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Respuesta  Mensaje 1 de 32 en el tema 
De: LUNASOL  (Mensaje original) Enviado: 03/03/2010 09:39

Enviado: 28/06/2009 21:20

 

El encuentro con la palabra de Dios nos lleva a reflexionar

sobre nuestra mision , comportamiento y fe,  aqui dejare unas reflexiones

sobre  ella, el estar cerca de el, el hacerlo dueno de nuestra alma

el que haya dejado a su hijo derramar su sangre , por nosotros

nos hace perdonar nuestras faltas

Espero , la conversion real autentica en la gracia de Dios

gracias mis gaviotas

 

 



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Respuesta  Mensaje 18 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/03/2010 11:59

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

“Mi Padre trabaja siempre, y Yo también trabajo”

Jn 5, 17-30

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      “PARA QUE TODOS HONREN AL HIJO COMO HONRAN AL PADRE”.

Este fragmento del evangelio, es un discurso de Jesús, es un cuadro maravilloso en el que El se muestra como Dios. “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre”. Así es, como en este Evangelio, Jesús, va a destacar importantes enseñanzas. Para valorar bien las expresiones de este discurso hay que tener en cuenta que San Juan no disocia en Jesús, en su evangelio, el hombre del Verbo; para él, Jesús es siempre el Verbo encarnado; y, además, entendiendo así el discurso de Jesús, en el que habla como Verbo encarnado, se logra una perfecta unidad y homogeneidad de interpretación en todo el Evangelio. San Juan nos dice que Jesús “respondió” a los fariseos, a la acusación que le hacían, no tanto de quebrantar el sábado cuanto de hacerse Dios.

2.      “BUSCABAN CON MÁS AHÍNCO MATARLE.”

“Para que todos honren al Hijo como honran al Padre”. Este es el tema central, al que convergen los demás elementos que Jesús utiliza como argumentos que respaldad su tesis. En el contexto se ve que esta honra que exige como la del Padre, es el honor que se le debe como a Hijo de Dios encarnado, como a Dios que es. Por eso, de estos argumentos que hace ahora Jesús, y ya ha hecho en otras ocasiones, inquietaba a la mentalidad judía. “Por esto los judíos buscaban con más anhelo matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que decía que Dios es su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios”

En el monoteísmo cerrado del judaísmo no cabía una dualidad de personas en el seno de la divinidad. Al hacerse “igual” a Dios, es que se decía otro Dios. Esta confesión era para ellos blasfemia. Y por eso, conforme a la Ley, “buscaban con más ahínco matarle.”

3.      “MI PADRE TRABAJA SIEMPRE, Y YO TAMBIÉN TRABAJO”.

Jesús dijo a los judíos: “Mi Padre trabaja siempre, y yo también trabajo”. La respuesta de Jesús, contra la acusación que le hacían los judíos, que trabajaba en “sábado,” no porque fuese contra la Ley, sino contra su casuística, Jesús responde con un argumento que tenía que ser decisivo en aquel ambiente.

Como ya sabemos, el reposo sabático estaba establecido en la Ley tomando su imitación del esquema creador en el relato del Génesis, en el que Dios descansa el séptimo día (Gen 2.2.3). Pero este “descanso” creador de Dios era el asunto que preocupaba a la teología rabínica, la que no se salía de su materialismo literario, el que no les permitía ver muchas cosas con claridad. Porque una cosa es el relato de la creación y otro el sentido doctrinal. En efecto, Dios descansó el séptimo día de trabajar en las cosas del mundo, pero no cesó de ocuparse de los que no tienen piedad ni compasión, y los justos, pues a unos muestra el castigo y a otros el premio.

4.      LO QUE HACE EL PADRE, LO HACE IGUALMENTE EL HIJO.

La actividad, como principio de todas las cosas, por naturaleza siempre esta en acción, no inactiva. Jesús argumenta, para justificar su actividad, que no hace más que hacer lo que su Padre. Claro que podría decirse que una cosa es que Dios pueda obrar, y otra que el hombre no pueda obrar igual. Pero precisamente esta igualdad en que Jesús se pone en línea de la actividad con su Padre, es ponerse en el mismo espacio o ámbito de la divinidad. Es la conclusión que van a sacar los judíos, por lo que querrán matarle.

En efecto, Jesús no sólo dice que, porque el Padre trabaja, El toma un ejemplo de justificación moral para trabajar en sábado, sino que dice más. El “no hace nada por sí mismo,” sino que hace, precisamente, “lo que ve hacer al Padre,” hasta tal punto que lo que hace el Padre, “lo hace igualmente el Hijo.” Se trata de las obras del Verbo encarnado. No significa que Jesús copie o imite las obras que el Padre le da a hacer, sino que en este obrar suyo, así como el Padre tiene, como Dios que es, el derecho indiscutible de obrar como le plazca, igualmente el Hijo tiene este derecho de obrar. Con ello Jesús, al proclamar el mismo derecho del Padre, está proclamando la dignidad de su naturaleza, Hijo de Dios.

5.      PORQUE EL PADRE AMA AL HIJO Y LE MUESTRA TODO LO QUE HACE

El “amor” del Padre al Hijo encarnado es lo que le hace al Padre tener la iniciativa en “mostrarle todo lo que El (Padre) hace”. Por eso, no sólo le “muestra todo lo que hace,” sino que le “mostrará aún mayores obras que éstas” en el futuro de su vida mesiánica. El término de comparación que aquí se toma es el milagro de la curación de la piscina Probática, lo mismo que los otros milagros que había hecho. Mayores que éstos serán nuevos milagros que relatan los otros Evangelios y San Juan, tal la multiplicación de los panes y el caminar sobre el mar, la curación de un ciego de nacimiento y que van a terminar en la resurrección de Lázaro.

Porque el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace y “mostrará” dice Jesús, no se refiere a un conocimiento aprendido por estudio, sino por que El por su ciencia sobrenatural, tiene un conocimiento perfecto de todo. Este “mostrar” se refiere a las obras que va a hacerle realizar, que el Padre va a realizar por medio de Jesús. “Para que ustedes queden maravillados”, es decir, obras externas las que el Padre le “mostrará a Jesús.”

6.      OBRA COMO OBRA EL PADRE.

El pensamiento es, pues, el siguiente: Jesús — él mismo — obra como obra el Padre. Pero, además, lo hace en plena dependencia de El, hasta tal punto que todas las obras maravillosas — milagrosas — que El realiza se las “muestra” el Padre al realizarlas el Padre por medio de El. El Padre tiene la iniciativa; pero los dos realizan la misma obra. Tienen unidad de acción en ella. Pronto argumentará en este discurso el milagro como garantía y testificación del Padre a su favor Con esa unidad de actividad con el Padre, ¿quien podrá argüirle que quebranta el sábado? Pero ¿quien podría dejar de deducir que “decía a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios?”

Una segunda enseñanza de Jesús con motivo de probar su unión con el Padre, es el poder que el Padre le comunicó de resucitar todo tipo de muertos: “Así como el Padre resucita a los muertos, y les da vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere”

7.      ASÍ COMO EL PADRE RESUCITA A LOS MUERTOS Y LES DA VIDA, DEL MISMO MODO EL HIJO DA VIDA AL QUE ÉL QUIERE.

El poder de resucitar es un poder que el Antiguo Testamento que es exclusivo de Dios. Lo mismo se proclama en los escritos rabínicos. Si algún profeta resucitaba muertos, era algo excepcional y carismático que Dios le concedía, y que él ejecutaba en nombre de Dios. Pero Jesús aquí reivindica para sí mismo este poder de vida y muerte, en igualdad con el Padre. No es ello otra cosa que proclamar Jesús, por este capítulo, su divinidad. Además, Jesús tiene autoridad de resucitar espíritus, entonces les dice: “Ha llegado, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios”, y les agrega; “y los que la oigan, vivirán” Pues así como el Padre tiene la vida en sí mismo, así dio también al Hijo tener vida en sí mismo.”

Jesús da la razón de cómo puede causar esta resurrección espiritual en las almas: porque el Padre “le dio el tener vida en sí mismo.” Ante la muerte espiritual, Jesús les da la vida, que él tiene, y así resucitan. Pero además, Jesus dice; “No se asombren: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien, resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para el juicio.

8.      “LOS MUERTOS OIRÁN LA VOZ DEL HIJO DE DIOS; Y LOS QUE LA OIGAN, VIVIRÁN

Dice Jesús: “Los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán” Porque aquí su voz es su predicación, su enseñanza, el misterio de fe que trae del Padre. Y las palabras de Jesús “son espíritu y vida”. Por eso, los que las “oigan,” es decir, los que las abracen y crean, “vivirán”; los que, por estar muertos a El, resucitarán en el espíritu y por la fe al hacerse hijos de Dios.

Este poder de Jesús se extiende también a la resurrección de los cuerpos, ya que ahora se consideran los muertos que “están en las tumbas” Tal es el poder de Dios sobre toda vida, como lo presenta el Antiguo Testamento. Jesús, por este poder que tiene “como el Padre, que resucita los muertos”, proclama su divinidad, ya que esto es atributo de Dios.

Esta resurrección universal se refiere al juicio final. Jesús en la parusía resucitará a todos. Jesús enseña que su poder sobre la muerte corporal se extenderá a todos. Pero, al resucitarlos, va a actuar como juez. De ahí el destino que asigna a unos y a otros. Para unos será resurrección para la “vida” eterna; para los otros será una resurrección para “la condenación”.

9.      JESÚS SE PRESENTA COMO DIOS

Así, Jesús se presenta como Dios a un tiempo por su poder de “vivificar” los muertos y por su poder judicial sobre la humanidad.

El Padre... ha entregado al Hijo todo el poder de juzgar”. En esta enseñanza de Jesús se muestra su divinidad: el poder judicial que tiene sobre toda la humanidad. Al hablar Jesús de su poder de resucitar los cuerpos, expone por evocación la hora del juicio final de la humanidad. Producida por El la resurrección, la humanidad experimentará un juicio universal y solemne. Y en ese juicio. El es el juez.

Dice Jesus: Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo, y mi juicio es justo, porque lo que yo busco no es hacer mi voluntad, sino la de Aquel que me envió”. Había dicho ya que; “Porque el Padre no juzga a nadie”. Y aún añade la razón de esto: “Él ha puesto todo juicio en manos de su Hijo”. Esto es ya un índice más de que no se trata de la acción de la divinidad del Verbo, sino de este encarnado. Porque, si el Padre no “juzga,” tampoco juzgará el Verbo como tal, ya que su acción divina es idéntica. Jesús no sólo tiene el poder judicial, sino que es El, en cuanto Verbo encarnado, el que además lo ejerce.

10.  JESÚS, COMO DIOS-HOMBRE

Jesús, como Dios-Hombre, va a ejercer inmediatamente el juicio sobre la humanidad y pronunciar la sentencia irrevocable. Pero en toda esta obra judicial no es ajeno a la iniciativa del Padre, de la divinidad. Su plena unión con El se continúa en toda su obra mesiánica. El mismo dice: “Yo juzgo de acuerdo con lo que oigo”. Por eso, en este juicio y sentencia, la humanidad de Jesús sigue la acción, el juicio y los designios del Padre, puesto que dice en este pasaje: “no es hacer mi voluntad, sino la de Aquel que me envió”. Y de aquí el que proclame El también la infalibilidad de su juicio: “Y mi juicio es justo”

Este discurso de Jesús es un cuadro maravilloso en el que El se muestra como Dios. “Para que todos honren al Hijo como honran al Padre”. Siendo Jesús Dios, proclamándose tal por un procedimiento de equiparación al Padre, Jesús concluye, diciendo: “Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en Aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna”

Jesús, ha venido al mundo, para que tengamos vida, la vida de Dios en nosotros, la vida eterna que ya comienza en el tiempo con la vida de la gracia.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTORAL

 

SAN PATRICIO  385-461

San Patricio es el apóstol de Irlanda. En cualquier punto del universo en que se instalen comunidades irlandesas - desde los Estados Unidos de América a Australia - llevan consigo el culto de San Patricio.

No era irlandés de origen y debió de nacer de padres cristianos en la costa noroeste de la Inglaterra romanizada hacia el 385,  pero hacia los dieciséis años cayó en manos de unos piratas y vivió como esclavo en Irlanda, posiblemente haciendo de pastor hasta que una noche huye y se embarca hacia Francia.

Se hace religioso y se forma junto a los obispos San Amador y San Germán de Auxerre. Convive la soledad de los monjes, en la isla de Lerins; y el apostolado de la lglesia, junto a San Juan de Letrán. en Roma.

Es ordenado sacerdote, y el papa Celestino I, después de ser consagrado obispo, le encarga la evangelización de Irlanda. Llega a Inglaterra con San Gregorio y parte para Irlanda. En sus sueños, creía ver a los hijos de los paganos irlandeses extendiendo a él sus brazos y diciendo con voz angustiosa: "Ven a nosotros, discípulo de Cristo, a traernos la salvación".

De regreso a Irlanda como obispo misionero  decidido a consagrar su vida a la evangelización de la isla, toda vez que la fe cristiana aún no había penetrado en las distintas tribus del país. Se empleó con ardor en dar a conocer a Cristo, adaptándose a las condiciones sociales y políticas de los celtas. Puso en ello, sobre todo la fe de un hombre cuya oración constante y cuyas austeridades llamaron la atención del pueblo.

Por eso es el apóstol nacional, Hibernorum Apostolus, el santo que triunfa sobre las artes mágicas de los druidas, expulsa de Irlanda las serpientes venenosas, símbolo del paganismo, y establece su sede episcopal en Armagh.

Desde entonces su nombre será sinónimo de irlandés y se le dedicará no sólo la catedral (hoy protestante) de Dublín, sino también - por la gran afluencia de emigrantes de la isla - la catedral católica de Nueva York.

Así como en España Santiago es un apóstol belicoso, en Irlanda san Patricio es un misionero que tiene poder en el ultramundo, y se supone que volverá el día del Juicio Final para juzgar al lado de Jesucristo a los irlandeses. Se le invoca también para abreviar las penas del Purgatorio, y leyendas posteriores explotaron literariamente ese aspecto misterioso y poético tan del gusto de la tradición celta.

Enseña la oración a través de fórmulas prácticas, como la que se llamará "coraza de San Patricio". «Cristo escúdame este día: Cristo esté conmigo, Cristo ante mí, Cristo tras de mí, Cristo en mí, Cristo bajo mí», la oración dice luego: «Cristo en la calma y en el peligro, Cristo en los corazones de todos los que me aman, Cristo en la boca de amigo y extraño.»

Su fiesta, que anuncia la inminente llegada de la primavera, es el día del trébol, emblema de la verde Erín, que el santo utilizaba para explicar el misterio de la Santísima Trinidad. Patricio, tan irlandés y tan romano por su nombre, es como la iglesia de Irlanda, inconfundible, peculiarísima y siempre fiel a Roma.

Su popularidad taumatúrgica es inmensa. Su oración y penitencia ejemplares.

Pasados 9 años, visita al Papa San León Magno, que bendice su obra y le agrega misioneros.

Y regresa de nuevo hasta su muerte a aquella su misión que será por siglos la isla de San Patricio.

A su muerte (hacia el año 461), acaecida en Down (Ulster), la Iglesia estaba ya sólidamente implantada en Irlanda, brillaba ya en ella una llama apostólica y la verde Eire se aprestaba a convertirse en la Isla de los santos.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.




Respuesta  Mensaje 19 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 18/03/2010 12:00

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben

Jn 5, 31-47

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      JESÚS, NOS ARGUMENTA EL TESTIMONIO DEL PADRE SOBRE LA MISIÓN DEL HIJO.

Este discurso dogmático de Jesús, sobre sus poderes divinos, tiene una segunda parte, la demostración, por testificación del Padre, de que todo cuanto El enseña es verdad.

En este fragmento del Evangelio de san Juan, Jesús no hablara del Testimonio que diera primero Juan Bautista, luego el más importante de todos, El Padre que lo ha enviado, luego el de las Sagradas Escrituras, que hablan de Jesús y finalmente las obras que Jesús realiza, estas ultimas, son las que dan autentico testimonio de Jesús.

Jesús basa el fundamento de su argumentación en un principio que está en la Ley (Dt 19:15): la necesidad de testigos en un pleito. Situándose Jesús en él, les dice: “Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no valdría”. En realidad no es que Jesús no admita como infalible su solo testimonio, como argumenta en otra ocasión (San Juan 8:14ss), precisamente contra la acusación judía de que El testificaba de sí (San Juan 8:13), pues sólo El sabe de dónde viene y adonde va, sino que aquí, para argumentarles en el terreno de su juridicidad humana, plantea su argumentación en el mismo terreno de sus exigencias. No apela aquí a su testimonio. “Pero hay otro (el Padre) que da testimonio de mí.

2.      EL TESTIMONIO DEL BAUTISTA, QUE JESÚS DIRÁ QUE ÉL NO NECESITA

San Juan, (el evangelista) recoge antes, como contraste, el testimonio del Bautista, que Jesús dirá que él no necesita, pero que para los judíos les habría sido suficiente para ir a Jesús. “No es que yo dependa del testimonio de un hombre” es decir, El no lo necesita, pues tiene conciencia clara de quién es; “si digo esto,” la evocación del testimonio del Bautista, “es para la salvación de ustedes”, ya que, recibiendo el testimonio del Bautista, vendrían a Jesús, le oirían convenientemente, y se salvarían.

Juan Bautista, era el “precursor.” Su misión era mostrar oficialmente el Mesías a Israel (San Juan 1:31.33.34). El prestigio que el Bautista tuvo entonces en Israel fue excepcional, así lo registran los evangelios. Ante la conmoción mesiánica creada en torno al Bautista, los judíos le enviaron una embajada oficiosa a preguntarle, estando él en Betania de TransJordania, si él era el Mesías. Y Juan dio testimonio a la verdad: él no era el Mesías, pero su misión era ser su “precursor” (San Juan 1:19-34). Ellos daban tal crédito al Bautista, que lo hubiesen reconocido por Mesías si él se proclamaba tal. Y, puesto que él señalaba a Jesús como Mesías, que lo recibiesen, ya que apelaban a “testimonios humanos.”

Pero aquella embajada al Bautista fue una frivolidad para Israel. “Juan era la lámpara que arde y resplandece” en la noche, a falta de sol. En la hora premesiánica buena era la lámpara, la misión del Bautista, como lo es la lucerna en la casa al anochecer.

Los calificativos con que se describe la misión del Bautista tienen una fuerte evocación bíblica: “que arde y resplandece.” Con estas dos expresiones se alude a su celo y a su palabra. Precisamente en el libro del Eclesiástico se describe semejantemente a Elías, “tipo” del Bautista (Lc 1:17; Mc 1:2ss): “Se levantó Elías, profeta, como fuego, y su palabra ardía como antorcha” (Eclo 48:1).

Israel se conmovió ante la palabra del Bautista. Vinieron multitudes de todas partes a oírle y bautizarse, dice Jesús: “ustedes han querido gozar un instante de su luz”. La metáfora piensan los autores que está tomada, sea de las costumbres de los niños de saltar alegremente en torno al fuego, sea de las danzas que el pueblo solía tener en las grandes solemnidades al resplandor de la luz de los grandes candelabros del templo. Pero aquella conmoción expectante en torno a El pronto se disipó. El influjo del Bautista en ellos fue por poco tiempo.

3.      “PERO EL TESTIMONIO QUE YO TENGO ES MAYOR QUE EL DE JUAN”

Pero Jesús, no necesita testimonio de un hombre de lo que El es y de su misión, El dice “Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan” son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo” Así es como, la testificación que da el Padre “con sus obras,” de forma más íntima, y el testimonio que de El da el Padre en la Escritura. Este es el primer testimonio objetivo argumentando en su favor: “son las obras que el Padre me encargó llevar a cabo” Las “obras” que aquí dice son los milagros hechos por El. El milagro es obra de Dios, que aquí testifica la dignidad, misión y enseñanza de Jesús (San Juan 6:27; 32). Es el Padre quien testifica que su Hijo es Dios. Frecuentemente Jesús lo argumenta en los evangelios sinópticos como prueba apologética (Mt 9:2-8; 11:2-6.20-24; 12:28 par.). Así las “obras,” que son obra fundamental del Padre, de la divinidad, dan testimonio de su dignidad, misión y enseñanza.

Dice Jesús; “Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su rostro, y su palabra no permanece en ustedes, porque no creen al que él envió.” Este “testimonio” que el Padre le rinde es íntimo y personal que el Padre deja oír en el alma, y al cual aludirá San Juan el capítulo siguiente (San Juan 6:44-46), y que confirma con un pasaje de Isaías (Is 54:13). Este testimonio, pues, íntimo, misterioso, del Padre y en la conciencia, existe. Pues testificando el Padre de esa forma misteriosa, personal e íntima, a favor del Hijo, ellos debieron venir a El. Y no lo hicieron. 

4.      “USTEDES EXAMINAN LAS ESCRITURAS, PORQUE EN ELLAS PIENSAN ENCONTRAR VIDA ETERNA”

En el capítulo siguiente San Juan dirá: “Todo el que oye al Padre, viene a mí; no que alguno haya visto al Padre” (San Juan 6:45-46), salvo el Hijo (San Juan 1:18).

Por tanto, esta “audición” y esta “visión” han de tomarse en un sentido especial, el cual el mismo San Juan lo recoge en otros pasajes. Dice Jesús: “El que me ha visto a mí, ha visto a mi Padre” (San Juan 14:9.7.8; 8:19). “Y yo hablo al mundo lo que le oigo a El (Padre)” (San Juan 8:26.28.40.47).

Es así, según parece, como, de ese testimonio íntimo del Padre a favor del Hijo, va el pensamiento a acusarles de no haber ni “oído” ni “visto” al Padre, precisamente por no creer en el Hijo. Este es el testimonio viviente y ostensible de aquél. El testimonio del Padre en las Escrituras — Es el testimonio que, sobre todo para un judío, era definitivo: “Ustedes examinan las Escrituras, porque en ellas piensan encontrar vida eterna”. En el primer caso, Jesús les mandaría no sólo practicar el cultivo de la Escritura, sino penetrarla profunda y auténticamente. En el segundo caso, partiendo del estudio que ellos hacen porque creen tener en ella la vida eterna, como enseñanza de camino y mérito, les hace ver que ella habla de El y que así El está incluido en esa “vida eterna” que ellos buscan. Indirectamente, con ello se encierra la sugerencia de una censura al método erróneo como la cultivaban. Pues, bien interpretada, lleva a El.

Que las Escrituras son fuente de vida eterna, es algo que brota de la finalidad de su enseñanza y que se dice en la misma Escritura. Pero lo eran como enseñanza, que había que comprobar rectamente y luego vivirla auténticamente.

