Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

ALLA VAMOS PAMELI
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 * * * * ♥ * * * * 
 General 
 ADMINISTRACION DEL GRUPO 
 ♥ Mensajes Diarios ♥ 
 * * * * ♥ * * * * 
 Las Promesas de Dios 
 LA PROMESA DE HOY 
 LA BIBLIA 
 * * * * ♥ * * * * 
 SHOLE..."LLamada para bendecirte" 
 Fondos / Sra SARA... 
 Yoly / DETALLITOS CRISTIANOS 
 * * * * ♥ * * * * 
 
 
  Herramientas
 
DEVOCIONA: CRISTO...
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: La Morocha arg4  (Mensaje original) Enviado: 21/09/2009 13:27


El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.
Juan 1:18.

(El) es el principio, el primogénito de entre los muertos,
para que en todo tenga la preeminencia.

Colosenses 1:18.

 


Cristo, el Hijo unigénito y el primogénito
escuchelo aquí

       Estos dos títulos honoríficos de nuestro Salvador corresponden a su divinidad y a su humanidad.

       Cristo es el Hijo eterno de Dios. Es igualmente eterno como lo es Dios Padre y Dios Espíritu Santo. A propósito de la eterna deidad, el nombre de “Hijo” nunca significa una dependencia temporal ni corresponde a una posición, sino que señala una íntima relación de afecto siendo uno el Padre y el Hijo. Como él es el único que conocía al Padre desde la eternidad, como Hijo de Dios y como eterno Hijo del Padre, él es el unigénito, el único de su condición.

       Pero como ser humano, nacido de mujer, no dejó de ser el Hijo de Dios. El ángel Gabriel dijo a María, cuando ella le preguntó cómo podía ser madre si no tenía marido: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios” (Lucas 1:35).

       El que en la tierra nació, murió, resucitó y fue glorificado como Hijo, es el primogénito, es decir, el que en todo tiene la preeminencia.

       Cuando conocemos el carácter único y sublime del Hijo de Dios, somos conscientes de la poderosa grandeza de la gracia y del amor de aquél de quien el apóstol Pablo dice: “el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Es de desear que podamos afirmar lo mismo.



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados