El día anterior a la preparación del plato, dejamos el bacalao puesto en remojo y le vamos cambiando el agua.
Primero ponemos agua a hervir y escaldamos el bacalao bien escurrido, para poder quitarle bien la piel y las espinas. Luego lo troceamos.
A continuación freímos en aceite las cebollas bien picadas, y justo antes de que se doren, añadimos el tomate y el perejil, también picados. Agregamos un poquito de sal y pimienta.
Luego pasamos el sofrito de tomate por la batidora. Aparte, machacamos bien los ajos y los freímos un poco en aceite, en una cazuela de barro.
Por último, incorporamos el pescado y antes de que tome color, agregamos la salsa de tomate. Dejamos cocinar unos minutos y servimos caliente.