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Respuesta  Mensaje 1 de 8 en el tema 
De: LUNASOL  (Mensaje original) Enviado: 07/03/2010 17:26

 

 

 

Nuestro servicio religioso, durante el mes

de julio , la palabra de Dios y su presencia

dia a dia

Que el nos proteja y nos guie

 

 

 

 




Primer  Anterior  2 a 8 de 8  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 8 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 12/03/2010 12:07

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 3

Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor. Mi corazón y mi carne claman ansiosos por el Dios viviente.

ORACIÓN COLECTA

Señor, purifica y protege a tu Iglesia con incesante misericordia, y ya que sin ti no puede salvarse, fortalécela siempre con tu gracia.

Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA 2Rey 5, 1-15

Lectura del segundo libro de los Reyes.

Naamán, general del ejército del rey de Arám, era un hombre prestigioso y altamente estimado por su señor, porque gracias a él, el Señor había dado la victoria a Arám. Pero este hombre, guerrero valeroso, era leproso. En una de sus incursiones, los arameos se habían llevado cautiva del país de Israel a una niña, que fue puesta al servicio de la mujer de Naamán. Ella dijo entonces a su patrona: “¡Ojalá mi señor se presentara ante el profeta que está en Samaría! Seguramente, él lo libraría de su lepra”.

Naamán fue y le contó a su señor: “La niña del país de Israel ha dicho esto y esto”. El rey de Arám respondió: “Está bien, ve, y yo enviaré una carta al rey de Israel”. Naamán partió llevando consigo diez talentos de plata, seis mil siclos de oro y diez trajes de gala, y presentó al rey de Israel la carta que decía: “Junto con esta carta, te envío a Naamán, mi servidor, para que lo libres de su lepra”. Apenas el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras y dijo: “¿Acaso yo soy Dios, capaz de hacer morir y vivir, para que este me mande librar a un hombre de su lepra? Fíjense bien y verán que él está buscando un pretexto contra mí”. Cuando Elíseo, el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras, mandó a decir al rey: “¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que él venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel”.

Naamán llegó entonces con sus caballos y su carruaje, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliseo. Eliseo mandó un mensajero para que le dijera: “Ve a bañarte siete veces en el Jordán; tu carne se restablecerá y quedarás limpio”. Pero Naamán, muy irritado, se fue diciendo: “Yo me había imaginado que saldría él personalmente, se pondría de pie e invocaría el nombre del Señor, su Dios; luego pasaría su mano sobre la parte afectada y sanaría la lepra. ¿Acaso los ríos de Damasco, el Abaná y el Parpar, no valen más que todas las aguas de Israel? ¿No podía yo bañarme en ellos y quedar limpio?”. Y dando media vuelta, se fue muy enojado. Pero sus servidores se acercaron para decirle: “Padre, si el profeta te hubiera mandado una cosa extraordinaria ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si él te dice simplemente: Báñate y quedarás limpio!”. Entonces bajó y se sumergió siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del hombre de Dios; así su carne se volvió como la de un muchacho joven y quedó limpio. Luego volvió con toda su comitiva adonde estaba el hombre de Dios. Al llegar, se presentó delante de él y le dijo: “Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra, a no ser en Israel. Acepta, te lo ruego, un presente de tu servidor”.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

“Anda a bañarte siete veces en el Jordán, y tu carne quedará limpia”. En la curación de Naamán, Eliseo quiere mostrar una vez más cómo Dios salva. Por medio del profeta, la acción salvadora del Señor, salta las fronteras del pueblo que se sabe elegido.

Pero salta también las fronteras que la persona, en este caso Naamán, pone o ponemos a la acción del Señor en la historia.

Ésta no usa medios ni modos ostentosos, sino sencillos y que todos pueden percibir. De esa manera el enfermo renace como de un baño bautismal.