5.      “Y SIN EMBARGO, USTEDES NO QUIEREN VENIR A MÍ PARA TENER VIDA”

Mas para que su estudio y comprensión los llevase a Jesús, que era comprender su verdadero sentido en el camino mesiánico y necesario para ir a Dios. Dice Jesús: “y sin embargo, ustedes no quieren venir a mí para tener Vida”, Tenían ellos dos serios obstáculos en íntima conexión. Uno era un error de método. Consistía en un materialismo de la letra y de la tradición rabínica. Y así les resultaba que la Escritura, fuente de vida, se les convertía en esterilidad y muerte. “La letra mata” (2 Cor 3:6). Pero había otro obstáculo de tipo moral, en íntima conexión con éste. Era el refinado orgullo intelectual, la “gloria humana” que los doctores de la Ley buscaban en su interpretación. Frente a sus “tradiciones” — cadena de dichos de rabinos — se ponía el “espíritu” de la Ley y la doctrina de Jesús. Este rectificaba lo que era la “sabiduría” de ellos. En lugar de buscar la “gloria que procede del Unigénito”, que era buscar el triunfo de la verdad, y en la que se reflejaba la gloria de Dios, ellos buscaban la gloria que recibían “unos de otros”.

Y así, buscando el contenido de la Escritura, se daba la paradoja de que Moisés, a quien la tradición asignaba la paternidad de la Ley, personificada en él, iba a ser su acusador ante “mi Padre,” es decir, ante Dios (San Juan 8:54). Porque no bastaba estudiar así la Ley.

Para llegar a Jesús por ella, les hacía falta, aparte de otro método científico, “creer a Moisés,” es decir, que, si lo estudiasen imparcial y sinceramente, en el sentido en que la letra va llena de contenido, “Si creyeran en Moisés, también creerían en mí”, comprenderían aquellas profecías de la Ley relativas al Mesías-Jesús, “porque él ha escrito acerca de mí”.

6.      “HE VENIDO EN NOMBRE DE MI PADRE Y USTEDES NO ME RECIBEN”

Frente a este obstáculo de la soberbia de los rabinos para no ver a Jesús vaticinado en la Ley, Jesús le contrasta que El es más imparcial que ellos, aun colocándose en el solo plano humano, porque El “no recibe gloria de los hombres.” Su plan es obedecer al Padre, y por ello arrastra la impopularidad, los ataques y la muerte. Pero ellos no, porque “buscaban la gloria unos de otros,” por lo que obran con prejuicio y se adulan.

Y, por último, les hace ver además la inconsecuencia de su conducta. El se presenta como el Hijo de Dios y lo garantiza con milagros. “He venido en nombre de mi Padre y ustedes no me reciben”, como tal. En cambio, “pero si otro viene en su propio nombre, a ése sí lo van a recibir “

Estas palabras de Jesús no eran sólo una paradoja para indicar la ilógica conducta de ellos. Fue profecía. La historia judía bien pronto demostró la verdad de esta palabra de Jesús. Pero esa actitud judía contra Jesús era el pecado contra el Espíritu Santo (Mc 3:29 par.). Es cerrar los ojos a la evidencia para hacerse voluntariamente ciegos. Así lo dijo Jesús abiertamente con ocasión del ciego de nacimiento. “Al oír esto, algunos fariseos que estaban allí con él le dijeron: ¿Así que también nosotros somos ciegos? Jesús les contestó: Si fueran ciegos, no tendrían pecado. Pero ustedes dicen: "Vemos", y esa es la prueba de su pecado”. (San Juan 9:40.41).

Como vemos, muchos testimonios y calificados testigos, no lograron convencer a los judíos de la verdad de las afirmaciones de Jesús, esto es, porque no quisieron oír el testimonio de Dios, porque se cierran a la fe y se apoyan en su orgullo.

Dijo Jesús: “Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá. El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre” (San Juan 11; 25-26)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 


SANTORAL

 

SAN CIRILO DE JERUSALÉN

Obispo y doctor de la Iglesia  315-387

San Cirilo de Jerusalén era un hombre lleno de paz y mansedumbre en medio de las agitaciones de su tiempo. Nació en Jerusalén o cercanías hacia el año 315. Nada sabemos de su juventud. Hay indicios de que la pasó en la vida monástica, en estudio y oración. Tendría unos treinta años cuando San Máximo de Jerusalén le ordenó sacerdote.

San Cirilo fue consagrado como obispo de Jerusalén alrededor del año 350, y murió el 386 ó 387. Era la época en la que la Jerusalén cristiana brillaba con toda la luz de su breve esplendor en la juventud de sus basílicas y el fervor popular de las procesiones que se desarrollaban a lo largo del año: desde Sión, «la madre de todas las iglesias» (Liturgia de Santiago), hasta el Calvario, y del Monte de los Olivos a la Anástasis, la basílica de la Resurrección.

El ministerio pastoral de Cirilo conoció múltiples tribulaciones unidas a su defensa de la fe definida en Nicea. Por tres veces se vio obligado el obispo, a causa de ello, a tomar el camino del exilio, y, la tercera de ellas, durante once años (367-378). Cirilo sufrió la prueba con entusiasmo, como auténtico testigo de la divinidad de Jesús.

Algo de esta fe, junto con su deseo de difundir el amor a Cristo, se echa de ver en sus Catequesis bautismal, que se remontan, a lo que parece, al comienzo de su episcopado.

Uno de los misterios que trata con más precisión es el de la presencia real. Dice a los neófitos: "Bajo la figura del pan recibís el Cuerpo de Cristo, y bajo las apariencias de vino recibís su Sangre, y esa recepción hace de vosotros un solo cuerpo y una sola sangre con Él".

Luego explica cómo acercarse los fieles a la sagrada mesa: "Haced de vuestra mano izquierda como un trono en que se apoye la mano derecha, que ha de recibir al Rey. Santificad luego vuestros ojos con el contacto del Cuerpo divino y comulgad. No perdáis la menor partícula. Decidme: Si os entregasen pajuelas de oro ¿no las guardaríais con el mayor cuidado? Pues más preciosas que el oro y la pedrería son las especies sacramentales" .

"En la figura del pan se te da el Cuerpo y en la del vino la Sangre; para que tú, recibiendo el Cuerpo y la Sangre de Cristo, te hagas un cuerpo y una sangre con él; a fin de que seamos cristóforos, portadores de Cristo, al comunicársenos a nuestros miembros su Cuerpo y su Sangre".

Asiste al concilio I de Constantinopla, ecuménico II, tiene el consuelo de ver el triunfo de sus ideas y contempla con gozo que va renaciendo la concordia.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

Respuesta  Mensaje 20 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 22/03/2010 20:32

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

 

“Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo”

Mt 1, 16.18-21.24a

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1º EL EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO

En un comienzo San Mateo con su Evangelio busca una finalidad de demostrar el origen humano de Jesucristo y luego a través todo el Evangelio, probará con las profecías y milagros realizados por Jesús, su naturaleza divina, pero era preciso previo demostrar también su parentesco con los hombres a los que vino salvar. Así también, el interés de San Mateo, al presentarnos a Jesús como hijo de Maria, es el Cristo, el Mesías, profetizado en el Antiguo Testamento, venido al mundo para librar a los hombres de los pecados, es así como el dice “Jesucristo, hijo de David”, que es una expresión para denominar al Mesías

Cuando en versículo dice; ”Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo”, nos demuestra la generación virginal de Jesús y el papel de padre adoptivo que le compete a José, ya que de el se desprende que es el esposo de María y que no tiene parte alguna en la concepción de Jesús, pero si que tiene una responsabilidad legal y jurídica sobre el hijo de su esposa.

Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: "La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel", que traducido significa: "Dios con nosotros".

Se debe destacar, a fin de entender de mejor forma este fragmento del evangelio, que la celebración del matrimonio entre los Judíos se hace en dos etapas, o dos actos esponsales o desposorios, estos suponen de antemano un compromiso real, de tal forma que al prometido desde ese momento ya lo llamaban esposo y no era factible quedar libre de este compromiso si no era por repudio.

Es así, como decimos que San José es un hombre Justo, él esta convencido de la virtud de María, aunque al principio se turbo porque no concia el misterio de la Encarnación, entonces entre el convencimiento de la santidad de María, se encuentra frente a un misterio que no le es fácil de comprender, y entre eso en un momento decide dejar a María.

No siempre, los Planes de Dios son fáciles de entender y nos pone duras pruebas y grande tribulaciones, esto es, dificultad o situación adversa o desfavorable causando en nosotros preocupación, disgusto, pena o sufrimiento moral, pero venidos de Dios, es un medio para nuestra santificación y nos acercan más a El, ya que nunca Dios no enviaría una situación difícil o de dolor sin resultar finalmente o terminar siendo beneficioso para nosotros sus hijos.

San José no conocía el misterio obrado en María, pero Ella si lo conocía, y dejo que Dios mismo saliera en defensa de su virtud y de esta forma luego sucedió.

San José fue un hombre justo con la justicia de Dios, y esta es la santidad, el confió en Dios, el canto el Salmo 34, 9, “Dichoso el hombre que se refugia en el Señor”, canto el Salmo 84, 13, “Señor de universos, feliz el hombre que confía en Ti”

2º EL SECRETO DE JOSÉ

José era el esposo legítimo de Maria, y ella esperaba un hijo que no era como consecuencia de la relación conyugal con su esposa. El matrimonio de José con María, tenía una misión importante, ser padre del hijo de María, José es un "justo" elegido por Dios para esta misión

“El origen de Jesús como Cristo fue así: estando desposada María, su madre, con José, antes de que conviviesen, se halló encinta por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, siendo justo y no queriendo denunciarla (o revelarlo), resolvió separarse secretamente (Mt 1,18-19).”

María no le dice a José lo ocurrido en ella, no interfiere en los planes de Dios para con José y así espera que Dios envíe un ángel para revelarle su designio sobre ella, y sobre él.

Sin embargo José, en silencio sufre las dudas, pero aguarda la intervención de Dios, sabiendo que el embarazo de María se debe a la acción del Espíritu Santo, José decide "apartarse ante el misterio". José, comprendiendo que Dios está actuando, decide no interferir en el designio de Dios con María. Por ello decide apartarse de María en secreto.

José, es justo, pero no ante la ley de su pueblo, es ante Dios, aceptando totalmente su voluntad, es así como le lleva alejarse de María en secreto, el no revela el misterio de la concepción virginal del Hijo de Dios en María.

El secreto de José, lo guarda en su corazón, es algo maravilloso, es algo precioso, no se pregunta en ningún caso si María es culpable de algo, ¿pero porque tiene dudas? Porque José necesita saber como actuar frente a este misión, su esposa esta en cinta por obra del Espíritu Santo.

En el secreto ve la salida José, esto es separarse de ella secretamente, el se da cuenta que Dios puso la mano en su esposa, y tiene respeto por la santidad de María.

Talvez José, se consideraba indigno estar junto a María, cuya maravillosa y superior dignidad admiraba, y temió ante la profundidad del misterio, y quiso dejarla secretamente.

Sin embargo, José, con gran respeto hacia María, en quien el Espíritu Santo ha obrado grandes cosas, deja todo en las manos de Dios. Así fue que en el momento decisivo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: No temas recibir en tu casa a María, tu esposa" (Mt 1,20). José, es un hombre sencillo, y siente temor ante la presencia y acción de Dios en María, es por eso que el ángel le dice: "No temas recibir en tu casa a María, tu esposa; pues, ciertamente, lo concebido en ella es obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados" (v20-21).

José no es el padre carnal del hijo de María, él recibe la misión de hacer de padre a Jesús. José, acogiendo la voluntad de Dios, actúa como esposo de María y como padre legal de Jesús.

En José, encontramos un hombre sencillo, de gran respeto, humilde, que supo acoger en secreto este misterio de la acción de Dios en María y así fue que el hizo lo que el ángel del Señor le había mandado, recibir a su esposa, respetarla, cuidarla, acompañarla siempre, participar del nacimiento del Hijo, a quien “puso por nombre Jesús" (Mt 1,24-25).

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTORAL

 

SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA

Patriarca de la vara florida, padre nutricio del Niño Dios, casto esposo de la Virgen, patrón de la Iglesia universal --así como de los padres de familia--, si hay grados humanamente medibles en la santidad José es el primero de los santos, y su nombre se invoca junto a los de Jesús y María formando lo que se ha llamado la trinidad de este mundo.

Su culto, muy tardío, no se generaliza hasta la Contrarreforma, y en él influyen tres santos muy devotos de san José, Teresa de Jesús, Ignacio de Loyola y Francisco de Sales; en los tiempos modernos ha adquirido una difusión extraordinaria en todo el orbe católico, aunque quizá la . primacía corresponda al Canadá francés, donde en Montreal se dedicó a este santo una grandiosa basílica.

Una paloma, con un dátil en el pico, sobrevolaba un huerto. Dejó caer el dátil. Arraigó en aquella buena tierra, creció y se convirtió en una hermosa palmera. El hortelano no había sembrado la palmera, pero ha crecido en su huerto, y por tanto le pertenece. Cuando crezca la palmera, la admirarán las gentes y bendecirán la buena tierra. Nadie quizá se acordará del hortelano que la cuidó con amor. San Francisco de Sales explica el símil. El hortelano es San José. El huerto es María su esposa. La paloma es el Espíritu Santo. La palmera es Jesús, palmera que pertenece a José, esposo de María y dueño del huerto.

Los Evangelios son muy parcos al hablar de él: era del linaje de David, cuidó de la Sagrada Familia en Belén, Egipto y Nazaret, y debió de morir antes de las bodas de Caná, sin duda asistido por Jesucristo (de ahí que sea también patrón de la buena muerte).

Un momento difícil y clave en la vida de José fue el descubrir la maternidad de María. Son las llamadas dudas de José. Según el P. Pozo y otros autores de prestigio, María habría comunicado a José su nueva situación milagrosa, debida a la acción del Espíritu Santo. Entonces José no duda de María ni de lo que ella le comunica, sino que está perplejo ante el misterio y no sabe qué actitud tomar. Lo mejor sería marcharse en secreto, pues ¿cómo hacerse pasar por padre de un niño venido de Dios?

Entonces interviene el ángel. Le dice que no debe marcharse, le confirma el misterio ya desvelado por María, y le da a conocer su misión con respecto al Mesías. "Le pondrás por nombre Jesús", lo que equivale a decirle que será su padre jurídico, y así Jesús será jurídicamente hijo de David.

La misión de San José al lado de Jesús y María queda expuesta con claridad en el prefacio de la misa: José es «el hombre justo» (Mt. 1, 19), esposo de la Virgen María, «el servidor fiel y prudente», custodio de la Sagrada Familia, que «haciendo las veces de padre, cuidará de Jesús». La colecta resume con hondura el misterio encerrado en sus diversas actividades: «Dios confió los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel custodia de San José».

Ahora bien, el Señor quiso que San José continuara desempeñando en la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo, la misma función que había asumido cuando se «entregó por entero a servir a Jesús». De igual modo que María, Madre de Jesús, es la Madre de la Iglesia, así también José, custodio de Jesús, es el protector de la Iglesia. Por eso pedimos que la Iglesia - cuya misión consiste en hacer que todos los hombres entren en la plenitud del misterio de la Encarnación -, «los conserve fielmente por intercesión de San José».

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 

 


Respuesta  Mensaje 21 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 22/03/2010 20:33

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

 

La palabra de Jesús es la Palabra del Padre

Jn 7, 40-53

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      "ÉSTE ES VERDADERAMENTE EL PROFETA".

La predicación de Jesús, produce una profunda impresión en la gente que lo escucha, observan en Jesús, palabras extraordinarias, actitudes fuera de todo lo común, es Jesús alguien especial.

Jesús, habla en nombre del Padre, habla por quien lo ha enviado, entonces Jesús es el Profeta del Padre, su mensaje es el del Padre y a El quiere llevarnos, de este modo, Jesús cumple su misión profética.

Algunos de la multitud, que habían oído a Jesús, opinaban: "Éste es verdaderamente el Profeta". Otros decían: "Éste es el Mesías". La falta de profeta podía ser uno de los mayores castigos para Israel, y esta ausencia fue muy larga, de siglos. En los días de los Macabeos se suspiraba por un profeta que precisase ciertos puntos (1 Mac 4:46; 14:41). Por eso, sobre la base del Deuteronomio (18:18), se esperaba incluso a un profeta especial, que preludiase, al estilo de Elías, los días mesiánicos. Y así, cuando el Bautista apareció en las orillas del Jordán, con su atuendo de profeta y su vida de austeridad, las multitudes pensaron si no sería “el Profeta” (San Juan 1:21.25).

2.      “OTROS, EN CAMBIO, DECÍAN SI NO SERÍA EL MISMO MESÍAS.”

En el cristianismo primitivo se interpretó el anuncio de Moisés en un sentido mesiánico (Act 3:22; 7:37; cf. San Juan 6:14.15; 1:45). Pero, en cambio, en los escritos judaicos nunca ha sido identificado este Profeta con el Mesías. Y en los escritos de Qumrán se distinguen las venidas del Profeta y del Mesías, y se basaban para ello en el pasaje de Moisés (Dt 18:18) 40. De aquí la exactitud de esta distinción entre el Profeta y el Mesías. Aunque en el pueblo esta distinción andaba confusa (cf. San Juan 6:14.15).

“Otros, en cambio, decían si no sería el mismo Mesías.” Ya antes, ciertos grupos habían pensado que debía de serlo, pues los milagros que hacía los persuadían de ello. Mas para esto se les presentaba la objeción de su nacimiento. Según las Escrituras, el Mesías procedería de la casa de David (2 Sam 7:12ss, etc.). Pero desde la profecía de Miqueas (Miq 5:2), se había interpretado por ciertas fracciones judías que el nacimiento del Mesías sería en el mismo Belén (Mt 2:4). Y siendo desconocida de las gentes la concepción virginal de Jesús y pasando éste por hijo “legal” de José (San Juan 6:42) y como “el profeta de Nazaret de Galilea” (Mt 21:11), ya que el nacimiento en Belén no parece haber trascendido, durante la vida de Jesús, del círculo de familiares e íntimos, se les planteaba esta oposición entre los hechos que veían, lo que ellos sabían y lo que la Escritura decía de los orígenes del Mesías.

3.      “Y POR CAUSA DE ÉL, SE PRODUJO UNA DIVISIÓN ENTRE LA GENTE”

Por eso se originó un desacuerdo en la multitud por su causa, “Y por causa de él, se produjo una división entre la gente” .Y, ante todo esto, algunos querían apoderarse de El, así dice el Evangelio: “Algunos querían detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él” Es el fanatismo religioso oriental, tan pronto a estallar y traducirse en medidas tan incontroladas como radicales.

Los guardias fueron a ver a los sumos sacerdotes y a los fariseos, y éstos les preguntaron: "¿Por qué no lo trajeron?". Sucedió que hubo diversos pareceres y reacciones ante las enseñanzas del mismo, como consecuencia de la admiración y la impresión profunda que Jesús causaba en los oyentes, la grandeza del mismo, su doctrina, la autoridad propia con que hablaba. En este pasaje se dice que dos veces dio sus enseñanzas en el templo y explicando. Todo esto causó una impresión tal en los guardias del mismo, que tenían la misión de prenderle, y no solamente no procedieron a ello, sino que alegaron, sorprendidos, ante sus jefes, para justificar su desobediencia, así fue como ellos respondieron: "Nadie habló jamás como este hombre". Acusa ello la convicción de los guardias en la grandeza que concibieron de Jesús y su mensaje.

4.      "¿TAMBIÉN USTEDES SE DEJARON ENGAÑAR?“

La réplica de los fariseos se veía venir; no podía comprender lo inverosímil de esta conducta, por eso los fariseos respondieron: "¿También ustedes se dejaron engañar?“. Ellos, que eran los tradicionalistas del mosaísmo y los rectores espirituales de Israel. Lo que ellos no creían, pensaban que nadie podía admitirlo, luego preguntaron; ¿Acaso alguno de los jefes o de los fariseos ha creído en él? Y concluyeron, en su orgullo, que esta gente ignora la Ley, por eso dicen; “ Esta gente que no conoce la Ley, está maldita". es decir “son unos malditos”. Los rabinos y fariseos despreciaban profundamente al pueblo, porque no dedicaba su actividad al estudio de la Ley. Despectivamente lo llamaban el “pueblo de la tierra”. Porque, ignorando todo lo que tiene poco valor o escasa importancia y la aplicación de los principios morales a casos concretos rabínicos, no podían cumplirlos. Por lo que así la Ley, mejor su casuística, venía a caer sobre ellos, “maldiciéndoles.”

5.      EXAMINA LAS ESCRITURAS Y VERÁS QUE DE GALILEA NO SURGE NINGÚN PROFETA".

Nicodemo, uno de ellos, que había ido antes a ver a Jesús, les dijo: "¿Acaso nuestra Ley permite juzgar a un hombre sin escucharlo antes para saber lo que hizo?". Nicodemo es uno de ellos, sin embargo muestra actitud discordante y defensiva de Jesús. La defensa de Nicodemo es velada, pues aún no es un discípulo abierto de Jesús; pero su argumentación es la propia de un doctor de la Ley: la Ley no condena a nadie sin oírle y permitir su defensa. Pero ellos ya lo habían condenado antijurídicamente a muerte (San Juan 7:25). La respuesta de los sanedritas a Nicodemo es una fuerte y doble injuria camuflada: "¿Tú también eres galileo?” De sobra sabían el origen noble de Nicodemo. Al aludirle a una hipotética relación galilea, no pretenden tanto el querer ponerle en el bando defensivo de un compatriota cuanto, veladamente, injuriarle, puesto que, para los de Judea, los galileos eran considerados como judíos inferiores, por su origen mixtificado, y tratados despectivamente. Un proverbio judío decía así: “Todo galileo es un leño.” El término de “estúpido” hablándose de galileos aparece en los escritos rabínicos. La segunda injuria es remitirle a que investigue las Escrituras, para que vea que de Galilea no ha salido profeta alguno, así es como le dicen: “Examina las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta".

Sin embargo, esto, tomado estrictamente, no era verdad, ya que, según el libro de los Reyes, Jonás era Galileo (2 Re 14:25). Pero no deja de ser extraño este error en boca de sanedritas. Acaso quisieran decir que ningún profeta notable había salido de Galilea. En todo ello se ve que, para estos dirigentes, Jesús pasaba como oriundo de Galilea. Así lo denominarán un día las multitudes: “Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea” (Mt 21:11). Mas, en todo caso, la opinión de los sanedritas nada probaba. Porque, si ningún profeta notable había provenido de Galilea, esto no imposibilitaba el que, en el futuro, pudiese provenir alguno de allí.

6.      LA PALABRA DE JESÚS ES LA PALABRA DEL PADRE

Termina el fragmento del evangelio; “Y cada uno regresó a su casa”. La reunión se disolvió. La injuria se dirigió a Nicodemo. Pero las razones de éste no fueron rebatidas. Y contra la injuria quedó entonces flotando sobre el sanedrín una acusación formidable: de modo injusto se había ya condenado, en forma más o menos oficial, a Jesús a muerte.

El cristiano ha de ser un profeta de Jesús. En efecto, nosotros participamos de la misión profética de Jesús y debemos cumplir esta misión, tomando conciencia de que somos profetas de Jesús, enviados por El, para transmitir su palabra, su mensaje de salvación. Predicar el misterio de la salvación, darlo a conocer, comunicarlos con fidelidad, es nuestra misión como cristianos.

