En la enfermedad de Alzheimer, el enfermo tendrá cada vez más dificultad para el diálogo a medida que se agrava la enfermedad: primero, olvida el lenguaje corriente, después la significación de las palabras, por último pierde el control de los mecanismos de la articulación de los sonidos para formar las palabras, pero al mismo tiempo, sabe lo que quiere y conserva la voluntad de expresarse y de hacerse comprender. Cuando se da cuenta de que no lo consigue, sufre por ello y puede encerrarse en sí mismo, ponerse nervioso y gritar.
Debemos recordar un punto esencial: la palabra no es el único medio de comunicación. Gestos, miradas, caricias expresan muchas veces mejor los sentimientos y deseos. El enfermo de Alzheimer, al perder progresivamente la capacidad del lenguaje es especialmente sensible a los gestos y comportamiento de los que le rodean. Así pues, la comunicación no verbal tiene mucha importancia.
1. ¿Qué hacer?
a)Facilite la comunicación entre él y Ud.
El enfermo cuando habla tiene dificultad para encontrar las palabras precisas, en particular, para designar los objetos familiares o las personas que conoce. Pídale que las señale con el dedo y nómbreselas en su lugar.
Como su familiar tiene dificultad para expresar su pensamiento, lo resume en pocas palabras. Por ejemplo, le dirá: "casa, metro" para decirle que quiere volver a casa en metro. Asegúrese Ud. de que ha comprendido bien diciéndole lo que cree que él está pensando ("tu quieres volver a casa en metro"). Esta confirmación evitará desencadenar una reacción desmesurada, frecuente cuando tiene la sensación de no ser comprendido.
Cuando el enfermo utilice una palabra por otra, no le corrija sistemáticamente pero compruebe que le ha comprendido bien.
Cuando su familiar se detenga en medio de una frase, déjele tiempo para que la termine. Repita Ud. las 2 ó 3 últimas palabras que ha dicho para ayudarle. Si no vuelve a coger el hilo de la frase, cambie de tema.
Si su familiar emplea frases hechas o algunas palabras sueltas (si, no, gracias, etc ... ) fuera del contexto de lo tratado, trate de captar su pensamiento basándose en la situación del momento.
b)Facilitar la comunicación entre Ud. y él
De palabra: sepa que es importante hablarle mucho. El enfermo se dará cuenta de sus sentimientos más que por las palabras, por el tono que Ud. emplee. Notará tanto el amor que Ud. le profesa como su cólera o su angustia. Así que es preciso seguir algunas reglas cuando Ud. le hable.
-Baje el tono de su voz: una voz chillona le hará sentirse incómodo, le hará pensar que Ud. está enfadado.
-Háblele lentamente y pronunciando con claridad las palabras. Si la radio o la televisión están encendidas, baje el volumen o apáguelas. Todo ruido parásito le distrae y hace que escuche con dificultad lo que Ud. le diga.
-Evite un lenguaje complicado y frases largas. Habrá olvidado el principio antes de que Ud. haya terminado la frase. Utilice palabras cortas y frases sencillas.
Las preguntas deben ser sencillas, que sólo exijan respuestas sencillas (si, no) evitando el tener que elegir.
Por escrito: durante los primeros estadios de la enfermedad, utilice la escritura o el dibujo junto a la palabra.
Prepárele pequeñas listas "recordatorio" para que sepa, por ejemplo, lo que tiene que hacer durante el tiempo que Ud. esté ausente (donde se encuentra la comida, etc...). Hágalas sencillas sin muchas anotaciones, y escríbalas en letras mayúsculas.
Pero Ud. se dará cuenta de que llegará un momento en su evolución en el que todavía lea las notas, pero ya no las comprenda. Este es el momento de emplear dibujos para señalar donde están las cosas: dibujo de un traje, sobre su armario de ropa; dibujo de un cepillo de dientes, en la pared de¡ cuarto de baño; dibujo de un vaso, en el sitio donde se coloca el agua.
Por medio de gestos o por el contacto físico (caricias, etc ... ). No hay siempre necesidad de hablar, escribir o dibujar para comunicarse. El lenguaje de los gestos y del cuerpo, la mímica, expresa claramente los sentimientos. Es un lenguaje que el paciente comprende durante mucho tiempo.
De hecho, las posibilidades de comunicarse con el enfermo evolucionarán con la enfermedad. Lo que servía ayer, puede no ser útil mañana. Recurra a su imaginación, a la experiencia que tenga Ud. de su vida con él, para mantener todo el tiempo que sea posible el hilo de la comunicación entre los dos.