SALMO Sal 41, 2-3; 42, 3-4

R. ¡Mi alma tiene sed del Dios viviente!

Como la cierva sedienta busca las corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, mi Dios. R.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿Cuándo iré a contemplar el rostro de Dios? R.

Envíame tu luz y tu verdad: que ellas me encaminen y me guíen a tu santa Montaña, hasta el lugar donde habitas. R.

Y llegaré al altar de Dios, el Dios que es la alegría de mi vida; y te daré gracias con la cítara, Señor, Dios mío. R.

VERSÍCULO Cfr. Sal 129, 5. 7

Espero en el Señor y confío en su palabra, porque en él se encuentra la misericordia y la redención en abundancia.

EVANGELIO Lc 4, 24-30

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Cuando Jesús llegó a Nazaret, dijo a la multitud en la sinagoga: “Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país. Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón. También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue sanado, sino Naamán, el sirio”. Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo. Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

“Ningún profeta es bien mirado en su tierra”. Nada más irritante para una persona que alguien como él venga a darle lecciones. ¡Cuántas veces el Señor quiere hablarnos a través de alguien cercano! ¡En cuántos acontecimientos de la vida desea el Señor darnos un mensaje! Pero, ¡qué obcecados que somos! Un profeta no es bien recibido entre los suyos, porque todos en el pueblo se sienten con el mismo derecho de serlo. Sin embargo, la profecía es un don gratuito del Señor y sólo con la fe se puede aceptar plenamente.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, te presentamos estas ofrendas como signo de nuestra entrega; conviértelas en sacramento de nuestra salvación.

Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 116, 1-2

Alabad al Señor, todas las naciones, porque es inquebrantable su amor por nosotros.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, te rogamos que la comunión de tu sacramento nos purifique y nos conceda la unidad.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Respuesta  Mensaje 3 de 8 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 12/03/2010 12:09

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 16, 6. 8

Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes; inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras. Protégeme como a la pupila de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas.

ORACIÓN COLECTA

Señor, te pedimos que tu gracia nunca nos abandone, nos haga fieles en tu servicio y nos asegure siempre tu protección.

Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Dan 3, 25-26. 34-43

Lectura de la profecía de Daniel.

Azarías tomó la palabra y oró así: Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, y digno de alabanza, que tu Nombre sea glorificado eternamente. No nos abandones para siempre a causa de tu Nombre, no anules tu Alianza, no apartes tu misericordia de nosotros, por amor a Abraham, tu amigo, a Isaac, tu servidor, y a Israel, tu santo, a quienes prometiste una descendencia numerosa como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Señor, hemos llegado a ser más pequeños que todas las naciones, y hoy somos humillados en toda la tierra a causa de nuestros pecados. En este tiempo, ya no hay más jefe, ni profeta, ni príncipe, ni holocausto, ni sacrificio, ni oblación, ni incienso, ni lugar donde ofrecer las primicias, y así, alcanzar tu favor. Pero que nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humillado nos hagan aceptables como los holocaustos de carneros y de toros, y los millares de corderos cebados; que así sea hoy nuestro sacrificio delante de ti, y que nosotros te sigamos plenamente, porque no quedan confundidos los que confían en ti. Y ahora te seguimos de todo corazón, te tememos y buscamos tu rostro. No nos cubras de vergüenza, sino trátanos según tu benignidad y la abundancia de tu misericordia. Líbranos conforme a tus obras maravillosas, y da gloria a tu Nombre, Señor.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

El canto de estos jóvenes es de lamento y esperanza por la situación del pueblo exiliado. En el despojo total, en la ruina, en la oscuridad absoluta del destino del pueblo, hay una luz que proviene justamente de la confianza que “Dios nunca abandona”.

SALMO Sal 24, 4-5. 6-9

R. ¡Acuérdate, Señor, de tu ternura!

Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos. Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque Tú eres mi Dios y mi salvador. R.

Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos. Por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad. R.

El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados; él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres. R.

