"Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel"
Jn 1, 45-51
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. FELIPE ENCONTRÓ A NATANAEL.
El apóstol Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro (Jn. 1, 44). Esa circunstancia, sumada al hecho de que Andrés y él son los únicos apóstoles que tienen nombres griegos, y la intercesión conjunta de ambos por los griegos que querían ver a Jesús (Jn. 12, 21-22), hace suponer a algunos autores que Felipe y Andrés eran parientes o amigos.
Tiene varias intervenciones significativas en el Evangelio además de las mencionadas. Juan relata el llamado a Felipe Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y le dijo: Sígueme. (Jn. 1, 43). Y cómo éste, a su vez, invita a Natanaela conocer a Jesús, menciona también la participación del apóstol en la multiplicación de los panes (cfr. Jn. 6, 5ss), y relata su intervención (Muéstranos al Padre) durante el discurso de la Última Cena (Jn. 14, 8);
2. NATANAEL, SIGNIFICA DON DE DIOS
Sabemos que Dios se vale de muchos medios para llamar a sus hijos, esto es, puede ser directamente o indirectamente por intermedio de otras personas, o bien nos prepara alguna causa especial, pero lo que importa es que sepamos oír su llamado, estar atento a su voz y a estar dispuesto a seguirla. Es así, como los discípulos que siguen a Jesús, rápidamente son sus principales promotores, y propagan su amistad. En efecto, si nosotros hemos encontrado el camino, es correcto que lo promovamos, para que muchos se incorporen a el. Así lo hace Felipe, cuando encuentra a Natanael, y le dice: Es Jesús, el hijo de José de Nazaret.
El nombre de Natanael significa don de Dios. Natanael, es también llamado Bartolomé, el era oriundo de Canáde Galilea y Felipe se lo presenta a Jesús, de acuerdo a la tradición predicó el Evangelio en Arabia y Armenia donde murió mártir. Natanael le preguntó Felipe: ¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret? Ven y verás, le dijo Felipe.
3. ÉSTE ES UN VERDADERO ISRAELITA, UN HOMBRE SIN DOBLEZ.
Viéndole Jesús venir hacia El, después que Felipe le había dicho que habían encontrado al Mesías en la persona de Jesús de Nazaret, al verle, y cercano ya, le dice: Éste es un verdadero israelita, un hombre sin doblez. Esta expresión va cargada de sentido. Ojala podamos recibir también un elogio semejante. En efecto ser un verdadero Israelita era decir que sabía reconocer Yahvé por el único y verdadero Dios y además que permanecía fiel plenamente a su divina Ley. En efecto, verdaderamente indica que es digno del nombre que se tiene o da, que responde intrínsecamente a su nombre (Rut 3:12) 105. Natanael, don de Dios, es, en consecuencia, un hombre que es con toda autenticidad un verdadero israelita. ¿Qué intenta decir Jesús con estas palabras?
Ser llamado Israel es equivalente a reconocer a Yahvé por el único y verdadero Dios y permanecer en plena fidelidad a su ley (Sal 22:24). Israel es el nombre que indica la elección divina del pueblo santo, lo que exige, para la prometida protección de Dios, fidelidad a su ley. Por eso, Israel viene a ser sinónimo de fidelidad a Yahvé.
Pero aún hubo algo más, Jesús añade un hombre sin doblez, esto es para destacar lo que es un hombre verdaderamente fiel a Dios y a su ley. Era un verdadero elogio, y por partida doble, porque primero lo hace con el título de verdadero israelita, título religioso por excelencia, para luego concluir que no era un hombre sin doblez, es decir que no es mentiroso y no es hipócrita ni simula lo que no es.
4. NATANAEL ES UN JUDÍO FIEL A YAHVÉ EN SU FE Y EN SU PRÁCTICA
Es interesante aclarar para mejor comprensión del suceso, los judíos solían llamarse israelitas precisamente para indicar el aspecto religioso de ellos y de su elección por Dios. Pero, una vez que Israel rechaza reconocer a Jesús por Mesías, viene a no ver, a estar ciego (Jn 9:40ss), por lo que no merece el nombre de Israel: el que ve a Dios. Así, los judíos dejan de ser Israel.
En cambio, Natanaeles un judío fiel a Yahvé en su fe y en su práctica; es un ser humano que, en este sentido, ve a Yahvé, por lo que es digno de ser llamado con toda verdad Israel. Y como premio a esta fidelidad a Dios, que es la óptima preparación para recibir al Mesías, se le promete que verá a éste en lo que es: el Hijo de Dios.
5. ¿DE DÓNDE ME CONOCES?, LE PREGUNTÓ NATANAEL.
Jesús le respondió: Yo te viantes que Felipe te llamara.., La respuesta de Jesús es una nueva prueba de exploración en su corazón, y que hará ver a Natanael que, ante Jesús, su corazón está al descubierto en toda su vida, te viantes que Felipe te llamara, para decirle que en Jesús habían encontrado al Mesías.
Jesús continúa: Yo te vi cuando estabas debajo de la higuera. Era decirle a Natanael que, antes de conocerle ahora personalmente, ya le conocía.
Que bien nos sentimos cuando alguien nos dice que ya nos conoce, pero que maravilloso es oír de Jesús, que tiene puesto sus ojos en nosotros, y que bueno es estar atento a su llamado, para no perder una oportunidad como esa. Es así, como talvez no nos damos cuenta que Jesús ya nos conoce, quizás es porque no estamos lo suficientemente atentos, o tenemos el corazón algo cerrado o no le hemos dado la sencillez para ver que en la simplicidad Elnos esta invitando, Entonces es hora de de tener un corazón abierto a las inspiraciones del Espíritu Santo, a las influencias del amor de Dios.
6. MAESTRO, TÚ ERES EL HIJO DE DIOS, TÚ ERES EL REY DE ISRAEL.
Nos preguntamos al meditar este fragmento del Evangelio ¿A qué hecho de su vida aludía Jesús a Natanael? ¿Acaso, como fiel israelita, abría su corazón a Dios, en aquellos días de fuerte expectación mesiánica, máxime ante las nuevas que llegaban del Bautista, y se ocupaba en pensar o en orar por el advenimiento del Mesías?, esas preguntas y respuesta, son algo que suponemos que puede haber sido así. Pero lo que si debe haber sucedido es que la mirada de Jesús, es certera, hasta el punto que Natanael, vivamente sorprendido, le hace esta confesión: Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.
Ante la penetración profética de su mirada, Natanaeltiene que rendirse a la evidencia del Mesías, que había encontrado y le habían presentado.
¿Qué valor tiene aquí el primer título que se le da, de Hijo de Dios? La revelación de su divinidad la va haciendo Jesús paulatinamente a sus mismos discípulos. Fue entonces increíble que, al primer encuentro con Natanael, le revelase su divinidad.
7. PORQUE TE DIJE: 'TE VI DEBAJO DE LA HIGUERA', CREES. VERÁS COSAS MÁS GRANDES TODAVÍA.
Debiéramos preguntarnos si nos conocen como Jesús dijo conocer a Natanael, hombres fieles a Dios, es hora de reflexionar si nos conocen como verdaderos cristianos, cual es nuestra reputación como hombres seguidores de Jesús, es tiempo para que en conciencia, tengamos la esperanza que por nuestra actitud, por nuestra forma de ser con Dios y con todos los hombres, tendremos la dicha de ver lo que Jesús le promete a Natanael, Verás cosas más grandes todavía. Y los que le afirmo: Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.
En efecto, esta glorificación de Jesús que verán los discípulos, es un tema que incluye un especial y rico contenido en el evangelio de de san Juan y que son las cosas mayores que verán. Entre ellas por ejemplo, en las bodas de Cana, en donde Jesús manifestó su gloria y creyeron en El sus discípulos (Jn 2:11).
Como decíamos, en el evangelio de san Juan, la gloria de Jesús se manifiesta, en primer lugar, por los milagros, que son signos de su mesianismo y de su filiación divina; pero, entre éstos, el gran signo de lo que El es y de su misión es el milagro de su resurrección.
"¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera”.
San Mateo 23, 23-26
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. PAGAN EL DIEZMO DE LA MENTA, DEL HINOJO Y DEL COMINO, Y DESCUIDAN LO ESENCIAL DE LA LEY.
Continuando con el Capitulo 23, 13-22, vemos en este fragmento como Jesús hace la cuarta censura dirigida a los fariseos por su hipocresía en hacer que se paguen diezmos por cosas tan mínimas como la menta, el hinojo y el comino, y descuidan en cambio, de lo más grave y esencial e la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad o de otra forma la buena fe.
La Ley preceptuaba el pago de los diezmos de los animales y de los productos de la tierra (Lev 27:30-33; Dt 14:22ss). Los rabinos llevaban esto con ostentación escrupulosa. Se dice en el Talmud: Si alguno desgrana una espiga de cebada, puede comer los granos uno a uno sin 'diezmo'; pero si los recoge en su mano, debe pagar el diezmo; añadiéndose: Todo lo que se come, y conserva, y crece en el suelo, está sometido a diezmos. Así pagaban o diezmaban escrupulosamente la menta, el hinojo, el comino, la ruda (Lucas) y todas las legumbres (Lucas).
