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¿Se Puede Perder la Vida Eterna? para ESCUCHAR ...haga clic aquí...
A esta pregunta el apóstol Juan responde: “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna” (1 Juan 5:13).
Recordamos las palabras del Señor Jesús relatadas en el evangelio de Juan, las cuales son citadas en el encabezamiento, y muchas otras: “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna” (6:47); y a propósito de sus ovejas: “Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre” (10:28-29).
¿Qué se deduce de estos pasajes? Que alguien que ha creído en el Señor Jesús ha nacido de Dios, del Espíritu Santo (Juan 1:13, 3:6), por lo tanto nunca podrá ser condenado ni perecer. La certeza de tener la vida eterna resulta de la enseñanza del Nuevo Testamento. El apóstol Pablo nos dice: “Vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria” (Colosenses 3:3-4).
Para admitir que un creyente pueda perder la vida eterna sería necesario (hablo con reverencia) que se pudiera quitar la vida de Cristo. Aquel que llevó nuestros pecados en la cruz resucitó. Ahora está en el cielo y nosotros estamos unidos a Él como sus “miembros cada uno en particular” (1 Corintios 12:27). Cristo, ¿dejaría perecer a uno de sus miembros?
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