La noche de halloween
Fue durante una noche de Halloween. Enrique estaba sentado bajo el porche de su casa. De lejos llegaba la algarabía del desfile de Halloween. Su casa estaba en el cinturón de una pequeña ciudad, en una zona alta. Un sendero bajaba desde su vivienda hasta una calle solitaria que seguía hasta la ciudad. La luna llena iluminaba el sendero y parte de la calle, más allá, comenzaba una hilera de árboles, y esa parte estaba oscura, entre sombras. Enrique fumaba su pipa mientras se hamacaba en su mecedora. Lanzaba al aire una bocanada de humo, cuando desde su posición ventajosa, divisó a un grupo que avanzaba en fila por la calle. Dicho grupo salía de la parte oscura, donde había árboles. Siguieron por la calle y doblaron en el sendero que terminaba en su casa. - ¿¡Pero y a estos que bicho les picó!? - a Enrique no le gustaba que la gente entrara en su propiedad, y no iba a tolerar a un grupo de disfrazados; a la distancia parecían eso, gente disfrazada para Halloween. Algunos sí estaban disfrazados, pero estaban muertos; era una horda de zombies. Los ruidos que llegaban desde la ciudad, no eran la algarabía del desfile, eran los gritos de terror de los ciudadanos que eran atacados por los zombies. Enrique intentaba detenerlos cuando se dio cuenta de lo que eran, fue demasiado tarde. La horda lo rodeó, se serró sobre él. Entre sus gritos se escuchaba el castañeo de dientes masticando. Desde el cielo llegó una carcajada, y delante de la luna, cruzó la silueta de una Bruja, volando en su escoba.
|