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En el desierto el Devocional Hablado
Corría el año 1932. Dos creyentes emprendieron un largo viaje de 6.000 Km. por los desiertos de Egipto, Sudán y Libia. Una caravana de 14 camellos transportaba sus alimentos, agua y una valiosa carga de evangelios, Nuevos Testamentos y Biblias en idioma árabe. Acababan de llegar al oasis de Sionah, en el desierto libio, cuando se les acercó un jeque que fijó la mirada en uno de ellos. Evidentemente lo conocía. ¿Iba a impedir la distribución de las Biblias, prohibiendo a los habitantes del oasis comprar algo? Entonces el jeque le preguntó: –¿Eres tú el hombre que vende libros y que estuvo en el oasis de Kharga? ¿Te acuerdas de la tienda del jeque que te compró varias porciones de la Biblia? Ése era yo. Leí tan a menudo esos libros que ya me los sé de memoria.
Los dos hablaron durante tres horas acerca de la Palabra de Dios y de Jesucristo. Dos años más tarde, el vendedor de Biblias recibió una carta que empezaba con estas palabras: «Mi hermano en Cristo». Desde entonces muchas cosas han cambiado en el mundo. El rechazo a la Palabra de Dios ha aumentado. El Evangelio y aquellos que lo quieren defender son cada vez más despreciados, pero la Palabra de Dios no perdió nada de su fuerza. Aún hoy puede cambiar los corazones y la vida de los seres humanos que escuchan su mensaje.
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