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Respuesta  Mensaje 1 de 11 en el tema 
De: LUNASOL  (Mensaje original) Enviado: 30/03/2010 16:29

 

 

 

Nuestro servicio religioso, durante el mes

de julio , la palabra de Dios y su presencia

dia a dia

Que el nos proteja y nos guie

 

 

 

 




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Respuesta  Mensaje 2 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 01/04/2010 22:17

MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR

Blanco. Gloria. Prefacio I de la Eucaristía.

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Gál 6, 14

Debemos gloriamos en la cruz de nuestro Señor Jesucristo: en él está nuestra salvación, nuestra Vida y nuestra Resurrección; por él hemos sido salvados y redimidos.

ORACIÓN COLECTA

Dios, reunidos para celebrar la sagrada Cena en la que tu Hijo único, antes de entregarse a la muerte, confió a la Iglesia el nuevo sacrificio de la Alianza eterna y el banquete de su amor; concédenos que de tan sublime misterio brote para nosotros la plenitud del amor y de la vida. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA Éx 12, 1-8. 11-14

Lectura del libro del Éxodo.

El Señor dijo a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto: «Este mes será para ustedes el mes inicial, el primero de los meses del año. Digan a toda la comunidad de Israel: ‘El diez de este mes, consíganse cada uno un animal del ganado menor, uno para cada familia. Si la familia es demasiado reducida para consumir un animal entero, se unirá con la del vecino que viva más cerca de su casa.

En la elección del animal tengan en cuenta, además del número de comensales, lo que cada uno come habitualmente.

Elijan un animal sin ningún defecto, macho y de un año; podrá ser cordero o cabrito. Deberán guardarlo hasta el catorce de este mes, y a la hora del crepúsculo, lo inmolará toda la asamblea de la comunidad de Israel. Después tomarán un poco de su sangre, y marcarán con ella los dos postes y el dintel de la puerta de las casas donde lo coman. Y esa misma noche comerán la carne asada al fuego, con panes sin levadura y verduras amargas. Deberán comerlo así: ceñidos con un cinturón, calzados con sandalias y con el bastón en la mano. Y lo comerán rápidamente: es la Pascua del Señor.

Esa noche yo pasaré por el país de Egipto para exterminar a todos sus primogénitos, tanto hombres como animales, y daré un justo escarmiento a los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre les servirá de señal para indicar las casas donde ustedes estén. Al verla, yo pasaré de largo, y así ustedes se librarán del golpe del Exterminador, cuando yo castigue al país de Egipto. Éste será para ustedes un día memorable y deberán solemnizarlo con una fiesta en honor del Señor. Lo celebrarán a lo largo de las generaciones como una institución perpetua’.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

Quizás con sorpresa escuchamos hoy la lectura del libro del Éxodo que describe el ritual de la pascua, celebrada por los judíos antes de la salida de Egipto, ritual que será transmitido de generación en generación, en memoria de lo que el Señor hizo y como garantía de las promesas que él mismo llevará a término. La Pascua judía era la celebración de la fidelidad de Dios en cumplir sus promesas, liberando a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Igual que al pueblo de Israel el Señor nos socorre cuando lo invocamos en la aflicción.

SALMO Sal 115, 12-13. 15-16. 17-18

R. ¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?

O bien: El cáliz que bendecimos es la comunión de la Sangre del Señor.

¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo? Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Señor. R.

¡Qué penosa es para el Señor la muerte de sus amigos! Yo, Señor, soy tu servidor, lo mismo que mi madre: por eso rompiste mis cadenas. R.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, e invocaré el nombre del Señor. Cumpliré mis votos al Señor, en presencia de todo su pueblo. R.

SEGUNDA LECTURA 1Cor 11, 23-26

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto.

Hermanos: Lo que yo recibí del Señor, y a mi vez les he transmitido, es lo siguiente: El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó el pan, dio gracias, lo partió y dijo: “Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía”. De la misma manera, después de cenar, tomó la copa, diciendo: “Esta copa es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que la beban, háganlo en memoria mía”. Y así, siempre que coman este pan y beban esta copa, proclamarán la muerte del Señor hasta que él vuelva.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

Esta narración de Pablo sobre la institución de la Eucaristía es una auténtica joya. No sólo porque nos cuenta lo que Jesús hizo, “según una tradición que viene del Señor”, sino también porque es un testimonio único de la celebración eucarística de la Iglesia primitiva. Pablo nos da una versión «eclesial» del relato de la Cena. Él insiste, además, sobre la comida del Señor como proclamación de la muerte y la fe en la presencia del Resucitado en el corazón de la acción eucarística es claramente afirmada. Por tanto, la celebración de la Eucaristía no sólo es el centro del culto, sino el espacio esencial de la proclamación evangélica.

ACLAMACIÓN Jn 13, 34

“Les doy un mandamiento nuevo: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”, dice el Señor.

EVANGELIO Jn 13, 1-15

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin. Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura. Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura. Cuando se acercó a Simón Pedro, éste le dijo: “¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?”.

Jesús le respondió: “No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás”. “No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!”. Jesús le respondió: “Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte”.

“Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!”. Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos”. Él sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: “No todos ustedes están limpios”. Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: “¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque lo soy. Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Jesús, que es el único Maestro y Señor, adopta una inequívoca actitud de servicio frente a sus discípulos. Lavándoles los pies, el Maestro realiza el gesto más significativo de la condición del siervo que sirve a la mesa. La imagen dice lo que debe ser el servicio de amor hacia todos, incluido Judas.

La ambición más profunda de la Eucaristía es la de reunir a los hombres y mujeres animados por este espíritu.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, concédenos participar dignamente en estos misterios, pues cada vez que celebramos el memorial de este sacrificio, se cumple la obra de nuestra redención. Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO DE LA SANTÍSIMA

EUCARISTÍA, I

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo Señor nuestro.

El cual, verdadero y eterno Sacerdote, al instituir el sacrificio perenne, primero se entregó a ti como víctima de salvación y luego nos mandó ofrecerlo en su memoria.

Cuando comemos su carne, inmolada por nosotros, somos fortalecidos; cuando bebemos su sangre, derramada por nosotros, somos purificados.

Por eso, con los ángeles y los arcángeles, los tronos y las dominaciones, y con toda la milicia del ejército celestial, cantamos el himno de tu gloria, diciendo sin cesar: Santo, santo, santo...

ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1Cor 11, 24- 25

Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes. Este cáliz es la Nueva Alianza que se sella con mi Sangre. Siempre que lo beban, háganlo en memoria mía.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, concédenos que alimentados con tus sacramentos nos convirtamos en fragancia de Cristo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.

 


Respuesta  Mensaje 3 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 01/04/2010 22:19

VIERNES SANTO

Mirar al Crucificado

Jn 18, 19-42

“Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos”. Todo el relato de la pasión según san Juan –especialmente el prendimiento y el diálogo con Pilatos– manifiesta la soberanía y majestad de este Jesús que había dicho: “Nadie me quita la vida, yo la doy voluntariamente” (Jn 10,18). Verdaderamente Jesús reina desde la cruz. Ahora se cumple lo que Él mismo había anunciado: “Yo cuando sea levantado de la tierra atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,32). La multitud inmensa de los redimidos es fruto de esta eficaz atracción del Crucificado.

“Está cumplido”. Jesús ha llevado a cabo perfectamente la obra que el Padre le encomendó (Jn 17,4). Ha realizado el plan del padre, ha cumplido las Escrituras, nada ha quedado a medias. La redención es un hecho consumado y sólo falta que cada hombre acepte dejarse bañar por su sangre y acuda a beber el agua que brota de su costado abierto. En Cristo estamos salvados.

“Mirarán al que atravesaron”. Si los que miraban la serpiente de bronce en el desierto quedaban curados (Nm 21,4-9), ¡cuánto más los que miran con fe al Hijo de Dios crucificado! (Jn 3,14-15). San Juan nos invita a esa mirada contemplativa llena de fe. Esta mirada de fe permite que se desencadene sobre nosotros el infinito amor salvador que se encuentra encerrado en el corazón del Redentor traspasado por nuestros pecados.

