Señor, tú has sido nuestro refugio a lo largo de las generaciones. Desde siempre y para siempre, tú eres Dios.
ORACIÓN COLECTA
Señor, mira a tu familia que se mortifica con la penitencia corporal y concedenos que, en tu presencia, nuestra alma resplandezca con el deseo de poseerte. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos
LECTURA Is 55, 10-11
Lectura del libro de Isaías.
Así habla el Señor: Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven a él sin haber empapado la tierra, sin haberla fecundado y hecho germinar, para que dé la semilla al sembrador y el pan al que come, así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La palabra de Dios aparece aquí como una fuerza, incluso como una persona. Es mucho más que palabras proclamadas por los profetas. Esta palabra que viene del Padre y vuelve a Él, nos la presenta el apóstol Juan en el primer capítulo de su Evangelio: es Cristo, Verbo de Dios encarnado.
SALMO Sal 33, 4-7. 16-19
R. El Señor libra a los justos de sus angustias.
Glorifiquen conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos. Busqué al Señor: Él me respondió y me libró de todos mis temores. R.
Miren hacia él y quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán. Este pobre hombre invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R.
Los ojos del Señor miran al justo y sus oídos escuchan su clamor; pero el Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. R.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. R.
VERSÍCULO Mt 4, 4
El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
EVANGELIO Mt 6, 7-15
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre de ustedes que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan. Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal. Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
El Padrenuestro nos enseña cómo dirigirnos a Dios, como hijos confiados y bien educados, que suelen pedir el pan y dar gracias por él, aún cuando lo tengan a la mano. Jesús compuso el Padrenuestro en forma muy estudiada, para que fuera más fácil de memorizar. La petición más importante es la que encabeza la oración: ¡Santificado sea tu nombre! El nombre de Dios es santificado cuando recibe acogida en nosotros.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios y creador nuestro, acepta estos dones que hemos recibido de tu generosidad y concede que los auxilios temporales que nos das nos sirva para la vida eterna. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 4, 2
Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor, tú que en la angustia, me diste un desahogo. Ten piedad de mí, Señor, y escucha mi oración.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, te pedimos que por estos misterios aprendamos a amar los bienes del cielo mientras moderamos los deseos terrenales. Por Jesucristo nuestro Señor.
Acuérdate, Señor, que tu compasión y tu amor, son eternos: que nuestros enemigos no triunfen sobre nosotros. Dios de Israel, líbranos de todas nuestras angustias.
ORACIÓN COLECTA
Mira con bondad la entrega de tu pueblo, Señor, para que, por la abstinencia corporal, se renueve el alma de tus fieles con el fruto de las buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Jon 3, 1-10
Lectura de la profecía de Jonás.
La palabra del Señor fue dirigida por segunda vez a Jonás, en estos términos: “Parte ahora mismo para Nínive, la gran ciudad, y anúnciale el mensaje que yo te indicaré”. Jonás partió para Nínive, conforme a la palabra del Señor. Nínive era una ciudad enormemente grande: se necesitaban tres días para recorrerla. Jonás comenzó a internarse en la ciudad y caminó durante todo un día, proclamando: “Dentro de cuarenta días, Nínive será destruida”. Los ninivitas creyeron en Dios, decretaron un ayuno y se vistieron con ropa de penitencia, desde el más grande hasta el más pequeño. Cuando la noticia llegó al rey de Nínive, éste se levantó de su trono, se quitó su vestidura real, se vistió con ropa de penitencia y se sentó sobre ceniza. Además, mandó proclamar en Nínive el siguiente anuncio: “Por decreto del rey y de sus funcionarios, ningún hombre ni animal, ni el ganado mayor ni el menor, deberán probar bocado: no pasten ni beban agua; vístanse con ropa de penitencia hombres y animales; clamen a Dios con todas sus fuerzas y conviértase cada uno de su mala conducta y de la violencia que hay en sus manos. Tal vez Dios se vuelva atrás y se arrepienta, y aplaque el ardor de su ira, de manera que no perezcamos”. Al ver todo lo que los ninivitas hacían para convertirse de su mala conducta, Dios se arrepintió de las amenazas que les había hecho y no las cumplió.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Las amenazas y los castigos de Dios son medicinales, aunque raras veces él usa esas medidas y las aplica como último recurso. Por norma general, prefiere que la conversión sea producida por el amor y la convicción. Las personas de buena voluntad, conscientes de que tienen actitudes que corregir, aceptan amonestaciones y se convierten; después experimentan beneficios, con paz y seguridad.
SALMO Sal 50, 3-4. 12-13. 18-19
R. ¡Tú no desprecias un corazón contrito, Señor!
¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! R.
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. R.
Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas: mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado. R.
VERSÍCULO JL 2, 12-13
Vuelvan a mí de todo corazón, porque soy bondadoso y compasivo.
