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ALZHEIMER: VIVIENDO EN EL OLVIDO
 
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TESTIMONIOS: Testimonio................Mi Proceso- Parte 2
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: EUNICE240  (Mensaje original) Enviado: 05/10/2009 17:25
 

              

Pero hoy veo que en realidad el recuerdo vive conmigo y que lo que elegí hacer, hoy es lo que me da fortaleza para estar en donde me toca estar. Y como muy acertadamente dice la Logoterapia: toda elección responsable implica una pérdida, pero también tiene sus consecuencias y hay que vivirlas.

La pérdida de la comunicación fluida y efectiva ha sido otro aspecto doloroso, lleno de una gran tristeza al no poder relacionarme con ella como cuando la iba a visitar cada vez que necesitaba ese refugio o bálsamo curativo que sólo una madre posee.

Su escucha incondicional, su respeto y amor y esa frase que también era tan suya y tanto extraño “… ¡Hija, hay que echar para adelante!… ” . Sin embargo, hoy su silencio también tiene mucho de sabiduría. Hoy ya no le cuento mis cosas, ya no tengo respuestas, sólo queda el silencio que si tengo la sensibilidad de poder escucharlo a cada momento me dice un “… ¡Gracias hija, gracias por estar aquí!…”

Yo misma me siento como si hubiera cambiado, como si hubiera dejado de ser la que era, para pasar a ser la que soy ahora. Una persona un poco más fortalecida y madura ante el dolor.

Bien sabido es que el ser humano desde que sale del vientre de su madre, inicia una etapa de duelos y pérdidas al dejar el paraíso en el que habitaba y salir a un mundo de lucha que comienza cuando el bebé busca su alimento que le dará la sobrevivencia. Y así en adelante en cada etapa y momento de la vida se va dejando algo atrás, al ir eligiendo el presente se va perdiendo algo, hasta encontrarse con la propia muerte.

De todas las separaciones, de todas las pérdidas, la muerte es la más temida, sea que se refiera a nosotros mismos o a una persona querida. El don del nacimiento conduce a lo inevitable que es la muerte, como parte integrante de la propia vida.

En mi caso y ante lo que yo enfrento, mi madre no ha muerto aún, pero su presencia, su estar en la realidad ya no es la misma.

Hoy la vida me ha llevado a adoptar una postura ante la situación de mi madre que no resulta para mi del todo conocida, pero que sí es la que necesito como una herramienta en éste momento. He pasado de ser la “hija de”, a ser “la madre de mi madre”, un rol del que aún no conozco muy bien el parlamento, pero que lo ensayo cada día para que salga lo mejor que se pueda.

Esta situación de ser la madre de la madre la he ido afrontando dándole a ella, aún a sus ochenta y tres años, las responsabilidades que aún puede asumir y en las que se puede seguir sintiendo independiente.

De tal manera que ya no la cargo, como lo hacía antes, ahora me limito a verla con paz y darme cuenta que aún puede hacer por ella misma algunas cosas y no asfixiarla con quererle resolver cada minuto de sus horas.

Como una propuesta para cualquier persona que en este momento este pasando por una situación similar a la mía, me gustaría decirle que hay una esperanza y la encontramos en la medicina maravillosa del amor y la compasión (padecer con).

Dentro de todo este proceso puedo decir que no ha sido labor de una sola persona, sino que he necesitado de muchas personas que como redes de apoyo me han ido dando luz y soporte para poder seguir avanzando. Así es que me gustaría comentar que ante una situación de este tipo lo mejor no es aislarse por mas mal que se sienta uno, hay muchas personas que nos pueden apoyar y a quienes también nosotros podemos servir de apoyo con nuestro testimonio.

Para mí la negación, apareció como un darme cuenta de los cambios en mi madre, diciéndome a mi misma que no estaba sucediendo nada significativo, sólo eran consecuencias de su edad y que no pasaba nada importante.

De hecho la llevé al médico quien me indicó algunos exámenes, mismos que no le hicieron por que no creí que era cierto lo que me decían. Hasta que pasado un tiempo comencé a percatarme de que el mal avanzaba y de que los olvidos eran de llamar la atención y nuevamente asistimos al médico y tras la revisión de sus exámenes y análisis confirme que su diagnóstico era Alzheimer y que llevaría un tratamiento que si bien no cura, tal vez, por que no hay una seguridad, retraza la evolución del padecimiento.

 Cuando ya no se puede mantener la negación, ésta es sustituida por sentimientos de ira, rabia, envidia y resentimiento. La pregunta que surge de inmediato es ¿Por qué yo?, ¿Por qué a mí? Esta etapa es difícil de afrontar por que se proyecta contra todo contra todos.

La verdad es que nadie piensa en ponerse en los zapatos del paciente y lo primero que hacemos es tomar su ira como algo personal y de este modo en vez de disminuir este sentimiento lo acrecentamos. Siendo que lo que la persona necesita es comprensión y algo de nuestro tiempo.

La decisión inmediata que tomé con respecto a mi madre fue traerla a vivir a mi casa y al no medir las consecuencias que esto me acarrearía entre en un tremendo período de coraje, impotencia, frustración, pánico y tenía la sensación de estar atrapada. Aquí también experimenté muy vivamente la sensación de haber perdido mi libertad y por supuesto que todo esto se hizo extensivo a mi familia (hijos y esposo).

Continúa.....................


 

 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: radio Enviado: 06/10/2009 21:25


 
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