 

CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR. (Rojo)

Día de Ayuno y abstinencia.

Acompañamos a Jesús en su camino hasta el Calvario, donde hará la ofrenda total de su vida al Padre. Toda su vida fue entrega, y por eso es también entrega su muerte. Hoy no se celebra ninguna misa, y la distribución de la comunión se hará con las hostias ya consagradas el Jueves Santo. La liturgia nos presenta la Cruz para que la veneremos y la lectura de la Pasión para hacer memoria de los últimos momentos de la vida terrena de Jesús.

ORACIÓN (No se dice Oremos)

Padre, que por la Pasión de Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, has destruido la muerte que todos los hombres han heredado por el pecado de Adán; imprime en nuestros corazones, por medio de la gracia, la imagen de Cristo a los que nacimos con la imagen del hombre pecador.

PRIMERA LECTURA Is 52, 13-53, 12

Del libro de Isaías.

Sí, mi Servidor triunfará: será exaltado y elevado a una altura muy grande. Así como muchos quedaron horrorizados a causa de él, porque estaba tan desfigurado que su aspecto no era el de un hombre y su apariencia no era más la de un ser humano, así también él asombrará a muchas naciones, y ante él los reyes cerrarán la boca, porque verán lo que nunca se les había contado y comprenderán algo que nunca habían oído. ¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído y a quién se le reveló el brazo del Señor? Él creció como un retoño en su presencia, como una raíz que brota de una tierra árida, sin forma ni hermosura que atrajera nuestras miradas, sin un aspecto que pudiera agradarnos. Despreciado, desechado por los hombres, abrumado de dolores y habituado al sufrimiento, como alguien ante quien se aparta el rostro, tan despreciado, que lo tuvimos por nada. Pero él soportaba nuestros sufrimientos y cargaba con nuestras dolencias, y nosotros lo considerábamos golpeado, herido por Dios y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas fuimos sanados. Todos andábamos errantes como ovejas, siguiendo cada uno su propio camino, y el Señor hizo recaer sobre él las iniquidades de todos nosotros. Al ser maltratado, se humillaba y ni siquiera abría su boca: como un cordero llevado al matadero, como una oveja muda ante el que la esquila, él no abría su boca. Fue detenido y juzgado injustamente, y ¿quién se preocupó de su suerte? Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes y golpeado por las rebeldías de mi pueblo. Se le dio un sepulcro con los malhechores y una tumba con los impíos, aunque no había cometido violencia ni había engaño en su boca. El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento. Si ofrece su vida en sacrificio de reparación, verá su descendencia, prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él. A causa de tantas fatigas, él verá la luz y, al saberlo, quedará saciado. Mi Servidor justo justificará a muchos y cargará sobre sí las faltas de ellos. Por eso le daré una parte entre los grandes y él repartirá el botín junto con los poderosos. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los culpables, siendo así que llevaba el pecado de muchos e intercedía en favor de los culpables.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

En este canto, Isaías describe la pasión salvadora y gloriosa del siervo de Yahvé. Sobre él cayó el pecado de todos los hombres. Él soporta el desprecio, los azotes, la opresión, el juicio injusto. Y en todo esto permanece manso y humilde de corazón, sostenido en el Padre. Él encarna todo el sufrimiento humano, incluido el de la muerte afrentosa. Y, por ende, abre un camino a la salvación que no pasa por el éxito ni por el poder, sino por la mansedumbre como única respuesta a la violencia del mundo.

SALMO Sal 30, 2.6.12-13.15-17.25

R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Yo me refugio en ti, Señor, ¡qué nunca me vea defraudado! Yo pongo mi vida en tus manos: Tú me rescatarás, Señor, Dios fiel.

R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Soy la burla de todos mis enemigos y la irrisión de mis propios vecinos; para mis amigos soy motivo de espanto, los que me ven por la calle huyen de mí. Como un muerto, he caído en el olvido, me he convertido en una cosa inútil.

R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Pero yo confío en ti, Señor, y te digo: "Tú eres mi Dios, mi destino está en tus manos". Líbrame del poder de mis enemigos, y de aquellos que me persiguen.

R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Que brille tu rostro sobre tu servidor, sálvame por tu misericordia. Sean fuertes y valerosos, todos los que esperan en el Señor.

R. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

SEGUNDA LECTURA Heb 4, 14-16; 5, 7-9

De la carta a los Hebreos.

Hermanos: Ya que tenemos en Jesús, el Hijo de Dios, un Sumo Sacerdote insigne que penetró en el cielo, permanezcamos firmes en la confesión de nuestra fe. Porque no tenemos un Sumo Sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario, él fue sometido a las mismas pruebas que nosotros, a excepción del pecado. Vayamos, entonces, confiadamente al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia de un auxilio oportuno. Él dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a aquél que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

Cristo es el auténtico Sacerdote del Nuevo Testamento, diferente de los sacerdotes que se encargaban de los sacrificios pascuales en el templo de Jerusalén. Él no hizo otro sacrificio más que la entrega de su propia vida en la cruz. No fue un ritual externo lo que nos trajo la salvación. Fue él mismo, como único y eterno sacerdote.

ACLAMACIÓN Flp 2, 8-9

Cristo se humilló por nosotros hasta aceptar por obediencia la muerte, y muerte de cruz. Por eso, Dios lo exaltó y le dio el Nombre que está sobre todo nombre.

EVANGELIO Jn 18, 1-19, 42

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

C. Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había en ese lugar un huerto y allí entró con ellos. Judas, el traidor, también conocía el lugar porque Jesús y sus discípulos se reunían allí con frecuencia. Entonces Judas, al frente de un destacamento de soldados y de los guardias designados por los sumos sacerdotes y los fariseos, llegó allí con faroles, antorchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que le iba a suceder, se adelantó y les preguntó:

+"¿A quién buscan?".

C. Le respondieron:

S. "A Jesús, el Nazareno".

C. Él les dijo:

+"Soy Yo".

C. Judas, el que lo entregaba estaba con ellos. Cuando Jesús les dijo: "Soy yo", ellos retrocedieron y cayeron en tierra. Les preguntó nuevamente:

+"¿A quién buscan?".

C. Le dijeron:

S. "A Jesús, el Nazareno".

 

 

C. Desde la casa de Caifás llevaron a Jesús al pretorio. Era de madrugada. Pero ellos no entraron en el pretorio, para no contaminarse y poder así participar en la comida de Pascua. Pilato salió adonde estaban ellos y les preguntó:

S. "¿Qué acusación traen contra este hombre?".

C. Ellos respondieron:

S. "Si no fuera un malhechor, no te lo hubiéramos entregado".

C. Pilato les dijo:

S. "Tómenlo y júzguenlo ustedes mismos, según la ley que tienen".

C. Los judíos le dijeron:

S. "A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie".

C. Así debía cumplirse lo que había dicho Jesús cuando indicó cómo iba a morir. Pilato volvió a entrar en el pretorio, llamó a Jesús y le preguntó:

S. "¿Eres tú el rey de los judíos?".

C. Jesús le respondió:

+"¿Dices esto por ti mismo u otros te lo han dicho de mí?".

C. Pilato replicó:

S. "¿Acaso yo soy judío? Tus compatriotas y los sumos sacerdotes te han puesto en mis manos. ¿Qué es lo que has hecho?".

C. Jesús respondió:

+"Mi realeza no es de este mundo. Si mi realeza fuera de este mundo, los que están a mi servicio habrían combatido para que Yo no fuera entregado a los judíos. Pero mi realeza no es de aquí".

C. Pilato le dijo:

S. "¿Entonces tú eres rey?".

C. Jesús respondió:

+"Tú lo dices: Yo soy rey. Para esto he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. El que es de la verdad, escucha mi voz".

