-Organización de muebles para crear corredores libres de obstáculos.
-Mantener a la vista fotografías y objetos sentimentales que puedan estimular los recuerdos.
-Etiquetar cajones y puertas con dibujos si la persona tiene dificultad en encontrar artículos.
-Generosa iluminación eliminando rincones oscuros que produzcan temor y para clarificar áreas clave, tales como el baño.
-Usar cojines o colchas de colores alegres sobre los muebles para que sea más fácilmente identificables.
-Cubrir o quitar espejos para que la persona no se asuste con el “extraño”.
Y, especialmente, se debe organizar y estructurar el ambiente desde la fase inicial de la progresión del Alzheimer, en lugar de esperar hasta que la persona esté teniendo problemas de adaptación.
Para conocer más sobre los servicios clínicos que brinda la UT Southwestern en trastornos neurovasculares y neuromusculares, incluyendo enfermedad de Alzheimer, visite
www.utsouthwestern.org/neurosciences