EVANGELIO Lc 11, 29-32
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Al ver Jesús que la multitud se apretujaba, comenzó a decir: Ésta es una generación malvada. Pide un signo y no le será dado otro que el de Jonás. Así como Jonás fue un signo para los ninivitas, también el Hijo del hombre lo será para esta generación. El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón y aquí hay Alguien que es más que Salomón. El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás y aquí hay Alguien que es más que Jonás.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Los habitantes de Nínive, siendo pecadores no recibieron más señal divina, que la visita de Jonás, que los invitaba a la penitencia. Los contemporáneos de Jesús se creen buenos, por pertenecer al pueblo de Dios, y no se dan cuenta que la hora en que solamente pueden arrepentirse ha llegado. ¡Cuánto nos cuesta entender que Dios no juzga a nadie! Cada uno construye o destruye su vida y su futuro.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te ofrecemos, Señor, estos dones que nos has dado para consagrarlos a ti; concédenos que los sacramentos que celebramos sean, para nosotros, remedio de eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO DE CUARESMA, I-V
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 5, 12
Se alegrarán los que en ti se refugian, Señor, y siempre cantarán jubilosos porque tú estás con ellos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, que no cesas de nutrirnos con tus sacramentos, concédenos que este alimento recibido nds alcance la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO (Facultativa)
Defiende, Padre, a tu pueblo y, con tu clemencia, purifícalo de sus pecados, pues no lo dañará ninguna adversidad si la iniquidad no lo domina. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Señor, escucha mis palabras, atiende a mis gemidos, oye mi clamor, mi Rey y mi Dios.
ORACIÓN COLECTA
Con cédenos, Padre, pensar siempre con rectitud y obrar con diligencia; y ya que no podemos existir sin ti, danos la gracia de vivir según tu voluntad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
LECTURA Est 3, 6; 4, 11-12. 14-16. 23-25
Lectura del libro de Ester.
El rey de Persia firmó un decreto, ordenando que todos los judíos fueran exterminados del país por la espada. Al enterarse, todo Israel clamaba con todas sus fuerzas, porque veían que su muerte era inminente. La reina Ester, presa de una angustia mortal, también buscó refugio en el Señor. Luego oró al Señor, Dios de Israel, diciendo: “¡Señor mío, nuestro Rey, tú eres el Único! Ven a socorrerme, porque estoy sola, no tengo otra ayuda fuera de ti y estoy expuesta al peligro. Yo aprendí desde mi infancia, en mi familia paterna, que tú, Señor, elegiste a Israel entre todos los pueblos, y a nuestros padres entre todos sus antepasados, para que fueran tu herencia eternamente. ¡Y tú has hecho por ellos lo que habías prometido! ¡Acuérdate, Señor, y manifiéstate en el momento de nuestra aflicción! Y a mí, dame valor, Rey de los dioses y Señor de todos los que tienen autoridad. Coloca en mis labios palabras armoniosas cuando me encuentre delante del león, y cámbiale el corazón para que deteste al que nos combate y acabe con él y con sus partidarios. ¡Líbranos de ellos con tu mano y ven a socorrerme, porque estoy sola, y no tengo a nadie fuera de ti, Señor! Tú, que lo conoces todo”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Amán, primer ministro del rey Asuero, demuestra mucho orgullo y perversidad. Él busca pretextos para eliminar no sólo a un hombre, sino también a un grupo de otra raza que no piensan como él, ni tienen la misma fe. Para ello escribe una carta o un edicto con el consentimiento del rey, para exterminar a los judíos. Pero Dios escucha la aflicción de los justos, revertió la situación y liberó a Mardoqueo, a Ester y a los judíos residentes.
SALMO Sal 137, 1-3. 7-8
R. ¡Me respondiste cada vez que te invoqué, Señor!
Te doy gracias, Señor, de todo corazón, porque has oído las palabras de mi boca. Te cantaré en presencia de los ángeles. Me postraré ante tu santo Templo. R.
Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad, porque tu promesa ha superado tu renombre. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma. R.
Tu derecha me salva. El Señor lo hará todo por mí. Tu amor es eterno, Señor, ¡no abandones la obra de tus manos! R.
VERSÍCULO Sal 50, 12. 14
Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y devuélveme la alegría de tu salvación.
EVANGELIO Mt 7, 7-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Quién de ustedes, cuando su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pez, le da una serpiente?
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre de ustedes que está en el Cielo dará cosas buenas a aquellos que se las pidan! Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
En pedir no hay engaño, dice la sabiduría popular, menos si se pide a Dios. Siempre que pedimos bienes razonables en beneficio de la fe y la vida, Dios se hace presente. Él toma como referencia la bondad de los padres de familia, que siempre buscan lo mejor para sus hijos, cuanto más será la actitud del Padre celestial que comprende y consuela a sus hijos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Atiende los deseos de tu pueblo, Señor; y al escuchar nuestras plegarias y aceptar nuestras ofrendas, vuelve hacia ti nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Mt 7, 8
Todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor y Dios nuestro, nos has dado estos santos misterios cómo fuerza y vigor para nuestra salvación; que ellos nos sirvan de ayuda ahora y siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO, (Facultativa)
Envía, Padre, tu ansiada misericordia a los que te suplican y concédeles con generosidad divina la gracia de saber lo que deben pedir para obtener lo que imploran. Por Jesucristo, nuestro Señor.