C. Pilato le preguntó:

S. "¿Qué es la verdad?".

C. Al decir esto, salió nuevamente a donde estaban los judíos y les dijo:

S. "Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo. Y ya que ustedes tienen la costumbre de que ponga en libertad a alguien, en ocasión de la Pascua, ¿quieren que suelte al rey de los judíos?".

C. Ellos comenzaron a gritar, diciendo:

S. "¡A él no, a Barrabás!".

C. Barrabás era un bandido.

C. Entonces Pilato tomó a Jesús y lo azotó. Los soldados tejieron una corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza. Lo revistieron con un manto púrpura, y acercándose, le decían:

S. "¡Salud, rey de los judíos!".

C. Y lo abofeteaban. Pilato volvió a salir y les dijo:

S. "Miren, lo traigo afuera para que sepan que no encuentro en él ningún motivo de condena".

C. Jesús salió, llevando la corona de espinas y el manto púrpura. Pilato les dijo:

S. "¡Aquí tienen al hombre!".

C. Cuando los sumos sacerdotes y los guardias lo vieron, gritaron:

S. "¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!".

C. Pilato les dijo:

S. "Tómenlo ustedes y crucifíquenlo. Yo no encuentro en él ningún motivo para condenarlo".

C. Los judíos respondieron:

S. "Nosotros tenemos una Ley, y según esa Ley debe morir porque él pretende ser Hijo de Dios".

C. Al oír estas palabras, Pilato se alarmó más todavía. Volvió a entrar en el pretorio y preguntó a Jesús:

S. "¿De dónde eres tú?".

C. Pero Jesús no le respondió nada. Pilato le dijo:

S. "¿No quieres hablarme? ¿No sabes que tengo autoridad para soltarte y también para crucificarte?".

C. Jesús le respondió:

+"Tú no tendrías sobre mí ninguna autoridad, si esta ocasión no la hubieras recibido de lo alto. Por eso, el que me ha entregado a ti ha cometido un pecado más grave".

C. Desde ese momento, Pilato trataba de ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaban:

S. "Si lo sueltas, no eres amigo del César, porque el que se hace rey se opone al César".

C. Al oír esto, Pilato sacó afuera a Jesús y lo hizo sentar sobre un estrado, en el lugar llamado "el Empedrado", en hebreo, "Gábata". Era el día de la Preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato dijo a los judíos:

S. "Aquí tienen a su rey".

C. Ellos vociferaban:

S. "¡Sácalo! ¡Sácalo! ¡Crucifícalo!".

C. Pilato les dijo:

S. "¿Voy a crucificar a su rey?".

C. Los sumos sacerdotes respondieron:

S. "No tenemos otro rey que el César".

C. Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron.

C. Jesús, cargando sobre sí la cruz, salió de la ciudad para dirigirse al lugar llamado "del Cráneo", en hebreo "Gólgota". Allí lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado y Jesús en el medio. Pilato redactó una inscripción que decía: "Jesús el Nazareno, rey de los judíos", y la colocó sobre la cruz.

Muchos judíos leyeron esta inscripción, porque el lugar donde Jesús fue crucificado quedaba cerca de la ciudad y la inscripción estaba en hebreo, latín y griego. Los sumos sacerdotes de los judíos dijeron a Pilato:

S. "No escribas: 'El rey de los judíos', sino: 'Éste ha dicho: Yo soy el rey de los judíos'".

C. Pilato respondió:

S ."Lo escrito, escrito está".

C. Después que los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestiduras y las dividieron en cuatro partes, una para cada uno. Tomaron también la túnica, y como no tenía costura, porque estaba hecha de una sola pieza de arriba abajo, se dijeron entre sí:

S. "No la rompamos. Vamos a sortearla, para ver a quién le toca".

C. Así se cumplió la Escritura que dice: "Se repartieron mis vestiduras y sortearon mi túnica". Esto fue lo que hicieron los soldados.

C. Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo:

+"Mujer, aquí tienes a tu hijo".

C. Luego dijo al discípulo:

+"Aquí tienes a tu madre".

C. Y desde aquella Hora, el discípulo la recibió como suya.

C. Después, sabiendo que ya todo estaba cumplido, y para que la Escritura se cumpliera hasta el final, Jesús dijo:

+"Tengo sed".

C. Había allí un recipiente lleno de vinagre; empaparon en él una esponja, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Después de beber el vinagre, dijo Jesús:

+"Todo se ha cumplido".

C. E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Palabra del Señor.


Respuesta  Mensaje 4 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 03/04/2010 03:53

LITURGIA DE LA LUZ

Solemne comienzo de la Vigilia llamado Lucernario

BENDICIÓN DEL FUEGO Y PREPARACIÓN DELCIRIO

SALUDO DEL MINISTRO

INTRODUCCIÓN DEL CELEBRANTE

Queridos hermanos: En esta noche santa en la que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita a sus hijos diseminados por todo el mundo a que se reúnan y permanezcan en vela para orar. Si hacemos presente así la Pascua del Señor, escuchando su Palabra y celebrando sus misterios, podemos abrigar la esperanza de compartir su triunfo sobre la muerte y de vivir siempre con él en Dios.

BENDICIÓN DEL FUEGO

Oremos. Señor, Padre nuestro, por medio de tu Hijo que es la luz del mundo, has dado a los hombres la claridad de tu luz. Dígnate bendecir + esta llama que brilla en la noche y enciende en nosotros durante estas fiestas pascuales, un deseo tan grande del cielo, que podamos llegar con un corazón limpio a las fiestas de la eterna luz. Por Jesucristo nuestro Señor.

El sacerdote enciende el cirio, valiéndose del fuego recién bendecido, mientras dice:

La luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu.

PROCESIÓN

En la procesión que iniciamos, Jesucristo nos precede como Luz que guía. Por eso toda nuestra celebración estará presidida por el cirio pascual, símbolo de Cristo Resucitado.

La luz de Cristo.

Y la asamblea contesta:

Demos gracias a Dios.

Todos avanzan hacia el templo totalmente a oscuras, precedidos por el diácono (o el sacerdote) con el cirio pascual. En la puerta de la iglesia, el diácono se detiene y, levantando el cirio, vuelve a cantar:

La luz de Cristo.

Y la asamblea contesta:

Demos gracias a Dios.

Todos encienden sus velas de la llama del cirio pascual, y entran en la iglesia.

Cuando ha llegado frente al, altar, el diácono se vuelve hacia la asamblea, y levantando de nuevo el cirio, canta por tercera vez:

La luz de Cristo.

Y asamblea contesta:

Demos gracias a Dios.

Se encienden entonces todas las luces en la iglesia, excepto los cirios del altar, y se da inicio al pregón pascual.

LITURGIA DE LA PALABRA

En esta Vigilia, madre de todas las Vigilias, se proponen nueve lecturas: siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo (epístola y evangelio).

Antes de comenzar las lecturas, el sacerdote se dirige al pueblo con estas palabras u otras semejantes:

Hermanos: Después de comenzar solemnemente esta Vigilia, escuchemos con atención la Palabra de Dios que nos relata cómo el Señor salvó a su pueblo en el transcurso de su historia y finalmente envió a su Hijo para redimirnos. Oremos para que nuestro Dios lleve a su plenitud la redención obrada por el misterio pascual.

PRIMERA LECTURA Gén 1, 1-2, 2

Del libro del Génesis.

