cielo sobre la
tierra, así de inmenso es su amor por los que le temen; cuanto dista el
oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados. R.
VERSÍCULO Lc 15, 18
Iré a la casa de mi padre y le
diré: “Padre, pequé contra el Cielo y contra ti”.
EVANGELIO Lc 15,
1-3. 11-32
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Todos los publicanos y pecadores
se acercaban a Jesús para escucharlo. Pero los fariseos y los escribas
murmuraban, diciendo: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos. El menor
de ellos dijo a su padre: --Padre, dame la parte de herencia que me
corresponde--. Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después, el
hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde
malgastó sus bienes en una vida licenciosa.
Ya había gastado todo, cuando
sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones.
Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo
envió a su campo para cuidar cerdos. Él hubiera deseado calmar su hambre con
las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces
recapacitó y dijo: --¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en
abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! Ahora mismo iré a la casa
de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no
merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros».
Entonces partió y volvió a la casa de su padre.
Cuando todavía estaba lejos, su
padre lo vio y se conmovió profundamente; corrió a su encuentro, lo abrazó y
lo besó. El joven le dijo: --Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no
merezco ser llamado hijo tuyo--. Pero el padre dijo a sus servidores:
--Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y
sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y
festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba
perdido y fue encontrado--. Y comenzó la fiesta. El hijo mayor estaba en el
campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que
acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué
significaba eso. Él le respondió: --Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo
matar el ternero engordado, porque lo ha recobrado sano y salvo». Él se enojó
y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le
respondió: --Hace tantos años que te sirvo, sin haber desobedecido jamás ni
una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta
con mis amigos. ¡Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado
tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!--. Pero el
padre le dijo: -- Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo.
Es justo que haya fiesta y alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha
vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado-”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Hemos
escuchado esta estupenda historia contada por Lucas. Es nuestra historia, la
que el Señor repite con nosotros. Muchas veces nos comportamos como el hijo
pródigo o como el hermano mayor. Nos alejamos de la casa paterna y
derrochamos nuestra vida, hasta cuando nos damos cuenta que hemos perdido la
herencia y la dignidad. Entonces oramos como el hijo pródigo: “Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo; trátame
como a uno de tus jornaleros”.
O
nos hemos quedado en la casa y hemos vivido lejos del padre y del hermano,
como el hijo mayor de la parábola.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, te pedimos que por este
sacrificio nos comuniques los frutos de nuestra redención, para que siempre
evitemos el pecado y nos conduzcas a los bienes del cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc
15, 32
Es justo que haya fiesta y
alegría, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba
perdido y ha sido encontrado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la gracia de este
sacramento penetre en lo más íntimo de nuestro corazón y nos haga partícipes
de su fuerza divina.
Casi a la mitad de la Cuaresma,
Cristo nos recuerda algo sumamente importante: tenemos el peligro de no
convertirnos. La parábola de la higuera estéril lo pone de relieve con una
fuerza sorprendente. Lo mismo que su amo a la higuera, Dios nos ha cuidado
con cariño y con mimo; más aún, en esta Cuaresma está derramando
abundantemente su gracia, pero ésta puede estar cayendo en vano, puede
estar siendo rechazada. ¿Encontrará Cristo frutos de conversión?
“Déjala todavía este año”. La
parábola sugiera que este año puede ser el último. De hecho, será el último
para mucha gente. No se trata de ponernos tétricos, sino de una posibilidad
real. Puede no haber ya más oportunidades de gracia. La conversión es
urgente, de ahora mismo. Y retrasarla para otro año, para otra ocasión, es
una manera de cerrarse a Cristo, de darle largas... Hay tantas maneras de
decir “no”...
“Si no os convertís, todos
pereceréis de la misma manera”. Llama la atención que precisamente san
Lucas, el evangelista de la misericordia y la bondad de Jesús, traiga estas
amenazas. Pero si nos fijamos bien, estas advertencias también provienen de
la misericordia. Advertirle a uno de un peligro es una forma principal de
misericordia. Al enfrentarnos a la conversión, Cristo no sólo nos recuerda
los bienes que nos va a traer la conversión, sino que nos abre los ojos
ante los males que nos sobrevendrán si no nos convertimos. El amor
apasionado que siente por nosotros le lleva a sacarnos de nuevo engaño. (FGD)
I. RITOS INICIALES
ANTÍFONA DE ENTRADA Ez
36, 23-26
Yo manifestaré mi santidad en
medio de ustedes, y los congregaré de todos los países de la tierra:
derramaré sobre ustedes el agua que purifica, serán lavados de todas sus
manchas y pondré en ustedes un espíritu nuevo, dice el Señor.
ACTO PENITENCIAL
— Tú no has venido a condenar
sino a perdonar Señor, ten piedad.
— Tú perdonas mucho a quien mucho ama. Cristo, ten piedad.
— Tú nos llamas a la conversión
y nos ofreces tu perdón. Señor, ten piedad.
No se dice Gloria a Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Padre de misericordia
que para llevarnos a la conversión nos enseñas el camino del
arrepentimiento, de la oración y del amor a los demás; acepta el humilde
reconocimiento de nuestras culpas, para que arrepentidos sinceramente,
sintamos siempre la alegría de tu perdón.
Por nuestro Señor Jesucristo.
II. LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA Éx
3, 1-8a.10.13-15
Dios
se compadece del sufrimiento de su pueblo, y decide intervenir para
liberarlo. Desde este momento, Israel conoce al Señor, el Dios de sus
antepasados, como el Dios de la liberación. Esta liberación de la opresión
y del sufrimiento, Dios la hace con intermediarios humanos. Moisés será el
encargado de transmitir todo esto al pueblo y organizar el éxodo.
Lectura del libro del Éxodo.
Moisés, que apacentaba las
ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y
llegó a la montaña de Dios, al Horeb. Allí se le apareció el Ángel del
Señor en una llama de fuego, que salía de en medio de la zarza. Al ver que
la zarza ardía sin consumirse, Moisés pensó: «Voy a observar este grandioso
espectáculo. ¿Por qué será que la zarza no se consume?». Cuando el Señor
vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó desde la zarza,
diciendo: «¡Moisés, Moisés!». «Aquí estoy»,
respondió él. Entonces Dios le dijo: «No te acerques hasta aquí. Quítate
las sandalias, porque el suelo que estás pisando es una tierra santa».
Luego siguió diciendo: «Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el
Dios de Isaac y el Dios de Jacob». Moisés se cubrió el rostro porque tuvo
miedo de ver a Dios. El Señor dijo: «Yo he visto la opresión de mi pueblo,
que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus
capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a
librarlo del poder de los egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a
una tierra fértil y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel. Ahora
ve, Yo te envío al Faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los
israelitas». Moisés dijo a Dios: «Si me presento ante los israelitas y les
digo que el Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su
nombre. Y entonces, ¿qué les responderé?» Dios dijo a Moisés: «Yo soy el
que soy». Luego añadió: «Tú hablarás así a los israelitas: «Yo soy» me
envió a ustedes». Y continuó diciendo a Moisés: «Tú hablarás así a los
israelitas: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de
Isaac y el Dios de Jacob, es el que me envía. Éste es mi nombre para
siempre, y así será invocado en todos los tiempos futuros».
Palabra de Dios.
SALMO
En
respuesta a la amorosa acción de Dios, el salmo canta la bondad y
misericordia de Dios. Participamos de esta oración, aclamando: El Señor es
bondadoso y compasivo.
Sal 102, 1-4.6-8,11
R. El Señor es bondadoso y
compasivo.
Bendice al Señor, alma mía, que
todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca
olvides sus beneficios.
R. El Señor es bondadoso y
compasivo.
Él perdona todas tus culpas y
sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y
de ternura.
R. El Señor es bondadoso y
compasivo.
El Señor hace obras de justicia
y otorga el derecho a los oprimidos; él mostró sus caminos a Moisés y sus
proezas al pueblo de Israel.
R.El Señor es bondadoso y compasivo.
El Señor es bondadoso y
compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; cuanto se alza el
cielo sobre la tierra, así de inmenso es su amor por los que lo temen.
R. El Señor es bondadoso y
compasivo.
SEGUNDA LECTURA 1Cor 10, 1-6.10-12
Pablo
extrae una advertencia de la historia de Israel. Dios acompañó a su pueblo
en forma de fuego y nube y el pueblo recibió los beneficios de Dios. Sin
embargo, a pesar de haber recibido tanto de Dios, algunos se rebelaron
contra él. Por eso debemos vigilar sobre nuestra propia conducta, no creer
que ya estamos «asegurados» por todo lo que Dios
nos dio. Cada día es un empezar de nuevo a caminar en su presencia.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos
de Corinto.