2. HAY QUE PRACTICAR ESTO, SIN DESCUIDAR AQUELLO
Dice Jesús! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello. La enseñanza doctrinal de Jesús es clara: ante esta menudencia para cosas tan mínimas, debería ello ser exponente de una escrupulosidad mayor para las cosas fundamentales. Pero no era así en los fariseos. Hacían estas cosas para ser vistos de los hombres (Mt v.5). Por eso omitían lo que era esencial, pero que podía pasar más inadvertido a los ojos de los hombres. Y esto era descuidar lo más grave de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad. Lo cual Lucas lo sistematiza en que descuidan la justicia y el amor de Dios.
3. JESÚS, ESTA DE ACUERDO EN LA OBSERVANCIA DE LA LEY
Jesús, esta de acuerdo en la observancia de la Ley, pero que esta no sea por el mero legalismo, por eso denuncia la falta de veracidad, y del mismo modo la falta de honestidad moral. En otras palabras, El no enseña a no callar ni a silenciar aspectos importantes de la voluntad divina, como la justicia, como la misericordia y la fe. Son estos tres puntos, donde debemos poner mucho cuidado. Es en estos aspectos donde debemos ser exigentes con nosotros mismos.
4. LA FE SUPONE LA ACEPTACIÓN INCONDICIONAL DE LA PALABRA DE DIOS
Jesús nos ha pedido y nos ha mostrado, que la fe supone la aceptación incondicional de la Palabra de Dios, sin tener que refutar o impugnar esta Palabra, porque la Palabra de Dios, no tiene porque responder a nuestros deseos terrenos, porque por la fe, aceptamos a Jesús tal como es, y no podemos amoldar y acomodar al Señor a nuestra manera o a nuestro gusto.
También, no indica Jesús que no debemos descuidar la fidelidad. Si la fe es incondicional, seremos fieles a la Palabra de Dios, a su voluntad, a su planes, y lo fundamental, aprenderemos a no estar triste por lo que Dios nos da, el no ama y quiere lo mejor para sus hijos.
5. TODA LEY ES VÁLIDA SI ES JUSTA
Es bueno que nos fijemos también en el otro punto que indica Jesús, la Justicia, porque toda Ley es válida si es justa, respetuosa de lo esencial, la vida y los derechos de todo hombre, pero ante todo, que cumpla los derechos de Dios, que indudablemente, están por encima de todos.
La práctica de sus diezmos era, pues, pura hipocresía. Bien sería hacer aquello, pero sin omitir esto (Mt-Lc). Por eso les refuta otra vez el pensamiento, pero variando sólo la forma: ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! Es una especie de proverbio, ya que el mosquito se tomaba usualmente por término comparativo de las cosas pequeñas. Comparaciones semejantes se encuentran varias en las escrituras rabínicas. Así decía, sobre el año 90, rabí Eliécer: Quien en sábado mata un piojo, es como si matase un camello.
6. ¡AY DE USTEDES, ESCRIBAS Y FARISEOS HIPÓCRITAS
Jesús continua amonestando duramente a los fariseos: ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno! Es la quinta llamada de atención y reproche de hipocresía, ahora va contra las purificaciones que hacían de las copas y platos. Para no contaminarse con alguna impureza legal, los rabinos y los mayores habían elaborado un código de prescripciones minucioso e insoportable. San Marcos, recoge una alusión a esto y hace una explicación de estas costumbres. Dice de los fariseos y judíos que de vuelta de la plaza (Mercado), si no se lavan, no comen, hablando del lavado de las ollas, de las copas, de las bandejas (Mc 7:2-4). El Talmud recoge todo un verdadero código de prescripciones y minuciosidades sobre estas purificaciones.
El pensamiento de Jesús se desarrolla en toda una línea armónica de censura a la hipocresía farisaica. Escrupulosamente limpiaban por fuera los utensilios para comer, pero no se ocupaban tanto de lo que iban a poner dentro del plato. Estos, purificados por fuera, iban a estar por dentro llenos de rapiña e intemperancia. Esta expresión se usa preferentemente para denominar sensualidades y también un apetito desordenado de las cosas ajenas. Es decir, no se preocupaban de comer unas cosas que fuesen producto de sus injusticias, rapiña o con las que tendían, no ya a alimentarse, sino a mantener su incontinencia.
7. ¡FARISEO CIEGO! LIMPIA PRIMERO LA COPA POR DENTRO, Y ASÍ TAMBIÉN QUEDARÁ LIMPIA POR FUERA.
Y dice el Señor: ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera. Y lo que aquí se formula directamente de los utensilios que se limpian por fuera y los productos reales que se le ponen dentro, pero implicando indirectamente el estado de su vida moral, San Lucas, lo interpreta directamente del estado moral: Limpiáis la copa y el plato por fuera, pero vuestro interior está lleno de ratería y de maldad. Por eso, frente a esta actitud de una moralidad tan doble, les pide que limpien primero lo de dentro de la copa y el vaso, tantas veces proveniente en ellos de aprovechamiento, robo, que es lo que verdaderamente está manchado, por injusticia, lo que supone su devolución o su justificación a quien se lo hayan quitado o aprovechado. Y que luego, si quieren por su código de purificación artificiosa y farisaica, que limpien el plato o copa por fuera.
Jesús, siempre claro, usa como es habitual un lenguaje metafórico, para que se entienda en los oídos de todos, “el que tenga oídos que oiga” y de este modo, pone al descubierto la falta de sinceridad de los fariseos, los que siempre buscan solo las apariencias exteriores y descuidan lo interior, el corazón, el alma, que es algo que no debemos descuidar.
Ahora elijamos entre preferir ser de verdad, a aparentar que somos, ahí esta la diferencia, y Jesús se da cuenta de esto.
CIERRAN” EL CAMINO AL REINO DE LOS CIELOS CORTANDO EL PASO CON PRECEPTOS COMPLICADOS E INÚTILES.
Observar las más pequeñas prescripciones de la Ley puede ser más sencillo que vivir según el espíritu del evangelio. Por muy compleja que sea, la aplicación de los dictámenes del judaísmo farisaico responde a una especie de “geometría religiosa” que no exige la adhesión incondicionada del corazón, la vigilancia de la conciencia sobre cada palabra y cada acción realizadas en nombre del Señor
Esto es lo que se exige a quien se hace portador del Evangelio de Cristo: ser un testigo, no un simple maestro. Ser testigo implica acompañar el mensaje proclamado con el ejemplo de una vida dispensada en la entrega incondicionada a Dios y al prójimo o, mejor aún, a Dios a través del prójimo. “Ama y haz lo que quieras”, decía san Agustín, dando a entender que el amor cristiano —el auténtico— está de por sí lejos de todo camino de mentira: es hacerse pequeño con los pequeños, sencillo con los ignorantes, comprensible y disponible para todos. Todo lo contrario de lo que hacen los que “cierran” el camino al Reino de los Cielos cortando el paso con preceptos complicados e inútiles.
El aviso de la liturgia de hoy va dirigido sobre todo a esos pocos que cargan con la responsabilidad del camino de muchos: a guías, pastores, catequistas, formadores, animadores, maestros y padres..., a fin de que no olviden que no hay otro modo de anunciar el Evangelio que el inaugurado por Jesús. Recorrer de nuevo cada paso suyo, siguiendo la cruz, es garantía de un testimonio auténtico, el más alejado posible de toda hipocresía.
Señor, a nosotros nos resulta fácil condenar la hipocresía de los maestros de la Ley y de los fariseos, y mucho más difícil tener la certeza de no haber caído nosotros en ella. Indícanos el camino que se mantiene alejado de todo camino de mentira.
Con el apóstol nos respondes: « . .Sufrir. Padecer ultrajes. Anunciar el Evangelio en medio de muchas luchas... sin ningún tipo de engaño, ni movidos por motivos poco limpios, ni usando medios extraños al Evangelio. No buscando agradar a los hombres, sino a Dios. Sin recurrir a la adulación, ni buscar ganancia alguna. No por la gloria humana, sin hacer pesar de ningún modo la autoridad derivada de nuestro ministerio. Con el amor de una madre que se entrega a sí misma para alimentar y cuidar de sus hijos. Deseando por encima de todo dar la vida por los propios amigos».
“Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo”
Mateo 24, 42-51
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. ESTÉN PREVENIDOS, PORQUE USTEDES NO SABEN QUÉ DÍA VENDRÁ SU SEÑOR.
Este fragmento del Evangelio se refiere a la necesidad de vigilar. Puesto que ese día y hora es desconocido, no cabe más que estar alerta y preparados para su llegada. Esta necesidad de la vigilancia es presentada por san Mateo con dos comparaciones o pequeñas parábolas.
