Domingo, 3 de enero de 2010
Una conversión inesperada
Léase Marcos 15.33-41
Y el centurión, que estaba frente a Jesús... dijo: ¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!
-– Marcos 15.39 (NVI)
AUNQUE mentalmente estoy convencida de que Jesús murió por todas las personas, a veces soy culpable de creer que hay personas fuera de la influencia de Dios. Le di clases en la escuela a un niño a quien inconscientemente catalogué como una persona con pocas posibilidades de llegar a ser cristiano. Aunque oré por él, no creo que estuviera convencida de que Dios respondería a mis oraciones. El niño parecía estar muy distante emocionalmente, tener demasiados problemas y estar muy poco dispuesto a escuchar a alguien hablando de Jesús. Estaba equivocada.
Muchos de los estudiantes que enseño escuchan las buenas nuevas de Jesucristo, pero este muchacho creyó lo que escuchó. Ahora disfruto al ver la forma en que está cambiando a medida que lee la Biblia y busca vivir como Jesús quiere.
Dios puede cambiar a las personas que menos esperamos. Muchas personas vieron a Jesús morir pero, como muestra la lectura de hoy, el centurión fue quien se percató de que estaba viendo la muerte del Hijo de Dios. Nadie está fuera del alcance del amor de Dios. Jesús nos ama y murió por cada ser humano.
Sra. Joanna Ronalds (Victoria, Australia)
Oración:
Amado Dios, gracias porque nadie está fuera del alcance de tu amor. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
El amor de Dios no tiene límites.
|
OREMOS:
Por los nuevos cristianos.