VERSÍCULO Cf. Jl 2, 12-13

Vuelvan a mí de todo corazón, porque soy bondadoso y compasivo.

EVANGELIO Mt 18, 21-35

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Se acercó Pedro y dijo a Jesús: “Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?”. Jesús le respondió: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso, el Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: “Dame un plazo y te pagaré todo”. El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: “Págame lo que me debes”. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: “Dame un plazo y te pagaré la deuda». Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contarlo a su señor. Este lo mandó llamar y le dijo: “¡Miserable! Me suplicaste, y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?”. E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía. Lo mismo hará también mi Padre celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos”.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Cuaresma es tiempo de perdón, de volver no sólo a Dios, sino también de abrirnos a ala reconciliación con los hermanos. Dios nos ha perdonado, su amor se depositó gratuitamente sobre nuestras culpas; de igual manera es necesario brindar el amor hecho perdón a quien nos ha ofendido y a quien hemos ofendido.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, concédenos que este sacrificio salvador nos purifique de nuestros pecados y atraiga sobre nosotros tu poderosa ayuda.

Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 14, 1-2

Señor, ¿quién se hospedará en tu carpa? ¿Quién habitará en tu santa montaña? El que procede rectamente y practica la justicia.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, te pedimos que la sagrada participación en este sacramento renueve nuestra vida, purifique nuestros pecados y nos otorgue tu protección.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 


Respuesta  Mensaje 4 de 8 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 12/03/2010 12:09

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 118, 133

Afirma mis pasos conforme a tu palabra, para que no me domine la maldad.

ORACIÓN COLECTA

Señor, te pedimos que entrenados por la práctica cuaresmal y alimentados con tu palabra, te sirvamos fielmente con nuestra penitencia y perseveremos unidos en la oración. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA

Deut 4,1.5-9

Lectura del libro del Deuteronomio. Moisés habló al pueblo, diciendo: Y ahora, Israel, escucha los preceptos y las leyes que yo les enseño para que las pongan en práctica. Así ustedes vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que les da el Señor, el Dios de sus padres. Tengan bien presente que ha sido el Señor, mi Dios, el que me ordenó enseñarles los preceptos y las leyes que ustedes deberán cumplir en la tierra de la que van a tomar posesión. Obsérvenlos y pónganlos en práctica, porque así serán sabios y prudentes a los ojos de los pueblos, que al oír todas estas leyes, dirán: Realmente es un pueblo sabio y prudente esta gran nación!”. ¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos? ¿Y qué gran nación tiene preceptos y costumbres tan justas como esta Ley que hoy promulgo en presencia de ustedes? Pero presta atención y ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un solo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

‘Escucha, Israel, los mandatos y decretos que yo les mando cumplir”. En este pasaje del Deuteronomio, se insta al pueblo a cumplir la ley, pero como parte de la fidelidad que requiere la alianza y como camino para alcanzar la felicidad y la vida que el Señor garantiza. Los preceptos de la alianza no son ley descarnada, sino vías de respuesta y de unión con el Dios que liberó y que se dio a su pueblo.

SALMO Sal 147,12-13.15-16.19-20 R. ¡Glorifica al Señor, Jerusalén,

¡Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión! El reforzó los cerrojos de tus puertas y bendijo a tus hijos dentro de ti. R.

Envía su mensaje a la tierra, su palabra corre velozmente; reparte la nieve como lana y esparce la escarcha como ceniza. R.

Revela su palabra a Jacob, sus preceptos y mandatos a Israel: a ningún otro pueblo trató así ni le dio a conocer sus mandamientos. R.

VERSÍCULO Cfr. Jn 6, 63c. 68c

Tus palabras, Señor, son Espíritu y Vida; tú tienes palabras de vida eterna.