En la primera nos presenta el dueño de la casa. La noche es la hora propicia para los ladrones, amparados en las tinieblas salen a robar. Ciertamente, Jesús se refiere a los tipos de casa de aquella Palestina. Las casas palestinas estaban hechas, sobre todo en su techumbre, de argamasa de barro con ramas (Mc 1:2), y las paredes laterales no raramente eran de adobes. De ahí la descripción del ladrón que hace un abertura para entrar en la casa. Por eso, si el dueño de la casa supiese la hora en que pudiese haber un robo en su hogar, el estaría vigilante y no permitirías que la abran un agujero en su casa para entrar a robar (2 Pe 3:4-14).
2. ¿CUÁL ES, ENTONCES, EL SERVIDOR FIEL Y PREVISOR?
La segunda comparación, la hace con un criado fiel y cuidadoso y otro que es malo, así compara las diferentes actitudes y conducta de estos servidores.
El relato nos habla por tanto de un dueño que tiene varios siervos, y pone al frente de ellos a un criado que ha de ser fiel y prudente: Además de leal en todo a este dueño, este servidor cumple con la confianza de saber bien su oficio en ausencia de su señor. El propósito, es que cuando éste vuelva y llegue a casa sin avisar, encuentre que todo se ha manejado en orden. De este modo este buen servidor, obtendría una recompensa por su diligencia, fidelidad y buen cuidado de sus bienes.
3. UN MAL SERVIDOR QUE PIENSA: MI SEÑOR TARDARÁ
Por el contrario, otro siervo desleal e incumplidor, el malo, aprovechándose que su patrón se demora en regresar, arremete y le da una paliza a sus compañeros. No contento con ello, este canalla, se dedica a la gula y al alcohol mezclándose con los borrachos, por tanto tendrá lo que se merece a su actitud y comportamiento. Es decir cuando llegue al amo le hará pedazos y le pondrá con los hipócritas.
4. ¿QUÉ NOS QUIERE COMUNICAR JESÚS?
Ahora nos preguntamos, ¿Qué nos quiere comunicar Jesús al decir: Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor? Es cierto que no sabemos cuando será este día, sin embargo sabemos como debemos estar preparados, y lo mas seguros que nos sorprenderá, porque vivimos en un ciega confianza que nos prepararemos a última hora, al menos en mi país, es muy común dejar todo para última hora. Pero, ¿Cómo estamos de preparados para rendir cuentas si nos la pidieran en este minuto? ¿Nuestra vida es para ser pasada por un examen?, ¿hemos llevado una vida recta?, ¿hemos hecho buenas obras?, ¿Lo que hacemos por nuestro prójimo es por amor o por algún interés en particular?
Entendámoslo bien y reflexionemos que significa para nosotros esa venida del Señor, talvez estemos algo equivocado de como va a ser esta venida, como en el caso de los judíos, recordemos que ellos estaban esperando un Mesías distinto a como se presento Jesús, por eso, cuando vino El, no fueron capaces de reconocer al Hijo de Dios.
5. SI EL DUEÑO DE CASA SUPIERA A QUÉ HORA DE LA NOCHE VA A LLEGAR
Es decir, Jesús ya vino por primera vez pero no vino, como así sabemos, para muchos que lo rodearon, lo vieron y lo escucharon, de estos algunos pudieron reconocer en él, el Mesías, el Hijo de David, pero otros se burlaron y lo coronaron con espinas. ¿No nos irá a pasar lo mismo a nosotros? ¿Vivimos preparados para esta segunda venida? Pues si no aprendemos lo que nos enseñó en su primera venida, si no profundizamos en sus palabras, jamás seremos capaces de reconocerlo y experimentar el gozo de su segunda venida.
Y con que claridad lo dice Jesús con esta comparación: Entiéndanlo bien; si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.
6. JESÚS, NOS EXHORTA A ESTAR ATENTOS Y VIGILANTES
En esta parábola Jesús, nos exhorta a estar atentos y vigilantes, ya que no conocemos ni el día ni la hora de su venida, y no lo hace para que nos desesperemos, no pretende angustiarnos, lo que quiere es motivarnos en una siempre activa vigilancia, y en una prudente espera, porque la angustia o temor, no es cosa de Dios, lo que si es cosa de El, la bondad, la paz y la serenidad de espíritu.
La vigilancia debe ser en aquello que nos aparta de Dios, lo que nos aleja del cumplimiento de nuestros deberes, también para estar atentos para responder adecuadamente al llamado del Señor.
También dice el Señor,”Feliz aquel servidor a quien su señor, al llegar, encuentre ocupado en este trabajo”, esto es para indicarnos que no solo el dueño de casa debe estar preocupado, también todos los que trabajan con él, este además debe ser un servidor amable con sus otros hermanos, además de hacer bien sus tareas. Y por hacer todo lo contrario al servidor malo, el Señor lo hará administrador de todos sus bienes. Por tanto, el final del criado bueno no es de temer. Entonces hagamos una vida para estar preparado y dispuestos a rendir cuenta al Señor, pero tengámosla al día para que no nos halle desprevenido, así estaremos dispuestos para recibir su visita y con mucha alegría.
Desde el día en que Pablo se puso a sí mismo al servicio del Evangelio, su vida se convirtió en puro don para aquellos que le habían sido confiados: él les pertenece y ellos le pertenecen a él. Éste es el «amor de unos hacia otros y hacia todos», en el que también están invitados a entrar los tesalonicenses. No hay ninguna otra vía para la salvación, no hay ningún otro camino para llevar a su consumación el camino emprendido tras las huellas de Jesucristo: sólo dejándonos transformar por el ágape podremos estar seguros un día de que el Señor, a su venida entre los santos, nos reconocerá como suyos.
La parábola de Mateo tiene su paralelo lucano en el tema del administrador infiel (Lc 12,42ss). Precisamente, esta comparación nos permite poner de manifiesto el vocabulario propio de Mateo, que habla simplemente de «siervo fiel / infiel», subrayando así que todos los protagonistas de la historia dependen de un único amo, que está por encima de todos, tengan o no responsabilidades particulares. Si la tarea de cada divos («criado») no puede ser más que la de servir y esperar a que vuelva el propietario de los bienes que le han sido confiados —y confiados sólo de una manera temporal—, el Señor tiene, en cambio, la facultad y el derecho de volver a los suyos, a su casa, en cualquier momento. Por eso es preciso que nosotros, los criados, estemos «siempre preparados».
Gracias, Señor, por habernos llamado a tu servicio. Nos has entregado los bienes de esta tierra y el cuidado de nuestros hermanos más pequeños; te has fiado de nosotros. Este tiempo es para nosotros un tiempo de prueba: administrar en tu lugar no es tarea fácil. ¿Qué pides de nosotros, Padre de toda sabiduría?
Nos pides que miremos a tu Hijo, Jesús, su misericordia, su sacrificio, recordando sus palabras: ((El siervo no es más que su Señor... Os he dado ejemplo para que, como he hecho yo, hagáis también vosotros» (cf Jn 13,ls ss), y vivir en esta solicitud fraterna el tiempo presente como algo que no nos pertenece, hasta tu vuelta a casa.
“Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora””
Mt 25, 1-13
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. LAS BODAS COMENZABAN AL ATARDECER, A LA PUESTA DE SOL Y ERA DE ESTA FORMA
Comento previamente sobre las costumbres de aquel tiempo. Las bodas comenzaban al atardecer, a la puesta de Sol y era de esta forma: La novia esperaba en su casa y siempre rodeada de sus amigas, luego venia el esposo a buscarla y el también se hacía acompañar del grupo de sus amigos, luego, con todo el grupo de familiares y demás amistades la llevaban unidos en dos cortejos, a casa del futuro esposo, que es donde luego vivirían. Todo este séquito se realizaba con lámparas y alegres cantos. La esposa llevaba su cabeza ceñida de una corona y era llevada en andas a casa de su esposo. Este y los suyos rodeaban el anda (litera). Tanto los amigos del esposo, como las amigas de la esposa iban entonando cánticos festivos y alusivos a los mismos de la ceremonia. A la llegada del cortejo se celebraba el banquete de bodas.
2. UN CORTEJO DE DIEZ VÍRGENES.
San Mateo, nos presenta un cortejo de diez vírgenes. El número es parte de armar la historia, y luego dice que son vírgenes, a fin de se entienda de que no son casadas, como las amigas que habían de acompañar a la novia. En este caso, suponemos que hubo alguna tardanza y el esposo llego cerca de la media noche, por cuanto se habían quedado dormidas. De estas diez vírgenes, cinco de ellas eran descuidadas, necias o imprudentes, en cambio las otras eran previsoras o prudentes. Todas ellas salieron al encuentro del cortejo del esposo, y llevando con ellas, pues, conforme al uso de noche, lámparas para alumbrar el camino del cortejo nupcial.
EL resultado es que las imprevisoras, no tomaron, con sus lámparas una vasija donde llevar el aceite de relleno.
3. VIGILAD, PORQUE NO SABÉIS EL DÍA NI LA HORA
¿Que nos quiere decir Jesús con esta Parábola? Vigilad, porque no sabéis el día ni la hora” de la venida final del Hijo del hombre.
El esposo, es Jesús, su venida será inesperada y su venida es la parusía. Las vírgenes previsoras, las almas preparadas para la parusía. Las vírgenes imprevisoras, las almas no preparadas para esa hora. Las vasijas de aceite de relleno y el prepararlas al despertar indica la solicitud de estas almas y su preparación y su actitud vigilante en orden a la parusía. Del mismo modo, se debe tener una actitud espiritual en orden a esta preparación para el glorioso regreso de Jesucristo. Pero también, no basta con un asistir, sin más, a este cortejo, que en el caso de la parábola es nupcial y en el caso de la enseñanza es la parusía, además, hay que tener esta previsión del relleno para la lámpara, es decir es necesario cooperar directamente en una preparación que es personal. En efecto, cada una de las vírgenes previsoras ha cooperado y se ha preparado, ya que el esposo puede llegar inesperadamente.
4. SON CONSIDERADAS NECIAS POR IMPRUDENTES
Del mismo modo, no basta con lamentarse como las jóvenes imprevisoras, ya que se requiere las obras de toda una vida. Recordemos además las Palabras de Jesús, No todo el que dice: ¡Señor, Señor! entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: ¡Señor, Señor! Yo entonces les diré: Nunca os conocí” (Mt 7:21-23).
En esta enseñanza de Jesús, como vemos algunas son consideradas necias por imprudentes y faltas de razón, y otras prudentes, porque actúan con moderación y cautela, aunque a todas les entró sueño y se quedaron dormidas su preparación era distinta.
5. “DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR LOS VIVOS Y A LOS MUERTOS”
Estas son las dos opciones que tenemos en nuestra forma de esperar el regreso glorioso de Jesucristo. Rezamos en el credo, “desde allí ha de venir a juzgar los vivos y a los muertos”, esperamos pasivamente y sin preocuparnos o lo hacemos activamente y con responsabilidad y bien preparados.
6. "¿PODRÍAN DARNOS UN POCO DE ACEITE, PORQUE NUESTRAS LÁMPARAS SE APAGAN?"
En efecto, las cinco vírgenes necias, actuaron con irresponsabilidad y no estaban preparadas, y luego cuando ellas necesitaron la fuente de su luz, acudieron a las prudentes, "¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?" y quienes mostrando su buen juicio y su reflexión antes de actuar les respondieron: "No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado". La negativa a facilitar el aceite, o el no conseguirlo, nos dice que no se puede improvisar esto en el último momento ni se puede prestar ni transferir de unos a otros, en otras palabras, es como decir, yo he realizados buenas obras de esas que agradan al Señor, he rezado, le he sido fiel, le he amado a El y a mi hermanos, tu no lo hicisteis, te presto un poco de mi vida, para que parezcas preparada.
7. "LES ASEGURO QUE NO LAS CONOZCO"
Así fue, como cuando el esposo es finalmente anunciado a media noche, las muchachas necias no están preparadas, y no tienen luz para ofrecerle, y no fueron consideradas para entrar al fiesta nupcial, Y luego cuando ellas pensaron que porque a última hora se consiguieron el relleno, y apuradas llegan tarde, se les consideraría, por mucho que gritaron Señor, Señor, ábrenos", no fueron admitidas y, el esposo respondió: "Les aseguro que no las conozco"
8. ¿A QUIEN REPRESENTAN HOY?
Así estas muchas necias e imprevisoras, están representando a aquella comunidad de los fieles que carecen de auténtica entrega, y por tanto no están preparados, como del mismo modo a aquellos que escuchan el mensaje, pero no lo han llevado a la práctica. Las otras cinco, las prudentes, simbolizan a las personas pertenecientes a la comunidad, que viven su vida de tal manera que dan luz a los demás, y que el mensaje de Cristo lo han hecho parte de su vida, con prudencia y sensatez, es por esos cuando llegó el esposo, estando preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
El esposo representa al Hijo Jesucristo, como en la parábola de Mateo 22,1-14. La fiesta nupcial, el banquete que esta preparado, la alegría y felicidad del Reino.
9. "YA VIENE EL ESPOSO, SALGAN A SU ENCUENTRO"
Este Evangelio es una voz de alerta para todos nosotros, "Ya viene el esposo, salgan a su encuentro", esto es ¡Que viene el Señor!, esto debe resonar en nuestros oídos y en nuestro corazón, nos debe poner en estado de alerta y acción, es un despertador para que no nos quedemos dormidos y para que tengamos suficiente luz, con lámparas donde abunde el aceite de la fe, esa luz que nos ayuda a ver y a descubrir a Dios. El aceite, representa nuestra conducta, nuestras buenas obras, el quedarse dormido, la tibieza espiritual.
Ciertamente, nos llegara el día y la hora en el que deberemos presentarnos delante del Señor, no sabemos cuando, pero si sabemos que ocurrirá, no nos olvidemos de Dios, el no se olvida de nosotros, estemos preparados, que no nos sorprenda, esperémoslo con una vida pensada en El, viviendo y haciendo cosas por El, para que cuando llegue ese día no nos desconozca, lo que no se hace por el Señor, queda desconocido por El.
Hagamos de nuestra vida una lámpara encendida que brille con la luz de la fe.
¿Qué le “piden” o qué “buscan” en él los discípulos de Jesús? Durante su vida terrena aparece ya Jesús como “el gran buscado”. Lo buscan, en efecto, muchas personas, de modo particular o en grupo, con motivaciones variadas e intensidades diversas. En su nacimiento fue buscado por unos magos venidos de lejos para adorarle, por los pastores invitados por el mensajero celestial, y por Herodes, que quería matarle. Siendo adolescente en Jerusalén, lo buscan con ansia sus padres, al creerlo perdido. Durante su ministerio público es buscado por unos discípulos fascinados, por enfermos deseosos de ayuda y por adversarios dispuestos a cogerle en algún fallo. Hacia el final de su vida fue buscado por los sacerdotes y por los maestros de la Leypara eliminarlo, por Judas para traicionarle y por los soldados para capturarlo. Tras su muerte, lo buscaban también tanto amigos como enemigos en su sepulcro.
¿Y se deja encontrar Jesús? No siempre. Ante quien lo busca con la pretensión de encontrarle a su propia manera Jesús reacciona sistemáticamente con un rechazo claro. En Cafarnaún, cuando le dicen los discípulos: “Todos te buscan”, Jesús responde de modo irónico: “Vamos a otra parte” (Mc1,37ss). Muchos de los que hoy buscan a Jesús podrían recibir de él la misma respuesta, o peor aún, la que el esposo dio a las vírgenes necias: “Les aseguro que no las conozco”.
Señor, tú nos has prometido: “Pedid, y recibiréis; buscad, y encontraréis; llamad, y os abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama le abren” (Mt7,7), ayúdame a saber buscarte. A buscar no tus milagros, no tus dones, sino a ti, Hijo de Dios, que por amor moriste en la cruz para salvarme a mí y a todos.
Haz que no deje nunca de buscarte, sino que “al buscarte te encuentre; y al encontrarte te busque aún más” (san Agustín). Haz que yo sienta también la invitación que dirigiste a tus primeros discípulos que te buscaban: “Venid y ved” (Jn 1,39).
Y si, por motivos que sólo tú conoces, no quisieras que te encontrara enseguida, o debiera demorarse tu venida, haz que sepa velar pacientemente con las lámparas llenas de aceite. Cuando llames a mi puerta, haz que corra con solicitud a tu encuentro (cf. Ap3,20) y, cuando llame a tu puerta, ábreme.
¿Qué le “piden” o qué “buscan” en él los discípulos de Jesús? Durante su vida terrena aparece ya Jesús como “el gran buscado”. Lo buscan, en efecto, muchas personas, de modo particular o en grupo, con motivaciones variadas e intensidades diversas. En su nacimiento fue buscado por unos magos venidos de lejos para adorarle, por los pastores invitados por el mensajero celestial, y por Herodes, que quería matarle. Siendo adolescente en Jerusalén, lo buscan con ansia sus padres, al creerlo perdido. Durante su ministerio público es buscado por unos discípulos fascinados, por enfermos deseosos de ayuda y por adversarios dispuestos a cogerle en algún fallo. Hacia el final de su vida fue buscado por los sacerdotes y por los maestros de la Leypara eliminarlo, por Judas para traicionarle y por los soldados para capturarlo. Tras su muerte, lo buscaban también tanto amigos como enemigos en su sepulcro.
¿Y se deja encontrar Jesús? No siempre. Ante quien lo busca con la pretensión de encontrarle a su propia manera Jesús reacciona sistemáticamente con un rechazo claro. En Cafarnaún, cuando le dicen los discípulos: “Todos te buscan”, Jesús responde de modo irónico: “Vamos a otra parte” (Mc1,37ss). Muchos de los que hoy buscan a Jesús podrían recibir de él la misma respuesta, o peor aún, la que el esposo dio a las vírgenes necias: “Les aseguro que no las conozco”.