Al principio, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas. Entonces Dios dijo: "Que exista la luz". Y la luz existió. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el primer día. Dios dijo: "Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas". Y así sucedió. Dios hizo el firmamento, y éste separó las aguas que están debajo de él, de las que están encima de él; y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el segundo día. Dios dijo: "Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme". Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces dijo: "Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla, y árboles frutales que den sobre la tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro". Y así sucedió. La tierra hizo brotar vegetales, hierba que da semilla según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el tercer día. Dios dijo: "Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años, y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra". Y así sucedió. Dios hizo los dos grandes astros -el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche- y también hizo las estrellas. Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para presidir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el cuarto día. Dios dijo: "Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo". Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces los bendijo, diciendo: "Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra". Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el quinto día. Dios dijo: "Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie". Y así sucedió. Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno. Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo". Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra". Y continuó diciendo: "Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde". Y así sucedió. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: éste fue el sexto día. Así fueron terminados el cielo y la tierra, y todos los seres que hay en ellos. El séptimo día, Dios concluyó la obra que había hecho, y cesó de hacer la obra que había emprendido.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

La creación del mundo descubierta, revela al Creador. De ese descubrimiento surge el relato de la creación, en el que la palabra poderosa de Dios es proclamada en la raíz del cosmos y del hombre. Visto desde el Creador; el mundo es todo bueno.

SALMO Sal 103, 1-2a.5-6.10.12-14ab.24.35

R. Señor, envía tu Espíritu y renueva toda la tierra.

Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad y te envuelves con un manto de luz. R.

Afirmaste la tierra sobre sus cimientos: ¡no se moverá jamás! El océano la cubría como un manto, las aguas tapaban las montañas. R.

Haces brotar fuentes en los valles, y corren sus aguas por las quebradas. Las aves del cielo habitan junto a ellas y hacen oír su canto entre las ramas. R.

Desde lo alto riegas las montañas, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. Haces brotar la hierba para el ganado y las plantas que el hombre cultiva. R.

¡Qué variadas son tus obras, Señor! ¡Todo lo hiciste con sabiduría, la tierra está llena de tus criaturas! ¡Bendice al Señor, alma mía! R.

ORACIÓN

Oremos: Padre eterno y todopoderoso, que actúas siempre con admirable sabiduría; concede a los hombres que has redimido comprender que la creación al principio del mundo no tiene mayor dignidad que el sacrificio de Cristo, nuestra Pascua, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

SEGUNDA LECTURA Gén 22, 1-18

Del libro del Génesis.

Dios puso a prueba a Abraham. "¡Abraham!", le dijo. Él respondió: "Aquí estoy". Entonces Dios le siguió diciendo: "Toma a tu hijo único, el que tanto amas, a Isaac; ve a la región de Moria, y ofrécelo en holocausto sobre la montaña que Yo te indicaré". A la madrugada del día siguiente, Abraham ensilló su asno, tomó consigo a dos de sus servidores y a su hijo Isaac, y después de cortar la leña para el holocausto, se dirigió hacia el lugar que Dios le había indicado. Al tercer día, alzando los ojos, divisó el lugar desde lejos, y dijo a sus servidores: "Quédense aquí con el asno, mientras yo y el muchacho seguimos adelante. Daremos culto a Dios, y después volveremos a reunirnos con ustedes". Abraham recogió la leña para el holocausto y la cargó sobre su hijo Isaac; él, por su parte, tomó en sus manos el fuego y el cuchillo, y siguieron caminando los dos juntos. Isaac rompió el silencio y dijo a su padre Abraham: "¡Padre!". Él respondió: "Sí, hijo mío". "Tenemos el fuego y la leña -continuó Isaac- pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?". "Dios proveerá el cordero para el holocausto", respondió Abraham. Y siguieron caminando los dos juntos. Cuando llegaron al lugar que Dios le había indicado, Abraham erigió un altar, dispuso la leña, ató a su hijo Isaac, y lo puso sobre el altar encima de la leña. Luego extendió su mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo. Pero el Ángel del Señor lo llamó desde el cielo: "¡Abraham, Abraham!". "Aquí estoy", respondió él. Y el Ángel le dijo: "No pongas tu mano sobre el muchacho ni le hagas ningún daño. Ahora sé que temes a Dios, porque no me has negado ni siquiera a tu hijo único". Al levantar la vista, Abraham vio un carnero que tenía los cuernos enredados en una zarza. Entonces fue a tomar el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo. Abraham llamó a ese lugar: "El Señor proveerá", y de allí se origina el siguiente dicho: "En la montaña del Señor se proveerá". Luego el Ángel del Señor llamó por segunda vez a Abraham desde el cielo, y le dijo: "Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: porque has obrado de esa manera y no me has negado a tu hijo único, Yo te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos, y por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, ya que has obedecido mi voz".

Palabra de Dios.

COMENTARIO

El hijo del sacrificio es el que salva a Abrahán. La confianza en que no lo perdería le anima a no retenerlo. Abrahán recobra al hijo multiplicado en un pueblo; en él está Dios que se lo devuelve.

SALMO Sal 15, 5.8-11

R. Protégeme, Dios mío, porque en ti me refugio.

El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡tú decides mi suerte! Tengo siempre presente al Señor: Él está a mi lado, nunca vacilaré. R.

Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.

Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. R.

ORACIÓN

Oremos: Señor, Padre de los creyentes, al derramar la gracia de la adopción has multiplicado sobre toda la tierra los hijos de tu promesa, y por el misterio pascual, has hecho de tu servidor Abraham el padre de todas las naciones, tal como lo habías prometido. Concede a tu Pueblo saber también responder a tu Palabra. Por Jesucristo nuestro Señor.

TERCERA LECTURA Éx 14, 15-15, 1a

Del libro del Éxodo.

El Señor dijo a Moisés: "Ordena a los israelitas que reanuden la marcha. Y tú, con el bastón en alto, extiende tu mano sobre el mar y divídelo en dos, para que puedan cruzarlo a pie. Yo voy a endurecer el corazón de los egipcios, y ellos entrarán en el mar detrás de los israelitas. Así me cubriré de gloria a expensas del Faraón y de su ejército, de sus carros y de sus guerreros. Los egipcios sabrán que soy el Señor, cuando Yo me cubra de gloria a expensas del Faraón, de sus carros y de sus guerreros". El Ángel de Dios, que avanzaba al frente del campamento de Israel, retrocedió hasta colocarse detrás de ellos; y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás, interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel. La nube era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo retroceder el mar con un fuerte viento del este, que sopló toda la noche y transformó el mar en tierra seca. Las aguas se abrieron, y los israelitas entraron a pie en el cauce del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda. Los egipcios los persiguieron, y toda la caballería del Faraón, sus carros y sus guerreros, entraron detrás de ellos en medio del mar. Cuando estaba por despuntar el alba, el Señor observó las tropas egipcias desde la columna de fuego y de nube, y sembró la confusión entre ellos. Además, frenó las ruedas de sus carros de guerra, haciendo que avanzaran con dificultad. Los egipcios exclamaron: "Huyamos de Israel, porque el Señor combate en favor de ellos contra Egipto". El Señor dijo a Moisés: "Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan contra los egipcios, sus carros y sus guerreros". Moisés extendió su mano sobre el mar y, al amanecer, el mar volvió a su cauce. Los egipcios ya habían emprendido la huida, pero se encontraron con las aguas, y el Señor los hundió en el mar. Las aguas envolvieron totalmente a los carros y a los guerreros de todo el ejército del Faraón que habían entrado en medio del mar para perseguir a los israelitas. Ni uno solo se salvó. Los israelitas, en cambio, fueron caminando por el cauce seco del mar, mientras las aguas formaban una muralla, a derecha e izquierda. Aquel día, el Señor salvó a Israel de las manos de los egipcios. Israel vio los cadáveres de los egipcios que yacían a la orilla del mar, y fue testigo de la hazaña que el Señor realizó contra Egipto. El pueblo temió al Señor, y creyó en él y en Moisés, su servidor. Entonces Moisés y los israelitas entonaron este canto en honor del Señor:

Palabra de Dios.


Respuesta  Mensaje 5 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 06/04/2010 13:26

MISA DEL DÍA

I. RITOS INICIALES

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 138, 18. 5-6

He resucitado, y estoy de nuevo contigo. Pusiste tu mano sobre mí; qué admirable es tu sabiduría. Aleluya.