EVANGELIO Mt 5, 17-19

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús dijo a sus discípulos: No piensen que vine para abolirla Ley o los Profetas: Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Les aseguro que no quedarán ni una i ni una coma de la Ley sin cumplirse, antes que desaparezcan el cielo y la tierra. El que no cumpla el más pequeño de estos mandamientos, y enseñe a los otros a hacer lo mismo, será considerado el menor en el Reino de los Cielos. En cambio, el que los cumpla y enseñe, será considerado grande en el Reino de los Cielos.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

‘No he venido a abolir la ley, sino a darle plenitud”. La actitud del Maestro contra la interpretación farisaica de la ley, podría hacerlo acreedor del apelativo de ‘gente de manga ancha”. Nada más lejos de la intención del Maestro. Lo que él pide es tener un corazón tan ancho como el océano que quepa toda la ley hasta la plenitud. Es decir, un corazón que se ensanche hasta que quepa el amor grande y generoso a Dios y al hermano. Un corazón así nunca mide su responsabilidad con cuentagotas.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, con la ofrenda de este sacrificio, recibe las súplicas de tu pueblo, y defiende de todo peligro a quienes celebramos tus misterios. Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 15, 11

Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, Señor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, santifícanos por la mesa celestial en que fuimos alimentados, para que, libres de todo pecado, seamos dignos de tus divinas promesas. Por Jesucristo nuestro Señor.

 


Respuesta  Mensaje 5 de 8 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 12/03/2010 12:10

ANTÍFONA DE ENTRADA

Yo soy el salvador de mi pueblo, dice el Señor. Lo escucharé cuando me invoque en su angustia y seré su Señor para siempre.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso, te pedimos humildemente que, a medida que se acerca la fiesta de nuestra salvación, se acreciente nuestra entrega, para celebrar con fruto el misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

LECTURA Jer 7, 23-28

Lectura del libro de Jeremías.

Así habla el Señor: Ésta fue la orden que les di a sus padres el día que los hice salir de Egipto: “Escuchen mi voz, así Yo seré su Dios y ustedes serán mi Pueblo; sigan por el camino que Yo les ordeno, a fin de que les vaya bien”. Pero ellos no escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que obraron según sus designios, según los impulsos de su corazón obstinado y perverso; se volvieron hacia atrás; no hacia adelante. Desde el día en que sus padres salieron de Egipto hasta el día de hoy, Yo les envié a todos mis servidores los profetas, los envié incansablemente, día tras día. Pero ellos no me escucharon ni inclinaron sus oídos, sino que se obstinaron y obraron peor que sus padres. Tú les dirás todas estas palabras y no te escucharán; los llamarás y no te responderán. Entonces les dirás:

“Esta es la nación que no ha escuchado la voz del Señor, su Dios, ni ha recibido la lección. La verdad ha desaparecido, ha sido arrancada de su boca”.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

Jeremías repite las advertencias del Deuteronomio que se acaba de descubrir. El pueblo elegido sólo tendrá paz si escucha la Palabra de su Dios, si sabemos ir más allá de las prácticas religiosas.

SALMO Sal 94, 1-2. 6-9

R. ¡Ojalá hoy escuchen la voz del Señor! Vengan, cantemos con júbilo al Señor, aclamemos a la Roca que nos salva! Lleguemos hasta El dándole gracias, aclamemos con música al Señor! R.

Entren, inclinémonos para adorarlo! Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque El es, nuestro Dios, y nosotros, el pueblo que El apacienta, las ovejas conducidas por su mano. R.

Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: “No endurezcan su corazón como en Meribá, como en el día de Masá, en el desierto, cuando sus padres me tentaron y provocaron, aunque habían visto mis obras”. R.

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Cfr. J12, 12-13:

Vuelvan a mí de todo corazón, porque soy bondadoso y compasivo.