Hermanos: No deben ignorar que
todos nuestros padres fueron guiados por la nube y todos atravesaron el
mar; y para todos, la marcha bajo la nube y el paso del mar, fue un
bautismo que los unió a Moisés. También todos comieron la misma comida y
bebieron la misma bebida espiritual. En efecto, bebían el agua de una roca
espiritual que los acompañaba, y esa roca era Cristo. A pesar de esto, muy
pocos de ellos fueron agradables a Dios, porque sus cuerpos quedaron
tendidos en el desierto. Todo esto aconteció simbólicamente para ejemplo
nuestro, a fin de que no nos dejemos arrastrar por los malos deseos, como
lo hicieron nuestros padres. No nos rebelemos contra Dios, como algunos de
ellos, por lo cual murieron víctimas del Ángel exterminador. Todo esto les
sucedió simbólicamente, y está escrito para que nos sirva de lección a los
que vivimos en el tiempo final. Por eso, el que se cree muy seguro,
¡cuídese de no caer!
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN Mt 4,
17
“Conviértanse, porque el Reino
de los Cielos está cerca”, dice el Señor.
EVANGELIO Lc 13,
1-9
Las
desgracias de los otros nos llevan a reflexionar sobre nuestra propia
conducta. El Maestro deja claro que esos males no ocurrieron porque estas
personas fueran peores que los demás, rechazando así toda idea de castigo.
Pero aprovecha estas noticias para hacer un llamado a la conversión. La
dureza de sus palabras es suavizada después por la parábola de la higuera.
Aunque estemos secos y no demos fruto, Dios hará todo lo posible para que
cambiemos de actitud, y esperará con paciencia que esto ocurra.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
En cierta ocasión se
presentaron unas personas que comentaron a Jesús el caso de aquellos
galileos, cuya sangre Pilato mezcló con la de las víctimas de sus
sacrificios. Él les respondió: ¿Creen ustedes que esos galileos sufrieron
todo esto porque eran más pecadores que los demás? Les aseguro que no, y si
ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera. ¿O creen que
las dieciocho personas que murieron cuando se desplomó la torre de Siloé, eran más culpables que los demás habitantes de
Jerusalén? Les aseguro que no, y si ustedes no se convierten, todos
acabarán de la misma manera. Les dijo también esta parábola: “Un hombre
tenía una higuera plantada en su viña. Fue a buscar frutos y no los
encontró. Dijo entonces al viñador: Hace tres años que vengo a buscar
frutos en esta higuera y no los encuentro. Córtala, ¿para qué malgastar la
tierra?” Pero él respondió: “Señor, déjala todavía este año; yo removeré la
tierra alrededor de ella y la abonaré. Puede ser que así dé frutos en
adelante. Si no, la cortarás”.
Palabra del Señor.
EL CREDO
Creo en Dios Padre
todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu
Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer
día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la
derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los
vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la
Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención, pedimos:
Señor, ayúdanos a convertirnos de corazón.
·Por todo el pueblo de Dios, que en esta
Cuaresma peregrina hacia la Pascua: para que se prepare con sincera conversión.
Oremos.
·Por todos los llamados como Moisés a ejercer
cargos de responsabilidad: para que cumplan su gestión con la máxima
generosidad. Oremos.
·Por los que viven angustiados por culpas y
remordimientos; por quienes no tienen paz, para que perciban la
misericordia de Dios. Oremos.
·Por todos nosotros: para que escuchemos el
llamado a dejar los malos deseos y agradar al Señor. Oremos.
III. LITURGIA EUCARÍSTICA
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por este sacrificio,
concédenos, Padre, que así como te hemos pedido perdón por nuestros
pecados, sepamos también nosotros perdonar a nuestros hermanos.
PREFACIO DE CUARESMA
RITO DE COMUNIÓN
PADRE NUESTRO
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el
cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal.
LA PAZ
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi
paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu
Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que
vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
CORDERO
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de
nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 83, 4-5
Hasta el gorrión ha encontrado
una casa, y la golondrina su nido donde colocar sus polluelos: tus altares,
Señor del universo, Rey y Dios mío. Dichosos los que viven en tu casa
alabándote por siempre.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, alimentados en la tierra
con el pan del cielo, anticipo de la eterna salvación, te suplicamos que
lleves a su plenitud el misterio que se realiza en nosotros.