Señor, tú nos has prometido: “Pedid, y recibiréis; buscad, y encontraréis; llamad, y os abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama le abren” (Mt7,7), ayúdame a saber buscarte. A buscar no tus milagros, no tus dones, sino a ti, Hijo de Dios, que por amor moriste en la cruz para salvarme a mí y a todos.
Haz que no deje nunca de buscarte, sino que “al buscarte te encuentre; y al encontrarte te busque aún más” (san Agustín). Haz que yo sienta también la invitación que dirigiste a tus primeros discípulos que te buscaban: “Venid y ved” (Jn 1,39).
Y si, por motivos que sólo tú conoces, no quisieras que te encontrara enseguida, o debiera demorarse tu venida, haz que sepa velar pacientemente con las lámparas llenas de aceite. Cuando llames a mi puerta, haz que corra con solicitud a tu encuentro (cf. Ap3,20) y, cuando llame a tu puerta, ábreme.
Nuestro servicio al Reino de Dios reclama que hagamos rendir los “talentos” que el Señor nos dio. El Evangelio (Mt 25, 14-30), nos relata la parábola de los talentos, que habla precisamente del siervo fiel que no derrocha la vida en pasatiempos o en la ociosidad, sino que hace rendir los dones recibidos de Dios. Dios da a cada hombre unos talentos: el don de la vida, la capacidad de entender y querer y de obrar, la gracia, la caridad, la fe y muchas virtudes que debemos saber aprovechar. Es falsa humildad no reconocer los dones de Dios, es apocamiento y pereza dejarlos inactivos.
2. "EL REINO DE LOS CIELOS SE PARECE”
Y les dice Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parece también a un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus servidores de confianza y les encargó sus bienes”. Esta es una parábola alegorizante, es decir figurativa o simbólica. Según nuestras costumbres, si vamos a emprender un viaje, no disponemos de nuestros bienes por este hecho, sin embargo en la parábola de hoy, el amo, les confía a sus siervos su hacienda y lo distribuye a tres categorías de siervos. Nuevamente Jesús nos esta haciéndonos ver como debemos ser en nuestra vida terrena para llegar a vivir en el Reino. Nosotros somos en este relato los siervos y los bienes que nos son confiados, es decir los talentos, son todas esas condiciones con la que Dios nos ha dotado a cada uno, tales como la inteligencia, la capacidad de generar amor, de hacer felices a los demás y los bienes naturales.
3. EL TALENTO
El talento, más que una moneda, era el peso de un determinado número de dinero. En aquel tiempo, el talento era una unidad contable que equivalía a unos 35 a42 kilos de plata, (algunos sostienen 50, pero no es lo importante), esta medida se empleaba para medir grandes cantidades de dinero, y representaba mas o menos unos seis mil denarios, eso era mucho dinero, ya que un denario aparece como el jornal de un trabajador del campo, con esto podemos deducir que el siervo que recibió menos bienes (un talento) obtuvo del Señor una gran cantidad de dinero, entonces pensemos que hemos recibido bienes incontables. Después de mucho tiempo volvió aquel señor. Con ello se da margen suficiente a la producción de los bienes confiados. Pero el primero y único acto que se destaca, por su valor de enseñanza, es el que pide cuentas de los “talentos” entregados a aquellos siervos.
4. ENTRAR A TOMAR PARTE EN EL GOZO DEL SEÑOR
Los dos primeros, gozosos, le traen el doble de lo entregado: el primero recibió cinco talentos, y logró otros cinco; el segundo, con dos, logró otros dos. El Señor los felicita por haber sido “siervo bueno y fiel.” Han sido fieles en “lo poco.” Pero como ya he comentado, cinco y dos talentos eran una fortuna cuantiosa, hagamos la cuenta para dimensionar cuanto era: Los cinco “talentos” eran equivalentes a 30.000 denarios, y los dos “talentos” equivalían a 12.000, es decir el jornal de 30.000 y 12.000 días.
El felicitar por haber sido fiel en lo “poco,” siendo una cantidad excesiva, en todo caso, probablemente se destaca por su valor simbólico: la abundancia y excelencia de los dones de Dios. El premio será una mayor abundancia de dones: si aquí se le encargó de administrar una cantidad limitada, lo “poco,” el premio será “constituirlo sobre lo mucho.” Así, de administrador limitado pasa a ser mayordomo. El premio es “entrar en el gozo de su señor,” cuyo significado alegórico, como luego se verá, es el premio definitivo mesiánico. Lo mismo pasa y se dice con el mismo cliché proporcional, con el segundo siervo.
5. DIOS EXIGE QUE LOS SERES HUMANOS RINDAN, RELIGIOSAMENTE, LOS VALORES QUE DIOS LES CONFIÓ
Pero al llegar el siervo al que, por sus condiciones, se le había dado un solo “talento,” el señor le dirá, torpe y osadamente, como disculpa de su temor y de su inactividad, que “lo escondió en tierra,” para asegurarlo así incluso del robo de ladrones, por temor al Señor, y las razones que da, son: “eres hombre duro, que quieres cosechar donde no sembraste y recoger donde no esparciste.” De hecho, como explicación, se añade lo siguiente: “Porque al que tiene, se le dará y abundará; pero a quien no tiene, aun lo que tiene se le quitará”. La enseñanza doctrinal fundamental es clara: Dios exige que los seres humanos rindan, religiosamente, los valores que Dios les confió, preparándose así al glorioso regreso del Señor. En efecto, lo que debemos aprender de este relato, es que todos tenemos la necesidad de hacer fructificar los dones recibidos, de una manera esforzada, exigente y constante durante toda nuestra vida. Tenemos la necesidad de producir buenas obras, y estas buenas obras deben ser realizadas proporcionalmente a los dones recibidos, ya que los talentos de la parábola designan la capacidad que recibimos para hacer buenas obras.
6. TODOS TENEMOS QUE CORRESPONDER A LAS GRACIAS QUE HEMOS RECIBIDO
El tiempo que dura el viaje del señor o el amo, representa nuestra vida, y el regreso inesperado, el fin de la vida terrenal, la muerte, el arreglo de las cuentas, la rendición de cuentas, es el juicio. El Señor, nos esta enseñando con este relato, es que todos tenemos que corresponder a las gracias que hemos recibido, hayan sido estas mayores o menores. Aquel que recibió mucho, deberá rendir cuenta por lo mucho que recibió, y se le exigirá muchos frutos, así se manifiesta diciendo al que hizo fructificar: "Está bien, servidor bueno y fiel; ya que respondiste fielmente en lo poco, te encargaré de mucho más: entra a participar del gozo de tu señor". Pero aquel que recibió poco, también está obligado a responder por aquello que recibió, y al no hacerlo le dijo: "Servidor malo y perezoso, si sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, tendrías que haber colocado el dinero en el banco, y así, a mi regreso, lo hubiera recuperado con intereses”. Observamos como el servidor que recibió un talento lo enterró y no lo usó, y fue reprendido duramente por ello. Nos enseña el Señor, que no es suficiente evitar el no utilizar nuestro talento para el mal, el servidor no malgastó su talento en cosas inservibles ni en maldades, pero no fue capaz de realizar cosas positivas con el.
7. ¿QUÉ TALENTOS POSEO? ¿CUÁLES SON MIS DONES Y QUE DE BUENO PUEDO OBRAR MEDIANTE ELLOS?
Dios sabe por que nos entrega cantidades distintas de talentos y no son comparables nuestros talentos con lo que otros han recibido. Se nos ha otorgado una vida de talento y somos invitados por Dios a utilizar lo que nos otorgado para su gloria. Nos hacemos algunas preguntas y estas pueden ser, ¿Qué talento poseo? ¿Cuáles son mis dones y que de bueno puedo obrar mediante ellos? ¿Qué soy capaz de realizar por la gracia de Dios? ¿Qué bien, si omito realizarlo, nunca será realidad?, Cada uno hemos de contestar a estas cuestiones por sí mismo. Tenemos que pensar en nuestra vida toda en servicio y entrega a Dios, para su honor y gloria, trabajar en nuestra vocación en servicio a los que nos rodean, en favor de la paz y la justicia, de la comprensión entre los seres humanos, del bien común, es parte integral del servir a Dios y darle gloria. La justicia, la honestidad y solidaridad, con la que vivimos cotidianamente es sustancial a la realización del reino de Dios.
8. HACER EL MEJOR Y MAYOR USO POSIBLE DE LOS TALENTOS QUE DIOS NOS HA BRINDADO.
Debiera ser nuestro anhelo hacer el mejor y mayor uso posible de los talentos que Dios nos ha brindado. Hemos de estar siempre dispuestos y abiertos a hacer algo más o algo mejor de lo que ya estamos realizando a fin de que Reino de Dios se haga realidad en la tierra así como ya lo es en los cielos. Como vemos entonces, esperar el Reino no es quedarse parados a ver qué sucede, sino trabajar para que se haga realidad ahora mismo. La persona que escondió su talento, es como el que guarda la fe entre sus recuerdos, el que nunca se arriesga a tomar iniciativas fructíferas, el que no tiene el valor de emprender algo nuevo. Los que arriesgaron sus talentos son los que desean colaborar con Dios, que necesita la cooperación de los hombres, no porque El no pueda obrar solo, sino porque nos hace partícipes de la salvación del mundo. Arriesgando construimos en la tierra, y esta obra se convierte en el inicio de lo que seremos en el cielo. Confiar en Dios y en nosotros mismos es confiar en los talentos que Dios nos ha dado para ponerlos al servicio de los demás.