EVANGELIO Lc 11, 14-23

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada, pero algunos de ellos decían: “Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, exigían de El un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: “Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque —como ustedes dicen— Yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si Yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si Yo expulso a los demonios con la fuerza de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Se acusa a Jesús de actuar en colaboración o por orden del príncipe de los demonios. No se puede estar a favor y en contra al mismo tiempo. Jesús está contra los demonios y no puede estar con ellos. Una rivalidad entre los malos facilitaría notablemente la victoria del bien sobre el mal en el mundo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, para que nuestra ofrenda sea de tu agrado, purifica a tu pueblo de toda maldad y no permitas que nos entreguemos a falsos placeres quienes poseemos la promesa de la verdadera felicidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 118, 4-5

Tú promulgaste tus mandamientos para que se cumplieran íntegramente. Ojalá, yo me mantenga firme en la observancia de tus preceptos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Alimentados con la Eucaristía, te pedimos, Señor, que nos animes con tu ayuda, para que experimentemos la salvación, tanto en la celebración de tus misterios como en lavida cotidiana. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

(Facultativa)

Padre, confiando en tu misericordia, imploramos tu bondad y, ya que hemos recibido de ti la existencia, haz que, por tu gracia, tengamos siempre recta intención y realicemos el bien que anhelamos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Respuesta  Mensaje 6 de 8 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 12/03/2010 12:10

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 85, 8. 10

No hay otro dios igual a ti, Señor, porque tú eres grande, Dios mío, y eres el único que hace maravillas.

ORACIÓN COLECTA

Señor, infunde tu gracia en nuestros corazones para que evitemos siempre todo pecado y, con tu ayuda, seamos fieles a tus divinas enseñanzas.

Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Os 14, 2-10

Lectura del profeta Oseas

Así habla el Señor: Vuelve, Israel, al Señor tu Dios, porque tu falta te ha hecho caer. Preparen lo que van a decir y vuelvan al Señor. Díganle: “Borra todas las faltas, acepta lo que hay de bueno, y te ofreceremos el fruto de nuestros labios.

Asiria no nos salvará, ya no montaremos a caballo, ni diremos más «¡Dios nuestro! » a la obra de nuestras manos, porque sólo en ti el huérfano encuentra compasión”.

Yo los sanaré de su apostasía, los amaré generosamente, porque mi ira se ha apartado de ellos. Seré como rocío para Israel: él florecerá como el lirio, hundirá sus raíces como el bosque del Líbano; sus retoños se extenderán, su esplendor será como el del olivo y su fragancia como la del Líbano. Volverán a sentarse a mi sombra, harán revivir el trigo, florecerán como la viña, y su renombre será como el del vino del Líbano. Efraím, ¿qué tengo aún que ver con los ídolos? Yo le respondo y velo por él. Soy como un ciprés siempre verde, y de mí procede tu fruto. ¡Que el sabio comprenda estas cosas! ¡Que el hombre inteligente las entienda! Los caminos del Señor son rectos: por ellos caminarán los justos, pero los rebeldes tropezarán en ellos.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

“Los amaré sin que lo merezcan”. En la severa palabra del profeta hay un principio de esperanza. Oseas presenta a Yahvé llamando a la conversión y ofreciendo la vida florecida para su pueblo. Todo ello por puro amor e iniciativa del Señor: “Seré rocío para Israel”, dice Yahvé. No es la flor la que se abre por su cuenta. Es el rocío que la acaricia y le invita a abrir sus pétalos. No es el hombre el que se merece el perdón. Es el amor del Señor el que lo ofrece.

SALMO Sal 80, 6-11. 14. 17

R. ¡Ojalá escuchemos la voz del Señor!

Oigo una voz desconocida que dice: “Yo quité el peso de tus espaldas y tus manos quedaron libres de la carga. Clamaste en la aflicción, y te salvé. R.

Te respondí oculto entre los truenos, aunque me provocaste junto a las aguas de Meribá. Oye, pueblo mío, Yo atestiguo contra ti, ¡ojalá me escucharas, Israel! R.

No tendrás ningún dios extraño, no adorarás a ningún dios extranjero: Yo, el Señor, soy tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto. R.