"Nadie habló jamás como este hombre" La palabra de Jesús es la Palabra del Padre, por El llegamos al Padre y el Padre llega a nosotros. Pedro respondió: Señor, “Tu tienes palabra de vida eterna” (San Juan 6,68). No nos apartemos de las palabras de Jesús, palabras que son de vida y verdad. Escuchemos a Jesús y los que nos hablan en su nombre, a los que transmiten su mensaje, porque Jesús nos habla también por ellos.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SAN MARTÍN DE DUMIO + 580

San Martín Dumiense nació, como San Martín de Tours, en Panonia, en la actual Hungría. Fue un gran caminante. Visitó Tierra Santa y trató con los ermitaños de Oriente. Luego Roma, y en Francia, Arlés y Tours.

En Tours se encuentra con los emisarios del rey de los suevos que gobernaban en el noroeste de España. Le hablan de sus gentes que han pasado del paganismo a la fe cristiana. Martín se entera de que lo que allí impera es el arrianismo. Sus ansias viajeras y apostólicas es encienden y ya vislumbra su corazón un campo preparado para su celo apostólico.

Su campo de apostolado será el reino suevo, establecido siglo y medio antes en la Galicia hispano-portuguesa.

Poco después Martín desembarcaba en Galicia por la desembocadura del Miño. Se instaló en Braga, corte de los reyes suevos. Pronto tuvo discípulos deseosos de imitar su vida de soledad y penitencia. Les organizó, les instruyó en lenguas clásicas y en teología, y así nació la abadía de San Martín de Dumio (550), centro de influencia religiosa y fuente de cultura.

Nombrado Obispo de Braga (570) y Metropolitano de Galicia, desplegó una intensa actividad. Reúne concilios, como el Lucense y Bracarense, purifica la doctrina de los errores arrianos, promueve la buena formación del clero para renovar la vida del pueblo. Tal era su fama que Gregorio de Tours, su contemporáneo, se siente incapaz de contar sus virtudes y maravillas. El concilio X de Toledo lo llama santo. San Gregorio Magno lo elogia.

Y donde no llega su palabra, llega su pluma. Para los monjes escribe "Sentencias de los Padres del desierto". Al rey le dedica "Fórmula de la vida honesta". A los obispos y sacerdotes, "Tratados morales" y "Cartas". Para los pueblos, todavía inficionados por los errores de Arrio y Prisciliano, "Corrección de los rústicos", verdadera síntesis de dogma y moral.

Para los aspectos humanos de sus instrucciones se apoya en Aristóteles y Cicerón, y sobre todo en Séneca. Puede ser considerado como el primer ilustre senequista. Hasta en el estilo recuerda al filósofo cordobés. Es una muestra de su flexibilidad y adaptación a su nueva patria. Es una prueba de saber encarnarse en el pueblo que estaba evangelizando.

En su libro sobre las costumbres, dice hablando consigo mismo: "¿Qué importa que no estés en la tierra donde viniste a la vida? Tu patria es el hogar donde has encontrado el bienestar, y la causa del bienestar no radica en el sitio donde se vive, sino dentro del hombre mismo".

Pero este grave moralista no sólo se apoyaba en la austera prosa de Cicerón y Séneca como vehículo para el Evangelio. Gustaba también mucho de la poesía. Se adivina en sus versos una clara influencia virgiliana. Versos que inscribía en los frontispicios para instrucción de todos.

En verso está también su epitafio en la catedral de Braga: "Nacido en Panonia, llegué, atravesando los anchos mares y empujado por un instinto divino, a esta tierra gallega, que me acogió en su seno. Fui consagrado obispo en esta tu iglesia, oh glorioso confesor de Tours. Restauré la religión y las cosas sagradas, y habiéndome esforzado en seguir tus huellas, yo, siervo tuyo, que tengo tu nombre, pero no tus méritos, descanso aquí en la paz de Cristo". Así recordaba su devoción al Santo de Tours.

San Leandro y San Martín fueron en España los grandes catequistas de los pueblos germánicos, que del paganismo habían pasado el arrianismo. Y lo que Leandro hizo con los visigodos, Martín lo consiguió con los suevos. San Isidoro le llama el propagador de la fe en Galicia. Hoy le dan el título de Apóstol de los suevos.

Muere el 20 de marzo del año 580. Su monasterio de Dumio, junto a la ciudad de Braga, se alza pronto como gran luminaria auroral de la España sueva y visigótica.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 


Respuesta  Mensaje 22 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 22/03/2010 20:33

Yo tampoco te condeno le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante”.

Jn 8, 1-11

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.      ¿ESTÁN EN CONCIENCIA EN CONDICIONES DE CONDENAR?

Cada vez que leo este fragmento del Evangelio de san Juan, no me puedo apartar de la idea de donde estaba el hombre con el cual se cometía el adulterio, pues también tenía que responder por la falta, talvez estaba oculto en la multitud acusadora, o con una piedra escondida en las manos. El evangelista no lo dice. La acusada esta indefensa ante la ignominia, esta en una situación y estado de quien ha perdido el respeto de los demás, en este caso por su conducta, considerado como acto vergonzoso, pero y los acusadores, ¿están en conciencia en condiciones de condenar?

Como en otras ocasiones, los escribas y fariseos, intentan tenderle una trampa a Jesús, tratando de enfrentarlo al pueblo y hacerlo aparecer como alguien que quebranta la ley, así entonces tener motivos para acusarlo y condenarlo.

2.      “ENTONCES SE SENTÓ Y COMENZÓ A ENSEÑARLES”

Jesús fue al monte de los Olivos. Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a él. Se está en los días de la fiestas de los Tabernáculos (Jn 7:1.14; 8:2.12). Jesús tenía costumbre de retirarse, cuando estaba en Jerusalén, a pasar la noche al monte de los Olivos (Mt 24:3; 26:30 par.) y especialmente pernoctaba en Getsemani (Jn 18:2). — Pero ya muy de mañana volvió otra vez al templo, para aprovechar el concurso de los peregrinos y enseñar. El evangelio dice, “Y todo el pueblo acudía a El”, lo que hace notar el gran concurso de gentes que le escuchaban. Esta misma afluencia es una clara indicación de ser uno de los días festivos.

Jesús estaba en uno de los atrios del templo “Entonces se sentó y comenzó a enseñarles” No pretende decir el evangelista que estuviese sentado en las cátedras de los doctores, sino en uno de los escaños o pequeña alfombra en donde se sentaban los discípulos oyentes (Lc 2:46; Act 22:3); y, aunque éste era el modo ordinario de enseñar allí, esta precisión mira, sin duda, a participar lo que se describe mas adelante, cuando dice que Jesús escribía con su dedo en tierra.

3.      LE TRAJERON A UNA MUJER QUE HABÍA SIDO SORPRENDIDA EN ADULTERIO

En esta situación, “Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio”. No se dice cuándo, por los que podría pensarse que la traían al tribunal para juzgarla y que, al pasar por allí y ver a Jesús, quisieron comprometerle. Pero tampoco sería improbable el que se la trajesen ex profeso para enredarle en su resolución y para hacerle caer en contradicción.

Se la pusieron “en medio de todos”, medio del círculo de gentes que lo rodeaban. No dicen que ellos hayan sido los testigos. Pero, ya en sus manos, nadie duda que sea verdad el delito del que la acusan.

4.      “DECÍAN ESTO PARA PONERLO A PRUEBA, A FIN DE PODER ACUSARLO”

Asegurado el hecho, le plantean una cuestión más que de derecho, pues le “decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo” Le alegan lo que dice la Ley. Según Moisés, la adúltera debía ser apedreada (Lev 20:10ss; Dt 22:23ss; Ez 16:40). En época más tardía se legislará la estrangulación. Y alegada la legislación mosaica, le hacen, “tentándole,” la siguiente pregunta: y ante este caso, “Y tú, ¿qué dices?". Con ello, resalta el evangelista, buscaban poder “acusarle”. Era un dilema claro en el que querían meterle: si aprobaba la legislación mosaica en aquel caso, podrían desvirtuarle, ante el pueblo, su misericordia; si no la aprobaba, lo acusarían de ir contra la Ley de Moisés. La cuestión era malévolamente planteada y hasta incluso apuntando a posibles complicaciones con el poder civil romano, ya que la pena de muerte era de competencia exclusiva del procurador romano (Jn 18:31).

5.      “INCLINÁNDOSE, ESCRIBÍA CON EL DEDO EN TIERRA.”

Jesús, que estaba “sentado,” sin duda, en un pequeño y bajo estrado de los oyentes, o sobre una estera o alfombra, “inclinándose, escribía con el dedo en tierra.” ¿Qué significado tiene esto? El sentido de este gesto no ha sido dilucidado con certeza. San Jerónimo proponía, conforme a una interpretación material de Jeremías (Jer 17:13), que escribía en tierra los nombres de los acusadores y sus culpas. Sin embargo, el gesto podría muy bien ser el de una persona que no quería intervenir en un asunto que se le propone (Lc 12:13.14). Y la prueba de esto es que nadie leyó lo que El escribía. Era, sin duda, el gesto de una persona que no quiere inmiscuirse en un asunto ajeno y menos aún en la trampa que le tendían.

6.      "AQUÉL DE USTEDES QUE NO TENGA PECADO, QUE ARROJE LA PRIMERA PIEDRA"

Por eso ellos “insistían en preguntarle.” Pero ante la malicia de su intento, Jesús les da una doble lección de justicia y de misericordia. E “incorporándose” en su asiento, pero sin ponerse de pie, mirándolos y acaso señalándolos con el dedo, les dijo: "Aquél de ustedes que no tenga pecado, que arroje la primera piedra" En la represión de la apostasía mandaba la Ley que los testigos denunciadores arrojasen los primeros las piedras contra el condenado enjuicio (Dt 13:9; 17:7). A esto es a lo que alude la frase de Jesús. No es que Jesús negase el juzgar ni que los jueces cambiasen su oficio; pues siempre está en pie el “dad al César lo que es del César” (Mt 22:21 par.). Pero condenaba, en los que eran “sepulcros blanqueados,” que estaban “llenos de hipocresía e iniquidad” (Mt 23:27.28), un falso celo por el cumplimiento de la Ley en otros cuando ellos no la cumplían.

7.      LES DABA A SU CONCIENCIA UN MAYOR VOLUMEN DE ACUSACIONES.

Mas su palabra, que era acusación, pronto hizo su efecto. Empezaron a marcharse los acusadores, “uno a uno, comenzando por los más ancianos.” Rodeado de gentes que lo admiraban y que podían estallar abiertamente a su favor, máxime si la acusación proseguía contundente, vieron que el mejor partido era abandonar aquella situación enojosa. Y empezaron a salirse hábilmente, inadvertidamente, uno a uno, comenzando por los más “ancianos.” Acaso los más jóvenes, con un celo más exaltado, eran los que querían mostrarse más celadores; pero, mientras, los más “ancianos,” con más experiencia de la vida y de las multitudes, y posiblemente de otras intervenciones del mismo Jesús, fueron los primeros en salirse de aquella situación torpe y peligrosa. Y también una vida más larga de “fariseísmo” les daba a su conciencia un mayor volumen de acusaciones.

8.      “JESÚS QUEDÓ SOLO CON LA MUJER, QUE PERMANECÍA ALLÍ.”

Se quedó El solo, y la mujer en medio. La contraposición se hace entre los acusadores y la mujer, por lo que este quedarse ellos solos no excluye la presencia de la turba que lo estaba escuchando cuando le trajeron aquella mujer.

Y hecha la lección de justicia contra los acusadores, da ahora la gran lección de la misericordia. Si ellos no pudieron, en definitiva, “condenarla,” cuando era lo que intentaban, menos lo hará Jesús, que vino a salvar y perdonar. Por eso le dijo: "Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Nadie te ha condenado?". Ella le respondió: "Nadie, Señor".

"Yo tampoco te condeno -le dijo Jesús-. Pero, contando con un arrepentimiento y un propósito en ella. “Vete, no peques más en adelante". Y la adúltera encontró a un tiempo la vergüenza, el perdón, la gracia y el cambio de vida.

9.      NO HAY PECADO QUE EL SEÑOR NO PERDONE SI ACUDIMOS A EL

La respuesta de Jesús, dejo totalmente confundido a sus perseguidores, por una parte, se puso del lado de la ley, por tanto ya no podían acusarlo, por otra parte perdona a la acusada. Algo natural en El, Jesús con su bondad, confunde la malicia de los hipócritas acusadores.

Este fragmento del Evangelio, nos muestra a un Jesús siempre bondadoso, amable, compasivo con los pecadores, pero duro al mismo tiempo con los soberbios y los hipócritas. En este relato, Jesús se nos muestra como alguien absolutamente misericordioso, manifestado en el perdón amplio y generoso en la mujer acusada. Si Jesús hubiese condenado a la mujer, esta habría sido lapidada hasta morir, al no hacerlo, comprendemos que nadie esta condenado a morir por haber pecado. No hay pecado que el Señor no perdone si acudimos a El. No es la gravedad de la falta lo que mira el Señor, sino que la honestidad de nuestro arrepentimiento.

Vuelvan a mí de todo corazón, porque soy bondadoso y compasivo, dice el Señor. (Jn 12, 12-13)

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SAN NICOLÁS DE FLUE 1417-1487

San Nicolás de Flue nace el año 1417 en Sachseln, Suiza, el mismo año en que el concilio de Constanza puso fin al cisma de Occidente con la elección de Martín V. Nicolás trabajaba en el campo. Al regreso del campo se retiraba al silencio y a la oración. Se imponía severas penitencias. A los treinta años contrae matrimonio con la joven de dieciséis años Dorotea Wiss. Tienen diez hijos. El primero será presidente de Suiza.

Era muy amante de su patria y promotor de paz y reconciliación. Pero eran tiempos turbulentos en que abundaban las rencillas y revueltas, por lo que se ve obligado a intervenir en varias guerras.

Estaba empapado el ambiente de fuertes corrientes ascéticas y místicas. Nicolás participa plenamente en este misticismo. Nunca ha sido extraña la existencia de grandes místicos que se mezclan en actividades políticas, como San Bernardo, Santa Catalina de Siena, Santa Juana de Arco. Igualmente Nicolás es el salvador de la patria y a la vez un gran santo.

A los cincuenta años, con el consentimiento de su mujer y de sus hijos, se retira a la vida eremítica, a la garganta de Ranft, donde vive en una ermita, entregado a la meditación y a las más duras penitencias. La capilla que hay junto a la ermita se convertirá en el centro espiritual de toda la Confederación Helvética. Ríos de gentes acudirán a él.

De él se cuentan muchos milagros, como el prolongado ayuno de muchos años, durante los cuales su único alimento fue la Eucaristía. "Si durante veinte años, dice Pío XII, él no se alimentó más que del pan de los ángeles, este carisma fue el cumplimiento y la recompensa de una larga vida de dominio de sí mismo y de mortificación por amor de Cristo".

A pesar del retiro no consigue aislarse de los asuntos temporales. Fue juez y consejero de su cantón, diputado, y rechazó el cargo de jefe de Estado. Tuvo importante papel en el tratado de paz perpetua con Austria.

La Confederación, a raíz de la guerra contra Carlos el Temerario, duque de Borgoña, estuvo en gran peligro de división. Como antes con Austria, cuando la intervención del legendario Guillermo Tell. Nicolás logró el milagro de la reconciliación. Consiguió de nuevo la unidad de Suiza, por lo que se le concedió el título de "padre de la patria", fundador de la Confederación y primer confederado. Su influencia fue muy fecunda.

Cuando el país se vio al borde de la guerra civil por un conflicto que enfrentaba los cantones urbanos con los rurales, san Nicolás, que ya había sido juez de cantón y diputado en la Dieta federal, propuso una solución política que fue aceptada en el acto unánimemente (Pacto de Stans, 1481), consiguiendo así salvar la unidad suiza.

En medio de estas actividades políticas, tan intensas y variadas, el ermitaño de Ranft cultiva su vida interior, profunda y trascendente. Tienen lugar ahora sus visiones divinas, frecuentes y enriquecedoras, con una concepción grandiosa del misterio trinitario que Nicolás saboreó gozosamente. Tuvo gran amor a la Eucaristía, a la Pasión del Señor, a la Trinidad.

Nicolás es un caso típico de vida mixta, contemplación y acción, en constante y vibrante equilibrio. Había decidido prescindir de los negocios temporales, pero ellos no pueden prescindir de él. Él lo asume, pero no le agobian, los eleva de clave. Es un titán de la oración y un líder de la acción.

Unió maravillosamente el amor de lo infinito y el amor de lo finito, la inquietud por el reino celestial y el servicio generoso a la patria terrestre. "Nicolás de Flue, dice Pío XII, encarna con una plenitud admirable, la unión de la libertad terrestre y de la libertad celeste".

La vida de Nicolás se cierra con una terrible enfermedad cargada de dolor y de sufrimiento. Después de ocho días de intenso dolor recibe el Cuerpo y Sangre de Cristo, para unirse definitivamente con Él. Murió en su cabaña rodeado por su esposa y sus hijos, era el 21 de marzo de 1487.

Fue paradójico en todos los aspectos, aunque acaso la mayor de sus paradojas estriba en la santa sencillez con que vivió situaciones en apariencia contradictorias. Guerrero y hombre de paz, padre de familia numerosa y ermitaño, solitario, diplomático y estadista, fundador de la patria suiza al que veneran católicos y protestantes, y que no fue canonizado hasta 1947.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

Respuesta  Mensaje 23 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 22/03/2010 20:35

ESTUDIO Y REFLEXIÓN BÍBLICA

 

"Yo soy la luz del mundo"

Jn 8, 12-20

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.        "YO SOY LA LUZ DEL MUNDO; EL QUE ME SIGUE NO CAMINA EN TINIEBLAS, SINO QUE TENDRÁ LA LUZ DE LA VIDA.

Este discurso es situado expresamente por el evangelista al fin del pasaje, “en el templo” junto al arca de las ofrendas, (“en el gazofilacio”). La sala propiamente del tesoro no era accesible al público. Estaba situada en el “atrio de las mujeres.”  Este discurso debe de ser pronunciado en la fiesta de los Tabernáculos o en días muy próximos a ella, como se ve por la alusión a la luz.

Jesús dijo: "Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

Esta palabra de Jesús está armonizada y presentada al estilo de otras sentencias del mismo como: “Yo soy el pan de la vida.” (Juan (SBJ) 6,35) o En verdad, en verdad os digo: “Yo soy la puerta”  (Juan (SBJ) 10,7). Y la misma se encuentra pronunciada por Jesús en otra ocasión  “Mientras estoy en el mundo, soy luz del mundo.”  (Juan (SBJ) 9,5)

Consta por la Mishna que en la primera noche y en la octava de la fiesta de los Tabernáculos ardían en el “atrio de las mujeres” cuatro enormes candelabros de oro, de 50 codos de altura (más de 25 metros), sobresaliendo unos 13 sobre los muros del recinto, cargados de innumerables luces, y a cuyo resplandor los hombres y los miembros más destacados bailaban, los primeros llevando en sus manos teas encendidas, mientras los levitas tocaban instrumentos músicos y cantaban salmos. Estos cuatro candelabros de oro se encendían para conmemorar la columna de fuego y la nube en las que “Yahvé iba delante de ellos para alumbrarles, y para que así pudiesen marchar lo mismo de día que de noche” (Ex 13:21.22) 18. También vinieron a significar la luz de la presencia divina y la luz de la Ley. (Comentario Biblia Nácar-Colunga)

Es muy probable que esta imagen, con la que Jesús se proclamó “la Luz del mundo,” esté evocada aquí por estas luminarias de la fiesta de los Tabernáculos, como se prueba por el rito del agua de esta misma festividad el que Jesús diga: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (7:37).

Al utilizarla así Jesús, evocaba dos cosas: a) que era a su “luz” a la que debían gozarse y vivir; b) y siendo aquellas luminarias evocación de la columna de fuego y nube en la que Yahvé marchaba ante ellos, para conducirlos por el desierto (Ex 13:21.22); y siendo símbolo de la presencia de Yahvé, Jesús, al legislar en la zona moral y religiosa de los hombres, venía a identificar ahora la luz providente de Yahvé con la suya propia. Era un modo de evocar, conforme a procedimientos semitas y bíblicos conocidos de “alusión” y “traslación”, su divinidad.

La luz es además símbolo de la salud mesiánica (Is 9:1). El mismo Mesías era llamado Luz. Al “Siervo de Yahvé” Dios le puso “como Luz de las naciones” (Is 49:6; 60:1). El anciano Simeón llama a Jesús “Luz para revelación de las gentes” (Lc 2:32). Asimismo lo llaman los escritos rabínicos: “El nombre del Mesías es Luz.” Y en Qumrán aparece la expresión “luz de vida” por camino de salvación (1 Qs 3:7).

De aquí que el que sigue a Jesús y hacerse su discípulo no está en tinieblas, que es moralmente muerte, sino que le es “luz de vida,” es decir, esa “vida (que) estaba” en el Verbo, y que se hace luz para que los hombres tengan con ella la verdadera vida: “En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres” (Juan (SBJ) 1,4)

2.        AUNQUE YO DOY TESTIMONIO DE MÍ MISMO, MI TESTIMONIO ES VÁLIDO

Los fariseos presentes comprenden de sobra el plan rector que Jesús se arroga y la presentación que hace de sí mismo como Hijo de Dios. Y a su presentación como tal, le arguyen en la línea leguleya.

El dice que es así; pero el testimonio propio no vale, según la Ley. En la Mishna se lee: “No se puede creer a uno que testifique sobre sí mismo”. Pero la respuesta de Jesús a este propósito es doble: (Comentario Biblia Nácar-Colunga)

Su testimonio es válido. En otra ocasión admite esta posición: “Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. (Juan (SBJ) 5,31). Pero después que la luz de su revelación ha crecido y se ha manifestado, no la admite. Debe reconocérsele su valor. Si un profeta estaba seguro de que Dios le hablaba y manifestaba las comunicaciones que hacía, ¡cuánto más Jesús! El sabe que “bajó” del cielo y que a él va. Su caso no se puede juzgar como los otros casos. Por eso, su testimonio es válido; es el único válido. Pues sólo El se conoce.

En cambio, ellos le juzgan “según la carne,” según las apariencias externas, considerándolo un simple hombre. No veían en el ser humano el resplandor de la divinidad. Por ello, El solo puede testimoniar quién sea. Jesús aparece con una conciencia clara de quién es.

3.        YO NO JUZGO A NADIE; Y, SI JUZGO YO, MI JUICIO ES LEGÍTIMO

Y, en contraposición a ellos, El “no juzga a nadie.” La palabra “juzgar” tiene frecuentemente, conforme al uso semita, el sentido de condenar (Jn 3:17). El significado de esta afirmación pudiera ser doble: una frase elíptica: “no juzga a nadie” al modo humano, “según la carne”; o  que El no ejerce todavía su función condenatoria de juez de los hombres. En otros pasajes de Juan no sólo se afirma lo mismo, sino que se da la razón de por qué no “juzga” con juicio “condenatorio” ahora a los hombres: “Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.” (Juan (SBJ) 3,17). Probablemente, el segundo sentido es aquí el más creíble y el que se vincula mejor con el haberse insertado el episodio de la mujer adúltera, que termina con estas palabras de Jesús: “Ni yo te condeno tampoco” (Juan (SBJ) 8, 11).

El testimonio del Padre a favor de Jesús. (Puesto que antes le objetaron ateniéndose a lo legal para negarle valor a su testimonio, ahora alega la Ley, que da validez al testimonio de dos (Dt 17:6; 19:15; Núm 35:30). Al suyo propio añade también el que le da su Padre: de quien vosotros decís: "El es nuestro Dios", (Juan (SBJ) 8,54).

¿Cómo el Padre “da testimonio” de Jesús? Aquí no lo consigna el evangelio. Pero en otros pasajes del mismo evangelio se dice: “Por las obras que le da a hacer, Porque el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas, para que os asombréis.” (Juan (SBJ) 5,54). Los milagros, que son “signos” de su misión.

4.        NI ME CONOCÉIS A MÍ NI A MI PADRE; SI ME CONOCIERAIS A MÍ, CONOCERÍAIS TAMBIÉN A MI PADRE."

Los fariseos  le preguntan, burlescamente, dónde está su Padre. Naturalmente no se refieren a San José, su padre “legal,” sino al que El constantemente les está alegando ser su padre celestial, y precisamente matizándose aquí que es el que “vosotros decís que es vuestro Dios” (Jn 8:54). La burla la plantean en el terreno leguleyo. ¿Dónde está su Padre? Que venga y que testifique. Ya que para ellos son la materialidad de las personas las que cuentan y no otras formas testificales. Era decirle que su argumento estaba al margen de la Ley y remitido a una zona no jurídica.

La respuesta de Jesús es profunda y contundente. No conocen al Padre, precisamente porque por su obstinación no lo quieren conocer a El como el Enviado y el Hijo de Dios. “¿No crees (le dice a Felipe, que le decía que le mostrase al Padre) que Yo estoy con el Padre y el Padre en mí?” (Jn 14:9.10). Probablemente este tema se vincula por “encadenamiento semita” con el anterior. “El Padre, que mora en mí, hace sus obras”: enseñanzas y milagros (Jn 14:10.11).

La síntesis del relato no dice todo lo que pasó; pero se adivina. Debieron de querer prenderle, como en otras ocasiones, por hacerse así igual a Dios (Jn 10:29-39). Pero “nadie puso en El las manos, porque aún no había llegado su hora,” de muerte y glorificación. La providencia de Dios está en juego, mas esto no excluye la cooperación de Jesús, como en otras ocasiones en que, queriendo prenderlo, “se deslizó de entre sus manos” (Jn 10:39).

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTA CATALINA DE GÉNOVA + 1510

Santa Catalina de Génova era de la ilustre familia de los Flisci, rivales seculares de los Adurni. Era muy frecuente en las ciudades italianas la lucha a muerte de dos familias por hacerse con el predominio de la ciudad. Hasta en Roma sucedía por hacerse con la tiara pontifica en el siglo X, el siglo oscuro del pontificado, entre los Túsculos y los Crecencios. Todavía hoy siguen las familias rivales de los mafiosos. Fue famoso el caso de Romeo y Julieta que reconciliaron a Montescos y Capuletos.

Igual sucedió en nuestro caso. Los Flisci y los Adurni llevaban siglos de lucha por el predominio de la ciudad de Génova. Cansados de sangre, buscaron la reconciliación, sacrificando para ello a Catalina. La casaron a los dieciséis años, sin vocación para el matrimonio, por conveniencias.

Fue una triste etapa de su vida. Eran dos caracteres muy diversos. Catalina Flisci era dulce, sensitiva, concentrada, piadosa. Su marido era un Adurni duro, violento, mundano, derrochador. No podían entenderse. El se quejaba de que lo habían casado con una monja, ella de que le habían unido a un bruto. Él disfrutaba en la política, en aventuras, en malgastar la hacienda en los juegos. Ella, recluida, mitigaba su dolor con libros piadosos.

Algunos advirtieron a Catalina que ella era la responsable del desvío de su marido. Que se adornara y saliera con él y se lo ganaría. Catalina les hizo caso. Se vistió sus mejores galas y empezó a frecuentar los salones de la alta sociedad. Y como era bella, graciosa y de buen ingenio, se ganó las simpatías de todos. Y su marido estaba orgulloso de ella.

Cinco años duró esta segunda etapa de su vida, cinco años que llenarán de amargor el resto de su vida. Porque en medio de todos aquellos saraos y veladas, Catalina no era feliz. Cuando más tarde escriba el admirable Diálogo entre el cuerpo y el alma, nos abrirá los íntimos sentimientos de su corazón. Comprendía que nada de aquello podía satisfacerla, que sólo Dios podía llenar su corazón. Sentía un dolor inmenso de haber ofendido a Dios. "Yo no sé cómo no he muerto cuando he visto el mal que encierra el más ligero pecado, por muy leve que sea", se lamenta inconsolable.

En 1474 se realiza un nuevo y radical cambio en su vida. Es la tercera etapa. Estaba en una iglesia, cuando recibió una súbita iluminación y sintió una repentina transformación, una llama de amor, que le hizo concebir un inmenso desprecio hacia su vida mundana y cortesana.

Y empezó una vida de penitencias, de oraciones inflamadas, de cuaresmas enteras pasadas sin probar bocado, de raptos y visiones, de una vida de íntima unión con Dios, pero no dominada ya por el temor, sino por el amor. "De todos los libros santos, habíale dicho Jesús, escoge una sola palabra: "amor". Desde ahora el corazón de Catalina le palpita tan violentamente que acabará por romperle el pecho. Su cuerpo se torna incandescente. Toda ella es un volcán que salta chispas de amor. "Más, más", clamaba aún.

Todos quedan maravillados de aquel sagrado torbellino. Su mismo marido se torna en amante esposo, cristiano ferviente y ciudadano honrado. La vida de Catalina respira ahora más madurez, serenidad y seguridad, confianza y gozo. Afincada plenamente en Dios, todo, hasta los sufrimientos, queda asumido y transformado en amor, en gozo y serena esperanza.

Hasta el purgatorio, que ella contempló en sus visiones, será una mezcla inefable de tormento y amor, que se transforma en gozo y en júbilo, gozo que pronto se verá sublimado para ella en el paraíso.

No es justo, pero la gente bella obtiene trato preferencial. Cuando a los profesores se les enseñan las fotos de los estudiantes junto con una lista de títulos, atribuyen los mejores títulos a los estudiantes más atractivos. En las entrevistas de trabajo, los pretendientes más atractivos sacan mejor puntuación que otros de apariencia más ordinaria.

Santa Catalina de Génova fue una belleza del siglo quince. También era inteligente, sensible y religiosa. Decididamente, el tipo de persona que te encanta odiar. A veces nos volvemos envidiosos de gente como Santa Catalina que parecen tenerlo todo. Sólo vemos su perfección física y sus excelentes cualidades, y suponemos que ellas y sus vidas son perfectas. Comparamos su abundancia con nuestras carencias y comenzamos a sentir grandes oleadas de celos y envidia.

La envidia es uno de los pecados más destructivos. No por casualidad es uno de los siete pecados llamados capitales. La envidia es un cáncer del alma. Devora nuestra paz al tiempo que desea el mal para la otra persona. Desea lo que no podemos tener, y más aun que eso, no quiere que nadie más lo tenga.

El único modo de superar la envidia es comprender que ni nada, ni nadie, es perfecto, ni siquiera un santo. Aunque poseía muchas virtudes, se dice que Catalina carecía de humor e ingenio. Más aún, su marido fue un manirroto infiel y malhumorado. Cuando comprendemos que las cualidades que envidiamos vienen en el mismo paquete que otros rasgos que no desearíamos, resulta más sencillo quedar satisfechos con lo que tenemos.

SANTA CATALINA DE SUECIA 1330-1381

Aun después de hacerse protestantes, los suecos siguen viendo en ella un prototipo nacional de mujer resuelta y animosa, de fuerte personalidad y atraída por el imán espiritual de Roma, lo mismo que la soberana conversa que fue Cristina. Si ésta no fue santa (aunque se la sepultó en San Pedro) y dejó un recuerdo entre libertino, novelesco y extravagante, Catalina y su madre, Brígida, están en los altares.

Hija, pues, de la Brígida fundadora a la que veremos el 23 de julio, después de un matrimonio blanco - había hecho voto de castidad - con el piadoso conde Edgard Lydersson, en el 1350 se trasladó a Roma para ayudar a su madre, ocupada en conseguir que los pontífices aprobaran la orden del Santísimo Salvador.

Un cuarto de siglo vivieron ambas en la Ciudad Eterna entre grandes austeridades, cuidando a pobres y enfermos, y corriendo también graves peligros de toda índole que Catalina afrontaba con una decisión y una confianza en Dios que caracterizan su intrépido modo de ser.

Tras enviudar, a la muerte de Brígida volvió a su patria, fue abadesa del monasterio de Vadstena, en la orilla derecha del lago Vattern, y aún en el 1375 efectuó de nuevo el largo viaje hasta Roma para activar la aprobación de la orden y promover la canonización de su madre.

Murió en Vadstena como un espejo de virtudes, y según la tradición se vio surgir en el cielo una estrella desconocida que permaneció en el aire sobre el monasterio hasta que llevaron a enterrar a la santa, para luego desaparecer cuando su fatigada humanidad andariega volvió al polvo.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

(SBJ = Sagrada Biblia de Jerusalén)


Respuesta  Mensaje 24 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 26/03/2010 00:17

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

 

"yo hago siempre lo que le agrada"

Jn 8, 21-30

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.        "YO ME VOY”

Oír, no es estar de acuerdo o admitir, y a los judíos les sucede esto, escuchan las enseñazas de Jesús, pero no admiten su palabra, pero aún más, rechazan a Jesús. De este modo, los judíos se pierden en las esperanzas, pero lo peor pecan contra la verdad.

En efecto, la obstinación judía en desconocer a Jesús como Mesías le lleva a hacerles esta advertencia. "Yo me voy”. Es su ida por la muerte al Padre. Es el aspecto triunfal de la muerte de Jesús. Ahora que lo tienen presente como “la luz del mundo” no lo quieren reconocer como tal.

2.        “USTEDES ME BUSCARÁN” Y NO ME HALLARÁN.

Y, sin embargo, Jesús les advierte cómo “ustedes me buscarán” y no me hallarán. El sentido de la frase de Jesús es amplio. Los judíos siempre estaban expectantes en su historia por el Mesías; máxime en los días de Jesús había una excepcional expectación mesiánica, como se ve bien en el movimiento creado en torno al Bautista. En todo ello, los judíos buscaban implícitamente al Mesías, que es Jesús. Y, al buscarle fuera de él, no le podrán encontrar, como les dijo más explícitamente “morirán en su pecado”. Con lo que Jesús le expresa una responsabilidad personal. Por lo mismo, les dice "Adonde yo voy, ustedes no pueden ir"

3.        ADONDE YO VOY, USTEDES NO PUEDEN IR

Judíos y fariseos no concebían que ellos no pudiesen dejar de estar en todo lo que fuese lo mejor. De ahí la malévola insidia que lanzan. "¿Pensará matarse para decir: "Adonde yo voy, ustedes no pueden ir"? Si hubiese pensado ir a predicar a la “diáspora,” también allí tenía el Sanedrín sus medios de espiarlo y hacerse con El. Lo sabían muy bien ellos (Jn 7:35). Pero el pensamiento es ahora presentado en una forma más terminante. “¿Pensara matarse?” El suicidio era considerado como un gravísimo delito. Era, a un tiempo, una injuria a Jesús y un modo de manifestar farisaicamente la seguridad de su santidad y del cielo. ¡Sólo a la gehenna (El fuego del castigo eterno) era a donde ellos no podían ir!

4.        "USTEDES SON DE AQUÍ ABAJO, YO SOY DE LO ALTO”

Pero Jesús decía con insistencia el abismo radical que había entre El y ellos, y el lugar adonde El iba: "Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo”

No sólo Jesús es de “arriba” porque siempre hace lo que es de agrado del Padre, la única norma de su actividad y enseñanza, sino también en el sentido de que El bajó del cielo por la encarnación. Y así ahora El va al Padre, al que lo envió; y a donde ellos no pueden ir sin creer en El, porque El es el camino (Jn 14:6) para ir al Padre (Jn 14:6b). Sin creer en El, morirán en sus pecados.

5.        "USTEDES MORIRÁN EN SUS PECADOS".

La redacción del evangelio dice así: "Ustedes morirán en sus pecados". Porque si no creen que yo soy, morirán en sus pecados. Jesús dice “yo soy”, el es el enviado, el Mesías, el Hijo de Dios. El Dios de Israel, y el único Dios verdadero. Jesús, al decir “yo soy” quiere identificarse y caracterizarse con esta palabra, es, pues, el único Salvador. Del Dios único.

El curso del diálogo al preguntarle: “¿Tú quién eres?” les respondió: "Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo” .Jesús le quiere decir, ustedes me preguntan quien soy, pero ante todo es preciso conocer cuál es mi doctrina, porque sus palabras son las que dan testimonio por El. También le hace ver como El, al principio y después le ha hablado y enseñado y les continua hablando y enseñando.

6.        “DE USTEDES, TENGO MUCHO QUE DECIR, MUCHO QUE JUZGAR”

Luego Jesús les dice: “De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo". A pesar de la mala comprensión e incredulidad de los judíos con relación a Jesús, El les dice que tendría que decir aún muchas cosas precisamente acerca de ellos, de su actitud hostil e incrédula; y, como consecuencia de ese enjuiciamiento que tendría que hacerles, se seguiría el condenarles muchas cosas de su conducta y, sobre todo, la actitud e incredulidad ante El.

Pero omite seguir ahora por este camino. ¿Por qué? La razón que alega pudiera extrañar: “Pero el que me ha enviado es veraz y Yo hablo al mundo lo que oí a El. La palabra que califica al Padre es “veraz,” y Jesús sólo dice la verdad. Así ahora lo que enseña el sentido de “fidelidad.” “Dios es veraz”: fiel a sus promesas (Rom 3:4; cf. v.3). Como Jesús sólo se atiene al plan del Padre, y éste es “fiel” al mismo, no quiere que Jesús condene ahora, sino que ejerza su función de Salvador.

7.        "CUANDO USTEDES HAYAN LEVANTADO EN ALTO AL HIJO DEL HOMBRE, ENTONCES SABRÁN QUE YO SOY”

Pero la enseñanza continúa. Esa actitud hostil e incrédula que tengan con El, sería un día vencida por la evidencia de la historia. Cuando “eleven” al Hijo del hombre, conocerán que “soy yo.”

El anuncio de "Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que yo soy” es cuando ellos lo “eleven” en alto se refiere a la cruz. Pero esto evocando el sentido triunfal, es decir, por la cruz, la subida al Padre. Y por su “elevación” a la cruz y por su ida a la derecha del Padre, manifestada en prodigios, tendrán que comprender la verdad de todo lo que les diga: que sólo hizo aquello para lo que el Padre le envió, que sólo hizo “lo que es de su agrado” (Is 38:3), y que su Padre “estuvo con El siempre”. Como dice Jesús: “El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada"..

8.        “HABLÓ COMO JAMÁS HOMBRE ALGUNO HABLÓ”

Pero el “Yo soy” además expresa la divinidad de Jesús, no sólo porque los milagros confirmaron la doctrina de su filiación divina, sino también porque ella evoca el nombre inefable de Yahvé, y aquí aplica sobre El este nombre y su realidad: “Yo soy”.

Sin embargo, este conocimiento que los judíos, según les anuncia, tendrán de El, no es un anuncio de su conversión. Pues antes les había dicho que lo buscaran y al no creer en El, “morirían en su pecado”. Se refiere Jesús, a la experiencia que, por fuerza de los hechos, les hará ver que El era el que dijo. Los hechos triunfales en su resurrección, el cumplimiento de las profecías, la fundación y crecimiento de su Iglesia, la destrucción anunciada de Jerusalén, etc., serían otros tantos hechos que se imponían objetivamente sobre la realidad subjetiva de su apreciación; Jesús, en todo, sólo obedecía al Padre. Y éste confirmó su obra.

El vigor y convicción de estas palabras de Jesús, que “habló como jamás hombre alguno habló” (Jn 7:46), y que atrajo a El a los ministros sanedritas, impresionó al auditorio. Y “muchos” entonces “creyeron en El.” Pero esta fe podía tener muchos grados y adhesiones, como El mismo dijo en otra oportunidad.

9.        “PORQUE YO HAGO SIEMPRE LO QUE LE AGRADA”.

Los evangelios de san Juan, necesitan mas que investigar o escudriñar, introducirse en el mundo de Jesús. Ser de este mundo, es hacer un vida material, la misma que menoscaba la dignidad humana, y ser del otro mundo, es hacer la vida espiritual de la divina gracia. Es así como los que son de este mundo, no pueden comprender las cosas del alto, esa que son del mundo de espíritu. En otras palabras, para comprender las cosas de Dios, con facilidad y gozar de ellas, no hay que ser de este mundo. En efecto, si somos de este mundo, no apreciaremos las cosas del Padre, no las comprenderemos y no las valoraremos. Introducirse en el mundo de Jesús, es ver nuestra sociedad con una escala de valores distintos a las que Jesús nos propone en cada Evangelio.

Refiriéndose al Padre, Jesús dice: “porque yo hago siempre lo que le agrada”. Esta debe ser nuestra norma de vida, esta debe ser nuestra conducta, ese debe ser nuestro mundo.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO 1538-1606

Nunca se ponderará bastante la influencia del Evangelio en el "nacimiento" de América. Por eso, más que hablar de descubrimiento o conquista, nos gusta hablar de la evangelización de América. Pronto celebraremos el V centenario. Porque, junto a los capitanes y aventureros, iban siempre los evangelizadores, junto al héroe de la espada, el héroe de la cruz. Junto a Pizarro, fundador de Lima, Toribio de Mogrovejo, segundo arzobispo de Lima.

Santo Toribio había nacido en Mayorga, en el antiguo reino de León, de hidalga familia. Estudió en Valladolid, Salamanca y Coimbra, fue profesor en esta última universidad y se graduó en ambos derechos en Salamanca.

En 1575 se le nombró para un cargo muy delicado, el de presidente de la Inquisición granadina. Este título terrible, de tan amargos recuerdos, se convierte en sus manos en instrumento de amor, de piedad, de salvación.

Don Juan de Austria acababa de sofocar la insurrección de los moriscos. Los vencidos encuentran en el inquisidor un padre y protector, demasiado suave, según algunos, que le tratan de encubridor y protector de la herejía. Las mismas acusaciones verterán contra él después en América. También allí será el protector de los indios, de todos los desvalidos.

Su prestigio llega a tanto, que todavía seglar, es considerado como la persona más apta para ser arzobispo de Lima, caso de aceptar el servicio a la lglesia en el sacerdocio ministerial. Vencidas dudas e ilusiones durante un trimestre, lo acepta como una misión, en agosto de 1578. Va recibiendo, una a una, las órdenes menores y el subdiaconado. En marzo de 1579, le llega el nombramiento consistorial. Se ordena de diácono y de sacerdote. Visita su pueblo natal. En agosto de 1580 es consagrado obispo en Sevilla; y marcha a aquella misión, que le han propuesto, y ha aceptado.

La esperanza del martirio le ayudó a decidirse. No derramó su sangre de una vez, pero lo hizo gota a gota, como el más grande de los misioneros americanos. Fue un gran misionero y un gran prelado. Según Justo Pérez de Urbel, resumió en su persona los rasgos de Carlos Borromeo y de Francisco Javier.

Se puso a cumplir sin tardanza las tareas que Trento trazó para los obispos: sínodos, misiones, erección de parroquias, reforma del clero, corrección de costumbres. Ataja las violencias, lanza severos castigos contra los culpables, y él, que era todo bondad, no duda en prodigar lo que se llamaba "el ladrillo de Roma", la excomunión, contra todo el que maltrataba a los indios, contra todo el que faltaba a su sagrada misión pastoral.

Recorre una y otra vez el Perú, aprende varias lenguas indígenas para poder predicar en ellas, reúne trece sínodos diocesanos, publica un catecismo, funda el primer seminario de América, se enfrenta con los privilegios abusivos de las grandes órdenes religiosas y con el absolutismo del virreinato.

Dice Gheorghiu que el sacerdote tiene que tener "piernas de cabaIlo". Toribio las necesitaba. Su archidiócesis era tan grande como un reino. Distancias inmensas, montañas altísimas, pueblos perdidos en los Andes, ríos desconocidos... No importaba. Además de convocar en cuatro lustros quince sínodos y de reunir cuatro veces a los obispos de América meridional, el intrépido misionero, en dieciséis años, recorrió cuarenta mil kilómetros, llegó a la última aldea, sin caminos y con graves peligros.

Entraba en los míseros bohíos. Impresionaba a los indios su talla majestuosa y su noble ademán. Pero sobre todo se los atraía con su bondad. Les hablaba en quechua de Jesucristo, les agrupaba en torno a una iglesia y luego volvía para administrarles la Confirmación. Son incontables los que confirmó, entre ellos una niña que luego sería Santa Rosa de Lima.

Las correrías y peripecias de Toribio nos recuerdan las de San Pablo. Rodar por las rocas, perderse en los bosques, caer en los ríos, hundirse en los ventisqueros y en las lagunas. Más peligros había aún en los indios, tan tornadizos. Tuvo que sufrir injurias y rebeldías. Veinte veces pasó sereno entre el silbo de las flechas envenenadas. Pero nada le detenía. Si podía salvar un alma, iba hacia ella, aun con peligro claro de muerte.

El operario infatigable ya podía descansar. La muerte le sorprende, el Jueves Santo de 1606, en el curso de uno de sus numerosos viajes, en Saña Grande, donde se hace cantar por un misionero, al son de un arpa, el salmo "In te, Domine speravi".

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 

 
 
 

Respuesta  Mensaje 25 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 26/03/2010 00:18

Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque yo he salido de Dios y vengo de él

Jn 8, 31-42

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.        "SI USTEDES PERMANECEN FIELES A MI PALABRA”

Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: "Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: En esta ocasión, Jesús hace un discurso para enseñar y aconsejar a “aquellos judíos que habían creído en él”. La fe de sus amigos seguidores, es distintita en cada uno de ellos. Sin embargo, a pesar de que esta sea grande o pequeña, ellos eran sus discípulos. Entonces Jesús, les hace ver que para ser verdaderamente sus discípulos, han de permanecer fieles a su “palabra,” que es su enseñanza: el Evangelio. Esta permanencia es el sentido de una fuerte unión y muy intima con EL, en otras palabras es hacer vida en su palabra, instalarse en ella, alimentarse de toda su savia.

2.        CONOCERÁN LA VERDAD Y LA VERDAD LOS HARÁ LIBRES

Pero el ser discípulos verdaderos de Jesús lleva consigo, entre otros privilegios, éste es conocer la verdad, pero de manera auténtica, profunda y vital, y la verdad los librará, por eso les dice; “conocerán la verdad y la verdad los hará libres". Sin embargo ellos no comprendieron inmediatamente las palabras de Jesús, sobre de que los hará libres, por eso ellos entablan un dialogo con cierta polémica.

“Ellos le respondieron: "Somos descendientes de Abraham y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes decir entonces: 'Ustedes serán libres'?".

Por la forma como emplazan a Jesús, casi con rigidez, estos judíos convertidos parecen mas preocupado por su linaje de Abraham y que no han sido esclavos de nadie y es porque ellos tomaron las palabras de Jesús en sentido material, entonces adoptan una postura despectiva. Por otra parte, el hecho de pertenecer al linaje de Abraham les hacía sentir superiores. Pero también ellos quieren que Jesús les aclare lo que les esta diciendo, pero al mismo tiempo quieren ponerse a resguardo de que Jesús les haga alguna censura. Así es como se preguntaban, de que, los podía liberar Jesús.