SE TRATA MÁS BIEN DE UN ÁMBITO ÚTIL PARA HACER FRUCTIFICAR LOS BIENES QUE NOS HAN SIDO ENTREGADOS.
El evangelio de Mateo trata una vez más de la cuestión del tiempo que transcurre entre la pascua y el fin de los tiempos; en particular, del uso que hacemos del mismo. El tiempo de la ausencia del amo no puede ser un pretexto para vivir de manera ociosa, sin hacer nada. No, se trata más bien de un ámbito útil para hacer fructificar los bienes que nos han sido entregados. Una vida entregada al servicio es una vida útil y rica de sentido. La santidad a la que está llamado el creyente consiste en poner en acto las propias capacidades, por pequeñas o grandes que sean, para beneficio de la comunidad. Comunidad de creyentes, antes que nada, donde cada uno está llamado a dar pruebas de la entrega de sí mismo para el bien del hermano. Pero también comunidad civil, en la que el cristiano puede aportar unos valores que confieren sentido al vivir entre los hombres.
La historia es testigo de cómo han encarnado los cristianos, en las diferentes épocas, la exhortación bíblica a trabajar con nuestras propias manos. De este trabajo ha resultado la edificación de la sociedad, la impregnación de la cultura, en particular la occidental, de los valores cristianos. Todavía hoy se distinguen los cristianos en el mundo (pensemos en los países del Tercer Mundo) por su participación en el esfuerzo destinado a llevar una vida decorosa para ellos y para sus propios hijos. Todo eso demuestra que quien encarna el espíritu del Evangelio es una persona que se toma a pecho el bien de sus hermanos en la fe y el de todos los hombres, contribuyendo así a la venida del Reino de Dios a la tierra.
Oh Padre, te damos gracias por habernos llamado a construir tu Reino: a cada uno de nosotros le has con- Hado una tarea, según sus capacidades. Sólo nos pides una cosa, no permanecer inertes, no dejarnos vencer por el desánimo y por la desconfianza. ¿Para qué esforzarse tanto, si no sirve para nada?, parecen decir muchos cristianos de hoy, confundidos entre la masa de los que se dejan vivir y piden a los otros que se encarguen de la tarea de construir la sociedad.
Tú, en cambio, Señor, nos quieres activos, dispuestos a arriesgar en primera persona en tu lugar, por ti, como los siervos de la parábola que recibieron el mandato de su señor. Sí, porque tú has sido capaz, has querido arriesgar; te pusiste en juego cuando decidiste nacer del seno de una mujer y no te echaste atrás frente al desprecio y a la muerte: hiciste tu parte como hombre, en esta tierra, en tu tiempo. Ahora nos toca a nosotros, para que tu nombre sea glorificado para siempre entre los hombres. Amen
1)COMENZÓ JESÚS A ANUNCIAR A SUS DISCÍPULOS QUE TENÍA QUE IR A JERUSALÉN PARA PADECER ALLÍ
Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho por parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; Este entonces, no significa en Mateo una proximidad inmediata, solo que a partir de esa época es cuando Jesús comienza a anunciarles su muerte. Era un momento ya oportuno. Había que corregirles a sus discípulos el concepto erróneo del medio ambiente. Jesús no era el Mesías político nacionalista que los judíos y ellos esperaban (Hech 1:6).
Jesús era el Mesías profético del dolor: el “Siervo de Yahvé” de Isaías. Por eso les anuncia: Que éste es el plan de Dios, para esto ha de ir a Jerusalén: “No puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén” (Lc 13:33), y que allí será condenado por “los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas” (Mateos), además allí “sufrirá mucho” y será “entregado a la muerte.” Pero “al tercer día resucitará.
2)NO LO PERMITA DIOS, SEÑOR; ESO NO TE PUEDE SUCEDER A TI
Entonces Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: “No lo permita Dios, Señor; eso no te puede suceder a ti”. Pero Jesús se volvió y le dijo a Pedro: “¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!”
La respuesta de Jesús a Pedro es que no sea para El un Satanás, el gran enemigo del reino. Por eso, la proposición de Pedro, nacida de ignorancia y de afecto, era para el Señor un obstáculo de seguirla, para no cumplir el mesianismo de dolor, que era el plan del Padre. No es de extrañar en Pedro una dificultad para aceptar aquellas profecías de Jesús. Pedro conocía y confesaba la mesianidad de Jesús, pero algo deformada por los prejuicios rabínicos que el antes había oído sobre un Mesías triunfador y nacionalista, entonces no le era fácil aceptar la imagen de un Mesías doliente, humillado y crucificado por los jefes de la nación. Así es como Jesús le hace ver que habla al modo humano y, que elude el dolor.
3)JESÚS DEBÍA PADECER Y MORIR, ESE ERA EL PLAN DE DIOS
Jesús debía padecer y morir, ese era el Plan de Dios, pero ese sufrimiento había de ser la causa de nuestra salvación.
Como a Pedro, el no entendía las cosas de Dios, y muchas veces a nosotros nos sucede lo mismo, del mismo modo, como le sucedió a él, por no situarnos en el Plan del Padre, se nos hace difícil entender sus obras. Tenemos necesidad de despojarnos de los criterios del hombre y adoptar solo y únicamente el de Jesucristo, algo que se nos hace difícil, pero es una tarea que debemos emprender.
4)LA DOCTRINA DELREINO, NOS EXIGE NEGARSE A UN MUNDO DE EXIGENCIAS PERSONALES Y CÓMODAS
Expuesto el anuncio de la pasión y muerte, ahora les advierte a los discípulos que han de imitarle. Luego que Jesús había predicho a sus discípulos lo conveniente que era el que El sufriese las calumnias de los judíos, que fuese muerto y que resucitase al tercer día, no hace ver a todos de que forma podemos participar de su gloria.
La primera enseñanza es que el hombre renuncie a sí mismo, y esto, “El que quiera venir conmigo”. Y, además, que tome su cruz y me siga. Lucas dice en su relato, “cargue con su cruz cada día y se venga conmigo” (Lc 9; 23-26); La doctrina del Reino, nos exige negarse a un mundo de exigencias personales y cómodas. Es una vida moral nueva, que lleva consigo un sacrificio frente a las cosas mundanas, pero que al final tiene su ganancia eterna. El discípulo de Jesús ha de estar dispuesto a toda persecución y muerte. El Reino le puede exigir esto. Pero al que ante el Reino tomase una actitud de vergüenza por seguirlo, le aguarda el Hijo del hombre, presentado como Juez del mundo, en su parusía, con la condena de avergonzarse de él.
5)A LOS QUE QUIEREN SEGUIRLO
Sin embargo, Jesús, bueno y piadoso, algo natural en El, no quiso tener ninguno que lo sirviese como obligado, por el contrario, hace que lo sirviesen espontáneamente y le agradeciesen el poderlo servir. No obligando ni imponiéndose a nadie, sino persuadiendo y haciendo el bien, esa es la forma como atrae a todos los que quieren venir, diciendo: “El que quiera seguirme”. ¿Alguno de nosotros ha sentido este llamado?, ¿Qué estamos dispuesto a responder si este llega a nuestro corazón?
Cuando Jesús dice: que renuncie a sí mismo, propone -a los que quieren seguirlo- su propia vida como modelo de una vida perfecta, con una imitación fiel de su vida, según la medida de nuestras fuerzas. Si alguno no renuncia a sí mismo, no se acerca al que está sobre El. La renuncia a sí mismo, quiere decir el olvido absoluto de lo pasado y la renuncia de la propia voluntad. Se niega a sí mismo uno cuando la vida pasada en el mal se convierte en una vida buena y de nuevas costumbres, especialmente en una vida de oración. Porque el que ha vivido la vida del pecado deshonesto se niega a sí mismo cuando se vuelve a una vida sana. Del mismo modo, se llama negarse a sí mismo abstenerse de cualquier clase de pecado.
6)3. QUE TOME SU CRUZ Y ME SIGA
Y agrega Jesús: que tome su cruz y me siga, o como dice Lucas: “Que cargue con su cruz cada día y me siga” es el deseo de sufrir la muerte por Cristo, mortificándose por El mientras se vive de paso en la tierra, es el estar dispuesto a enfrentar cualquier peligro por dedicarse al Señor y no aficionarse a las cosas mundanas de esta vida, es lo que se llama tomar su cruz. El que quiera seguir a Cristo no debe huir el padecer por El. La cruz puede llevarse de diversos modos, con ayuno, abstinencia y penitencia, es decir cuando sentimos pena por pecar, pero también se lleva la cruz, cuando el alma se empapa de la compasión por los demás.