¡Ojalá mi pueblo me escuchara, e Israel siguiera mis caminos! Yo alimentaría a mi pueblo con lo mejor del trigo y lo saciaría con miel silvestre”. R.

VERSÍCULO Mt 4, 17

Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca.

EVANGELIO Mc 12, 28-34

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de los mandamientos?” Jesús respondió: “El primero es: “Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay otro mandamiento más grande que éstos”. El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que Él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”. Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

“Amar a Dios y al prójimo: no hay mandamiento mayor”. Cuando el Maestro habla de amor no se va por las ramas como solemos hacer nosotros. Más de seiscientos preceptos formaban el código legal judío. Pero no nos creamos exentos de no caer en el legalismo, ya que son muchos los instrumentos de orden normativo que tenemos en la Iglesia y que nos pueden distraer de la sabia vital del creyente: el amor a Dios y el amor al prójimo. “No hay mandamiento mayor que éstos”, concluye el Maestro, resumiendo ambos en uno solo. Más tarde nos lo recordará el apóstol Pablo en el capítulo trece de la primera carta a los cristianos de Corinto.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, mira con bondad los dones que ofrecemos, para que sean gratos a tus ojos y nos alcancen la salvación. Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cf. Mc 12, 33

Amar a Dios con todo el corazón, y al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los sacrificios.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, te pedimos que la eficacia de tu poder penetre todo nuestro ser, para que obtengamos la plenitud de la redención cuyo anticipo hemos recibido en este sacramento.

Por Jesucristo nuestro Señor.

Respuesta  Mensaje 7 de 8 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/03/2010 11:52

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 102, 2-3

Bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios. El perdona todas tus culpas y cura todas tus dolencias.

ORACIÓN COLECTA

Señor, alegres por la celebración de esta Cuaresma, te pedimos que, compenetrados de los misterios pascuales, nos gocemos de la plenitud de sus frutos. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Os 6, 1-6

Lectura de la profecía de Oseas.

“Vengan, volvamos al Señor: Él nos ha desgarrado, pero nos sanará; ha golpeado, pero vendará nuestras heridas. Después de dos días nos hará revivir, al tercer día nos levantará, y viviremos en su presencia. Esforcémonos por conocer al Señor: su aparición es cierta como la aurora. Vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia de primavera que riega la tierra”. ¿Qué haré contigo, Efraím? ¿Qué haré contigo, Judá? Porque el amor de ustedes es como nube matinal, como el rocío que pronto se disipa. Por eso los hice pedazos por medio de los profetas, los hice morir con las palabras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz. Porque Yo quiero amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

“Quiero misericordia y no sacrificios”. Oseas recoge aquí una celebración penitencial del pueblo. Pero el pueblo no busca la conversión sincera, sino que el Señor los libre de un peligro inminente de invasión y les solucione los problemas “en dos días”, para luego volver a “las viejas andanzas”.

Y eso no tiene valor. El Señor no puede aceptar una oración y unos holocaustos faltos de contenido interior. No, el Señor no acepta “coimas”. La conversión a la que el pueblo alude es interesada y se apoya en el mérito de un ejercicio ritual que no tiene valor, porque le falta la obra de caridad y de justicia con el prójimo. El Señor no acepta una religión que carece de ética, ya que él prefiere la misericordia a los sacrificios.

SALMO Sal 50, 3-4. 18-21

R. El Señor quiere amor y no sacrificios.

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! R.

Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio es un espíritu contrito, Tú no desprecias el corazón contrito y humillado. R.

Trata bien a Sión, Señor, por tu bondad; reconstruye los muros de Jerusalén. Entonces aceptarás los sacrificios rituales: las oblaciones y los holocaustos. R.

VERSÍCULO Cf. Sal 94, 8. 7

No endurezcan su corazón, sino escuchen la voz del Señor.

