Diosss, leer tu poema dedicado a TANLEJOS es como
entrar en una CUEVA y encontrarse con CARONTE al que
hay que pagar para que te lleve al MÁS ALLÁ.
Me daba la sensación de que todo se volvía oscuridad, y
entre la negrura veía a MARIO tumbado sobre una barca
con un remero oscuro, alejándose.
Me daba miedo.
Está muy conseguido ese sentimiento, aunque yo prefiero
pensar que cuando nos morimos entramos en un bar lleno
de amigos con batas blancas que te dan la BIENVENIDA y
te invitan a la juerga.
Buen poema de despedida para un amigo que fue.