3.        "LES ASEGURO QUE TODO EL QUE PECA ES ESCLAVO DEL PECADO”.

Jesús les respondió: "Les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado”. De esta forma, El les hace ver la más terrible servidumbre en que están y pueden permanecer: “el que comete pecado es esclavo del pecado.” La historia de Israel les hacía ver que las invasiones experimentadas eran el castigo a las infidelidades externas a Yahvé, aparte de los pecados personales íntimos. Pero el pensamiento de Jesús se orienta concretamente a una nueva perspectiva de su trasgresión moral: su actitud hostil ante Jesús, el Mesías; su obstinación en no reconocerle. Esto los hace reos de un pecado gravísimo (Jn 9:39-41); son, pues, esclavos. Necesitan creer en El, para que esta verdad los haga libres de su error judío.

El pecado es siempre el dominio de la concupiscencia sobre el espíritu, de la pasión sobre la razón, de la parte animal sobre la espiritual. No es menos cierto que una desenfrenada pasión hace cometer increíbles abusos, pues la pasión no permite ver las cosas con serenidad, incluso, no es capaz de determinarse con libertad, por esa razón la esclavitud del pecado, es la más grande de las servidumbres.

4.        “EL ESCLAVO NO PERMANECE PARA SIEMPRE EN LA CASA; EL HIJO, EN CAMBIO, PERMANECE PARA SIEMPRE”

Pero Jesús les hace ver que todo descendiente de Abraham era considerado como un hombre “libre”. Pero la simple pertenencia material racial no salva. Y el pensamiento, se ilustra con una evocadora comparación, en la que se expresa también la necesidad de esta fe liberadora en Jesús

Dice Jesús: “El esclavo no permanece para siempre en la casa; el hijo, en cambio, permanece para siempre.” En efecto, en una casa, el esclavo siempre está expuesto a ser despedido y a no permanecer en ella; el “hijo,” en cambio, es como dueño de ella y heredero natural de la misma: “el hijo permanece para siempre.” Sin la fe en Jesús, Israel está expuesto a ser echado fuera de la “casa,” del reino. Su pensamiento se entronca con las parábolas y alegorías en que se anuncian la expulsión del pueblo elegido del reino mesiánico (Mt 22:1ss, etc.). Pero, al mismo tiempo, se enseña que la verdadera “liberación,” que es la moral, no la da la Ley, sino que es obra del Hijo. Jesús es el Redentor de todo pecado.

5.        “POR ESO, SI EL HIJO LOS LIBERA, USTEDES SERÁN REALMENTE LIBRES”

Luego Jesús les dice: “Por eso, si el Hijo los libera, ustedes serán realmente libres. Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes.” Pero, además, para hacerles ver que no son verdaderos hijos de Abraham, en el sentido moral, es que no hacen las obras del padre de la fe. Pues aquél “creyó” en el Mesías futuro, Jesús, y éstos, en lugar de creer en Jesús, pretenden matarle (Mt 21:33-46 par.). Eran enemigos de creer en aquel en quien creyó Abraham. Por eso no tenían la verdadera filiación del padre de los creyentes, y aun creyéndose libres, eran “esclavos” de pecados y del gran pecado de no creer en Jesús, el liberador de la servidumbre.

Jesús nos ha enseñado, que la verdadera libertad de los hijos de Dios, solamente se consigue con la vida de la gracia, y es el triunfo del bien sobre el mal, el triunfo de la gracia sobre el pecado.

6.        YO DIGO LO QUE HE VISTO JUNTO AL PADRE, Y USTEDES HACEN LO QUE HAN APRENDIDO DE SU PADRE.

Luego, Jesús les responde: “Yo digo lo que he visto junto al Padre, y ustedes hacen lo que han aprendido de su padre". Ellos le replicaron: "Nuestro padre es Abraham". Y Jesús les dijo: "Si ustedes fueran hijos de Abraham, obrarían como él”. Al no hacer las obras de Abraham, Jesús los acusa de hacer las “obras que han aprendido del padre de ellos y este es el diablo.

Observamos que el diálogo es polémico y se inicia con la protesta que los judíos hacen a Jesús, que les dijo que siguen al “padre” de ellos, diciendo que "Nosotros no hemos nacido de la prostitución; tenemos un solo Padre, que es Dios". Es la protesta de su fe y fidelidad al Dios de Israel (Ex 20:2-6,). Naturalmente, no se alude a ninguna descendencia ilegítima. En el vocabulario profético se expresa con el término “prostitución” o “fornicación” la idolatría, la infidelidad de Israel adorando a otros dioses, fuera de Yahvé, el Esposo de Israel (Os 1:2; 2:6; Jer 2:20; Ez 16:15ss). “Cuando se volvió de la cautividad, se consideraba impureza el unirse a una mujer pagana, y al hijo nacido de tal matrimonio se lo tenía por ilegítimo y perteneciente a la familia de Satán, el dios de los gentiles. Probablemente es en este sentido en el que los judíos dicen que no tienen más padre que a Dios. Es decir, que nacieron en las circunstancias normales teocráticas y no corre por ellos sangre idólatra”. Pero no basta esto.

7.        "SI DIOS FUERA SU PADRE, USTEDES ME AMARÍAN, PORQUE YO HE SALIDO DE DIOS”

Jesús prosiguió: "Si Dios fuera su Padre, ustedes me amarían, porque Yo he salido de Dios y vengo de Él. No he venido por mí mismo, sino que Él me envió".

Si tuviesen verdaderamente a Dios por padre, creerían en El, pues de El “salió” por la encarnación. Jesús es el legado y el gran don de Dios. Si ellos aman a Dios, tenían que amar a Jesús, que es su enviado. Pero si ellos no pueden entender el lenguaje de Jesús ni pueden oír su palabra, es debido a sus malas disposiciones morales para ello. Pues Jesús viene como su legado (Jn 7:28), y ha sido “sellado” por el Padre (Jn 6:27, etc.) con milagros, que son “signos.” Es todo el tema del evangelio de san Juan.

Quien ama al Padre, no puede menos que amar al Hijo, del mismo modo, quien ama al Hijo, con es mismo amor abraza al Padre y se entrega a El.

Muchas veces nos quejamos de falta de amor, y Jesús nos da la respuesta, es porque no consideramos a Dios como nuestro Padre, es decir no vemos a Dios como nuestro amado Padre. No nos acerquemos al Padre solo porque tenemos temor y algo nos angustia, vayamos a El porque le amamos y porque confiamos en Dios, de ese modo será más fácil descubrir la paternidad de Dios.

Después de esta hermoso discurso de Jesús, sobre lo que es sentirse libre de verdad, le pediremos a Dios, que nos limpie el corazón de todo pecado y sus influencias, y vayamos a buscar el sacramento de la penitencia, a fin de ir purificando nuestras culpas.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SAN AGAPITO S. III

Obispo de Sínnada, en Frigia, durante el siglo III, se hizo célebre por su oración y presencia de Dios.

Y también por su fama taumatúrgica, tan renombrada como las canteras marmóreas de Sínnada; con su alabastro de una blancura, símbolo de la que el alma precisa para reflejar a Dios.

Así lo había expresado San Teófilo, obispo de Antioquía, y cronológicamente el primer gran teólogo cristiano: "Si me dices: "Muéstrame a tu Dios", te diré yo a mi vez: "Muéstrame primero a tu hombre y yo te enseñaré a mi Dios". Antes debo saber si tus ojos y tus oídos (espirituales) están dispuestos para percibirle. No basta con poseer los ojos del corazón. Todos los tienen. Se deben tener sin manchas ni nubes interiores que estorben recibir la luz del sol. Si los ciegos no ven la luz, no es esa culpa de la luz del sol, sino deficiencia de la ceguera y de los ojos de uno mismo. Además el espejo del corazón del hombre debe estar bien bruñido para que se refleje límpida la imagen divina. Mientras haya vaho en la superficie del metal del espejo, no hay por qué exijamos se vea con nitidez el semblante del que en él se mire. Pues bien, el pecado es al alma lo que el vaho al espejo. Dices te enseñe mi Dios. Enséñame primero cuál eres como hombre; si eres dado al libertinaje, si despojador, si dado a la envidia, o a la arrogancia y la soberbia, si insubordinado a los mayores. No dirijas tus ojos a Dios sin saber si está purificada tu vista".

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 


Respuesta  Mensaje 26 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 26/03/2010 00:19

"He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra"

Pedro Sergio Donoso Brant

Lc 1, 26-38

1.      “Y AL SEXTO MES, EL ANGEL GABRIEL FUE ENVIADO POR DIOS

“Y al sexto mes, el Angel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David, y el nombre de la Virgen era María.”

“Y al sexto mes”. El ángel fue enviado a María en el sexto mes de la concepción de Juan Bautista, este corresponde según la cristiandad antigua al mes de Marzo, y se ha fijado como fecha el 25 de ese mes. Nueve meses más tarde, el 25 de Diciembre es la fecha de nacimiento de Jesús. El porque de esa fecha, es algo de la divina sabiduría.

“El Angel Gabriel fue enviado por Dios” Digno principio de la restauración humana ha sido lo que hizo Dios al enviar a un Angel a la Virgen , que sería consagrada con un parto divino. Porque la primera causa de la perdición humana fue que la serpiente fuese enviada a la mujer por el espíritu de la soberbia y la maldad.

A María Virgen no se envía un ángel cualquiera, sino el arcángel San Gabriel, Lucas lo designa por su propio nombre. Gabriel, viene por una parte de Gabri, que es “mi hombre”, el que se entiende como hombre fuerte o protector, y El, que es Dios, entonces se considera que Gabriel es “mi protector es Dios”, también se le traduce como “fortaleza de Dios”. Por la fortaleza de Dios había de ser anunciado el que, siendo Dios de las virtudes, venia a salvar a los hombres.

“Enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret”, Ciudad de Galilea (Mt. 2:23) donde moraban José y María (Lc. 2:39). Nazareo, significa coronado, de la corona de la flor, y se entiende también como consagrado, así se denominaban a los hombres o mujeres que era puesto aparte para Dios.

2.      “A UNA VIRGEN DESPOSADA”

San Agustín dice: “Sólo la virginidad pudo decentemente dar a luz a Aquel que en su nacimiento no pudo tener igual. Convenía, pues, que nuestro Redentor naciese, según la carne, de una Virgen por medio de un milagro insigne para dar a entender que sus miembros debían nacer de la Iglesia virgen, según el espíritu.”

San Jerónimo dice: “Con razón se envía un ángel a la Virgen , porque la virginidad es afín de los ángeles. Y ciertamente, vivir en carne fuera de la carne, no es una vida terrestre, sino celestial.”

San Juan Crisóstomo dice: “No anuncia el Angel a la Virgen después del parto, para que entonces no se turbe en demasía, sino que le habla antes de la concepción. No en sueños, sino presentándose de una manera visible. Porque como había de recibir una gran revelación, necesitaba de una visión solemne antes del cumplimiento.”

Lucas, dice dos palabras muy exactas en su definición, “Virgen” y “Desposada”. La primera denominación, “Virgen”, para que conste y no quepa la menor duda, que ella no conocía ninguna unión con un varón, esto es pura y sin mancha, y la segunda, “Desposada”, para que conste que desconocía la unión marital y para que quedase ilesa de la infamia de una virginidad manchada, cuando su fecundidad pareciese signo de corrupción.

Quiso Dios, la posibilidad que algunos dudasen de su nacimiento, pero no de la pureza de su Madre. Sabía que el honor de una Virgen es delicado y la reputación del pudor es frágil. Entonces no estimó conveniente que la fe de su nacimiento se demostrase con las injurias de su Madre. Es entonces como tenemos la más amplia convicción, de que la Santísima Virgen fue íntegra por su pudor, así su virginidad es inviolable en toda opinión.

San Ambrosio no comenta: “No convenía dejar a las vírgenes que viven en mala reputación esa apariencia de excusa, es decir, que la Madre misma del Señor pareciese difamada. ¿Qué se hubiera podido reprochar a los judíos y a Herodes si hubiese parecido que perseguían el fruto de un adulterio? ¿Cómo hubiera podido decir El mismo: "No vine a destruir la ley, sino a cumplirla" (Mt 5,17), si hubiese parecido comenzar por una violación de la ley, que condena el parto de la que no está casada? ¿Qué, por otra parte, da más fe a las palabras de la Virgen y remueve todo pretexto de mentira? Madre, sin estar casada, hubiera querido ocultar su falta con una mentira. Pero casada, no tenía motivo para mentir, puesto que la fecundidad es el premio y la gracia de las bodas. Tampoco es pequeña causa que la virginidad de María engañase al príncipe del mundo, el cual, viéndola desposada con un hombre, nada pudo sospechar respecto de su parto.”

“Con un varón que se llamaba José” Esta claro, que si María, no hubiera tenido esposo, la habladuría sería mayúscula. Conocemos la debilidad de lo hombres, el comentario malicioso, la mala fe, la incredulidad, entonces Dios, se sirve del marido, como un seguro testigo del pudor de su desposada, he ahí, un hombre justo.

“De la casa de David y el nombre de la Virgen era María". Se refiere directamente a los dos como miembros de la misma familia o tribu, así era como estaba mandado por le ley Judía.

María en Sirio, significa Señora, sin embargo la definición del significado de la palabra María en hebreo que más me agrada, es la que quiere decir “estrella del mar”, referido a la luz del astro, y con razón, porque mereció llevar en sus entrañas al Señor del mundo y a la luz constante por los siglos.

Lucas 1, 28-29

3.      "DIOS TE SALVE, LLENA DE GRACIA, EL SEÑOR ES CONTIGO

“Y habiendo entrado el Angel donde estaba María, le dijo: "Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres": Y cuando ella esto oyó, se turbó con las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta.”

“Y habiendo entrado el Angel donde estaba María”. Allí estaba María, no estaba en el bosque, ni el campo, ni en la montaña, estaba en su habitación, sola y solo un ángel sabía donde encontrarla, donde están las mujeres como ella, donde ningún hombre llega. Aquí no se produce una conversación animada y distendida, entre dos o más persona, es algo muy digno, es un ángel que viene a anunciar.

"Dios te salve, llena de gracia”. No vino como en el caso de Eva a señalar un castigo como los dolores del parto a causa del pecado, viene a desterrar la tristeza, viene a anunciar la alegría, vine con gozo, sus palabra son una composición poética que alaba a la Virgen María. Así el ángel anuncia con razón la alegría a la Virgen , diciendo: "Dios te salve" y para ratificar que es digna de ser desposada, dice: "Llena de gracia".

San Jerónimo, nos comenta: “Y en verdad que es llena de gracia, porque a los demás se distribuye con medida, pero en María se derramó al mismo tiempo toda la plenitud de la gracia. Verdaderamente es llena de gracia aquella por la cual toda criatura fue inundada con la lluvia abundante del Espíritu Santo. Ya estaba con la Virgen quien le enviaba su ángel y el Señor se anticipó a su enviado. No pudo ser contenido en un lugar, Aquel que está en todas partes; de donde sigue: "El Señor es contigo".

“El Señor es contigo”, San Agustín, dice:“Más que contigo, El está en tu corazón, se forma en tu seno, llena tu espíritu, llena tu vientre.”

Este es el complemento de todo el mensaje: El Verbo de Dios como Esposo que se une de una manera superior a la razón, como engendrando El mismo y siendo engendrado, adaptó a sí mismo toda la naturaleza humana.

4.      “BENDITA TÚ ENTRE LAS MUJERES".

A saber, una sola entre todas las mujeres, pero también para sean bendecidas en ella todas las mujeres que imitaran por siempre su santidad y su ejemplo de madre, como los hombres serán bendecidos en su Hijo, que seguirán sus enseñazas y lo imitaran. Todo un cambio nos trae Dios, porque así como por medio de una mujer y un hombre entraron en el mundo el pecado y la tristeza, así ahora por una mujer y por un hombre vuelven la bendición y la alegría, y se derraman sobre todos.

“Y cuando ella esto oyó, se turbó con las palabras de él, y pensaba qué salutación sería ésta.”

Normal en toda mujer inocente y pura, turbarse, esto es una pequeña alteración por la sorpresa, alguien entro sin aviso a su habitación, como dijo San Ambrosio. “Temblar es propio de las vírgenes, y el sobresaltarse cuando se acerca un hombre y temer todo trato de los hombres. Aprended, vírgenes, a evitar toda licencia de palabras. María se conturbaba hasta de la salutación del ángel.”

Comprendamos la situación de María, ella sabía de las apariciones de los ángeles, por eso no se turbo por su presencia, en los apócrifos se dice que de niña fue alimentada por los ángeles, ella se turbo “con las palabras de el”, como dice el Evangelio, por tanto me inclino a considerar que fue por el pudor y la prudencia de la Virgen y su alma.

Entonces, oída la alegre noticia, examinó lo que se le había dicho y no se resiste abiertamente por incredulidad, tampoco se somete al punto por ligereza, Por esto continúa Lucas diciendo: "Y pensaba qué salutación sería ésta", un saludo que nunca hasta ese minuto había oído nadie jamás, pues estaba reservada solamente para María.

5.      "NO TEMAS, MARÍA, PORQUE HAS HALLADO GRACIA DELANTE DE DIOS

 “Y el Angel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios: he aquí que concebirás en tu seno y parirás un hijo y llamarás su nombre Jesús. Este será grande y se llamará Hijo del Altísimo, y le dará al Señor Dios el trono de David, su Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin su reino".

Y el Angel le dijo: "No temas, María, Como había visto que la Virgen se había turbado con aquella salutación no acostumbrada, la llama por su nombre, como si la conociese más familiarmente, y le dice que no debe temer.

También podemos opinar que trato de decirle: No he venido a engañarte, sino más bien a dar la absolución del engaño. No he venido a robarte tu virginidad inviolable, sino a preparar tu seno para el autor y el defensor de la pureza. No soy ministro de la serpiente, sino enviado del que aplasta la serpiente. Vengo a contratar esponsales, no a maquinar asechanzas. Así, pues, no la dejó atormentarse con alarmantes consideraciones, a fin de no ser juzgado como ministro infiel de su negociación.

“Porque has hallado gracia delante de Dios”. Quien merece gracia delante de Dios, nada tiene que temer.

¿Cómo puede encontrar esta gracia cualquiera que sea, sino por medio de la humildad? “Dios resiste a los soberbios pero da gracia a los humildes.” (1 Pe 5,5)

La Virgen encontró gracia delante de Dios porque, adornando su propia alma con el brillo de la pureza, preparó al Señor una habitación agradable. Y no sólo conservó inviolable la virginidad, sino que también custodió su conciencia inmaculada.

6.      “HE AQUÍ QUE CONCEBIRÁS EN TU SENO”

Muchos habían encontrado gracia antes que ella; y por lo mismo añade lo que es propio de este caso. La palabra "he aquí" denota la prontitud y la presencia, insinuando con dicha palabra que la concepción se había celebrado al instante.

Severo de Antioquía dice: "Concebirás en tu seno" para demostrar que el Señor toma carne del mismo seno virginal y de nuestra sustancia. Vino, pues, el Verbo Divino a limpiar la naturaleza humana, el parto y el origen de nuestra generación. Por eso, sin pecado y sin concurso de hombre, es concebido en carne y llevado en el vientre nueve meses como nosotros.”

“Y parirás un hijo” Y como acontece especialmente que es concebido el Divino Espíritu y ella da a luz al Espíritu de salvación, según anunciara el profeta. No todos son como María, que cuando conciben al Verbo del Espíritu Santo, lo dan a luz. Hay de aquellos que abortan al Verbo antes de dar a luz (Lc 22), y hay de aquellos que tienen a Cristo en su seno pero que todavía no lo han formado.

7.      “Y LLAMARÁS SU NOMBRE JESÚS.”

Somos testigos que la expectación del parto infunde un cierto temor a las mujeres, en este caso, el anuncio de un parto dulce apaga esa aprehensión de temor cuando se dice: "Y llamarás su nombre Jesús". La palabra Jesús quiere decir Salvador. La venida del Salvador es el alejamiento de todo temor. "Tú lo llamarás", dice el ángel, porque no lo hará el padre, porque carece de padre en cuanto a la generación humana, así como carece de madre respecto de la generación divina.

Este nombre fue impuesto de nuevo al Verbo Divino, y convenía a la natividad de su carne, según aquello del Profeta: “Y te Será dado un nombre nuevo, que la boca de Dios Otorgará.” (Isaías 62,2)

“Este será grande”. Seguro, porque no se asemejara a nadie, San Juan fue grande como hombre, pero en este caso será grande como Dios. Consideremos entonces la grandeza de nuestro Salvador, como el más grande.

“Y se llamará Hijo del Altísimo.” No somos nosotros los indicados a poner un nombre, es El Padre, quien conoce a su hijo quien lo hace, el sabrá muy bien quien será Jesús, como cuando nos dice "Este es mi hijo muy amado". (Mt 17,5) Existe desde la eternidad, aunque ahora para nuestra inteligencia se manifiesta su nombre. Y por esto dice "será llamado", no "será hecho" ni "será engendrado", porque ya antes de los siglos era consustancial esto es de la misma naturaleza o esencia al Padre. Concebirás, pues, a Este, serás su Madre. Tu vientre virginal contendrá a Aquel que vendrá a enseñarnos el mayor acto de amor y generosidad, el darlo todo por nosotros.

8.      "Y SU REINO NO TENDRÁ FIN".

“Y le dará al Señor Dios el trono de David, su Padre: y reinará en la casa de Jacob por siempre, y no tendrá fin su reino".

Para que se sepa con claridad que el que había de nacer de Virgen era el mismo Cristo que los profetas prometieron que nacería de la descendencia de David.

Sin embargo, el cuerpo purísimo de Jesucristo no procede de José, aunque descendía de la misma línea de parentesco que la Virgen , de la cual el Unigénito del Padre tomó la forma humana.

"Y su reino no tendrá fin". Sólo Dios puede reinar eternamente. Por esto sucede que aunque se diga que toma el trono de David por la encarnación, en cuanto Dios es reconocido como Rey eterno, así como hoy que reina sobre muchos y finalmente reinará sobre todos porque todas las cosas le están sometidas (1Cor 15).

9.      Y DIJO MARÍA AL ANGEL: "¿CÓMO SE HARÁ ESTO, PORQUE NO CONOZCO VARÓN?"

San Ambrosio nos comenta que: Ni María debió rehusar de creer al ángel, ni usurpar temerariamente las osas divinas. Por eso se dice: "Dijo María al ángel: ¿Cómo se hará esto?" Esta respuesta fue más oportuna que la del sacerdote. Esta dice: "¿Cómo se hará esto?" y aquél dijo: "¿Cómo podré saber esto?". Aquél se niega a creer y parece como que busca otro motivo que confirme su fe, éste no duda que debe hacerse, puesto que pregunta cómo se hará. María había leído (Is 7,14): "He aquí que una virgen concebirá y dará a luz un hijo" y, por tanto, creyó que iba a suceder. Pero no había oído antes el cómo había de suceder. No se había revelado -ni aun al Profeta- cómo aquello se había de llevar a cabo. Tan gran misterio debía ser proclamado, no por la boca de un hombre, sino por la de un ángel.