O bien: Lc 24, 34; Cfr. Ap. 1, 6: En verdad resucitó el Señor. Aleluya. A él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

ACTO PENITENCIAL

(Sí se realiza el rito de la bendición y aspersión).

El tiempo Pascual da un lugar relevante al recuerdo de nuestro bautismo. Porque con él nacimos a la vida nueva que nos conquistó Jesucristo. Por eso hoy, en lugar del acto penitencial acostumbrado, seremos rociados y purificados con agua bendita en recuerdo de nuestro bautismo

(Durante la aspersión conviene cantar un canto con sentido bautismal)

Si no se realiza el rito de la aspersión:

— Tú resucitaste lleno de gloria. Señor, ten piedad.

— Tú nos haces pasar de la muerte a la vida. Cristo, ten piedad.

— Tú nos llamas a vivir como resucitados. Señor, ten piedad.

SE DICE GLORIA A DIOS.

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra suplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén. Se dice Gloria

ORACIÓN COLECTA

Dios, que por medio de tu Hijo, vencida la muerte, nos abriste en este día las puertas de la eternidad, concede que quienes celebramos la solemnidad de la Resurrección del Señor, por la acción renovadora de tu Espíritu resucitemos a la luz de una vida nueva.

Por nuestro Señor Jesucristo.

II. LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA Hech 10, 34. 37-43

COMENTARIO

En el relato de los Hechos de los Apóstoles que acabamos de escuchar, el apóstol Pedro nos ofrece una estupenda síntesis del misterio de Jesucristo: ungido por Dios, pasó haciendo el bien, y curando todas las enfermedades y dolencias; lo mataron, pero Dios lo resucitó. Testigo de esto son los Doce, que comieron y bebieron con él. Los que creen en él reciben el perdón de sus pecados.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles.

Pedro, tomando la palabra, dijo: «Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. Él pasó haciendo el bien y sanando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él. Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos lo mataron, suspendiéndolo de un patíbulo.

Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él, después de su resurrección.

Y nos envió a predicar al pueblo, y a atestiguar que él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre.

Palabra de Dios.

SALMO Sal 117, 1-2. 16-17. 22-23

R. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él.

O bien: Aleluya, aleluya, aleluya.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! R.

La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas. No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor. R.

La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. R.

SEGUNDA LECTURA Col 3, 1-4

COMENTARIO

Jesucristo resucitado ya vive “los bienes del cielo”. El Bautismo hace al cristiano participar de la vida gloriosa del Señor resucitado. Pablo nos exhorta a mostrar con obras concretas una vida renovada y distinta. Bautizados en Cristo, hombres y mujeres nuevos, tenemos el don de Dios para vivir esa vida de resucitados ya ahora, en la alegría del amor y creando cada día más lazos de comunión.

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Colosas.

Hermanos: Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifieste Cristo, que es la vida de ustedes, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria.

Palabra de Dios.

O bien: 1Cor 5, 6-8

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto. Hermanos: ¿No saben que “un poco de levadura hace fermentar toda la masa”? Despójense de la vieja levadura, para ser una nueva masa, ya que ustedes mismos son como el pan sin levadura. Porque Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua, no con la vieja levadura de la malicia y la perversidad, sino con los panes sin levadura de la pureza y la verdad.

Palabra de Dios.

SECUENCIA

Cristianos, ofrezcamos al Cordero pascual, nuestro sacrificio de alabanza.

El Cordero ha redimido a las ovejas: Cristo, el inocente, reconcilió a los pecadores con el Padre. La muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable: el Rey de la vida estuvo muerto, y ahora vive. Dinos, María Magdalena, ¿qué viste en el camino? He visto el sepulcro del Cristo viviente y la gloria del Señor resucitado.

He visto a los ángeles, testigos del milagro, he visto el sudario y las vestiduras. Ha resucitado Cristo, mi esperanza, y precederá a los discípulos en Galilea. Sabemos que Cristo resucitó realmente; tú, Rey victorioso, ten piedad de nosotros.

ALELUYA 1Cor 5, 7b-8a

Aleluya. Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado. Celebremos, entonces, nuestra Pascua. Aleluya.

EVANGELIO Jn 20, 1-9

COMENTARIO

“Se han llevado al Señor y no sabemos donde lo han puesto”. Es el anuncio de María Magdalena que reciben Pedro y Juan. Éstos corren hasta el sepulcro y constatan los hechos. No se trata de un robo, sino de un signo que habla de la resurrección del Maestro. Entonces Pedro y Juan se abren a la fe. Pero esta fe necesita aún ser profundizada: han de revivir toda la esperanza mesiánica a la luz de la cruz para comprender por qué, “según las escrituras “, Jesús debía “resucitar de entre los muertos”. Por eso los apóstoles y principalmente Pedro, el primero que entra en la tumba vacía, serán los primeros testigos de la fe en la Resurrección.

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: “Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto”.

Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.

Palabra del Señor.

Donde se celebre Misa vespertina, también puede leerse el evangelio Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas. Lc 24, 13-35

EL CREDO

Creo en Dios Padre todopoderoso. Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor; que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen; padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado; descendió a los infiernos; al tercer día resucitó de entre los muertos; subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso; desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne, y la vida eterna. Amén.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada intención, pedimos: Ayúdanos a mostrar la alegría pascual.

·       Para que la Iglesia sea luz y salvación de todos los puebios. Oremos.

·       Para que los pueblos sumergidos en las tinieblas de la miseria y la opresión, reciban la luz y la fuerza de Cristo

·       Resucitado. Oremos.

·       Para que todos los que sin sentirse cristianos trabajan por un mundo mejor encuentren la luz y fortaleza de Jesús Oremos.

·       Para que los que sufren encuentren en Cristo resucitado la esperanza para seguir luchando. Oremos.

·       Para que todos nosotros honremos esta Pascua dando testimonio de una vida nueva. Oremos.

(Añadir y/o sustituir intenciones dando lugar a otras que refiejen las necesidades del momento y/o de la comunidad).

III. LITURGIA EUCARÍSTICA

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, colmados de gozo pascual, te ofrecemos este sacrificio por el que tu Iglesia admirablemente renace y se alimenta. Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO PASCUAL I.

Cuando se utiliza el Canon Romano, se dice: «En comunión» y «Acepta, Señor», propios.

RITO DE COMUNIÓN

PADRE NUESTRO

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

LA PAZ

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy”. No tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

CORDERO

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1Cor 5, 7-8

Cristo, nuestra víctima pascual, ha sido inmolado; celebremos, entonces, esta fiesta con los panes ácimos de la pureza y la verdad. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, defiende a tu Iglesia con tu permanente y piadosa protección, para que renovada por los misterios pascuales llegue a la gloria de la resurrección.

Por Jesucristo nuestro Señor.

IV. RITO DE CONCLUSIÓN

ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO

Padre, dirige tu mirada sobre esta familia tuya, por la cual nuestro Señor Jesucristo no dudó en entregarse a las manos de los verdugos y sufrir el suplicio de la cruz. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

BENDICIÓN

Canto final

Al despedir al pueblo, durante toda la octava, hasta el domingo II de Pascua se dice:

V. Pueden ir en paz, aleluya, aleluya.

R. Demos gracias a Dios, aleluya, aleluya. Santo de la Pasión del Señor. Rojo.


Respuesta  Mensaje 6 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 06/04/2010 13:26

ANTÍFONA DE ENTRADA

El Señor resucitó de entre los muertos, según lo había dicho; alegrémonos y regocijémonos todos, porque él reina para siempre, aleluya.

Se dice el Gloria a Dios.

ORACIÓN COLECTA

Padre, que haces crecer a tu Iglesia dándole siempre nuevos hijos, concédenos la gracia de vivir de acuerdo a la fe que recibimos en el bautismo. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Hech 2, 14.22-33

De los Hechos de los Apóstoles.