7)EL QUE QUIERA SALVAR SU VIDA
Nos dice Jesús: “Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará”. Esto es, el que quiere vivir según esta el mundo y continuar gozando de las cosas temporales que la vida terrenal ofrece, éste la perderá, porque no la conduce a los términos expresado por el Señor en la bienaventuranza. Y por el contrario, añade: “el que pierda su vida por mí, la encontrará”. Es decir, el que menosprecia las cosas terrenas y temporales, prefiriendo la verdad, la vida recta, el trabajo solidario por sus semejantes, la incasable tarea por los derechos del hombre entregados por Dios, la búsqueda de la paz, la vida según los evangelios, aún exponiéndose a la muerte, en otras palabras, pierde su alma por las enseñanzas de Cristo, más bien la salvará.
8)¿DE QUÉ LE SIRVE A UNO GANAR EL MUNDO ENTERO, SI PIERDE SU VIDA?
A continuación Jesús nos dice: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla?” Como si dijese: cuando alguno, considerando los placeres y los bienes presentes, rehúsa sufrir y elige vivir de una manera cómoda y espléndida, si es rico, ¿de qué le aprovechará todo esto, si pierde su alma? Pasan las grandezas de esta vida y sus delicias como pasa una sombra.
Esta “vida” del texto evangélico no se refiere a la simple pérdida de la vida física, sino de la “vida” eterna. Constantemente el Señor, a la vez que nos invita a merecer la vida eterna, la felicidad por siempre, nos enseña a menospreciar las cosas de la tierra. Por ello robustece la humana debilidad, ofreciendo un premio seguro y verdadero, por los sufrimientos y penalidades de la vida presente.
9)EL HIJO DEL HOMBRE HA DE VENIR RODEADO DELA GLORIA DESU PADRE
“Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles”. Jesús se presenta aquí como dueño de la humanidad, como Señor de los ángeles, y viniendo en la “gloria de su Padre.” Con todo lo cual se acusa su grandeza, su trascendencia divina: “su gloria.” Aquella “gloria” del Señor que ahora a El se aplica (Jn 1:14).
En esa hora dará a cada uno lo que merecen sus obras. Es entonces la responsabilidad personal es la que entra en juego. Porque no es fácil tomar la cruz y seguir a Cristo, es un camino duro, arduo, hay que estar dispuesto a cumplir con todo lo que el Señor nos enseño, hay que tener dispuesta la vida contra los sufrimientos, contra los peligros y ofrecerse hasta la muerte. Así como lo han hecho muchos, dejar lo conocido por lo desconocido, abandonar las cosas del presente, por las futuras y del Reino prometido.
10)JESÚS DESEA QUE VAYAMOS TRAS DE EL
Pero El buen Maestro, para que ninguno se deje abatir por la desesperación o el tedio, nos promete a continuación a los fieles que lo veremos, pero el nos ha advertido: Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán, sin haber visto primero llegar al Hijo del hombre como rey.
Nos enseña este fragmento del Evangelio, que esta en nosotros, el encontrarnos con el Señor, el ya nos ha dicho el que quiera venir detrás de mi, Jesús desea que vayamos tras de El, pero no obliga a nadie a que le sirva, pero si espera que espontáneamente, tomemos la decisión de servirle. Seguir al Señor, caminar con El, junto a El, sintiendo su presencia junto a nosotros, es un agradable caminar, es vivir en paz espiritual y es una mano que nos saca del peligro en las turbulencias, pero es necesario para seguir sus pasos, ser como El, empaparse de sus sentimientos, y aceptar la voluntad del Padre, quien solo quiere lo mejor para sus hijos.
EL CAMINO DE LA SALVACIÓN NUNCAPUEDE SER EL DE LA PERDICIÓN
Podemos releer el presente fragmento evangélico a la luz del testimonio de Jeremías y la exhortación de Pablo y transformar la vida en un sacrificio espiritual en constante discernimiento. Cristo, figura del profeta perseguido (cf Mt 16,14: «...otros que Jeremías»), después del discernimiento madurado en la soledad del desierto y del reconocimiento de su mesianismo por boca de Pedro, quiere abrir la mente de los apóstoles al sentido profundo de su misión, según el oráculo del siervo sufriente de Isaías. El camino de la salvación nunca puede ser el de la perdición, pues la desobediencia primera ha sido reemplazada con la obediencia incondicional al designio divino, que ha tomado cuerpo con la encarnación.
El Verbo hecho carne, una vez que asume la naturaleza humana y se adentra en la maraña de la historia, tiene que acoger hasta el final la trayectoria connatural de los acontecimientos humanos. En el caminar de su vida ve reflejado el significado profundo de la existencia humana, llamada a realizarse en la donación de sí misma. Y es en esta ofrenda, realizada en la cotidianeidad de la vida, donde el hombre celebra el auténtico culto espiritual.
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad, todo mi haber y poseer. Vos me lo disteis, a vos, Señor, lo torno. Todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad. Dadme vuestro amor y gracia, que ésta me basta. (Ignacio de Loyola, Ejercicios espirituales, 234).
“El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido”
Mt 13, 44-46
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. UN TESORO ESCONDIDO EN UN CAMPO
Flaviano Josefo, historiador Judío (La Guerrade los Judíos), nos narra que por temor a la guerra muchas gentes escondían objetos preciosos. En el Talmud, también se relatan historias de buscadores de tesoros escondidos en los patios de las casas, los entramados (vigas) y entre medio de las paredes, etc.
Jesús les narra a la multitud una parábola donde compara al Reino de los Cielos con un tesoro escondido en un campo, donde un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo
2. VENDE TODO LO QUE SE TIENE PARA ADQUIRIR EL CAMPO
La enseñanza que da Jesús, nos explica como por un tesoro que se encuentra se vende todo lo que setiene para adquirir el campo en el que se oculta. Así también para adquirir el Reino, la persona se ha de desprender y debe vender todo lo que sea obstáculo para obtenerlo y entonces ingresar en él.
En efecto el que encuentra un tesoro como este, el Reino de los Cielos, debe dejarlo todo por él, y renunciar con alegría a lo que tiene terrenalmente, es indudable, que no podemos comparar los bienes terrestres con la posesión de Dios. “Ustedes no pueden servir al mismo tiempo a Dios y al Dinero” (Mt 6-24).
3. LAS PERLAS FINAS
Jesús también nos agrega esta parábola; El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.
El Reino de los cielos no es semejante al negociante, sino a la perla. Esta, en la antigüedad, era “el summumdel precio de todas las cosas.” El negociante en un día, en su búsqueda, encuentra una excepcional, y vende todo lo que tiene para comprarla.
La enseñanza de Jesús, al igual que la parábola anterior, nos enseña que hay que dejar todo lo que sea obstáculo para ingresar en el Reino. Esto tiene un tono especial: se busca positivamente lo bueno; pero el reino es lo mejor.
En la primera parábola, el tesoro se halla fortuitamente y en la segunda, se encuentre buscando la perla, que por lo demás no deja ser algo casual, sin embargo lo que prima en esta enseñanza es que se debe dejar todo lo que impida ingresar en el Reino.
4. PARA POSEER A DIOS, DEBEMOS DESPOJARNOS DE TODO
Ambas parábolas nos muestran que merece mucho la pena hacer un gran esfuerzo por conseguir algo muy valioso, como el Evangelio, como el amor de Cristo, como el Reino de Dios. Con fe, veremos que la valoración de la posesión de Dios, que es el tesoro que nos habla Jesús, no puede tener ninguna comparación.
Pero para poseer a Dios, debemos despojarnos de todo, especialmente de lo que no somos, y de mucho de lo que somos y de cuanto aprisiona nuestro corazón. Es decir, nuestros afectos a lo mundano, las inclinaciones frívolas, pasiones e instintos, esto es, todo cuanto nos impida la posesión de Dios. Si vaciamos el corazón de nosotros mismos, este podrá ser ocupado por Dios.
5. PARA LA ADQUISICIÓN DELREINO DE LOS CIELOS, TENEMOS QUE RENUNCIAR CON ALEGRÍA A TODO
Un muy buen negocio nos propone Jesús, el mejor de los trueques, un intercambio o entrega de cosas de poco precio, por otras valiosísimas, es así, como nos pone el ejemplo de un negociante, para indicarnos que es un hombre que conoce el valor de las cosas, y se desprende de todo por una perla fina.
Es así, como nos invita, pero también nos condiciona, que para la adquisición del Reino de los Cielos, tenemos que renunciar con alegría a todo, porque la renuncia a lo material tiene el mejor de los premios, como es la posesión de Dios y participar del Reino de los Cielos
LOS TESOROS DE LA SABIDURÍA YDEL CONOCIMIENTO ESTÁN ESCONDIDOS EN NUESTROS CORAZONES
Si Cristo habita en nuestros corazones por medio de la fe, como dice el divino apóstol, y todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento están escondidos en él, entonces todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento están escondidos en nuestros corazones y se revelan al corazón en la medida de la purificación alcanzada por cada uno mediante los mandamientos. Este es el tesoro escondido en el campo del corazón, y todavía no lo has encontrado a causa de tu pereza. Si, en efecto, lo hubieras encontrado, habrías vendido ya todo lo que tienes y habrías comprado este campo.
