Desde mi soledad divaga la mente,
volando entre vaivenes de brisa,
que por mi imaginación se desliza,
atrapada en los recuerdos.
En una cortina de humo se logra esconder,
buscando la mano amiga que la haga estremecer,
y así entre alientos de esperanza,
mi ser se va vanagloriando.
Haciéndome dentro de una crisálida,
queriendo transformar la soledad de mi agonía,
y en un suspiro ultimo que me lleve a la vida
me vas reconfortando.
Entonces me ases con tu mano,
levantando mi tímido rostro,
me miras, me besas, y acaricias mi torso.
Cambias mi gesto con tu mirada
y con un beso limpias, una lágrima que se derrama,
me sonríes, te sonrío, me haces feliz,
con esa forma tuya de quererme a mi.
Alboreá
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