El día de Pentecostés, Pedro poniéndose de pie con los Once, levantó la voz y dijo: "Hombres de Judea y todos los que habitan en Jerusalén, presten atención, porque voy a explicarles lo que ha sucedido. A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen, a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles. Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera dominio sobre él. En efecto, refiriéndose a él, dijo David: 'Veía sin cesar al Señor delante de mí, porque él está a mi derecha para que yo no vacile. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua canta llena de gozo. También mi cuerpo descansará en la esperanza, porque Tú no entregarás mi alma al Abismo, ni dejarás que tu servidor sufra la corrupción. Tú me has hecho conocer los caminos de la vida y me llenarás de gozo en tu presencia'. Hermanos, permítanme decirles con toda franqueza que el patriarca David murió y fue sepultado, y su tumba se conserva entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como él era profeta, sabía que Dios le había jurado que un descendiente suyo se sentaría en su trono. Por eso previó y anunció la resurrección del Mesías, cuando dijo que 'no fue entregado al Abismo ni su cuerpo sufrió la corrupción'. A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos. Exaltado por el poder de Dios, él recibió del Padre el Espíritu Santo prometido, y lo ha comunicado como ustedes ven y oyen".

Palabra de Dios.

COMENTARIO

Esta primera proclamación de la resurrección de Jesús, se dirige, en primer lugar, a los miembros del pueblo judío. Con el pasar del tiempo se extenderá también a todos los habitantes de la tierra, sean judíos o gentiles. Nuestra fe nace de estos primeros anuncios y se continúa en la historia. Siempre que haya un cristiano anunciando que Jesús murió y resucitó por nuestra salvación, estará unido a esta tradición originaria.

SALMO Sal 15, 1-2a.5.7-11

R. Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti.

Protégeme, Dios mío, porque me refugio en ti. Yo digo al Señor: "Señor, tú eres mi bien". El Señor es la parte de mi herencia y mi cáliz, ¡Tú decides mi suerte! R.

Bendeciré al Señor que me aconseja, ¡hasta de noche me instruye mi conciencia! Tengo siempre presente al Señor: él está a mi lado, nunca vacilaré. R.

Por eso mi corazón se alegra, se regocijan mis entrañas y todo mi ser descansa seguro: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás que tu amigo vea el sepulcro. R.

Me harás conocer el camino de la vida, saciándome de gozo en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. R.

ALELUYA Sal 117, 24

Aleluya. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. Aleluya.

EVANGELIO Mt 28, 8-15

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Las mujeres, que habían ido al sepulcro, después de oír el anuncio del Ángel, se alejaron rápidamente de allí, atemorizadas pero llenas de alegría, y fueron a dar la noticia a los discípulos. De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: "Alégrense". Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él. Y Jesús les dijo: "No te-man; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán". Mientras ellas se alejaban, algunos guardias fueron a la ciudad para contar a los sumos sacerdotes todo lo que había sucedido. Éstos se reunieron con los ancianos y, de común acuerdo, dieron a los soldados una gran cantidad de dinero, con esta consigna: "Digan así: 'Sus discípulos vinieron durante la noche y robaron su cuerpo, mientras dormíamos'. Si el asunto llega a oídos del gobernador, nosotros nos encargaremos de apaciguarlo y de evitarles a ustedes cualquier contratiempo". Ellos recibieron el dinero y cumplieron la consigna.

Esta versión se ha difundido entre los judíos hasta el día de hoy.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Hay quienes, aun habiendo sido testigos de grandes acciones de parte de Dios, no están dispuestos a dar el paso de la fe. Porque no es lo mismo "ver" actuar a Dios que creer en él. Muchos creen sin haber sido testigos de maravillas y portentos. La fe va más allá de las verificaciones científicas. Lo más importante no es saber cómo Cristo resucitó, sino qué significado tiene para la comunidad de sus seguidores y discípulos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, con bondad las ofrendas de tu Pueblo, para que, renovado por la fe y el bautismo, obtenga la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO DE PASCUA, I,

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Rom 6, 9

Cristo, después de resucitar, no muere más, porque la muerte ya no tiene poder sobre él, aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Padre, que la gracia del sacramento pascual se derrame con abundancia en nuestros corazones, de manera que hagas dignos de tus dones a quienes hiciste entrar en el camino de la salvación eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

 


Respuesta  Mensaje 7 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 06/04/2010 13:27

ANTÍFONA DE ENTRADA Cf. Ecli 15, 3-4

El Señor dio de beber a su pueblo el agua de la sabiduría; él es el apoyo de sus hijos y no desfallecerán, él los exaltará para siempre, aleluya.

Se dice Gloria a Dios.

ORACIÓN COLECTA

Padre, que nos renuevas por medio de la celebración pascual; concede a tu Pueblo la gracia de alcanzar la perfecta libertad y de gozar plenamente en el cielo de la alegría que ya ha empezado a gozar en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Hech 2, 36-41

De los Hechos de los Apóstoles.

El día de Pentecostés, Pedro dijo a los judíos: Todo el pueblo de Israel debe reconocer que a ese Jesús que ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías. Al oír estas cosas, todos se conmovieron profundamente, y dijeron a Pedro y a los otros Apóstoles: Hermanos, ¿qué debemos hacer?. Pedro les respondió: Que cada uno de ustedes se convierta y se haga bautizar en el Nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquéllos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar. Y con muchos otros argumentos les daba testimonio y los exhortaba a que se pusieran a salvo de esta generación perversa. Los que recibieron su palabra se hicieron bautizar; y ese día se unieron a ellos alrededor de tres mil.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

Desde los inicios, la predicación cristiana exigió un compromiso. Hoy, el anuncio de Pedro, actúa como catequesis que desemboca en el sacramento del Bautismo después de la confesión de los pecados y la conversión. Por tanto, los que recibieron el bautismo se comprometieron gracias al testimonio de los apóstoles.

SALMO Sal 32, 4-5.18-20.22

R. La tierra está llena del amor del Señor.

La palabra del Señor es recta y él obra siempre con lealtad; él ama la justicia y el derecho, y la tierra está llena de su amor. R.

Los ojos del Señor están fijos sobre sus fieles, sobre los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y sustentarlos en el tiempo de indigencia. R.

Nuestra alma espera en el Señor; él es nuestra ayuda y nuestro escudo. Señor, que tu amor descienda sobre nosotros, conforme a la esperanza que tenemos en ti. R.

ALELUYA Sal 117, 24

Aleluya. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. Aleluya.

EVANGELIO Jn 20, 11-18

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús. Ellos le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras?. María respondió: Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto. Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: Mujer, ¿por qué lloras?

¿A quién buscas?. Ella, pensando que era el cuidador del huerto, le respondió: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo. Jesús le dijo: ¡María!. Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: ¡Raboní!, es decir, ¡Maestro!. Jesús le dijo: No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y Padre de ustedes; a mi Dios y Dios de ustedes'. María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

María Magdalena reconoció al Señor y Maestro resucitado por sus palabras. Este encuentro tan cargado de afecto y emotividad transforma a María, quien en lugar de entristecerse porque el maestro subía al Padre, sale a anunciar la alegría de la resurrección a los otros discípulos. María se convierte así en la apóstol de los apóstoles.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, con bondad las ofrendas de tu familia, para que protegida por ti, no pierda ninguno de tus bienes, y alcance los dones eternos. Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO DE PASCUA

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Col 3, 1-2

Ya que han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo, donde Cristo está sentado a la derecha de Dios; aspiren a los bienes de arriba, aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Escúchanos, Padre todopoderoso, y después de haber concedido a tu familia la gracia del bautismo, prepara nuestros corazones para alcanzar la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.


Respuesta  Mensaje 8 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 10/04/2010 17:18

ANTÍFONA DE ENTRADA Mt 25, 34

Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, aleluya.

Se dice Gloria a Dios.