Como un labrador que busca un campo adecuado para trasplantar algún árbol silvestre y encuentra por casualidad un tesoro inesperado, así es todo asceta humilde y sencillo. El asceta experimentado es un agricultor espiritual que trasplanta como un árbol silvestre la contemplación de las cosas visibles orientada a la percepción sensible en la región de las realidades inteligibles, y encuentra un tesoro, es decir, la manifestación, por la gracia, de la sabiduría que hay en los seres.
Tengo necesidad de ti, Señor, de tu presencia, que da vigor a mis fuerzas e impulso a mi corazón. Necesito saborear la dulzura de tu amistad, dejarme deslumbrar por el esplendor de tu belleza. Tengo necesidad de apasionarme por tus cosas y de descubrir que sólo perteneciéndote soy de verdad yo mismo.
No es fácil encontrar a precio de saldo el coraje de arriesgar. Y -me doy cuenta de ello- no es el resultado de una operación lógica. El coraje necesario para apostarlo todo, toda la existencia, por ti, Señor, apoyados en tu Palabra, es algo que pertenece al orden del corazón, y es posible si acepto dejarme abrasar interiormente por el fuego del Espíritu, por tu amor creador. Que yo también pueda saborear, Señor, tu bondad y tu dulzura... Así, lo menos que podré hacer será dejarlo todo por ti y gritarte una vez más: “¡Aquí estoy, Señor!”.
todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él”
Lc 4, 38-44
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. JESÚS EN GALILEA
El capitulo cuarto del Evangelio de Lucas, nos relata primero a Jesús en la Sinagogade Nazaret. Allí desagradó sumamente a unos oyentes que no querían oír hablar de la buena noticia de su liberación dirigida a los pobres, a los cautivos, a los ciegos y a los oprimidos, de una amnistía general de Dios, del perdón otorgado a la humanidad entera (Lc4, 16-30). Luego predica en la sinagoga de Cafarnaún, situada algo mas al oriente, pero siempre en Galilea, allí para un endemoniado, como para otros presentes, Jesús no ha venido a liberarlos, sino a destruirlos. (Lc 4, 31-37)
2. JESÚS FUE A LA CASA DE SIMÓN
Después de estar en la sinagoga, Jesús fue a la casa de Simón, allí encontró que la suegra de Simón(Pedro). Ella tenía mucha fiebre, entonces le pidieron que hiciera algo por la suegra de Pedro. Con la disposición natural que tiene Jesús por hacer el bien a los hombres, inclinándose sobre ella, increpó a la fiebre y ésta desapareció. Notable es la actitud de esta mujer, en seguida se levantó y se puso a servirlos. La suegra de Pedro nos hace una bella enseñanza, y la debemos hacer nuestra, es la actitud de los seguidores de Cristo, ser servidores, así lo hace al ponerse inmediatamente al servicio del Señor Jesús.
3. JESÚS SE HA DEDICADO A CURAR A LOS ENFERMOS
Jesús se ha dedicado a curar a los enfermos y a las personas que están dominadas por un espíritu maligno, y lo hace en forma individual, con afecto, sensible, enternecido por el dolor, el ser compasivo es algo propio del Señor. Es así, como al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y Él. Jesús, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. El no hacer curaciones masivas, sino que personalmente, es una actitud de mucho amor y respeto hacia la personalidad de cada enfermo. Que maravilla el poder sentir las manos de Jesús en nuestras cabezas, como se inflama el corazón.
4. "¡TÚ ERES EL HIJO DE DIOS!"
Y los que estaban dominados por un espíritu maligno, poseídos por los demonios, también quedaban curados y de muchos salían demonios, gritando: "¡Tú eres el Hijo de Dios!". Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías y Jesús no quiere que a El se le de un carácter distinto al que vino, porque El ha venido para servir y no para dominar; por eso quien se encuentra con él, como la suegra de Simón, se libera para el servicio.
Porque Jesús es el refugio de todas las necesidades y de las enfermedades su medicina, Jesús es la calma para los angustiados, los que lo siguen, saben que en El encontraran alivio, no solo a las cosas de salud, además a las del alma, por eso cuando gozamos de buena salud, también acudimos a El, y para cualquier caso, acudimos a El, como lo hacían los enfermos que rodeaban a Jesús, con sencillez y con gran confianza y amor extremo.
5. “Y PREDICABA EN LAS SINAGOGAS DE TODA LA JUDEA”
Que bueno es saber, que para cualquier dolencia que nos aqueje, para las angustias que nos oprimen, o para los males del espíritu, tenemos a quien acudir, “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré” (Mt11,28). Así fue, que al amanecer la gente supo que Jesús se fue a un lugar desierto, sintiendo la necesidad de El, comenzaron a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: "También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticiadel Reino de Dios, porque para eso he sido enviado".
“Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea”, de esta modo Jesús iba predicando por todas las sinagogas, y por todos los pueblos y a todo tipo de gente, sin predilección para un sector o un grupo determinado, por esa razón, El no quiere que lo retengan con la excusa de de que le van a agradecer los beneficios y la curaciones, porque Jesús se debe a todos, mira a todos, los busca todos, porque para todos ha venido y por todos se ha entregado al Padre.
6. JESÚS, SIN DESCANSO ANUNCIABA LA BUENA NUEVA DEL REINO DE DIOS
Nadie debe sentirse que no será oído por Jesús, ni por muy grave que sea mal que lleva, el es que juzgará nuestra actitud, por que solo a Dios le corresponde decidir quien entra al Reino de los Cielos, y a todos nos corresponde pedir con toda el alma, que el enfermo acuda a Jesús para que reciba la curación a su mal, y es muy simple hacerlo, orando, implorando y sin limite de cuantas veces o de tiempo. Santa Mónica, rogó por tres décadas por su hijo san Agustín.
Y Jesús, sin descanso anunciaba la Buena Nuevadel Reino de Dios, y hoy todos lo debemos hacer, porque el mundo habrá de salvarse por el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, transmitido y anunciado por nosotros, para eso estamos, para hacer presente a Jesús a los hombres en este mundo en que vivimos. Pero debemos hacerlo promoviendo con ejemplo de actitud y conducta, para que cuando nos vean y nos conozcan observen que somos creíbles e imitables, especialmente en el servicio a los demás.
Evangelización y nueva evangelización (esta última expresión se repite ahora de manera pacífica en nuestro vocabulario) son términos bastante difundidos en nuestros días. Se habla también, de una manera bastante espontánea, de evangelización de las culturas o de inculturaciónde la fe. ¿Es posible clarificar estos términos a la luz de la página evangélica que hemos leído hoy? Parece ser que sí.
«Debo anunciar...»: en primer lugar, se requiere una sacudida que despierte la conciencia de todo cristiano a la ineludible tarea de ser testigo del Evangelio en todas las situaciones de la vida. También el Concilio Vaticano II ha subrayado y confirmado esta necesidad, y ha querido fundamentarla en el acontecimiento sacramental del bautismo. Podemos remitirnos al n. 10 de la Lumen gentium o al n. 3 de la Apostolicam actuositatem.
«Debo anunciar la Buena Noticiade Dios»: parece indispensable recordar que el objeto de la evangelización no es la Iglesia, sino el Reino de Dios: este término ha de ser entendido no en un sentido puramente local, como si hubiera que entrar en un determinado lugar, dentro de un recinto bien establecido; hemos de entenderlo más bien en un sentido espiritual destinado a señalar, en primer lugar, la soberanía de Dios a la que estamos sometidos y la comunidad de salvación que camina hacia el Reino.
«Para esto he sido enviado»: es como decir que no hay evangelización sin misión. No es indispensable una misión apostólica; es suficiente con referirse -como hace el Concilio Vaticano II- al bautismo y a la vocación que hemos abrazado. De ellos nos viene no sólo el derecho a ser servidores de la Palabraaquí y ahora, sino que también recibimos las energías espirituales necesarias para tal misión.
OhSeñor, libérame de la envidia, que mina mi crecimiento y toda relación interpersonal. El fuerte deseo de tener lo que pertenece a los otros crea divisiones y rivalidades; libérame de los celos, definidos por Dryden como «ictericia del alma», sentimiento que desencadena frustración, cólera y rencor en quien dirige a otro la atención que desea tener para sí mismo, sentimiento que contamina la vida ajena y envenena la propia.
Concédeme, en cambio, la libertad que no teme las críticas ni quiere atraer las alabanzas, que conduce a la anchura de miras y está hecha de humildad, tolerancia e inteligencia, que está exenta de intereses egoístas y cree en la colaboración de cada uno contigo, único y verdadero artífice. OhSeñor, haz que tenga siempre ante mí tu divisa trinitaria: «Uno para todos».