Consideremos también las palabras de la purísima Virgen María. El ángel le anuncia el parto; pero ella insiste en su virginidad creyendo que ésta podría mancharse con sólo el aspecto de un ángel. Por eso dice: "Porque no conozco varón".

El conocimiento se entiende de muchas maneras. Se llama conocimiento la sabiduría de nuestro Señor; también la noticia de su grandeza; el cumplimiento de sus mandatos; los caminos que conducen a El y la unión nupcial, como aquí se entiende.

San Gregorio Niseno, dice que estas palabras de la Virgen son indicio de aquellas que encerraba en el secreto de su inteligencia. Porque si hubiese querido desposarse con José a fin de tener cópula, ¿por qué razón había de admirarse cuando se le hablase de concepción, puesto que esperaría ser madre un día según la ley de la naturaleza? Mas como su cuerpo, ofrecido a Dios como una hostia sagrada, debía conservarse inviolable, dice: "Puesto que no conozco varón". Como diciendo: Aun cuando tú seas un ángel, sin embargo, como no conozco varón, esto parece imposible. ¿Cómo, pues, seré madre si no tengo marido? A José sólo lo conozco como esposo.

10.  Y RESPONDIENDO EL ANGEL, LE DIJO: "EL ESPÍRITU SANTO VENDRÁ SOBRE TI”

El ángel, le aclara a María, que no tenga dudas, entonces le explica su misión inmaculada y el parto inefable, porque no se puede explicar con palabras, como si le dijese: No te fijes en el orden natural cuando se trata de cosas que traspasan y superan el orden de la naturaleza. Tú dices: "¿Cómo se hará esto, puesto que no conozco varón?" Pues por lo mismo que no conoces varón sucederá esto, porque si hubieras conocido varón, no serías considerada digna de este misterio. No porque el matrimonio sea malo, sino porque la virginidad es más perfecta.

Este era el Plan de Dios, el quiso que Jesús, participase con nosotros en el nacimiento y se distinguiese en él. Tuvo de común entre nosotros el nacer del vientre de una mujer y nos superó naciendo sin que aquélla se uniese a un hombre.

San Gregorio Niseno, dice:“¡Cuán bienaventurado aquel cuerpo que por la exuberante pureza de la Virgen María se vinculó a sí mismo el don del alma! En cada uno de los demás, apenas el alma sincera conseguirá la presencia del Espíritu Santo; mas ahora la carne resulta ser la mansión del Divino Espíritu.”

"La virtud del Altísimo te hará sombra". La virtud del Rey altísimo es Cristo, formado en la Virgen por la venida del Espíritu Santo.

Por las palabras: "Te hará sombra", se significan las dos naturalezas de Dios encarnado. Pues la sombra se hace con la luz y con el cuerpo. El Señor es la luz por su divinidad. Y como la luz incorpórea había de tomar cuerpo en las entrañas de la Virgen , oportunamente se dice que la virtud del Altísimo le haría sombra, esto es, en ti el cuerpo de la humanidad recibirá la luz incorpórea de la divinidad. Se dice también esto a María por el dulce consuelo dado por el cielo.

11.  “Y POR ESO EL FRUTO SANTO QUE NACERÁ DE TI SERÁ LLAMADO HIJO DE DIOS”

Aquí tenemos una gran diferencia con nosotros los hombres, porque a diferencia de nuestra santidad que la conseguimos con nuestra vida, Jesucristo nace Santo. Así es como, aunque nos hagamos santos, no nacemos santos. Jesus, es aquél verdaderamente ha nacido Santo, que no ha sido concebido de unión carnal alguna.

El ángel, ha mencionado en estas frases a toda la Santa Trinidad , ha nombrado al Espíritu Santo, al Hijo y al Altísimo, ciertamente el Dios Padre.

12.  "Y HE AQUÍ QUE ISABEL, TU PARIENTE, TAMBIÉN ELLA HA CONCEBIDO UN HIJO EN SU VEJEZ.

Este es el sexto mes a ella, que es llamada la estéril, porque no hay cosa imposible para Dios". Y dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Y se retiró el Angel de ella.”

"Y he aquí que Isabel, tu pariente”. Como lo que se ha dicho superaba a lo que la Virgen podía comprender, el ángel habló de cosas humildes, para persuadirla por medio de cosas sensibles, y por ello le dice: "Y he aquí que Isabel, tu pariente".

“También ella ha concebido un hijo en su vejez”, dando a entender su incapacidad natural. Prosigue: "Y está en el sexto mes". No anunció desde el principio el embarazo de Isabel, sino después de transcurridos seis meses, a fin de que el embarazo sirviese de prueba.

“Porque no hay cosa imposible para Dios" Así pues, recibe el ejemplo de la anciana estéril no porque haya desconfiado de que una virgen pueda dar a luz, sino para que comprenda que para Dios todo es posible, aun cuando parezca contrario al orden de la naturaleza.

13.  "HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR, HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA".

Y dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra". Estamos ante la gran humildad de María, mujer de gran devoción, el Señor sabía que elegía muy bien, ella va ser la madre del Redentor del Mundo, la madre del Salvador, la madre del Príncipe de la Paz , entonces dijo: "He aquí la esclava del Señor”, “He aquí la sierva del Señor". Se llama sierva la que es elegida como Madre, y no se enorgullece con una promesa tan inesperada. Porque la que había de dar a luz al manso y al humilde de corazón, debió ella misma manifestarse humilde. Llamándose también a sí misma sierva, no se apropió la prerrogativa de una gracia tan especial, porque hacía lo que se le mandaba. Es así como dice: "Hágase en mí según tu palabra", "He aquí la sierva del Señor", es su disposición a cumplir con su oficio. "Hágase en mí según tu palabra", es el deseo que concibe. Y se retiró el Angel de ella.

Cada cual puede admirar las palabras de Nuestra Madre la Virgen María de distinta forma, unos la prontitud de su obediencia, otros su disposición a cumplir, otros la humildad, otros el gran amor por Dios, yo he admiro y aprendí de ella el deseo de que se cumpla la voluntad de Dios.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

Nazaret era una desconocida aldea de guerrilleros. María era una insignificante adolescente de ese pueblo. Y sin embargo, ella fue la elegida por Dios para recibir la más extraordinaria noticia y misión de la historia: iniciar la última etapa del plan salvador de Dios a favor de la humanidad, si ella consiente en ser la madre del Hijo del Altísimo. María teme, pero no tiene miedo a Dios, pues lo trata a diario en su oración y contemplación; teme por su pequeñez e indignidad ante el sublime prodigio que se le propone: ser la madre del Mesías prometido por los profetas. No duda, pero pide explicaciones. Y las recibe: “Alégrate, llena de gracia. No temas. El Señor está contigo. El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te fecundará con su sombra”. Como si le dijera: “Esto es obra de Dios, no tuya. Tú sólo tienes que aceptar para que Dios actúe por tu medio”. Y a partir de su sí desciende sobre ella el Espíritu Santo, que hace germinar en su seno al Dios-con-nosotros. Todo cristiano, por serlo, es discípulo-misionero, que tiene en María el gran modelo a imitar: acoger a Cristo en su persona, y el Espíritu Santo hará el resto: realizará la obra de la salvación en él y a través de él.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 


Respuesta  Mensaje 27 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 26/03/2010 03:09

"Yo soy Hijo de Dios"

Jn 10, 31-42

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

Los judíos tomaron piedras para apedrear a Jesús. La escena pasa en Jerusalén, en los días en que se celebraba la fiesta de la Dedicación. Esta fiesta tenía por objeto conmemorar anualmente la purificación del templo por Judas Macabeo. La fiesta duraba ocho días Para la fiesta de la Dedicación no era obligatoria la peregrinación a Jerusalén, como en las otras tres grandes fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos. La escena tiene lugar cuando Jesús se paseaba en el templo, por el llamado pórtico de Salomón. En este escenario, un día de la fiesta de la Dedicación, los judíos, que son indudablemente, por su argumentación, los fariseos, lo rodean, lo estrechan así en un círculo para forzarle a una respuesta.

La respuesta de Jesús, es que ya se lo dijo repetidas veces, no tomando la misma palabra de Mesías, pero sí con las obras, que, hechas en nombre de mi Padre, dan, por lo mismo, testimonio de El. Pero, a pesar de todo, ellos no creen en El. Jesús les había dicho a los judíos, Lo que mi Padre me dio es mejor que todo, y nadie podrá arrebatar nada de la mano de mi Padre. Porque es un don que le dio el Padre, el cual es el don es más precioso que todas las cosas. Nada es comparable a la vida eterna, que Jesús dispensa. El mismo lo dijo en otra ocasión: ¿Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? (Mt 16:26; Lc 9:25) Por último, Jesús, como garantía de este poder salvífico que tiene para sus ovejas, proclama su divinidad, diciendo: Yo y el Padre somos una cosa. Directamente se expresa esta unidad entre el Padre y el Hijo en el poder. El Padre y el Verbo encarnado son una sola cosa. Pero lo son no sólo como un profeta, en el plan, conocimiento y actividad de Jesús para su obra salvadora. Sino también, por razón de la persona divina, tiene una unión ontológica divina con el Padre. En el prólogo, San Juan enseña abiertamente que el Verbo, que se va a encarnar, era Dios.

Entonces Jesús dijo: Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre y les pregunta por cuál de ellas le quieren apedrear. Los judíos fariseos que le oyeron, trajeron piedras de las que había allí mismo en el templo aún en construcción, y de las que se sirvieron los judíos en más de una ocasión para apedrear a la guarnición romana. Los judíos le respondieron: No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios. Al argumentarle los fariseos, sacando la conclusión que encerraba su enseñanza, que se hacía Dios, quisieron apedrearle, puesto que este tipo de pena era el que correspondía a los blasfemos.

Y el argumento que Jesús va a esgrimir contra ellos es éste: ¿No está escrito en la Ley de ustedes?: Yo dije: Ustedes son dioses. Si la Ley, llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada-¿cómo dicen: Tú blasfemas, a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: Yo soy Hijo de Dios. Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí.

En la Ley, que son los Salmos, pero que san Juan así en otras ocasiones las Escrituras, se lee la siguiente personificación escenográfica: Dios cita a su juicio a los jueces inicuos, y para nombrarles y constituirles como tales, les dice: Yo dije: Sois dioses, todos vosotros hijos del Altísimo (Sal 82:6). A los jueces, por recibir su poder de Dios (Rom 13:1) y porque el juicio es de Dios (Dt 1:17; cf. Dt 19:17), se los llama, en esta mentalidad semita, dioses, por participadores de este poder divino (Gen 1:27).

Partiendo de esto, Jesús va a usar un argumento, la Escritura no puede ser anulada, si llama dioses a unos hombres por participar un simple poder judicial, no puede ser blasfemia que El, a quien el Padre consagró y envió al mundo, y la prueba de lo que dice son los milagros, diga que es Hijo de Dios. Los milagros de Jesús eran tan evidentes, que aquí mismo los alega como testimonios inexcusables; precisamente los milagros fueron lo que hizo creer en El a Nicodemo y a otros grupos de fariseos. Más que un simple juez — Dios — era el que el Padre envió al mundo como su Mesías, y que, proclamándose el Hijo de Dios, lo rubricaba apologéticamente con milagros. Por eso alega esto, como en otras ocasiones, en el mismo evangelio de San Juan, para que sepáis y conozcáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre. Si Dios estaba jurídicamente presente en los jueces, tenía que estarlo realmente en el que se decía su Hijo.

Jesús luego les dice; Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre.

San Juan nos escribe en el capítulo 14, que Jesús dijo: El que me ha visto a mí (como Hijo), ha visto al Padre. El Padre, que mora en mí, hace sus obras. Creedme, que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; al menos, creedlo por las obras. Así como también nos dice en el capitulo 1:1 del Verbo encarnado que el Verbo estaba en Dios (en el Padre), y el Verbo era Dios.

Es la profunda presencia y unión con el Padre en sus obras, ya que El nada hacía sin el Padre (Jn 5:30). Pero la lógica de la argumentación es que, no habiendo retirado nada de su proposición primera, es por la que querían lapidarle. Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos.

Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, Y en ese lugar muchos creyeron en él. Y queriendo apoderarse de El, se salió de sus manos. No había llegado su hora. El mismo logró evadir aquello, porque una vez más, la grandeza de Jesús, sin aparatosidad, se impone.

Este evangelio, nuevamente nos hace ver como los judíos eran sumamente reacios a creer en la divinidad de Jesús, a pesar de lo que oían y veían. Así es como Jesús les argumenta con buenas razones, las que son visibles y fáciles de entender. A los judío no le faltaban motivos para conocer la verdad, solo necesitaban fijarse en los milagros que hacia Jesús, pero ellos eran gentes de corazón duro y se mostraban duros para recibir la verdad. Por eso esto judíos, molestos, al no poder replicar a Jesús, se enfurecen y quieren apedrearlo.

Hoy día, nos encontramos también con muchos enemigos de Jesús, y al no tener argumentos que oponer, persiguen sus enseñanzas. Así es como día a día, la Iglesia recibe ataques. Esto, lejos de separarnos de Dios, debe unirnos aún más a El. En la adversidad, es cuando se demuestra si actuamos por amor a Dios.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

 

SAN FELIPE NERI

San Felipe Neri nació en Florencia en 1515. Es uno de los santos más deliciosos del calendario. "El más italiano de los santos". Sencillo, ingenioso, alegre, extático, imprevisible, músico, poeta, extravagante. Y humorista. El hermano Zaboni riñó un día a Felipe porque reía a carcajadas leyendo Las bromas del cura Arlotto: --Los sacerdotes no deben reír ruidosamente.--El Señor es bueno, contestó Felipe. ¿Cómo no va a alegrarse de que sus hijos nos riamos? La tristeza nos hace doblar el cuello y no nos permite mirar el cielo. Debemos combatir la tristeza, no la alegría.

Contaba veintiséis años Felipe Neri, nacido en Florencia en 1515, cuando llegó a Roma, como vagabundo del Señor. Apenas si se despertaba por aquel entonces la ciudad de la pesadilla que se había cernido sobre ella con el pillaje de los Imperiales (1527).

En Roma, en donde permanece vivo su recuerdo desde San Jerónimo de la Caridad hasta Chiesa Nuova, ha profesado un verdadero cariño a este florentino jovial y travieso, sumergido a veces en éxtasis ante el Santísimo Sacramento y que consagraba largas horas a charlar con los jóvenes, sin lamentarse nunca de su turbulencia.

Si se quiere llevar cuenta de sus actividades, hay que añadir que servía en los hospitales, visitaba las cárceles y atendía a los peregrinos pobres y al catecismo de los niños.

Cuando fue ordenado sacerdote (1551), Felipe asumió además la tarea de la confesión de pequeños y mayores, y suscitó gran número iniciativas insólitas, que inquietaban a veces a la Curia  - como la peregrinación a las «siete iglesias» para hacer la competencia al carnaval -. Y todo esto vivido con alegría, pues Felipe es el santo de la alegría.

De hecho, sus dos libros favoritos fueron el Nuevo Testamento y un Libro de chistes. Era alegre incluso aconsejando a los penitentes. Una vez dijo a una mujer cotilla que arrojara un saco de plumas al aire y luego las recogiera todas. Cuando ella le dijo que una penitencia así era imposible, respondió que las palabras desenfrenadas eran como esas plumas; una vez que se sueltan son imposibles de recoger.

Quería difundir la alegría por todas partes y ante todo animaba a ella a sus hermanos del "Oratorio del divino Amor". Para él, la alegría es fruto del Amor y camino que conduce al Amor. Acaso sea por esta elección por lo que los cristianos nuestro tiempo hayan de sentirse más deudores con respecto a San Felipe Neri.

Fue amigo de San Carlos, San Ignacio, San Camilo y San Félix de Cantalicio. Su obra definitiva fue la fundación del Oratorio, una congregación de sacerdotes regulares, los oratorianos, para vivir en comunidad sin votos especiales para instruir y entretener a niños y jóvenes. Sed buenos... si podéis, les decía comprensivo. Con tal de no ofender a Dios, podéis cortar leña sobre mis espaldas. Desde el Oratorio extendía el bien a todas partes.

El Oratorio influyó mucho a través del Cardenal Baronio y otros muchos. Murió Felipe en 1595. Era la noche del Corpus y se fue a acabar la fiesta al cielo. Sus restos descansan en la Chiesa Nuova de Roma. Fue canonizado por Gregorio XV el 1622 junto con cuatro santos españoles.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.


Respuesta  Mensaje 28 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 27/03/2010 15:29

“Conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca”

Jn 11; 45-56

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

La reacción de los muchos judíos que fueron a casa de Marta y María, es decir los que asistieron al duelo de esta familia, y que presenciaron el milagro de la resurrección de Lázaro, fue creer en él y en su misión, en que había sido enviado por el Padre, y que era el objeto de la oración de Jesús al Padre antes de resucitar a Lázaro. Así es como lo dice el evangelista en Jn 11: 41-42 “Quitaron, pues, la piedra, y Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que siempre me escuchas, pero por la muchedumbre que me rodea lo digo, para que crean que tú me has enviado.

Dice el Evangelio: Muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver que Jesús había resucitado a Lázaro, creyeron en él. Pero algunos de entre ellos fueron a ver a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús.

Sin embargo, habiendo creído en lo que presenciaron, algunos judíos se fueron donde los fariseos y les dijeron lo que había hecho Jesús. Habría que preguntarse cual fue el motivo de porque fueron a comentarles a los fariseos, si esto fue por una actitud de acusar que habían desenterrado un cuerpo y lo que querrían acusarle de sacrilegio, o por que su fe no era completa, porque hemos visto que con una fe incipiente no siempre conducía a la aceptación de Jesús.

En la vida de Jesús se ve que, ante sus milagros, algunos, sin negar el hecho, no creen en El y precisamente los que niegan la fe en Jesús ante la evidencia de los milagros son precisamente los fariseos, entonces podemos interpretar que estos judíos que fueron con la noticia fuesen fariseos, y la llevasen para cambiar y contrastar opiniones.

En todo caso el Evangelio no precisa que los que fueron a contar el suceso, hayan sido testigos directo del milagro, pero la situación es que la noticia corrió por Jerusalén, y algunos judíos que la oyeron, fueron a llevarla a los fariseos, con el fin siniestro de que interviniesen ante aquel nuevo prodigio que se contaba de Jesús. Si no, no hubiesen ido a los fariseos. La hubiesen corroborado ante todos. La misma frase de ir a ellos acusa, no información, sino denuncia. Y lo confirma la determinación que ellos tomaron ante este informe.

El Evangelio relata: Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron al sanedrín y decían; ¿Qué será bueno hacer? Ese hombre está haciendo muchos prodigios. Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él, van a venir los romanos y destruirán nuestro templo y nuestra nación.

La reacción farisaica ante esta información tendenciosa era previsible. Se convocó una reunión oficiosa de parte del sanedrín. Los fariseos, como enemigos mortales de Jesús ya desde el comienzo de su vida pública, y los príncipes de los sacerdotes, en su mayor parte saduceos, y, por tanto, ventajistas de la dominación romana, convocaron una reunión no oficial del sanedrín. Era, pues, una reunión oficiosa y preliminar para ver lo que convenía hacer en vista de los prodigios que Jesús hacía. Estos se reconocen, aunque no crean en su origen divino. Como en el comienzo de su vida pública, los fariseos, seguramente, se los atribuyen al poder de Beelzebul (Mt 12:24 par.).

Pero, a causa de ellos, se plantean en aquella reunión la actuación de Jesús, no en lo que tenían sus prodigios de signos, sino egoístamente, en el sentido de su repercusión política. “Si lo dejamos seguir así, todos van a creer en él” es decir de seguir así, las masas pueden reconocerle como el Rey-Mesías (Jn 6:15). Esto daría lugar a conmociones nacionalistas de independencia de Roma, y ésta actuaría entonces más opresivamente, y “destruirán nuestro templo y nuestra nación” se decían.

Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: Ustedes no saben nada. No comprenden que conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca. Caifás, apuntando y forzando la solución expresa que la nación había de prevalecer y aunque que fuese por cualquier motivo, causa de su peligro, este acusado había de morir.

Desde aquel día tomaron la resolución firme de matarle. Los numerosos intentos que hubo para ello durante su vida, y que registrarán los evangelios, encontraron su final eficaz aquí. El proceso de Jesús no será más que el expediente, aparente y jurídico, para consumar esta decisión.

Jesús tuvo conocimiento de esta resolución, probablemente por vía humana. Nicodemo era miembro del sanedrín (Jn 7:50) y discípulo oculto de Jesús (Jn 19:39). También el rumor popular, al que habrían trascendido las consignas, pudo ponerle en guardia de esperar su hora.

Entonces Jesús se retiró a una ciudad llamada Efraím, próxima al desierto de Judá, se sabe que a 20 kilómetros Jerusalén, morando allí con sus discípulos. Esto le permitía, en caso de persecución judía, y antes de su hora, atravesar el desierto y establecerse en Perca. Allí estaba seguro.

El evangelista destacará varias veces la proximidad de la Pascua. Aparte del sentido histórico, quiere destacar el sentido simbólico de la Pascua de Jesús: su muerte redentora.

Dice finalmente este fragmento del Evangelio: Se acercaba la Pascua de los judíos y muchos de las regiones circunvecinas llegaron a Jerusalén antes de la Pascua, para purificarse. Buscaban a Jesús en el templo y se decían unos a otros: ¿Qué pasará? ¿No irá a venir para la fiesta?

La proximidad de la misma hacía subir ya a muchos judíos, antes de la Pascua, para purificarse. Esto hace ver que el retiro de Jesús en Efrén no fue largo.

Conforme a la Ley (Núm 9:10; 2 Par 30:17-18), había de celebrarse la Pascua en plena pureza legal (Jn 18:28). Como esta purificación exigía ritos, y el número de peregrinos que necesitaban purificarse era muy grande, de ahí el adelantarse unos días, para poder celebrar aquélla conforme a la Ley.

Entre estos muchos judíos que habían subido ya a Jerusalén había expectante inquietud. Jesús, que en otras ocasiones había hecho milagros y causado impresión en los mismos jerosolimitanos, máxime en los galileos; y como estaba propagada entre el pueblo la orden de los príncipes de los sacerdotes y de los fariseos, para que, si alguno supiese dónde estaba, lo indicase, a fin de prenderle.

Las autoridades judías decidieron la muerte de Jesús, buscaron siempre la ocasión para concretar sus perversos propósitos, pero Jesús es dueño de su fin y este vendrá solamente cuando llegue su hora.

“Conviene que un solo hombre muera por el pueblo y no que toda la nación perezca”, Jesús con su muerte congregará de todos los puntos cardinales al nuevo Israel, el nuevo Pueblo de Dios, salvándolo de la muerte eterna de su perdición y llevándolo a la salvación de una nueva vida, la vida de Dios. Esa es la eficacia de la muerte de Jesús, esa muerte es para todos la verdadera Vida; Muriendo Jesús en la cruz, triunfó de la muerte de todos nosotros.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SAN RUPERTO, obispo +647

San Ruperto era descendiente de una noble familia, muy distinguida entre los francos. Refieren de él varios autores que sobresalió en gran manera en toda clase de virtudes naturales y morales, bondad, dulzura, rectitud, prudencia y amor a la justicia. No brillaban menos las virtudes cristianas: humildad, castidad, piedad, mortificación y gran espíritu de oración.