ORACIÓN COLECTA

Padre, que nos alegras cada año con la resurrección de Jesús; concédenos que la celebración de esta fiesta pascual nos alcance los gozos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Hech 3, 1-10

De los Hechos de los Apóstoles.

En una ocasión, Pedro y Juan subían al Templo para la oración de la tarde. Allí encontraron a un paralítico de nacimiento, que ponían diariamente junto a la puerta del Templo llamada "la Hermosa", para pedir limosna a los que entraban. Cuando él vio a Pedro y a Juan entrar en el Templo, les pidió una limosna. Entonces Pedro, fijando la mirada en él, lo mismo que Juan, le dijo: "Míranos". El hombre los miró fijamente esperando que le dieran algo. Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro, pero te doy lo que tengo: en el Nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y camina". Y tomándolo de la mano derecha, lo levantó; de inmediato, se le fortalecieron los pies y los tobillos. Dando un salto, se puso de pie y comenzó a caminar; y entró con ellos en el Templo, caminando, saltando y glorificando a Dios. Toda la gente lo vio caminar y alabar a Dios. Reconocieron que era el mendigo que pedía limosna sentado a la puerta del Templo llamada "la Hermosa", y quedaron asombrados y llenos de admiración por lo que le había sucedido.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

La curación de un enfermo por Pedro y Juan demuestra cómo, con la Resurrección y Pentecostés, han comenzado los tiempos nuevos; porque los enfermos considerados impuros por la ley, no podían entrar al templo. Ahora este enfermo entra dando gracias.

SALMO Sal 104, 1-4.6-9

R. Alégrense los que buscan al Señor.

¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, hagan conocer entre los pueblos sus proezas; canten al Señor con instrumentos musicales, pregonen todas sus maravillas! R.

¡Gloríense en su santo Nombre, alégrense los que buscan al Señor! ¡Recurran al Señor y a su poder, busquen constantemente su rostro! R.

Descendientes de Abraham, su servidor, hijos de Jacob, su elegido: el Señor es nuestro Dios, en toda la tierra rigen sus decretos. R.

Él se acuerda eternamente de su alianza, de la palabra que dio por mil generaciones, del pacto que selló con Abraham, del juramento que hizo a Isaac. R.

ALELUYA Sal 117, 24

Aleluya. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. Aleluya.

EVANGELIO Lc 24, 13-35

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

El primer día de la semana, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús, situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino, hablaban sobre lo que había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les dijo: "¿Qué comentaban por el camino?". Ellos se detuvieron, con el semblante triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¡Tú eres el único forastero en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!". "¿Qué cosa?", les preguntó. Ellos respondieron: "Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de madrugada al sepulcro y, al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho. Pero a él no lo vieron". Jesús les dijo: "¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?". Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les interpretó en todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante. Pero ellos le insistieron: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba". Él entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y se decían: "¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?". En ese mismo momento, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron reunidos a los once y a los demás que estaban con ellos, y éstos les dijeron: "Es verdad, ¡el Señor ha resucitado y se apareció a Simón!". Ellos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Estos discípulos sencillamente volvían a su casa y a su trabajo, después de que habían perdido las esperanzas. Pero se acostumbró llamarlos "los peregrinos de Emaús". Peregrino fue, el pueblo de Israel, porque nunca tuvo la posibilidad de detenerse en su marcha.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, con bondad, el sacrificio de la redención y realiza en nosotros la salvación del alma y del cuerpo. Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO DE PASCUA, I,

ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 24, 35

Los discípulos reconocieron al Señor Jesús al partir el pan, aleluya.

ORACIÓN DEPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que el sacramento de tu Hijo nos rejuvenezca espiritualmente y nos transforme en nueva criatura. Por Jesucristo nuestro Señor.


Respuesta  Mensaje 9 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 10/04/2010 17:19

ANTÍFONA DE ENTRADA Sab 10, 20-21

Todos celebramos tu mano victoriosa, Señor, porque tu sabiduría hizo hablar a los mudos y dio elocuencia a los pequeños, aleluya.

Se dice el Gloria a Dios.

ORACIÓN COLECTA

Padre, que congregas a los pueblos más diversos en la misma confesión de tu Nombre, concede a los que han renacido en el bautismo que vivan unidos en la fe y en el amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Hech 3, 11-26

De los Hechos de los Apóstoles.

Como el paralítico que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan, todo el pueblo, lleno de asombro, corrió hacia ellos, que estaban en el pórtico de Salomón. Al ver esto, Pedro dijo al pueblo: "Israelitas, ¿de qué se asombran? ¿Por qué nos miran así, como si fuera por nuestro poder o por nuestra santidad, que hemos hecho caminar a este hombre? El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, el Dios de nuestros padres, glorificó a su servidor Jesús, a quien ustedes entregaron, renegando de él delante de Pilato, cuando éste había resuelto ponerlo en libertad. Ustedes renegaron del Santo y del Justo, y pidiendo como una gracia la liberación de un homicida, mataron al autor de la vida. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos, de lo cual nosotros somos testigos. Por haber creído en su Nombre, ese mismo Nombre ha devuelto la fuerza al que ustedes ven y conocen. Esta fe que proviene de él, es la que lo ha sanado completamente, como ustedes pueden comprobar. Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes obraron por ignorancia, lo mismo que sus jefes. Pero así, Dios cumplió lo que había anunciado por medio de todos los profetas: que su Mesías debía padecer. Por lo tanto, hagan penitencia y conviértanse, para que sus pecados sean perdonados. Así el Señor les concederá el tiempo del consuelo y enviará a Jesús, el Mesías destinado para ustedes. Él debe permanecer en el cielo hasta el momento de la restauración universal, que Dios anunció antiguamente por medio de sus santos profetas. Moisés, en efecto, dijo: 'El Señor Dios suscitará para ustedes, de entre sus hermanos, un profeta semejante a mí, y ustedes obedecerán a todo lo que él les diga. El que no escuche a ese profeta será excluido del pueblo'. Y todos los profetas que han hablado a partir de Samuel, anunciaron también estos días. Ustedes son los herederos de los profetas y de la Alianza que Dios hizo con sus antepasados, cuando dijo a Abraham: 'En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra. Ante todo para ustedes Dios resucitó a su Servidor, y lo envió para bendecirlos y para que cada uno se aparte de sus iniquidades'.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

El milagro es obra del nombre de Jesús, es decir, del poder de Jesús que recibió del Padre en el momento de su resurrección. Jesús había estado en medio de nosotros como el "servidor de Dios", pero ahora hablar de su nombre es una manera de afirmar su divinidad.

SALMO Sal 8, 2a.5-9

R. ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!

Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado: ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y esplendor; le diste dominio sobre la obra de tus manos, todo lo pusiste bajo sus pies. R.

Todos los rebaños y ganados, y hasta los animales salvajes;

las aves del cielo, los peces del mar y cuanto surca los senderos de las aguas. R.

ALELUYA Sal 117, 24

Aleluya. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. Aleluya.

EVANGELIO Lc 24, 35-48

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.

Los discípulos, que retornaron de Emaús a Jerusalén, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con ustedes". Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: "¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo". Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: "¿Tienen aquí algo para comer?". Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos. Después les dijo: "Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos". Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto".

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Desde el día de su resurrección Jesús había renacido a la vida gloriosa, pero quiso encontrar a sus discípulos en varias oportunidades, para convencerles de que su nueva condición, no era una vida disminuida, algo fantasmal, sino la entrada definitiva a la plenitud de la vida.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Recibe, Padre, con bondad este sacrificio que te ofrecemos para darte gracias por los nuevos bautizados e implorar tu protección sobre ellos. Por Jesucristo nuestro Señor.