EVANGELIO Lc 18, 9-14

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, Jesús dijo esta parábola: Dos hombres subieron al Templo para orar; uno era fariseo y el otro, publicano. El fariseo, de pie, oraba así: “Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas”. En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador! Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se eleva será humillado, y el que se humilla será elevado.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

“Todo el que se enaltece será humillado y todo el que se humilla será enaltecido”. Para alcanzar una genuina relación con el Señor, no podemos equivocar el punto de partida: todo es obra del amor del Señor. Él es quien nos busca, nos mueve y nos envuelve hasta estrecharse con nosotros. Por eso, el fariseo que se cree incontaminado, está tan lleno de sí mismo, que ya no le cabe nada ni nadie dentro de sí: el Señor y el prójimo quedan al margen de su vida. En cambio el publicano, se siente pecador, vacío y necesitado; abre su corazón de par en par y vuelve repleto del Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, es por tu gracia que podemos acercarnos purificados a tus santos misterios, concédenos que al venerar solemnemente su institución te rindamos una perfecta alabanza.

Por Jesucristo nuestro Señor.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 18, 13

El publicano, manteniéndose a distancia, se golpeaba el pecho, diciendo: Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios misericordioso, sin cesar nos alimentas con tu santa Eucaristía, concédenos venerarla con verdadero amor y recibirla siempre con profunda fe.

Por Jesucristo nuestro Señor.

 


Respuesta  Mensaje 8 de 8 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/03/2010 11:53

I. RITOS INICIALES

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Is 66, 10-11

Alégrese, Jerusalén, y que se congreguen cuantos la aman. Compartan su alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.

ACTO PENITENCIAL

— Tú no has venido a condenar sino a perdonar. Señor, ten piedad.

— Tú quieres reconciliarnos contigo. Cristo, ten piedad.

— Tú sales al encuentro de tus hijos perdidos. Señor, ten piedad.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que reconcilias maravillosamente al género humano por tu Palabra hecha carne; te pedimos que el pueblo cristiano se disponga a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y una entrega generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA Jos 4, 19; 5, 10-12

La misericordia y la providencia de Dios hacia su pueblo se manifiestan acompañándolo y dándole lo necesario en todo momento. El maná los alimentó durante todo el camino por el desierto. Una vez llegados a la tierra prometida, no hubo más maná, porque ya podían alimentarse de los productos del suelo. Proveer el alimento es una forma concreta en la cual Dios nos dice que quiere la vida.

Lectura del libro de Josué.

Después de atravesar el Jordán, los israelitas entraron en la tierra prometida el día diez del primer mes, y acamparon en Guilgal. El catorce de ese mes, por la tarde, celebraron la Pascua en la llanura de Jericó. Al día siguiente de la Pascua, comieron de los productos del país —pan sin levadura y granos tostados— ese mismo día. El maná dejó de caer al día siguiente, cuando comieron los productos del país. Ya no hubo más maná para los israelitas, y aquel año comieron los frutos de la tierra de Canaán.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 33, 2-7

En respuesta a la obra de Dios el salmo nos invita a agradecer y alabar al Señor. Participamos de esta oración aclamando: Gusten y vean qué bueno es el Señor.

R. ¡Gusten y vean que bueno es el Señor!

Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi alma se gloría en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren. R.

Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor:

El me respondió y me libró de todos mis temores. R.

Miren hacia Él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: El lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.

SEGUNDA LECTURA 2Cor 5, 17-21

Es Jesucristo quien transforma nuestro hombre viejo en nuevo. Es El quien vino a sentarse a la mesa con !os pecadores para traerla reconciliación. El es el rostro visible de la misericordia del Padre, que nos invita una y otra a la vida con El.

Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: El que vive en Cristo es una nueva criatura: lo antiguo ha desaparecido, un ser nuevo se ha hecho presente. Y todo esto procede de Dios, que nos reconcilió con El por intermedio de Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. Porque es Dios el que estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo, no teniendo en cuenta los pecados de los hombres, y confiándonos la palabra de la reconciliación. Nosotros somos, entonces, embajadores de Cristo, y es Dios el que exhorta a los hombres por intermedio nuestro. Por eso, les suplicamos en nombre de Cristo: déjense reconciliar con Dios. A Aquél que no conoció el pecado, Dios lo identificó con el pecado en favor nuestro, a fin de que nosotros seamos justificados por El.

Palabra de Dios.

ACLAMACIÓN Lc 15, 18

Iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti.

EVANGELIO Lc 15, 1-3. 11-32

El Maestro comparte el alimento con los despreciados por los ‘cumplidores de la ley’ pecadores, impuros, recaudadores de impuestos. La praxis del Maestro es signo de la misericordia y de la providencia del Padre. El padre de la parábola hace fiesta por el regreso del hijo a casa, el considerado pecador. Y cuando el hijo ‘cumplidor” rechaza participar en la fiesta, el padre sale para invitarlo también a él. El Padre quiere que todos sus hijos y todas sus hijas compartamos el alimento en una mesa de fiesta.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Pero los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: “Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos”. Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de herencia que me corresponde’. Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida inmoral. Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos. El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Entonces recapacitó y dijo: ‘Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!’. Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros’. Entonces partió y volvió a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió profundamente, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: ‘Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco ser llamado hijo tuyo’. Pero el padre dijo a sus servidores: ‘Traigan enseguida la mejor ropa y vístanlo, pónganle un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero engordado y mátenlo. Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado’. Y comenzó la fiesta. El hijo mayor estaba en el campo. Al volver, ya cerca de la casa, oyó la música y los coros que acompañaban la danza. Y llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué significaba eso. El le respondió: ‘Tu hermano ha regresado, y tu padre hizo matar el ternero engordado,, porque lo ha recobrado sano y salvo’. El se enojó y no quiso entrar. Su padre salió para rogarle que entrara, pero él le respondió: ‘Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y nunca me diste un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos. Y ahora que ese hijo tuyo ha vuelto, después de haber gastado tus bienes con mujeres, haces matar para él el ternero engordado!’. Pero el padre le dijo: ‘Hijo mío, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo. Es justo que haya fiesta y alegría, porque este hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado”.

Palabra del Señor.

EL CREDO

Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada intención pedimos: Iremos a ti, Padre, a reconciliarnos.

·    Para que los ministros del sacramento de la reconciliación sientan la alegría de ser dispensadores del perdón de Dios. Oremos.

·    Para que los sectores de nuestra sociedad enfrentados por dolorosos recuerdos pasados vivan una fuerte experiencia de reconciliación. Oremos.

·    Para que quienes se indignan como el hijo mayor de la parábola sepan comprender y reconciliarse. Oremos.

·    Para que nosotros, pecadores imitemos al hijo menor de la parábola y corramos arrepentidos, a la casa del Padre. Oremos.

III. LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te presentamos con alegría, Señor, estos dones para la salvación eterna; ayúdanos a celebrarlos con fidelidad y a ofrecerlos dignamente por la redención del mundo.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO DE CUARESMA

RITO DE COMUNIÓN

PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

LA PAZ

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

CORDERO

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 15, 32

Es justo que haya fiesta y alegría porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Padre, que iluminas a todo hombre que viene a este mundo, te pedimos que alumbres nuestros corazones con el esplendor de tu gracia, para que nuestros pensamientos sean dignos de ti y aprendamos a amarte de todo corazón.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

IV. RITO DE CONCLUSIÓN

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Padre, protege a quienes te suplican, sostén a los débiles y vivifica siempre con tu luz a quienes caminan en las sombras de la muerte; con tu clemencia, apártalos de todo mal y hazlos llegar a la plenitud de tus bienes.

Por Jesucristo, nuestro Señor.

BENDICIÓN

Canto final

 



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