Y hasta tal punto resaltaba su ejemplo que todos lo consideraban digno de los más altos cargos eclesiásticos. Tanto es así que, a pesar de su humilde resistencia, al quedar vacante la sede de Worms, todos los electores convinieron en promoverlo para aquella cátedra.

Ruperto encomendó el asunto al Señor. Vio en ello su voluntad, que se le manifestaba a través de diversas circunstancias, y aceptó. La dignidad episcopal no le liberó de la antigua austeridad de vida. Al contrario, al ver que la idolatría y el paganismo abundaban tanto en su ciudad, se sintió todavía más obligado a entregarse a ayunos, mortificaciones, vigilias y penitencias. Esto y el ejemplo de sus virtudes era el mejor apoyo para su predicación y celo apostólico en favor de aquellas almas y de otras que la divina Providencia iba a confiarle pronto.

De todas partes acudían a oírle y pedirle consejo. Era un oráculo para todos los hombres de bien. Pero los infieles de Worms, que eran muy numerosos, apoyados por el conde Bercario, haciendo oídos sordos y sin querer ver aquel dechado de virtudes, se volvieron contra él, lo ultrajaron, lo azotaron y lo expulsaron. Dos años anduvo errante Ruperto, lejos de su rebaño. Aprovechó para visitar Roma y entrevistarse con el Papa.

Teodón, Duque de Baviera, que había oído hablar de las muchas virtudes que adornaban a Ruperto, mandó emisarios para rogarle que viniese a predicar el Evangelio en sus Estados. Teodón salió a recibirle a Ratisbona, y con tanto empeño se empleó Ruperto en la predicación del Evangelio, que Teodón aceptó la nueva religión, se hizo bautizar, y con él, los principales de la Corte y del ejército, y el pueblo les siguió.

Aquellas provincias habían sido evangelizadas doscientos años antes por San Severino, pero poco a poco habían vuelto a la idolatría. El celo y ardimiento de San Ruperto las recuperó para Cristo, y extendió su acción hacia oriente, evangelizando también la actual Austria. La fe arraigó muy profundamente en estas zonas, y para asegurarla estableció su sede episcopal en Salzburgo, donde transformó un antiguo castillo romano en catedral dedicada a San Pedro. La elección de Salzburgo para sede episcopal fue después confirmada por León III, a petición de Carlomagno el 798.

Para fortalecer la fe de estas nuevas cristiandades se trajo misioneros de Baviera, y con ellos su sobrina, Santa Erentrudis, y otras religiosas, para las que construyó el célebre monasterio de Nonnberg - la montaña de las monjas - del que Erentrudis fue ejemplar abadesa.

Otras muchas donaciones hizo Teodón a San Ruperto para bien de la religión. Muerto Teodón, su hijo Teodeberto siguió favoreciendo cuanto pudo, como su padre, todas las actividades apostólicas de San Ruperto.

Quedó al final rendido el apóstol de Baviera y Austria. Había sacrificado su vida. Había vivido en tensión por su grey. Celebró con fervor la Cuaresma, y se fue al Paraíso a celebrar la Pascua. Era el año 647. Su sepulcro en Salzburgo fue centro de peregrinaciones para Austria y Baviera, por los muchos milagros que se obraban por su intercesión.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 


Respuesta  Mensaje 29 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 30/03/2010 16:31

REFLEXIÓN BÍBLICA

 

 

“Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas”

Lc 22, 7.14—23,56

Reflexión y Estudio de la Pasión de Cristo Según el Evangelio de San Lucas

(Referencias y Cometarios tomados de la Biblia Nácar-Colunga y Biblia de Jerusalén)

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

1.        PREPARACIÓN DE LA ÚLTIMA CENA

“Llegó el día de los Ácimos, en el que se debía inmolar la víctima pascual”. El día de los Ácimos era el 14 del mes de Nisán. Primitivamente sólo se comían los panes Ácimos la semana pascual, que comenzaba el 15 de Nisán. Pero los rabinos, para asegurar más su cumplimiento, lo extendieron al mediodía del 14. De ahí que se llamase este día, usualmente, también día de los Ácimos. Que es al que se refiere aquí.

2.        INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA

“He deseado ardientemente comer esta Pascua con ustedes antes de mi Pasión” Los elementos propios de Lucas en la institución eucarística, que son los que se destacan en este relato, son varios. En las narraciones de la institución eucarística, siendo fundamentalmente las mismas, literariamente se notan dos grupos diferenciados entre los relatos de Mateo-Marcos que representan la tradición de alguna iglesia Palestina de Jerusalén y Lucas-Pablo (1 Cor 11:23-26) que representan la tradición de una iglesia helenística.

Los tres sinópticos traen una palabra de vida especial en este relato, en él, Cristo anuncia a sus apóstoles que ya no beberá más este vino hasta que lo beba “nuevo” con ellos en el reino.  Lucas construye con este lógion un paralelo con la institución eucarística. Con él anuncia el fin de la vieja Pascua, sustituida por la muerte de Cristo y renovada en la Eucaristía, “memorial” de su muerte. No volverá a comer más esta Pascua hasta que “sea cumplida en el reino de Dios.” Ni volverá a beber esta Pascua hasta que “llegue el reino de Dios.”

Después de la bendición (Qiddush) se bebía la primera copa ritual; luego se hacía la haggadah, o relato de la Pascua. Este lo hacía el que presidía, citando los textos Dt 26, “Ex 13; 12:29; 1:14, a petición del más joven de los presentes; aquí probablemente Juan. Luego se cantaba la primera parte del Hallel (Sal 113-14), y después se partía y daba el pan. Este debió de ser el momento de la consagración del pan eucarístico.

Una diferencia con los otros Evangelios, es que Lucas es el único evangelista que, después de la consagración del pan, añade en boca de Cristo: “Haced esto en memoria mía”. Pablo, en el lugar paralelo, trae esta fórmula dos veces. La fórmula es auténtica. Se sabe que el concilio de Trento definió doctrina de fe que con ella Cristo ordenó sacerdotes a los apóstoles y les preceptuó que ellos y sus sucesores ofreciesen el sacrificio eucarístico.

También Lucas a diferencia de los otros evangelistas, en las dos fórmulas de la consagración pone por “vosotros.” Seguramente es debido a la liturgia, de donde pasa directamente a los evangelios, y que se “adapta” en su enunciación a los cristianos asistentes.

Esta “anamnesis” es, en sustitutivo de la Vieja Alianza, la constante renovación de este sacrificio redentor. La Antigua Alianza era una “memoria” (cf. Ex 12:14; 13:9; Dt 16:3). Pero ésta era para un judío la “restitución de una situación pasada en un momento desaparecido (y) esto significa que cada uno, al recordarse de la liberación de Egipto, debe saber que él mismo es objeto del acto redentor, en cualquier generación a que él pertenezca.“Así también, de alguna manera, la nueva Pascua eucarística, que tiene a todo hombre vinculado a ella por el sacrificio de la cruz, no hace otra cosa que actualizar, indeficientemente, el sacrificio redentor, al que todos están por necesidad vinculados”. Aquí esta “memoria” es “anunciar la muerte del Señor” (1 Cor 11:26) al renovar su mismo sacrificio redentor: la nueva y eterna alianza

También se destaca que Lucas es el único evangelista que dice que la consagración del cáliz tiene lugar “después de cenar”. Los otros sinópticos sólo dicen que la institución eucarística se realiza “mientras cenaban.” No es más que efecto del ritual de la cena pascual. Tenía diversas partes, pero la “cena” estrictamente dicha terminaba con la comida del cordero pascual, aunque seguían después nuevos complementos. Y Lucas no hace otra cosa que precisar el momento de la consagración del cáliz, que fue precisamente “después” de comer el cordero. Acaso correspondió al tercer cáliz de vino que se bebía después de comer el cordero, y que se llamaba el “cáliz de bendición,” por las largas bendiciones que sobre él se hacían (1 Cor 10:16). Por último, y muy brevemente, Lucas pone a continuación la denuncia del traidor.

 

Santoral  28 de Marzo

SAN ESPERANZA + 517

El papa san Gregorio Magno nos habla de él en el cuarto libro de sus Diálogos, y empieza por sorprendernos un nombre hoy poco frecuentemente impuesto a un varón: Spes o Esperanza, como si fuese una virtud teologal personificada.

Sin embargo, san Esperanza no es una alegoría. Fue un monje fundador de un monasterio próximo a la ciudad de Nursia, abad del cenobio, hombre piadosísimo y de gran serenidad que sufrió sin una palabra de impaciencia o desconsuelo la desgracia de ser ciego durante cuarenta años.

«El venerable anciano, cuanto más se veía falto de la corporal luz, tanto más suspiraba por la espiritual y divina, que jamás le faltaba, porque la buscaba humilde; y así, viendo el golpe del azote en el cuerpo, tenía el consuelo y alivio del Espíritu Santo en el corazón».

Pasado el tiempo recobró la vista, y Dios le mandó entonces que visitase los monasterios vecinos predicando a los monjes, para que se viese que el Señor, que le había devuelto la luz, le convertía en instrumento para que los demás le recibiesen en los ojos del alma.

A su regreso, tras haber recibido la Eucaristía, murió cantando salmos con la comunidad, y vieron salir el alma de su boca en forma de una paloma blanca que, volando por el oratorio, rompió el techo y se perdió en las alturas.

San Esperanza es el Job cristiano que no pide cuentas a Dios por su desdicha - su humildad le impide hacer reclamaciones -, y que sólo ve en la adversidad una misteriosa prueba de amor que no puede entenderse, pero que es sensible a su experiencia espiritual.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 


Respuesta  Mensaje 30 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 30/03/2010 16:32

“A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”

Jn 12, 1-11

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.        “UNGIÓ CON ÉL LOS PIES DE JESÚS Y LOS SECÓ CON SUS CABELLOS”.

Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, San Juan sitúa con precisión cronológica esta escena, así es como dice: “fue seis días antes de la Pascua”. Sin embargo los Evangelios sinópticos no la sitúan cronológicamente. La narran en un contexto en el que se dice que dentro de dos días es la Pascua (San Mateo 26:2; San Marcos 14:1). Pero es debido a que los sinópticos la incrustan en un contexto lógico por razón de la muerte inminente de Jesús, que se anuncia en los versículos anteriores, lo mismo que por la venta que de Él hace Judas, y que es narrada inmediatamente después de este episodio.

Habría que preguntarse, ¿Dónde fue esta cena? San Juan dice solo: “donde estaba Lázaro”, que no es decir en casa de Lázaro. Para Mateo y Marcos, fue en  casa de Simón el leproso: En este Evangelio, pensando en las personas centrales que le interesan — Jesús, Marta, María, Lázaro, Judas — viene a producir lo que se llama un espejismo literario, como si la cena fuese en casa de Lázaro, que estaba en Betania y a quien Jesús había resucitado, y allí  en Betania, le dieron una cena. De ser en casa de Lázaro, lo lógico era decir que se la dieron en casa de Lázaro; pero sólo dice que “allí” en Betania, estaba Lázaro.

En cambio, se dice que; Lázaro era uno de los comensales, seguramente como era la costumbre era uno de los que estaban reclinados (a la mesa) con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa. Seguramente era un invitado especial a esta cena donde también se habían invitado a otros amigos. Jesús se debe haber sentado a la mesa donde habrían otros comensales, sumemos a esto la mujeres de la cocina y los sirvientes. Es decir había muchos testigos de esta escena cuando María se presentó con un frasco de perfume.

Mientras los Evangelio sinópticos hacen el relato diciendo que María derramó el ungüento sobre la cabeza de Jesús, sin más, san Juan, omitiendo esto, destaca precisamente que derramó este perfume sobre los pies de Jesús: “ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos”.

2.        PRESENTARSE A LOS PIES DE JESÚS

En el relato de san Lucas, (7:38-44-46), dice que una pecadora colocándose detrás de Jesús, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.  Aquí, María no lava los pies de Jesús con sus lágrimas — pues la cortesía había ofrecido ya agua para lavarse, costumbre había de ofrecer lavar los pies a los caminantes, pero si dice que “tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos”. Este rasgo es, más que extraordinario, extraño. Ungir la cabeza era una práctica común, pero la unción de los pies era desconocida; limpiar el ungüento con los cabellos resultaría, al menos, desacostumbrado; además, una mujer judía respetable difícilmente habría comparecido en público con el cabello suelto.

Estamos frente a un hecho que hoy tendría una resonancia y divulgación tendenciosa, alguien podría decir, sobre la libertad de que se tomara de presentarse a los pies de Jesús  con un frasco de perfume, ungir sus pies y secarlos con los cabellos Esta actitud de María debe haber causado asombro no solo de los anfitriones, también de lo invitados, que seguramente al verla se estaban escandalizando, y muy asombrados por el comportamiento tan respetuoso y amoroso de Jesús con ella.

La razón de esto es, es muy simbolista a demás de excepcional. Cuando Lázaro resucita, sale del sepulcro  ligados con vendas los pies y las manos, y el rostro envuelto en un sudario (San Juan 11:44). Pero estas vendas que ataban a Lázaro estaban impregnadas en los perfumes mortuorios (San Juan 19:39-40). Así, San Juan, al destacar sólo este rasgo excepcional, evocaba mejor, típicamente, la interpretación funeral que de aquella acción iba a dar el mismo Jesús que le respondió: “Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura”.

3.        MARÍA, DEMOSTRÓ LA DELICADEZA DE SU AMOR AL MAESTRO.

Parecería que María había oído alguna vez la proximidad de su muerte y habría comprado aquel perfume para emplearlo en el embalsamamiento judío del cuerpo del Señor. Pero no es éste el sentido. Habría que suponer muchas cosas. El espíritu del relato es otro, y con él coincide lo que dicen los sinópticos.

San Marcos lo precisa: ella se adelantó a perfumar mi cuerpo para la sepultura (San Marcos 14:8; cf. San Mateo 26:12).

Este perfume que María tenía, al emplearlo así en Jesús, por deferencia, cuya muerte era inminente, vino, sin saberlo, como acaece en otros episodios del evangelio de San Juan (11:51; 19:24), a cumplir un rito simbólico que, si era homenaje a Jesús, venía a evocar y a ser una anticipación del embalsamamiento que harían de su cuerpo después de su muerte. Es un trozo más del valor histórico-simbolista del evangelio de San Juan.

María, demostró la delicadeza de su amor al Maestro. Los hizo a su modo, porque entonces solo se solía en señal de respeto ungir la cabeza de los huéspedes, así se destacaba su distinción como invitados. María elige la esencia más cara, la más pura y costosa para ungir los pies de Jesús. La ofrenda de María es total, no se reserva ninguna gota del perfume para ella.

Después de relatarse esta escena, San Juan añade: “La casa se impregnó con la fragancia del perfume”. Si con ello se quiere destacar la intensidad, pureza y valor de aquel perfume acaso pudiera también tener ello un valor simbolista. Podría aludir a lo que recogen San Mateo-San Marcos sobre la divulgación de aquella acción, y que estaba en el ambiente de la tradición cristiana primitiva: donde se predique este evangelio, en todo el mundo, se dirá también lo que ella ha hecho, para su memoria (San Mateo 26:23; San Marcos 14, 9).

Seguramente María sentía la mirada de Judas, pero al mismo tiempo la sedante, amorosa y pacificadora de Jesús. Este hecho demuestra que todo hombre o mujer puede acercarse con confianza a Jesús: Todos y especialmente los pecadores son bien recibidos por Jesús.

Al ver que Jesús se deja tocar por la mujer, los comensales no se atreven a criticarlo de viva voz, excepto Judas.

4.        “A LOS POBRES LOS TIENEN SIEMPRE CON USTEDES, PERO A MÍ NO ME TENDRÁN SIEMPRE”

Los Evangelios sinópticos dicen que, ante esta acción, los discípulos protestaron, porque se podía haber vendido este perfume y haber dado su importe a los pobres. Pero San Juan matiza y pone en evidencia que fue Judas, pues así dice: “Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: ¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?” Entonces destaca que él (Judas) fue el iniciador o el más fuerte objetante a esto, y al que luego, ingenua e incautamente, se le habían unido algunos discípulos. Y San Juan declara que el motivo es que Judas era ladrón, que robaba de la pequeña caja del colegio apostólico diciendo: “Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común”.

Pero a ello le respondió Jesús con la frase;  “A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre”. Esta expresión no tiene un valor profético. Es un enunciado de tipo “sapiencial” y teniendo en cuenta el curso ordinario de las cosas. Es lo que se leía con esta misma perspectiva en la Ley: Nunca dejará de haber pobres en la tierra (Dt 15:11). Y en los escritos rabínicos se lee que, en los días del Mesías, siempre habrá pobres.

Esta frase de Jesús, es un llamado a comprometerse con los pobres y los necesitados. La vida de Jesús, nace en un humilde pesebre y llega a su máxima expresión de pobreza en su Pasión y Muerte. Para Jesús, a los pobres siempre se les debe dar una atención especial y preferencial. Nuestro compromiso con Cristo, nos debe hacer considerar esta misma preferencia.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

BEATO RAIMUNDO LULIO   S. XIII

El Beato Raimundo Lulio "el Doctor Iluminado", Caballero andante a lo divino, filósofo, místico, trovador y poeta, nació en Mallorca en el siglo XIII. Se casó y tuvo dos hijos.

Decide reparar una primera juventud de frivolidad, entregándose del todo a presentar razonadamente el contenido de la fe, a promover las misiones y a liberar el Santo Sepulcro.

Tras la muerte de su esposa, puede vivir libremente el modo religioso franciscano.

Escribe en prosa y verso libros de filosofía y teología, dedicados especialmente al mundo árabe y judío: Arte magna, Árbol de la Ciencia, Contemplación en Dios, Blanquerna, Cántico del Amigo y del Amado, Canto de Ramón, Cien nombres de Dios.

Por su didáctica intuitiva y el símbolo de su poesía, quedará como una figura cumbre de la lengua catalana, en el siglo XII.

Crea en Mallorca el Centro de Estudios Orientales, de Miramar. Viaja por Europa, África y Asia. En todos sus continuos ajetreos sólo le movía la gloria de Dios. Así cuando visita a Felipe el Hermoso de Francia, y a Jaime II de Aragón y su esposa la dulce Doña Blanca "reina blanca de blanca paz", a la que dedica un Libro sobre la oración. Así cuando acude a la Corte de Roma, y al Concilio de Vienne, durante la cautividad de Avignon, y emplaza al papa Clemente V ante el tribunal de Dios, si el Concilio se malograra.

Aún hervían más empresas en su cerebro. Planea en su opúsculo De Fine la conquista del norte de África, pasando por Málaga y Granada, como el mejor camino para la redención del Santo Sepulcro de Jerusalén, que, con lágrimas en los ojos, había visto abandonado en su viaje a Tierra Santa.

En 1314, ya octogenario, salía de Mallorca para su último gran viaje al África.

En Túnez, una vez más, sufre tales vejaciones de parte de los sarracenos, que, aunque luego sobreviviera, será venerado como mártir.

A Mallorca volvió, vivo o muerto, el año 1315. Allí había nacido hacía ochenta años. Allí reposan sus restos que aún parecen gritarnos las palabras del Amado: "Si vosotros, amadores, queréis agua, venid a mis ojos, que son fuentes de lágrimas, y si queréis fuego, venid a mi corazón y encended en él vuestra antorcha". Así contesta el Amado al Amigo.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 


Respuesta  Mensaje 31 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 30/03/2010 16:33

“Les aseguro que uno de ustedes me entregará”

Jn 13, 21-33.36-38

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.           JESÚS SE ESTREMECE Y ANUNCIA LA TRAICIÓN

En este fragmento del Evangelio de san Juan, Jesús hace su primer anuncio de traición. Es conmovedor, Jesús se estremece e impresiona a sus íntimos amigos. Han pasado juntos tres años, han oído sus parábolas, sus enseñanzas, sus prédicas, han sido testigos de sus milagros, han recibido su amistad y todo su amor, sin embargo, uno de ellos lo va a traicionar, para que sea capturado, torturado y condenado a morir con gran crueldad.

San Juan, como no trae el relato de la institución eucarística, no permite situar con exactitud el momento de la denuncia de Judas. Pero se sabe que fue mientras cenaban (San Mateo-San Marcos). Jesús abiertamente les dice que uno de ellos le va a entregar. Por los sinópticos se ve que este entregar es a la muerte. Después del triple anuncio que les había hecho, camino de Jerusalén, sobre su ida a la muerte, la palabra cobraba un sentido preciso. Jesús le dice a Judas; Realiza pronto lo que tienes que hacer.

Pero es San Juan el que dice que Jesús antes de hacer esta denuncia se turbó en su espíritu. Jesús se conmueve, se estremece, se alterar y tiembla. Es el alma de Jesús que experimenta, aunque no incontroladamente, los sentimientos lícitos humanos; como en Getsemaní y la cruz. La palabra en su espíritu probablemente no expresa otra cosa que un movimiento interno, íntimo (San Juan 11:33-35 comparado con San Juan 11:38). Era la gravedad de la culpa de Judas, un compañero de tantas caminatas por casi 1000 días.

La impresión del anuncio fue tan súbita, que los apóstoles, desconcertados, se miraban unos a otros. ¿Querían saber algún indicio? ¿Temían de sí mismos? Los sinópticos completan este cuadro de incertidumbre y reacciones psicológicas de los apóstoles. Hacen ver que cada uno de ellos preguntó a Jesús si él era. Pero San Juan destaca y centra la atención en el amor y vehemencia de Pedro.

2.           LA CENA

La cena se celebraba en triclinio. En el lecho central (lectus medius) ocupaba su puesto Jesús. Se recostaban, apoyando el busto sobre el brazo izquierdo. Pero por un dato del evangelista se sabe que San Juan, el discípulo al que amaba el Señor, predilectamente, estaba reclinado delante del Señor, pues él dice que estaba recostado ante el pecho del Señor. La frase puede tener dos significados. Uno local, que San Juan en la cena ocupaba este puesto. Pero como él dice en forma exclusiva que descansó en el pecho del Señor, esta expresión no puede tener este sentido, ya que, no siendo los puestos fijos para los apóstoles, ni en las varias cenas pascuales que tuvieron ni en sus comidas ordinarias, San Juan no podría decir esto en forma exclusiva, cuando había sido un puesto que él y los otros habían ocupado otras muchas veces. Pero puede tener un sentido real, que es el lógico. Pedro debe de estar sentado en uno de los puestos del lecho de la derecha (lectus imus), perpendicular a éste, pues va a hacer señas a San Juan que le pregunte a Jesús quién es el traidor. Si Pedro hubiese estado a la espalda de Jesús, él mismo se lo hubiese preguntado por lo bajo.

Por eso, cuando Pedro hace estas señas a San Juan, éste, para interrogar a Jesús, giró el torso por la derecha hacia atrás, y así su cabeza vino, fortuita o deliberadamente, a descansar sobre el pecho del Señor.