PREFACIO DE PASCUA

ANTÍFONA DE COMUNIÓN 1 Ped 2, 9

Ustedes son un pueblo adquirido por Dios para anunciar la grandeza de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable, aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te rogamos, Padre, que el intercambio sagrado con que fuimos redimidos, nos sirva de protección en esta vida y nos alcance la felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

Respuesta  Mensaje 10 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 10/04/2010 17:19

Gloria. Prefacio pascual I.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 77, 53

El Señor hizo salir de Egipto a su pueblo y lo llevó por un camino seguro; el mar sepultó a sus enemigos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, que estableciste el misterio pascual como alianza de la humana reconciliación, concédenos manifestar en nuestras obras lo que celebramos en la fe.

Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Hech 4, 1-12

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

Mientras los Apóstoles hablaban al pueblo, se presentaron ante ellos los sacerdotes, el jefe de los guardias del Templo y los saduceos, irritados de que predicaran y anunciaran al pueblo la resurrección de los muertos cumplida en la persona de Jesús. Éstos detuvieron a los Apóstoles y los encarcelaron hasta el día siguiente, porque ya era tarde. Muchos de los que habían escuchado la Palabra abrazaron la fe, y así el número de creyentes, contando sólo los hombres, se elevó a unos cinco mil. Al día siguiente, se reunieron en Jerusalén los jefes de los judíos, los ancianos y los escribas, con Anás, el Sumo Sacerdote, Caifás, Juan, Alejandro y todos los miembros de las familias de los sumos sacerdotes. Hicieron comparecer a los Apóstoles y los interrogaron: «¿Con qué poder o en nombre de quién ustedes hicieron eso?». Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: «Jefes del pueblo y ancianos, ya que hoy se nos pide cuenta del bien que hicimos a un enfermo y de cómo fue sanado, sepan ustedes y todo el pueblo de Israel: este hombre está aquí sano delante de ustedes por el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, al que ustedes crucificaron y Dios resucitó de entre los muertos. Él es la piedra que ustedes, los constructores, han rechazado, y ha llegado a ser la piedra angular. Porque en ningún otro existe la salvación, ni hay bajo el cielo otro Nombre dado a los hombres, por el cual podamos salvarnos».

Palabra de Dios.

COMENTARIO

La curación del paralítico y la predicación sobre Jesús lleva a los apóstoles a tener que comparecer ante las autoridades. La vida cristiana conlleva riesgos. En tanto que obramos como cristianos, predicamos lo que hacemos y hacemos lo que predicamos, encontraremos dificultades, adversidades y hasta persecuciones.

SALMO Sal 117, 1-2. 4. 22-27

R. ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor!

O bien: Aleluya.

Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! Que lo digan los que temen al Señor: ¡es eterno su amor! R.

La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en él. R.

Sálvanos, Señor, asegúranos la prosperidad. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Nosotros los bendecimos desde la Casa del Señor: el Señor es Dios, y él nos ilumina. R.

ALELUYA Sal 117, 24

Aleluya. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él. Aleluya.

EVANGELIO Jn 21, 1-14

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.

Jesús se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar». Ellos le respondieron: «Vamos también nosotros». Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada. Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era él. Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo para comer?». Ellos respondieron: «No». Él les dijo: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán». Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla. El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: «¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua. Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla. Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan. Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar». Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo: «Vengan a comer». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres?», porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

Los discípulos retoman sus trabajos originales: van a pescar. El sentimiento de desilusión y abandono habría sido muy fuerte. Sin embargo, en la orilla, el Señor se presenta de un modo misterioso. Es el resucitado, pero no es fácil reconocerlo. No hay ningún criterio humano para identificar a Jesús resucitado, salvo el amor y la intuición del discípulo amado.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, por tu bondad afianza en nosotros la participación en los dones pascuales, para que, de las pasiones terrenas, nos elevemos a los deseos del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio de Pascua I.

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en esta noche en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado.

Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.

Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA Cfr. Jn 21, 12-13

Dijo Jesús a sus discípulos: «Vengan a comer». Y tomó el pan y se lo dio. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, protege con amor incansable a quienes has salvado, para que quienes hemos sido redimidos por la Pasión de tu Hijo, nos alegremos con su gloriosa Resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.


Respuesta  Mensaje 11 de 11 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 10/04/2010 17:20

Gloria. Prefacio pascual I.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 104, 43

El Señor hizo salir a su pueblo con alegría, y a sus elegidos, entre cantos de triunfo. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA

Dios, que con la abundancia de tu gracia acrecientas el número de los pueblos que creen en ti, mira con bondad a tus elegidos, y reviste de feliz inmortalidad a los que han renacido por el bautismo. Por nuestro Señor Jesucristo.

LECTURA Hech 4, 13-21

Lectura de los Hechos de los apóstoles.

Los miembros del Sanedrín estaban asombrados de la seguridad con que Pedro y Juan hablaban, a pesar de ser personas poco instruidas y sin cultura. Reconocieron que eran los que habían acompañado a Jesús, pero no podían replicarles nada, porque el hombre que había sido sanado estaba de pie, al lado de ellos. Entonces les ordenaron salir del Sanedrín y comenzaron a deliberar, diciendo: “¿Qué haremos con estos hombres? Porque no podemos negar que han realizado un signo bien patente, que es notorio para todos los habitantes de Jerusalén. A fin de evitar que la cosa se divulgue más entre el pueblo, debemos amenazarlos, para que de ahora en adelante no hablen de ese Nombre”. Los llamaron y les prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra o enseñaran en el Nombre de Jesús. Pedro y Juan les respondieron: “Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les obedezcamos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído”. Después de amenazarlos nuevamente, los dejaron en libertad, ya que no sabían cómo castigarlos, por temor al pueblo que alababa a Dios al ver lo que había sucedido.

Palabra de Dios.

COMENTARIO

El interrogatorio no debe haber sido para nada cortés ni diplomático. Los apóstoles tuvieron que soportar la humillación y la prepotencia de quienes pensaban que tenían que ocultar aquello que les pudiera hacer perder influencia sobre el pueblo. A pesar de su poca instrucción, ellos supieron exponer su causa, porque no se trata de saber hablar, sino de decir lo que hay que decir. Ellos estaban convencidos de que Jesús es el Salvador. No debemos preocuparnos por no tener instrucción para predicar, sino de saber cuál es el fundamento de nuestra fe.

SALMO Sal 117, 1. 14-16. 18-21

R. Te doy gracias, Señor, porque me escuchaste.

O bien: Aleluya.

¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! El Señor es mi fuerza y mi protección; él fue mi salvación. Un grito de alegría y de victoria resuena en las carpas de los justos. R.

“La mano del Señor hace proezas, la mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas”. El Señor me castigó duramente, pero no me entregó a la muerte. R.

“Abran las puertas de la justicia y entraré para dar gracias al Señor”. “Ésta es la puerta del Señor: sólo los justos entran por ella”. Yo te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. R.

ALELUYA Sal 117, 24

Aleluya. Éste es el día que hizo el Señor: alegrémonos y regocijémonos en Él. Aleluya.

EVANGELIO Mc 16, 9-15

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.

Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios. Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado. Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron. En seguida, se apareció a los once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado. Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación”.

Palabra del Señor.

COMENTARIO

El texto que leemos hoy es un resumen de las apariciones de Jesús resucitado. Se trata de varios relatos que están dispersos en los evangelios de Lucas y de Mateo y que aquí terminan con un mandato de Jesús de predicar en todo el mundo. Nuestra predicación de hoy, también tiene su origen en aquel ¡primer día de la semana! y en este mandato eclesial.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, concédenos alegrarnos siempre por estos misterios pascuales, para que la perenne actualización de nuestra redención, sea para nosotros causa de felicidad eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.

Prefacio de Pascua I.

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en esta noche en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado.

Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.

Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA Gál 3, 27

Todos los que han sido bautizados en Cristo están revestidos de Cristo. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, mira con bondad a tu pueblo, y ya que has querido renovarlo con los sacramentos de la Vida eterna, concédele alcanzar la gloria de la incorruptible resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

 



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