Jesús le da como contraseña que es aquel a quien él diese un bocado mojado en una de las salsas, probablemente en la acida (haroseth), El hecho de dárselo el mismo Jesús, aparte del valor de contraseña, era, dentro de las costumbres de Oriente, una prueba de máxima deferencia. Por eso, se pensaría, mejor que en un trozo de pan, en un trozo de carne, de las carnes festivas (hagigah), que se tomaban también en la cena pascual, o acaso del mismo cordero pascual. En este caso el simbolismo era máximo. Pero aunque hubiera sido un trozo de pan, el hecho de mojarlo en salsa excluye el que hubiese sido, como algunos pensaron, la Eucaristía. El mismo hecho de haber sido una contraseña para Pedro y Juan excluye la Eucaristía, en cuyo rito Jesús repartió el pan a todos. Y dando Jesús la orden — tomad — de recibir la Eucaristía, ¿no forzaría así a Judas, traidor, al sacrilegio? Pues, si así fuese, Judas, por la orden de Jesús y por este capítulo, se comía su propia condenación (1 Cor 11:29).

San Juan dirá que después de recibir el bocado entró Satán en Judas. Ya había entrado, no por posesión diabólica, sino por sugestión, en esta lucha entre los poderes demoníacos y el Mesías, para entregarle (San Juan 13:2); pero ahora tiene una nueva sugestión para que lleve a cabo su obra.

Y Jesús entonces le dice con irónica amargura: Realiza pronto lo que tienes que hacer, como diciendo hazlo pronto. La forma como se lo dice, tiene un valor irónico, para que Judas lleve a cabo su maldad.    

San Juan advierte que ninguno comprendió aquello. Aunque Pedro y Juan sabían que era el traidor, ignorando cuándo habría de ser eso, acaso pensaron en un futuro muy lejano y hasta con una vaga esperanza de que aquello no se cumpliese. Por eso, se pensaron dos cosas:

Unos, que, como Judas era el ecónomo de los apóstoles, acaso le ordenaba comprar algo para los restantes días de fiesta; o que se apalabrase para comprarlo.

Otros apóstoles pensaron que mandaba dar algo a los pobres. En las fiestas, la práctica de la limosna era práctica usual. Las escuelas rabínicas legislan que no ha de darse menos de tres piezas de plata. Pero este detalle incidental hace ver la caridad de Jesús. Nacido pobre, todavía de la pequeña caja del pobre colegio apostólico dispone dé dinero a los pobres, de modo tan usual, que los apóstoles, en este caso, piensan, como cosa corriente, en su socorro a los mismos.

San Juan termina esta denuncia con un rasgo simbolista típico. Cuando Judas salió era de noche. Lo era al entrar a la cena pascual, pues ésta comenzaba algún tiempo después de puesto el sol y el crepúsculo en Jerusalén es mínimo. Luego, la cena se prolongaba bastante. No había por qué anotar esto. Pero es que en este evangelio de la luz había que contrastar las tinieblas adonde iba Judas. Al separarse de Jesús, que es la Luz, se entraba en el reino de las tinieblas, que iban, por medio de Judas, a luchar contra la Luz  (cf. San Juan 1:5; 3:19; 9:4).

3.           LA SALIDA DE JUDAS SIGNIFICA LA GLORIFICACIÓN DE JESÚS Y DEL PADRE.

Glorificación del Hijo, porque va a dar comienzo en seguida su prisión y muerte, lo que es paso para su resurrección triunfal. Así decía a los de Emaús: ¿No era necesario que el Mesías padeciese tales cosas y así entrase en su gloria? (Lc 24:26). Frente a glorificaciones parciales que tuvo en vida con sus milagros (San Juan 2:11; 1:14, etc.), con esta obra entra en su glorificación definitiva (Flp 2:8-11). El ponerse la glorificación como un hecho pasado en aoristo es que, al estilo de usarse un presente por un futuro inminente, se considera tan inminente esta glorificación — en seguida (v.33e) — que se da ya por hecha: escatología realizada. Si no es debido a la redacción de San Juan, que lo ve a la hora de los sucesos ya pasados.

Esta glorificación del Hijo aquí va a ser en seguida, por lo que es el gran milagro de su resurrección. Va a ser obra que el Padre hace en El. ¿Cómo? La gloria de su resurrección descorrerá el velo de lo que El es, oculto en la humanidad; con lo que aparecerá glorificado ante todos. (San Cirilo de Alejandría).  Sería, pues, la glorificación del Hijo por su exaltación a la diestra del Padre, la que se acusaría en los milagros. Es lo que El pide en la oración sacerdotal (San Juan 17:5.24).

Pero, si el Padre glorifica al Hijo, el Padre, a su vez, es glorificado en el Hijo. Pues El enseñó a los hombres el mensaje del Padre (San Juan 17:4-6), y le dio la suprema gloria con el homenaje de su muerte; que era también el mérito para que todos los hombres conociesen y amasen al Padre.

Y con ello les anuncia, algún tanto veladamente, su muerte. Les vuelca el cariño con la forma con que se dirige a ellos, porque siempre les daba afecto en los hechos y las palabras, así nos dice Hijos míos

El va a la muerte. Por eso estará un poco aún con ellos. Pero ellos no pueden ir ahora. Las apariciones de Jesús resucitado a los apóstoles fueron transitorias y excepcionales. Si la forma literaria en que El se refiere a lo mismo que dijo a los judíos es literariamente igual, conceptualmente es distinta, ya que aquéllos lo buscaban para matarle, por lo que morirán en sus pecados (San Juan 8:21), mientras que a los apóstoles va a prepararles un lugar en la casa de su Padre (San Juan 14:2).

4.           A DONDE YO VOY, USTEDES NO PUEDEN VENIR.

Simón Pedro le dijo: Señor, ¿a dónde vas?. Jesús le respondió: Adonde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás. Pedro le preguntó: ¿Señor, por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti. Jesús le respondió: ¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.

Esta parte del relato evangélico, nos muestra una cierta desorientación en los apóstoles, es decir, ellos aún no entienden de que les habla Jesús, por eso Pedro le dice: ¿Señor, por qué no puedo seguirte ahora? Y más aún. Con un tono heroico le ofrece hasta la vida; “Yo daré mi vida por ti”, y sin embargo poco tiempo después lo estaba negando. Es fácil prometer comportamientos heroicos, pero lo que importa es ser leal en los momentos difíciles, en especial fiel a nuestro Señor Jesucristo en los instantes cruciales de nuestra vida.

Es posible que pensemos que es fácil seguir a Cristo, pero además, como no cuenta este relato, Judas, uno de los elegidos por el Señor, que lo acompañó a todas partes en su vida publica, que escuchó tanta veces sus palabras, que fue testigos de tantos milagros y que recibió muestras de cariño y amistad directa lo traicionó y lo entregó a sus enemigos. Esto nos enseña a estar siempre atentos y a estar en constante oración, para no caer en tentación.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SAN JUAN CLÍMACO + 649

San Juan Clímaco vivió en la segunda mitad del VI y primera del VII. El monje Daniel nos cuenta que Juan era un joven antioqueno de mucho porvenir. Parece que llegó a ser abogado en Antioquía, por lo que fue llamado El Escolástico. Pero un buen día renuncia a todo, sube como Moisés y Elías a la cumbre del Sinaí, entra en la nube de las divinas comunicaciones, que luego comunicaría en un hermoso libro, y allí se quedó.

El bíblico Sinaí estaba lleno de monasterios y de cuevas, habitadas por monjes, que se regían por la regla de San Basilio y la legislación de Justiniano. Así lo contempló Eteria, nuestra monja peregrina. Todavía queda el monasterio de los Cuarenta Mártires y el célebre de Santa Catalina, con su famosa biblioteca, donde se descubrió el Códice Sinaítico del siglo IV.

Tres años pasó Juan de noviciado con el santo monje Martirio. Muerto su maestro, se fue a vivir al extremo del monte, en una pequeña laura, como un anacoreta. Allí pasó cuarenta años, dado al estudio y al trabajo, silencio y soledad, largas oraciones y corto sueño, parco en comer y prolongadas vigilias, como un serafín, embebido en las divinas alabanzas. Su deseo era vivir completamente aislado. "¡Oh beata solitudo, sola beatitudo!" Pero pronto corrió la fama de sus virtudes y su sabiduría y acudían muchos a pedirle consejo. Juan les atendía, pues entendía que no debía "ocultar la luz bajo el celemín". El demonio le tentó con fuerza - lo hace en especial con los anacoretas - pero el Señor le ayudó.

Cuando murió el abad de Monte Sinaí, los monjes, conocedores de la virtud y discreción del anacoreta, le rogaron que aceptara sucederle. Juan se oponía. Pero fue tal la insistencia que aceptó. Y acertaron, pues el nuevo abad obró siempre con sabiduría y fue un ejemplo para todos.

San Juan Clímaco es el más popular de los escritores ascéticos de aquellos siglos, debido a su única obra Escala del paraíso. Escala es Clímax en griego, y de ahí viene a nuestro Santo el apellido Clímaco. La Escala se compone de treinta grados, que son otros tantos capítulos en los que se explican las virtudes y los vicios del monje con aforismos y sentencias.

Se sirve de ejemplos prácticos. Viendo a un cocinero muy recogido, le pregunta el autor cómo puede conseguirlo. El cocinero le responde: "Cuando sirvo a los monjes me imagino que sirvo al mismo Dios en la persona de sus servidores, y el fuego de la cocina me recuerda las llamas que abrasarán a los pecadores". (También entre los pucheros anda el Señor: Sta. Teresa).

En los primeros grados de la Escala habla de la renuncia al mundo y a los afectos terrenos, la penitencia, el pensamiento de la muerte, y el don de lágrimas. Los grados siguientes hablan de la dulzura, perdón, huir de la maledicencia, de la mentira y de la pereza, amor al silencio, a la templanza y a la castidad. "La castidad, dice, es un don de Dios, y para obtenerlo conviene recurrir a él, pues a la naturaleza no la podemos vencer con sólo nuestras fuerzas". En los últimos grados habla de la pobreza, del sueño, del canto de los salmos, de la paz, de la oración, de la humildad. El último grado del libro esta dedicado a las virtudes teologales.

El santo abad, tan engolfado en las cosas de Dios, hizo edificar una hospedería cerca del monasterio, para atender a los peregrinos. Enterado de ello el papa San Gregorio Magno, le envió una buena cantidad de dinero para ayudarle en la construcción y manutención. San Juan Clímaco, cumplida su misión, subió raudo por la escala de sus buenas obras al paraíso.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.

 


Respuesta  Mensaje 32 de 32 en el tema 
De: LUNASOL Enviado: 30/03/2010 16:34

“Les aseguro que uno de ustedes me entregará”

Comentario y estudio del Evangelio, Mt. 26:14-25

Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

1.           EL PACTO TRAIDOR DE JUDAS

Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes y les dijo: "¿Cuánto me darán si se lo entrego?”. Perverso se llama a una persona que tiene mucha maldad, o que hace daño intencionadamente, ruin es la persona Vil, despreciable o con malas intenciones, ese es el carácter del traidor cuando hace la pregunta. Judas pregunta cuando me darán por traicionar y vender al Hijo de Dios, solo alguien dominado por Satanás puede hacer esa vileza.

Por eso Lucas, presenta la escena diciendo que entró Satanás en Judas. No es un caso de posesión diabólica, sino la obra por excelencia del enemigo de Jesús y su reino, que pone en juego los resortes para la lucha, utilizando un discípulo.

Los tres evangelistas destacan la culpabilidad de Judas, al destacar que fue él a ofrecerse a los jerarcas para entregar a Jesús. Mateo y Marcos presentan a Judas en escena, dirigiéndose solo “a los príncipes de los sacerdotes,” que eran los ex sumos sacerdotes, junto con el pontífice de entonces. Pero Lucas detalla que también trató, sin duda para el prendimiento de Jesús, con “los guardianes” del templo — ¿antes? ¿después? —. Estos estaban reclutados entre los levitas, bajo el mando supremo de un sagán.

Los que buscaban la seguridad y la clandestinidad para prender a Jesús, se “alegraron,” al ofrecerles arteramente la entrega un discípulo, conocedor de los lugares de su refugio.

Pero la traición fue con trato comercial. Judas propuso que se le retribuyese de alguna manera la entrega (Mateo). En Marcos se dice más globalmente que “prometieron” darle dinero. Pero Lucas también insiste en lo de Mateo: “convinieron” las dos partes en una cantidad de dinero. Y ésta fue fijada en “treinta monedas de plata.” Que tenían que ser siclos del templo, ya que deberían ser repuestos luego en él (26:6).

El siclo (sheqel) del templo equivalía a unos 10 denarios aproximadamente.

El fijarse el precio de la venta en treinta siclos se debe, seguramente, a un acto más de desprecio a Jesús, ya que, según el Éxodo, se fija en “treinta siclos de plata” el precio que había de pagarse a un dueño por un esclavo que se hubiese inutilizado (Ex 21:32). En el profeta Zacarías se lee cómo el profeta, representando a Yahvé, renuncia a continuar apacentando el rebaño de Israel, y pide su salario. Y me dieron — dice — de salario “treinta siclos de plata” (Zac 11:12-13). Y manda arrojar ese precio por haberle tasado en un precio de esclavos.

Al evocarse sobre esta venta el pasaje de Zacarías, en el que los treinta siclos se los dan despectivamente a Yahvé, no puede menos de pensarse en la sugerencia que, por “alusión,” se hace de la relación de Jesús-Dios.

Algunas veces he oído que se pensó si la precisión de este importe sería obra de Mateo o de la catequesis primitiva, por razón del “simbolismo” que encierra, sin que se quisiese precisar exactamente la cantidad. Sin embargo, la afirmación es muy firme. Y el desprecio de los sanedritas a Jesús así, muy lógico, lo mismo que el “oportunismo” de Judas, que estaba, más que por un provecho económico, en eximirse de responsabilidad ante los dirigentes judíos.

Hecho esto, Judas sólo “buscaba cómo entregarle oportunamente,” es decir, “sin alboroto,” para evitar posibles revueltas populares. Todo debió de quedar planeado para actuar al primer aviso de Judas, conocedor del lugar de retiro del Señor en Jerusalén aquellos días.

2.           PREPARACIÓN PARA LA CENA PASCUAL

Los tres sinópticos sitúan la preparación de la última cena “en el primer día de los Ácimos” (Mateo-Marcos). Primitivamente, solamente se comía el pan ácimo la semana pascual, que comenzaba el 15 de Nisán a la puesta del sol (Ex 12:15, etc.). Posteriormente, los rabinos, para asegurar mejor el cumplimiento de este precepto de la Ley, extendieron la obligación de comer el pan ácimo desde el mediodía del 14. De ahí el que, en el uso vulgar, la fiesta de los Ácimos viniese a tener el valor de ocho días. Vocabulario que es el que reflejan los evangelios.

La cena pascual se celebraba en Jerusalén. Pero los allí no residentes necesitaban un lugar oportuno. De ahí la iniciativa de los apóstoles, que Marcos matiza que eran “Pedro y Juan,” para saber dónde iban aquel año a celebrar la Pascua.

Jesús debía de estar en Betania. Por eso les manda “ir a la ciudad,” Jerusalén. Más por orientarles les da una indicación. Al llegar a la ciudad encontrarán un hombre. Deben seguirle hasta la casa donde vaya. Y allí llamar al dueño y decirle de su parte que les indique el lugar que tiene preparado para ellos. La frase de Mateo “mi tiempo (de muerte) está cerca,” omitida en Marcos-Lucas, se diría una amplificación del Mateo griego, con precisiones posteriores.

Jesús les anuncia la respuesta (Marcos-Lucas): les mostrará una “gran sala” en la parte alta de la casa, a la que ordinariamente se subía por una escalera exterior, independiente de comunicación con el resto del edificio; esta sala estará “alfombrada,” o cubierta de esteras, y preparada con todo el ajuar necesario para recibir allí huéspedes de Pascua. Sólo faltaban los manjares rituales, que Jesús les manda “preparar.”

Era proverbial que jamás ningún forastero había dejado de encontrar hospitalidad, un aposento entre los jerosolimitanos (de Jerusalén), para celebrar la Pascua; hospitalidad que era gratuita. Pero la costumbre había establecido que les dejasen como compensación la piel del cordero pascual inmolado. Esta persona en cuya casa se va a celebrar la Pascua debía de ser algún discípulo o simpatizante de Jesús, y que ya le hubiese ofrecido su casa para esto en otra ocasión. Pero el anuncio a los dos apóstoles es ciertamente profético.

Primitivamente la Pascua se comía de pie, para recordar la salida presurosa de Egipto. Es lo que llamaban la “Pascua egipcia.” Pero ya en Israel la comían recostados sobre pequeños lechos, apoyando el brazo izquierdo en el mismo y dejando el derecho para el servicio; o también en esta forma, en el suelo, sobre esteras. Era la llamada “Pascua eterna.” Era señal de ser libres y de estar ya en su propia casa de Israel.

3.           LO QUE HUBIERON DE PREPARAR LOS APÓSTOLES FUERON

a) “El cordero pascual,” que se inmolaba en el templo el 14 de Nisán, a la tarde, desollándole, limpiándole y teniendo un cuidado prolijo en no romperle ningún hueso; y tan pronto como oscureciera, se le asaba;

b) Los hagigah, o manjares “festivos,” que eran otras carnes, que servían juntamente para aumentar la alegría del banquete;

c) Los “panes Ácimos” (matsoth), pequeñas tortas de pan sin fermentar, que conmemoraban la presteza en la liberación de Egipto, en que no tuvo tiempo la masa de fermentar (Ex 12:39);

d) “Las hierbas amargas” (memorim) en recuerdo de las amarguras de Egipto

e) El haroseth, una salsa muy espesa hecha de frutos vegetales rociados de vinagre, para que con el color de la misma recordasen el barro y los ladrillos en que tuvieron que trabajar en Egipto

f) El vino para las tres o cuatro bebidas rituales.

Además, el paterfamilias, aquí Jesús, explicaba el sentido de todos aquellos ritos.

4.           “UNO DE VOSOTROS ME ENTREGARÁ.”

Poco después de oscurecer comenzaba la Cena pascual, cuando daban la señal las estridentes trompetas del templo.

Los tres sinópticos omiten aquí el lavatorio de los pies, que Juan relata. Pero los tres ponen, lo mismo que Juan, después del relato del lavatorio, la denuncia del traidor. Lucas tiene un problema específico, que se estudia en su lugar correspondiente (Lucas 22:14-18), en el que figura la distribución de un cáliz que no es el eucarístico, sino uno de los cálices rituales primeros.

Y, estando cenando, Jesús lanza la denuncia del traidor: “uno de vosotros me entregará.” La sorpresa fue profunda en todos. La nobleza de su alma les hacía ver su inocencia, pero la palabra del Señor, que siempre vieron se cumplía, les hizo temer sobre su futuro: llegaron a temer en un futuro de villanía.

La respuesta de Jesús, que lo entregaría uno que “con El que mete la mano en el plato,” no significa que en aquel momento Judas coincidía con Jesús tomando de un plato de comer algún manjar, ya que en la cena pascual cada uno tenía el suyo, ni era fácil que sólo en aquel momento Judas coincidiese con Jesús en tomar algo de la bandeja común, en aquel mezclarse todos sin un ritual de turnos. Pero, en todo caso, el sentido no es ése, pues cuando Judas salió del Cenáculo, los apóstoles no sabían quién era el traidor (Juan). La frase sólo significa que uno que tiene gran familiaridad con El le va a entregar. Es el sentido en que Juan usa, para decir lo mismo, un salmo en sentido “típico”: “El que come conmigo mi pan, levantó contra mí su calcañal” (Sal 40:9).

5.           “MÁS LE VALÍA NO HABER NACIDO.”

Jesús, bien consciente de su misión y de su fin, denuncia que va a la muerte. Es algo que siempre quiere destacar Juan: la gran conciencia de Jesús. Pero la gravedad del crimen de Judas se anuncia: “más le valía no haber nacido.” La frase, que es usual no alude al castigo que Judas pueda tener en la otra vida, sino a la monstruosidad de vender a su Maestro, al Hijo de Dios.

Cuando los apóstoles le preguntaron cada uno si era él, también Judas lo hizo. Y Jesús se lo dijo, pero en voz baja, pues Pedro hará “señas” a Juan para que pregunte a Jesús quién es (Juan), y sólo a ellos se lo dirá. Pero ni aun así sabían ellos que la traición era inminente. La frase con que Jesús se lo denuncia: “Tú lo has dicho,” no es frecuente, aunque sí bíblica y extra bíblicamente conocida, y significa su uso una cierta solemnidad.

El complemento detallado de esta denuncia es la narración que de ella trae el evangelista San Juan (13:21-30). En cambio, Mateo-Marcos, que ponen esta denuncia antes del relato de la institución eucarística, parecen situarla en su contexto histórico, y que Judas no recibió la Eucaristía.

En Corintios 10,12, encontramos: El que crea estar muy seguro, cuídese de nos caer. ¿Seré yo Señor? Profundamente apenados, ellos empezaron a preguntarle uno por uno: "¿Seré yo, Señor?". Los apóstoles no se sintieron seguros, la conciencia no los acusaba, sin embargo cada uno comenzó a preguntarse. Todos estamos en peligro de caer y talvez todos caeremos si no estamos atentos, vigilantes y en oración constante para ser oídos y merecer la ayuda y la gracia de Dios.

Jesús eligió en su momento a Judas como uno de sus discípulos, y este participo dentro del grupo de los más leales. Traición es la acción y el comportamiento que quebranta y rompe la lealtad que se debía tener. Como cristiano, tenemos un compromiso con Cristo, ser como él, y cada vez que no lo somos, estamos faltando a su confianza en nosotros.

El ideal de Dios, es que seamos hombres buenos, como su Hijo Jesucristo.

El Señor les Bendiga

Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

 

SANTA  BALBINA S. II

De esta santa con la que concluye el mes de marzo se tienen pocas referencias seguras, pero su nombre va unido a los itinerarios piadosos de Roma, tanto por la necrópolis que hay cerca de la Via Apia, como por la antiquísima iglesia homónima del Aventino, frente a las termas de Caracalla, que debe de datar del siglo IV.

A menudo se habla de ella como de una mártir, pero nada abona explícitamente tal suposición, y los testimonios más antiguos ponderan sólo su virginidad y su perseverancia en «servir y agradar a su Esposo Jesús, hasta que acabada en paz esta vida mortal, se fue al descanso de la gloria».

Sí debió de ser en cambio una conversa, como su padre, el tribuno militar san Quirino, quien tenía encarcelado por orden del emperador al papa san Alejandro I; habiendo oído decir que el pontífice obraba curaciones milagrosas, Quirino le llevó a la cárcel a su hija, que tenía escrófulas, y el papa accedió a sus súplicas disponiendo que le quitara la argolla que llevaba al cuello y se la pusiese a Balbina.

Al sanar repentinamente la muchacha, se convirtieron padre e hija, junto con sus familiares y todos los demás presos que habían asistido al milagro, y san Alejandro los bautizó, después de lo cual instruyó debidamente a Balbina para que supiese cómo conservar la virginidad perpetua, como era su deseo.

Dice la tradición que santa Balbina besaba siempre con mucho amor la argolla que había encadenado al papa y que había sido - aceptando simbólicamente el yugo suave de Jesucristo - el medio de curar y de descubrir la fe.

Santoral preparado por la Parroquia de la Sagrada Familia de Vigo.


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